El lineal B es el sistema de escritura usado para escribir el griego micénico, aunque fue usado principalmente con fines administrativos, aproximadamente desde el 1450 hasta el 1200 a. C. Precedió en varios siglos al uso del alfabeto para escribir la lengua griega. El lineal B consiste en signos silábicos, es decir, que cada uno de los signos representa una sílaba, con un gran número de signos ideográficos.
En 1900, Arthur Evans encontró los primeros vestigios en Cnosos (Creta).
Foto Entrada: Tablilla de arcilla (PY Ub 1318) con escritura lineal B, del palacio micénico de Pylos. Esta pieza contiene información sobre la distribución de pieles de bovino, cerdo y venado a los fabricantes de calzado y sillas de montar. del 1450 a.C., una adaptación de la escritura minoica lineal A anterior. La escritura se compone de 90 signos silábicos, ideogramas y números. Esta y otras tablillas se conservaron fortuitamente cuando fueron cocidas en el fuego que destruyó el palacio alrededor del 1200 a.C. Está en exhibición en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
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El desciframiento
El desciframiento del lineal B fue llevado a cabo por Michael Ventris, arquitecto inglés con una amplia formación en lenguas clásicas y profundo conocimiento de la lengua griega.
Las primeras tablillas, tanto de lineal A como de lineal B, se encontraron en las excavaciones del palacio de Cnosos realizadas por Arthur Evans entre 1900 y 1906. Desde muy pronto las tablillas en lineal B se pudieron clasificar en series según los temas que tratan gracias a la presencia de los logogramas, algunos de los cuales podían dar idea del contenido de los textos.
Alice Kober sentó las bases para el desciframiento del lineal B, al realizar a partir de 1931 una enorme labor de aislar secuencias de signos para después ver cómo se repetían y sus pautas de variación. De esta manera identificó por un lado lexemas de palabras, y por otro lado finales de palabra que se repetían, sugiriendo una flexión casual. Kober murió en 1950, tres años antes de que se consiguiera el desciframiento.
A partir del trabajo de Alice Kober, Ventris atribuyó posibles valores a las combinaciones de signos, y fue el primero en proponer que el lineal B fuese notación de una variedad de lengua griega, cosa que anteriormente se había descartado. A partir de esta consideración de que era griego y con la colaboración de John Chadwick, un lingüista y estudioso de las lenguas clásicas, propuso un primer desciframiento, y los datos se publicaron en 1953.
El desciframiento se confirmó finalmente cuando Carl Blegen, un arqueólogo estadounidense que había estado trabajando en el yacimiento de Pilos, aplicó la propuesta de Ventris y Chadwick a la tablilla PY Ta 641, que no se había publicado todavía cuando se hizo el desciframiento, y obtuvo buenos resultados: las variaciones gramaticales cuadraban con la información del contenido, y se reconocían algunos prefijos numerales griegos, utilizados para indicar el número de asas de distintos vasos. De esta manera se confirmó que el desciframiento de Ventris era correcto en lo esencial, aunque fallase en algunos detalles e interpretaciones.
El enigma de la primera escritura griega. La Lineal B. La UNED en La 2 de TVE Serie: Filología y lingüística Fecha de grabación: 26-01-2024 El desciframiento de la escritura Lineal B cambió lo que se sabía del mundo griego y fue gracias a Michael Ventris. Arquitecto de profesión, dedicó una gran cantidad de tiempo, dinero y esfuerzo al estudio y comprensión de esta escritura. Participan: Juan Piquero Rodríguez profesor del Departamento de Filología Clásica, Facultad de Filología, UNED Carlos Varias García Profesor titular de Filología Griega. Secretario general del CIPEM, UAB Alberto Bernabé Pajares catedrático emérito de Filología Griega, UCM Adolfo Jerónimo Domínguez Monedero Catedrático de Historia Antigua. , UAM Eugenio Ramón Luján Martínez Catedrático de Lingüística Indoeuropea. , UCM Mayte Linares Gómez del Castillo, guion y realización Clara Gómez Sánchez, locución.