Ninguna ceremonia universitaria puede hacerle a uno filósofo, en el supuesto que se apetezca ser cosa tan fastuosa y ya casi inverosímil. La recomendación kantiana de que no se debe enseñar filosofía pero sí a filosofar condensa en un lema la dificultad pero no la resuelve. Lo distintivo del filósofo no es arengar a las masas ni siquiera adoctrinar a grupos de estudio, sino comunicar lo individualmente pensado a un interlocutor también único e irrepetible.
Diccionario filosófico. Fernando Savater