En la resplandeciente época del Renacimiento italiano, un artista en particular destacó por sus impresionantes frescos y su habilidad para representar motivos religiosos con realismo: Francesco del Cossa. Nacido hacia 1430 y activo hasta 1477 aproximadamente, su arte suele clasificarse en la escuela de Ferrara. Después de 1470, desplegó su brillantez artística principalmente en Bolonia. Sus obras, ya sean originales o grabados de primera calidad, transportan al espectador al mundo del Renacimiento, con su abundancia de detalles y alegorías simbólicas. La odisea artística de Cossa comenzó en circunstancias poco habituales. Hijo de un cantero de Ferrara, se conocen pocos datos sobre sus primeros trabajos, pero se sabe que viajó fuera de su ciudad natal desde muy joven. Ya en 1456 se le menciona en los libros de historia como ayudante de su padre, Cristofano del Cossa, en la pintura de las esculturas y tallas del altar mayor de la capilla del palacio episcopal de Ferrara. Pero el artista en que se convirtió es ampliamente conocido por sus exquisitos frescos, especialmente los que realizó con Cosimo Tura para el palacio Schifanoia de la familia Este, los gobernantes de Ferrara. Este ciclo mensual, alegoría de los signos del zodiaco y las estaciones, se refleja hoy en nuestras estampas artísticas y es un impresionante testimonio de la extraordinaria capacidad de Cossa para contar historias con colores y formas.