La Edad de los Metales es una de las tres grandes etapas tecnológicas en las que tradicionalmente se ha subdividido a la prehistoria euroasiática. Es un periodo que abarca aproximadamente el tercer milenio, el segundo y el primer milenio a.C. Es el periodo que siguió al Neolítico y fue justo antes de la llamada Edad antigua. Esto se hace como una manera de facilitar su estudio. Por definición, es el periodo que siguió a la Edad de Piedra y durante el cual el ser humano empezó a fabricar objetos de metal fundido. (1) La existencia de procesos metalúrgicos es indispensable para adscribir una cultura arqueológica a esta etapa, ya que los metales nativos eran trabajados por martilleado desde las fases iniciales del Neolítico. (2) Siguiendo este criterio, la Edad de los Metales comenzaría con las primeras evidencias de fundición del cobre, que son del VI milenio a. C. (en Anatolia y los montes Zagros) y acabaría con la progresiva entrada en la historia de cada región (en Europa esto se produjo durante el I milenio a. C.). En Mesopotamia y Egipto coincide ya con el desarrollo de la escritura y por tanto la metalurgia allí es plenamente histórica. (3), (4).
Los primeros indicios de metalurgia en Europa proceden de la península de los Balcanes, alrededor del 4500 a. C., y son de origen autóctono. Para el resto del continente, las evidencias aparecen durante la segunda mitad del IV milenio a. C., aunque su generalización y el consecuente abandono de la piedra como elemento básico para la fabricación de artefactos solo se materializó con la llegada del hierro. En el Egipto faraónico, debido a la escasez de materia prima, esta sustitución nunca se llegó a producir. (2)
La definición de Edad de los Metales, sin embargo, no es de uso académico común en todos los países e idiomas. En inglés se suele referir al conjunto de las tres edades como the metal ages (‘las edades de los metales’, sin un nombre concreto). La división en dos grupos del período prehistórico se centra en los límites entre el Pleistoceno y el Holoceno, y entre la protohistoria y la prehistoria. En este artículo, dado que no existen rupturas en el desarrollo de las tecnologías metalúrgicas entre la prehistoria, la protohistoria y la historia a partir de la Antigüedad, se incluyen procesos que se dieron en periodos claramente históricos.
Sepultura 43 de la Necrópolis de Varna, el primer oro trabajado del mundo.(5) Foto: Maqueta de la sepultura 43. I, Yelkrokoyade. CC BY-SA 3.0.
La Necrópolis de Varna (en búlgaro: Варненски некропол), también conocido como el cementerio de Varna, es un yacimiento arqueológico funerario que se encuentra en la parte occidental de la zona industrial de Varna, en Bulgaria. Datado a finales del Calcolítico (4600-4200 a. C.), según varios expertos esconde la cuna de la civilización europea, así como el primer oro trabajado del mundo.
La cultura de Varna se desarrolló durante el Eneolítico tardío en la actual provincia de Varna, en el norte del territorio de Bulgaria. Suele datarse entre el 4600 y el 4200 a. C., por lo que es contemporánea del período llamado Karanovo VI, en el sur de Bulgaria. Se caracteriza por su cerámica policromada y sus ricos cementerios, entre los que destacan la Necrópolis de Varna, el sitio arqueológico que da nombre a la cultura; y el complejo de Durankulak, con el mayor cementerio prehistórico del sudeste de Europa (con 1200 tumbas), con un asentamiento neolítico adyacente, y un asentamiento calcolítico todavía no completamente excavado.
La cultura dejó los trabajos en oro más antiguos del mundo.
En las cerca de trescientas tumbas analizadas se han hallado collares, brazaletes, cetros, amuletos e incluso, un supuesto falo de oro.
La cultura parece haber llegado hacia 4100 a. C. a un final repentino, que Henrietta Todorova atribuye a un drástico cambio climático.
- «Varna (Museo Arqueológico)». ViaMichelin. Archivado desde el original el 17 de abril de 2010. Consultado el 9 de mayo de 2010.
- «Tesoros tracios». Guiarte.com. Consultado el 9 de mayo de 2010.
- «La Caixa saca de un largo olvido al enigmático pueblo tracio», artículo en el sitio web Terra.es, del 15 de septiembre de 2005; consultado el 9 de mayo de 2010.
- «Un barco hallado en el Mar Negro sería el más antiguo», artículo en el periódico La Nación (Buenos Aires) del 4 de septiembre de 2001; consultado el 9 de mayo de 2010

Recreación histórica sobre la tumba de Varna. Autor: desconocido.

La Edad del Cobre, también conocida como Calcolítico o Eneolítico, es un período crucial en la prehistoria humana que marca la transición entre la Edad de Piedra y la Edad del Bronce. Esta etapa se caracteriza por el uso generalizado del cobre en la fabricación de herramientas y objetos, aunque todavía se utilizaban herramientas de piedra en gran medida. La Edad del Cobre es un período amplio que varía en fechas según las regiones y las culturas, pero generalmente se sitúa entre el final del Neolítico y el comienzo de la Edad del Bronce, abarcando aproximadamente desde el 3500 a.C. hasta el 2000 a.C. en algunas partes del mundo.
Durante la Edad del Cobre, se produjeron importantes desarrollos tecnológicos y sociales que sentaron las bases para las civilizaciones posteriores. Uno de los avances más significativos fue el descubrimiento de la metalurgia, que permitió a las sociedades humanas fundir y trabajar el cobre para crear herramientas, armas, utensilios y objetos ornamentales. Esta habilidad marcó un cambio radical en la forma en que las personas interactuaban con su entorno y entre sí, ya que la metalurgia amplió enormemente las capacidades humanas para la manipulación de materiales y la creación de objetos duraderos y especializados.
En la Edad del Cobre, se desarrollaron y florecieron diversas culturas en diferentes partes del mundo. En Europa, por ejemplo, la cultura de los vasos de embudo (también conocida como la cultura del vaso campaniforme) fue una de las más destacadas, caracterizada por la cerámica decorada con patrones en forma de embudo y la presencia de enterramientos megalíticos. En el Oriente Medio, el Creciente Fértil fue testigo del surgimiento de civilizaciones tempranas como la sumeria en Mesopotamia y la egipcia en el valle del Nilo, que utilizaron extensamente el cobre en su artesanía y tecnología.
La agricultura y la domesticación de animales también continuaron siendo fundamentales durante la Edad del Cobre, aunque estas prácticas ya habían sido establecidas durante el Neolítico. El uso del cobre complementó y fortaleció estas actividades, ya que las herramientas de metal permitieron una mayor eficiencia en la labranza del suelo, la construcción y el procesamiento de alimentos.
En resumen, la Edad del Cobre fue un período de transición y desarrollo crucial en la historia de la humanidad, marcado por el avance tecnológico de la metalurgia y el uso generalizado del cobre en la fabricación de herramientas y objetos. Este período sentó las bases para las futuras civilizaciones de la Edad del Bronce y más allá, y dejó un legado duradero en términos de tecnología, arte, sociedad y cultura.
Europa, Oriente Medio y Asia.
Edad del Cobre
La Edad del Cobre, también llamada Calcolítico (gr. χαλκός, jalkós ‘cobre’; gr. λίθος, líthos ‘piedra’) o Eneolítico (lat. aenĕus ‘cobre’; gr. λίθος, líthos ‘piedra’), es un período de la prehistoria ubicado entre el Neolítico (Nueva Edad de Piedra) y la Edad de Bronce.
El cobre fue uno de los primeros metales que usó el hombre, utilizándolo inicialmente en su estado natural, el cobre nativo, ya que desconocía los mecanismos por los cuales se podía fundir el mineral. En estos primeros tiempos lo moldeaba gracias a las técnicas del martillado o del batido en frío, por lo que esta fase no es considerada todavía calcolítica sino neolítica. El perfeccionamiento de las técnicas cerámicas le permitió la experimentación con los procesos metalúrgicos, comenzando así a comprenderlos. Cuando ya los controlaba empezó a realizar diversas aleaciones con otros minerales, siendo las más habituales la mezcla con arsénico, primero, y la posterior con estaño, la cual dio lugar al bronce. También fueron usados el oro y la plata.
Índice Edad del Cobre o Calcolítico
Introducción
Contextualizando el calcolítico
Calcolítico inicial en Próximo Oriente
Balcanes en el IV milenio a.C: primeros protoestados europeos.(Karanovo VI -Gumelnitsa; Vinça, Cultura de Cucuteni y Tiszapolgar.)
Pueblos de los Kurganes
El Egeo entre el IV y el III milenio a. C: el alba de las culturas clásicas.
Malta: Primeros templos megalíticos
Foco autóctono peninsular: Vila Nova y Los Millares.
Mediodía francés.
Herederos de los protoestados Balcánicos. (Cerdanova, Cultura de Baden, Boleraz y Vucedol.).
Vaso Campaniforme
Cerámica Cordada.
Expansión del Megalitismo.
Mineral de cobre. Foto: Daniel Stucht – own work. CC BY-SA 3.0.

Introducción a la Edad del Cobre
Anteriormente al VI milenio a. C. se han encontrado artefactos de cobre en el sur de Turquía y norte de Irak, pero, posiblemente, habían sido trabajados en frío o calentados ligeramente para conseguir algo de ductilidad. En la cueva de Shanidar (montes Zagros, Irak) se han hallado colgantes hechos con cuentas de cobre en niveles correspondientes al 9500 a. C., o sea, del Neolítico inicial. (1) Pero las primeras evidencias claras de fundición (señaladas por la presencia de escorias de cobre) se han hallado en Çatalhöyük, en Anatolia, y corresponden a un momento cercano al 6000 a. C. A lo largo del VI milenio aparecen más pruebas metalúrgicas por todo el sur de Anatolia, Irak y los Zagros iraníes, de lo cual se ha deducido que el sur de Anatolia y el Kurdistán (zonas ricas en minerales de cobre) pudieron ser las áreas nucleares donde se consiguió su fundición por primera vez. (2) En Pakistán se fundía el cobre hacia el 4000 a. C. y, poco después, también en el norte de la India, Israel y Jordania. (3) En Egipto y en los Balcanes se encuentran artefactos de cobre nativo no fundidos correspondientes al V milenio a. C., pero es durante el IV milenio a. C. cuando se produjo el auge de la metalurgia calcolítica balcánica, en un proceso de características autóctonas que terminó por expandirse a la Grecia continental y, posteriormente, a buena parte del resto de Europa, gracias a las redes de intercambio (de objetos e ideas) existentes desde el Neolítico. En el sur de la península ibérica se han detectado también procesos metalúrgicos de origen autóctono durante el III milenio a. C., relacionados con las culturas arqueológicas de Los Millares y Vila Nova.
En América hay constancia de la fundición del cobre desde principios del I milenio a. C. en los Andes (4), realizándose aleaciones de este metal con plata y oro desde el 500 a. C. en los actuales territorios de Colombia y Perú para fabricar objetos que tenían, en su mayoría, un uso ritual o de prestigio, siendo pocos los artefactos utilitarios encontrados. Solo a partir del Periodo Horizonte Medio (600-1000 d. C.) se usó el cobre para fabricar objetos de bronce arsenical, estañífero o en aleación con estaño y níquel. (5)
Contextualizando el Calcolítico
Aunque el Calcolítico debe su nombre y siempre se ha identificado con el uso de los primeros metales por parte del hombre, hay muchos otros procesos de cambio asociados que son incluso más importantes que la propia metalurgia:
- la intensificación de la producción;
- los nuevos modelos de ocupación del territorio;
- la especialización artesanal;
- el incremento de los intercambios;
- la estratificación social.
Todos ellos juntos provocaron a partir del V milenio a. C. en el entorno del Mediterráneo oriental un fenómeno que se ha denominado emergencia de las primeras sociedades complejas. Dentro de este conjunto de procesos la metalurgia fue únicamente una innovación tecnológica relativa, ya que fundir minerales cupríferos no requiere de técnicas especiales, sino solo de un cierto perfeccionamiento de los métodos utilizados para la fabricación de cerámica: la fusión del cobre se realiza a 1083 °C, temperatura que había sido casi alcanzada por algunas comunidades ceramistas en el Neolítico. (2)
El aumento de la productividad en la agricultura se debió conseguir gracias al uso del arado; en el Mediterráneo, además, con las técnicas de regadío y la domesticación de la vid y del olivo, de todo lo cual se han encontrado indicios. Así, se pudieron ampliar las superficies en explotación y, gracias a la aparición del carro, transportar los excedentes producidos para su intercambio. En la ganadería se produjo lo que se ha venido a denominar revolución de los productos derivados, consecuencia del aprovechamiento de la fuerza motriz del ganado, de la leche (y sus derivados) y de la lana. (6)
Para Renfrew, Chapman y sus seguidores, la complejidad social fue el resultado del incremento y diversificación de la producción y los intercambios. Marginados actualmente los modelos difusionistas, el debate se ha centrado últimamente en la importancia que tuvieron en la transmisión cultural los contactos entre grupos humanos, probados por abundantes evidencias. Gracias a los intercambios se generalizó el uso de la rueda y del carro por Europa central y occidental, mientras que la metalurgia del cobre se extendió acompañando la expansión del vaso campaniforme. La uniformidad y extensión de los fenómenos campaniforme, cordado y globular suele ser interpretada como resultado del comercio a larga distancia. (7)
Lingote de cobre minoico. Hallado en Zakros. (Creta). Chris 73 / Wikimedia Commons. CC BY-SA 3.0.

Todos estos cambios provocaron el paso del modo de producción doméstico neolítico, autárquico y dirigido por grandes hombres, a una serie de economías integradas e interdependientes, controladas por jefes estables, que, ejerciendo la coerción, se apropiaban de los excedentes, con lo cual comenzaron a generarse las primeras grandes desigualdades en el seno de las sociedades. Asimismo se produjo un claro crecimiento demográfico, que provocó la expansión, estabilización y nuclearización de las poblaciones, que, sobre todo en el área mediterránea, alcanzaron niveles considerados como proto-urbanos, con estructuras suntuarias, cierto urbanismo y una incipiente jerarquización de los asentamientos. A estas sociedades se les ha dado el calificativo de pre-estatales. (8), (6).
El carácter transformador de la metalurgia probablemente debió incidir en las mitologías calcolíticas generando divinidades demiúrgicas (modificadoras de la materia), y la estratificación social se debió reflejar también en unos panteones más jerarquizados, regidos por deidades masculinas y guerreras, que desplazaron a las diosas madre neolíticas. (6)
Virtualmente cada aspecto de la vida en el calcolítico está asociada a lo ritual. Se llevaban adelante ceremonias para honrar a los Dioses y a los cuerpos celestiales. Es en esta Edad que emerge el concepto de «santuario» —la morada terrenal de los Dioses—. Tres santuarios del calcolítico han salido a la luz: al Oeste del mar Muerto, en Ein Guedi, en Teleilat el-Ghassul, Jordania, y en Gilat, parte Norte del desierto del Néguev.
Referencias del Calcolítico:
Calcolítico inicial en el Próximo Oriente
El cobre comenzó a ser fundido en el sur de Anatolia durante el VI milenio a. C. para realizar adornos y/o complementos mientras se seguían utilizando las mismas herramientas líticas (o de otros materiales) del Neolítico, ya que los artefactos fabricados en este metal (sin ningún tipo de aleación) eran menos eficaces que los de sílex u obsidiana. Las primeras evidencias proceden de Çatalhöyük, pero en niveles correspondientes a los años centrales del milenio aparecen también en Hacilar algunas piezas de cobre fundido como punzones, agujas y adornos.
En Mesopotamia la metalurgia del cobre (y del plomo) se detecta en las culturas de Samarra (Irak) y Tell-Halaf (Siria), hacia mediados del VI milenio a. C. En ambas se había empezado a practicar la agricultura de regadío y se elaboraron cerámicas hechas a mano de alta calidad, sobre todo los grupos halafienses, que construyeron santuarios, realizaron pequeñas esculturas y utilizaban sellos. En el sur mesopotámico destaca el yacimiento de Eridu (para los sumerios la ciudad más antigua, con estratos pertenecientes al principio del V milenio a. C.), que participó inicialmente de las anteriores culturas y donde se construyó un templo de pequeño tamaño. De la misma época El Obeid (4800-3700 a.C), se realiza una expansión en toda Mesopotamia y Oriente próximo. Se realizan avances técnicos que evolucionan el desarrollo de Mesopotamia (azada, regadío, etc). Los templos son centros de almacenamiento de productos, los cuales dirigen la vida económica y política de estas comunidades. Después fue la fase de Uruk (3700-3100 a.C) y posteriormente el periodo de Jemdet-Nasr en el que sobresale una arquitectura religiosa (zigurats), se sofistica la glíptica, surgen esculturas de gran valor artístico y crean magníficos vasos para ofrendas. Este periodo además se considera el paso intermedio entre la protohistoria y las historia antigua. Aparece también en documentos escritos, el título de «en» que es un jefe temporal, que parece tener funciones políticas y a la vez tiene carácter religioso. Aparece un consejo de ancianos y una asamblea de guerreros. Surge el palacio (residencia del «en»). Se consolidan los excedentes de producción, que trae como consecuencia el surgimiento de gremios de artesanos

Desde el 5000 a. C. en Ugarit (Siria) y desde el 4500 en Palestina y Biblos (Líbano) comenzaron a manufacturarse pequeñas cantidades de objetos metálicos que en el caso de Biblos no solo fueron de cobre sino también de oro y plata.
En el valle del Nilo se desarrolló a partir del 4000 a. C. la cultura de Nagada, correspondiente al período predinástico y conocedora ya de la metalurgia, aunque la mayoría de los objetos encontrados se fabricaron en piedra. Ha sido considerada un protoestado, con agricultura de regadío y una extensa necrópolis con claras diferencias sociales. Durante esta época aparecieron las convenciones artísticas (10) y los signos religiosos (de inicial carácter totémico) que estructuraron posteriormente el Egipto faraónico. Asimismo, se desarrolló una importante artesanía que utilizó de manera limitada los minerales de cobre, oro y plata (procedentes seguramente de la península del Sinaí) para crear alfileres, amuletos y otros adornos. (11).
(9). Lara Peinado, 1994, pp. 10-12.
(10). Jiménez González, 2011, pp. 14-16.
(11). Delibes y Fernández-Miranda, 1993, pp. 21-47.,
https://informacionmanu.es/2024/05/periodo-predinastico-de-egipto/
Balcanes en el IV milenio a. C.: primeros protoestados europeos
La región de los Balcanes, históricamente, ha sido considerada como un área geográfica ubicada en el sureste de Europa, que comprende los países de la península de los Balcanes. Esta región es conocida por su diversidad étnica, cultural y geográfica, así como por su importancia histórica y geopolítica.
Históricamente, los Balcanes han sido un crisol de civilizaciones y culturas, con influencias de las antiguas civilizaciones griega, romana, bizantina y otomana, entre otras. La región ha sido testigo de numerosos conflictos y cambios de poder a lo largo de la historia, debido a su ubicación estratégica entre Europa, Asia y el Mediterráneo.
Los países que comúnmente se consideran parte de la región de los Balcanes incluyen Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Grecia, Kosovo, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y Eslovenia. Sin embargo, la definición exacta de qué países y territorios conforman los Balcanes puede variar dependiendo del contexto histórico, cultural, político y geográfico.
«Cabeza de un ídolo» correspondiente al grupo de Gumelnitsa. Foto: CristianChirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Hasta los años 70 del siglo XX los modelos difusionistas establecían que la metalurgia llegó a Europa como consecuencia de la influencia de Troya, Eutresis o las Cícladas, ligadas a las civilizaciones orientales, supuestamente más desarrolladas. Pero las series de carbono-14 demostraron que la metalurgia balcánica era casi un milenio más antigua que la de sus supuestos inspiradores. (12) Así, en el 2008 se encontró un hacha de cobre en el yacimiento de Plocnik (Serbia), en un contexto del V milenio a. C. (13) Las investigaciones establecieron que, hacia el 4000 a. C., en los Balcanes había surgido de manera autóctona una potente industria minero-metalúrgica del cobre, asociada a una orfebrería impresionante, en un entorno social que algunos autores han llegado a denominar la primera civilización europea. Situados entre el Danubio y Tesalia, los focos principales fueron Vinça, Gumelnitsa, Salcuta, Cucuteni y Tiszapolgar, contemporáneos de los grupos neolíticos griegos. El grupo de Vinça se extendió por la actual Serbia; el de Gumelnitsa por Bulgaria y Rumania; el de Salcuta, muy ligado al anterior, por el oeste de Bulgaria; Cucuteni por Besarabia, Moldavia y Ucrania; Tiszapolgar por la cuenca de los Cárpatos. (12).
Los elementos de cobre más fabricados fueron herramientas tipo hachas, perforadas y de doble uso (hacha-pico, martillo o azada), así como adornos (anillos, brazaletes y alfileres). Mas todo ello era únicamente para la ostentación de sus poseedores, no de uso utilitario, ya que los artefactos fabricados en piedra eran mucho más fuertes y duraderos. Los metales sirvieron básicamente para afianzar la posición de las élites emergentes, como expresión de su estatus social, de su poder, algo que refleja claramente la necrópolis calcolítica de Varna. Allí se han encontrado hasta 3000 objetos de oro, la mayoría de pequeño tamaño; unos cincuenta elementos de cobre; millares de cuentas y brazaletes de conchas; hojas de sílex; cuentas de cuarzo; ídolos de hueso y cerámicas pintadas tipo Gumelnitsa. La gran mayoría de estos objetos estaban asociados a unas pocas tumbas y cenotafios, denominados principescos, más ricos los masculinos que los femeninos; un segundo grupo de enterramientos que cuentan con unas pocas piezas preciosas y útiles de cobre han sido asociados con una élite de artesanos especializados; un tercer grupo más numeroso dispone de un único adorno o pieza utilitaria, además de cerámica; finalmente, la mayoría de las sepulturas solo tienen como ajuar un solitario vaso cerámico o incluso nada. En esta necrópolis se advierte la estructura piramidal de una sociedad compleja, en la cual unos pocos individuos ostentaban el liderazgo del grupo, acaparaban las riquezas y lo manifestaban a través de unos símbolos exclusivos de su clase social: el oro, el cobre y las conchas procedentes del mar Egeo. (14).
La excavación de numerosos asentamientos de nueva creación hace suponer que la demografía experimentó un importante auge: se ha estimado que solo en la actual Bulgaria hubo unos 1000 poblados, de muy distintas dimensiones, habitados por cerca de 100 000 personas. Además, la planificación previa de muchos de estos asentamientos, con planta rectangular o circular, fortificaciones, orientados a los puntos cardinales y con dos calles principales que se cruzan en el centro, nos indica que estamos ante un estadio social protourbano. La aparición de viviendas singulares (diferenciadas de las demás) y de edificios reservados al culto (abundantes en ofrendas, tesoros y figurillas), además de talleres cerámicos y/o metalúrgicos, nos aproximan a un escenario definido como propio de una civilización. Por si esto no fuera suficiente, se han hallado en Vinça y Gumelnitsa tabletas de arcilla, cerámicas y un sello grabados con ideogramas, considerados el primer intento europeo de escritura. Pero todo este brillante proceso cultural quedó bruscamente interrumpido hacia el 3000 a. C. sin que se sepan exactamente las causas: quizás una crisis ambiental o las «invasiones» kurganas, o una mezcla de ambas. (15).
Karanovo-Gumelnitsa. Cultura Gumelnita.
En el territorio de las actuales Bulgaria y Valaquia, se desarrolló desde mediados del V milenio a. C. la cultura arqueológica de Karanovo-Gumelnitsa, en la cual se aprecia un cierto urbanismo con el diseño y construcción de redes de calles y estructuras defensivas. La vivienda seguía en la tradición danubiana de casas hechas con postes y arcilla, tejados a doble vertiente y ventanas redondas, albergando en ocasiones talleres domésticos de herramientas, bisutería y tejidos. Las industrias del sílex, cerámica y cobre aparecen muy desarrolladas, lo que denotaría una fuerte especialización tanto artesanal como minera que, a su vez, requeriría de una clara jerarquización social.
La cultura Gumelnitsa sucedió a la cultura de Boian. Se extendió desde la llanura danubiana en Rumania a la Bulgaria oriental hasta los Balcanes y con diversas fases de desarrollo. Sus estaciones arqueológicas tiene el aspecto de tell, formado por una superposición de asentamientos sucesivos.
La cultura gumelniţa dura desde la segunda mitad del quinto milenio a. C. hasta el inicio del segundo milenio a. C. Es contemporánea, al menos en parte, la cultura transilvánica de Petreşti.
El excedente productivo atraía expediciones de saqueo, como muestra el gran número de armas de sílex que caracteriza todo el complejo cultural.
Vaso cerámico de Gumelnitsa. Foto: CristianChirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Estatuilla de la cultura Gumelnitsa-Karanovo. Cristian Chirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Están documentadas la ganadería y la agricultura, aunque la caza y la pesca debían tener gran importancia, ya que se ha hallado un gran número de arpones de hueso y cuerno.
Esta cultura tiene poblados de tipo tell, con viviendas rectangulares de adobe y tapial, ocupadas por gentes agricultoras y ganaderas. Los tejados de las casas son a doble vertiente y las ventanas redondas. Conocemos estos datos por las miniaturas de las casas halladas en las excavaciones. Los poblados se organizan ortogonalmente, siendo un buen ejemplo Potianitsa, poblado fortificado con tres líneas de empalizada paralelas, planta rectangular de 45 × 30 metros con una entrada por cada lado. La planta es rectangular y con dos o tres habitaciones. Perdura durante todo el Calcolítico, con ocho fases de construcción.
Tell (plural: tells), también escrito como tall o tel (en árabe تلّ, tall, y en hebreo תל, tel, ‘colina’ o ‘montículo’), es un término que designa un yacimiento arqueológico con forma de montículo de tierra que resulta de la acumulación y la subsecuente erosión de materiales depositados por la ocupación humana durante largos períodos. Un tell consiste fundamentalmente en la acumulación de ladrillos de adobe y otros elementos constructivos, con una alta proporción de piedra o margas, así como una menor cantidad de restos domésticos. La distribución geográfica de este fenómeno se extiende desde el valle del Indo hacia el este hasta el sudeste de Europa hacia el oeste.
La palabra se usa habitualmente como un término general arqueológico, particularmente en la arqueología del Próximo Oriente. En ocasiones se utiliza también como topónimo —es decir, como parte del nombre de una ciudad o localidad—. El ejemplo más conocido de ello es el de la ciudad de Tel Aviv (en hebreo, ‘La colina de la primavera’), si bien Tel Aviv no se encuentra realmente sobre un tel. En el Próximo Oriente, a menudo una ciudad moderna se encuentra localizada en las cercanías de un antiguo montículo, muchas veces con un nombre de tell similar; por ejemplo, la ciudad de Arad se halla a unos pocos kilómetros de una antigua colina denominada Tel Arad. La ciudad de Mosul, en Irak, está cercana a Tell Hassuna, uno de los yacimientos arqueológicos con evidencias más antiguas de cerámica en Mesopotamia. Un empleo más adecuado del término es el caso del tell de Akka, una loma sobre la cual se sitúa la actual ciudad israelí de Acre.
En ocasiones la palabra tell se aplica erróneamente a un yacimiento arqueológico cuya forma no garantiza tal designación. El de Amarna, en Egipto central, frecuentemente mal llamado Tell el-Amarna, es el mejor ejemplo de ello.
La palabra ‘tell’ procede de la acadia tilu, «montículo». Sus equivalentes que describen los montículos de ciudades en Egipto, Persia y Turquía son, respectivamente, kom, tepe y hüyük. La palabra turca correspondiente es höyük, como en Çatalhöyük, o tepe. Los topónimos que indican montículos de habitación en la zona de los Balcanes se traducen a menudo como ‘tumba’: magoula o toumba (debido a que los pequeños tells pueden confundirse con facilidad con túmulos o enterramientos) en Macedonia y Tesalia. La palabra mogilă se usa en Bulgaria, gomilă en Eslovenia y măgură en Rumanía.
Real Academia Española. «tell». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Las cerámicas e ídolos recuerdan a los de Vinça, pero la alfarería se individualiza por su acabado peculiar, con superficies lustrosas conseguidas con la aplicación de grafito y la cocción a temperaturas muy elevadas. Hay que mencionar la vasija pintada.
La metalurgia está plenamente consolidada. Hay hachas-escoplo planas, anzuelos de alambre, alfileres con cabeza de doble espiral y con hachas-pico de perforación transversal, para enmangar, de tipo Vidra. Los adornos de oro se consideran hasta cierto punto definidores de la cultura de Gumelnitsa.
Si en Vinča se hablaba de las minas de Rudna Glâva, ahora hay que mencionar las minas búlgaras de Ai Bunar, que debieron ser fuente de la mayor parte del mineral utilizado en el Calcolítico de la región. Las labores de explotación consisten en trincheras a cielo abierto, habiéndose documentado hasta once, que llegan a medir en superficie hasta 110 metros de largo y 10 de ancho, alcanzando profundidades de hasta 20 metros.
El fuego, aunque no está constatado, no se descarta. En Ai Bunar debieron extraerse a lo largo de la Edad del Cobre, millares de toneladas de mineral, corriendo su extracción a cargo de los habitantes de siete poblados mineros que se encontraban en un radio de 15 km en torno a la mina. En ellos se han localizado algunos stocks de mineral reducidos a polvo y yacimientos con hachas-martillo de cobre, mazas de piedra, etc. Se estima que del 55 al 60 % de los cobres que en Bulgaria se asocian a la cultura de Gumelnitsa, proceden de las minas de Ai Bunar. Constituyen también la materia prima de las ricas series metálicas de la necrópolis de Varna. Estos cobres han sido exportados hacia el norte, a lo largo de las orillas del mar Negro, hasta las regiones del Dniéper y el Don.
En el territorio de las actuales Bulgaria y Valaquia, se desarrolló desde mediados del V milenio a. C. la cultura arqueológica de Karanovo-Gumelnitsa, en la cual se aprecia un cierto urbanismo con el diseño y construcción de redes de calles y estructuras defensivas. La vivienda seguía en la tradición danubiana de casas hechas con postes y arcilla, tejados a doble vertiente y ventanas redondas, albergando en ocasiones talleres domésticos de herramientas, bisutería y tejidos. Las industrias del sílex, cerámica y cobre aparecen muy desarrolladas, lo que denotaría una fuerte especialización tanto artesanal como minera que, a su vez, requeriría de una clara jerarquización social.
Esta se evidencia en necrópolis como la de Varna (ver supra), datada hacia el 4500 a. C. (13) y en cuyas tumbas encontramos grandes diferencias entre los ajuares, que evidencian caracteres hereditarios y denotan la existencia de una élite principesca. Por lo general las inhumaciones mantenían el rito tradicional (en posición fetal), aunque aparecen algunos cadáveres en posición estirada, así como cenotafios (tumbas simbólicas sin cuerpo, pero con ajuar).
La religión aparece reflejada a través de ciertos edificios considerados templos, que albergan en su interior altares decorados en rojo sobre blanco con motivos solares y espirales. Se supone que sería una religión solar, asociada al culto de la Diosa madre, cuyos ídolos (muy esquematizados) aparecen en abundancia. También se encuentran figurillas votivas con rasgos individuales, tanto femeninas como masculinas y de parejas.
En la fase Karanovo VI (hacia 3600 a. C.) se explotaban las minas de calcopirita de Ai Bunar en Stara Zagora, de las que se conocen 11 pozos de 20 m de profundidad. Se utilizaba el fuego para resquebrajar las rocas y extraer el mineral. Este era convertido en polvo en las aldeas cercanas, para después transportarlo a los lugares donde se fundía. (13) La cerámica es como la de la última fase de Boian, pintada al grafito, apareciendo después nuevas formas como copas de borde grueso sin decorar, recipientes finos de dos asas y los «askoi».
Cultura de Vinča
La cultura de Vinča (Vincha) fue una de las culturas más tempranas de Europa (entre el VI y III milenio a. C.), cuyo asentamiento se encontraba a lo largo del Danubio en Serbia, Rumanía, Bulgaria y Macedonia, aunque huellas de esta cultura se pueden encontrar en los Balcanes, varias zonas de Europa Central y Asia Menor.
Los poblados continúan la tradición de Starcevo, lo que vincula este grupo a la llamada Cultura Tell.
Se han encontrado muchos pueblos bien organizados, con cerámica, figurillas de arcilla antropomorfas y zoomorfas y objetos que muestran numerosos signos que podrían constituir la más antigua protoescritura conocida.
Aunque la cultura Vinča es todavía neolítica y no se considera que forme parte propiamente de la Edad del Cobre, sin embargo los restos más antiguos conocidos de la metalurgia del cobre fueron descubiertos en esta cultura.
Situación de los focos culturales en Europa sobre el 4.000 a.C. (Europa del Sudeste). CC BY-SA 3.0.

La cultura de Vinča obtuvo su nombre del pueblo de Vinča, ubicado en las orillas de Danubio, a 14 km de Belgrado, donde yace uno de los más grandes y más importantes asentamientos neolíticos de Europa Oriental, descubierto en 1908 por el equipo arqueológico de Miloje M. Vasić, el primer arqueólogo de Serbia.
Gracias a los esfuerzos de Vasić, se excavó la parte central y al mismo tiempo la parte más importante del Vinča prehistórico entre los años 1908 y 1934. La labor de Vasić fue interrumpida varias veces por las guerras y los problemas económicos, pero también fue ayudado por el Instituto Arqueológico de Rusia Imperial, así como por el patrón británico, Sir Charles Hyde. Vasić desenterró una gran colección de objetos de arte prehistórico que actualmente se encuentran en los museos y universidades en todo el mundo. Muchos hombres cultos de esa época visitaron la excavación: Veselin Čajkanović, Charles Hyde, J. L. Myres, W. A. Hurtley, Bogdan Popović y Gordon Childe.
Divinidad doméstica sentada de arcilla (4500 a. C.—4000 a. C.) de Vinča-Belo brdo, conservada en el Museo Británico. Michel wal. CC BY-SA 3.0.

Cronología: Por aquel tiempo, tanto los arqueólogos yugoslavos como los rumanos creían que la cultura de Vinča había surgido alrededor de 2700 a. C. Sin embargo, la datación por radiocarbono determinó la fecha de aparición de esta cultura antes de 4000 a. C.
En el VI milenio a. C., la cultura de Vinča cubría el área de los Balcanes centrales, limitando con los montes Cárpatos en el norte, con Bosnia en el oeste, la llanura de Sofía en este y el valle de Skopie en el sur.
La cultura Vinča puede dividirse en dos fases, estrechamente vinculadas con las de su tipo en el yacimiento de Vinča-Belo brdo.
Reconstrucción de una casa vinca. S.sanja de Wikipedia en serbio. Dominio público.

Se trata de agrupaciones de casas de barro y madera rectangulares con varias habitaciones, una de las cuales, la central, suele contar con un horno para el pan.
El punto de partida de Vinča, o fase A, puede considerarse Neolítico, una variante de la cultura de Starcevo-Körös. Las etapas B y C son calcolíticas, la D corresponde al horizonte de Vinča-Plocnik, que toma ese nombre de un escondrijo de objetos metálicos y coincide con la Edad del Bronce.
Los elementos más característicos de la cultura de Vinča son las cerámicas oscuras, con decoración acanalada en relieve, así como sus idolillos de barro y piedra con rostros de cabeza de ave.
Durante la fase Vinča-Plocnik se explotó la mina de Rudna Glâva; cuenta con varios pozos verticales y otros secundarios que se ramifican lateralmente siguiendo las vetas de malaquita. Los testimonios arqueológicos, como las herramientas de asta y más de un centenar de martillos sobre guijarros con estrangulamiento central para el enmangue, se mantienen tal como fueron abandonados por los mineros calcolíticos, lo que permite conocer como se realizó la explotación del mineral.
La roca que contenía los minerales se calentaba mediante hogueras para ser después regada sobre la marcha con agua almacenada en tinajas, lo que provocaba la aparición de grietas. A continuación, se clavaban en estas grietas ciertos picos de asta de ciervo con los que se desgajaban los bloques, que eran trasladados a la superficie. Una vez allí, mediante martillos de minero se desgajaba la ganga del mineral, desmenuzándose este último mediante morteros.
Enlaces externos Cultura de Vinça

Escritura Vinča
La escritura Vinča, también llamada alfabeto Vinča o Escritura europea antigua, es el nombre dado a un tipo de marcas encontradas en una serie de artefactos prehistóricos hallados en el sureste de Europa. Algunos consideran las marcas como un sistema de escritura, atribuible a la cultura de Vinča, que habitó la región hacia 6000-4000 a. C. Otros dudan que las marcas representen una escritura, citando la brevedad de las inscripciones encontradas y lo escaso de símbolos repetidos.
Reproducción de la tablilla circular de Tărtăria. (Rumanía), y datadas hacia el 4500 a.C. Foto: I, Mazarin07. CC BY-SA 3.0,
Las tablas de Tărtăria son tres tablillas de arcilla descubiertas en Tărtăria (Rumanía). Muestran una serie de símbolos grabados que han sido objeto de considerable controversia entre los arqueólogos, en tanto que según algunas opiniones podrían ser una de las primeras formas de escritura del mundo. Se han propuesto dataciones que oscilan entre 5300 a. C. y 3800 a. C.
Las tablillas fueron encontradas en 1961 en Tărtăria, localidad situada a 30 km aproximadamente de Alba Iulia. Nicolae Vlassa, un arqueólogo del Museo de Cluj, desenterró tres tablillas con 26 símbolos, junto con un brazalete y varios restos de huesos humanos. Dos de las tablas son rectangulares y la tercera es circular.
En las tres tablillas solo presenta símbolos una de las caras. Símbolos similares se han hallado en utensilios localizados en las excavaciones de Vinča en Serbia y otros lugares del sur de los Balcanes, por lo que podrían estar relacionados.
Véase también

Cultura de Cucuteni (Cucuteni-Tripolje.)
La cultura de Cucuteni representa la fase culminante del Neolítico final y el Calcolítico de la Europa sudoriental. Floreció entre el 4500 a. C. y el 3000 a. C. Es una cultura arqueológica que se desarrolló en el área de las actuales Rumania, Moldavia y Ucrania, donde alcanza hasta los valles del Bug y el Dniéster en la región del Dniéster-Dniéper.
Su nombre proviene del yacimiento de Cucuteni, situado en la población del mismo nombre, en el distrito de Iaşi, Moldavia rumana, excavado por el paleoetnólogo H. Schmidt a principios del siglo XX.

La cultura de Cucuteni representa la fase culminante del Neolítico final y el Calcolítico de la Europa sudoriental. Floreció entre el 4500 a. C. y el 3000 a. C. Es una cultura arqueológica que se desarrolló en el área de las actuales Rumania, Moldavia y Ucrania, donde alcanza hasta los valles del Bug y el Dniéster en la región del Dniéster-Dniéper.
Su nombre proviene del yacimiento de Cucuteni, situado en la población del mismo nombre, en el distrito de Iaşi, Moldavia rumana, excavado por el paleoetnólogo H. Schmidt a principios del siglo XX.
A la fase inicial de producción llamada pre-Cucuteni y vinculada aún a la Bandkeramik (cerámica de bandas) danubiana sigue el pleno desarrollo de la fase Cucuteni A, con elegantes vasos, decorados con espirales, meandros y motivos en S.
La ornamentación, marcada con un sentido dinámico de la línea y un gusto vivo del color, juega sobre el contraste cromático entre el fondo blanco amarillento y el rojo oscuro de los elementos decorativos, delimitados por un contorno negro.Sucesivamente, el negro adquiere un papel más importante, mientras aparecen las primeras representaciones zoomórficas esquemáticas.
En la última fase los motivos están repartidos en frisos, que subrayan la estructura del vaso, distinguiendo el cuerpo del cuello y del pie.
Ídolos femeninos de terracota y figurillas de animales atestiguan relaciones con el Asia Menor y el Egeo. Pero ya a finales de la primera fase puede observarse también una penetración de elementos del este europeo, documentada por otra clase de cerámica con decoración en forma de peine.
El mismo fenómeno se manifiesta más al sur, en el área cultural de Gulmenita, y se acentúa en la fase final, primera etapa de la evolución hacia la Edad del Bronce.
En este proceso se difunden las tumbas de ocre, análogas a las del Ponto septentrional.El arqueólogo estadounidense J. P. Mallory (1945-) afirma :
La cultura está atestiguada en más de mil sitios, desde pequeños pueblos a vastos asentamientos, que constaron de cientos de vivienda rodeadas por múltiples zanjas.
Estaba centralizada en la mitad del curso alto del río Dniéster llegando por el noreste hasta el Dniéper.
Está presente una cultura urbana, quizás la primera de Europa. La agricultura está atestiguada, tan bien como el ganado, vacuno principalmente, pero de cabras/ovejas y cerdos hay también evidencias. Una parte de los restos es de animales salvajes.
Se conoce desde 1884 en Rumania, y las primeras excavaciones empezaron en 1909.
El primer asentamiento descubierto fue en el norte de Rumania, por tanto el nombre de la cultura proviene de un pueblo rumano. Algunos han sugerido que el centro estaría cerca del pueblo ucraniano de Trypillia, descubierto en 1897. Pero más tarde, se han descubierto más lejos artefactos que indican que el centro geográfico de la cultura probablemente esté más al norte, quizás en la República de Moldavia. Puede ser una cultura indoeuropea. Al menos, la cerámica está conectada con la cultura de Cerámica lineal.
La gran colección de objetos de la cultura de Cucuteni puede ser encontrada en el Museo de Historia y Arqueología en Piatra Neamţ (Rumania).
Hasta 2003 se han identificado más de 2000 emplazamientos de la cultura tripiliana.
Se ha propuesto introducir la reserva de Trypillia en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Reconstrucción de una cabaña tripilia, en el museo de Tripilia (Ucrania).
Fuente foto: Petro Vlasenko (ua.vlasenko.net) – Este enlace. Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Los grandes asentamientos del sur de Ucrania, cerca de los ríos Prut, Dniéster y Bug, solían estar en lugares estratégicos y protegidos por trincheras y terraplenes, llegando a contener entre 1200 y 1700 estructuras (viviendas, almacenes o talleres), que acogerían a varios miles de habitantes. Los edificios seguían un plan urbanístico, ordenados en círculos concéntricos sucesivos, con callejones radiales que partían del centro de la población y aprovechando al máximo el espacio disponible. Hay documentados barrios enteros de artesanos especializados, que disponían de hornos complejos y del torno alfarero, lo que les permitiría producir en serie su cerámica. En Rumanía y Moldavia los asentamientos fueron algo menores, pero aun así, de dimensiones considerables, como el de Petreni, con unas 500 estructuras que pudieron acoger a entre 2000 y 4000 personas. La existencia de asentamientos estables fortificados, la inusual importancia del sector secundario en esta época (en Europa) y la aparición de edificios singulares ha llevado a muchos investigadores a afirmar que las fases más recientes de Cucuteni-Tripilia podrían constituir las más antiguas evidencias europeas de proto-estados.
Cerca de la localidad ucraniana de Nebélivka fueron encontrados restos de un asentamiento de 238 hectáreas con 1.200 edificaciones, 50 calles, un templo y objetos diversos, principalmente de cerámica, que datan de hace aproximadamente 6.000 años. El templo era un edificio de dos pisos de, madera y de barro, rodeado por un patio con galería; la planta superior estaba dividida en cinco salas; dentro de las ruinas hay restos de ocho plataformas de arcilla, que pueden haber sido utilizadas como altares y la plataforma en la planta superior contiene numerosos huesos quemados de cordero, asociados con sacrificio; los pisos y las paredes de las cinco habitaciones de la planta superior fueron» decorados con pintura roja.
Religión y ritual de la cultura Cucuteni-Trypillia
El estudio de la religión y el ritual de la cultura Cucuteni-Trypillia (1) ha proporcionado importantes conocimientos sobre el principio de la historia de Europa. La cultura Cucuteni-Trypillia, que existió en las actuales naciones del sudeste europeo de Moldavia, Rumania y Ucrania durante el Neolítico y la Edad del Cobre, desde aproximadamente 5500 a. C. hasta 2750 a. C., dejó tras de sí miles de ruinas de asentamientos que contienen una gran cantidad de artefactos arqueológicos que atestiguan sus características culturales y tecnológicas. (2).
Para una descripción general de esta cultura, véase el artículo principal de la Cultura de Cucuteni; este artículo trata de sus aspectos religiosos y rituales. Se han encontrado algunas comunidades de Cucuteni-Trypillia que contienen un edificio especial ubicado en el centro del asentamiento, que los arqueólogos han identificado como «santuarios sagrados». Se han descubierto artefactos dentro de estos santuarios, algunos de los cuales han sido intencionalmente enterrados en el suelo dentro de la estructura y que son claramente de naturaleza religiosa, y han proporcionado una visión de algunas de las creencias, y tal vez algunos de los rituales y la estructura que tenían los miembros de esta sociedad. Además, también se han encontrado artefactos de aparente naturaleza religiosa en muchos hogares de Cucuteni-Trypillia.
Altar Cucuteni. CristianChirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Muchos de estos artefactos son figurillas o esculturas de arcilla. Los arqueólogos han identificado muchos de ellos como fetiches o tótems, que se cree que están imbuidos de poderes que pueden ayudar y proteger a las personas que los cuidan. Estas figurillas de Cucuteni-Trypillia se han conocido popularmente como «Diosas», sin embargo, este nombre, es en realidad equivocado desde el punto de vista científico. Se han descubierto tantas de estas llamadas Diosas de barro en los yacimientos de Cucuteni-Trypillia que muchos museos de Europa del Este tienen una colección considerable de ellas y, como resultado, han llegado a representar uno de los marcadores visuales más fácilmente identificables de esta cultura para muchas personas. Algunos historiadores como Marija Gimbutas afirman que:
… el desnudo rígido es representativo de la muerte sobre la base de que el color blanco está asociado con el hueso (lo que se muestra después de la muerte). Se pueden encontrar desnudos rígidos en las culturas Hamangia, Karanovo y Cucuteni. (3).
Artefactos arqueológicos. A partir del período Precucuteni III (circa 4800-4600 a. C.), en los asentamientos Cucuteni-Trypillia empezaron a aparecer edificios especiales de santuarios comunales. Continuaron existiendo durante los períodos Cucuteni A y Cucuteni A/B —correspondientes a Trypillia B— (circa 4600-3800 a. C.), pero luego, por alguna razón, estos santuarios comenzaron a desaparecer, hasta el período Cucuteni B (Trypillia C) (circa 3800-3500 a. C.) solo se han descubierto algunos ejemplos procedentes de la exploración arqueológica. Estos santuarios fueron construidos en una arquitectura de estilo monumental e incluían estelas, estatuas, altares y numerosos otros artefactos ceremoniales y religiosos, a veces empaquetados en paja dentro de cerámica. (4).
Diosa del «Reloj de Arena» de la cultura Cucuteni. CristianChirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Representación antropomórfica. CristianChirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Miniaturas de cerámicas. CristianChirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Algunos de estos artefactos originalmente parecían representar temas que son ctónicos (del inframundo), y celestiales. Durante una excavación en 1973 en el sitio de Cucuteni-Trypillia en Ghelăiești, cerca de la ciudad de Neamț, Rumania, el arqueólogo Ștefan Cucoș descubrió una casa en el centro del asentamiento que era el santuario de la comunidad. El siguiente relato escrito por la arqueóloga croata Marina Hoti describe los hallazgos dentro de este santuario:
«En la esquina sureste de la casa se encontró un jarrón rodeado de seis jarrones debajo del piso. El jarrón central estaba al revés, cubriendo otro recipiente con una tapa, en el que se encontraron cuatro figuras antropomórficas, dispuestas en una cruz y mirando a los cuatro lados del mundo. Dos figuras estaban decoradas con líneas y tenían cabezas y patas completamente negras; los otros dos no eran de color, pero tenían rastros de rojo-ocre.» (5).
En mitología y religión, y en particular en la griega, el término ctónico (del griego antiguo χθόνιος khthónios, ‘perteneciente a la tierra’, ‘de tierra’) designa o hace referencia a los dioses o espíritus del inframundo, por oposición a las deidades celestes. A veces también se los denomina telúricos (del latín tellus).
La palabra griega χθών khthốn es una de las varias que se usan para ‘tierra’ y se refiere típicamente al interior del suelo más que a la superficie de la tierra (como hace γαίη gaie o γῆ ge) o a la tierra como territorio (como hace χώρα khora). Evoca al mismo tiempo la abundancia y la tumba.
Las divinidades ctónicas pertenecen a un viejo sustrato mediterráneo, identificado más obviamente con Anatolia. Los ciclos de la naturaleza, los de la vida y la supervivencia tras la muerte están en el centro de las preocupaciones que traducen.
La arqueología revela, especialmente en los lugares de posibles santuarios y en las tumbas de la época neolítica y de la Edad de Bronce, los ídolos actualmente calificados de Grandes Madres o Madres-Tierra, supuestamente relacionados con los cultos a la fecundidad y la fertilidad. La relación de estos objetos con los de otros sitios (notablemente Anatolia) sugiere que esta antigua religión mediterránea asociaba esta diosa con un toro o un cordero, tema que permanecerá largamente en la región.
En Creta, el supuesto culto a esta Gran Diosa se transforma durante el II milenio a. C. a medida que aparecen nuevos actores: diversos animales, plantas, etcétera. Toda una muchedumbre de demonios guía a los dioses, tales como los Curetes o los Dáctilos, que se expanden en esta época y tendrán numerosos descendientes en la mitología griega (quimeras, gorgonas, sirenas, etcétera). La misma Diosa Madre se duplica sin duda como madre e hija, como será más tarde el caso de sus herederas Deméter y Perséfone.
El santuario de los Grandes Dioses de Samotracia albergaba un culto mistérico dedicado a un panteón de divinidades ctónicas, de las que la más importante era la Gran Madre.
En Acragas (actual Agrigento) hay un templo dedicado a las divinidades ctónicas.
Mientras otros términos como «deidad terrestre» suelen tener implicaciones más dramáticas, los términos khthonie y khthonios tienen un significado más técnico y preciso en griego, refiriéndose ante todo a la forma en que se ofrecían sacrificios al dios en cuestión.
Algunos cultos ctónicos practicaban el sacrificio ritual, que a menudo se realizaba de noche. Cuando el sacrificio era una criatura viva, el animal se ponía en un bothros (βοθρος, ‘pozo’) o megaron (μεγαρον, ‘cámara hundida’). En otros cultos, por el contrario, la víctima era sacrificada sobre un bomos (βομος, ‘altar’) elevado. Las ofrendas eran normalmente quemadas íntegramente o enterradas en vez de ser cocinadas y repartidas entre los devotos.
No todos los cultos ctónicos eran griegos, ni todos ellos practicaban el sacrificio ritual: algunos hacían sacrificios en efigies o quemaban ofrendas vegetales.
Aunque las deidades ctónicas tenían una relación general con la fertilidad, no tenían un monopolio sobre esta, ni eran los dioses olímpicos totalmente indiferentes a la prosperidad de la tierra. Así, aunque tanto Deméter como Perséfone cuidaban varios aspectos de la fertilidad de la tierra, la primera tenía un culto típicamente olímpico mientras que el de la segunda era ctónico.
Para mayor confusión, Deméter era adorada junto a Perséfone con idénticos ritos, e incluso esta era ocasionalmente clasificada como una olímpica en la poesía y los mitos. Se ha sugerido que la absorción de algunos cultos anteriores en el nuevo panteón, frente a los que se resistían a ser asimilados, hizo que los mitos más recientes parecieran confusos.
Las categorías olímpica y ctónica no eran, sin embargo, totalmente estrictas. Algunos dioses olímpicos, como Hermes y Zeus, también recibían sacrificios y diezmos en algunos lugares. Los héroes deificados Heracles y Asclepio podían ser adorados como dioses o como héroes ctónicos, dependiendo del sitio y la época de origen del mito.
Más aún, algunas pocas deidades no son fácilmente clasificables bajo estos términos. A Hécate, por ejemplo, era costumbre ofrecerle cachorros en las encrucijadas, lo que con toda seguridad no era un sacrificio olímpico, pero tampoco una ofrenda típica a Perséfone o a los héroes. Debido a sus funciones en el inframundo, Hécate es, sin embargo, clasificada generalmente como ctónica.
Nota: En psicología analítica, el término «ctónico» se usó a menudo para describir el espíritu de la naturaleza interior, los impulsos terrestres inconscientes del Sí-mismo, las profundidades materiales de uno, pero no necesariamente con connotaciones negativas.
Por ejemplo: «La envidia, la lujuria, la sensualidad, la mentira y todos los vicios conocidos son el aspecto negativo y “oscuro” del inconsciente, que puede manifestarse de dos formas. En el sentido positivo, aparece como un “espíritu de la naturaleza”, animando creativamente al Hombre, las cosas y el mundo. En el sentido negativo, el inconsciente (ese mismo espíritu) se manifiesta como un espíritu de maldad, como un instinto destructor».
En estas dos imágenes se puede obtener una representación visual de las cuatro figurillas dentro del jarro o la olla volcada enterrada en el santuario del sitio de Ghelăiești. El análisis posterior de este descubrimiento ha llevado a una serie de interpretaciones de varios estudiosos a lo largo de los años. Ștefan Cucoș, quien descubrió el artefacto, incluyó otros símbolos descubiertos en Ghelăiești, incluyendo representaciones en forma de serpiente, la forma de cruz de los altares y diseños de esvásticas, concluyó que estaba asociado con un ritual de fertilidad dedicado a la diosa, asociando el negro -figuras pintadas con temas ctónicos, y las figuras pintadas de rojo ocre con temas celestiales. (6) El arqueólogo húngaro János Makkay también apoyó una interpretación ritual de fertilidad. Marija Gimbutas, arqueóloga lituana y autora de La civilización de la diosa, interpretó este descubrimiento como una representación dualista del verano y el invierno, que representa el ciclo de la vida y la muerte en la naturaleza. (3).

Sin embargo, el análisis posterior de este descubrimiento incorporó todo el escenario en el que se encontraron estas figuras: específicamente, que fueron enterradas debajo de un recipiente de cerámica volcado. Comparando este hallazgo con otros descubrimientos similares de las culturas contemporáneas en Isaiia y Poduri. (7).
Los estudiosos desarrollaron una teoría de que el cuadro tomado en su lugar, enterrado bajo el piso del santuario, y con las cuatro figuras mirando hacia las cuatro direcciones cardinales, representaba un medio para proteger el santuario y el asentamiento del mal. Las cabezas negras de las figurillas se asociaron con la muerte, y el ocre rojo se pintó en las figurillas en las partes precisas del cuerpo que la cultura Cucuteni-Trypillia pintaba en las partes del cuerpo de sus difuntos antes del entierro. Estas figuras, por lo tanto, probablemente representaban almas difuntas, o seres del inframundo (tierra de los muertos). Al encerrarlos en un recipiente volcado y enterrar todo este conjunto debajo del piso del santuario, estaban protegiendo el asentamiento de las influencias malvadas que representaban estas figuras creando un sigilo mágico de protección.
Un sigilo (del latín sigillum, que significa sello) es un símbolo utilizado en magia.
El término se refiere generalmente a un tipo de firma gráfica de una entidad espiritual. En el uso moderno, especialmente en el contexto de la magia del caos, se refiere a una representación simbólica del resultado deseado del mago.
En la Biblia, en el libro de la Revelación (Apocalipsis) se cuenta que un rollo con dichos sellos desata a los jinetes del apocalipsis.
En la cultura popular, en diferentes programas de fantasía se presentan a los sellos como una forma de atacar con la magia o como una manera de imposibilitar el uso de la magia.
El sigilo como es conocido en el mundo del ocultismo o más específicamente en la magia del caos, se refiere según la directora de audiolibros y Creadora Digital Paola Rebollo,1 a la práctica mágica, que mediante símbolos se llama al deseo de que suceda algún acontecimiento u obtener un beneficio guiado por la manifestación de la práctica «sigilo» ejecutada.
Estatuillas de la Diosa Madre en la cultura Balcánica de Cucutemi
Como evidencia de arqueología, se han descubierto miles de artefactos del Neolítico europeo, principalmente en forma de figuras femeninas. Como resultado, se ha producido una teoría de la diosa. La historiadora principal fue Marija Gimbutas, aun así, esta interpretación es un tema de gran controversia en arqueología debido a sus muchas inferencias sobre los símbolos en los artefactos. (3).
Algunos investigadores consideran que los símbolos utilizados para representar la feminidad son el «rombo de la fertilidad» y el «triángulo» como símbolo de la fecundidad. (8) La cruz, que simboliza el poder de fertilidad y renovación de la naturaleza, a veces se usaba para representar la masculinidad, así como las fases de la luna. (9).
Diseño de Diosa Madre en una cerámica. CristianChirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Pendientes de Diosa Madre.
Petro Vlasenko (ua.vlasenko.net) – http://ua.vlasenko.net/trypillia/p1010238.jpg . CC BY-SA 3.0

Diseño en rombo usado como símbolo de la fertilidad. CristianChirita. CC BY-SA 3.0.

Representación de una Diosa Madre.
Este archivo fue subido con Commonist. Cristian Chirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0

Figuras del «Círculo de Diosas»
Estas reuniones rituales se realizaban con un jarrón que tenía una forma muy anómala al estilo Precucuteni y se encontraba lleno de tierra y paja. Los objetos de culto se exponían y se adoraban durante las ceremonias mágico-religiosas. El uso repetido de los mismos está demostrado por la presencia de algunas pequeñas roturas de desgaste. Cuando no estaban en servicio del ritual, probablemente se almacenaban en este recipiente especial. La presencia de tierra debajo de algunas estatuillas guardadas en el jarrón, y la evidencia de cariósidos en la superficie de dos estatuillas y cuatro taburetes, llevó a algunos investigadores a formular la hipótesis de que las piezas habían sido depositadas en tierra y paja con fines mágicos: se habían dejado para brotar. todas las estatuas eran distintas. Algunas de ellas llevan decoraciones geométricas. Se observaron estatuillas maduras —que ya habían dado a luz—, estatuillas jóvenes —que todavía no han dado a luz—, y un bebé. Únicamente las estatuillas maduras podían sentarse a la derecha en los taburetes de arcilla. (10).

Estatuillas de Diosa de los Pájaros
Según algunos investigadores como Gimbutas y Lazarocici, para las comunidades de Precucuteni, los pájaros míticos posiblemente encarnaban un principio solar y el renacimiento de la vida, sirviendo como un símbolo de prosperidad y protección.
Diosas de los Pájaros.
CristianChirita – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
Cucuteni Bird Goddess. Piatra Neamt Museum.

Ritos funerarios
Una de las preguntas sin respuesta con respecto a la cultura Cucuteni-Trypillia es el pequeño número de artefactos asociados a los ritos funerarios. Aunque los arqueólogos han explorado asentamientos muy grandes, la evidencia de la actividad funeraria es casi invisible. El arqueólogo estadounidense Douglass W. Bailey escribe que se distingue entre la región oriental de Trípoli y la occidental de Cucuteni-Trypillia:
No hay cementerios de Cucuteni, y los de Trípoli que se han descubierto son muy tardíos. (11)
El descubrimiento de cráneos es más frecuente que otras partes del cuerpo, sin embargo, debido a que aún no se ha realizado un estudio estadístico exhaustivo de todos los restos óseos descubiertos en los yacimientos de Cucuteni-Trypillia, no se puede determinar con precisión, en este momento, el análisis posterior a la excavación de estos descubrimientos.
Algunos historiadores han contrastado las prácticas funerarias de la cultura Cucuteni-Trypillia con la vecina cultura de la cerámica de bandas, que existió desde 5500-4500 a. C. en la región de la actual Hungría y que se extiende hacia el oeste hasta el centro de Europa, haciéndola coincidir con las Fases Precucuteni a Cucuteni A. Las evidencias arqueológicas de los sitios de cerámica lineal o de bandas, han demostrado que practicaban la cremación, así como la inhumación (o entierro). Sin embargo, parece que en la cultura de la cerámica de bandas se hacía una distinción en cuanto al lugar de enterramiento de los cuerpos, basada en el género y la dominación social. Las mujeres y los niños fueron encontrados enterrados bajo el piso de la casa, mientras que los hombres estaban desaparecidos, lo que indica que alguna otra práctica estaba asociada con la forma en que trataban los cadáveres de los hombres. Una de las conclusiones extraídas de esta evidencia fue expuesta por Marija Gimbutas, autora de The civilization of the Goddess: the world of Old Europe (‘La civilización de la diosa: el mundo de la vieja Europa’) en la que teoriza que las mujeres y los niños estaban asociados con el hogar y en el hogar, por lo que serían enterrados bajo la casa, como un acto de conectar sus cuerpos a su hogar. (12).-
En conjunto, tomando en consideración estas características de la cultura vecina de la Cerámica de bandas, los estudiosos han teorizado que pueden encontrarse otros sitios Cucuteni-Tryilianos, incluyendo lugares que pueden estar separados de los asentamientos principales, donde puede haber evidencia de la práctica de la cremación. Los arqueólogos han discutido la ampliación de las áreas de búsqueda alrededor de los asentamientos Cucuteni-Trypillia conocidos para cubrir un área mucho más amplia, y para emplear técnicas modernas para ayudar a tratar de encontrar evidencia de sitios periféricos donde se podría encontrar actividades funerarias. (13)
Además de la cremación y el entierro, se han sugerido otros métodos posibles para disponer de los cuerpos de los muertos. Las arqueólogas rumanas Silvia Marinescu-Bîlcu y Alexandra Bolomey sugieren una práctica común de abandono del cuerpo a merced de la Madre Naturaleza, (14) una práctica que puede ser algo similar a la tradición del zoroastriana de colocar los cuerpos de los muertos sobre una torre del silencio (o Dakhma), que luego son alimentados por las aves carroñeras.
La arqueóloga rusa Tamara Grigorevna Movsha propuso una teoría, en 1960, para explicar la ausencia de algunos huesos, que se considera que tienen poderes mágicos y se dispersaron a propósito en todo el asentamiento. (15)
Otros han sugerido las prácticas de canibalismo, —conocida también como antropofagia—, o excarnación, que es la práctica de quitar la carne y los órganos de los muertos, dejando únicamente los huesos. El arqueólogo rumano Sergiu Haimovici escribe sobre este descubrimiento:
…Alexandra Bolomey… hizo una revisión, (16) de una serie de… restos humanos, (y) encontrados… al menos en parte, (que) tienen un carácter de culto del sacrificio humano y tal vez incluso… una antropofagia de tipo sectario. (17)
Esto indicaría que tal vez se practicaba algún tipo de canibalismo ritualista entre las tribus Cucuteni-Trypillia.
La única conclusión que se puede sacar de las pruebas arqueológicas es que en la cultura Cucuteni-Trypillia, en la gran mayoría de los casos, los cuerpos no fueron formalmente depositados dentro del área de asentamiento.
Incluso en uno de los pocos sitios donde los investigadores han encontrado un número significativo de restos humanos (Poduri Dealul Ghindaru en Rumania), parece posible, al analizar los hallazgos, que en los primeros tiempos de la Cultura de Cucuteni, los niños y los bebés eran inhumados cerca de las casas o incluso bajo el piso de la casa. (18).
Cremación
Varios investigadores tienen algunas hipótesis sobre los rituales del Cucuteni:
- Ritual de incineración de las casas Cucuteni-Trypillya, lo más probable asociado con el entierro y la inmolación.
- Un ritual, que considera el sacrificio enterrado bajo las casas o en el asentamiento, de los animales, sus cabezas o otras partes, posiblemente asociado con la ceremonia de inmolación. (19).
- Un ritual, que consiste en enterrar bajo las viviendas o en el asentamiento cráneos humanos, huesos, a veces quemados, de los fallecidos, posiblemente también se asociaba con la inmolación.
- Los rituales, asociados con el uso del fuego, cuando están en el pozo o fosa, con exclusión de las cenizas, para obtener diversas cosas, probalidades de algún rito de restos de inmolación. También algunos investigadores argumentan que en algunos rituales de la cultura de Cucuteni se han usado figurillas de arcilla antropomorfas, zoomorfas y vasijas binoculares. (20).
Las torres del silencio (también conocidas como dakhma, dokhma o doongerwadi) son edificios funerarios de la religión zoroástrica, ubicados principalmente en Bombay, India, pertenecientes a los parsi, y en Yazd y Kermán en Irán, pertenecientes a los zoroastristas iraníes.
Ver: Tomás Alcoverro, La Vanguardia (1 de diciembre de 2004). «Las torres del silencio zoroastras». Archivado desde el original el 27 de septiembre de 2007. Consultado el 28 de diciembre de 2007.
La religión zoroástrica considera al cadáver humano como un elemento impuro, por lo que está prohibido permitir que estos contaminen a los elementos clásicos de tierra y fuego. Por esta razón los cuerpos son llevados a las torres del silencio, donde su carne es consumida por los buitres. Una vez que los huesos toman el color blanco, por la intervención del sol y del viento, son arrojados al osario ubicado en la parte central del edificio.
Jivanji Jamshedji Modi (1928). «The Funeral Ceremonies of the Parsees, Their origin and explanation».
En la tradición zoroastriana iraní, las torres del silencio son construidas en la cima de colinas o pequeñas montañas en zonas desérticas distantes de centros poblados. A comienzos del siglo XX los seguidores de esa fe abandonaron esta tradición y comenzaron a sepultar a sus muertos en cementerios, e incluso algunos han llegado a cremarlos.
El avesta, que es un conjunto de textos sagrados de la antigua Persia, pertenecientes a la religión zoroastriana y redactadas en avéstico, que es una de las lenguas más antiguas de la familia indoeuropea, encuadrado en el primer milenio antes de Cristo. Habla sobre ceremonias funerarias, pero no así los gathas ( Los Gathas (en avéstico, Gāθās, «cantos») son los 17 himnos, agrupados en cinco cantos religiosos, llamados yasnas que se han atribuido al profeta Zaratustra (Zoroastro), que resultan ser la parte más antigua del Avesta y que están considerados como los textos más sagrados de la fe zoroástrica. ).
Dentro de la tradición de los parsis, las torres son edificios achatados rodeados por bosques y jardines, a los cuales solo tienen acceso unos pocos y elegidos cargadores o portadores de los cuerpos. Los cuerpos son depositados en estas torres en cada uno de los tres círculos que la componen: en la parte externa los hombres, en la central las mujeres y en la más céntrica los niños.
En los últimos años se ha producido un grave descenso en la población de buitres en la India, producto del uso de diclofenaco, medicamento utilizado en mamíferos para reducir el dolor (incluido el ser humano). Esta sustancia se acumula en el cuerpo como parte normal del tratamiento, y cuando el buitre consume el cuerpo del mamífero, el diclofenaco ingresa de forma indirecta al organismo del buitre, provocándole un fallo renal. El uso del diclofenaco fue prohibido en India a partir del 2005 como medida para protección del ave; de hecho, la disminución de la población de buitres ha originado que se clasifiquen como una especie sumamente vulnerable. Esto ha llevado a las comunidades parsis a considerar seriamente la posibilidad de llevar a cabo planes de reproducción asistida de estos animales con el fin de poder continuar con sus ritos funerarios.
- Tomás Alcoverro, La Vanguardia (1 de diciembre de 2004). «Las torres del silencio zoroastras». Archivado desde el original el 27 de septiembre de 2007.
- Jivanji Jamshedji Modi (1928). «The Funeral Ceremonies of the Parsees, Their origin and explanation».
- The Hindu (21 de julio de 2002). «A Zoroastrian Tapestry».
- El Mundo (8 de julio de 2006). «La India pierde a sus buitres». Consultado el 28 de diciembre de 2007.
Un dibujo del siglo XIX de las torres del silencio de Bombay. Fuente dominio Público: Cornelius Brown – Engraving from 1886 book «True Stories of the Reign of Queen Victoria» by Cornelius Brown. Scanned from original copy by Infrogmation (talk).
Tower of Silence, Mumbai

Referencias cultura Cucutemi (Los Balcanes desde el IV milenio a.C)
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- Piatra Neamt exposición permanente.
- «THE SACRAL WORLD AND THE MAGIC SPACE». Iananu.kiev.ua. Consultado el 20 de diciembre de 2014.
Enlaces externos
- EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DE CUCUTENI 2002 – 2003 Archivado el 23 de septiembre de 2021 en Wayback Machine.
- La cultura cucuteni (eolítica o calcolítica).
- The Institute of Archaeomythology La página web del Instituto de Arqueomitología, es una organización internacional de estudiosos dedicada a fomentar un enfoque interdisciplinario de la investigación cultural con especial énfasis en las creencias, los rituales, la estructura social y el simbolismo de las sociedades antiguas. Gran parte de su enfoque cubre temas relacionados con la cultura Cucuteni-Trypillian (en inglés).
- The Vădastra Village Project Un museo de historia viva en Rumania, apoyado por muchas instituciones internacionales.
Resumiendo, y para terminar el tema del proto-estado balcánico de Cucuteni, diremos que:
En las actuales Ucrania occidental, Moldavia y parte de Rumania, se desarrolló esta cultura arqueológica identificada a través de sus recipientes globulares y sus enormes poblados rodeados por fosos y terraplenes. En ella se practicaba el enterramiento en postura extendida. Los cultos a la Diosa madre y a las divinidades animales adoptaron formas más definidas, construyéndose templos y altares al aire libre, así como fosas rituales en las que aparecen (junto a restos animales, vasos, cenizas y trozos de adobe) huesos humanos, lo cual hace pensar en posibles sacrificios rituales de personas. La aparición de cerámica impresa a cordón evidencia contactos con Sredny Stog.
Los grandes asentamientos del sur de Ucrania solían estar en lugares estratégicos y protegidos por trincheras y terraplenes, llegando a acoger entre 5000-8000 personas. Los edificios seguían un plan urbanístico, ordenados en círculos concéntricos sucesivos, con callejones radiales que partían del centro y aprovechaban al máximo el espacio disponible. Hay documentados barrios enteros de artesanos especializados, que disponían de hornos complejos y del torno alfarero, lo que les permitiría producir en serie su cerámica. En Rumanía y Moldavia los asentamientos fueron algo menores, pero aun así, de dimensiones considerables, como el de Petreny, que pudo tener entre 2000 y 4000 habitantes. (17)
Tiszapolgar
La cultura de Tiszapolgar, de tradición tesalia, desarrolló la metalurgia y con esta la estratificación social, visible a través de sus ajuares, que incluyen hachas «mágicas», nódulos de sílex importado y hachas martillo de cobre.
Pueblos de los kurganes
Los grupos de los kurganes fueron asociados por Marija Gimbutas a la expansión por Europa de los idiomas indoeuropeos. Estos grupos eran una amalgama de pueblos diferentes que habitaban las estepas euroasiáticas al norte del mar Negro y que compartían algunos rasgos culturales comunes como los enterramientos en túmulos (kurganes), el uso del caballo o una economía ganadera.
La cultura yamna, también conocida como cultura de las Tumbas de Fosa, se caracterizaba por sus tumbas en forma de túmulo o «kurgán», apareciendo hacia 3500 a. C. al este del Volga y por todo el Turquestán. Instalaban sus pueblos en alturas, fortificándolos a menudo. Su economía era mayoritariamente agropecuaria, con rebaños de ovejas sobre todo. Desarrollaron la metalurgia del cobre y una cierta especialización profesional, aunque las jerarquías no se reflejan con claridad antes del 3000 a. C. Enterraban a sus difuntos bajo túmulos o kurganes (que a veces están rodeados de lajas de piedra) en posición flexionada sobre su espalda, espolvoreando los cadáveres con ocre o yeso y acompañándolos de ofrendas de carne y vasos cerámicos. Cada túmulo suele contener varios enterramientos, lo que les daría carácter de mausoleos familiares.
Simultáneamente, al oeste del Volga se produjeron considerables transformaciones que afectaron a la cultura de Sredny Stog II: a la gran importancia que adquirió el caballo, habría que añadir una clara jerarquización social y la aparición de la decoración cerámica mediante la impresión de cuerdas (cerámica cordada, ver infra). En Crimea y el Cáucaso se distinguen facies regionales, y un ejemplo excelente de una tumba principesca, la de Maykop, quizás un caudillo que dominó una amplia región. En la cuenca del alto y medio Dniéper se diferencia el grupo de Sofijevka, caracterizado por sepulturas de incineración a menudo muy próximas entre sí con una ocasional presencia de ocre en las tumbas.
El origen del término cultura de los kurganes se debe a la arqueóloga lituana Marija Gimbutas (1921-1994), que lo utilizó en 1956 para englobar a una amplia variedad de comunidades originarias de las estepas del medio y bajo Volga, que, según ella, habrían invadido la Europa central modificando su carácter étnico y cultural. Esta teoría ha sido criticada y matizada.
El término kurgán proviene de la palabra rusa (de origen turco) que designa un enterramiento provisto de un túmulo, debajo del cual está la cámara funeraria, normalmente construida en madera. Este fue el método de enterramiento usado por muchos pueblos de las estepas euroasiáticas desde el IV milenio a. C. (los grupos kurganes de Gimbutas) hasta los siglos V y VI d. C. (cuando los utilizaron los hunos y los nómadas magiares).
Referencias: Paloma González Marcén, Vicente Lull y Robert Risch, Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la Edad del Bronce, Madrid: Síntesis, 1992, pág. 31–32.

Los kurganes son tumbas típicas de la Edad del Bronce ―desde el macizo de Altái hasta el Cáucaso, Rumania y Bulgaria―. A veces son estructuras muy complejas, con subdivisión del espacio y cámaras interiores, que conforman una macrotumba con diferentes habitaciones. En la cámara mortuoria, en el centro de la estructura, se enterraba a miembros de la élite dirigente con ajuares y ofrendas rituales, con frecuencia cadáveres de caballos y carros, pero también vasijas, armas, etc. Aunque son más frecuentes en los territorios europeos y centroasiáticos, el enterramiento tumular se expandió más allá de estos lugares. Los túmulos son de medidas variables, desde 7 a 8 metros de diámetro, por 2 metros de alto, hasta tamaños tan considerables como los 500 metros de diámetro de base para los kurganes de Siberia, por 20 metros de alto, y los 350 metros de base, por 76 metros de alto para el Mausoleo de Qin Shi Huang.
Kurgán de Sarmacia del siglo IV a. C. en Filipovka, al sur de los Urales, Rusia. Este kurgán fue excavado bajo la dirección del Instituto de Arqueología de la Academia Rusa de Ciencias, por el catedrático L. Yablonsky, en el verano de 2006. Fue el primer kurgán completamente destruido y vuelto a reconstruir con su aspecto original. Foto: Barefact. Dominio público.

Periodización y arqueología cultura Yamna
Los kurganes fueron construidos básicamente durante la protohistoria (Edad del Cobre, del Bronce y del Hierro), pero también en época clásica.
Cultura yamna (3200-2300 a. C.)
La cultura iamna data del Calcolítico tardío y el Bronce inicial, y se encuentra en las estepas pónticas (región del Bug-Dniéster-Urales). Fue predominantemente nómada, pero se practicaba la agricultura en las orillas de los ríos y había algunos poblados fortificados. La característica principal de la cultura son las inhumaciones en tumbas excavadas en el suelo y con un túmulo (kurgán). El cuerpo se encuentra en posición de decúbito supino con las piernas dobladas. Los cuerpos aparecen cubiertos de ocre, por eso se la ha llamado la cultura de las tumbas de ocre. Las ofrendas y ajuares de los inhumados consisten en ganado sacrificado, como cerdos, ovejas y, mucho más importante, caballos. Esta cultura fue considerada durante mucho tiempo por los difusionistas como el origen de los protoindoeuropeos tardíos, así como su localización fue considerada el sitio de nacimiento (urheimat) de la lengua indoeuropea.
Oleg siendo velado por sus guerreros, pintura de Víktor Vasnetsov en 1899. Este rito de enterramiento, con túmulo funerario, fue típico tanto entre los escandinavos como en los nómadas de Eurasia. Viktor Vasnetsov.

La cultura yamna (yama significa ‘hoyo’ en ruso, yamna significa del hoyo en ucraniano) o «cultura del sepulcro» es una de las últimas culturas del final de la Edad del Cobre (o Era Calcolítica) y comienzos de la Edad del Bronce, en la región del Bug, Dniéster, Ural (Estepa del Ponto, Caspio). La cultura yamna estuvo activa entre el siglo XXXVI a. C. y el siglo XXIII a. C. Esta cultura era predominantemente nómada, aunque practicaban algo la agricultura cerca de ríos y de algunos castros (fortificaciones).
Mapa que muestra la ubicación de la cultura yamna en el 3500 a. C. en el Viejo Mundo. Se mencionan las culturas de la Cerámica del Peine, Maikop y otras adyacentes. Foto: Yamna-nl.svg: Joostik (discusión · contribs.) derivative work: Rowanwindwhistler (discusión). CC BY-SA 4.0.

Orígenes de la cultura yamna
Se piensa que la cultura yamna podría haberse originado en la zona media del río Volga a partir de la cultura Jvalynsk y en el río Dniéper medio a partir de la cultura Sredny Stog. En su zona occidental, fue sucedida por la cultura de las catacumbas; y en el este, por la cultura de Poltavka y la cultura de Srubna.
En la hipótesis de los kurganes de Marija Gimbutas (1921-1994), la cultura yamna se identifica con los últimos protoindoeuropeos. El pueblo yamna es un candidato —junto con el pueblo Sredny Stog— a ser el lugar de origen (urheimat) del idioma protoindoeuropeo.
La teoría de continuidad paleolítica asocia a las culturas de los kurganes (‘túmulos’) yamna y de Sredny Stog con los pueblos túrquicos. La hipótesis anatoliana y la teoría del diluvio del Mar Negro niegan el origen indoeuropeo propuesto por Gimbutas sobre la hipótesis de la invasión kurgana calcolítica.
La cultura yamna se puede relacionar de manera casi directa con un complejo cultural indoeuropeo (o más específicamente, indoiranio): la cultura andrónovo, que es el complejo arqueológico más antiguo que se puede identificar con un grupo lingüístico indoeuropeo particular. (1)
Algunos no ven a los yamnas como ancestros de los indoeuropeos, sino solo de los indoiranios (migrados hacia el sureste). (2).
Características de la cultura Yamna
Son características de esta cultura las inhumaciones en kurganes (túmulos), en sepulcros tipo hoyo en los que se introducía el cuerpo en posición de decúbito supino con las rodillas dobladas. Los cuerpos eran cubiertos con ocre. En estos kurganes se han encontrado sepulcros múltiples, a menudo con inclusiones posteriores. Se ha descubierto que realizaban ofrendas de animales (ganado, cerdos, ovejas, cabras y caballos), una característica que se asocia tanto a los pueblos protoindoeuropeos como protoindoiranios.
Los restos más antiguos encontrados en la Europa Oriental de un carro con ruedas fueron hallados en el kurgán Storozhova Mohyla (Dnipró, Ucrania), que fue realizado por personas pertenecientes a la cultura yamna. El sitio de sacrificio recientemente descubierto en la Cresta Merguéleva se considera una colina-santuario en la que se practicaban sacrificios humanos.
El genetista David Reich, de la Universidad de Harvard, ha adelantado que conforme a un estudio (3) basado en el análisis de ADN de los restos de 153 individuos, existe evidencia de que hace unos 4500 años descendientes de los yamna invadieron la península ibérica con un importante y perdurable impacto genético. Según dicho genetista, al cabo de algunas generaciones, el ADN del cromosoma Y masculino de los invasores habría reemplazado en un 100% el de los hombres locales (4), una interpretación bajo polémica. (5), (6).
Enterramiento de la cultura de tumbas yamna, en el óblast de Volgogrado. Foto: XVodolazx . CC BY-SA 3.0.

Ánforas encontrada durante las excavaciones. Foto: EvgenyGenkin –CC BY 2.5.


Ornamentos y objetos (de hueso y dientes caninos) encontrados durante las excavaciones. Fotografía de 2008, de una exposición en el Museo del Hermitage de San Petersburgo (Rusia). EvgenyGenkin. CC BY 2.5.

Cultura de Andrónovo (2300-1000 a. C.)
La cultura de Andrónovo es una colección de varias culturas que florecieron en la Edad del Bronce final en Siberia y las estepas asiáticas. Se han identificado como mínimo 4 subculturas:
- Sintashta-Petrovka-Arkaim (2200-1600 a. C.).
- Alakul (2100-1400 a. C.).
- Alekseyevka (1300-1100 a. C.) y
- Fedorovo (1500-1300 a. C.).
Como se ha dicho, su límite por el oeste corresponde con el territorio de la cultura de Srubna, por el norte con la taiga (desierto de coníferas), por el este con la depresión Minusinsk y por el sur hasta el Tienshan, la cordillera del Pamir y Koppet Dag.
Era un pueblo de nómadas pastores, identificados con la cultura del caballo, como casi todos los pueblos de Asia. Los kurganes de esta región seguían una tradición proveniente de la Edad del Bronce y con continuidad en la Edad del Hierro. El túmulo podía ser de piedra o tierra y tenía siempre una o varias cistas en piedra (cofre) en el interior, cada una con una sepultura. Los diámetros podían ser entre 7 y 13 metros, y una conservación del túmulo de entre 0.55 y 2.5 metros. Las fosas eran ovales o rectangulares, y los cuerpos se orientaban del noroeste al sureste, y se enterraban a profundidades de 2.3 metros. El individuo se colocaba en decúbito dorsal, con el cráneo en la orientación noroeste, los brazos estirados al lado del cuerpo y las piernas paralelas (Bendezu-Sarmiento, 2006). En el Hierro final se conocen aún kurganes en Kazajistán, con cofre de piedra y túmulo de piedra o tierra, pero es una tradición en decadencia que va desapareciendo a lo largo de este periodo.
La cultura andrónovo (en ruso Андро́новская культу́ра) se desarrolló del 2000 a. C. al 1200 a. C. Se han hallado restos arqueológicos en el norte de Asia central y el suroeste de Siberia. En la región de Minusinsk se superpuso con la cultura afanásievo. (1)
La cultura de Andrónovo se extendió sobre un gran territorio desde la Siberia meridional al noreste, hasta el río Sir Daria al sur, y de este a oeste entre la cordillera de Altái y los montes Urales. (2) El sitio epónimo se encuentra ubicado en las coordenadas 55°53′N 55°42′E, a orillas del río Yeniséi.
Esta cultura pasó por tres períodos diferentes:
- fase antigua (siglos XVII a XVI a. C.).
- fase desarrollada (XV a XIV a. C.) y
- fase reciente (XIII a IX a. C.).
Los portadores de la cultura andrónovo practicaban la agricultura de cereal (trigo y cebada) y una ganadería sedentaria, que devino trashumante en la Fase Reciente. El caballo era especial objeto de cría; este equino fue utilizado por los andrónovos para la monta y para arrastrar carros de dos ruedas, (3) encontrados en las necrópolis de esta cultura.
Culturas arqueológicas asociadas con la cultura de Andrónovo (según la enciclopedia EIEC (Enciclopedia de cultura indoeuropea): * Cultura Yaz, * Cultura BMAC (complejo arqueológico Bactria Margiana), * Cultura del río Swat, * Cultura del Cementerio H, * Copper Hoard (cultura de los depósitos de cobre) * Painted Grey Ware (cultura de la cerámica gris pintada).

Los andrónovos desarrollaron una notable metalurgia2 (principalmente en bronce), gracias a la riqueza mineral del territorio donde se asentaban; también destinaban parte de la producción mineral al comercio con las poblaciones protourbanas de las cultura Namazga (en el actual Turkmenistán y en la Bactriana) y con los pueblos del Complejo Arqueológico Bactria-Margiana. Su cerámica fue especialmente elaborada entre los siglos XV y XIII a. C., con dos estilos diferenciados provenientes de dos centros artesanales en Alakul y en Fedorovo.
En la Fase Antigua los asentamientos de los andrónovo estaban constituidos por pequeñas aldeas fortificadas. Con el tiempo estas fortificaciones (que eran principalmente recintos de leños y barro) desaparecieron y las poblaciones se organizaron en aldeas de planta circular.
Los pastores de la cultura andrónovo fueron los primeros en utilizar la yurta.
La cultura andrónovo es sobre todo conocida por sus sepulturas, que estaban constituidas principalmente por los túmulos, llamados luego en turco-tártaro (y posteriormente en ruso) kurganes.
Reconstrucción del vestuario y joyería de una mujer de la cultura andronovo entre los siglos XVII a XIII a. C. Foto: Interfase. D. Público.

Se considera muy posible que la cultura andrónovo fuese indoeuropea. Esto se deduce por los numerosos rasgos culturales que ulteriormente existieron en las poblaciones iranias: importancia casi sagrada —o directamente sagrada— del caballo, de la ganadería y del pastoreo, el culto al fuego y el culto al Sol (en la cultura andrónovo se constata la presencia de un culto a una deidad solar muy semejante a Mitra). También resulta muy probable que los andrónovos junto a los afanásievos fueran los ancestros de los tocarios.
Véase también
- Anthony, David; Vinogradov, Nikolai (1995), «Birth of the Chariot», Archaeology 48 (2): 36–41.
- Mallory, J.P. (1989), In Search of the Indo-Europeans: Language, Archaeology, and Myth, London: Thames & Hudson.
- Mallory, J. P. (1997), «Andronovo Culture», Encyclopedia of Indo-European Culture, Fitzroy Dearborn.
Cultura de Srubna (1500-800 a. C.)
La cultura de Srubna es una cultura del Bronce tardío, ubicada a lo largo y por encima de la orilla norte del mar Negro, desde la parte oriental del Dnieper, hasta la base septentrional del Cáucaso y hasta el área colindante a la orilla norte del mar Caspio, cruzando el Volga hasta el dominio aproximado de la contemporánea y, de alguna manera relacionada, cultura de Andrónovo (Kazajistán).
Las tumbas estaban hechas de madera, y de aquí su denominación de «cultura de las tumbas de madera». La cultura de Srubna es sucesora de la cultura yamna (3200-2300 a. C.), la cultura de las catacumbas y la cultura de Abáshevo, y fue sucedida, a su vez, por los escitas y los sármatas en el I milenio a. C., y después por jázaros y kipchaks en el I milenio d. C.
La cultura srubna (del ruso: Сру́бная культу́ра); en ucraniano: Зрубна́ культу́ра, también cultura de las tumbas de madera, fue una cultura de la Edad del Bronce tardía (siglos XVI-IX a. C.). Es sucesora de la cultura yamna, de la cultura de las catacumbas y de la cultura de Abáshevo.
Ocupaba el área compredida entre la costa septentrional del mar Negro desde el río Dniéper hacia el este por encima de las vertientes septentrionales del Cáucaso hasta las costas del mar Caspio, cruzando el río Volga, hasta los límites de la aproximadamente contemporánea cultura andrónovo.
El nombre deriva del ruso cруб (srub), «marco de madera», por la forma en que eran construidas las tumbas. Se enterraban partes de animales con los cuerpos.
La economía era agrícola mixta y pasto de ganado. Se ha sugerido que los cimerios históricos descenderían de esta cultura.
La cultura srubna fue sucedida por los escitas
sármatas en el I milenio a. C. y por los jázaros y cumanos en el I milenio d. C.

Cultura escita (700-1 a. C.),
Los escitas eran pastores nómadas a caballo que hablaban un idioma iranio nororiental, que dominaron las estepas pónticas durante el I milenio a. C., con relaciones con los sármatas hasta que estos invadieron sus tierras y les dominaron. Casi toda la información sobre este pueblo proviene de los autores clásicos griegos, especialmente de las Historias de Heródoto. Se les conoce también por las magníficas manufacturas en oro encontradas en sus tumbas tumulares.
También los sármatas, hunos, cumanos, kipchak y los pazyryk practicaron este tipo de enterramientos.
- Escitas (en griego antiguo: Σκύθης Scýthēs o Σκύθοι Scýthoi; en un contexto indo-persa también Saka) era el nombre dado en la Antigüedad a los miembros de un grupo de pueblos de origen iranio, caracterizados por una cultura basada en el pastoreo nómada y la cría de caballos de monta. El etnónimo «escita» también ha sido usado para referirse a otros pueblos de costumbres similares o que ocuparon las regiones de Rusia, Ucrania y Asia Central, conocidas durante largo tiempo como Escitia. En sentido amplio se considera escita a nómadas euroasiáticos, probablemente la mayoría hablantes de lenguas iranias orientales; sería el antecesor del moderno osetio.(…),
- Paloma González Marcén, Vicente Lull y Robert Risch, Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la Edad del Bronce, Madrid: Síntesis, 1992, pág. 31–32.
- Artículo sobre la cultura material de los escitas de Tuvá.
Hipótesis de los kurganes
En 1956, la arqueóloga lituana Marija Gimbutas (1921-1994) presentó su hipótesis de los kurganes, que combinaba arqueología y lingüística para ubicar la sede originaria (urheimat) de los pueblos hablantes del protoindoeuropeo (pIE). Gimbutas nombró al conjunto de culturas en cuestión «cultura de los kurganes» (palabra rusa tomada de lenguas túrquicas y utilizada para determinar unos singulares túmulos sepulcrales) y siguió su supuesta difusión por Europa.
La hipótesis tuvo un impacto significativo en los estudios protoindoeuropeos. Los investigadores que estaban de acuerdo con Gimbutas, identificaban la cultura de los kurganes ―también conocida con el nombre de cultura yamna― como el reflejo de una sociedad protoindoeuropea temprana que existió en las estepas pónticas desde el V milenio al III milenio a. C.
La hipótesis de los kurganes como el origen de los pueblos indoeuropeos asumía una expansión gradual de la cultura arqueológica de los kurganes hasta abarcar todas las estepas del mar Negro ―Kurgán IV―, siendo identificada con la cultura yamna entre el IV y III milenio a. C. La siguiente expansión allende las estepas se identificó con unas culturas híbridas, como la cultura de las ánforas globulares en el oeste, la migración de protogriegos a los Balcanes y las culturas indoiranias nómadas hacia el este en torno al 2500 a. C. La domesticación del caballo y luego el temprano uso del carro han sido tomados como los factores principales del aumento de movilidad de los grupos de los kurganes y de sus pretendidas victorias militares, facilitando su expansión por toda la región del grupo de Yamna. En la hipótesis de los kurganes, la totalidad de las estepas pónticas son consideradas el urheimat (‘hogar original’) indoeuropeo y en ellas se habría hablado un conjunto de dialectos del pIE tardío. La región cercana al Volga ―etiquetada como urheimat en el mapa superior― marca el lugar donde se han encontrado los restos más antiguos de la montura del caballo (la cultura de Samara; ver también la cultura de Sredny Stog), que podrían corresponder a un núcleo de pIE temprano o pre-pIE del V milenio a. C.
Etapas de la expansión
La idea original de Gimbutas identificaba cuatro etapas sucesivas de pueblos kurganes:
- Kurgán I, región del Dniéper/Volga, primera mitad del IV milenio a. C. Aparentemente evoluciona desde las culturas de la cuenca del Volga. Incluía como subgrupos los complejos culturales de Samara y Seroglázovo.
- Kurgán II-III, segunda mitad del IV milenio a. C. Incluye los grupos de Sredny Stog y de Maykop del norte del Cáucaso. Se asocian Crómlechs, primitivos carros de dos ruedas y estelas pétreas antropomórficas de deidades.
- Kurgán IV (cultura yamna o cultura de las catacumbas), primera mitad del III milenio a. C., abarcando toda la región de las estepas desde el río Ural hasta Rumanía.
Mapa de las migraciones indoeuropeas desde el 4000 a. C. al 1000 a. C. de acuerdo con el «modelo Kurgán». La migración anatolia (indicada con una flecha punteada) podría haber tenido lugar bien a través del Cáucaso bien a través de los Balcanes. El área púrpura corresponde al supuesto urheimat (cultura de Samara, cultura de Sredny Stog). El área roja corresponde a la región donde se habrían asentado los pueblos indoeuropeos hasta cerca del 2500 a. C. aproximadamente, y el área naranja cerca del 1000 a. C. Foto: Dbachmann – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Asimismo, creía que hubo tres oleadas de expansión sucesivas:
- Primera oleada, antecede a Kurgán I: expansión desde el bajo Volga hasta el Dniéper, llevando a la coexistencia de Kurgán I y la cultura de Cucuteni. Las repercusiones de las migraciones se extendieron hasta los Balcanes y a lo largo del Danubio, afectando a los complejos de Vinca y Lengyel en Hungría.
- Segunda oleada, a mediados del IV milenio a. C.: se originó a partir de la cultura de Maykop y como resultado de su avance produjo supuestamente una serie de culturas híbridas «kurganizadas» en el norte de Europa alrededor del año 3000 a. C. (cultura de las ánforas globulares, cultura de Baden y cultura de la cerámica cordada). Para Gimbutas, esto se correspondería con la primera intrusión de las lenguas indoeuropeas en el oeste y el norte de Europa.
- Tercera oleada, 3000-2800 a. C.: expansión de los grupos de Yamna más allá de las estepas, con la aparición de características propias en lugares tan lejanos como las modernas Rumanía, Bulgaria y Hungría oriental.
Línea temporal
- 4500-4000 a. C.: protoindoeuropeo temprano, cultura de Sredny Stog, cultura de Dniéper-Donets y cultura de Samara, domesticación del caballo (primera oleada).
- 4000-3500 a. C.: la cultura de Yamna, la cultura prototípica de constructores de kurganes, emergió en la estepa, y la cultura de Maykop en el Cáucaso septentrional. Los modelos del indohitita postulan la separación del protoanatolio con anterioridad a este período.
- 3500-3000 a. C.: protoindoeuropeo medio. La cultura de Yamna se encontraba en su clímax, siendo considerado este momento como el clásico de la sociedad protoindoeuropea, con ídolos de piedra (estelas pétreas ucranianas), protocarros de dos ruedas, estructura familiar patriarcal, además de asentamientos permanentes fortificados en posiciones elevadas (Cultura de Castros). Subsisten de la agricultura y la pesca. El contacto de la cultura de Yamna con las culturas de la Europa neolítica tardía dan como resultado las culturas kurganizadas del ánfora globular y de Baden (segunda oleada). La cultura de Maykop muestra las evidencias más antiguas del inicio de la Edad de Bronce, y se introducen artefactos y armas de bronce en el territorio de Yamna. Probable comienzo de la satemización.
- 3000-2500 a. C.: protoindoeuropeo tardío. La cultura de Yamna se expande por toda la estepa póntica (tercera oleada). La cultura de la cerámica encordada se extiende desde el Rin al Volga. Se corresponde con la última fase de unidad indoeuropea, la vasta región «kurganizada» se divide en varias lenguas y culturas, todavía en débil contacto, permitiendo la difusión de tecnología y préstamos antiguos entre los grupos, excepto las ramas anatolia y tocaria, que ya estaban aisladas. La separación centum-satem probablemente está completa, pero las tendencias fonéticas de la satemización permanecen activas.
- 2500-2000 a. C.: La separación en protolenguas de los diferentes dialectos conocidos se completa. El protogriego se habla en los Balcanes, el protoindoiranio al norte del mar Caspio, en la emergente cultura de Andronovo. La Edad de Bronce alcanza la Europa Central, con la cultura del Vaso Campaniforme, probablemente compuesta de varios dialectos centum. Las momias de Tarim se corresponderían con los prototocarios con gran posibilidad.
- 2000-1500 a. C.: Se inventa el carro, lo que posibilita la división y rápida expansión de las lenguas iranias e indoarias desde el complejo arqueológico bactriano margiano a grandes regiones de Asia central, India septrentrional, Irán y Anatolia oriental. El protoanatolio se separa en hitita y luvio. La cultura preprotocéltica de Unetice desarrolla una activa industria del metal (disco celeste de Nebra).
- 1500-1000 a. C.: En la Edad del Bronce nórdica se desarrollan las culturas preprotogermánicas y preprotocélticas de los Campos de Urnas y Hallstatt en la Europa Central, dando paso a la Edad del Hierro. Los protoitálicos migran a la península itálica (estela de Bagnolo). Composición del Rig-veda y nacimiento de la cultura védica en Pakistán. La civilización micénica da paso a la Edad oscura griega.
- 1000 a. C.-500 a. C.: las lenguas celtas se expanden por la Europa central y occidental. Aparición del idioma protogermano. Homero y el comienzo de la antigüedad clásica. En la India, la civilización védica da paso a los reinos Maja-yana-padas. Zoroastro compone los Gathas, el Imperio aqueménida asciende en detrimento de elamitas y babilonios. Los armenios desarrollan la cultura de Urartu. Separación del protoitálico en osco-umbro y latino-falisco. Creación de los alfabetos griego e itálico arcaico. En el sur de Europa se habla un conjunto de lenguas paleobalcánicas. Las lenguas anatolias se encuentran en retroceso, hasta llegar a su extinción.

Urheimat secundario
Se ha propuesto la cultura «kurganizada» del ánfora globular como un urheimat secundario, que se separó en la cultura del vaso campaniforme y de la cerámica encordada en torno a 2300 a. C. De este núcleo de indoeuropeización podrían proceder la mayoría de las lenguas indoeuropeas de Europa: las lenguas itálicas, celtas, germánicas y otros grupos parcial o totalmente extintos, como las lenguas paleobalcánicas y de Centroeuropa. A ello habría que añadir posiblemente el protomicénico.
En las estepas, el supuesto urheimat primario, seguirían existiendo hablantes de indoeuropeo. Habría, por tanto, dos núcleos principales de indoeuropeización, cada uno siguiendo una evolución independiente: el urheimat secundario o «complejo europeo», fundamentalmente centum, y el urheimat primario, satemizado tras la separación, del cual seguirían partiendo tribus, como las iranias y las indoarias. Las lenguas iranias (como el antiguo escita o el oseta) pueden considerarse herederas de la lengua indoeuropea original hablada por tribus que nunca abandonaron su hogar primigenio.
Diferencias de interpretación
Marija Gimbutas veía la expansión de la cultura de los kurganes como una serie de invasiones militares, donde una nueva cultura guerrera se imponía a las culturas menos bélicas matriarcales de la Vieja Europa, reemplazándolas por una sociedad más bélica y patriarcal, en un proceso visibilizado por la aparición de asentamientos fortificados y elevados, y por la presencia de tumbas de jefes guerreros:
El proceso de indoeuropeización fue una transformación cultural, no física. Debe entenderse como una victoria militar en cuyos términos se impone un nuevo sistema administrativo, una nueva lengua y una nueva religión sobre los grupos indígenas.
En sus últimos años de vida, Gimbutas aumentó enfáticamente la naturaleza violenta de esta transición desde el culto mediterráneo a la Diosa Madre a una sociedad patriarcal y al culto de un belicoso dios del trueno (Zeus, Dyaus). Sin embargo, muchos estudiosos que aceptaban el escenario propuesto de las migraciones indoeuropeas, mantenían que la transición fue bastante más gradual y pacífica de lo que sugería Gimbutas. Así, las migraciones dejaron de ser vistas como unas operaciones bélicas orquestadas, sino como la expansión de tribus y culturas inconexas a lo largo de muchas generaciones. El modo en que las nuevas culturas se impusieron a las indígenas (por asimilación pacífica o mediante la violencia) sigue siendo un punto controvertido entre los estudiosos de la hipótesis de los kurganes.
Actualmente se tiende más a destacar la diversidad cultural entre los grupos kurganes y la continuidad que se aprecia en Centroeuropa desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce, que las ideas de Gimbutas de una «cultura kurgana» uniforme que provocó una ruptura con las costumbres neolíticas.
J. P. Mallory aboga por considerar en la hipótesis de los kurganes la teoría estándar de facto acerca de los orígenes de los indoeuropeos, pero cree válidas las críticas hacia el escenario de invasiones militares sostenido por Gimbutas:
Casi todos los argumentos sobre la invasión y la transformación cultural se pueden explicar suficientemente sin hacer referencia a la expansión kurgánica.
El arqueólogo alemán Alexander Häusler ha criticado duramente el concepto de Gimbutas de «una» cultura kurgán que mezcla varias culturas distintas, como la cultura de Yamna.
A pesar de que el escenario de los kurganes es aceptado como una de las soluciones más plausibles al problema de los orígenes indoeuropeos, tiene en su contra el ser un modelo especulativo, no normativo. Las principales alternativas sugeridas son las teorías de Colin Renfrew (Anatolian hypothesis) y Viacheslav Vsévolodovich Ivánov (Armenian hypothesis). La primera teoría postula un urheimat anatolio (véase urheimat), y que la expansión de las lenguas indoeuropeas fue resultado de la expansión de la agricultura. Esta visón implica una fecha más antigua del protoindoeuropeo (en torno a 9000 años en lugar de 6000), y entre los lingüistas encuentra bastante menos apoyo que la teoría de los kurganes, sobre la base de la glotocronología (aunque este método ha sido ampliamente rechazado por la corriente principal de la lingüística histórica), y a la dificultad de correlacionar la distribución geográfica de las ramas indoeuropeas con los avances de la agricultura.
Un estudio realizado por Russell Gray y Quentin Atkinson de la Universidad de Auckland en 2003,3 usando una técnica completamente diferente a la glotocronología tradicional, apunta a un origen más temprano del protoindoeuropeo que el asumido en el modelo de los kurganes, sobre el VII milenio a. C., consistente con el urheimat anatolio de Renfrew. Sus resultados se basan en análisis de parecido máximo de la lista Swadesh.
En definitiva, los grupos de los kurganes fueron asociados por Marija Gimbutas a la expansión por Europa de los idiomas indoeuropeos. Estos grupos eran una amalgama de pueblos diferentes que habitaban las estepas euroasiáticas al norte del mar Negro y que compartían algunos rasgos culturales comunes como los enterramientos en túmulos (kurganes), el uso del caballo o una economía ganadera. A lo largo de varios milenios migraron desde su lugar original hacia la ocupación de la Europa continental.
La cultura yamna, también conocida como cultura de las Tumbas de Fosa, se caracterizaba por sus tumbas en forma de túmulo o «kurgán», apareciendo hacia 3500 a. C. al este del Volga y por todo el Turquestán. Instalaban sus pueblos en alturas, fortificándolos a menudo. Su economía era mayoritariamente agropecuaria, con rebaños de ovejas sobre todo. Desarrollaron la metalurgia del cobre y una cierta especialización profesional, aunque las jerarquías no se reflejan con claridad antes del 3000 a. C. Enterraban a sus difuntos bajo túmulos o kurganes (que a veces están rodeados de lajas de piedra) en posición flexionada sobre su espalda, espolvoreando los cadáveres con ocre o yeso y acompañándolos de ofrendas de carne y vasos cerámicos. Cada túmulo suele contener varios enterramientos, lo que les daría carácter de mausoleos familiares.
Simultáneamente, al oeste del Volga se produjeron considerables transformaciones que afectaron a la cultura de Sredny Stog II: a la gran importancia que adquirió el caballo, habría que añadir una clara jerarquización social y la aparición de la decoración cerámica mediante la impresión de cuerdas (cerámica cordada, ver infra). En Crimea y el Cáucaso se distinguen facies regionales, y un ejemplo excelente de una tumba principesca, la de Maykop, quizás un caudillo que dominó una amplia región. En la cuenca del alto y medio Dniéper se diferencia el grupo de Sofijevka, caracterizado por sepulturas de incineración a menudo muy próximas entre sí con una ocasional presencia de ocre en las tumbas.
El Egeo entre el IV y el III milenio a. C.: el alba de las culturas clásicas
A finales del IV milenio a. C. comenzaron a producirse una serie de cambios en el ámbito del mar Egeo:
- aparición de la metalurgia del cobre poco antes del 3000 a. C.;
- incremento de la demografía;
- incremento de los intercambios entre islas y de éstas con las costas continentales;
- aparición de edificios tipo megaron y de murallas;
- estratificación social.
Estos procesos provocaron un claro aumento de la complejidad social, siendo achacados por Arthur Evans a la presión minoica, condicionada, a su vez, por sus relaciones con Egipto y el levante mediterráneo. Otros autores los han explicado como resultado de unas supuestas colonizaciones procedentes de Anatolia o de los Balcanes. Pero las evidencias arqueológicas indican una clara continuidad con los asentamientos neolíticos anteriores, aunque fueron siendo creados otros de nueva planta como consecuencia del aumento de la población. Las fortificaciones, los edificios singulares y los indicios de estratificación tienen también precedentes en el Neolítico (por ejemplo en Sesklo), lo que lleva a suponer que la mayoría de estos cambios fueron de carácter interno. (18)
Figurilla femenina cicládica, hecha en mármol, conserva restos de ocre. User: Mountain. Dominio público.-

En estas transformaciones debió desempeñar un papel importante la red de intercambios que conectaba las Cícladas con Anatolia, el Ática, el Peloponeso, Creta y Rodas, y a través de la cual se movían manufacturas líticas, sal y algunos elementos metálicos, así como ideas. (19)
Los poblados fortificados fueron, inicialmente, de modestos tamaños, no llegando a una hectárea de superficie la mayoría: Troya I, Lerna, Dímini, Jalandriani (isla de Siros), Panormo (en Naxos), Termí o Poliojni. (18)
Cicládico inicial
La civilización cicládica (también conocida como cultura cicládica o periodo cicládico) es una cultura arqueológica de la Edad de Cobre y de Bronce de las islas Cícladas, en el mar Egeo, que abarca aproximadamente el periodo del 3300 a. C. al 2100 a. C.
La cicládica forma parte de la civilización egea o, en plural, civilizaciones egeas, que son denominaciones historiográficas para la designación de un grupo de civilizaciones prehelénicas (es decir, anteriores a la civilización griega) que se desarrollaron en la protohistoria en torno al mar Egeo. Además de la cicládica, pertenecen a este grupo las civilizaciones minoica (isla de Creta) y la micénica (Grecia continental europea —particularmente el Peloponeso—). También se ha especulado de una cuarta civilización, la luvita.
Algunos de los principales yacimientos arqueológicos de la Edad del Bronce Antigua en las Cícladas. (Mapa topográfico subido por usuario Rowanwindwhistler. Ubicación de los yacimientos arqueológicos por usuario Dodecaedro).- CC BY-SA 4.0

Precedentes del Neolítico
Las raíces de la civilización cicládica se hunden en tiempos remotos. Quizá en el 7000 a. C. Prueba de ello es la difusión de la obsidiana de Milo. De esta isla provienen numerosos objetos cortantes de obsidiana encontrados en diferentes asentamientos prehistóricos del Mediterráneo oriental, especialmente en la costa turca y en Tesalia (Grecia), aunque esto solo demuestra una frecuentación de la zona, que no supone necesariamente la existencia en ella de una base establecida de civilización. De hecho, los primeros indicios de comunidades organizadas en las Cícladas no van más allá del 5000 a. C. Y todavía en el Neolítico final, es decir, en la segunda mitad del cuarto milenio a. C., el grado de desarrollo de estas comunidades cicládicas parece limitado, sobre todo si lo comparamos con el de los centros del Oriente más inmediato: Anatolia, Siria, Canaán. Se trataría, según los datos que tenemos, de pequeñas aldeas de pescadores o de agricultores muy pobres.
Una característica cultural neolítica que amalgama elementos anatolios y del continente griego en el Egeo occidental antes del 4000 a. C., basada en el trigo (triticum dicoccum) y cebada silvestre, ovejas y cabras, cerdos, y atunes que fueron arponeados desde pequeños barcos (Rutter). Sitios excavados como Sáliagos y Kefala (en Ceos) muestran signos de trabajo del cobre. Cada una de las pequeñas islas Cícladas mantienen no más de unos pocos miles de habitantes, aunque los modelos de barcos del cicládico final muestran que cincuenta remeros pudieron ser reunidos de comunidades dispersas (Rutter).
Edad de los MetalesEn el periodo Calcolítico, aproximadamente entre el 3300 a. C. y el 2100 a. C., aquella civilización se expresó con notable originalidad. Y ello a pesar de que la facilidad de comunicación con las zonas ribereñas del Mediterráneo ofrecía a los habitantes de estas islas la posibilidad de absorber toda clase de influjos culturales foráneos.
El desarrollo de las actividades marineras y el cultivo de la vid son el resorte que dispara la transformación de las estructuras económicas, sociales y culturales de los isleños. Sus productos llegan a Grecia y a diversas regiones del Mediterráneo oriental. Hablaríamos de un verdadero despegue económico, que origina diferencias sociales. Y todo esto en paz, pues los asentamientos, situados mayoritariamente en las costas, no están fortificados. Lo serán más tarde, cuando las Cícladas caigan en la órbita de Creta, más poderosa y organizada. Estaremos entonces hacia el final del bronce Antiguo, es decir, en torno al año 2100 a. C.
Con respecto a los sistemas de datación usados para la civilización cicládica, hay autores que prefieren un sistema que tenga como eje las diferentes culturas y otros que emplean uno basado en el sistema tripartito de periodos ideado por Arthur Evans.
El considerable aumento demográfico en las islas Cícladas no pudo deberse a una intensificación agraria, ya que sus suelos son, en general, relativamente pobres, sino, más bien, a su riqueza en materias primas: plata, cobre, obsidiana, mármol, etc. El yacimiento de Jalandriani, en la isla de Siros, ha sido considerado el arquetipo del momento, con muralla y bastiones semicirculares, viviendas rectangulares separadas por callejones, tumbas colectivas, pero con ajuares diferenciados y abundantes ídolos femeninos de pequeño tamaño, con los brazos cruzados, sentadas o de pie y con el sexo muy evidente. (18).
Minoico inicial (o antiguo)
Artículo principal: Civilización minoica
La civilización minoica es la primera cultura de la Edad del Cobre y de la Edad del Bronce aparecida en la isla de Creta. A veces se usan como sinónimos de minoica los términos «cretense» o «minoana».1 Forma parte de las civilizaciones egeas, un término que engloba a un grupo de civilizaciones prehelénicas que se desarrollaron en la protohistoria en el espacio en torno al mar Egeo.
No se tiene noticia del autónimo —gentilicio con el cual se denominaban a sí mismos—. La mayoría de los historiadores señalan que en fuentes egipcias, ugaríticas y bíblicas se designa como Kaftor o Kaptaru a la isla de Creta en el periodo minoico, y keftiu era el nombre de sus habitantes.
En la Odisea, compuesta varios cientos de años después de la destrucción de la civilización minoica, Homero menciona entre los habitantes de Creta a los eteocretenses («verdaderos cretenses»), quienes tal vez podrían ser los descendientes de los minoicos.
Ver también: Arte minoico
Uno de los elementos simbólicos de la civilización minoica: la doble hacha. Foto: Jebulon – Trabajo propio. (CC).

Ya desde finales del Neolítico en Creta habían aparecido viviendas rectangulares compartimentadas y con almacenes, en las cuales se han hallado algunos objetos de cobre. La continuidad con el período anterior en Cnosos y Festos es indudable, aunque no en el resto de la isla. Se siguió usando la cerámica incisa neolítica, pero también otras tipologías nuevas decoradas con motivos lineales y geométricos, apareciendo las jarras-pitorro y los característicos vasos tipo cáliz. Aunque en los primeros momentos los elementos de cobre no fueron abundantes, siendo de piedra la mayoría de las herramientas utilizadas, hacia el final del período se generalizaron, consiguiéndose probablemente hacia el 2300 a. C. realizar la aleación con estaño.21
Se han encontrado inhumaciones individuales bajo los suelos de las casas, en cuevas o en abrigos, pero también aparecen (sobre todo en la región de Mesará) enterramientos colectivos en tumbas circulares de hasta siete metros de diámetro, construidas en piedra y con ricos ajuares. (21)
Labrys minoico: doble hacha simbólica utilizada para usos ceremoniales. George Groutas. CC BY 2.0.
La labrys, también transcrito como el labris, palabra proveniente del griego λάβρυς, es un hacha de doble filo, si bien el hacha de doble filo era conocida entre los antiguos griegos como pelekys (πέλεκυς) o sagaris, y entre los romanos como bipennis (en español bipenne).
Ya en los períodos Paleolítico y Neolítico se hallan representaciones de esta hacha, a menudo asociadas al culto a la diosa madre y a divinidades telúricas similares que pertenecían a las culturas más primitivas. El simbolismo de la labrys tiene su continuidad en la religión, la mitología y el arte de las civilizaciones minoica, tracia, griega y bizantina, que se remontan a más de tres mil años. La labrys también aparece en el simbolismo religioso africano, como en Changó, deidad del trueno de la mitología yoruba.
Si bien es cierto que el hacha doble pudo significar el poder creativo y destructivo de la diosa soberana de la Creta minoica, como lo plasma en sus obras Arthur Evans, en la mitología y religión griega antigua, tanto Zeus como Poseidón tenían armas similares que eran el labrys, antes de que Zeus portase el rayo y Poseidón el tridente.

Hacia finales del período la sociedad minoica aparecía claramente estratificada y con un sistema de jerarquización territorial en el cual asentamientos como Cnoso, Festo y Vasilikí funcionaban como centros principales. No tenían estructuras defensivas ni edificios comunales, pero sí casas diferenciadas, que todavía no pueden considerarse palacios. La base económica era la agricultura, diversificada gracias al cultivo del almendro, olivo y la vid. El comercio y la artesanía estaban todavía poco desarrollados, aunque se importaba obsidiana de Milo, marfil de Egipto y, posiblemente, también de allí metales preciosos. (21)
Malta: primeros templos megalíticos
La llegada del hombre al Mediterráneo central fue relativamente tardía. En Sicilia los más antiguos restos pertenecen al Paleolítico Superior.
En Malta no se encuentra actividad humana hasta el Neolítico. Los restos mejor datados pertenecen a los años 5000 a. C. a 4500 a. C. y provienen de tribus que se desplazaron desde Sicilia en rudimentarias embarcaciones y se asentaron tanto en la isla de Malta como en la de Gozo. Trajeron con ellos semillas para el cultivo de grano y los primeros animales de granja domésticos, al igual que la técnica del tallado de la piedra y una alfarería muy rudimentaria parecida a la encontrada en Siracusa y Agrigento. La lava y la obsidiana se importaban desde la vecina isla. Se hacían instrumentos cortantes y se exportaban textiles manufacturados. En un principio el reducido número de pobladores habitaba en cuevas. Más tarde se construyeron pequeñas aldeas en la parte oriental de las islas. Los más antiguos signos de enterramientos se han encontrado en Skorba con figurillas de barro cocido y una diosa madre similar a las que se pueden encontrar en otros puntos del Mediterráneo por la misma época, lo que hace pensar en unos intercambios culturales fluidos y permanentes.
La Era de los Templos
Artículo principal: Templos Prehistóricos en MaltaCuando en Sicilia, sur de Italia y las islas de alrededor se desarrollaba la Edad del Cobre, Malta proseguía con el uso de la piedra, lo que dio lugar a una de las culturas más singulares del Mediterráneo, la llamada Era o Edad de los Templos (4000 a. C. – 2500 a. C.), por las grandes construcciones megalíticas que se llevaron a cabo. La importación de materiales continúa, aún más acentuada que en el periodo anterior. Los pobladores conocían de la existencia de los metales y su uso, pero renunciaron a los mismos, probablemente por necesitar importarlos. Desde el 3600 a. C. al 3000 a. C. se produce un extraordinario desarrollo con importantes mejoras de las técnicas de cultivo y una organización política y social primitiva muy eficiente.
De las construcciones en piedra destacan los templos de Mudajdra, Tarxien y Ggantija, donde las técnicas de arquitectura se desarrollan en su máximo esplendor en la prehistoria de las islas. Continúan las importaciones de piedras y otros materiales de Sicilia, Lípari y Pantelaria y los productos manufacturados siguen saliendo de la isla, llegando incluso al suroeste de Italia. La desaparición brusca de esta cultura se ha atribuido a diversos factores: climatología adversa durante unos años con escasas precipitaciones, catástrofes naturales (terremotos), sobreexplotación de los recursos, ruptura de la delicada estructura social, superpoblación, etcétera, si bien los historiadores concluyen que debió ser una suma de todos o algunos de estos factores.
Hasta el 2500 a. C. las aldeas maltesas permanecían sin defensa alguna. A partir de la Edad del Bronce se establecen empalizadas a lo largo de las mismas, lo que señala un temor a las invasiones procedentes de sus vecinos más cercanos. En este periodo se discute si las islas de Gozo y Malta llegaron a estar en algún momento no pobladas. Lo que parece cierto es que la población era mucho menor que en el periodo anterior. La nueva sociedad tiene ahora elementos guerreros que no habían existido anteriormente y que se aplican a usar el bronce y el cobre en armas. No existen restos de construcciones, siendo aprovechadas las ya existentes, salvo algunos dólmemes repartidos indiscriminadamente por las islas. Esta cultura, más guerrera, es tecnológicamente más atrasada.
Entre el 1500 a. C. y el 725 a. C., las aldeas de los valles son abandonadas en parte para hacer construcciones más seguras en las colinas, fortificándolas. A este momento corresponden algunas construcciones ciclópeas que recuerdan a la cultura minoica y que revelan los contactos desde el año 1000 a. C. con griegos, cretenses, micénicos, habitantes de Sicilia y del suroeste de Italia.
A esta época corresponden las diversas leyendas que relacionan Malta con los escritos de Homero: hay quienes han creído ver en la isla de Gozo el hogar de Ogigia y de Odiseo antes de regresar a la guerra de Troya. También sería la isla de las sirenas que tentaban a los viajeros y la que acogió a Eneas antes de fundar Roma según lo relata Ovidio.
Nichos en el ábside del templo de Ggantija, Malta. BoneA – Trabajo propio. CC BY-SA 4.0.

El inicio del Calcolítico en el archipiélago maltés es sincrónico al del Egeo y corresponde con la construcción de los, hasta ahora, primeros templos del mundo realizados en piedra. Mientras que los asentamientos nos son prácticamente desconocidos (aunque se han identificado algunas cabañas de forma oval), las estructuras funerarias y rituales alcanzaron una monumentalidad sin parangón para la época. Según Renfrew, los templos debieron tener, además de su función religiosa, un carácter referencial, sirviendo a cada una de las jefaturas que los levantaron como símbolo de su poder. Ggantija, Hagar Qim, Mnajdra o Tarxien, por mencionar los principales, están construidos siguiendo la misma tipología, aunque unos presentan mayor complejidad que otros: un corredor como eje principal que atraviesa distintos espacios de forma ovalada y en conjunto tienen una planta similar a un trébol. Además de los templos se ha de destacar el hipogeo de Hal Saflieni, excavado bajo una colina en cuya parte superior se situaba la puerta de entrada a las cámaras, antecámaras y corredores que, dispuestos en tres niveles, ocupan unos 500 metros cuadrados y contenían unas 7000 inhumaciones. (22).
Foco autóctono peninsular: Vila Nova y Los Millares
El Calcolítico en la península ibérica singulariza esta fase de la Prehistoria (también denominada Edad del Cobre o Eneolítico) en un ámbito geográfico concreto, el peninsular. Este momento se corresponde con un claro incremento en la complejidad social que mostraba el período precedente, el Neolítico, anunciando los posteriores cambios que se produjeron durante la Edad del Bronce y del Hierro. Hay investigadores que lo subdividen en Calcolítico Inicial, Pleno y Final.
Los grupos arqueológicos más significativos fueron los del castro de Leceia, en Barcarena (Oeiras, distrito de Lisboa), de finales del Neolítico hasta la Edad del Cobre, descubierto a finales del XIX por el padre de la estratigrafía y arqueología portuguesa, Carlos Ribeiro, y excavado a principios del siglo XX (1914) por José Leite de Vasconcelos, naturalista y arqueólogo, y el más reciente Vila Nova, en Vila Nova de São Pedro (Azambuja, distrito de Lisboa) (Portugal), y Los Millares, en Almería (España). Durante el III milenio a. C. las tierras peninsulares distaron mucho de mostrarse culturalmente uniformes. Así, se puede dividir la península ibérica en, por lo menos, tres grandes áreas que presentan unas ciertas características propias: sudeste, sudoeste e interior (que incluiría el norte de Portugal).
Es absolutamente necesario desterrar los tópicos colonialistas a la hora de buscar explicación a los múltiples cambios que se produjeron en este período. Hoy en día, parece claro que estos fueron el resultado de procesos autóctonos, generados a partir del sustrato poblacional neolítico indígena.
Ídolo oculado (llamado «Ídolo de Extremadura»). Obra de arte esquemático esculpida en alabastro en el valle del Guadalquivir durante el Calcolítico (tercer milenio a. C.). Ángel M. Felicísimo from Mérida, España.
Un ídolo oculado es un tipo de ídolo con rasgos antropomorfos muy esquemáticos, y que se caracteriza sobre todo por la presencia de ojos. Se trata de manifestaciones simbólicas propias de las comunidades agrícolas y ganaderas de la mitad meridional de la Península ibérica prehistórica durante el neolítico y el calcolítico. La decoración oculada se plasma sobre diversos materiales, entre los que destacan, en territorio valenciano, los huesos largos.

El Calcolítico se abrió en la península ibérica con dos culturas enraizadas respectivamente en la tradición megalítica portuguesa y en la neolítica cultura de Almería. Son características sus poblaciones fortificadas, que alcanzaron en los casos de Los Millares o Zambujal un considerable tamaño. En los años de su descubrimiento se habló mucho de fortificaciones levantadas por colonos del mar Egeo, debido a su relativa proximidad al mar y a sus supuestas similitudes con las civilizaciones egeas de la Edad del Bronce. Pero las modernas dataciones con carbono-14 han establecido su anterioridad a estas últimas y, además, todavía no se ha encontrado un solo objeto de procedencia oriental, aunque algunos ídolos tienen ciertas semejanzas formales.
Cuenco oculado de Los Millares. José-Manuel Benito Álvarez. CC BY-SA 2.5.

Entre ambos grupos se extienden las regiones andaluza y extremeña en España, y el Alentejo y Algarve portugueses, muy influidos por los grandes centros de los Millares y Vila Nova, apareciendo poblados fortificados y abundantes megalitos: dólmenes de corredor, tholoi, cuevas artificiales, etc. Como en la fase anterior, las importaciones de materiales africanos y escandinavos (ámbar) eran habituales, ya no solo en Portugal sino también en el sur ibérico.
Un tholos o tolos (en griego antiguo: θόλος, en plural θόλοι thóloi) es, en la arquitectura de la antigua Grecia, una construcción de forma circular.
Las primeras construcciones de este tipo se remontan al paleolítico. Igualmente se denomina tholos a ciertas construcciones funerarias de planta circular, como los usados en la cultura micénica. El arquetipo de estas tumbas es el «Tesoro de Atreo», Tumba de Agamenón», construido en la Edad de Bronce sobre el 1250 a.C.
Finalmente, tholos designa principalmente a un templo de estilo clásico, generalmente griego, de planta circular rodeado de una columnata. El más conocido es el tholos de Delfos.
Un tholos puede designar una casa circular neolítica. Los más antiguos restos documentados se encontraron en Khirokitia (Chipre), h. 5800 a. C., con paredes de tapial y cañizo con barro y presentaban cubiertas de tipo cupular.
Estas viviendas se extendieron ampliamente en el Neolítico final también por Creta. En las Cícladas se ha hallado un tipo de construcción en tholos, pero para su utilización como granero. Posteriormente, sobre todo en Chipre y Creta, las cabañas circulares fueron empleadas como tumbas colectivas.
Unas estructuras similares se han hallado en Los Millares, España. Actualmente, puede visitarse.
En Antequera se encuentra el tholos de El Romeral como ejemplo de sepulcro de doble cámara del Calcolítico (3800 a. C.)
Tholos micénico
La tumba de tholos, tumba de cámara o tumba de cúpula es un tipo de sepultura muy extendida en el mundo micénico (Ver: Micenas, Pilos, Tóricos…). El Tesoro de Atreo, en Micenas es el más importante.
Estas cámaras o tumbas subterráneas, revestidas de piedras, estaban cubiertas por una falsa cúpula de voladizo, de sección ojival, a la que se accedía a través de un pasillo o corredor. Este sistema no puede mantenerse por mucho tiempo a menos que se cubra con una masa de tierra que haga peso e impida su desplazamiento. Cuando la erosión elimina este aporte adicional de tierra, se produce su colapso. Esto generalmente es lo que termina pasando.
Tholos micénico del Tesoro de Atreo. El tesoro de Atreo, tumba de Atreo o tumba de Agamenón, es un tholos de Grecia, una gran tumba localizada en la colina de Panagitsa, a las afueras de Micenas, y construida durante la Edad de Bronce, alrededor de 1250 a. C. Es la tumba abovedada más monumental que se conserva en el país. La piedra del dintel sobre la puerta pesa 120 toneladas, con unas dimensiones aproximadas de 8.3 x 5.2 x 1.2 m, la más grande del mundo. La tumba fue utilizada durante un período desconocido. Mencionada por Pausanias, todavía era visible en 1879 cuando el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann descubrió las tumbas de pozo bajo el «ágora» en la Acrópolis en Micenas.
Ken Russell Salvador – originally posted to Flickr as kens pics 447

La cultura arqueológica de Vila Nova
La cultura arqueológica de Vila Nova de São Pedro o del Tajo se desarrolló durante el Calcolítico de Portugal, a la vez que la de Los Millares en el sudeste peninsular. Se caracteriza por la construcción de fortalezas de piedra en áreas sin riquezas económicas concretas, lo que ha llevado a interpretarlas como lugares centrales de las redes comerciales. Localizada en la región en torno a la desembocadura del Tajo, floreció entre aproximadamente 2700 y 1500 a. C. según unos autores (1) o entre 3100 y 2200 a. C. según otros. (2) Una serie de rasgos culturales específicos la diferencian de su entorno: lúnulas, copas rituales, placas de pizarra con aparente significado astronómico, etc.
Referencias
- Eiroa García, Jorge Juan (2010). «Prehistoria del mundo». Barcelona (primera edición) (Sello Editorial SL). pp. 648-652. ISBN 978-84-937381-5-0.
- Fullola, Josep Mª; Nadal, Jordi (2005). «Introducción a la prehistoria. La evolución de la cultura humana.». Barcelona (primera edición) (Ed. UOC). pp. 181-182. ISBN 84-9788-153-2.
- Eiroa García, Jorge Juan. Prehistoria del mundo. pp. 657-658,664-665.
Se suelen distinguir dos periodos:
- Vila Nova I: durante toda esta etapa y el inicio de la siguiente aparece muy vinculada a la cultura de Los Millares. El comercio o intercambio con África septentrional (marfil, cáscaras de huevo de avestruz), ya existente desde siglos atrás, prosigue durante esta época.
- Vila Nova II: caracterizada por la presencia del vaso campaniforme. A finales del periodo, mientras los grupos de Los Millares eran sustituidos por los de El Argar en el sudeste español, los poblados del Tajo entraron en una lenta decadencia. Mientras que aquellos incorporaron la técnica del bronce, estos permanecieron estancados en el Calcolítico hasta su disolución en la cultura de la cerámica bruñida, integrada en el Bronce atlántico.
Aunque también se han llegado a diferenciar tres horizontes cronológicos:
- Inicial o de los copos canelados, entre 2700-2300 a. C.
- Medio o de la cerámica con decoración foliácea, entre 2300-2000 a. C.
- Final o campaniforme, hasta 1500 a. C.
En la Estremadura portuguesa y la península de Setúbal, comenzó a desarrollarse desde el 3100 a. C. aproximadamente, una gran complejidad cultural cuyo referente principal ha sido el yacimiento epónimo de Vila Nova de São Pedro (VNSP), (23) un pequeño asentamiento fortificado al norte del estuario del Tajo, donde se encontraron miles de puntas de flecha. La población conocida más grande fue, sin embargo, Zambujal, situada justo en el centro de la península de Estremadura y que parece acumular en su secuencia estratigráfica hasta seis niveles consecutivos, manteniendo siempre un recinto amurallado con escasas entradas. En esta región aparecen un total de 21 asentamientos fortificados, siendo habituales los enterramientos en cuevas artificiales, de los que se conocen una decena. En cambio, no se ha encontrado ningún tholos.
A partir del 2900 a. C. es característica de este grupo cultural la cerámica campaniforme, así como la presencia de innumerables ídolos, tanto antropomorfos, como placas de piedra decorada, báculos de pizarra, betilos (columnillas troncocónicas de piedra con carácter votivo), lúnulas de arcilla y simples falanges de toro.
Los Millares
A la cultura arqueológica de Los Millares se la ha considerado como el motor del aumento de la complejidad cultural que se dio en el sudeste de la península ibérica durante la Edad del Cobre. Este complejo prehistórico se extendió por Andalucía oriental y el Levante español entre las postrimerías del IV milenio a. C. y el final del III. Su exponente principal es el yacimiento epónimo de Los Millares, en el municipio de Santa Fe de Mondújar, Almería, España.
El yacimiento arqueológico de Los Millares es un asentamiento prehistórico de la Edad del Cobre (3200-2200 a. C), formado por el poblado y su necrópolis con una extensión de 6 y 13 hectáreas respectivamente. Investigadores y científicos demostraron en el año 2020 que Los Millares fue la primera ciudad establecida de toda la península ibérica hace más de 5000 años.
Maqueta de un tholos característico del poblado de Los Millares (Santa Fe de Mondújar, Almería, España). Foto: Jose Mª Yuste (Tuor123) – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.

Luis Siret descubrió a finales del siglo XIX el otro gran centro de complejidad cultural de la península: el asentamiento de Los Millares, situado sobre el río Andarax, que en aquella época debía tener mayor caudal que en la actualidad, siendo posiblemente navegable. Este gran poblado almeriense empezó a configurarse a partir del 3100 a. C. y duró hasta el 2200 a. C. aproximadamente diferenciándose de otros asentamientos de su entorno por sus grandes dimensiones. Los enterramientos de esta población eran colectivos y se realizaban en sus característicos tholoi (esta sería la principal diferencia con Vila Nova), donde se han recuperado idolillos con motivos oculares, en forma de violín o cruciformes, así como cerámica campaniforme (algo posterior a la de Vila Nova).
Mediodía francés
El Mediodía francés tiene una alta densidad demográfica, pero de poblados pequeños que albergaban casas con muros de piedra en seco y tejados a doble vertiente. Algunos de los pueblos de Provenza estaban fortificados, habiéndose encontrado además dos fortalezas de esta época en Hérault.
El hallazgo de puntas de flecha en algunos esqueletos, junto a la práctica exitosa de trepanaciones para curar traumatismos craneales, inducen a pensar en que los conflictos eran habituales. Además, está comprobada la interrupción del comercio de sílex melado y de obsidiana, diversificándose los puntos de extracción de piedra. El cobre utilizado se extraía localmente.
Los enterramientos eran de carácter colectivo, en megalitos tipo tholos, en cuevas artificiales y también naturales, así como en hipogeos y en galerías abandonadas de minas. La abundante cerámica encontrada, dividida en cinco tipologías, sufrió inicialmente un empobrecimiento formal en comparación con la época anterior, así como la pérdida de toda decoración.
Hipogeo
Hipogeo (del griego ὑπόγαιον, cámara subterránea (1) es el nombre dado a galerías subterráneas o a pasajes excavados con funciones funerarias (sepulcros). (1) A lo largo del tiempo han sido utilizados por innumerables sociedades: durante el Calcolítico de la península ibérica; en el Antiguo Egipto; o por los fenicios.
Son de destacar los hipogeos del Antiguo Egipto y los de Tierradentro en Colombia que fascinaron a los colonizadores españoles. El planteamiento era bastante similar al de las construcciones erigidas al aire libre, albergando también estancias profundamente decoradas con bajorrelieve policromados.
Los hipogeos se conocen ya en la época menfita y tuvieron un gran desarrollo durante el Imperio Nuevo, cuando se construyeron tumbas reales en forma de suntuosas mansiones subterráneas, horadando la cordillera de la región de Tebas, en el enclave hoy denominado Valle de los Reyes. En él se encuentra el hipogeo de Tutankamón entre otros.
Además de estos, se excavaron muchos más, aunque menos solemnes, para egipcios acomodados que buscaban allí su casa eterna y evitar los robos. Sin embargo, algunos gobernantes de Egipto siguieron enterrándose en otros tipos de edificaciones, como las pequeñas pirámides de Meroe o Napata, en Kush (Nubia).
También se pueden encontrar hipogeos para enterrar animales sagrados como los babuinos y los íbices. Se momificaban y situaban en nichos subterráneos al estilo de las catacumbas, como es el caso del situado en la necrópolis de Tuna el-Gebel.
Se los consideraban templos funerarios, de los hipogeos reales, a los cenotafios situados en la margen tebana occidental del río Nilo. Los erigidos en la orilla oriental, como el grandioso templo de Karnak o el bello templo de Luxor, estaban dedicados al dios Amón, y otras divinidades. Para los antiguos egipcios, la zona oriental del Nilo era la adecuada para las actividades de los vivos, donde nacía el dios sol (Ra), mientras que la parte occidental, por donde se ponía el sol, se destinaba a asuntos de la otra vida.
Sancta Sanctorum del hipogeo de Hal Saflieni (Malta). Patrimonio de la Humanidad.
El Hipogeo de Hal Saflieni es el único templo subterráneo prehistórico conocido; fue excavado hacia el 2500 a. C. Se considera que su primera función fue la de santuario y que ulteriormente, pero aún en tiempos prehistóricos, se convirtió en una necrópolis. Está situado en extremo del municipio de Paola, en el sureste de la isla de Malta. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980.
El Hipogeo de Hal Saflieni fue descubierto por accidente, en 1902, durante las obras de construcción de unas cisternas. Las primeras excavaciones estuvieron dirigidas por el padre Manuel Magri, de la Compañía de Jesús. Tras la muerte de Magri en 1907, el arqueólogo Themistocles Zammit tomó el relevo. Entre 1992 y 1996 se realizaron trabajos de restauración.
Fotografía del hipogeo de Ħal Saflieni capturada antes de 1910. Foto: Richard Ellis – domaine public.

Herederos de los protoestados balcánicos
Al esplendor de Vinça, Gumelnitsa, Salcuta, Cucuteni y Tiszapolgar les sucedió una serie de grupos cuyos poblados perdieron las características protourbanas anteriores, desapareciendo todo rastro de ideogramas y cuya producción metalúrgica se vio reducida a una décima parte. Este brusco declive fue relacionado por Marija Gimbutas con unas supuestas invasiones de los pueblos de las estepas nordpónticas; según Nandor Kalicz, con la entrada de grupos anatólicos. Actualmente, a las viejas explicaciones difusionistas se prefieren unos modelos menos rupturistas y con más matices, aunque se reconoce una cierta aculturación externa: en esta época la mayoría del cobre era de procedencia caucásica y un porcentaje significativo de recipientes cerámicos seguían modelos orientales (cerámica cordada) o egeos (piezas lisas o acanaladas). (24)
Cerdanova
En el área de Gumeniltsa se desarrolló el grupo de Cerdanova, cuyos yacimientos más característicos son Ezero y Ezerevo, los cuales presentan estructuras de vivienda tradicionales y elementos cerámicos de ascendencia foránea. (25)
Los ritos fúnebres se asociarían a los pueblos orientales, ya que la presencia de ocre en las tumbas es habitual. Entre los objetos rituales se han encontrado imágenes de la Diosa Madre, hachas rituales y unos característicos ídolos de arcilla en forma de ancla, de origen egeo, aunque propios también de otras culturas balcánicas. El asentamiento de Ezero, aparece fortificado, albergando en su interior viviendas que, en lo esencial, siguen la tradición local y donde se han encontrado objetos de cobre arsenicado.
Pecel-Baden
La cultura de Baden (entre el 3600 y el 2800 a. C.) fue una cultura arqueológica de la Edad del Bronce hallada en Europa central, ocupando una área notablemente coincidente con el Imperio austrohúngaro, menos las áreas del Adriático. Se ha dicho que era parte un gran complejo arqueológico que abarcaba culturas de la boca del Danubio, de la orilla oriental del mar Negro y del Helesponto y de (Troya).
Fue casi contemporánea con la cultura de la cerámica cordada y con la cultura de las ánforas globulares.
Se conocen cuatro de sus poblados fortificados, siendo el más famoso el de Vucedol. Es también una de las áreas donde hay constancia de vehículos con ruedas de Europa central. Las prácticas funerarias no son inconsistentes con las halladas en la estepa, con una clara influencia oriental.
La economía era mixta. La agricultura a gran escala estuvo presente, junto con la cría de cerdos, cabras, etc.
Según la hipótesis del kurgán expuesta por Marija Gimbutas, la cultura Baden parece indoeuropeizada. Para los que propugnan la vieja teoría que busca el urheimat (hogar, o patria original) de los indoeuropeos en Europa central en el área ocupada por la precedente cultura Funnelbeaker, esta es considerada similar a la indoeuropeizada.
La identidad étnica y lingüística del pueblo asociado con esta cultura es imposible de averiguar. Sin embargo, es tentador colocarla entre la itálica y la celta, al menos en el gran plató de mezclas europeas en las llanuras de Hungría.
En el área de Tiszapolgar se desarrolló un característico grupo, denominado Pecel en Hungría y Baden en Croacia y Serbia, cuyas distintas fases han sido denominadas Boleraz, Kostolac y Vucedol, sucesivamente. Los poblados se situaban en alturas o al borde de ríos, estando formados por casas hechas con barro y madera, de pequeño tamaño y parcialmente excavadas en el suelo. Las tumbas conocidas son tumulares y solo de individuos masculinos, acompañados habitualmente de animales sacrificados. (24).
El hecho de fortificar los poblados evidencia una gran continuidad de poblamiento. El culto parece que estaba centrado en la Gran Madre exclusivamente, apareciendo también algunas estatuillas humanas, posiblemente ofrendas. El ritual fúnebre era muy variado, con grandes necrópolis en las que se encuentran enterramientos individuales en posición flexionada junto a sepulturas colectivas, en las cuales algunos cuerpos aparecen en posición sentada, con los rostros quemados y con los primeros torques de la arqueología europea. También hay incineraciones diversas, tumbas múltiples, sepulturas simbólicas (cenotafios) y tumbas rituales con animales (tanto aisladas como asociadas a enterramientos humanos).
Boleraz
La gente de Boleraz habitaba en pueblos fortificados con fosos y terraplenes, veneraban a la Gran Madre y a los dioses animales y poseían una cerámica de boca de embudo, bruñida con brillos metálicos, de excelente calidad. Pero su rasgo más característico era su ritual funerario de incineración en pequeños círculos de piedras conocidos como crómlech, aportando un ajuar repetitivo consistente en: jarra, copa, hachas de piedra dura y adornos de conchas.
Vucedol
En Vucedol (cerca de Vukovar), se excavó en el centro de la población una ciudadela, o «gradac», en cuyo interior se halló una vivienda de tipo megaron, con taller metalúrgico, así como una sepultura de catacumba, similar a las ‘nordpónticas’. La cerámica, de excelente calidad, adoptó un nuevo estilo de acabado pulido con fondo negro; la decoración siguió siendo de motivos lineales (puntillado-acanalado, incisiones, impresiones), trazando también espirales y círculos concéntricos (que podrían tener significado solar) e incrustando pasta de colores rojo-blanco-amarillo. El asta se utilizaba para la producción de hachas rituales y el cobre en la fabricación de diversos tipos de hachas. En el culto ya no se encuentran imágenes de la Gran Madre, sino solo pequeños altares cerámicos, ídolos con aspecto de rueda y recipientes zoomorfos rituales.
A través de los ajuares de este momento final del Calcolítico se percibe una fuerte estratificación, consecuencia de que los procesos metalúrgicos estaban ya dominados con carácter exclusivo por los jefes de esta sociedad. (24)
Cenotafio
Un cenotafio es una tumba vacía o monumento funerario erigido en honor de una persona o grupo de personas para los que se desea guardar un recuerdo especial. Se trata de una edificación simbólica. El término, en la actualidad, hace mayor referencia a monumentos nacionales a los caídos en guerra.
La costumbre de los mandatarios al visitar un país de dirigirse a depositar un ramo de flores a un cenotafio, como puede ser la Tumba del soldado desconocido, es una costumbre moderna nacida de las guerras mundiales que asolaron a Europa en el siglo XX.
La palabra cenotafio deriva del griego kenos cuyo significado es ‘vacío’ y taphos que significa ‘tumba’. En griego cenotaphion, en latín monumentum, el cenotafio era una tumba o sepulcro sin cuerpo, voto o promesa que se erigía en honor de algún ilustre difunto cuyo cadáver estaba distante o no se había podido encontrar después de una batalla, naufragio, etcétera.
Cenotafio de Druso (Ciudadela de Maguncia). The «Drusus-Kenotaph» or «Drusus-Stein» in the citadelle of Mainz, Germany. Own Foto . CC BY-SA 3.0.

Cultura del vaso campaniforme
Se conoce con el nombre de cultura del vaso campaniforme la cultura arqueológica prehistórica asociada al Calcolítico y al período inicial de la Edad del Bronce en Europa Occidental. Su cronología e interpretación son controvertidas, habiendo generado al respecto abundante literatura. Gracias a la revisión sistemática de los datos proporcionados por el radiocarbono en vasos campaniformes de toda Europa, se ha podido establecer que los más antiguos serían los encontrados en el área del bajo Tajo (Portugal), con una cronología que iría del 2900 al 2500 a. C. (2) Según otros autores, su aparición se situaría, en cambio, sobre el 2400 a. C., desapareciendo hacia el 1800 a. C. (3).
Su nombre es la consecuencia de las especiales características de estas vasijas (en arqueología denominadas vasos) con forma de campana invertida y profusamente decoradas que se han encontrado, generalmente en contextos funerarios, en buena parte de Europa: por casi toda la península ibérica, en islas del Mediterráneo occidental, en la Francia mediterránea y atlántica, Gran Bretaña e Irlanda, los Países Bajos y parte de Europa Central.
Su presencia está relacionada con la difusión de la metalurgia del cobre por Europa occidental, hasta el punto de haberse convertido en fósil director de esta expansión. (4)
Referencias:
- Richard John Harrison: «Ancient peoples and places» (pág. 97), en The beaker folk: Copper Age archaeology in Western Europe. Londres: Thames and Hudson, 1980.
- J. Muller y S. van Willigen: «New radiocarbon evidence for European Bell Beakers and the consequences for the diffusion of the Bell Beaker Phenomenon» (págs. 59-75), en Franco Nicolis (ed.): Bell beakers today: pottery, people, culture, symbols in prehistoric Europe, 2001.
- Richard Bradley: The prehistory of Britain and Ireland (pág. 144). Cambridge University Press, 2007, ISBN 0-521-84811-3.
- Fullola, Josep Mª; Gurt, Josep Mª (1992). La Prehistoria del Hombre (primera edición). Barcelona: Ed. Salvat. pp. 74-76. ISBN 84-8031-012-X.
Extensión aproximada de la cultura del vaso campaniforme. CC BY-SA 3.0.

Lugares donde se encontraron objetos asociados al vaso campaniforme; datos tomados de Richard J. Harrison. User:DieKraft. D. Público.

Base arqueológica del llamado «Vaso Campaniforme»
La base arqueológica del horizonte campaniforme queda definida por la aparición de dichos vasos cerámicos acampanados, bien manufacturados, de color rojo o marrón-rojizo, decorados profusamente con bandas horizontales incisas (grabadas) o impresas, con temas geométricos, rayados, ajedrezados, etc. Los vasos más tempranos han sido descritos como de estilo internacional, que incluiría los grupos Marítimo y AOO (all over ornamented: completamente ornamentado y encordado), denominado así porque han sido hallados en todas las regiones mencionadas más arriba, mientras que los estilos posteriores se enmarcan en distintos desarrollos regionales. (5) Aunque aparecen usualmente en contextos funerarios, también se los encuentra en ámbitos domésticos. Otras piezas de cerámica asociadas (que formarían parte de auténticos “servicios”) se constatan sólo en determinados grupos locales.
Vaso campaniforme de Ciempozuelos, arcilla negra, pulimentado con una capa de barro fino y decorado con motivos geométricos incisos rellenos de pasta blanca; en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid). Foto_ Luis García. CC BY-SA 3.0.

Asociados al vaso suelen encontrarse en las tumbas otros objetos, de manera tan frecuente que han sido adscritos como característicos del fenómeno campaniforme: puñales de lengüeta, puntas de flecha tipo Palmela, joyas de oro (diademas), brazaletes de arquero y botones de hueso con perforación en “v”. Todo ello siempre en contextos funerarios masculinos. (6).
No solamente existían diferencias en el ajuar funerario sino también en la colocación de los cadáveres: mientras que los hombres se colocaban sobre su lado izquierdo con la cabeza orientada hacia el norte, las mujeres yacían sobre el derecho con la cabeza dirigida al sur. (7).
- (6). Delibes, Germán; Fernández-Miranda, Manuel (1993). Los orígenes de la civilización. El Calcolítico en el Viejo Mundo (primera edición). Madrid: Editorial Síntesis. pp. 150,189. ISBN 84-7738-181-X.
- (7). González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert (1992). Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la Edad del Bronce (primera edición). Madrid: Editorial Síntesis. p. 60. ISBN 84-7738-128-3.
Cronología del Vaso campaniforme
Gracias a la revisión sistemática de los datos proporcionados por el radiocarbono en vasos campaniformes de toda Europa, se ha podido establecer que los más antiguos serían los encontrados en el área del Bajo Tajo, en Portugal, en yacimientos como Zambujal y Vila Nova de São Pedro, con una cronología que va del 2900 al 2500 a. C., algo más antigua que los de Andalucía, que estarían entre el 2500 y el 2200 a. C.
En cuanto al final, conviene situarlo sobre el 1700 a. C., pues existen interferencias entre campaniformes y grupos del Bronce antiguo, como El Argar, Bronce Manchego, Wessex, etc. No se reconocen perpetuaciones más tardías como alguna vez se pretendió para el grupo de Ciempozuelos.
Decoración
Con respecto a la decoración, el complejo campaniforme puede clasificarse en varios grupos:
- Campaniforme marítimo: ofrece decoración puntillada, agrupada en bandas estrechas horizontales que alternan con otras de similar anchura lisas, sin decoración. Frecuentemente presentan un engobe rojo brillante que recuerda a la cerámica “a la Almagra”, perteneciente al grupo del neolítico andaluz. La dispersión de los campaniformes marítimos es costera, lo que justifica el nombre. Tiene su origen en el estuario del río Tajo, hacia el 2900 a. C.
- Campaniforme cordado: su decoración se consigue por aplicación de cuerdas sobre la cerámica, que dejan series de improntas horizontales en la superficie todavía fresca del vaso de arcilla. Su origen parece estar relacionado con el complejo cultural «cerámica cordada/hacha de combate», denominado así por las cerámicas decoradas con la ayuda de una cuerda y por las hachas de combate perforadas de piedra que se encuentran juntas en tumbas individuales en las llanuras del norte de Europa, en un período comprendido entre el 2500 y el 1900 o 1800 a. C.
- Campaniforme marítimo-cordado o mixto: tiene aspecto muy similar al marítimo, con decoración de bandas puntilladas pero delimitadas por bandas encordadas. Se trata claramente de una simbiosis entre ambas decoraciones.
- Estilo bohemio: esta variedad de la cultura del vaso campaniforme en el centro de Europa presenta decoraciones metopadas. Se ha buscado su antecedente en la cultura de Vucedol, grupo tardoneolítico que se encontraba en los montes Cárpatos. En esta cultura, la metopa es uno de los motivos decorativos más frecuentes.
- Campaniforme inciso: por regla general, esta técnica decorativa es tardía, pero su presencia no es signo de modernidad. En la península ibérica es posterior a la puntillada y su máximo exponente corresponde al grupo de Ciempozuelos, en el que los vasos aparecen decorados con anchas bandas horizontales incisas y separadas por otras sin decoración.
Objetos de la cultura campaniforme. Foto: Benutzer:Thomas Ihle, who claims to be the photographer. CC BY-SA 3.0.

Marco geográfico
El marco geográfico comprende casi media Europa: desde la península ibérica e Irlanda hasta el río Vístula, y desde Dinamarca y el sur de Escandinavia hasta Sicilia y el norte de África, aunque estos límites parece que están siendo ampliados últimamente.
Hace unos años esta vasta área se valoró como un horizonte cultural homogéneo. Ahora se tiende a acentuar el comportamiento particular de los distintos grupos y sus desarrollos regionales. Las cerámicas no eran iguales en todos estas zonas, sino que, al contrario, conformaron una serie de estilos muy diversos con una característica común morfológica. También hoy se duda de que las tumbas individuales (aunque prevalezcan) sean un rasgo distintivo del área cultural campaniforme. Cabría distinguir entonces, con Harrison, tres grandes provincias que se comportan con cierta homogeneidad:
- Meridional: abarca la península ibérica, Sicilia-Cerdeña, el Midí francés y el norte de África, con piezas marítimas y sus derivados tardíos. En este ámbito, tales tipologías aparecen en el interior de los enterramientos megalíticos colectivos, sin mostrar mayor aislamiento, con otros elementos del ajuar que no cabría considerar, en principio, campaniformes.
- Occidental: presenta vasos AOO, aunque se encuentran también marítimos y sus derivados. Comprende los Países Bajos, Francia atlántica y las islas británicas.
- Oriental: que comprende los cursos altos del Rhin, Elba y Oder, más la cuenca del Danubio, aguas arriba de Budapest. En esta zona aparecen los estilos incisos y metopados.
La cultura del Vaso Campaniforme en la península Ibérica
En la península ibérica el fenómeno campaniforme define la fase final del Calcolítico local y los siglos iniciales de la Edad del Bronce. (8) Menos algunas excepciones notables, la mayor parte de los enterramientos campaniformes se encuentran en las regiones costeras o cerca de estas. En cuanto a los asentamientos y monumentos en el contexto ibérico, esta cerámica se encuentra generalmente en asociación con materiales calcolíticos locales y aparece muchas veces de forma «intrusiva», ya que son del III milenio y suelen encontrarse en monumentos funerarios cuyos orígenes se pueden remontar al IV o V milenios a. C. El campaniforme ha sido tan determinante para establecer las cronologías del sur y suroeste peninsulares que su ausencia o presencia son el fundamento de la división en dos fases de los grupos de Los Millares y Vila Nova.
En la península ibérica son más frecuentes los campaniformes marítimos que los cordados y los mixtos. Aquellos han sido considerados “antiguos” y aparecen a partir del 2900 a. C. en el estuario del río Tajo. Entre los campaniformes posteriores o “avanzados” se podrían distinguir cuatro grupos:
- Palmela, en el estuario del Tajo.
- Ciempozuelos, en las tierras interiores.
- Carmona, en el Bajo Guadalquivir.
- Cueva Fonda de Salomó, en Tarragona.
Todos ellos fueron bien definidos por Alberto del Castillo en 1928 y cuentan con una serie de rasgos comunes:
- Tumbas individuales en cista, fosa, cueva o intrusión dolménica.
- Un utillaje común, muy reiterativo, con puñales de lengüeta, puntas palmela, leznas biapuntadas de cobre, adornos de oro (como diademas de fina chapa, pocas veces decoradas), botones de hueso con perforación en “v”, etc.
- La cerámica, con distintos estilos, es el elemento diferenciador principal. Ello no obstaculiza vínculos entre los grupos de Salamó y Ciempozuelos e igualmente entre Palmela y Carmona.
- Tienen un desarrollo cronológico entre el 2000 y el 1700 a. C. aproximadamente.
Vaso, cazuela y cuenco pertenecientes al ajuar de Villabuena del Puente, Museo de Zamora. Foto: Outisnn. CC BY-SA 3.0.

Palmela
El grupo de Palmela se extiende por el estuario del Tajo y la Estremadura portuguesa y corresponde a la regionalización de los campaniformes marítimos. Los vasos decorados responden a cuencos hemisféricos y anchas copas, que se documentan en Carmona, además de vasos, todos ellos decorados con líneas puntilladas al principio e incisas después, bien sean horizontales, verticales u oblicuas, obtenidas mediante peine.
Predominan los hallazgos funerarios (enterramientos intrusivos en cuevas artificiales, como la de Palmela), pero también se documentan en poblados como los de Vila Nova de São Pedro y Zambujal. La excavación reciente de un hábitat en Malhadas ha demostrado la importancia de la metalurgia del cobre en esta cultura del comienzo del II milenio a. C.
Puntas de tipo Palmela, de cobre, halladas en la tumba de Perro Alto, en Fuente-Olmedo (Valladolid), Museo de Valladolid. Foto: José manuel benito Álvarez —> Locutus Borg – D.Público.

Ciempozuelos
El grupo Ciempozuelos se extendió por los valles del Duero y del Tajo. La mayor parte de los hallazgos proceden de los enterramientos, que eran por inhumación en fosas individuales, a veces utilizaban viejos dólmenes, como el salmantino de Aldeavieja de Tormes.
El ajuar cerámico está formado por un equipo normalizado en el que aparece el vaso inciso y con incrustaciones de pasta blanca y pseudopintura, juntamente con una cazuela y un cuenco de iguales características. Este equipo corriente se acompaña de otros elementos como son: el puñal de lengüeta, la punta de flecha palmela, etc. Como ejemplos están la necrópolis de Ciempozuelos, las tumbas de yacimiento arqueológico de «La Peña» (Villabuena del Puente, Zamora) y Fuente-Olmedo (Valladolid). La tumba de Fuente-Olmedo contaba con un puñal de lengüeta, once puntas palmela, una diadema de oro, un brazal de arquero, una punta de sílex y el equipo cerámico.
Cazuela del conjunto de Ciempozuelos. Realizada en arcilla negra, pulimentada con una capa de barro fino y decorada con motivos geométricos incisos rellenos de pasta blanca. Foto: Luis García. CC BY-SA 3.0.

Es uno de los enterramientos más ricos de la cultura del vaso campaniforme europea. Parece que la aristocracia renuncia a enterrarse junto al resto de la población y, como los nobles de la Edad Media, hacían gala de su poder con unos signos tan inequívocos como el oro y las armas. El difunto era un varón de unos 18 años, por lo que parece que tenía una autoridad heredada. Para la tumba de Fuente-Olmedo se tiene una fecha de carbono 14 que se cifra en el 1650 a. C., que se considera algo corta considerando el estado actual de la cuestión. Hoy se piensa que el grupo de Ciempozuelos se desarrolló entre el 2150 y el 1650, es decir, a lo largo de cinco siglos.
Carmona
El grupo de Carmona presenta decoraciones parecidas a las de Palmela. Se extiende por el Bajo Guadalquivir y casi todos los hallazgos corresponden a confusos enterramientos en fosa o cueva. En Andalucía oriental y especialmente en el Cerro de la Virgen de Orce (Granada) se documentan cabañas circulares de adobe vinculadas a la cultura del vaso campaniforme. Se han encontrado allí vasos incisos y decorados con peine, emparentados con el grupo Ciempozuelos. También hay copas anchas.
En La Algaba (Sevilla), que muestra un ambiente cultural esencialmente campaniforme, el tipo de plato de borde almendrado y de pestaña vertical, aparece junto a cerámicas decoradas según técnica y estilo campaniforme. Las cerámicas de este yacimiento han aparecido ocasionalmente, con motivo de la remoción de tierras para la obtención de gravas bajo el yacimiento. (9)
Cueva Fonda de SalomóEl grupo de Salomó se caracteriza por cerámicas decoradas abigarradamente con incisiones, seudoescisiones u hoyos impresos.
Deriva de los estilos que los investigadores franceses denominan pirenaicos. Los yacimientos-tipo más frecuentes son los hábitats en cueva, aunque se conozcan igualmente determinados enterramientos en el interior de cavidades.
Europa CentralEn su estudio a gran escala sobre las dataciones radiocarbónicas campaniformes, J. Müller y S. Willingen establecieron que en Europa Central tales vasos aparecieron a partir del 2500 a. C.
Los yacimientos campaniformes son poco conocidos todavía y resultan difícilmente identificables para los arqueólogos. La alfarería doméstica campaniforme no tiene precedentes en Bohemia y el sur de Alemania, mostrando que no hay relación con la cerámica cordada local de la Edad del Cobre final, ni tampoco con otros complejos del área, siendo considerada como algo completamente nuevo. Algunos asentamientos enlazaban el sur germano con el grupo campaniforme del este europeo, donde hay muchos vestigios de asentamientos, especialmente en Moravia y Hungría. Las relaciones con los grupos campaniformes occidentales y con las culturas contemporáneas de los Cárpatos fue mucho menor. (10)
Recientemente, materiales relacionados con el fenómeno campaniforme han sido descubiertos en un área geográfica de la que, hasta ahora, estaban ausentes, área que iría desde el mar Báltico hasta el Adriático y el Jónico, incluyendo países como Bielorrusia, Polonia, Rumanía, Serbia, Montenegro, Croacia, Albania e, incluso, Grecia. (11).
Los yacimientos del sur de Alemania y este de Europa muestran evidencias de una economía mixta agrícola y ganadera. Indicadores tales como piedras de molino y husos de telar hallados en ellos prueban el carácter sedentario de estos pueblos, así como la durabilidad de sus poblados. (10) Máxime cuando algunos enterramientos infantiles muy bien dotados parecen indicar que existían posiciones sociales heredadas, mostrándonos una sociedad compleja. Aunque el análisis de los ajuares funerarios, del tamaño y la profundidad de las fosas de enterramiento, o de su posición dentro del cementerio, no ha conducido a ninguna conclusión clara sobre las divisiones sociales.
(8) F. Jordá Cerdá et al.: Historia de España 1: Prehistoria, 1986. ISBN 84-249-1015-X.
(9) Este yacimiento ha corrido la misma suerte que otros sevillanos, como el del Cerro Macareno y Valencina de la Concepción. Constituyen ejemplos modélicos de destrucción rápida de un yacimiento arqueológico. El Cerro Macareno y el poblado de La Algaba han sido demolidos casi totalmente para la explotación de gravas, con gran intensidad desde 1970. La Algaba ha proporcionado numerosos fragmentos campaniformes, cerámicas de comienzos del Bronce y otros del Bronce final. Por desgracia, lo que podía haber sido un yacimiento de extraordinaria importancia para la explicación de la Edad del Bronce sevillana, hoy es desnudo testigo, representado por unas cuantas cerámicas recogidas por nosotros de sus despojos.
(10) Volker Heyd, Ludwig Husty y Ludwig Kreiner: «Bell Beaker settlements in South Germany and Central Europe», 2004
(11) Volker Heyd: [www.bris.ac.uk/archanth/staff/heyd/Krakow1.pdf «The Eastern Border of the Bell Beaker-Phenomenon»,] 2004.
Puñal de lengüeta de cobre hallado en la tumba de «Perro Alto», en Fuente-Olmedo (Valladolid) (provincia de Valladolid); se conserva en el Museo de Valladolid (España). Foto: José manuel benito Álvarez —> Locutus Borg – Trabajo propio. Dominio Público.

Durante este período, la parte norte de la Alemania meridional estaba focalizada hacia la región del Rin, que perteneció al grupo campaniforme occidental, mientras que su parte sur ocupó el sistema fluvial del Danubio, que perteneció al homogéneo grupo oriental que se solapaba con el de la cerámica cordada y otros grupos del Neolítico final y la temprana Edad del Bronce. No obstante, la Alemania meridional muestra por sí misma algunos desarrollos independientes. (12) Aunque hay una evolución paralela con el resto del campaniforme, en el sur alemán se desarrollaron decoraciones de metopa, de sellos y técnicas de grabación de surcos que no aparecen en Austria ni en Hungría; tampoco hay vasos con asas.
Tal y como lo confirman las series antropológicas campaniformes de Moravia y Alemania, estos grupos influyeron en la formación de la cultura de Gáta-Wieselburg, en la franja oeste de la cuenca carpática. (13) Por otro lado y de acuerdo con la evidencia antropológica, la conclusión resultante es que los vasos campaniformes se impusieron en la parte sur de Alemania con unas tipologías más establecidas ya que en la zona este de Europa. (12)
Gran Bretaña
El complejo campaniforme llegó a Gran Bretaña alrededor del 2475 a. C.-2315 a. C., (14) declinando su uso a partir del 2200-2100 a. C. con la emergencia de los denominados food vessels (vasijas para comer) y las urnas cinerarias, desapareciendo hacia el 1700 a. C. El campaniforme británico inicial era similar al del Rin, pero los estilos finales eran más parecidos a los de Irlanda. Debido a que la mayoría de los hallazgos de este período corresponden a contextos funerarios, siendo muy raros los entornos domésticos, resulta muy difícil extraer conclusiones acerca de la mayoría de los aspectos sociales.
Se supone que el único elemento de exportación de este momento fue el estaño, que, probablemente, se extraía de los arroyos de Cornualles y Devon, en forma de guijarros de casiterita, y comerciado en bruto, sin refinar. Se usó para convertir el cobre en bronce desde el 2200 a. C.
El yacimiento más conocido de esta época es Stonehenge, cuya arquitectura neolítica fue llevada al clímax. En ese momento, multitud de túmulos lo rodeaban y un número inusual de «ricos» enterramientos pueden ser encontrados en las cercanías, como el del arquero de Amesbury. Otro yacimiento de especial interés es Ferriby, en el estuario del Humber, donde han sido recuperados los botes de madera más antiguos de Europa occidental.
Interpretación Cultura Vaso Campaniforme
La interpretación de la cultura arqueológica campaniforme ha variado sensiblemente a lo largo del siglo XX. Muchas de las teorías formuladas acerca de sus orígenes y su difusión han sido discutidas posteriormente. La «cultura del vaso campaniforme» ha sido sugerida como candidata para una temprana cultura indo-europea, más concretamente, para unas ancestrales culturas proto-céltica, (15), proto-itálica o italo-céltica.
En 1958 Gordon Childe la definió como el resultado de la expansión por toda Europa de una casta guerrera y comerciante de procedencia poco clara, visión que se mantuvo durante un cuarto de siglo. Este misterioso origen fue atribuido por distintos investigadores a lugares tan diversos como el estuario del Tajo, el valle del Guadalquivir, la cuenca central del Rin, Bohemia, etc. En 1961 Sangmeister formuló su teoría del flujo-reflujo, según la cual los primeros vasos campaniformes procederían de la península ibérica, pero luego serían transformados en ciertas regiones, desde donde se retornarían vasos estilísticamente renovados al foco original. (16).
Posteriormente, en 1974, se celebró el simposio de Oberried, en el que se destacaron dos conclusiones principales; la primera, tras haber sido aceptada durante décadas, ha sido refutada, mientras que la segunda conserva su vigencia:
Se valoró la cronología absoluta que permitió a Lanting y Van der Waals «demostrar» la anterioridad del estilo neerlandés (variedad encordada) respecto al marítimo, con lo que se afianzaba la idea de un origen de esta cerámica en el curso inferior del Rhin y se desacreditaba la idea de reflujo de Sangmeister. (17).
Se denunció el planteamiento tradicional de “una cerámica, un pueblo, una cultura”. En este sentido es mérito de Clarke la idea de que el vaso campaniforme fue una cerámica de lujo, la cual, junto a las conocidas armas de cobre, los brazales de arquero, las joyas de oro (muy raramente en plata) y los botones con perforación “en v”, formaban parte de un “paquete de objetos de prestigio” difundido por procedimientos comerciales. Así, no habría existido una sola cultura campaniforme ni un solo ritual funerario campaniforme, sino muchas culturas con sus tumbas particulares, en las que aparece esta cerámica cuyo uso quedó restringido al de unas élites.Siguiendo esta tendencia, en 1980 Harrison propuso un origen múltiple de los distintos estilos campaniformes, situando el marítimo en la península, y adjudicando su uso en exclusiva a los líderes comunitarios de los territorios donde se han encontrado.(16)
Cuenco campaniforme, parte de un conjunto hallado en Ciempozuelos (Madrid, España) del Museo Arqueológico Nacional de España (en Madrid). Realizado en arcilla negra, pulimentado con una capa de barro fino, y decorado con motivos geométricos incisos rellenos de pasta blanca. Fechable en la Edad del Bronce inicial (entre el 1970 y el 1470 a. C.; encontrado en 1894 como parte de un ajuar funerario.
Foto: Luis García. CC BY-SA 3.0

Un reciente repaso de todas las fuentes disponibles acerca del sur de Alemania concluyó que el vaso campaniforme fue contemporáneo de la cerámica cordada en esta área, pero que apareció de manera completamente independiente de esta última, en contra de lo que Lanting y Van der Waals sostenían. (18) Tal conclusión se apoya además en la revisión de las fechas del radiocarbono mencionada más arriba, que demostró que el vaso campaniforme era contemporáneo del encordelado pero que había aparecido en otra región de Europa, en Iberia.
La relativa unidad del vaso campaniforme en Europa en el tránsito del III al II milenio a. C. podría explicarse en el seno del clima de interacción comercial creado por unas élites ávidas de bienes de prestigio, entre los que se encontraba el vaso campaniforme. Se interpretaría como representativo de una moda, una vajilla de lujo usada por las élites europeas en ceremonias sociales en las que se asociaba a la bebida, empleada también en pactos políticos, transmisión de conocimientos, alianzas matrimoniales, etc. Se sabe que sirvió para beber cerveza o hidromiel, según el análisis de los posos de la pieza escocesa de Ashgrove. Pero también fue usado en algunos casos como un recipiente de reducción para fundir minerales de cobre; otros conservan restos orgánicos asociados con comidas e, incluso, algunos fueron empleados como urnas funerarias. (19)
- Volker Heyd: «Bell Beaker Culture in Southern Germany, State of research for a regional province along the Danube», 1998.
- Zsuzsanna K. Zoffmann: «Anthropological sketch of the prehistoric population of the Carpathian Basin» Archivado el 8 de marzo de 2016 en Wayback Machine., en la revista Acta Biol Szeged 44 (1-4): págs. 75-79, 2000.
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- M. Almagro-Gorbea: «La lengua de los celtas y otros pueblos indoeuropeos de la península ibérica» (pág. 95), en M. Almagro-Gorbea, M. Mariné, y J. R. Álvarez-Sanchís (eds.): Celtas y vettones, pág. 115-121. Ávila: Diputación Provincial de Ávila, 2001.
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- Categoría multimedia sobre Cultura del vaso campaniforme.
- UBPrehistoire.free.fr «La cultura campaniforme y Europa al final del neolítico», artículo en francés.
- Todos los artículos científicos en internet acerca del Campaniforme (en francés).
- El viril lujo ibérico que conquistó Europa – El mayor estudio de ADN antiguo hasta la fecha, realizado con 400 esqueletos prehistóricos, explica cómo una cultura originada en la península se exportó al resto del continente hace unos 4.500 años, ABC, 21 de febrero de 2012 (cita la publicación en Nature de un equipo de 144 investigadores, entre los que entrevista a Carles Lalueza-Fox -Instituto de Biología Evolutiva- y Barry Cunliffe -Oxford-). La misteriosa catástrofe prehistórica que acabó con el 90% de la población británica – Una nueva investigación de ‘Nature’ revela que Gran Bretaña experimentó un misterioso cambio en su población en solo unos pocos siglos después de la construcción de Stonehenge, El Confidencial, 22 de febrero de 2018 (datos del mismo estudio).

El vaso campaniforme fue una manifestación cultural calcolítica que se expandió por casi toda Europa occidental, llegando a utilizarse hasta la I Edad del Bronce. Ha sido relacionado con la difusión de la metalurgia del cobre hasta tal punto que se ha convertido en su fósil director. Su denominación proviene de las especiales características de estas vasijas o vasos de cerámica, con forma de campana invertida y profusamente decoradas que han sido encontradas generalmente en contextos funerarios. (26) Actualmente y gracias a la revisión sistemática de los datos proporcionados por el radiocarbono en vasos campaniformes de toda Europa, se ha podido establecer que los más antiguos serían los encontrados en el área del Bajo Tajo, en Portugal, con una cronología que iría del 2900 al 2500 a. C. (27).
Estos vasos cerámicos son de excelente calidad, de color rojo o marrón-rojizo, decorados profusamente con bandas horizontales incisas (grabadas), excisas o impresas, con temas geométricos, rayados, ajedrezados, etc. Los vasos más tempranos han sido descritos como de estilo internacional, que incluiría los grupos Marítimo y AOO (all over ornamented/ornamentado y encordado completamente), mientras que los estilos posteriores se enmarcan en distintos desarrollos regionales. (28).
Aparte de la cerámica, lo que mejor define a este horizonte arqueológico son los ajuares funerarios, que suelen consistir, casi invariablemente, en un vaso cerámico, adornos manufacturados en hueso, botones con una característica perforación en V, colgantes de arcilla en forma de creciente, espirales de oro, abundantes flechas denominadas de Palmela, puñales triangulares de cobre y unas placas perforadas de esquisto que suelen considerarse brazales de arquero. Aunque en las áreas de Vila Nova y Los Millares no hubo ruptura con las tradiciones funerarias megalíticas anteriores, en el resto de Europa, según fue avanzando el III milenio a. C., fueron generalizándose los enterramientos individuales en cistas y fosas simples, en las cuales los cuerpos femeninos y masculinos eran depositados de manera diferenciada.
La relativa unidad del vaso campaniforme en Europa a finales del tercer milenio podría explicarse como consecuencia de la gran interacción comercial provocada por unas élites ávidas de bienes de prestigio, entre los que destacaba el vaso campaniforme. Así, se podría interpretar como una moda, una vajilla de lujo usada por las jefaturas europeas en ceremonias sociales en las que se asociaba a la bebida, empleada también en pactos políticos, transmisión de conocimientos, alianzas matrimoniales, etc. Se sabe que sirvió para beber cerveza o hidromiel, según lo demuestra el análisis de los posos de la pieza escocesa de Ashgrove. Pero también fue usado en algunos casos como recipiente de reducción para fundir minerales de cobre. Hay vasos que conservan restos orgánicos asociados con comidas e, incluso, algunos fueron empleados como urnas funerarias. (29).
Cultura de la cerámica cordada
La cerámica cordada identifica un vasto horizonte arqueológico europeo que abarca el Calcolítico y el principio de la Edad de Bronce (o sea, entre el 2900 y el 2450/2350 a. C.). (30). Asociada inseparablemente a la denominada cultura del hacha de combate/guerra o de los sepulcros individuales, recibe unos u otros nombres en función de las distintas escuelas arqueológicas. Tanto la cerámica decorada con cuerdas como las hachas de combate (simbólicas, ya que estaban pulidas en piedra, lo que las convertía en armas poco eficientes para esa época) eran típicas ofrendas funerarias masculinas, depositadas en tumbas individuales, por lo que los tres elementos forman una asociación recurrente. (31) Es contemporánea del vaso campaniforme, solapándose en su área de distribución más occidental con este. Aunque adoptaron una organización social y patrones de asentamiento similares, los grupos de la cerámica cordada carecían de los refinamientos de aquellos, solo posibles mediante el comercio y la comunicación por el mar y los ríos. (32) La cerámica cordada está asociada con la introducción del metal en el norte de Europa y, según algunos investigadores, con ciertas lenguas de la familia indoeuropea.
Se conocen pocos poblados, quizá por ser demasiado precarios, pero hay pruebas de la práctica de la agricultura y el pastoreo, así como de la presencia de caballos y carros de cuatro ruedas macizas. Los enterramientos solían ser inhumaciones individuales, aunque en algunos casos se dio la incineración. Los ajuares fueron muy uniformes e incluían un vaso, un ánfora, útiles líticos u óseos y hachas rituales para los hombres, mientras que las mujeres eran enterradas con objetos suntuarios en vez de armas. También se diferenciaban los sexos acostando los cuerpos femeninos sobre su lado izquierdo y los masculinos sobre el derecho. Podía haber un pequeño túmulo o no, y en el caso de Dinamarca los túmulos contenían dos y hasta tres enterramientos sucesivos; en Polonia se mantuvo la tradición anterior de las tumbas-nicho en catacumbas.
Cerámica con impresiones cordadas del cementerio de Lilla Bedinge (Skåne, Suecia). Foto: Aslar73. Dominio público.

Expansión del megalitismo
Artículo principal: Megalitismo
A partir del 3200 a. C. comenzó a levantarse el templo megalítico de Hagar Qim en Malta (ver «Templos megalíticos de Malta»). Desde el 3100 a. C. en los focos calcolíticos portugués y almeriense aparecieron importantes innovaciones en la construcción funeraria: cuevas artificiales y tholoi, ligados al desarrollo de las poblaciones fortificadas ibéricas, que formaron las primeras y únicas sociedades complejas conocidas implicadas en el fenómeno megalítico: Las culturas de Los Millares y Villanova (ver tema. «Calcolítico en la península Ibérica»). (33).
A partir del 3000 a. C., en Gran Bretaña fueron siendo sustituidos los campos atrincherados anteriores por los complejos círculos de ortostatos conocidos como henges. (34) Hacia 2800 a. C. se alcanzó el punto álgido del megalitismo en Dinamarca y comenzó la construcción del círculo de Stonehenge. Cerca del 2500 a. C. se llegó al clímax del megalitismo ligado al vaso campaniforme (ver supra) en la península ibérica, Francia, Alemania y las islas británicas, con la construcción de centenares de pequeños círculos de piedra en estas últimas.
Dólmen de Anta Cerqueira, Couto Esteves, Portugal. Foto: João Carvalho.
Un dolmen, que en bretón quiere decir ‘mesa grande de piedra’, es una construcción megalítica consistente, generalmente, en varias losas (ortostatos) clavadas en la tierra en posición vertical y una o más losas, a modo de cubierta, apoyadas sobre ellas en posición horizontal. El conjunto conforma una cámara y está rodeado en muchos casos por un montón de tierra de sujeción o piedras que cubren en parte las losas verticales, formando una colina artificial o túmulo, distinguible como marca funeraria.
Estas estructuras fueron construidas durante el neolítico y el Calcolítico y se dan en Europa Occidental, sobre todo en la franja atlántica, donde se cuentan por miles. Su función atribuida suele ser la de sepulcro colectivo, pero también se cree que puede ser una forma de reclamar un territorio y reforzar la identidad grupal, dada la poca identidad de los poblados neolíticos en tránsito a los calcolíticos y que prepara las ciudades de la época del bronce.
Los modelos sencillos de dólmenes consisten en dos o más piedras verticales (nadir) y encima una horizontal (acimut), ejercicio de destreza constructiva monumental sin par. Generalmente se acompaña de otras piedras de grandes dimensiones en los alrededores.
Cuando al dolmen se le añade un pasillo que lo conecta con el exterior, se le llama tumba de corredor a la manera de avenida para desfilar el cortejo funerario, cuya cámara puede estar construida con ortostatos (grandes losas) mediante una falsa cúpula hecha con lajas de piedra o haber sido excavada en la roca. Es el primer ejemplo de habilidad constructiva al mover enormes bloques con el reto de mantener alzada la estructura.
Un tercer tipo de tumba megalítica es la de galería, más tardía, en la que el corredor no se diferencia de la cámara, y que a veces cuenta con pilares, prototipo posterior de las columnas en los templos, con el fin de sostener las pesadas cubiertas.

Referencias:
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- Peregrine, P.N.; Ember, M. (2001). The Encyclopedia of Prehistory.
- Hay una categoría multimedia sobre la edad del Cobre.
- Los Dólmenes – El Calcolítico en Valencina de la Concepción
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17.996 visualizaciones 11 jul 2022 Edades de la Prehistoria
En esta serie de videos vamos a hacer un recorrido cronológico por las edades de la prehistoria y sus manifestaciones culturales y hoy hablaremos del Calcolítico.
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