Los Síndicos del Gremio de los Pañeros, Rembrandt, 1662. La burguesía neerlandesa, tras la Revuelta de Flandes, se ha convertido por primera vez en la historia en la clase dominante a cuyos intereses sirve un estado de dimensiones nacionales. Esto es excepcional no solo en el mundo sino en Europa, donde incluso Inglaterra, en plena Restauración inglesa, todavía no ha solucionado sus conflictos sociales y políticos, mientras que en el resto triunfa el Antiguo Régimen en mayor o menor medida. (ver alta)
La Edad Moderna es el tercero de los periodos históricos en los que se divide convencionalmente la historia universal, comprendido entre el siglo XV y el XVIII. Cronológicamente, alberga un periodo cuyo inicio puede fijarse en el descubrimiento de América (1492), la caída de Constantinopla (1453), el fin de las Cruzadas, el comienzo del Renacimiento o la Era de los Descubrimientos; y cuyo final puede situarse en la Revolución francesa (1789), la Revolución estadounidense (1776) o el ascenso de Napoleón al poder (1799). Con esto dicho, si se contabiliza desde el descubrimiento de América hasta el comienzo de la Revolución Francesa, la Edad Moderna abarcó 296 años. En esta convención, la Edad Moderna se corresponde al período en que se destacan los valores de la modernidad (el progreso, la comunicación, la razón) frente al período anterior, la Edad Media, que es generalmente identificada como una edad aislada e intelectualmente oscura. El espíritu de la Edad Moderna buscaría su referente en un pasado anterior, la Edad Antigua identificada como Época Clásica.
Adán y Eva de Alberto Durero. El antropocentrismo humanista simboliza la modernidad en la Filosofía, la Ciencia y el Arte. No obstante, la paulatina imposición de nuevos criterios secularizados y pragmáticos en política y relaciones sociales no impidieron –sin duda utilizaron– los conflictos religiosos.
En el siglo XIX se añadió una cuarta edad a la historia de la humanidad, la denominada como Edad Contemporánea, en la cual no solo no se aparta, sino que también se intensifica extraordinariamente la tendencia a la modernización, ya que sus características sensiblemente diferentes, fundamentalmente porque significa el momento de éxito y desarrollo espectacular de las fuerzas económicas y sociales que durante la Edad Moderna se iban gestando lentamente: el capitalismo y la burguesía; y las entidades políticas que lo hacen de forma paralela: la nación y el Estado.
En la Edad Moderna se vincularon los dos «mundos» que habían permanecido casi absolutamente desvinculados desde la Prehistoria: el Nuevo Mundo (América) y el Viejo Mundo (Eurasia y África). Cuando se consolidó la exploración europea de Australia se habló de Novísimo Mundo.
La disciplina historiográfica que la estudia se denomina Historia Moderna, y sus historiadores, «modernistas».