Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, más conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, fue una erudita, autodidacta y escritora que nació en el Virreinato de la Nueva España (México), pionera de la reivindicación de la mujer, se convirtió en una de las figuras más importantes de la literatura colonial del siglo XVII.
La niña Juana Inés creció principalmente entre las haciendas de Nepantla y Panoayán, en la biblioteca del abuelo, quien combinaba la lectura y cultura con la siembra del maíz, trigo y crianza del ganado; para la labranza, se sabe que en esta época, se ocupaban algunos esclavos. Los años de aprendizaje de sus primeras letras transcurren en estos hermosos lugares que ven siempre hacia los volcanes Popocatépetl e Ixtaccíhuatl. A los tres años sabía leer y escribir y a los 16 logró entrar a la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, Marqués de Mancera, y la virreina, Leonor de Carreto, quien se convirtió en su principal mecenas. En el siglo XVII los letrados dependían de un mecenas, es decir que no escribían de manera independiente, sino por encargo.
Sor Juana sabía que el conocimiento estaba en todos lados, incluso en la cocina. Por eso, durante su vida conventual hizo el recetario de comida novohispana más antiguo que conocemos. Por otro lado, se le considera la primera gran poeta hispanoamericana y figura clave en la lucha por los derechos de las mujeres en la sociedad colonial.
En la Nueva España, la única manera de formar parte de la minoría docta era ingresando en alguna de las dos grandes instituciones educativas de la época: la Iglesia y la Universidad, o en la corte, donde existía un importante movimiento estético y cultural. Por aquellos tiempos (y durante muchos años más), la cultura y la literatura eran masculinas, escribían hombres y leían hombres. Es por ello que resulta extraordinario que Sor Juana haya sido la escritora más importante de la época colonial.
En 1680 el virreinato pasó a las manos de Tomás de la Cerda y Aragón, marqués de la Laguna, conde de Paredes, y su esposa María Luisa Manrique de Lara y Gongaza. Sor Juana fue la encargada de realizar, junto con Carlos de Sigüenza y Góngora, El Arco Triunfal de bienvenida de los virreyes, una construcción hecha de cartón y lienzo que se destruía después de la celebración. Estas figuras imitaban el mármol, tenían dibujos alegóricos, explicaciones y escritos. Si bien las imágenes estaban a la vista de todo el pueblo, los textos solo eran leídos en la corte. Para este homenaje, la poetisa compuso una alegoría que tituló Neptuno Alegórico.
El nuevo virreinato coincidió con la época dorada de Sor Juana, ya que es cuando proviajedujo la mayor cantidad de escritos. La lírica era su género principal, pero también incursionó en otros géneros como el teatro, el auto sacramental y la prosa. El único poema que realizó por placer, y no por encargo, fue Primero Sueño, que contiene casi mil versos. La virreina fue quien imprimió y publicó, en su a España, las obras de la poetisa, dado que en la colonia la literatura se compartía solamente de manera oral, por ejemplo en tertulias.