Créditos de foto entrada: La porte des Lions à Mycènes, de Théodosius du Moncel, 1845. (Dominio Público).
La civilización micénica se desarrolló en el período del Heládico reciente, es decir, la última parte de la Edad del Bronce, entre 1700-1050 a. C. aproximadamente. Representa la primera civilización avanzada de la Grecia continental con sus estados palaciales, organización urbana, obras de arte y sistema de escritura.( Fields, 2004.), Entre los centros de poder que surgieron en su seno destacaron Micenas —que da nombre a toda esta civilización— Pilos, Tirinto y Midea en el Peloponeso; Orcómeno, Tebas y Atenas en la Grecia Central, Yolco en Tesalia y Cnosos en Creta. En otros lugares del Mediterráneo también han aparecido algunos asentamientos que tuvieron fuertes vínculos con los micénicos.
Civilización micénica
Indice
- -Introducción
- -La máscara de Agamenón (Círculo de tumbas A (1600-1500 a. C.)
- -Historia del descubrimiento.
- -Sobre el Lineal B
- -Cronología Civilización micenica
- -Las tumbas del Círculo B de Micenas 1650-1550 a. C.
- -Origen de los micénicos
- -La lengua micénica. Griego micénico
- -Organización política
- -La geografía micénica
- -Posible equivalencia de los ahhiyawa con los aqueos
- -Los estados de Pilos y Cnosos
- -Sociedad
- -Economía
- -Agricultura
- -Ganadería, caza y pesca
- -Industria
- -Comercio
- -Religión. 1. Divinidades. 2. Lugares de culto 3. Rituales 4. Poseidón, Deméter y Perséfone. 5. Misterios Eleusinos 6. Artemisa 7. Peón 8. Atenea 9. Dioniso 10. Otros dioses 11. Capillas y santuarios. 12. Bibliografías.
- -Prácticas funerarias. Tipos de tumbas. Ritos funerarios.
- -Arquitectura. Las fortalezas. Habitat.Los palacios miméticos. Obras Públicas.
- -Arte y artesanía. Vasos y Cerámica micénica. Escultura. Pintura. Glíptica.
- -Armas. Ejército Micénico-
- -Decadencia
- -Continuidad y memoria
- -Referencias y bibliografía
- – Conferencia Fundación Juan March.
Máscara micénica realizada en una lámina dorada, llamada «máscara de Agamenón», Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
La máscara de Agamenón es un objeto arqueológico descubierto en la acrópolis de Micenas en 1876 por el arqueólogo prusiano Heinrich Schliemann. Se trata de una máscara funeraria de oro que se encontró colocada encima de la cara de un cuerpo ubicado en la tumba V del Círculo de tumbas A.
Funeral mask also known as “Agamemnon Mask”. Gold, found in Tomb V in Mycenae by Heinrich Schliemann (1876), XVIth century BC. National Archeological Museum, Athens. Foto: DieBuche. CC BY-SA 3.0.
La máscara se encontró como ofrenda funeraria en el llamado Círculo de tumbas A, que es una necrópolis de la Edad del Bronce que se encuentra en el interior de la acrópolis de Micenas. Fue hallada en las excavaciones realizadas en 1876 por Heinrich Schliemann. En su interior se encontraron restos de cadáveres y abundantes objetos pertenecientes al ajuar funerario.
La mayor parte de los objetos hallados se exponen en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Restos del círculo de tumbas A. Fingalo – Trabajo propio. CC BY-SA 2.0 de.
Al encontrar la máscara, Schliemann pensó que había descubierto el cuerpo del legendario rey griego Agamenón, y por ese motivo la máscara recibió su nombre. Sin embargo, estudios arqueológicos modernos sugieren que la máscara podría datar de entre 1550 y 1500 a. C., lo que la situaría en un tiempo anterior (unos 300 años) al que tradicionalmente se atribuye a la vida de Agamenón. A pesar de ello, ha conservado su nombre. La máscara se encuentra expuesta al público en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, mientras que el Museo Arqueológico de Micenas expone una copia de la misma.
Arqueoudima 14 – El Círculo A de Micenas – Daniel Casado
11 sept 2017- El profesor Dr. Daniel Casado Rigalt analiza el Círculo A de Micenas y pone al día las interpretaciones de los ajuares desde las excavaciones de Schliemann en 1876 hasta la actualidad. música durante la locución: «New Land» by Ian Post Descubre toda la oferta formativa que imparte la UDIMA en materia de Historia y Humanidades en: https://www.udima.es/es/areas/histori… ¡Síguenos en Redes Sociales! – Twitter: / udima – Facebook: / udima – Instagram: / universidad_udima – LinkedIn: / universidad-udima
La Grecia micénica estuvo dominada por una élite social guerrera y consistía en una red de estados palaciales dirigidos por reyes que desarrollaron unos rígidos sistemas jerárquicos, políticos, sociales y económicos. Los micénicos introdujeron diversas innovaciones en los campos de la ingeniería, la arquitectura y la infraestructura militar. Su sistema de escritura silabario, el Lineal B, ofrece los primeros registros escritos del griego antiguo, mientras que la religión micénica ya incluía varias divinidades que luego formarían parte de los dioses olímpicos.
El mundo micénico pereció durante el colapso de la Edad del Bronce Final en el Mediterráneo oriental para ser relevado por la llamada Edad Oscura griega, un período de transición del que poco se conoce y que daría paso a la Época arcaica, en la que ocurrieron giros significantes desde formas de organización socioeconómicas centralizadas en los palacios a descentralizadas y se introdujo el trabajo extensivo del hierro. Sobre el final de esta civilización se han propuesto varias teorías, entre ellas la de la invasión dórica o actividades conectadas con los Pueblos del mar. También se han defendido explicaciones como desastres naturales o cambios climáticos. El período micénico se convirtió en escenario histórico de gran parte de la literatura y la mitología griegas.
Historia del descubrimiento
Esta civilización fue descubierta a finales del siglo XIX por Heinrich Schliemann, quien hizo excavaciones en Micenas (1874) (1) y Tirinto (1886). Habrá que esperar a los estudios de Arthur Evans, de comienzos del siglo XX, para que el mundo micénico adquiera una autonomía propia con respecto a la civilización minoica, que la precede cronológicamente. (2) Por otra parte, el yacimiento arqueológico de la antigua Pilos, bautizado como «palacio de Néstor», fue localizado en 1939 por Konstantinos Kourouniotis y excavado por un equipo dirigido por Carl William Blegen. (3)
Aspecto actual de la ciudad de Micenas y reconstrucción artística de la misma tal y como debió de ser en su momento de esplendor.
En las excavaciones de Cnosos (Creta), Evans descubrió miles de tablillas de arcilla, cocidas accidentalmente por incendios del palacio. Bautizó esta escritura como «lineal B», puesto que lo estimó más avanzado que el lineal A. (4) En 1953 se produjo el desciframiento del lineal B ―identificado como un tipo de griego antiguo― por Michael Ventris y John Chadwick.S. (1)
Sin embargo, las tablillas de lineal B siguen siendo una fuente de información muy escasa. Añadiendo las inscripciones sobre vasos, no representan más que aproximadamente 6000 textos (Ref. Piquero Rodríguez, 2020, p. 60.). (1) mientras que se calcula que hay varias centenas de millares de tablillas sumerias y acadias. Además, los textos son cortos y de carácter económico-administrativo: se trata de inventarios y otros documentos contables que no estaban destinados a ser archivados sino que tenían una vigencia de únicamente un año ya que las tablillas de barro que los contenían podían reutilizarse.(S. Ruipérez y Melena, 1990, p. 42) .Sin embargo, tienen la ventaja de mostrar una visión objetiva de su mundo, sin la marca de la propaganda real.
El lineal B es el sistema de escritura usado para escribir el griego micénico, aunque fue usado principalmente con fines administrativos, aproximadamente desde el 1450 hasta el 1200 a. C. Precedió en varios siglos al uso del alfabeto para escribir la lengua griega. El lineal B consiste en signos silábicos, es decir, que cada uno de los signos representa una sílaba, con un gran número de signos ideográficos.
En 1900, Arthur Evans encontró los primeros vestigios en Cnosos (Creta).
Tabla de arcilla (PY Ub 1318) inscrita con escritura Lineal B, del palacio micénico de Pylos. Esta pieza contiene información sobre la distribución de pieles de bovino, cerdo y ciervo a zapateros y fabricantes de sillas de montar. El Lineal B fue la escritura griega más antigua, que data del 1450 a.C., una adaptación de la anterior escritura minoica Lineal A. La escritura está compuesta por 90 signos silábicos, ideogramas y números. Esta y otras tablillas se conservaron fortuitamente cuando se cocieron en el fuego que destruyó el palacio alrededor del 1200 a.C. Se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Sharon Mollerus – originally posted to Flickr as How Cool Is Writing?- CC BY 2.0.
Cronología
Para la cronología de la Edad del Bronce del área continental griega se utiliza el término Heládico. Dentro de las tres fases en que se divide (Antiguo, Medio y Reciente), la civilización micénica se enmarca dentro del Heládico Reciente —HR para abreviar. Este, a su vez, se divide en HR I, HR II y HR III y cada uno de estos se divide en periodos más breves designados por las letras A, B y C. A veces también se usan los números 1 y 2 para dividir estos últimos periodos. En cuanto a las fechas absolutas a los que corresponden cada una de estas fases, están en constante revisión. Además, puede distinguirse una datación basada en la comparación del material arqueológico micénico —fundamentalmente cerámica— con material de Egipto y del Oriente Próximo, de la datación basada en estudios científicos como el carbono 14. Estos métodos han producido resultados diferentes y por ello se habla de una cronología baja y una cronología alta. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 249-251.)
Los hallazgos de diferentes necrópolis del Heládico Medio muestran que entre este periodo y el posterior hubo una continuidad cultural. Entre finales del Heládico Medio y principios del Heládico reciente se estima que se produjo la formación de los reinos micénicos. Las tumbas del Círculo B de Micenas se fechan en esta época de transición, en torno a 1650-1550 a. C. Las del Círculo A son algo posteriores (1600-1500 a. C.) En estas necrópolis se han encontrado armas y ricos hallazgos, muchos de ellos importados del exterior, que muestran una élite oligárquica dominante que mantenía fuertes contactos con Creta y con otras áreas del Mediterráneo. (Piquero Rodríguez, 2020, p. 81.).
El HR II vio un fuerte incremento del número de poblaciones micénicas en el área continental mientras en Creta, en torno al 1450 a. C., muchos asentamientos minoicos fueron destruidos. De los palacios cretenses antes existentes, solamente fue reconstruido el de Cnosos. Algunos investigadores han supuesto que los micénicos habrían sido los responsables de esas destrucciones y se habrían establecido en la isla, en torno a Cnosos, mientras otros creen que la llegada de los micénicos se habría producido más tarde. También se ha sugerido que la presencia de elementos culturales que combinan características minoicas y micénicas de ese periodo puede ser debida a que la hegemonía micénica en la isla fue apoyada de alguna manera por un sector de la población minoica. No obstante, el palacio de Cnosos sufrió otra destrucción en torno al 1350 a. C. ( Langohr, 2018, pp. 52-54.).
Durante el HR III la civilización micénica siguió expandiéndose. En este periodo se edificaron grandes palacios y fortificaciones. Además de Creta, otras islas del mar Egeo (como Cos, Cálimnos y Rodas) muestran yacimientos micénicos e incluso se establecieron en colonias en otros lugares más alejados, dentro del Mediterráneo. (García Iglesias, 2000, pp. 88,92-94. «Los orígenes del pueblo griego». Madrid: Síntesis. ISBN 84-7738-520-3.).
Los principales tholoi de Micenas se enmarcan entre el HR IIA y en HR IIIA2. Son muestras de la considerable riqueza monumental que los reyes micénicos han acumulado. Este periodo constituye el apogeo de la civilización micénica.
Con respecto a las destrucciones, la mayoría de las de la zona continental griega se dio a finales del HR IIIB2. Puesto que están asociados al fuego producido en ellas, la mayor parte de los textos de lineal B pertenecen al HR IIIB2 —que corresponde aproximadamente a 1200 a. C.— pero algunos son más antiguos, en particular una parte del archivo de Cnosos, que es del periodo de transición entre el HRII y el HR III. (Piquero Rodríguez, 2020, p. 61.).
El periodo HR IIIC corresponde al momento final de la civilización micénica, tras la destrucción de los palacios del área continental griega. Se aprecia, en general, una disminución del número de asentamientos en este periodo. (S. Ruipérez y Melena, 1990, p. 214. Los griegos micénicos. Madrid: Grupo 16.).
Círculo de tumbas B
El Círculo de tumbas B es una necrópolis de la Edad del Bronce que se encuentra en el yacimiento arqueológico de Micenas (Grecia). Fue hallada en 1951 por el arqueólogo griego Ioannis Papadimitriou. En su interior se encontraron restos de cadáveres y abundantes objetos pertenecientes al ajuar funerario.
La mayor parte del material hallado se expone en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas y en el Museo Arqueológico de Micenas. Están datadas entre el 1650-1550 a. C.
Este conjunto funerario fue excavado entre 1951 y 1954 por los arqueólogos griegos Ioannis Papadimitriou y Georgios Mylonas. El descubrimiento se produjo de manera accidental por Papadimitriou durante unos trabajos de restauración que se estaban llevando a cabo en una tumba de cámara cercana llamada tumba de Clitemnestra.
Plano del círculo de tumbas B. 1: Círculo de tumbas B, donde las letras del alfabeto griego identifican cada una de las sepulturas 2: tumba de Clitemnestra. 3: Otra tumba de cámara ubicada fuera del círculo.
Schuppi – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
Se considera que estas tumbas pertenecen a un periodo comprendido aproximadamente entre los años 1650 y 1550 a. C., por tanto las más antiguas son algo anteriores a las del Círculo de tumbas A.
Este conjunto de 26 tumbas se halla fuera de las murallas, a unos 120 metros al oeste de la Puerta de los Leones. Al igual que en el Círculo A, había algunas estelas que señalaban el lugar de las sepulturas. Se ha sugerido que estas tumbas pertenecen a una familia real, probablemente de una dinastía diferente a la que pertenecían los individuos enterrados en el Círculo A. («Página del Ministerio de Cultura de Grecia: el círculo de tumbas B (Micenas)».).
Consta de catorce tumbas en fosa y otra serie de tumbas pequeñas de forma rectangular excavadas en la roca. El muro circular que las rodea está hecho con piedra caliza y es algo más grueso que el del Círculo A ya que tiene 1,55 metros, mientras su diámetro es muy parecido, en torno a 27 metros. En algunos casos las tumbas fueron reutilizadas. Se considera que estas tumbas tienen una menor influencia cretense que las del Círculo A.
Las tumbas se identifican con letras del alfabeto griego para distinguirlas mejor de las del Círculo A, que se identifican con números.
La tumba alfa contenía un conjunto de huesos acompañados de una gran cantidad de ajuar funerario entre los que se hallaban espadas y otras armas, joyas de oro y bronce, objetos de hueso y de marfil y abundantes recipientes de cerámica. Esta tumba estaba marcada por una estela funeraria con representaciones de animales.
Plano de la tumba eta. Schuppi – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
La tumba gamma estaba marcada por una estela funeraria. Tenía cuatro esqueletos, de tres hombres y una mujer. Uno de ellos era de un hombre alto (1,80 m) probablemente un guerrero, en una postura de piernas abiertas y manos junto a la pelvis. El ajuar de esta tumba se compone de dos espadas de bronce con puños de marfil, un puñal y una lanza de bronce, entre otras armas. Otro de los esqueletos portaba un collar de oro y otro presentaba signos de que se le había practicado una trepanación. Otros objetos que se hallaron en esta tumba fueron adornos y una copa de oro, además de copas de bronce y alabastro, un sello de amatista con una representación de una cabeza masculina y una máscara funeraria de electro.
La tumba delta tenía tres esqueletos, espadas y otras armas de bronce y marfil tallado, además de cerámica. También tenía 17 puntas de pedernal colocadas en una bolsa de cuero y esta a su vez estaba dentro de una vasija de bronce. Una de las espadas tenía la particularidad de que la empuñadura está decorada con dos cabezas de león.
La tumba zeta es una tumba pequeña que contenía un solo esqueleto de hombre acompañado de una espada y de algunos objetos de cerámica.
La tumba eta es la más antigua. Se trata de una cista donde se halló un cadáver encogido y cerámica minia amarilla.
La tumba iota tenía dos esqueletos de hombre; uno de ellos con una espada de bronce con puño de marfil, un cuchillo de bronce con puño de cristal de roca y una lanza de bronce, además de varios objetos de cerámica.
La tumba lambda contenía un esqueleto pero hubo en el mismo lugar dos enterramientos anteriores. Dentro del ajuar que se encontró aquí había una espada, una punta de lanza, una daga, varios cuchillos, 24 puntas de flecha de pedernal y 20 de obsidiana, junto a piezas de oro.
La tumba ny contenía dos esqueletos masculinos y además fue encontrada una mandíbula infantil en la tierra de relleno. El ajuar estaba compuesto por armas, piezas de oro y cerámica. Esta tumba también estaba marcada por una estela funeraria.
En la tumba xi se halló el esqueleto de una niña de unos 2 años de edad adornado con una diadema de hojas de oro, dos anillos de oro que debían servir para sujetar sus trenzas, un collar de piedras preciosas y una sonaja de oro.
La tumba ómicron es la más rica de todas. Estaba marcada por una estela funeraria. En ella se encontraron dos esqueletos, uno de ellos sin ofrendas y el otro, perteneciente a una mujer, tal vez una princesa, junto a un cuenco de cristal de roca de 15 centímetros tallado con la figura de un pato. De su vestimenta se han conservado los adornos de oro y plata que conformaban diademas, y broches, alfileres de bronce, plata y oro que debían servir para sostener el vestido, un brazalete y unos pendientes de oro, collares de piedras preciosas y una placa de marfil.
La tumba rho se considera la más reciente de todas. Consta de una cámara a la que se accedía a través de un dromos cubierto.
Objetos funerarios encontrados en el Círculo de tumbas B de Micenas
Máscara funeraria de electro hallada en la tumba gamma.
Máscara funeraria de Micenas, circuito funerario B, tumbas del pozo Gamma. Hoja de electrum (elektron), siglo XVII al XVI a.C. Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Zde – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
Vaso de cristal de roca con la figura tallada de un pato, de la tumba ómicron.
Recipiente de cristal de roca en forma de pato hallado en el Círculo de tumbas B de Micenas. Aunque tiene rasgos egipcios, se cree que probablemente se elaboró en un taller cretense y que pudo formar parte de un intercambio de regalos entre minoicos y micénicos. (Ref: Smith, David Michael (2018). La Antigua Grecia. p. 80.).
Zde – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
Detalle de la empuñadura de oro de una espada de bronce encontrada en la tumba delta.
Foto: Schuppi. CC BY-SA 3.0.
Cerámica hallada en la tumba ómicron.
Foto: Schuppi. CC BY-SA 3.0.
Estela funeraria de la tumba gamma.
Referencias Círculo de tumbas B
- Leonard Cottrell, El toro de Minos, páginas 269-273. México, 1958, Fondo de cultura económica, ISBN 968-16-0750-3.
- «Página del Ministerio de Cultura de Grecia: el círculo de tumbas B (Micenas)». Archivado desde el original el 5 de marzo de 2016. Consultado el 26 de julio de 2017.
- Susana Reboreda Morillo, El arco y las flechas en el Bronce Final y en el Hierro Inicial en Grecia, pp.88-89, en revista Gerión nº 16 (1998).
- Algunos materiales funerarios hallados en el Círculo de tumbas B, en la página www.greek-thesaurus.gr
- Fotini Cristakis, Τάφοι με όπλα στη ΜΕ ΙΙΙ-ΥΕΙ φάση: η τάξη των» πολεμιστών» και η θέση τους στην πρώιμη μυκηναϊκή κοινωνία Archivado el 28 de julio de 2017 en Wayback Machine., pp.21-25. (2005).
Origen de los micénicos
La civilización micénica forma parte de la civilización egea o, en plural, civilizaciones egeas, que son denominaciones historiográficas para la designación de un grupo de civilizaciones prehelénicas (es decir, anteriores a la civilización griega) que se desarrollaron en la protohistoria en el espacio en torno al mar Egeo. Además de la micénica, están las civilizaciones cicládica (en torno a las islas Cícladas), y la minoica (isla de Creta). También se ha especulado con una cuarta civilización, la luvita. (7).
Mapa del Mediterráneo oriental y Oriente Medio con los reinos más destacados en el momento del apogeo de la civilización micénica. (1500 a.C).
Mapa: Rowanwindwhistler – Este archivo deriva de: AlterOrient2 es.png . CC BY-SA 4.0.
Tras la traducción de las tablillas en lineal B, se descubrió que aquellos que se llaman impropiamente «micénicos» son en realidad griegos. No obstante, estos griegos no estuvieron siempre en territorio de Grecia, sino que fueron uno de los pueblos indoeuropeos que eran seminómadas, trajeron el carro y el caballo y migraron, en torno a los años 2100-1900 a. C., desde un área indeterminada que algunas teorías sitúan en territorios al norte de los mares Negro y Caspio. Se mezclaron con la población que ya vivía en ese territorio, a los que se han denominado pelasgos. ( Piquero Rodríguez, 2020, pp. 77-79.)
Ninguna fuente escrita que provenga de un yacimiento micénico indica cómo se llamaba este pueblo a sí mismo (su autoetnónimo). Se ha tratado de identificar cómo nombran a los micénicos las fuentes de otros imperios de la Edad del Bronce. En este sentido se piensa que la mención de Ahhiyawa de las fuentes hititas y el topónimo Tanayu que aparece en fuentes egipcias, designaban a la Grecia micénica o, al menos, una parte de la misma. Estos nombres se han relacionado, respectivamente, con los términos aqueos y dánaos de los poemas homéricos.
Estudios científicos
Entre las conclusiones de un estudio genético de 2017 dirigido, entre otros, por Iosif Lazaridis, se dio que los micénicos y los minoicos estaban emparentados y que ambas civilizaciones descendían de gentes que ya estaban en Grecia o que procedían del suroeste de Anatolia o del este del Cáucaso. Como diferencia principal, los micénicos tenían un porcentaje de ADN de ancestros que procedían del norte (Europa oriental o Siberia). (8).
Otro estudio de genomas publicado en 2021 llevado a cabo por Olga Dolgova, entre otros, muestra que las poblaciones de las Cícladas, de Creta y del área continental griega eran genéticamente similares en la Edad del Bronce antiguo y principalmente tenían ascendientes del neolítico Egeo, pero en la Edad del Bronce Medio se observan cambios en los habitantes de la zona del norte continental griega, que tenían aproximadamente un 50% de ascendientes procedentes de una amplia región en torno al mar Negro y al mar Caspio. (9).
La lengua micénica
Griego micénico (griego: Μυκηναϊκή ελληνική; latín: Lingua Graeca Mycenaea) es el término con el que se designa la fase testimoniada más antigua de la lengua griega. Se encuentra atestiguada en una forma de escritura, esencialmente silábica, denominada Lineal B, entre los siglos XVI a. C. y XII a. C. Fue hablado durante el periodo micénico en lugares tales como Grecia continental, Creta y Chipre, hasta su desaparición con la invasión dórica y el consecuente hundimiento económico que dio inicio a la era conocida como Edad Oscura. Se han encontrado inscripciones en griego micénico en zonas como Cnosos, Pilos, La Canea, Tirinto y Tebas.
En 1952, Michael Ventris descifró el sistema y centró sus esfuerzos en probar que el idioma puede ser entendido como una forma temprana del griego moderno.
- Aura Jorro, Francisco: Diccionario micénico, 2 tomos, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Filología, 1985–1993.
- Bartoněk, Antonín (2003). Handbuch des mykenischen Griechisch. Heidelberg: Carl Winter.
Alrededor del 2000 a. C. se produjo la migración a la Hélade, en sucesivas oleadas, de varios pueblos indoeuropeos. Los pueblos mediterráneos nativos de la zona, denominados pelasgos por los inmigrantes protogriegos, fueron finalmente sometidos por estos. La lengua de los pueblos sometidos aportó algunos importantes elementos léxicos y morfológicos para la constitución de lo que luego sería el griego micénico. (4).
Por su parte, la isla de Creta tuvo dos sistemas de escritura desde principios del segundo milenio a. C.; hasta la adopción del lineal B: el denominado jeroglífico cretense y el lineal A. Con el auge de la civilización micénica, Creta substituyó este último sistema por el griego micénico basado en el lineal B. Sin embargo, no existe suficiente evidencia para demostrar si dicho sistema tiene su origen en la Grecia continental o en Creta.
La lengua hablada en esta civilización era un dialecto del griego que se ha designado convencionalmente como «micénico» y es el que recogen los textos de las tablillas de lineal B que se han conservado. Se trata de un dialecto que es bastante homogéneo en todos los centros en los que se han hallado testimonios, aunque se han encontrado algunas diferencias en la morfología derivacional y en el léxico, incluso dentro de un mismo centro. Algunas de estas variaciones se atribuyen a que habría diferencias entre el micénico hablado de manera corriente y el micénico más formal propio de la administración de los palacios.
Por otra parte, las características lingüísticas del micénico lo relacionan con los grupos dialectales jónico–ático y arcado-chipriota, pero no se cree que fuera antecesor directo de ninguno de los dos, sino que únicamente comparte ciertos rasgos con estos. (10)
Organización política
La geografía micénica
La organización política general del mundo micénico no se conoce con seguridad. Pese a ello, se estima que los asentamientos en los que la arqueología ha hallado archivos de cierta importancia en lineal B eran destacados centros de poder. Es el caso de Pilos, Cnosos, Micenas, Tebas y Ayios Vasilios —esta última en Laconia, cerca de la posterior Esparta. En el caso concreto de la llanura argiva, debido a los importantes restos arqueológicos, se ha sugerido que habría tenido un sistema complejo en el que Micenas tendría el control total de ese territorio, el palacio de Tirinto controlaría el puerto, y otros dos centros fortificados destacados, Midea y Argos, tendrían la función de controlar la conexiones terrestres entre ambas. (11). Por otra parte, en Orcómeno no se han hallado documentos en lineal B pero dicho asentamiento debió repartirse con Tebas la región de Beocia: Orcómeno controlaría la parte septentrional e incluiría el lago Copaide y la fortificación de Gla, mientras a Tebas pertenecería la zona meridional de Beocia y al menos la zonal central de Eubea. (12) Es posible que en Creta hubiera otros centros administrativos, además de Cnosos, como La Canea, en la zona occidental. Los restos arqueológicos tales como tumbas y sellos también confirman la existencia de asentamientos micénicos en el Ática, Fócide, islas Jónicas, Etolia, Acarnania, Tesalia y Eubea, además de otras zonas del Peloponeso no citadas anteriormente. Fuera de los límites de estas áreas geográficas, posiblemente los micénicos tuvieran algunas colonias comerciales en Anatolia, Sicilia, la península itálica y Epiro. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 88-94.), ( García Iglesias, 2000, pp. 92-94.).
La mención de un «rey de los ahhiyawa» en las fuentes hititas ha sido comparada con el «rey de los aqueos». Pero nada prueba que los ahhiyawa sean los aqueos (aunque parezca la solución más lógica) y la localización de su reino continúa discutida: Asia Menor, Rodas, Tracia, Grecia continental… (13) En todo caso, tampoco está claro si la Grecia micénica era una confederación de estados dominados por un rey, o si estos estados funcionaban como reinos de manera independiente.
Ver nota: Se estima que, en Anatolia, pudo haber colonias micénicas en Mileto, Yaso y Muskebi (cerca de Halicarnaso); en el sur de Italia, en Scoglio del Tonno (cerca de Tarento); en Sicilia, en Tapso; en Epiro, en Glykys Limín. Otros lugares están en discusión. En Chipre, aunque hay constancia de importante presencia micénica después del fin de los palacios, es objeto de debate la existencia de colonias micénicas en el periodo precedente.
Situación de los centros palaciales de la civilización micénica. Original:Future Perfect at Sunrise. Recorte, leyenda y ubicación de los sitios arqueológicos: Dodecaedro – Este archivo deriva de: Greece large topographic basemap.svg. CC0.
Ahhiyawa (o la forma antigua Ahhiya) era un reino que aparece en los textos de los archivos del Imperio Hitita de la segunda mitad del segundo milenio a. C. El debate alrededor de su localización, centrado en el hecho que podría verse en dichos textos una mención a los aqueos, está aún lejos de ser cerrado.
Posible equivalencia de los ahhiyawa con los aqueos
A partir de la traducción en un texto hitita de la palabra Ahhiyawa, que designaba a un reino que podía estar situado tanto en Anatolia occidental como en algún lugar a través del mar Egeo, numerosos especialistas de las civilizaciones anatolias, han cotejado esta palabra con Achaiwia y Achaia, que hacen referencia a los aqueos, un pueblo de Grecia del II milenio a. C.
Este descubrimiento fue visto como la prueba de la existencia de la civilización micénica de los textos de Homero. La hipótesis de que los ahhiyawa equivalen a los aqueos, ha sido, no obstante, puesta en entredicho, por el hecho que este reino también ha sido situado en Tracia, en Rodas o en Chipre. Se arguye que la arqueología no ha encontrado hasta la fecha nada que indique que la civilización micénica hubiera estado en contacto directo con la de los hititas, ni que los micénicos constituyeran un Estado lo suficientemente poderoso para extenderse hasta Anatolia.
Aquellos que consideran a los ahhiyawa como aqueos, ni siquiera están de acuerdo sobre la localización de su reino: o en Asia Menor, o claramente en Grecia continental. Un argumento, además, a favor de que los ahhiyawa equivalen a los aqueos, reside en el hecho de que en los textos hititas figura una ciudad llamada Millawanda o Milawata, que políticamente estaría muy cercana a los ahhiyawa. Muchos estudiosos ven en esta ciudad a la de Mileto, cuyas excavaciones arqueológicas han revelado lazos muy fuertes con la civilización micénica.
El debate aún permanece abierto; algunos estudiosos de la civilización micénica opinan que los ahhiyawa eran aqueos, y una mayoría de estudiosos de la Anatolia hitita no lo creen. Si los ahhiyawa no eran los aqueos, hay que imaginar la existencia, en una región idéntica, de dos pueblos que llevan un nombre similar pero diferente, los aqueos certificados únicamente por la arqueología y la tradición homérica, y los ahhiyawa atestiguados solo por los textos de la época.
Localización de los principales yacimientos arqueológicos de la Anatolia hitita. Zunkir – Este archivo deriva de: Anatolia composite NASA.png . CC BY-SA 3.0.
Los estados de Pilos y Cnosos
A una escala más reducida, existe información a través de las fuentes en lineal B sobre la organización interna de los reinos mejor conocidos: Pilos y Cnosos. Pero tampoco ahí existen muchas certezas.
Estos estados estaban dirigidos por un rey, el wa-na-ka (ϝάναξ / wánax) que, además de estar en lo más alto del poder político, probablemente también ostentaba la jefatura militar. (ver nota: Este término es identificable con el ἄναξ / anax homérico («señor divino, soberano, señor de la casa»). Hay autores que han defendido que en el ámbito religioso el wa-na-ka también habría tenido un importante papel como sumo sacerdote o incluso podría haber estado revestido de un carácter divino. (García Iglesias, 2000, pp. 102-104.).
Ver nota: En relación con esta idea, Wa-na-ka aparece a veces en los textos de ofrendas a divinidades o en posesión de un te-me-no, que en griego clásico equivale a un recinto sagrado.
El wa-na-ka está secundado por el ra-wa-ke-ta, cuyas funciones son objeto de debate, pero en todo caso se trataba de un personaje poderoso. Piquero Rodríguez, 2020, pp. 98-99. . Ver nota : Se ha propuesto que podría ser el jefe del ejército, o bien el príncipe heredero, sin excluir otras posibilidades. Ambos poseen un dominio territorial propio, el te-me-no (τέμενος / témenos). García Iglesias, 2000, pp. 106,107.
Además de los miembros de la corte, otros dignatarios están a cargo de la administración local del territorio. El reino de Pilos está dividido en dos grandes provincias, la de-we-ro-a3-ko-ra-i-ja., la provincia próxima, alrededor de Pilos, y la pe-ra3-ko-ra-i-ja, la provincia lejana, cuya posible capital sería la ciudad de re-u-ko-to-ro. El reino se subdivide además en dieciséis distritos, que a su vez están formados por una serie de pueblos o municipios. (14). Ver nota: Se cree que re-u-ko-to-ro es la ciudad que posteriormente se llamó Leuctro, que algunos identifican con los restos arqueológicos hallados en el yacimiento de Muriatada.). Para dirigir los distritos, el rey nombra a un ko-re-te (koreter, «gobernador») y un po-ro-ko-re-te (prokoreter, «subgobernador»). Un da-mo-ko-ro (damokoros, «aquel que se ocupa del damos »), se ocupa de los pueblos o municipios, los da-mo (literalmente «pueblos», comparar con δῆμος / dễmos), y un qa-si-re-u (palabra directamente predecesora de βασιλεύς / basileús) ejerce igualmente un cargo a nivel local, mal conocido — parece dirigir un grupo de broncistas, pero algunos creen que sus funciones eran más amplias. ( Piquero Rodríguez, 2020, pp. 182.) Resulta interesante observar que en los poemas homéricos el basileus será el rey. (15).
Sociedad
La sociedad micénica parece estar dividida en dos grupos de hombres libres: el entorno del palacio y el pueblo. Este último se refleja en los textos con el término «da-mo», que sería una entidad administrativa local que está esencialmente vinculada a tareas agrícolas y que debe pagar impuestos. Pero dentro del «da-mo» también se podría distinguir una élite que estaría formada por personas que tendrían algún cargo relacionado con la gestión de las tierras, y el resto, que en todo caso serían titulares de pequeños terrenos. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 101-103. La civilización micénica.)
Ligados al palacio se encontraban los «e-qe-ta», cuyo nombre significa «seguidores» y cuyas posesiones indican que tenían un nivel social elevado. Es posible que ostentaran funciones militares y quizá también religiosas. Otros dignatarios son los te-re-ta (telestai), que aparecen en los textos como propietarios de tierras que tenían algún tipo de obligación con el estado. García Iglesias, 2000, pp. 107-109. Los orígenes del pueblo griego.).(S. Ruipérez y Melena, 1990, p. 133.Los griegos micénicos.). (4) Dentro de este sector de la sociedad de alto nivel también se puede incluir a la serie de funcionarios encargados de la gestión de los diferentes distritos de cada reino.( Piquero Rodríguez, 2020, pp. 99,100.).
Fresco de época micénica hallado en Tirinto donde una dama participa en una ofrenda religiosa. Foto: n·e·r·g·a·l – book scan. Dominio Público.
Con respecto a las mujeres, en los textos en lineal B aparecen a menudo como trabajadoras textiles. Por otra parte, en algunos documentos se mencionan categorías de mujeres ligadas al ámbito religioso («e-ri-ta» y «ka-pa-ti-ja») que debían estar en la parte superior de la escala social ya que, al menos en los textos de Pilos, poseían tierras y esclavos. (Piquero Rodríguez, 2020, p. 109.).
En lo más bajo de la escala social se encuentran los esclavos, «do-e-ro» (masculino) y «do-e-ra» (femenino) (compárese con el griego δούλος / doúlos), aunque algunos figuran como titulares de tierras, lo que sugiere que podrían haber sido reducidos a la esclavitud por no haber pagado sus deudas. A veces estos esclavos están vinculados a santuarios, a dioses concretos, a la ganadería, a la industria textil o a la producción de bronce.
Economía
La organización económica de los reinos micénicos conocida por los textos de lineal B es limitada, dado que estos conservan solo registros de los intereses de los palacios. Los escribas anotan las entradas y salidas de productos tanto agrícolas como artesanales, el reparto de tareas de producción y la distribución de las raciones de los equipos de trabajo dependientes de los palacios. Lo que se conoce a través de los documentos de las actividades de la población que no dependía del palacio es solo referente a cargas fiscales. (S. Ruipérez y Melena, Los griegos micénicos.), (Piquero Rodríguez, 2020, p. 158.).
Agricultura
Aunque la cuestión de la posesión de las tierras cultivables presenta muchas dudas, se estima que la mayor parte de ellas probablemente pertenecían al da-mo, es decir, la comunidad. No está claro si los santuarios participaban de la posesión de parte de estas tierras y es posible que el palacio también tuviera intereses en ellas, ya que aparecen registradas en sus archivos. Además, otra parte de ellas pertenecía directamente al wa-ka-na y al ra-wa-ge-ta, como se ha visto más arriba. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 129-130.). Las tierras podían ser cultivadas por sus titulares o bien eran arrendadas, lo que se conocía como o-na-to, aunque también existía otro tipo de tenencia de tierras denominada e-to-ni-jo, que debía ser más beneficiosa que tenerla en arrendamiento. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 126-128.).
La producción agraria de estos reinos sigue la tradicional «tríada mediterránea»: cereales, olivos y viña. Los cereales cultivados son el trigo y la cebada. También hay plantaciones de olivos para la producción de aceite, que no se emplea necesariamente en la alimentación, sino para los cuidados corporales y los perfumes. Con la vid se obtienen diversos vinos. Además se cultiva el lino para la vestimenta, el sésamo para el aceite y árboles como la higuera o el terebinto. Otros productos documentados son la juncia, el cilantro, el cártamo y el azafrán. Por otra parte, las legumbres no están presentes en textos de lineal B pero los hallazgos arqueológicos indican que era otro de los alimentos comunes de los micénicos. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 122-123.), (García Iglesias, 2000, pp. 122-125.).
Ganadería, caza y pesca
Las informaciones proporcionadas por los textos de lineal B, sobre todo los de Cnosos, indican que el ganado más importante era el ovino, que proporcionaba una producción abundante de lana, además de carne y leche. (Ver nota: De hecho, una parte importante de este ganado estaba formado por machos castrados destinados a la producción de lana.)
También se criaban cabras, vacas, bueyes y cerdos. Las vacas y los bueyes, además de los productos alimenticios y pieles que proporcionaban, servían para labores del campo y se empleaban a menudo en sacrificios religiosos. Los cerdos y las cabras también eran destinados a veces a este tipo de sacrificios. Los caballos y los burros se dedican a labores del campo y a tirar de los carros de guerra. También está documentada la producción de miel.
La caza era una actividad que estaba muy presente en la sociedad micénica. Abundan las representaciones de esta práctica en elementos decorativos de algunas armas, estelas funerarias, cerámica y otros ejemplos del arte de la época, mientras en los textos está documentada la caza de venados, cabras salvajes y jabalís. Por otra parte, la pesca no está reflejada en los documentos de lineal B pero sí debía ser importante, como muestran algunas representaciones artísticas y los hallazgos arqueológicos de artes de pesca. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 130-135.), ( García Iglesias, 2000, 1990, pp. 131,132.) y (S. Ruipérez y Melena, 1990, pp. 161-166.).
Industria
La industria textil era uno de los principales sectores de la economía micénica. Se trabajaba la lana y el lino. Mientras en Creta está atestiguada una gran cantidad de ganado ovino que producía una importante cantidad de lana, en Pilos era más importante el trabajo del lino. Las tablillas permiten seguir toda la cadena de producción. Un ideograma representa un telar vertical que se cree que pudo ser una innovación de los micénicos. La tinción tenía lugar antes del hilado. Aparecen registrados al menos seis tipos de paños, una veintena de oficios textiles y un gran número de trabajadores, lo que indica un alto grado de especialización. (16)
Tablilla micénica que trata de un pedido de lana, Museo Nacional de Arqueología de Atenas. Autor foto: Marsyas. CC BY 2.5.
Con respecto al área metalúrgica, se trabajaban al menos cinco metales: oro, plata, cobre, estaño y plomo. (ver nota: La plata y el plomo aparecen en los registros de lineal B que se han conservado una sola vez cada uno, pero a juzgar por los hallazgos arqueológicos su uso era también frecuente.) El cobre y el estaño se utilizaban para la formación del bronce. Las fuentes escritas registran grupos de broncistas a los que se les distribuía el metal para que realizaran sus trabajos.(S. Ruipérez y Melena, 1990, pp. 172-174.) Se ha calculado que en Pilos se empleaba a 400 obreros en estos menesteres. Con el bronce se producían recipientes, herramientas y armas. Además de la confección de objetos de orfebrería, se atestigua el uso del oro en ornamentos que decoraban los muebles. (17).
La industria de la perfumería también está atestiguada. Las tablillas describen la fabricación de aceites perfumados: con olor a rosa, a salvia, etc. Asimismo, los textos atestiguan la producción de cuero, muebles, pasta de vidrio, ruedas y carros de guerra. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 182-190.).
Otras áreas industriales o artesanales se conocen más por la arqueología que por los testimonios epigráficos, como pueden ser el trabajo del marfil, el tallado de piedras preciosas o semipreciosas y la alfarería. Esta última actividad era la principal fuente de productos de exportación. (18)
Comercio
Las fuentes escritas proporcionan muy escasos datos sobre el comercio micénico. En ellas solo se ha conservado un testimonio directo de un envío de telas desde Micenas a Tebas. Aun así, se estima que el comercio interior entre los diferentes reinos micénicos debía ser una actividad habitual mediante la que los estados equilibraban sus respectivos excedentes y necesidades. La arqueología ha proporcionado un ejemplo en el hallazgo de jarras en Tebas, Eleusis, Micenas y Tirinto cuya procedencia era la Creta occidental. ( García Iglesias, 2000, p. 136.).
En cuanto al comercio internacional, dado que los micénicos dominaban el arte de la navegación y la construcción de barcos, es posible que navegaran grandes distancias con fines comerciales. Se sabe que los minoicos habían mantenido relaciones comerciales con el Antiguo Egipto y se ha sugerido que estas relaciones se habrían retomado cuando los micénicos pasaron a controlar la isla de Creta tras la caída de la civilización minoica. No obstante, hay historiadores que defienden que su comercio exterior era parte importante de su economía pero otros creen que se trataría principalmente de una especie de intercambio de regalos y que los micénicos no tuvieron un papel importante en el comercio exterior, que estaría controlado principalmente por chipriotas.(Piquero Rodríguez, 2020, pp. 190,191,195,198.).
Jarrón micénico exportado a Ugarit, siglos XIV al XIII a. C., Museo del Louvre. Jastrow (2006). Dominio Público.
El seguimiento de algunos de los productos micénicos de exportación se puede hacer a través de la arqueología. Entre estos destacan especialmente los restos de cerámica micénica, que contenía productos como vino, perfume y aceite, aunque la propia cerámica, que a menudo aparece con una destacada decoración, era considerada como un producto de lujo.(Piquero Rodríguez, 2020, pp. 192.). Numerosas ánforas han sido encontradas en el mar Egeo, Anatolia, Levante, Egipto, pero también el oeste de Sicilia. Se admite también que los mercaderes micénicos pudieron hacer de intermediarios con respecto a algunos productos comerciales como cuentas de pasta de vidrio utilizada para collares que se han hallado en otras áreas del Mediterráneo occidental más alejadas, hasta la península ibérica, así como en zonas de Europa Central y de Gran Bretaña. Al margen de estos hallazgos arqueológicos, se acepta que la industria textil micénica estaba destinada en buena medida a la exportación.(S. Ruipérez y Melena, 1990, p. 179.).
Se estima que, de los productos necesarios para elaborar el bronce, el cobre debió ser importado por los micénicos desde Chipre y el estaño desde Anatolia o el Levante mediterráneo. Otros productos de importación fueron bienes de lujo como oro, quizá de Egipto, ámbar del Báltico y marfil de Siria, (S.Ruipérez y Melena, 1990, p. 179.) además de algunas maderas nobles procedentes de África y alumbre, usado para teñir pieles y fijar colores en telas. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 195,196.).
De forma general, la circulación de bienes micénicos se puede trazar gracias a los «nódulos». Se trata de pequeños prismas de arcilla, habitualmente de tres caras. Una de ellas tenía un logograma que indicaba el tipo de objeto y en las otras caras a veces se añadían otras informaciones, como el tipo de contribución que se paga mediante él, el origen o el destino. Tenían un agujero por donde se pasaba un cordón que servía para atar el nódulo al objeto.(Piquero Rodríguez, 2020, pp. 58,59.) 56 nódulos, que han sido encontrados en Tebas en 1982, llevan ideogramas que representan animales de ganado. (19) Gracias a ellos se ha podido reconstruir el itinerario de los animales: venidos de toda Beocia y Eubea, son llevados a Tebas para ser sacrificados. Los nódulos servían para probar que no se trataba de animales robados y para demostrar su origen. Una vez que los animales llegan a su destino los nódulos son comprobados y recogidos para realizar una tablilla contable. (20) Los nódulos son usados para todo tipo de objetos y explican la rigurosidad de la contabilidad micénica: el escriba no tiene que contar él mismo los objetos, se basa en los nódulos para realizar sus tablillas.
Religión de la Civilización Micénica
La religión micénica se corresponde con los cultos practicados en Creta por la civilización micénica (c. 1600-1100 a. C.). Los elementos religiosos de la civilización micénica son difíciles de identificar, especialmente respecto a los yacimientos arqueológicos, donde es difícil encontrar los espacios de culto. John Chadwick señala que al menos hay seis siglos entre la presencia más temprana de hablantes de proto griego en las tierras que más adelante formarían parte de la Hélade, y las primeras inscripciones micénicas conocidas con el nombre de lineal B. Durante este largo periodo los conceptos y las prácticas se fueron fusionando con las creencias indígenas y la religión minoica. ( Ver: Chadwick, 1976, p. 88.). Con respecto a estos textos, las pocas listas de ofrendas que dan nombres de dioses como destinatarios de los bienes no revelan nada sobre las prácticas religiosas, y no han sobrevivido otros de los que poder saber más. Chadwick rechaza que las religiones minoica y micénica se confundan, tal como podrían señalar algunas correlaciones arqueológicas, y advierte contra «el intento de descubrir la prehistoria de la religión griega clásica a través de conjeturas de sus orígenes y resolviendo el significado de sus mitos» sobre todo a través de etimologías confusas. (ver Nilsson, 1927 Chadwick, 1976, p. 84, 87.). Moses I. Finley ha detectado muy pocas reflexiones sobre los micénicos auténticas en el mundo homérico del siglo VIII, a pesar de su contexto micénico. Nilsson también afirma que una gran cantidad de dioses minoicos y concepciones religiosas se fusionaron en la religión micénica, pero no se basa en las etimologías inciertas, sino en elementos religiosos y sus representaciones y la función general de los dioses. A partir de la evidencia existente, parece que la religión micénica fue la madre de la religión griega. El panteón micénico ya incluía muchas divinidades que se pueden encontrar en la Grecia clásica. (ver ref: Adams, John P. (2010). «Mycenaean divinities». csun.edu (en inglés estadounidense). Consultado el 7 de enero de 2018.).
Divinidades
Hay toda una colección de «damas» o «señoras» en una serie de tablillas de Pilos, donde encontramos la inscripción Po-ti-ni-ja, o Potnia, que puede significar tanto señora como gerente de la casa, sin ningún tipo de palabra que la acompañe. Parece que tenía un santuario importante en Pakijanes, cerca de Pilos.( ver ref: Mylonas, 1966, p. 159.). En una inscripción de Cnosos, en Creta, nos encontramos con la «señora del Laberinto» (Da-pu2-ri-to-jo po-ti-ni-ja), que nos remite al mito del laberinto de Creta.( ver Chadwick, 1976, pp. 92-93.). Este título también se aplica a muchas diosas, como es el caso de una tablilla escrita en lineal B encontrada en Pilos, que menciona a «dos reinas y el rey» (wa-na-ssoi, wa-na-ka-te). Chadwick relaciona a las reinas con las diosas precursoras de Deméter y Perséfone y al rey con la figura de Poseidón. (Ver ref. Mylonas, 1966, p. 159.), (Chadwick, 1976, p. 76.).
El panteón micénico ya muestra numerosas divinidades que se encuentran más tarde en la Grecia clásica. Poseidón parece ocupar un lugar privilegiado, sobre todo en los textos de Pilos.(Ver nota: En cambio esta divinidad solo se documenta una vez en los textos conservados de Cnosos.). En esta época se trata probablemente de una divinidad ctónica, asociada a los terremotos. También se encuentran una serie de «Damas» (Potnia), asociadas a los lugares de culto, como una «Dama del Laberinto» en Creta —que recuerda el mito del laberinto minoico, al igual que la presencia de un dios llamado Dédalo. Zeus aparece bajo las formas Di-we (en dativo) o Di-wo (en genitivo). También se encuentra una divinidad llamada con un nombre que se correlaciona con el de Zeus: Di-u-ja. Otras divinidades identificadas que se encuentran durante épocas posteriores son Hera, Ares, Hermes, Atenea, Artemisa, Dioniso, Erinia, etc. Otros nombres de divinidades en cambio no tienen, aparentemente, relación con los dioses clásicos.(Ver ref: García Iglesias, 2000, Los orígenes del pueblo griego. Madrid: Síntesis. ISBN 84-7738-520-3.).
Lugares de culto
Ningún gran templo de época micénica ha podido ser identificado. Entre los espacios de culto, se estima que la sala del trono de los palacios debían desarrollarse rituales religiosos. Además otros edificios encontrados en las ciudadelas deben haber servido de lugar de culto. Es el caso del denominado «Centro de culto de Micenas» y de otros santuarios como los encontrados en Tirinto, Agia Irini (isla de Ceos) y Filacopí (isla de Melos). Otros edificios cuyos hallazgos de estatuillas de culto y bancos permiten identificarlos como santuarios estaban en lugares más aislados. (Ver ref: Piquero Rodríguez, 2020, pp. 140-142.). Algunos de los lugares de culto de esta época fueron después importantes centros religiosos de la Grecia clásica, como Epidauro, Eleusis o el monte Liceo. Hay autores que han sugerido que en fuentes, cuevas o en otros lugares donde han aparecido depósitos de gran número de estatuillas se debía practicar un tipo de culto popular, frente al oficial. De este tipo de culto se han hallado ejemplos en Delfos y Ayios Vasilios.( Piquero Rodríguez, 2020, pp. 140-142.).
Rituales
En los textos está atestiguada la presencia tanto de sacerdotes como de sacerdotisas y la realización de sacrificios de animales en honor a las divinidades. Posiblemente parte del animal sacrificado fuera ofrecido a los dioses y luego la carne comestible sería consumida en grandes banquetes.
Otros rituales que debían ser importantes en el culto eran las libaciones, así como las ofrendas de vestidos debidamente perfumados, de vasos lujosos e incluso de personas. También se realizaban procesiones en las que los participantes transportaban diferentes objetos relacionados con la preparación de una fiesta o la imagen de una divinidad. Por otra parte, también debían participar en algún tipo de ritual personas que portaban máscaras de animales.
Fresco de una diosa o sacerdotisa con espigas (1250-1180 a. C.) en el Museo Arqueológico de Micenas. Perteneciente a la denominada «Sala del Fresco» del Centro cultual de Micenas. Zde – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
Poseidón, Deméter y Perséfone
Poseidón (Po-se-da-o) parece que ocupaba un lugar de privilegiado. Era una deidad ctónica, conectada con los terremotos (E-ne-si-da-o-ne, terremoto), pero parece que también representaba el espíritu fluvial del inframundo, como a menudo ocurre en el folclore del norte de Europa. (Ver fuente: Nilsson, 1940.).
Poseidón o Posidón (en griego antiguo, Ποσειδῶν; en griego moderno, Ποσειδώνας; en latín, Posidon) es el dios de los mares y, como «Agitador de la Tierra», de los terremotos en la mitología griega. El nombre del dios marino etrusco Nethuns fue adoptado en latín para Neptuno (Neptunus) en la mitología romana, siendo ambos dioses del mar análogos a Poseidón.
Las tablillas en lineal B muestran que Poseidón fue venerado en Pilos y Tebas en la Grecia micénica de finales de la Edad del Bronce, pero fue integrado en el panteón olímpico posterior como hermano de Zeus y Hades. Poseidón tuvo muchos hijos y fue protector de muchas ciudades helenas, aunque perdió el concurso por Atenas contra Atenea. Le fue dedicado un himno homérico. Al igual que otros dioses marinos era representado con la forma de un caballo.
Poseidón era un importante dios municipal de varias ciudades: en Atenas, era el segundo en importancia por detrás solo de Atenea, mientras en Corinto y en muchas ciudades de la Magna Grecia era el dios jefe de la polis.
En su aspecto benigno, Poseidón se concebía creando nuevas islas y ofreciendo mares en calma. Cuando se enfadaba o era ignorado, hendía el suelo con su tridente y provocaba manantiales caóticos, terremotos, hundimientos y naufragios. En la Odisea, su rencor hacia Odiseo impidió a este regresar a su hogar en Ítaca. Los marineros oraban a Poseidón para tener un viaje seguro, a veces ahogando caballos como sacrificio; de esta forma, según un papiro fragmentario, Alejandro Magno se detuvo en la costa griega antes de la Batalla de Issos y recurrió a las oraciones, «invocando al dios del mar Poseidón, para lo que ordenó que un carro de cuatro caballos fuese lanzado a las olas»
Poseidón portando su tridente. Placa de cerámica corintia procedente de Penteskouphia, 550-525 a. C. Jastrow (2006). Dominio Público.
Deméter y su hija Perséfone, las diosas de los misterios de Eleusis, normalmente eran llamadas «las dos diosas» o «las amas». (Nilsson, 1967, p. 463.). Las inscripciones en escritura lineal B halladas en Pilos mencionan a la diosa Pe-re-swa, que puede estar relacionada con Perséfone, y Si-to po-ti-ni-ja, que es una diosa de la agricultura. (Ver texto: Mylonas, 1966, p. 159.) y (Chadwick, 1976, p. 95.). El título de culto de Deméter es «Sito» (de σίτος, sitos, trigo).
Deméter o Demetra (en griego antiguo Δημήτηρ o Δημήτρα, ‘diosa madre’, ‘madre de la casa’ o quizás ‘madre distribuidora’, quizá del sustantivo indoeuropeo *dheghom *mater; en neogriego Δήμητρα; en latín Demeter) es la diosa griega de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la vida y la muerte. Se la venera como la «portadora de las estaciones» en un himno homérico, un sutil signo de que era adorada mucho antes de la llegada de los olímpicos. El himno homérico a Deméter data aproximadamente del siglo VII a. C.Junto a su hija Perséfone eran los personajes centrales de los misterios eleusinos que también precedieron al panteón olímpico.
En la mitología romana se asociaba a Deméter con Ceres. Cuando se le dio a Deméter una genealogía, se dijo que era hija de los titanes Crono y Rea (ambos hijos de Gea y Urano), y por tanto hermana mayor de Zeus. A sus sacerdotisas se les daba el título de Melisas.
Deméter. Jastrow (2006). Dominio Público
Es fácil confundir a Deméter con Gea, su abuela, y con Rea, su madre, o Cibeles. Los epítetos de la diosa revelan lo amplio de sus funciones en la vida griega. Deméter y Core (‘la doncella’) solían ser invocadas como to theo (‘las dos diosas’), y así aparecen en las inscripciones en lineal B del Pilos micénico en tiempos prehelénicos. Es bastante probable que existiese una relación con los cultos a diosas de la Creta minoica.
Según el retórico ateniense Isócrates, los mayores dones que Deméter daba a los atenienses eran el grano, que hacía al ser humano diferente de otros animales salvajes, y los misterios eleusinos, que le daban mayores esperanzas en esta vida y en la otra. (ver archivo original: Deméter.)
En la mitología griega, Perséfone (en griego antiguo y moderno, Περσεφόνη; en latín, Persephone) es la hija de Zeus y de Deméter. La joven doncella, también conocida por el nombre de Core (Kore) y en la mitología romana como Prosérpina, es raptada por Hades y además de ser una diosa, se convierte en la reina del Inframundo. La forma romana del nombre Proserpina procede de la forma dialectal de este en las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia.
El mito del rapto de Perséfone posee un gran poder emocional que le ha otorgado una gran popularidad: una doncella inocente, el dolor de una madre por el rapto y el regreso de su hija. También es citada con frecuencia como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con el descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de estación.
Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone. Ella era, además, la terrible Reina del inframundo, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella». En la Odisea de Homero, cuando Odiseo viaja al inframundo, alude a ella como «Reina de Hierro». Su mito central, aun con toda su familiaridad emotiva, era también el contexto tácito de los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios eleusinos, que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes: una inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con los héroes bajo su pavorosa mirada.
En la literatura épica, el primer nombre tiene, en dialecto jónico, las formas Persephonē (en griego antiguo Περσεφόνη) y (especialmente en Homero) Persephoneia (Περσεφονεία, Persephoneia). (Homero, Odisea X,494.) En otros dialectos, el nombre tiene distintas formas que no son simples variantes dialectales: Persephassa (Περσεφάσσα), Persephatta (Περσεφάττα), además de Periphona (Πηριφόνα) y Phersephassa (Φερσέφασσα). Toda esta variedad de formas sugiere que los propios griegos tenían dificultad en pronunciar su nombre, y por lo tanto tendría un origen pregriego. En el Crátilo, Platón la llama Ferepafa (Pherepapha, Φερέπαφα), y lo explica con una etimología ad hoc «porque es sabia y toca lo que se mueve». (Platón, Crátilo 404-D.).
Persephatta (Περσεφάττα) se interpreta como «la que avienta el grano», relacionándola con el sánscrito parsa, «haz de grano» y un segundo elemento que tendría en indoeuropeo la forma *-gʷʰn-t-ih} de la raíz *gʷʰen «golpear». ( Beekes, R. S. P., Etymological Dictionary of Greek, Brill, 2009, p. 1179.).
Otra etimología propone explicarlo como ‘φέρειν φόνον’, pherein phonon, «(la que) trae la muerte». (Ver : Smith, «Perse’phone.»).
Más información: Perséfone.
Estatua que representa a Isis-Perséfone con un sistro, hallada en el templo de los dioses egipcios de Gortina y conservada en el Museo Arqueológico de Heraclión. 180-190 d. C. Foto: Wolfgang Sauber – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0
Los misterios eleusinos se establecieron durante el período micénico (1500 a. C.) en la ciudad de Eleusis (ver: Mylonas, 1961.) y parece que se basaban en un culto a la vegetación con elementos minoicos. (ver: Nilsson, 1967, p. 475.) El culto originariamente fue privado y no se tiene ningún tipo de información exacta, pero ciertos elementos sugieren que podría tener semejanzas con el culto a Despina, la diosa precursora de Perséfone, en una zona aislada de Arcadia que sobrevivió hasta los tiempos clásicos. En el mito primitivo de Arcadia, Poseidón, el espíritu fluvial del inframundo, aparece como un caballo (Poseidón hippioso) que persigue a Deméter y la convierte en una yegua. De la unión de ambos sale el fabuloso caballo Arión y una hija, Despina, que al principio tenía la forma o la cabeza de una yegua. Pausanias hace mención a esculturas de Deméter y otros dioses con cabeza de animal en Arcadia.( Pausanias. Description of Greece (Jones, W. H. S., Omerod, H. A., trads.). En Licosura, en un relieve de mármol, hay figuras de mujeres con las cabezas de varios animales, en una danza ritual. Esto podría explicar un fresco micénico del 1400 a. C. que representa una procesión con máscaras de animales, y una procesión de demonios, ante una diosa en un anillo dorado, en Tirinto.(Ver: Nilsson, 1967, p. 293. Robertson, 1959, p. 31.). El mito griego del Minotauro probablemente se originó a partir de un demonio similar. En el culto a Despina en Licosura, las dos diosas están estrechamente relacionadas con la primavera y los animales, y especialmente con Poseidón y Artemisa, señora de los animales, que fue la primera ninfa. La existencia de las ninfas estaba ligada con los árboles o las aguas que frecuentaban.
Los misterios eleusinos eran ritos de iniciación anuales relacionados con el culto a las diosas Deméter y Perséfone que se celebraban en Eleusis, un lugar situado cerca de Atenas. Tenían lugar durante nueve días en el mes de boedromión (septiembre-octubre).(Masís (2012): 5.). De todos los ritos celebrados en la Antigua Grecia, estos eran considerados de gran importancia y tuvieron un gran auge, que se extendió posteriormente al periodo correspondiente al dominio romano. Muchos de los aspectos de los misterios eleusinos se desconocen puesto que tenían un carácter secreto. Completar los ritos de iniciación tenía efectos que incluían la esperanza de tener una existencia feliz en el más allá.
La Tablilla de Ninnío, del siglo IV a. C., donde se representan ritos de los misterios eleusinos. Se asume que es Marsyas.
La Dama de Filacopí ; figurita de cerámica hecha a mano de una diosa o sacerdotisa del Santuario del Oeste en Filacopí. Periodo Heládico Tardío III-A (siglo XIV a. C.) en el Museo Arqueológico de Milos. Zde. CC BY-SA 4.0
Artemisa
Artemisa aparece como una hija de Deméter en los cultos de Arcadia y se convirtió en la diosa más popular de la antigua Grecia. (Ver: Pausanias. Description of Greece (Jones, W. H. S., Omerod, H. A., trads.) (en inglés). Cambridge: Cambridge University Press. Consultado el 7 de enero de 2018.). Las primeras formas conocidas en que se escribió el nombre de Artemisa son las palabras en griego micénico A-te-mi-to y A-ti-mi-te, escritas en lineal B en Pilos. (Ver: Chadwick, 1963, p. 126.). Su diosa precursora, probablemente la minoica Britomartis, está representada entre dos leones en un sello minoico y también en algunos anillos de oro de Micenas. (Nilsson, 1967, pp. 273, 295.). Las representaciones son bastante similares a las de la Artemisa de Esparta. En su templo de Esparta se han encontrado máscaras de madera que representan caras humanas y que fueron utilizadas por bailarines para rendir culto a la vegetación. (Nilsson, 1967, pp. 162. 310, 489.). Artemisa también estaba conectada con el culto minoico a los árboles, un culto estático y orgiástico que también está representado en sellos minoicos y anillos de oro micénicos. (Nilsson, 1967, pp. 281, 283, 301, 487).
Artemisa (escultura en mármol), Museo del Louvre.
En la mitología griega, Artemisa 1 o Ártemis 2 (en griego clásico Ἄρτεμις, Ἀρτέμιδος; en Neogriego Άρτεμις; en latín Artemis) fue una de las deidades más veneradas y de las más antiguas.
Ver ref. 1 RAMÍREZ SÁDABA, José Luis. «Artemisa». Mitología Greco-Romana (2009) y 2 GRIMAL, Pierre (2008). Diccionario de mitología griega y romana. véase entrada Ártemis (1ªedición edición). España: Paidós Ibérica. p. 53. ).
Es la diosa helena de la caza, los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, que traía y aliviaba las enfermedades de las mujeres. Hija de Zeus y Leto y hermana melliza de Apolo, forma parte del panteón de los doce dioses olímpicos.
A menudo se la representaba como una cazadora llevando un arco y flechas. (Ver ref: HAMMOND, ed. (1970). The Oxford Classical Dictionary. Oxford: Clarendon Press. p. 126. «Su esfera correcta es la tierra, y específicamente las zonas sin cultivar, bosques y colinas, donde abundan las bestias salvajes».). El ciervo y el ciprés le estaban consagrados. Algunos investigadores creen que su nombre y, de hecho la propia diosa, era originalmente pregriega. En la Ilíada se alude a ella como Artemis Agrotera, Potnia Theron, ‘Artemisa del terreno virgen, Señora de los Animales’. También se lee en la Ilíada que Hermes y ella rescataron a Ares, que había sido encadenado por los Alóadas.
En época helenística posterior, la figura de Artemisa asumió incluso el papel de Ilitía como ayudante de los partos y acabó siendo identificada con Selene, ( HAMMOND (ed.). Oxford Classical Dictionary. pp. 337-8.), una titánide que era la diosa griega de la Luna (razón por la cual en ocasiones aparece representada con una luna creciente sobre la cabeza). También fue identificada con la diosa romana Diana, con la etrusca Artume y con la griega o caria Hécate. (HAMMOND (ed.). Oxford Classical Dictionary. p. 127. «Artemisa es identificada muy a menudo con diosas extranjeras de tipo más o menos parecido».).
Más información. Artemisa.
Peón
Peón (Pa-ja-wo-ne) es probablemente el precursor del médico griego de los dioses en la Ilíada de Homero. Era la personificación del canto mágico que se suponía que curaba a los pacientes. Más tarde se convirtió también en un canto de victoria (παιάν, paian). Los magos también se llamaban «videntes médicos» (ιατρομάντεις, iatromànteis), una función que más tarde también se atribuyó a Apolo. (Nilsson, 1967, pp. 500-504.).
En la mitología griega, Peón (Παιών), Peeón (Παιήων) o Peán (Παιάν) es un dios cuya función era la de médico de los dioses.
Se le nombra en la Ilíada y en la Odisea. Peón curó a Ares cuando fue herido por Diomedes durante la guerra de Troya; también se menciona una curación anterior que le hizo a Hades de una flecha lanzada por Heracles en Pilos. En la Odisea se le cita en el canto IV. En un escolio a la Odisea, se da la noticia de que Hesíodo también lo nombraba como una divinidad independiente de Apolo. Sin embargo, posteriormente Peón o Peán se consideró como un epíteto de Apolo cuyo significado era el sanador.
En una tablilla de lineal B hallada en Cnosos, aparece el teónimo «pa-ja-wo», que algunos estudiosos creen que es un antecedente de «Peán». Se considera que la palabra se empleaba en griego micénico para nombrar a Apolo. Su forma atestiguada en lineal B es 𐀞𐀊𐀺𐀚 (pa-ja-wo-ne).
Atenea
Atenea (A-ta-na) aparece en una inscripción en lineal B en Cnosos de la era tardía del Minoico Reciente II. La forma A-ta-na po-ti-ni-ja (señora de Atana) es similar a la posterior forma homérica. ( Chadwick, 1976, p. 88.). Fue probablemente la diosa representada en la procesión del famoso fresco de Cnosos.( Furumark, 1978, p. 14.). En un fresco micénico hay una composición de dos mujeres que extienden las manos hacia una figura central que está cubierta por un enorme escudo en forma de ocho. La figura central es la diosa de la guerra con su palco o estatua, una representación anicónica. (Chadwick, 1976, pp. 92-93.).
Athena Giustiniani, copia romana del original griego atribuido a Fidias. Museos Vaticanos. Tetraktys – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
En la antigua religión griega, Atenea (del griego ático Ἀθηνᾶ; poético Ἀθηναία; en griego moderno Αθηνά; en latín Athena), también conocida como Palas Atenea (Παλλὰς Ἀθήνη), es una diosa de la guerra.
- COTTERHELL, Arthur (2008). Mitos. Diccionario de mitología universal. España: Ariel. pp. 170-171.
- MARCH, Jenny (2008). Diccionario de mitología clásica. España: Crítica. pp. 72-73.
- ESCOSURA, Patricio de la (2005). Manual de mitología. Maxtor. pp. 93-94.
- Himnos homéricos, Himno XI, A Atenea
En la iconografía convencional, a menudo era representada con una lanza, un escudo o ambos. En este sentido, es probable que este epíteto derive de πάλλω (pállō), que significa “blandir”, es decir, Atenea es “la que blande” una lanza o un escudo.
A diferencia de Ares, que personificaba la guerra de forma brutal, Atenea dirigía las acciones bélicas de forma inteligente y ordenada. Además, era la diosa de la inteligencia y de las artes manuales.(Grupo Tempe, Los dioses del Olimpo, pp. 103,147,151,152. Madrid: Alianza, 1998). Fue una de las principales divinidades del panteón griego y una de los doce dioses olímpicos. Atenea recibió culto en toda la Grecia Antigua y en toda su área de influencia, desde las colonias griegas de Asia Menor hasta las de la península ibérica y el norte de África. Su presencia está atestiguada hasta en las proximidades de la India. Por ello su culto tomó muchas formas e incluso tuvo una extensión considerable hasta el punto de que su figura fue sincretizada con otras divinidades en las regiones aledañas al Mediterráneo. En la mitología romana se la adoraba con el nombre de Minerva.
La versión más tradicional de su mito la representa como hija partenogenética de Zeus, nacida de su frente ya completamente armada después de que se tragase a su madre. Jamás se casó o tuvo amantes, y mantuvo una virginidad perpetua. Era imbatible en la guerra, ni el mismo Ares pudo derrotarla. Fue patrona de varias ciudades pero se volvió más conocida como protectora de Atenas y de toda la región del Ática. También protegió a muchos héroes y otras figuras mitológicas, y aparece en una gran cantidad de episodios de la mitología.
Fue una de las deidades más representadas en el arte griego y su simbología ejerció una profunda influencia sobre el propio pensamiento de aquella cultura, en especial en los conceptos relativos a la justicia, la sabiduría y la función social de la cultura y las artes, cuyos reflejos son perceptibles hasta nuestros días en todo el Occidente.
Más información: Atenea
Dioniso
Dioniso (Di-wo-nu-so), (ver: «Palaeolexicon – The Linear B word di-wo-nu-so». www.palaeolexicon.com.), también aparece en algunas inscripciones. Su nombre se interpreta como «hijo de Zeus» y probablemente tiene un origen tracio. Más adelante su culto se relaciona con Beocia y Fócida, donde parece que se introdujo antes del final de la era micénica. Esto puede explicar por qué sus mitos y culto se centraron en Tebas, y por qué el monte Parnaso, en Fócida, fue el escenario de sus orgías. Sin embargo, en los poemas homéricos es el consorte de la diosa minoica de la vegetación, Ariadna. (Nilsson, 1967, pp. 565-568). Es el único dios griego, además de Atis, que muere para volver a nacer, tal y como aparece a menudo en las religiones orientales. Su mito está relacionado con el mito minoico del «niño divino», que luego fue abandonado por su madre y criado por los poderes de la naturaleza. Mitos similares aparecen en los cultos de Jacinto (Amiclas), Erictonio (Atenas) y Pluto (Eleusis).
Dioniso, Museo del Louvre. Marie-Lan Nguyen y un autor más – Trabajo propio. CC BY 2.5.
En la mitología griega, Dioniso (en griego clásico y moderno: Διόνυσος [Diónysos], también llamado Βάκχος [Bacchos]; en latín Dyonisus / Bacchus, Baco) es uno de los considerados dioses olímpicos, dios de la fertilidad y el vino. (Real Academia Española. «dionisia». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Considerado hijo de Zeus y Sémele, nieto de Harmonía y bisnieto de Afrodita y Ares, sin embargo, otras versiones afirman que era hijo de Zeus y Perséfone.
Dioniso era inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y se convirtió gradualmente en un personaje importante de la mitología griega. Aunque los orígenes geográficos de su culto son desconocidos, casi todas las tragedias lo presentan como «extranjero». ( «Dionysus». Encyclopædia Britannica.).
Es el dios patrón de la agricultura y el teatro. También es conocido como el ‘Moncho’ y ‘Libertador’ (Eleuterio), liberando a uno de su ser normal, mediante la locura, el éxtasis o el vino. (Ver ref: Sutton (1992), pág. 2, menciona a Dioniso como El Libertador en relación con las Dionisias.).La misión divina de Dioniso era mezclar la música del aulós y dar final al cuidado y la preocupación.
Fox (1916), pág. 221: «La misión divina de Dioniso era mezclar la música de la flauta y traer el cese al cuidado». Fox cita entonces a Eurípides como una fuente directa para esta afirmación:
Santa señora de los dioses, santa que bajo la tierra mueves tu ala de oro, ¿oyes esto a Penteo? ¿Oyes su impía blasfemia contra Bromio, el hijo de Sémele, el demonio que en las fiestas de hermosas coronas es el primero de los bienaventurados? Aquel que sabe danzar en comitiva y reír con la flauta y quitar los cuidados, cuando del vino llega la gala en el banquete de los dioses, y en las fiestas en que se lleva yedra la copa envuelve en sueño a los mortales.Eurípides, Las bacantes 370–85 Como divinidad vinícola se le vinculaba con Deméter (el pan) como alimento básico, invocado también por sus propiedades farmacológicas y anímicas («medicina contra las penas») y estimulador de la palabra, la sociabilidad y la franqueza. (ver fuente:Mariño Sánchez, 2014, p. 357.). Los investigadores han discutido la relación de Dioniso con el «culto de las almas» y su capacidad para presidir la comunicación entre los vivos y los muertos. (ver ref. Riu (1999), capítulo 4 (Happiness and the Dead), pág. 105: «Dioniso preside sobre las comunicaciones con los muertos».).
El nombre Dionysos es de significado incierto. Su elemento -nysos bien puede ser de origen extraheleno, pero dio- ha sido relacionado desde antiguo con Zeus (genitivo Dios). Para los autores griegos, Nisa era una ninfa que lo crio, o la montaña donde era atendido por varias ninfas (las Nisíades), que lo alimentaron y lo hicieron inmortal por orden de Hermes.
Fox (1916), pág. 217: «La palabra Dionysos es divisible en dos partes, la primera originalmente Διος (es decir Ζευς), mientras la segunda es de significado desconocido, aunque quizá esté relacionada con el nombre del Monte Nisa que aparece en la historia de Licurgo:
[…] cuando Dioniso había renacido del muslo de Zeus, Hermes le confió al cuidado de las ninfas del monte Nisa, quienes lo alimentaron con la comida de los dioses y lo hicieron inmortal.
Otros dioses
Se han identificado otras divinidades que se pueden encontrar en periodos posteriores, como la pareja Zeus-Hera, Hefesto, Ares, Hermes, Ilitía y Euménides. Hefesto, por ejemplo, probablemente se puede asociar con A-pa-i-ti-jo en Cnosos, mientras que Apolo solo se menciona, en el caso de que se le identifique, con Paiāwōn; Afrodita, sin embargo, no tienen ninguna alusión. Qo-wi-ya, «que tiene los ojos de vaca», es un epíteto homérico estándar de Hera. Ares aparecía bajo el nombre de Enialos, y aunque se desconoce la importancia de este, la palabra nos hace evocar al dios de la guerra. «Eleuteria» se asocia con Ilitía, la diosa homérica del parto.
Chadwick, 1967, p 99, p 95 (…).
Capillas y santuarios
Había lugares que tenían cierta importancia para el culto, como Lerna, que normalmente eran santuarios que originariamente no se diferenciaban mucho de una vivienda. Aunque más adelante tomaron la forma de un templo, con una imagen devocional en la celda y un altar en frente, al aire libre. Ciertos edificios encontrados en ciudadelas tienen una habitación central, el megaron, de forma oblonga, rodeada de habitaciones pequeñas que podrían haber servido como lugar de adoración. Aparte de esto, se puede suponer también la existencia de un culto doméstico. Se han localizado algunos santuarios, como el de Filakopí, en Melos, donde se encontró un número considerable de estatuillas que seguramente se fabricaron con el objetivo de servir como ofrendas. Se puede suponer que, por los estratos arqueológicos de lugares como Delfos, Dodona, Delos, Eleusis, Lerna y Abas, que ya eran santuarios importantes; en Creta, varios santuarios minoicos muestran una cierta continuidad con el Minoico Reciente III, un periodo conocido por la fusión de estas culturas. (ver ref. Poyato Holgado, 1989.).
Bibliografía Religión Micénica
- Chadwick, John (1963). The Mycenaean Greek vocabulary. (en inglés). Göttingen: Vandenhoeck et Ruprecht. Consultado el 7 de enero de 2018.
- Chadwick, John (1976). The Mycenaean world (en inglés). Cambridge: Cambridge University Press. ISBN 0521210771. Consultado el 7 de enero de 2018.
- Finley, Moses I. (1954). The world of Odysseus. (en inglés). Nueva York: Viking Press. Consultado el 7 de enero de 2018.
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- Nilsson, Martin P. (1941). Munich, ed. Geschichte der griechischen Religion (en alemán). Beck. Consultado el 7 de enero de 2018.
- Poyato Holgado, Carmen (30 de septiembre de 2015). «Lugares de culto y santuarios de la época postpalacial en la Creta minoica». Cuadernos de Prehistoria y Arqueología 16. Consultado el 8 de enero de 2018.
- HUERTA SEGOVIA, PELAYO (2019). La “Sala del Fresco” de Micenas. Revisión de las interpretaciones del programa iconográfico y nueva lectura en relación a los espacios. Panta Rei: revista de ciencia y didáctica de la historia. Consultado el 23 de septiembre de 2020.
Prácticas funerarias
Tipos de tumbas
La forma de enterramiento más corriente durante el Heládico reciente es la inhumación. Se entierra bajo el suelo mismo de las viviendas o en el exterior de las zonas residenciales, en cementerios, a veces en túmulos. Las tumbas individuales son en forma de cista, con un paramento de piedras. En el HR I aparece mobiliario funerario, que estaba ausente en los periodos anteriores. A principios del Heládico reciente también se nota la presencia de tumbas comunes, de forma rectangular.
Posteriormente, entre los siglos XV y XIII a. C., destacan dos tipos de tumbas: los tholos, que probablemente derivan de los túmulos; y las tumbas de cámara. Los tholos son edificios de piedra que están coronados por una bóveda y que se entierran bajo una capa de arena y piedras que producen una capa de barro que la protege. Los tumbas de cámara son subterráneas y están escarbadas en la roca. Tanto a los tholos como a las tumbas de cámara se accedía por una puerta a la que conducía un pasillo llamado dromos. (Piquero Rodríguez, 2020.).
Un tholos o tolos (en griego antiguo: θόλος, en plural θόλοι thóloi) es, en la arquitectura de la antigua Grecia, una construcción de forma circular.
Las primeras construcciones de este tipo se remontan al paleolítico. Igualmente se denomina tholos a ciertas construcciones funerarias de planta circular, como los usados en la cultura micénica. El arquetipo de estas tumbas es el «Tesoro de Atreo».
Finalmente, tholos designa principalmente a un templo de estilo clásico, generalmente griego, de planta circular rodeado de una columnata. El más conocido es el tholos de Delfos.
Tholos de Delfos. Foto: Kufoleto. Antonio De Lorenzo and Marina Ventayol . CC BY 3.0.
Las tumbas más impresionantes se han encontrado en Micenas: a la época micénica más antigua pertenecen dos conjuntos de tumbas de fosa conocidos como «Círculo de tumbas A» y «Círculo de tumbas B» en los que se han encontrado ricos ajuares funerarios y donde se ha advertido la presencia de muchos objetos procedentes de Creta o bien directamente influidos por la cultura minoica.(García Iglesias, 2000, pp. 73-75.). También en Micenas, con forma de tholos, destacan el «Tesoro de Atreo» —se trata del más monumental de los tholos micénicos aunque se desconocen tanto los enterramientos que contenía como su ajuar funerario, dado que fue saqueado en la Antigüedad— la «Tumba de Clitemnestra» y la «Tumba de los genios». En Orcómeno destaca el tholos llamado «Tesoro de Minias»; en Tebas está la denominada «Tumba de los hijos de Edipo», que es la mayor tumba de cámara conocida y en Pilos se encuentra una importante tumba de fosa conocida como «Tumba del guerrero del grifo». (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 37,43,49,118.).
Tras la destrucción de los palacios, en el HR III C, se advierte un cambio en los tipos de tumbas, puesto que pasan a ser más habituales los enterramientos individuales, directamente bajo tierra, en cista, o a veces en pitoi. Por otra parte, empieza a aparecer y a expandirse, desde la región del Ática, el rito de la incineración.
Entrada a la «Tumba de Clitemnestra» en Micenas. Foto: Dennis Jarvis from Halifax, Canada – Greece-0374. CC BY-SA 2.0.
Ritos funerarios
Se conocen algunas representaciones pictóricas que probablemente describen ritos funerarios, como el del sarcófago de Hagia Triada. Se ha supuesto que se realizaba una procesión que discurría entre la vivienda del fallecido y la tumba. Una vez depositado el cuerpo se le hacían ofrendas que podían consistir en comida, bebida, perfume, joyas, vestidos, armas y figurillas, entre otros objetos. Luego se cerraba la tumba, aunque muchas veces se volvía a abrir para ser reutilizada para otro enterramiento. (Ver ref: Piquero Rodríguez, 2020, pp. 118-119.).
Figurillas micénicas que se depositaron como ajuar funerario, expuestas en el Museo Arqueológico de Tebas. Zde – Trabajo propio. CC BY-SA 4.0.
Arquitectura
Las fortalezas
En sus inicios, los palacios micénicos no estaban fortificados. La construcción de las primeras estructuras defensivas no se produjo hasta el siglo XIV a. C. (García Iglesias, 2000, p. 77.).A partir de entonces, algunos de los principales centros micénicos contaron con imponentes murallas, como Atenas, Tirinto, Micenas y Gla. ( Fields, 2004, p. 10.9). Sin embargo, otros centros importantes como Pilos o Yolco no llegaron a estar nunca amurallados.(Sánchez Sanz, 2013, p. 209.) Además de las ciudadelas, se han encontrado también fortalezas aisladas que servían sin duda para el control militar del territorio.
Murallas ciclópeas de Micenas. George E. Koronaios – Trabajo propio. CC0.
Las murallas micénicas son a menudo de tipo «ciclópeo»: están construidas mediante grandes bloques de piedra, apilados unos sobre otros y se empleaban piedras de menor tamaño para rellenar los huecos que quedaban entre ellas. En algunos de los lugares más importantes de las murallas estas estructuras se convertían en sillare. Por otra parte, había sofisticados sistemas de entradas y pozos en el interior de las ciudadelas para poder afrontar posibles asedios.
Puerta de los Leones en Micenas. Elartenlamirada. CC BY-SA 4.0.
Hábitat
Los yacimientos micénicos muestran diferentes tipos de residencias, que podían tener uno o dos pisos. (26) Este último caso fue el más extendido en épocas más recientes. Las más pequeñas eran de forma cuadrangular y medían entre cinco y veinte metros de lado. En ellas residían las capas más bajas de la población. Eran construcciones con sólidas bases de piedra, en las que en la parte superior de las paredes, se insertaban gruesos listones de madera en la mampostería. Este armazón confería al conjunto, que no estaba cimentado, más cohesión y quizá una cierta elasticidad que le hacía más resistente a los terremotos.Los tejados con tejas eran excepcionales, ya que las casas estaban generalmente cubiertas con terrazas.
Los almacenes y graneros estaban hechos con ladrillos secados al sol o con barro seco. (27).
Parece que algunas casas no tenían puertas: debían hallarse sin duda a una cierta altura, como se puede ver en una plaqueta de marfil de Cnosos que representa la fachada de una casa. Era una precaución contra las inundaciones o las fuertes escorrentías de agua en las calles, con climas con régimen de lluvias torrenciales. (28).
Debe hacerse una mención particular a las casas, generalmente rurales, ovaladas o con ábsides. Las casas con ábsides aparecen en Grecia continental en el Neolítico y se las encuentra en el HA y HM. Se las halla comúnmente en el HR III, pero existieron en periodos precedentes al micénico, en Termo en Etolia en particular.A veces son del tipo con megaron, constituidas por una o dos habitaciones y construidas de una manera bastante tosca. Las hay en las partes occidentales de Grecia, en Nijoria, Malthi-Dorio, Tris Langadas (Ítaca), Dodona, Delfos, Yolco, en Macedonia (Kastanas, Limnotopos-Vardino,), en Tracia (Asartepe), en Asia Menor (Mileto), en Cos (Seraglio) y en Creta (Cnosos y Arjanes). Se puede ver en ellas una tradición importada. Se trata más bien de una resurgimiento de antiguas tradiciones indígenas.
Más elaboradas eran las residencias más grandes, que medían entre 20 y 35 metros de lado aproximadamente y estaban constituidas por varias salas e incluso de patio central. Estaban organizadas según un modelo próximo al del palacio. Sin embargo, no es seguro que se tratara de residencias de aristócratas micénicos, puesto que existe otra hipótesis que quiere ver en estos edificios dependencias auxiliares del palacio, a menudo situados en su proximidad.
Los palacios micénicos
Los palacios micénicos tienen sus más bellos ejemplos en los excavados en Micenas, Tirinto y Pilos. Son los centros de la administración de los estados micénicos, como lo han demostrado los archivos encontrados. Desde el punto de vista arquitectónico, son los herederos de los palacios minoicos, pero también de otras grandes residencias de la Grecia continental del período Heládico medio. Las estructuras palaciales de los tres palacios mencionados se erigieron en las cumbres de las colinas o en los afloramientos rocosos, dominando el entorno inmediato. ( Fields, 2004, p. 19.). Las mejores conservadas se encuentran en Pilos y Tirinto, mientras que la de Micenas se conserva solo parcialmente. En la Grecia central, Tebas y Orcómeno solo se han sacado a la luz parcialmente. Por otra parte, el palacio construido en la acrópolis de Atenas ha sido destruido casi por completo. Un edificio importante en Dímini en Tesalia, posiblemente la antigua Yolco, (29) es considerado por varios arqueólogos como un palacio. En 2008 también se ha encontrado un palacio micénico en Laconia, a unos 12 km al sur de Esparta, en el yacimiento de Ayios Vasilios. (30), (31).
Plano del palacio de Tirinto.
Gustav Ebe (1834–1916) – Selbst eingescannt aus Gustav Ebe: Kunstgeschichte des Altertums, Düsseldorf, 1895, S. 219.
Tiryns, Greece, map of palace. Dominio público
Un almacén con tinajas enterradas en el palacio de Pilos, prueba arqueológica del papel que desempeñaba el palacio en la redistribución de ciertos productos agrícolas. Foto: Olecorre – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0
Obras públicas
Entre las obras públicas que llevaron a cabo los micénicos puede citarse la red de caminos que discurría por sus territorios, así como los puentes construidos —de piedra o de tierra— para facilitar las comunicaciones.(28). También destacan los sistemas de abastecimiento de agua desde las fuentes naturales a través de conducciones subterráneas que se han encontrado en las ciudadelas. Por otra parte, una obra de gran envergadura fue el sistema de canalizaciones que llevaron a cabo en el lago Copaide con fines agrícolas. En las proximidades de Tirinto también construyeron una presa ciclópea. García Iglesias, 2000, pp. 80, 81. También subsiste en parte otra presa ciclópea entre Tirinto y Agios Adrianos, en Argólida. (28).
Arte y artesanía
Vasos y Cerámica micénica
La Cerámica micénica es la producida por ceramistas micénicos y está clasificada por los arqueólogos en una serie de fases estilísticas, que pueden agruparse en cuatro grandes etapas, que se corresponden aproximadamente con las etapas culturales/históricas.
- Heládico reciente I-IIA (c. 1675/1650-1490/1470 a. C.)
- Heládico reciente IIB-IIIA1 (c. 1490/1470- 1390/1370 a. C.)
- Heládico reciente IIIA2-B (c. 1390/1370-1190 a. C.)
- Heládico reciente IIIC (c. 1190-1050/1025 a. C.).
Detalle de la pieza. Zde – Trabajo propio
Vaso de los guerreros o vasija de los guerreros micénicos es una pieza de cerámica griega encontrada por Heinrich Schliemann en la acrópolis de Micenas, considerada como uno de los grandes tesoros del Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Data del siglo XII a. C. y es quizá la pieza de cerámica más conocida del período heládico reciente. Se trata de una crátera, un recipiente utilizado para contener la mezcla de agua y vino, ya que los antiguos griegos nunca bebían vino sin agua. El amplio friso de la vasija, incompleto y decorado con soldados armados, fue lo que sugirió el nombre que Schliemann le otorgó. Los guerreros están vestidos con túnicas cortas, petos, cascos y grebas, y están armados con lanzas y escudos. Las asas con forma de cabeza de toro condujeron a que algunos eruditos dataran la pieza mucho más tarde, a principios del siglo VII a. C., sin embargo, es firmemente aceptado que corresponde a un período en torno al año 1200 a. C.
- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Vaso de los guerreros.
- El vaso de los guerreros en la página del Museo Arqueológico Nacional de Atenas
Crátera micénica encontrada en la tumba 45 en Enkomi (Chipre), Museo Británico. Udimu (Trabajo propio). CC BY-SA 3.0.
La llamada cerámica submicénica se considera actualmente como la etapa final de la Heládica reciente III C y es seguida por la cerámica protogeométrica (1050/25-900 a. C.). Hasta ahora no se ha encontrado evidencia arqueológica de una invasión de los dorios entre 1200 y 900 a. C., por lo que ningún estilo de cerámica puede estar asociada a ellos.
Dendrocronológicamente y a través del C14 se evidencia que el inicio del periodo protogeométrico debería ser revisado al menos al 1070 a. C. si no antes.
La arqueología ha encontrado gran cantidad de cerámica de época micénica, de formas muy variadas. (34).
En el HR I pueden destacarse dos tipos de decoración: la de aquellos recipientes con líneas geométricas que forman composiciones diferentes en cada estructura del vaso, que se ha denominado «estilo arquitectónico» y, por otra parte, otros recipientes que tienen una decoración que abarca todo el vaso, que se ha llamado «estilo unitario». En el HR II B fue muy común la llamada «copa efirea» que consta de dos asas y un pie muy estilizado.
En el HR III se dan unos vasos que se han llamado de «copa de champán» por su forma, pequeñas, con un asa y sin decoración. También en este periodo abundan los kílices y las jarras de estribo, (ver fuente:Piquero Rodríguez, 2020, pp. 202-204.), que constan de dos asas en la parte superior del vaso completamente cerrado y provisto únicamente de un pico vertedor, cilíndrico y vertical. (35).
En las fases de mayor apogeo de la civilización, los modelos se van estandarizando en todo el espacio micénico y la producción aumenta considerablemente en cantidad. Entre los motivos decorativos son habituales las espirales, las hojas, las dobles hachas, las flores o los motivos marinos, a menudo influenciados por la cerámica minoica. Otro tipo de decoración de las vasijas utiliza motivos presentes en las pinturas murales, como temas guerreros o animales, entre otros. (36).
Además de vasos de cerámica, en los yacimientos arqueológicos micénicos se han encontrado abundantes ejemplos de vasos de metal (principalmente de bronce, pero también de oro), así como de otros materiales lujosos como el marfil.( Ver fuente:Piquero Rodríguez, 2020, pp. 187,202.).
Entre las piezas singulares de destacado valor artístico pueden citarse los «vasos de Vafio», que son de oro con una decoración en la que se representa la captura de un toro y que pertenecen al HR II; un ritón de oro con forma de cabeza de león hallado en Micenas, una cratera encontrada en Enkomi, Chipre, que representa un paisaje con dos personas en un carro enfrente de otra persona que sostiene una balanza y la «píxide del tañedor de lira», hallada en Creta, que pertenece al MR III A y representa un hombre que tiene en una mano una lira y en la otra lo que parece una espiga de trigo. (Piquero Rodríguez, 2020, pp. 202-206.).
Algunos ejemplos destacados de cerámicas micénicas:
Copa efirea hallada en Koraku, Museo Arqueológico de la Antigua Corinto . Foto: Schuppi. CC BY-SA 4.0.