La poesía andalusí nos muestra evidencias que reflejan el interés de la mujer de al-Andalus por el cuidado corporal, quedando reflejadas en la poesía amorosa. Los poetas describen la belleza de su amada en unos cuadros literarios con alusiones reales o metafóricas. Esta belleza fue destacada por varios poetas y escritores, Ibn al-Ja dice de ellas que son magníficamente bellas, con cuerpos suaves, pelo largo y bocas bonitas y buenas fragancias.
Como hemos visto, la tradición de las mujeres tanto árabes como hebreas era presentarse en las reuniones maquilladas, adornadas y perfumadas. Debemos señalar que los andalusíes dieron tal importancia ala estética, que llegó a figurar como especialidad médica. Sus avances reflejaban el gran interés que prestaban a la belleza, disponiendo de grancantidad de productos cosméticos para el cuidado y la belleza. Las andalusíes solían acudir una o dos veces por semana al baño. Allí podían ser atendidas por personal femenino, que aplicaba alheña, cuidaba el cabello, daba masajes, depilaba, empleaba aceites, perfumes y ungüentos, y hasta eran servidas y entretenidas. Para engalanarse, las mujeres utilizaban primorosos perfumes (al-‘itr) , fragancias (ansām) , agua de rosas (m×’ alward) y agua de azahar (m×’ zahr) . Desde la antigüedad la mujer se pintaba los ojos utilizando para ello una serie de pastas generalmente minerales de un intenso color negro; esta costumbre en un principio tenía un fin médico al usarse como protector solar de los ojos, aunque pronto se convirtió en una moda pues la mujer veía que sus ojos ganaban en expresión al aparentar mayor tamaño. Esta pasta mineral se conoce con el nombre de kuhl , color hecho con polvo finísimo de sulfuro de antimonio, que se aplicaba con pequeños cepillos338 para embellecer los ojos y que subrayaba con su negrura el dibujo de los párpados, kuhl que se sigue utilizando en la actualidad. Seguidamente vamos a ver como los poetas trataron estos productos de belleza. Nos referiremos en primer lugar a Samuel ha-Nagid cuando en estos versos nos muestra su admiración por los productos de belleza, como el kuhl, para pintar los ojos, y el rojo para pintar los labios:
¿Por qué rasgas con afeites tus negros ojos?,
¿para qué coloreas con nuez el rojo de tus labios?
Otro de los productos usados por la mujer andalusí para embellecerse es la henna para teñir el cabello o decorar manos y pies, a los que daba su característico color anaranjado y para pintar sus labios y la dentadura, las mujeres empleaban las cáscaras de nogal al-siwāk.
Vamos a ver unos versos de Ibn Quzmān dedicados a las manos teñidas de una mujer, halagando la belleza de las mismas aún cuando desaparece el tinte:
Hermosas teñidas son sus manos
y hermosas también si el tinte se va.
En el mismo sentido Ibn Jātima reflexiona sobre las costumbres de las mujeres árabes andalusíes de decorar sus manos con ¬enna y cubrirlas de joyas halagando la belleza de la mujer al compararla con la luna llena:
Con las manos teñidas y cubiertas de joyas,
aparece como la luna llena en la noche de la felicidad.
Del mismo autor y en el mismo sentido encontramos este otro verso:
¿Desde cuándo las gacelas, que no se adornan con joyas,
se tiñen las cejas y la mano derecha?
Por otra parte Abý l-©asan al-©a½rī, hablando de una esclava con sus manos teñidas, nos demuestra que para la sociedad andalusí de la época era signo de elegancia el adornarse las manos con henna:
Teñir las manos de color negro
no disminuye la blancura pero aumenta la elegancia.
Como hemos visto en todo el apartado tanto la poesía andalusí árabe como la judía representaron la belleza sensual de la mujer en diferentes formas, describieron, unos de cerca y otros de lejos, la imagen general de la belleza de la mujer, como el cuerpo, talle, rostro y más detalladamente como ojos, mejillas, piel, y cabello, y en muchos casos describieron la boca y su buen aroma, la belleza y blancura de los dientes, la belleza de los pechos, etc.;aunque entendemos que la belleza no debe ser tomada por partes, sino como un todo integrado.
Por lo que hemos podido ver, el modelo de mujer que los poetas han elegido fundamentalmente para sus poemas amorosos es el de la mujer de clase alta, mientras que la mujer pobre sólo aparece reflejada en la poesía satírica, evidentemente no era la realidad puesto que no todas la mujeres de la sociedad andalusí, tanto árabe como judía, pertenecían a un status social elevado ni todas las mujeres poseían la misma belleza; ante esto podríamos decir que la visión del poeta es fundamentalmente artística puesto que ha desplazado la realidad hacia su propio deseo estableciendo así un modelo de belleza ideal. Por otra parte, hemos visto cómo la mayoría de los poetas tienen conceptos parecidos sobre la belleza de la mujer describiendo a su amada de forma similar con toda su belleza artificial, cosméticos, perfumes, henna, ropa, joyas, adornos, etc. con elementos fijos y esquemáticos aunque difieren en la cantidad de elementos usados. Como dice María José Cano: “El aspecto externo de la perfecta amada es estereotipado, coincidiendo, y no sólo en líneas generales, con los postulados de la poesía árabe de la época. La presentan como una cortesana voluptuosa y sensual”.
La imagen real de la mujer, por lo tanto, no coincide con la poética que nos muestran los poetas puesto que en la poesía como hemos visto, interviene de forma fundamental la imaginación artística con lo que esta imagen se encuentra transformada apareciendo en los versos una imagen sobredimensionada de belleza hasta tal punto que la mujer en estas poesías aparece como una princesa encantadora en todo su esplendor y ataviada con sus ropas, joyas y perfumes que enaltecen todavía más la extraordinaria belleza descrita, y los amantes proclaman en los poemas que su amada es única, que sobrepasa a todas las demás en encantos. Casi todos los poemas, tanto árabes como hebreos, parecen variaciones sobre el mismo tema, y es como si todas las mujeres tuvieran la misma apariencia. Vemos que la mujer se muestra, habitualmente, asociada a la hermosura del paisaje de al-Andalus como la referencia a la belleza de los jardines, jardines que reproducen los placeres sensoriales, placer a la vista con las formas y colores, placer al oído con el murmullo de sus aguas y pájaros, placer al olfato con sus perfumes, placer sexual, porque el jardín será el ámbito de los encuentros amorosos y de las reuniones donde la música, el vino y los bellos cuerpos, son los protagonistas de la escena amorosa. Incluso los colores de la naturaleza, sobre todo el rojo y el amarillo, simbolizan diversos aspectos de ese amor del poeta; así, el amarillo representa la palidez mientras que el rojo representa al pudor. Estos temas motivaron a los poetas andalusíes árabes y hebreos a vincular la belleza especial de la naturaleza con la belleza física femenina; los poetas en la descripción física de la imagen de la mujer han seleccionado también el modelo descrito en el patrimonio preislámico (¥āhilī), en el que se describe el cuerpo de la mujer como una forma de la naturaleza que refleja la belleza; el poeta al describir la imagen de la mujer conserva en su mente este modeloestereotipado. Y como dice Ángeles Navarro: “Estos temas se trataban generalmente de un modo convencional, puramente literario, que no tenía por qué responder a situaciones reales, aunque tales situaciones existieron al margen de los poemas».
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NADIA SAFI
EL TRATAMIENTO DE LA MUJER ARABEY HEBREA EN LA POESÍA ANDALUSÍ
TESIS DOCTORAL DIRIGIDA POR:
DRA. MARÍA JOSÉ CANO PÉREZ
DRA. CELIA DEL MORAL MOLINA
(Difundido en Internet vía Facebook (Biblioteca Gonzalo de Berceo).
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Chica recitando el Corán
1880 – Pintura – 0.51m x 0.411m
El lector del Corán (en turco: Kuran Okuyan Kız) es una pintura al óleo del pintor otomano Osman Hamdi Bey, pintada en 1880. La pintura es una tela de 41.1×51 cm, que muestra a una mujer joven sentada de rodillas frente al Corán.