El «Arte breve de la invención del derecho» es una obra destacada de Ramón Llull, un pensador mallorquín medieval cuyas contribuciones abarcan disciplinas tan diversas como la filosofía, la teología, la lógica, la literatura y las ciencias jurídicas. Escrita en 1308 como «Ars brevis quae est de inventione iuris», esta obra representa un intento único de aplicar los principios de su Arte combinatoria al campo del derecho, integrando su pensamiento sistemático en la resolución de cuestiones legales. Llull aspiraba a crear un método universal que facilitara la resolución de problemas a través de la aplicación de combinaciones conceptuales y principios universales.
El tema central de este tratado es el análisis y la sistematización del derecho a través del método lógico y combinatorio desarrollado en su Ars Magna. Llull consideraba que las leyes humanas, en tanto reflejo de las leyes divinas, debían ser comprendidas y aplicadas mediante un método racional y ordenado. En este contexto, el Arte breve propone una forma de razonamiento jurídico que permite identificar, interpretar y resolver cuestiones legales de manera estructurada y con base en principios generales.
Llull organiza el texto bajo la premisa de que el derecho, como toda disciplina, se fundamenta en verdades primeras y en relaciones jerárquicas entre conceptos. Utilizando su característico sistema de letras y figuras geométricas, el autor descompone los principios legales en categorías y los somete a un proceso de combinación para generar conclusiones aplicables a situaciones concretas. Este método tiene como objetivo principal dotar al jurista de una herramienta para encontrar soluciones justas y acordes a los principios morales y legales, integrando la lógica formal con la ética y la teología.
La Ars brevis adaptada al derecho no es un compendio de normas específicas ni un manual de derecho práctico; más bien, busca establecer una metodología para interpretar y elaborar normas en cualquier contexto legal. En ella se encuentran referencias a la naturaleza de la justicia, los fundamentos de las leyes humanas y divinas, y la relación entre el legislador, el juez y los ciudadanos. Llull enfatiza la necesidad de que el derecho humano sea congruente con los valores universales de justicia, equidad y caridad, lo que refleja su profundo compromiso con la unión de razón y fe en todos los ámbitos del conocimiento.
Este texto es especialmente relevante por su intento de aplicar un pensamiento sistemático al derecho en una época donde predominaba una interpretación más tradicional y casuística de las normas. Llull buscaba trascender las barreras entre disciplinas y crear un marco universal que abarcara tanto las ciencias seculares como las espirituales. En el contexto de su obra completa, «El Arte breve de la invención del derecho» se inserta como una aplicación especializada de su método universal, subrayando su confianza en la capacidad de la lógica combinatoria para resolver problemas en cualquier ámbito del saber.
A pesar de la complejidad del sistema luliano y las dificultades para adaptarlo al derecho tal como se practica hoy, este libro sigue siendo un testimonio del ingenio y la ambición intelectual de Ramón Llull. Su enfoque interdisciplinario y su esfuerzo por vincular ética, teología y derecho lo convierten en una obra fascinante tanto para juristas como para historiadores del pensamiento medieval, ofreciendo una ventana al rico legado de uno de los más grandes eruditos de la Edad Media.