La ecología es una rama de la biología que se dedica al estudio de las interacciones entre los organismos vivos y su entorno, así como las relaciones que estos organismos establecen entre sí dentro de un sistema dado. Es la llamada «biología de los Ecosistemas». Esta ciencia busca comprender cómo los factores bióticos, es decir, los organismos vivos, y los factores abióticos, como el clima, el suelo, el agua y la luz, influyen en la distribución, abundancia y dinámica de las poblaciones, comunidades y ecosistemas. La ecología abarca una amplia gama de niveles de organización biológica, desde individuos y poblaciones hasta comunidades, ecosistemas y la biosfera en su totalidad.
1. Introducción y definiciones
Una de las características principales de la ecología es su enfoque sistémico, lo que implica que no se limita al análisis aislado de los organismos o sus entornos, sino que considera las interacciones complejas y dinámicas que conforman un sistema natural. Estas interacciones incluyen procesos como la depredación, la competencia, la simbiosis, el flujo de energía y el ciclo de los nutrientes, que son fundamentales para el funcionamiento y la estabilidad de los ecosistemas.
Los campos de estudio de la ecología son variados y multidisciplinarios. Algunos de los principales incluyen la ecología de poblaciones, que analiza las dinámicas de crecimiento, estructura y distribución de las poblaciones; la ecología de comunidades, que estudia las interacciones entre diferentes especies dentro de un área geográfica determinada; la ecología de ecosistemas, que se centra en los flujos de energía y el reciclaje de nutrientes dentro de los sistemas ecológicos; la ecología del paisaje, que examina cómo las configuraciones espaciales afectan los procesos ecológicos; y la ecología global, que aborda cuestiones relacionadas con el cambio climático, la biodiversidad y las interacciones a gran escala en la biosfera.
La ecología se diferencia de su disciplina madre, la biología, en su enfoque específico en las relaciones y procesos que conectan a los organismos con su entorno, mientras que la biología en general estudia los aspectos fundamentales de los organismos vivos, como su estructura, función, desarrollo, evolución y genética. Si bien la biología puede analizar fenómenos a nivel molecular, celular o individual, la ecología opera principalmente en niveles organizativos más amplios, abarcando escalas espaciales y temporales más extensas.
Entre las cuestiones de interés en ecología se encuentran los efectos de las actividades humanas sobre el medio ambiente, como la deforestación, la contaminación, la urbanización y el cambio climático. La ecología proporciona una base científica para diseñar estrategias de conservación y manejo sostenible de los recursos naturales. Además, tiene una conexión estrecha con otras disciplinas como la geografía, la geología, la climatología, la química y la física, lo que la convierte en una ciencia integradora y clave para abordar los desafíos ambientales globales.
En resumen, la ecología es una ciencia fundamental para comprender el funcionamiento de la vida en el planeta y para promover una coexistencia armónica entre los seres humanos y la naturaleza, abordando tanto cuestiones teóricas como aplicaciones prácticas que buscan garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas y la biodiversidad.
Este es un sapo occidental (Bufo boreas, o Anaxyrus boreas) fotografiado en un humedal. (foto de la izq). Autor: Thompsma. CC BY 3.0. A la derecha: Una estrella de mar azul (Linckia laevigata) descansando sobre corales duros Acropora y Porites (también se pueden observar peces Anthiinae y crinoideos). Faro, Ribbon Reefs, Gran Barrera de Coral. Copyright (c) 2004 Richard Ling. CC BY-SA 3.0. Original file (1,200 × 1,600 pixels, file size: 717 KB).


Los ecosistemas están compuestos de partes que interactúan dinámicamente entre ellas junto con los organismos, las comunidades que integran, y también los componentes no vivos de su entorno. Los procesos del ecosistema, como la producción primaria, la pedogénesis, el ciclo de nutrientes, y las diversas actividades de construcción del hábitat, regulan el flujo de energía y materia a través de un entorno. Estos procesos se sustentan en los organismos con rasgos específicos históricos de la vida, y la variedad de organismos que se denominan biodiversidad. La visión integradora de la ecología plantea el estudio científico de los procesos que influyen en la distribución y abundancia de los organismos, así como las interacciones entre los organismos y la transformación de los flujos de energía. La ecología es un campo interdisciplinario que incluye a la biología y las ciencias de la Tierra.
La ecología evolucionó a partir de la historia natural de los antiguos filósofos griegos, como Hipócrates, Aristóteles y Teofrasto, sentando las bases de la ecología en sus estudios sobre la historia natural. Las bases posteriores para la ecología moderna se establecieron en los primeros trabajos de los fisiólogos de plantas y animales. Los conceptos evolutivos sobre la adaptación y la selección natural se convirtieron en piedras angulares de la teoría ecológica moderna transformándola en una ciencia más rigurosa en el siglo XIX. Está estrechamente relacionada con la biología evolutiva, la genética y la etología. La comprensión de cómo la biodiversidad afecta a la función ecológica es un área importante enfocada en los estudios ecológicos.
(Foto izq.): Un joven halcón de cola roja (Buteo jamaicensis) comiendo su presa (topillo de California, Microtus californicus); acantilados costeros de Half Moon Bay, California. Foto: Steve Jurvetson en Flikr.com. CC BY 2.0. Original file (1,967 × 1,714 pixels, file size: 2.54 MB).
(Foto Derecha). Una abeja europea (Apis mellifera) extrae néctar de una flor de áster utilizando su probóscide. Pequeños pelos que cubren el cuerpo de la abeja mantienen una ligera carga electrostática, lo que hace que el polen de las anteras de la flor se adhiera a la abeja, permitiendo la polinización cuando esta se traslada a otra flor. Foto: John Severns (Severnjc). Dominio Público. Original file (1,620 × 1,280 pixels, file size: 490 KB).

2. Biología de los Ecosistemas
2.1 Introducción
Un ecosistema es un sistema biológico constituido por una comunidad de organismos vivos (biocenosis, es decir , el conjunto de organismos vivos de diferentes especies que coexisten e interactúan en un mismo espacio o ecosistema, como parte de una comunidad ecológica. Incluye plantas, animales, hongos, microorganismos y todas sus relaciones entre sí y con el medio ambiente) y el medio físico donde se relacionan (biotopo, es decir el espacio físico con condiciones ambientales específicas (como clima, suelo y agua) que permite el desarrollo de una comunidad de organismos vivos, formando junto a la biocenosis, es decir, el conjunto de organismos vivos que coexisten, interactúan y se relacionan entre sí en un mismo hábitat dentro de un ecosistema.
Se trata de una unidad compuesta de organismos interdependientes que comparten el mismo hábitat. Los ecosistemas suelen formar una serie de cadenas que muestran la interdependencia de los organismos dentro del sistema. También se puede definir así: «Un ecosistema consiste de la comunidad biológica de un lugar y de los factores físicos y químicos que constituyen el ambiente abiótico». Se considera que los factores abióticos y bióticos están ligados por las cadenas tróficas o sea el flujo de energía y nutrientes en los ecosistemas.
Nota: El ambiente biótico incluye todos los organismos vivos que interactúan en un ecosistema, como plantas, animales, hongos y microorganismos.
El ambiente abiótico abarca los factores no vivos que influyen en un ecosistema, como el clima, el agua, el suelo, la luz y los nutrientes.
Este concepto, que fue introducido en 1935 por el ecólogo inglés A. G. Tansley, tiene en cuenta las complejas interacciones entre los organismos (por ejemplo plantas, animales, bacterias, protistas y hongos) que forman la comunidad (biocenosis) y los flujos de energía y materiales que la atraviesan.
- [1] Biodiversidad Mexicana
- Tansley (1934); Molles (1999), p. 482; Chapin et al. (2002), p. 380; Schulze et al. (2005); p. 400; Gurevitch et al. (2006), p. 522; Smith & Smith 2012, p. G-5.
- Christopherson, RW (1994) Geosystems: An Introduction to Physical Geography. Prentice Hall Inc.
- The Concept of the Ecosystem. University of Michigan
- «Any unit that includes all of the organisms (ie: the «community») in a given area interacting with the physical environment so that a flow of energy leads to clearly defined trophic structure, biotic diversity, and material cycles (ie: exchange of materials between living and nonliving parts) within the system is an ecosystem.» Odum, E. P. (1971). Fundamentals of ecology, third edition. Saunders, Nueva York.
- Ripoll López, Sergio; Muñoz Ibáñez, Francisco Javier (octubre de 2002). «Conceptos generales de cazadores-recolectores». Economía, sociedad e ideología de los cazadores-recolectores (1ª edición). Universidad Nacional de Educación a Distancia. p. 15. ISBN 9788436247718.
- Tansley, A. G. (1935) «The use and abuse of vegetational terms and concepts.» Ecology 16, 284-307.
2.2 Definición de Ecosistema
El término ecosistema fue acuñado en 1930 por Roy Clapham para designar el conjunto de componentes físicos y biológicos de un entorno. El ecólogo británico Arthur Tansley refinó más tarde el término, y lo describió como «El sistema completo, […] incluyendo no sólo el complejo de organismos, sino también todo el complejo de factores físicos que forman lo que llamamos medio ambiente». Tansley consideraba los ecosistemas no simplemente como unidades naturales sino como «aislamientos mentales» («mental isolates»). Tansley más adelante definió la extensión espacial de los ecosistemas mediante el término «ecotopo» («ecotope»).
Fundamental para el concepto de ecosistema es la idea de que los organismos vivos interactúan con cualquier otro elemento en su entorno local. Eugene Odum, uno de los fundadores de la ecología, declaró:
«Toda unidad que incluye todos los organismos (es decir: la “comunidad”) en una zona determinada interactuando con el entorno físico de tal forma que un flujo de energía conduce a una estructura trófica claramente definida, diversidad biótica y ciclos de materiales (es decir, un intercambio de materiales entre las partes vivientes y no vivientes) dentro del sistema es un ecosistema».
El concepto de ecosistema humano se basa en desmontar la dicotomía humano/naturaleza y en la premisa de que todas las especies están ecológicamente integradas unas con otras, así como con los componentes abióticos de su biotopo.
- «Any unit that includes all of the organisms (ie: the «community») in a given area interacting with the physical environment so that a flow of energy leads to clearly defined trophic structure, biotic diversity, and material cycles (ie: exchange of materials between living and nonliving parts) within the system is an ecosystem.» Odum, E. P. (1971). Lo que en español sería: «Cualquier unidad que incluya a todos los organismos (es decir, la «comunidad») en un área determinada interactuando con el entorno físico, de manera que el flujo de energía conduzca a una estructura trófica claramente definida, diversidad biótica y ciclos de materiales (es decir, intercambio de materiales entre las partes vivas y no vivas) dentro del sistema, es un ecosistema.» Fundamentals of ecology, third edition. Saunders, Nueva York.
- Ripoll López, Sergio; Muñoz Ibáñez, Francisco Javier (octubre de 2002). «Conceptos generales de cazadores-recolectores». Economía, sociedad e ideología de los cazadores-recolectores (1ª edición). Universidad Nacional de Educación a Distancia. p. 15. ISBN 9788436247718.
- Tansley, A. G. (1935) «The use and abuse of vegetational terms and concepts.» Ecology 16, 284-307.
El Daintree Rainforest de Queensland, Australia es un ejemplo de un ecosistema forestal tropical. The original uploader was Adz de Wikipedia en inglés. – Transferido desde en.wikipedia a Commons. Daintree Rainforest. Photo taken June 2005. Uploaded with permission. CC BY-SA 3.0. Original file (657 × 768 pixels, file size: 91 KB).
El Daintree Rainforest, ubicado en Queensland, Australia, es uno de los ecosistemas forestales tropicales más antiguos y biodiversos del planeta. Este bosque lluvioso, que forma parte de la región de los Trópicos Húmedos, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su riqueza ecológica y su importancia histórica.
Con una antigüedad estimada en más de 135 millones de años, alberga una asombrosa variedad de flora y fauna, incluyendo especies endémicas y en peligro de extinción. Entre su vegetación destacan árboles gigantes, helechos antiguos y lianas, mientras que su fauna incluye el casuario del sur, canguros arbóreos y cocodrilos de agua salada. Este ecosistema desempeña un papel crucial en la regulación climática, el ciclo del agua y la captura de carbono. Además, el Daintree tiene un significado cultural profundo para las comunidades aborígenes Kuku Yalanji, quienes han habitado la región durante miles de años y mantienen una conexión espiritual con el bosque. Su conservación es vital tanto para la biodiversidad como para las culturas locales y el equilibrio ambiental global.
Un principio central de la ecología es que cada organismo vivo tiene una relación permanente y continua con todos los demás elementos que componen su entorno. La suma total de la interacción de los organismos vivos (la biocenosis) y su medio no viviente (biotopo) en una zona que se denomina un ecosistema. Los estudios de los ecosistemas por lo general se centran en la circulación de la energía y la materia a través del sistema.
Casi todos los ecosistemas funcionan con energía del sol capturada por los productores primarios a través de la fotosíntesis. Esta energía fluye a través de la cadena alimentaria a los consumidores primarios (herbívoros que comen y digieren las plantas), y los consumidores secundarios y terciarios (ya sea omnívoros o carnívoros). La energía se pierde a los organismos vivos cuando se utiliza por los organismos para hacer el trabajo, o se pierde como calor residual.
La materia es incorporada a los organismos vivos por los productores primarios. Las plantas fotosintetizadoras fijan el carbono a partir del dióxido de carbono y del nitrógeno de la atmósfera o nitratos presentes en el suelo para producir aminoácidos. Gran parte de los contenidos de carbono y nitrógeno en los ecosistemas es creado por las instalaciones de ese tipo, y luego es incorporado por los consumidores secundarios y terciarios. Los nutrientes son generalmente devueltos a los ecosistemas a través de la descomposición. Todo el movimiento de los productos químicos en un ecosistema que se denomina un ciclo biogeoquímico, e incluye el ciclo del carbono y del nitrógeno.
Los ecosistemas de cualquier tamaño se pueden estudiar, por ejemplo, una roca y la vida de las plantas que crecen en ella puede ser considerado un ecosistema. Esta roca puede estar dentro de un llano, con muchas de estas rocas, hierbas pequeñas, y animales que pastorean – también un ecosistema-. Este puede ser simple en la tundra, que también es un ecosistema (aunque una vez que son de este tamaño, por lo general se denomina ecozonas o biomas). De hecho, toda la superficie terrestre de la Tierra, toda la materia que lo compone, el aire que está directamente encima de este, y todos los organismos vivos que viven dentro de ella puede ser considerados como un solo gran ecosistema.
Los ecosistemas se pueden dividir en los ecosistemas terrestres (incluidos los ecosistemas de bosques, estepas, sabanas, etc), los ecosistemas de agua dulce (lagos, estanques y ríos), y los ecosistemas marinos, en función del biotopo dominante.
Término relacionado: Medioambiente
El medioambiente es el conjunto de condiciones físicas, químicas, biológicas y sociales que rodean a los seres vivos y les afectan en su desarrollo, supervivencia y evolución. Incluye tanto los elementos naturales, como el aire, el agua, el suelo, el clima, los organismos vivos y sus interacciones, como también los factores provocados por la actividad humana, como la urbanización y la contaminación. Es el espacio en el que se desarrollan los ecosistemas, los cuales son interacciones entre los seres vivos y su entorno.
La gestión de la tierra, esto es, el proceso de planificar, administrar y usar de manera sostenible los recursos del suelo y el paisaje para satisfacer las necesidades humanas, conservar los ecosistemas y garantizar la salud ambiental a largo plazo, ha conservado las características naturales de la catarata Hopetoun, Australia, al tiempo que permite un amplio acceso para los visitantes. Photo by DAVID ILIFF. CC BY-SA 3.0. Original file (3,072 × 2,048 pixels, file size: 2.82 MB).
2.3 Bioma.
Concepto y definición. Diferencias entre ecosistema y bioma
Un bioma (del griego «bios», vida), también llamado paisaje bioclimático o área biótica es una determinada parte del planeta que comparte el clima, flora y fauna. Un bioma es el conjunto de ecosistemas característicos de una zona biogeográfica que está definido a partir de su vegetación y de las especies animales que predominan. Es la expresión de las condiciones ecológicas del lugar en el plano regional o continental: el clima y el suelo determinan las condiciones ecológicas a las que responden las comunidades de plantas y animales del bioma en cuestión.
En función de la latitud, la temperatura, las precipitaciones y la altitud, en definitiva, y de las características básicas del clima, se puede dividir la tierra en zonas de características semejantes; en cada una de esas zonas se desarrolla una vegetación (fitocenosis) y una fauna (zoocenosis) que en cuando están relacionadas, definen un bioma, que comprende las nociones de comunidad y la interacción entre suelo, plantas y animales.
Biomas terrestres clasificados según vegetación. SirHenrry. CC BY-SA 4.0. Original file (1,385 × 622 pixels, file size: 75 KB).
Hay diferentes sistemas para la clasificación de biomas, que en general suelen dividir la tierra en dos grandes grupos —biomas terrestres y biomas acuáticos-, con un número no demasiado grande de biomas. A escala planetaria, la selva, la sabana, la estepa, el bosque y la tundra son los grandes biomas que caracterizan la biósfera y que tienen un reparto zonal, es decir, que no superan ciertos valores latitudinales. A escala regional o continental, los biomas son difíciles de definir, en parte porque existen diferentes patrones y también porque sus fronteras suelen ser difusas (véase el concepto de ecotono).
Los biomas a menudo son conocidos por sus nombres locales. Por ejemplo, un bioma del herbazal se conoce como pradera en Norteamérica, sabana en África, estepa en Asia, pampa en Sudamérica y veld en Sudáfrica.
Los biomas terrestres son descritos por la ciencia de la biogeografía. Por extensión, se habla de microbioma para designar la esfera de la vida microbiana.
El concepto de bioma no debe confundirse con otros conceptos similares como el de ecozona, hábitat o ecosistema. Las distintas ecorregiones del mundo se agrupan tanto en biomas como en ecozonas.
Los biomas se definen basándose en factores tales como las estructuras de las plantas (árboles, arbustos y hierbas), los tipos de hojas (plantas de hoja ancha y aguja), la distancia entre las plantas (bosque, selva, sabana) y el clima. A diferencia de las ecozonas, los biomas no se definen por genética, taxonomía o semejanzas históricas y se identifican con frecuencia con patrones especiales de sucesión ecológica y vegetación clímax.
La clasificación más simple de biomas es:
- Biomas terrestres.
- Biomas de agua dulce.
- Biomas marinos.
Características:
Los biomas son áreas definidas climática y geográficamente, con similares condiciones ecológicas, tales como las comunidades de plantas y animales, (que a menudo se nombran como ecosistemas). Los biomas están definidos por factores tales como la estructura de las plantas (árboles, arbustos y hierbas), los tipos de hojas (hoja ancha y hoja acicular o agujas), el espaciado de las plantas (cerrado, abierto) y el clima. A diferencia de las ecozonas, los biomas no están definidos por semejanzas genéticas, taxonómicas o históricas. Los biomas con frecuencia se identifican con patrones particulares de sucesión ecológica y vegetación clímax (casi-estado de equilibrio del ecosistema local). Un ecosistema tiene muchos biotopos y un bioma es un tipo mayor de hábitat. Un tipo principal de hábitats, sin embargo, es un compromiso ya que posee una falta de homogeneidad intrínseca.
La biodiversidad característica de cada bioma, especialmente la diversidad de la flora y fauna, está en función de factores abióticos que determinan la productividad de la biomasa de la vegetación dominante. En los biomas terrestres, la diversidad de especies tiende a correlacionarse positivamente con la producción primaria neta, con la disponibilidad de humedad y con la temperatura.
- The World’s Biomes, Retrieved August 19, 2007 – 2008, from University of California Museum of Paleontology
- Pidwirny, Michael (16 de octubre de 2006). «Biomes». En Sidney Draggan, ed. Encyclopedia of Earth. Washington, D.C.: Environmental Information Coalition, National Council for Science and the Environment.
Un bioma es una gran área geográfica caracterizada por un tipo específico de clima, flora y fauna, que interactúan de manera coherente en un ecosistema. Los biomas se clasifican según factores como la temperatura, la precipitación y la altitud, y pueden incluir bosques, desiertos, praderas, tundras y áreas acuáticas, entre otros. Cada bioma tiene adaptaciones particulares de los organismos que lo habitan, lo que permite su supervivencia en esas condiciones específicas.
Ver más: «Bioma» (Wikipedia)
El factor climático
El bioma está caracterizado fundamentalmente por el clima. Fue de hecho la distribución zonal de los climas lo que llevó a poner de relieve la zonificación de las tierras a finales del siglo XIX, y después, los biomas.
Los parámetros físicos particularmente involucrados son temperatura y las precipitaciones. A su vez la temperatura está determinada especialmente con la latitud y la altitud.
- La latitud: A medida que nos movemos hacia latitudes altas, la temperatura media disminuye, Así quedan definidos los climas ecuatorial, tropical, subtropical, templado, subpolar y polar. Además en las zonas ecuatoriales las diferencias de temperatura a lo largo del año disminuyen.
- La altitud: En general, el aumento de la altitud causa una distribución de los tipos de hábitats similar al del aumento de la latitud. Así quedan determinados los tipos basal, premontano, montano, subalpino, alpino y nival.
- La precipitación: que determina los tipos húmedo, subhúmedo, semiárido y árido. Además, influyen la variación estacional —la lluvia puede estar distribuida uniformemente a lo largo del año o estar marcada por las variaciones estacionales. Además la estación lluviosa puede darse en verano, como en la mayoría de las regiones de la Tierra, o en invierno como en las regiones de clima mediterráneo. Las precipitaciones, además pueden inundar periódicamente ambas zonas definiendo un bioma adaptado a ese fenómeno.
Los sistemas de clasificación de los biomas más utilizados corresponden a la latitud (o la zonificación de temperaturas) y la humedad. De hecho, el agua y la temperatura —cuya distribución a escala global está en gran medida condicionada por la rotación de la Tierra sobre su eje— son los dos factores clave para el establecimiento de un clima que presentan, a escala global y continental, variaciones según la latitud. Esta distribución está, por tanto, en correlación con bandas de vegetación homogéneas. Estas bandas latitudinales fueron observadas por primera vez por Vasili Dokucháyev, padre de la edafología rusa, y se llamaron zonas (del griego «zonê» que significa cintura), lo que dio a luz al concepto de zonificación, fundamental en la geografía del medio natural. Así por ejemplo, la biodiversidad es creciente, en general, desde los polos al ecuador, ya sea desde un punto de vista animal o vegetal, como en el caso de la selva ecuatorial densa que es el bioma más rico y diverso.
Anexo: Diferencias entre Bioma y Ecosistema.
Un bioma es una gran región de la Tierra caracterizada por un clima, tipos de suelo, flora y fauna similares, mientras que un ecosistema es una unidad más específica que comprende las interacciones entre organismos vivos y su entorno físico dentro de un área determinada. Los biomas son clasificaciones globales que agrupan ecosistemas similares en función de factores como la temperatura, la precipitación y la vegetación predominante, por ejemplo, tundra, desierto o selva tropical. En cambio, un ecosistema se centra en las relaciones específicas entre los organismos y su ambiente en un lugar concreto, como un bosque, un lago o un arrecife de coral. La principal diferencia radica en la escala, ya que un bioma abarca múltiples ecosistemas que comparten características generales, mientras que un ecosistema se refiere a interacciones locales dentro de un área definida.
2.4 Clasificación de ecosistemas
La clasificación de los ecosistemas se puede hacer según diversos criterios, pero de forma general, se agrupan en dos grandes tipos: ecosistemas terrestres y ecosistemas acuáticos.
Dentro de los ecosistemas terrestres, se incluyen:
- Bosques: Como los bosques tropicales, templados o boreales.
- Desiertos: Áreas con escasa precipitación y vegetación adaptada a la sequedad.
- Praderas: Zonas de hierbas, con escasa vegetación arbórea.
- Tundra: Regiones frías y secas, con vegetación de bajo crecimiento.
- Zonas montañosas: Ecosistemas que varían con la altitud, desde bosques hasta zonas de alta montaña.
En los ecosistemas acuáticos, se dividen en:
- Ecosistemas de agua dulce: Ríos, lagos, estanques y humedales.
- Ecosistemas marinos: Océanos, mares, arrecifes de coral y zonas costeras.
- Ecosistemas de agua salobre: Estuarios, donde el agua dulce y salada se mezclan.
Cada uno de estos tipos de ecosistemas tiene características particulares en cuanto a flora, fauna y procesos ecológicos.
Los ecosistemas han adquirido, políticamente, una especial relevancia ya que en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) (o en inglés «Convention on Biological Diversity») —ratificado por más de 175 países en Río de Janeiro en junio de 1992— se establece «la protección de los ecosistemas, los hábitats naturales y el mantenimiento de poblaciones viables de especies en entornos naturales» como un compromiso de los países ratificantes. Esto ha creado la necesidad política de identificar espacialmente los ecosistemas y de alguna manera distinguir entre ellos. El CDB define un «ecosistema» como «un complejo dinámico de comunidades vegetales, animales y de microorganismos y su medio no viviente que interactúan como una unidad funcional».
- «Dynamic complex of plant, animal and micro-organism communities and their non-living environment interacting as a functional unit», «Complejo dinámico de comunidades de plantas, animales y microorganismos, y su entorno no vivo, interactuando como una unidad funcional».
- «the protection of ecosystems, natural habitats and the maintenance of viable populations of species in natural surroundings» United Nations Environment Programme. Convention on Biological Diversity. June 1992. UNEP Document no. Na.92-78. traducción: «La protección de los ecosistemas, hábitats naturales y el mantenimiento de poblaciones viables de especies en su entorno natural» Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Convención sobre la Diversidad Biológica.
Con la necesidad de proteger los ecosistemas, surge la necesidad política de describirlos e identificarlos de manera eficiente. Vreugdenhil et al. argumentaron que esto podría lograrse de manera más eficaz mediante un sistema de clasificación fisonómico-ecológico, ya que los ecosistemas son fácilmente reconocibles en el campo, así como en imágenes de satélite. Sostuvieron que la estructura y la estacionalidad de la vegetación asociada, complementadas con datos ecológicos (como la altitud, la humedad y el drenaje) eran cada uno modificadores determinantes que distinguían parcialmente diferentes tipos de especies. Esto era cierto no solo para las especies de plantas, sino también para las especies de animales, hongos y bacterias. El grado de distinción de ecosistemas está sujeto a los modificadores fisonómicos que pueden ser identificados en una imagen o en el campo. En caso necesario, se pueden añadir los elementos específicos de la fauna, como la concentración estacional de animales y la distribución de los arrecifes de coral.
Algunos de los sistemas de clasificación son los siguientes:
- Clasificación fisonómica-ecológica de formaciones vegetales de la Tierra: un sistema basado en el trabajo de 1974 de Mueller-Dombois y Heinz Ellenberg,13 y desarrollado por la UNESCO. Ver: Möller-Dombois & Ellenberg: «A Tentative Physiognomic-Ecological Classification of Plant Formations of the Earth», en español «Una clasificación fisiognómica-ecológica tentativa de las formaciones vegetales de la Tierra».
Describe la estructura de la vegetación y la cubierta sobre y bajo el suelo tal como se observa en el campo, descritas como formas de vida vegetal. Esta clasificación es fundamentalmente un sistema de clasificación de vegetación jerárquico, una fisionomía de especies independientes que también tiene en cuenta factores ecológicos como el clima, la altitud, las influencias humanas tales como el pastoreo, los regímenes hídricos, así como estrategias de supervivencia tales como la estacionalidad. El sistema se amplió con una clasificación básica para las formaciones de aguas abierta.
- Map of the ecosystems of Central America, WICE 2005. Retrieved 30 August 200).
Sistema de clasificación de la cubierta terrestre («Land Cover Classification System», LCCS), desarrollado por la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO).- Antonio Di Gregorio & Louisa J.M. Jansen (2000). Land Cover Classification System (LCCS): Classification Concepts and User Manual. Retrieved 30 August 2008.
Varios sistemas de clasificación acuáticos están también disponibles. Hay un intento del Servicio Geológico de los Estados Unidos («United States Geological Survey», USGS) y la Inter-American Biodiversity Information Network (IABIN) para diseñar un sistema completo de clasificación de ecosistemas que abarque tanto los ecosistemas terrestres como los acuáticos.
Desde una perspectiva de la filosofía de la ciencia, los ecosistemas no son unidades discretas de la naturaleza que se pueden identificar simplemente usando un enfoque correcto para su clasificación. De acuerdo con la definición de Tansley («aislamientos mentales»), cualquier intento de definir o clasificar los ecosistemas debería de ser explícito para la asignación de una clasificación para el observador/analista, incluyendo su fundamento normativo.
2.5 Estructura de los ecosistemas
Al sumar la estructura de un ecosistema se habla a veces de la estructura abstracta en la que las partes son las distintas clases de componentes, es decir, el biotopo y la biocenosis, y los distintos tipos ecológicos de organismos (productores, descomponedores, predadores, etc.). Pero los ecosistemas tienen además una estructura física en la medida en que no son nunca totalmente homogéneos, sino que presentan partes, donde las condiciones son distintas y más o menos uniformes, o gradientes en alguna dirección.
Un biotopo es el espacio físico que proporciona las condiciones necesarias para la vida de una comunidad biológica, es decir, el entorno en el que los organismos viven. Incluye factores abióticos como el clima, el agua, el suelo y la luz, que interactúan con los seres vivos de un ecosistema, formando una unidad funcional junto con la biocenosis, que La biocenosis es simplemente el conjunto de todos los seres vivos (plantas, animales, hongos, microorganismos) que viven en un lugar determinado y que interactúan entre sí. Por ejemplo, en un bosque, los árboles, animales, insectos y otros organismos forman una biocenosis, ya que todos están relacionados de alguna manera, ya sea como depredadores, presas o compañeros en su entorno. Es como la «comunidad» de seres vivos de un ecosistema.
El ambiente ecológico aparece estructurado por diferentes interfaces o límites más o menos definidos, llamados ecotonos, y por gradientes direccionales, llamados ecoclinas, de factores fisicoquímicos del medio. Un ejemplo es el gradiente de humedad, temperatura e intensidad lumínica en el seno de un bosque, o el gradiente en cuanto a luz, temperatura y concentraciones de gases (por ejemplo O2) en un ecosistema léntico.
Un ecotono es la zona de transición entre dos ecosistemas diferentes, donde se encuentran especies de ambos ecosistemas y se dan interacciones particulares. Es un área donde las características de los ecosistemas vecinos se mezclan, como por ejemplo, el límite entre un bosque y una pradera, o entre un río y su ribera. Los ecotonos suelen tener una alta biodiversidad debido a la presencia de especies de ambos ecosistemas.
La estructura física del ecosistema puede desarrollarse en la dirección vertical y horizontal, en ambos casos se habla de estratificación. La estratificación en un ecosistema se refiere a cómo se organiza la vida y los recursos en diferentes capas o niveles, tanto en dirección vertical como horizontal.
- Estructura vertical. los organismos se distribuyen a diferentes alturas dentro de un ecosistema, como en un bosque, donde hay capas de vegetación como el suelo, el sotobosque, los arbustos, los árboles pequeños y los árboles altos. Cada capa tiene sus propias condiciones de luz, humedad y temperatura, y los organismos de cada nivel están adaptados a esas condiciones específicas. Por ejemplo, los animales que viven en el suelo tienen acceso a recursos distintos a los que habitan en las copas de los árboles, que reciben más luz. Un ejemplo claro e importante es el de la estratificación lacustre, donde distinguimos esencialmente epilimnio, mesolimnio (o termoclina) e hipolimnio. El perfil del suelo, con su subdivisión en horizontes, es otro ejemplo de estratificación con una dimensión ecológica. Las estructuras verticales más complejas se dan en los ecosistemas forestales, donde inicialmente distinguimos un estrato herbáceo, un estrato arbustivo y un estrato arbóreo.
- Estructura horizontal. la estratificación horizontal se refiere a cómo los ecosistemas se organizan en el espacio a lo largo del territorio. En un área determinada, pueden coexistir diferentes tipos de hábitats o formaciones vegetales, como bosques, praderas o humedales, y cada uno de estos tiene una estructura propia y una fauna y flora características. Esta estratificación horizontal permite una distribución más eficiente de los recursos y favorece la diversidad de especies, ya que diferentes especies pueden ocupar diferentes partes del paisaje, aprovechando los recursos disponibles de manera más específica. En algunos casos puede reconocerse una estructura horizontal, a veces de carácter periódico. En los ecosistemas ribereños, por ejemplo, aparecen franjas paralelas al cauce fluvial, dependientes sobre todo de la profundidad del nivel freático. En ambientes periglaciales los fenómenos periódicos relacionados con los cambios de temperatura, helada y deshielo, producen estructuras regulares en el sustrato que afectan también a la biocenosis. Algunos ecosistemas desarrollan estructuras horizontales en mosaico, como ocurre en extensas zonas bajo climas tropicales de dos estaciones, donde se combina la llanura herbosa y el bosque o el matorral espinoso, formando un paisaje característico conocido como la sabana arbolada.
En ambos tipos de estratificación, los organismos interactúan con su entorno y con otros organismos de maneras que dependen de su posición en la estructura vertical u horizontal. Esta organización permite que el ecosistema funcione de manera eficiente, ya que cada nivel o capa tiene un papel específico en el flujo de energía y los ciclos de nutrientes dentro del sistema.
2.6 Tipos de Ecosistemas
Básicamente los ecosistemas se dividen en dos grandes tipos: terrestres y acuáticos. Dentro de los acuáticos, efectivamente, se pueden distinguir dos subtipos principales: los ecosistemas marinos y los ecosistemas de agua dulce.
Los ecosistemas terrestres incluyen bosques, desiertos, praderas, tundras y otros tipos de hábitats en la superficie terrestre. Estos ecosistemas están influenciados por factores como el clima, la vegetación, el suelo y la fauna que habita en ellos.
Los ecosistemas acuáticos se dividen en marinos, que incluyen océanos, mares, arrecifes de coral y zonas costeras, y de agua dulce, que comprenden ríos, lagos, estanques y humedales. Los ecosistemas marinos están dominados por agua salada, mientras que los de agua dulce contienen muy poca sal. Ambos tipos de ecosistemas acuáticos son esenciales para la biodiversidad y tienen características específicas que los hacen únicos en términos de flora, fauna y procesos ecológicos.
Ecosistema acuático
Los ecosistemas acuáticos incluyen las aguas de los océanos y las aguas continentales dulces o saladas.
Cada uno de estos cuerpos de agua tiene estructuras y propiedades físicas particulares con relación a la luz, la temperatura, las olas, las corrientes y la composición química, así como diferentes tipos de organizaciones ecológicas y de distribución de los organismos.
Los ecosistemas acuáticos son todos aquellos ecosistemas que tienen por biotopo algún cuerpo de agua, como pueden ser: mares, océanos, ríos, lagos, pantanos, arroyos y lagunas. Los dos tipos más destacados son: los ecosistemas marinos y los ecosistemas de agua dulce. Estos últimos pueden ser lénticos (aguas de movimiento lento, incluyendo charcos, estanques y lagos); lóticos (aguas que se mueven más rápido, por ejemplo, arroyos y ríos); y humedales (áreas donde el suelo está saturado o inundado parte del tiempo).
En el mar Caribe se aprecian diferentes especies del ecosistema marino. Foto: Andrea Jimena Urbina González. CC BY-SA 4.0. Original file (4,320 × 3,240 pixels, file size: 3.17 MB).
Ecosistema marino
Los ecosistemas marinos son los ecosistemas acuáticos más grandes de la Tierra y se distinguen por existir en aguas con un alto contenido de sal. Estos sistemas contrastan con los ecosistemas de agua dulce, que en cambio, tienen menores contenidos de sal. Las aguas marinas cubren más del 70% de la superficie de la Tierra. Representan más del 97% del suministro de agua del planeta y el 90% del espacio habitable. Los ecosistemas marinos incluyen sistemas cercanos a la costa, como marismas salinas, llanuras de marea, praderas marinas, manglares, zonas intermareales, bosques de algas y arrecifes de coral. También se extienden lejos de la costa para incluir sistemas en alta mar, como el océano superficial, las aguas pelágicas, el mar profundo, los respiraderos hidrotermales y el fondo marino. Los ecosistemas marinos se caracterizan por la comunidad biológica de organismos con los que están asociados y su entorno físico. La corriente de Humboldt en Ecuador, Perú y Chile alberga el «ecosistema marino más numeroso del planeta».
Los ecosistemas marinos son los más grandes de todos los ecosistemas; incluyen los océanos, los mares y las marismas, entre otros.
- «Oceanic Institute». www.oceanicinstitute.org (en inglés). Archivado desde el original el 3 de enero de 2019.
- «Ocean Habitats and Information» (en inglés).
- «Facts and figures on marine biodiversity | United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization». www.unesco.org (en inglés). Consultado el 1 de diciembre de 2018.
- https://www.bbc.com/mundo/noticias-49682744
Esta sección es un extracto de Ecosistema marino.
La oceanografía se ocupa del estudio de estos ecosistemas. Pueden ser de dos tipos dependiendo de la luz solar que reciben:
- Fótico: Cuando recibe luz suficiente para la fotosíntesis, lo que sucede hasta los 200 m de profundidad. Ejemplos de ecosistemas de este tipo son el de playa o costero, el de plataforma continental, de mar abierto, arrecife de coral, laguna de atolón, desembocadura de río, etc.
- Afótico: Donde no llega la luz suficiente para la fotosíntesis. Como en el mar poco profundo, mar profundo, abisal, fosa oceánica y la mayor parte del fondo marino.
Ejemplo de Ecosistema acuático. Arrecife de coral en Timor. Nick Hobgood. CC BY-SA 3.0.

Tipos de ecosistemas marinos
Marismas
En geografía, una marisma es un ecosistema húmedo con plantas herbáceas que crecen en el agua. Suelen estar asociadas a estuarios o terrenos cercanos al mar, y suelen tener sustratos con fondos arenosos. El agua de una marisma puede ser marina, es decir, salada, aunque normalmente es una mezcla de agua marina y dulce, denominada salobre. Una marisma es diferente de una ciénaga, que está dominada por árboles en vez de herbáceas. Una marisma puede definirse como un terreno bajo y pantanoso que es inundado por las aguas del mar.
Las marismas son muy importantes para la vida silvestre siendo uno de los hábitats preferidos para criar una gran variedad de vida; desde diminutas algas planctónicas, hasta una abundante cantidad de flora y fauna, fundamentalmente aves.
Marisma de Florida. USGS SOFIA Kid’s page: Florida Ecosystems, Freshwater Marshes. Dominio público.
Los pantanos de agua dulce son generalmente humedales con una extensión abierta de hierbas y otras plantas parecidas a hierbas. Los pantanos de agua dulce suelen contener pocos, si es que tienen, árboles y arbustos. Los pantanos tienen agua estancada durante gran parte del año y actúan como filtros naturales. A medida que el agua fluye por el pantano, el flujo del agua se desacelera y las partículas suspendidas se sedimentan. Los animales que se encuentran en el pantano pueden incluir peces, invertebrados (animales sin columna vertebral), ranas, serpientes, caimanes, ciervos de cola blanca, el puma de Florida y otros mamíferos. Muchas aves acuáticas y aves zancudas anidan y buscan comida en los pantanos también.

Las marismas son ecosistemas acuáticos que se caracterizan por la presencia de agua estancada o de flujo muy lento, y están dominadas por vegetación herbácea o de plantas acuáticas. A diferencia de los pantanos, que suelen tener más árboles y arbustos, las marismas están formadas principalmente por hierbas, juncos y otras plantas similares, adaptadas a condiciones de alta humedad y suelos saturados de agua. Existen diferentes tipos de marismas, dependiendo de su localización, como las marismas de agua dulce, las marismas salinas y las marismas de transición, que se encuentran en las zonas costeras donde el agua salada se mezcla con el agua dulce.
Las marismas juegan un papel crucial en los ecosistemas acuáticos, ya que actúan como filtros naturales del agua. Al estar constantemente inundadas, las marismas ralentizan el flujo de agua, lo que permite que las partículas suspendidas y los contaminantes se depositen en el suelo. Este proceso contribuye a purificar el agua antes de que fluya hacia otros cuerpos de agua, como ríos y lagos. Además, las marismas ayudan a regular el nivel de agua y pueden prevenir inundaciones al absorber el exceso de agua durante las lluvias o el deshielo, liberándola lentamente.
Las marismas son zonas de gran biodiversidad. A pesar de la falta de árboles en la mayoría de ellas, estos ecosistemas albergan una amplia variedad de especies animales. En las marismas de agua dulce, es común encontrar peces, ranas, serpientes, insectos y una variedad de aves acuáticas como patos, garzas y cormoranes. Además, algunos mamíferos, como ciervos y zorros, pueden utilizar las marismas como hábitat. Las marismas salinas, por su parte, son el hogar de una variedad distinta de especies adaptadas a ambientes más salinos, incluyendo aves migratorias que utilizan estas áreas para descansar y alimentarse.
El valor ecológico de las marismas es incalculable. Además de su función como reguladores del agua y hábitats para diversas especies, las marismas son fundamentales en el ciclo del carbono. La vegetación que crece en las marismas captura y almacena grandes cantidades de dióxido de carbono, contribuyendo a la mitigación del cambio climático. Sin embargo, estos ecosistemas se encuentran amenazados por la urbanización, la agricultura y la contaminación. La pérdida de marismas no solo afecta la biodiversidad local, sino que también reduce la capacidad de estos ecosistemas para regular el agua y almacenar carbono.
En resumen, las marismas son ecosistemas acuáticos esenciales para el equilibrio ecológico. Su capacidad para filtrar el agua, regular el nivel de los cuerpos de agua y mantener la biodiversidad las convierte en una parte clave de la naturaleza. La conservación de las marismas es crucial para mantener los servicios ecosistémicos que proporcionan, que benefician tanto a la fauna como a los seres humanos.
Marismas del Oka en las inmediaciones del puerto romano de Forua. Foto: FLAVIVSAETIVS. Marismas del Oka en las inmediaciones del puerto romano de Forua, parte del Estuario del Urdaibai, donde se aprecia la dificultad para el acceso de embarcaciones ya en época romana. CC BY-SA 4.0-.Original file (4,128 × 3,096 pixels, file size: 3.98 MB).
Manglares
El manglar es un área biótica o bioma formada por árboles muy tolerantes a las sales existentes en la zona intermareal cercana a la desembocadura de cursos de agua dulce en latitudes tropicales y subtropicales. Así, entre las áreas con manglares se incluyen estuarios y zonas costeras. Tienen una gran diversidad biológica con alta productividad y en ellas se encuentran muchas especies, tanto de aves como de peces, crustáceos, moluscos y otras.
Su nombre deriva de los árboles que los forman, los mangles. El término mangle (de donde se deriva mangrove en alemán, francés e inglés) proviene probablemente de una voz caribe, arahuaca,o guaraní; y significaría árbol torcido. Normalmente se dan como barrera debido a motivos de desarrollo, cuando la costa ha sufrido una rápida erosión. También sirven de hábitat para numerosas especies y proporcionan una protección natural contra fuertes vientos, olas producidas por huracanes e incluso por maremotos.
Los manglares son biotopos (conjuntos de hábitat) tropicales y subtropicales, hábitats anfibios (con características acuáticas y terrestres), localizados en la zona intermareal (entre pleamar y bajamar), de costas protegidas o poco expuestas -golfos y ensenadas, bayous, marismas y estuarios o desembocaduras de ríos- con fondos blandos (de arenas, limos, lama o arcillas, nunca rocosos) y que reciben periódicamente agua dulce por escurrimiento. Los manglares están caracterizados por la predominancia, en un sitio dado, de unas pocas especies de una cohorte de 20 géneros y 54 especies de árboles (mangles) pertenecientes a muy diversas familias, a las cuales se asocian muchas otras especies de plantas herbáceas y leñosas; todas ellas poseen en común la propiedad de tolerar condiciones extremas de salinidad y bajas tensiones de oxígeno en aguas y suelo, para lo cual han evolucionado adaptaciones especiales fisiológicas o anatómicas.
Los manglares desempeñan una función primordial en la protección de las costas contra la erosión eólica y del oleaje. Poseen una alta productividad, alojan gran cantidad de organismos acuáticos, anfibios y terrestres; son motores generadores de vida, como hábitat de los estadios juveniles de cientos de especies de peces, moluscos y crustáceos. También son el hábitat temporal de muchas especies de aves migratorias septentrionales y meridionales.
- Real Academia Española. «mangle». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
- «Manglares de Panamá: importancia, mejores prácticas y regulaciones vigentes.» (PDF). Autoridad Nacional del Ambiente y Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (Novo Art). Primera edición: 13. 2013. Consultado el 30 de julio de 2022.
- «Manglares y ecosistemas.». Archivado desde el original el 23 de julio de 2010. Consultado el 8 de septiembre de 2010.
- «Bio-diversidad y manglares». Archivado desde el original el 6 de abril de 2010. Consultado el 13 de abril de 2010.
- Chapman, 1976, citado por Müller, 1980. El artículo mangrove, con base en dos estudios sobre manglares del mundo: Peter J. Hogarth, 1999. The Biology of Mangroves. Ox niv. Press ISBN 0-19-850222-2 y P. B.Tomlinson, 1986. The Botany of Mangroves. Cambridge Univ. Press, Cambridge.
Los manglares son árboles o arbustos que crecen en suelos con poco oxígeno cerca de las costas en latitudes tropicales o subtropicales. Son un ecosistema extremadamente productivo y complejo que conecta la tierra y el mar. Los manglares consisten en especies que no están necesariamente relacionadas entre sí y que a menudo se agrupan por las características que comparten en lugar de por similitudes genéticas. Debido a su proximidad a la costa, han desarrollado adaptaciones como la excreción de sal y la aireación de las raíces para vivir en agua salada y sin oxígeno. Los manglares a menudo se pueden reconocer por su densa maraña de raíces que actúan como protección para la costa al reducir la erosión de las marejadas ciclónicas, corrientes, olas y mareas. El ecosistema de manglares también es una fuente importante de alimento para muchas especies, además de ser excelente para secuestrar dióxido de carbono de la atmósfera con un almacenamiento global de carbono en los manglares que se estima en 34 millones de toneladas métricas por año.
- US Department of Commerce, National Oceanic and Atmospheric Administration. «What is a mangrove forest?». oceanservice.noaa.gov (en inglés estadounidense). Consultado el 21 de marzo de 2019.
- «Mangroves». Smithsonian Ocean (en inglés). Consultado el 21 de marzo de 2019.
Aspecto de un manglar en Bangladés. Autor: Überraschungsbilder y Nyenyec. Dominio Público.

El ecosistema manglar es un tipo de ecosistema costero que se desarrolla en zonas intermareales tropicales y subtropicales, donde el agua salada de los océanos se encuentra con el agua dulce de los ríos. Este ecosistema se caracteriza por la presencia de bosques de árboles adaptados a condiciones salinas y a los cambios en el nivel del agua debido a las mareas. Los manglares se encuentran en las regiones costeras de América, Asia, África y Oceanía, y son vitales tanto para la biodiversidad local como para la protección de las costas.
Los manglares están formados por una variedad de especies de árboles y arbustos que tienen adaptaciones especiales para sobrevivir en un ambiente con agua salina. Entre estas adaptaciones se encuentran las raíces aéreas, que permiten a las plantas respirar aire incluso cuando el suelo está inundado. Los árboles de manglar, como el mangle rojo, el mangle blanco y el mangle negro, son capaces de filtrar el exceso de sal del agua salada mediante sus hojas o raíces, lo que les permite prosperar en estas zonas difíciles. Las raíces también proporcionan un hábitat seguro para una gran variedad de organismos marinos, como peces, camarones, moluscos y pequeños crustáceos.
El ecosistema manglar tiene un papel fundamental en la protección de las costas. Las raíces de los árboles forman una barrera natural que ayuda a frenar la erosión costera, protegiendo las zonas cercanas de las olas, tormentas y huracanes. Además, los manglares actúan como un filtro natural, absorbiendo los contaminantes y sedimentos que llegan al mar, lo que contribuye a la mejora de la calidad del agua. Este ecosistema también es un importante sumidero de carbono, ya que los manglares capturan grandes cantidades de dióxido de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático.
En cuanto a la biodiversidad, los manglares son ecosistemas muy ricos, tanto en fauna como en flora. Muchos animales marinos utilizan los manglares como áreas de crianza y refugio. Los peces, en particular, encuentran en las raíces de los manglares un lugar ideal para alimentarse y protegerse de depredadores. También son hábitats para diversas especies de aves, como garzas y pelícanos, que anidan y se alimentan en las zonas de manglar. Por otro lado, los manglares albergan una gran variedad de invertebrados, como moluscos y crustáceos, que desempeñan un papel crucial en los ciclos de nutrientes y en la cadena alimentaria.
A pesar de su importancia ecológica, los manglares enfrentan amenazas graves debido a la actividad humana. La deforestación de manglares para la construcción de viviendas, puertos y la expansión de la agricultura ha reducido significativamente su extensión en muchas partes del mundo. La contaminación del agua y el cambio climático, que provoca la elevación del nivel del mar, también afectan la salud de estos ecosistemas. La pérdida de manglares no solo reduce la biodiversidad, sino que también aumenta la vulnerabilidad de las costas a la erosión y a los desastres naturales.
En resumen, los ecosistemas de manglar son vitales para el equilibrio ecológico de las zonas costeras. Su capacidad para proteger las costas, filtrar el agua y servir de refugio a una gran diversidad de especies los convierte en un componente esencial del medio ambiente. La conservación de los manglares es crucial para garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas costeros y para mitigar los efectos del cambio climático.
Zonas intermareales
Las zonas intermareales son áreas costeras que se encuentran entre las marcas de marea alta y marea baja, es decir, son las zonas que están expuestas al aire durante la marea baja y quedan cubiertas por agua durante la marea alta. Estas zonas son ecosistemas únicos que se caracterizan por sus condiciones extremas y cambiantes, lo que genera un entorno en el que solo pueden sobrevivir organismos especialmente adaptados. Las zonas intermareales se encuentran en la orilla de los océanos, mares y otras grandes masas de agua, y son espacios clave para la biodiversidad marina.
Una de las características más notables de las zonas intermareales es la fluctuación en el nivel del agua, que varía entre la marea baja y la marea alta. Esta variación de agua afecta no solo la cantidad de oxígeno disponible, sino también la temperatura, la salinidad y la exposición a la radiación solar. Estas fluctuaciones crean un ambiente dinámico donde los organismos deben estar adaptados para soportar períodos de exposición al aire, cambios de temperatura bruscos y condiciones de salinidad que pueden variar según la marea.
Barco varado durante la marea baja de Côtes-d’Armor, en Francia. Inisheer – Trabajo propio. Estran à Landrellec, Côtes d’Armor, France Author: Fanny Schertzer. CC BY-SA 3.0. Original file (2,560 × 1,920 pixels, file size: 2.2 MB).
Los organismos que habitan las zonas intermareales deben ser capaces de resistir condiciones de desecación durante la marea baja y la inundación durante la marea alta. Muchas especies han desarrollado adaptaciones especiales, como conchas duras, capas protectoras de mucosa o mecanismos para almacenar agua en sus tejidos. Algunos de los animales más comunes en estas áreas incluyen mejillones, percebes, cangrejos, lapas y estrellas de mar. Además, diversas especies de algas y plantas acuáticas, como las algas intermareales, cubren las rocas y las superficies sumergidas, aprovechando la exposición al sol durante la marea baja para realizar la fotosíntesis.
Las zonas intermareales tienen una gran importancia ecológica. Sirven de refugio y alimentación para muchas especies marinas, que dependen de las mareas para moverse entre áreas de alimentación y refugio. Durante la marea baja, muchas de las especies que habitan en estas zonas buscan alimentos en el lodo y las rocas expuestas. Asimismo, las zonas intermareales son un importante hábitat de cría para muchos peces y invertebrados, ya que las aguas poco profundas proporcionan protección contra depredadores y condiciones más estables para el desarrollo de las crías.
Además de su valor ecológico, las zonas intermareales también desempeñan un papel fundamental en la protección de las costas. La vegetación de las zonas intermareales ayuda a prevenir la erosión costera al reducir la fuerza de las olas y la acción del viento sobre las playas y las costas. Las zonas intermareales también actúan como filtros naturales, capturando sedimentos y contaminantes que de otro modo llegarían a mar abierto.
Detalle de la zona intermareal junto a la Torre de Belém. Lisboa (Portugal). LBM1948 – Trabajo propio. CC BY-SA 4.0. Original file (4,184 × 2,380 pixels, file size: 13.99 MB).
Sin embargo, estas áreas están siendo amenazadas por diversas actividades humanas. La urbanización costera, la contaminación del agua, el cambio climático y el aumento del nivel del mar están poniendo en peligro estos valiosos ecosistemas. La construcción de infraestructuras como puertos, carreteras y edificios cerca de la línea costera reduce el espacio disponible para las zonas intermareales y altera las condiciones naturales de las mareas. Además, el cambio climático está afectando a estas zonas, ya que el aumento de la temperatura del agua y la subida del nivel del mar podrían alterar los hábitats que dependen de estas áreas.
En resumen, las zonas intermareales son ecosistemas costeros vitales que funcionan como áreas de transición entre el mar y la tierra. Su biodiversidad y su capacidad para proteger las costas de la erosión las convierten en un componente esencial del entorno natural. Sin embargo, las amenazas derivadas de la actividad humana y el cambio climático requieren esfuerzos de conservación para preservar estos ecosistemas tan importantes para la vida marina y terrestre.
Estuarios
Los estuarios ocurren donde hay un cambio notable en la salinidad entre las fuentes de agua salada y dulce. Esto se encuentra típicamente donde los ríos se encuentran con el océano o el mar. La vida silvestre que se encuentra dentro de los estuarios es única ya que el agua en estas áreas es salobre, una mezcla de agua dulce que fluye hacia el océano y agua salada del mar. También existen otros tipos de estuarios con características similares a los estuarios salobres tradicionales. Los Grandes Lagos son un buen ejemplo. Allí, el agua del río se mezcla con el agua del lago y crea estuarios de agua dulce. Los estuarios son ecosistemas extremadamente productivos de los cuales dependen seres humanos y múltiples especies animales para diversas actividades. Esto puede verse en el hecho de ue, de las 32 ciudades más grandes del mundo, 22 están ubicadas en estuarios ya que brindan muchos beneficios ambientales y económicos, como hábitats cruciales para muchas especies y centros económicos para muchas comunidades costeras. Los estuarios también brindan servicios ecosistémicos esenciales, como filtración de agua, protección del hábitat, control de la erosión, regulación del gas, ciclo de nutrientes, e incluso brindan oportunidades de educación, recreación y turismo a las personas.
- US Department of Commerce, National Oceanic and Atmospheric Administration. «What is an estuary?». oceanservice.noaa.gov (en inglés estadounidense).
- US Department of Commerce, National Oceanic and Atmospheric Administration. «Estuaries, NOS Education Offering». oceanservice.noaa.gov (en inglés estadounidense).
- «Estuaries». www.crd.bc.ca (en inglés).
Estuario del río Klamath, California. Foto: NPS Photo – from the former park website: This link. (copy at archive.org). Estuary of the Klamath River — in Redwood National Park, California. Dominio público.
El Estuario del río Klamath, ubicado en el norte de California, es una zona costera de gran importancia ecológica y biológica. Este estuario se forma donde el río Klamath se encuentra con el océano Pacífico, creando un área de transición entre el agua dulce del río y el agua salada del mar. El estuario del río Klamath es un ecosistema diverso que alberga una variedad de especies acuáticas, como peces migratorios, crustáceos y aves, que dependen de esta zona para la alimentación, la cría y la migración. Es especialmente importante para las especies de peces migratorios como el salmón y la trucha, que utilizan el estuario como un área de descanso y alimentación durante su migración hacia el océano o el río. Además, el estuario proporciona hábitats clave para muchas especies de aves acuáticas, como garzas, patos y gaviotas. A nivel ecológico, el estuario del río Klamath desempeña un papel fundamental en la filtración del agua, la protección de las costas contra la erosión y el mantenimiento de la biodiversidad local. Sin embargo, este ecosistema enfrenta amenazas derivadas de la contaminación del agua, el cambio climático y las actividades humanas, como la construcción de presas y la alteración de los hábitats naturales, lo que pone en riesgo tanto la salud del estuario como las especies que dependen de él.

En geografía, un estuario o estero es la desembocadura, en el mar, de un río amplio y profundo donde se intercambia agua salada (marina) y agua dulce (fluvial), debido a las mareas. La desembocadura del estuario está formada por un solo brazo ancho en forma de embudo ensanchado. Suele tener playas a ambos lados, en las que la retirada de las aguas permite el crecimiento de algunas especies vegetales que soportan aguas salinas. En resumen, es el accidente geográfico que se genera cuando el agua dulce se mezcla con el agua salada.
Los estuarios se originan por la entrada de aguas marinas durante la pleamar, que contienen las aguas del río, mientras que durante la bajamar, todas las aguas comienzan a entrar a gran velocidad en el mar u océano, lo que contribuye a limpiar y profundizar su cauce, dejando a menudo, grandes zonas de marismas a los lados.
Las mareas de mayor amplitud en el mundo tienen lugar en los estuarios del noroeste de Francia y, sobre todo, en la costa oriental del Canadá (bahía de Fundy, unos 16 metros). El río Rance (Francia) tiene un sistema de producción hidroeléctrica que usa la fuerza de las mareas en el estuario de su desembocadura, tanto con la pleamar como en la bajamar. Los ecosistemas de los estuarios suelen caracterizarse por una alta productividad biológica y por su gran biodiversidad.
Estuario del río Massa, en el corazón del Parque Nacional de Souss-Massa, Marruecos. Jimfbleak. CC BY-SA 3.0. Original file (1,002 × 649 pixels, file size: 207 KB).
El estuario del río Massa se encuentra en el corazón del Parque Nacional de Souss-Massa, en el suroeste de Marruecos, y es una de las áreas más importantes para la biodiversidad del país. Este estuario, donde las aguas del río Massa se mezclan con las aguas del océano Atlántico, crea un ecosistema único caracterizado por una rica diversidad de hábitats que incluyen marismas, playas, dunas y zonas de agua dulce. La ubicación geográfica de este estuario, en una zona intermedia entre el desierto y el mar, lo convierte en un punto de gran valor ecológico tanto para la fauna como para la flora.
Uno de los principales atractivos ecológicos del estuario del río Massa es su relevancia como hábitat para diversas especies de aves migratorias. Es un lugar clave para las aves acuáticas que migran entre Europa y África, y alberga importantes colonias de aves como flamencos, garzas y cigüeñas. Las marismas y las áreas de humedales del estuario proporcionan refugio y alimento durante las migraciones, lo que lo convierte en un destino importante para los observadores de aves y un sitio fundamental para la conservación de las aves migratorias.
El estuario también tiene una rica biodiversidad marina, con especies de peces, invertebrados y crustáceos que habitan sus aguas salinas y de agua dulce. La mezcla de aguas dulces del río y salinas del océano crea un ambiente de transición donde muchas especies encuentran las condiciones adecuadas para su desarrollo y crecimiento. Los hábitats acuáticos del estuario también sirven de zona de cría para especies pesqueras de gran valor económico, lo que lo convierte en un ecosistema vital para la industria pesquera local.
Además de su importancia biológica, el estuario del río Massa y su entorno natural desempeñan funciones ecológicas clave. Actúa como un filtro natural de agua, absorbiendo los sedimentos y contaminantes antes de que lleguen al mar. También protege la costa de la erosión y las tormentas, actuando como una barrera natural que estabiliza las dunas y previene el avance de las aguas salinas hacia las tierras agrícolas cercanas. El Parque Nacional de Souss-Massa, donde se encuentra este estuario, es una de las áreas protegidas más importantes de Marruecos. El parque fue creado con el objetivo de conservar la biodiversidad única de la región y proteger los ecosistemas frágiles de la zona. A pesar de su valor ecológico, el estuario enfrenta amenazas derivadas de la actividad humana, como la contaminación del agua, la urbanización costera y el cambio climático, que afectan la calidad del hábitat y la biodiversidad local.
La sobreexplotación de los recursos pesqueros y la degradación de los humedales también representan desafíos importantes para la conservación de este ecosistema.
En resumen, el estuario del río Massa, dentro del Parque Nacional de Souss-Massa, es un ecosistema costero de gran importancia para la biodiversidad de Marruecos. Su riqueza en especies de flora y fauna, su papel en la protección de la costa y su función en la regulación del ciclo del agua lo convierten en un área de conservación fundamental. La protección de este estuario es esencial no solo para preservar su biodiversidad, sino también para mantener los servicios ecosistémicos que proporciona a las comunidades locales y a la naturaleza en general.
Los estuarios en la zona ecuatorial son muy escasos, incluso en los océanos, debido a la baja amplitud de las mareas y a la gran cantidad de sedimentos que arrastran los ríos. Es así como las desembocaduras del Níger, el Amazonas, el Orinoco y muchos otros ríos próximos al ecuador terrestre son deltas en vez de estuarios.
Un ejemplo de estuario es el mar de la Paja, la parte final y más ancha del río Tajo, en cuya margen se sitúa la ciudad de Lisboa. El estuario más grande del planeta es el formado, en un caso bastante atípico, por el río Paraná: después de un delta de 320 km de extensión, junto al Río Uruguay, forman un estuario de más de 230 km de ancho, considerado desde la conquista europea como un curso independiente, el Río de la Plata, actual frontera entre Argentina y Uruguay.
La mayoría de los estuarios existentes se formaron durante el Holoceno con la inundación de valles erosionados por ríos o glaciares cuando el nivel del mar empezó a subir hace unos 10.000-12.000 años. Los estuarios suelen clasificarse según sus características geomorfológicas o según los patrones de circulación del agua. Pueden recibir muchos nombres diferentes, como bahías, puertos, lagunas o ensenadas , aunque algunas de estas masas de agua no se ajustan estrictamente a la definición anterior de estuario y podrían ser totalmente salinas.
Muchos estuarios sufren degeneración por diversos factores, como la erosión del suelo, la deforestación, el pastoreo excesivo, la sobrepesca y el relleno de humedales. La eutrofización puede deberse a un exceso de nutrientes procedentes de aguas residuales y desechos animales; a contaminantes como metales pesados, bifenilos policlorados, radionúclidos e hidrocarburos procedentes de aguas residuales; y a la construcción de diques o presas para controlar las inundaciones o desviar el agua.
Como ya se ha dicho, los estuarios se presentan en los océanos, donde el efecto de las mareas puede ser más intenso. En cambio, en los mares donde su menor extensión limita la acción de las mareas, predominan las desembocaduras en forma de delta, como sucede en los ríos Nilo, Po, Ebro, Misisipi, Mackenzie, Yukon, Lena, Obi, Amur y muchos otros. En este caso el agua fluvial se presenta como un obstáculo a la penetración del agua del mar, por lo que los sedimentos arrastrados por el río pueden acumularse formando flechas o barras litorales, que pueden encerrar lagunas costeras y, por supuesto, formar deltas.
- Real Academia Española. «estuario». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
- Wolanski, E. (2007). Ecohidrología estuarina. Ámsterdam: Elsevier. ISBN 978-0-444-53066-0.
- Silva, Sergio; Lowry, Maran; Macaya-Solis, Consuelo; Byatt, Barry; Lucas, Martyn C. (2017). «¿Pueden utilizarse las esclusas de navegación para ayudar a los peces migratorios con escaso rendimiento natatorio a pasar los diques de marea? Una prueba con lampreas». Ecological Engineering 102: 291-302.
El estuario del río Tajo en su desembocadura, visto desde Lisboa. Autor:? Juntas. CC BY-SA 3.0. Original file (1,993 × 1,495 pixels, file size: 433 KB).
El estuario del río Tajo, ubicado en su desembocadura en la región de Lisboa, Portugal, es una de las áreas naturales más significativas del país debido a su ubicación estratégica y la rica biodiversidad que alberga. Este estuario es el resultado de la confluencia de las aguas del río Tajo con las del océano Atlántico, creando un ecosistema único en el que coexisten hábitats de agua dulce, salobre y marina. Su amplia extensión, que abarca tanto zonas costeras como marinas, es hogar de una gran diversidad de especies animales y vegetales, convirtiéndolo en un sitio clave para la conservación y la biodiversidad en la región.
El estuario del río Tajo es particularmente importante para la fauna avícola, ya que sirve de hábitat y zona de descanso para numerosas aves migratorias que viajan entre Europa y África. En particular, el estuario es un lugar de paso para muchas especies de aves acuáticas, como flamencos, garzas, patos y cigüeñas, que se detienen en las marismas y en los estuarios para alimentarse y descansar. Este fenómeno es esencial para las aves que necesitan áreas de descanso y de abastecimiento de alimentos durante su migración, ya que les permite continuar su viaje con mayor energía y en condiciones más seguras.
El estuario del Tajo también alberga una gran diversidad de especies marinas y acuáticas. Las aguas salinas y de agua dulce permiten que tanto especies de agua dulce como marinas coexistan en este ecosistema único. Se pueden encontrar numerosos peces, moluscos y crustáceos que viven y se reproducen en estas aguas. Además, las praderas de angiospermas marinas y las áreas de marismas son importantes para el desarrollo y la supervivencia de muchas especies juveniles de peces, que encuentran en estos hábitats las condiciones necesarias para crecer y desarrollarse antes de migrar hacia aguas más profundas del océano.
Desde un punto de vista ecológico, el estuario del río Tajo desempeña un papel fundamental en la filtración natural de agua. Las marismas y los humedales actúan como filtros, absorbiendo los nutrientes y los contaminantes antes de que lleguen al mar abierto. Este proceso mejora la calidad del agua, lo que beneficia tanto a los ecosistemas acuáticos como a las comunidades humanas que dependen de estos recursos hídricos. Además, las zonas de humedales y marismas ayudan a reducir el impacto de las olas y la erosión costera, actuando como una barrera natural que protege las costas cercanas.
El estuario también tiene una gran importancia económica para la región de Lisboa y sus alrededores. Las actividades pesqueras, como la captura de mariscos, pescados y otros recursos acuáticos, dependen en gran medida de la biodiversidad de este ecosistema. El estuario es también un lugar turístico popular, no solo por su belleza natural, sino también por su valor cultural e histórico, ya que Lisboa ha sido un puerto clave desde tiempos romanos, y el estuario ha desempeñado un papel central en la historia del comercio y la navegación.
Sin embargo, el estuario del río Tajo enfrenta diversas amenazas derivadas de la actividad humana. La contaminación de las aguas, el desarrollo urbano a lo largo de la costa y la sobreexplotación de los recursos pesqueros han afectado negativamente a la salud del ecosistema. La urbanización de áreas cercanas al estuario ha reducido los hábitats naturales, mientras que el cambio climático, que puede alterar los niveles de agua y la temperatura, presenta nuevos retos para la supervivencia de muchas especies.
En resumen, el estuario del río Tajo es un ecosistema costero de gran importancia ecológica, económica y cultural. Su biodiversidad, su capacidad para proteger la costa y su rol en la regulación del agua hacen de este estuario una pieza clave del medio ambiente en la región de Lisboa. La conservación de este espacio natural es esencial para mantener sus funciones ecológicas y garantizar el bienestar de las especies que dependen de él, así como para asegurar la continuidad de las actividades humanas que se desarrollan en sus alrededores.
Por qué son importantes los estuarios de los rios como ecosistemas biológicos?
Los estuarios de los ríos son ecosistemas biológicos de vital importancia debido a sus características únicas y las funciones que cumplen en los sistemas naturales y humanos. A continuación, te detallo algunas razones clave:
1. Alta Biodiversidad
Los estuarios son zonas de transición entre ambientes de agua dulce y salada, lo que crea un gradiente único de salinidad que da lugar a una gran variedad de hábitats. Esto favorece la coexistencia de especies tanto marinas como de agua dulce, así como especies específicas de estos ambientes, incrementando la biodiversidad.
2. Criaderos Naturales
Muchas especies de peces, crustáceos y moluscos utilizan los estuarios como áreas de reproducción, cría y desarrollo juvenil. Los nutrientes aportados por el río y el mar generan un entorno rico y protegido que favorece el crecimiento de las especies jóvenes.
3. Filtración y Purificación del Agua
Los estuarios actúan como filtros naturales. Las plantas y los sedimentos retienen contaminantes, como metales pesados y pesticidas, reduciendo su impacto en los océanos y mejorando la calidad del agua.
4. Control de Inundaciones y Erosión
La vegetación de los estuarios, como los manglares y las marismas, ayuda a estabilizar los suelos y amortiguar el impacto de las olas, mareas y tormentas, protegiendo las zonas costeras de la erosión y las inundaciones.
5. Alta Productividad Primaria
Los estuarios son uno de los ecosistemas más productivos del mundo. La mezcla de nutrientes del agua dulce y salada favorece el crecimiento de fitoplancton, macroalgas y plantas, que son la base de complejas cadenas tróficas.
6. Conexión entre Ecosistemas
Funcionan como corredores ecológicos, conectando ríos y mares, y permiten el intercambio de energía y materia entre estos ambientes. Esto es crucial para especies migratorias como algunas aves y peces.
7. Importancia Económica
Los estuarios sostienen actividades como la pesca, la acuicultura y el turismo. Además, su riqueza biológica y sus funciones ecológicas tienen un impacto indirecto en la economía al proteger infraestructuras costeras y mantener recursos naturales.
8. Mitigación del Cambio Climático
Algunos estuarios contienen ecosistemas ricos en carbono azul, como los manglares y marismas, que son altamente efectivos en el almacenamiento de dióxido de carbono, contribuyendo a mitigar el cambio climático.
9. Refugio para la Fauna
En tiempos de estrés ambiental, como tormentas o cambios estacionales, los estuarios proporcionan refugio y alimento a muchas especies, incluidas aves migratorias.
En resumen, los estuarios son ecosistemas clave para la salud ambiental del planeta y para el bienestar humano, actuando como puntos de conexión y sostenibilidad entre la tierra y el océano. Su conservación es esencial para mantener el equilibrio ecológico global.
Implicaciones para la vida marina de los estuarios
Los estuarios son sistemas increíblemente dinámicos, en los que la temperatura, la salinidad, la turbidez, la profundidad y el caudal cambian diariamente en respuesta a las mareas. Este dinamismo hace que los estuarios sean hábitats muy productivos, pero también dificulta la supervivencia de muchas especies durante todo el año. Como resultado los estuarios grandes y pequeños experimentan una fuerte variación estacional en sus comunidades de peces. En invierno la comunidad de peces está dominada por residentes marinos resistentes, y en verano una variedad de peces marinos y anádromos entran y salen de los estuarios, capitalizando su alta productividad. Los estuarios proporcionan un hábitat crítico a una variedad de especies que dependen de ellos para completar su ciclo vital. Se sabe que el arenque del Pacífico (Clupea pallasii) desova en estuarios y bahías, que la mojarra desova en estuarios, que los juveniles de peces planos y de roca migran a los estuarios para criarse y que anádromos salmónidos y lampreas utilizan los estuarios como corredores migratorios.
Asimismo poblaciones de aves migratorias, como la aguja colinegra, dependen de los estuarios.
Dos de los principales retos de la vida en los estuarios son la variabilidad de la salinidad y la sedimentación. Muchas especies de peces e invertebrados tienen varios métodos para controlar o adaptarse a los cambios en las concentraciones de sal y se denominan osmoconformadores y osmorreguladores. Muchos animales también se entierran para evitar la depredación y vivir en un medio sedimentario más estable. Sin embargo se encuentran un gran número de bacterias dentro del sedimento, que tiene una demanda de oxígeno muy alta. Esto reduce los niveles de oxígeno dentro del sedimento, lo que a menudo da lugar a condiciones parcialmente anóxicas, que pueden verse agravadas por un flujo de agua limitado.
El fitoplancton es el principal productor primario de los estuarios. Se mueven con las masas de agua y pueden entrar y salir con las mareas. Su productividad depende en gran medida de la turbidez del agua. Los principales fitoplancton presentes son las diatomeas y los dinoflagelados, que abundan en el sedimento.
Es importante recordar que una fuente primaria de alimento para muchos organismos de los estuarios, incluidas las bacterias, son los detritus procedentes del asentamiento de la sedimentación.
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Ría de Mogro en Cantabria (España), donde la barra de arena cierra parcialmente la desembocadura del río Pas al mar Cantábrico. Estos estuarios son comunes en costas con mucho sedimento, siendo sistemas particularmente sensibles a los cambios en el flujo de sedimentos y el nivel del mar. Foto: David Ceballos (Flikr.com/photos). CC BY 2.0. Original file (4,128 × 2,680 pixels, file size: 7.62 MB).
La ría de Mogro, ubicada en la región de Cantabria en el norte de España, es un estuario notable por su configuración geográfica y su importancia ecológica. Este estuario se forma en la desembocadura del río Pas, donde el agua dulce del río se encuentra con las aguas salinas del mar Cantábrico. Lo que distingue a la ría de Mogro es la presencia de una barra de arena que cierra parcialmente la desembocadura del río, lo que crea un área de aguas más tranquilas y someras. Estas características hacen que el estuario sea un ecosistema único con una gran variedad de hábitats tanto terrestres como acuáticos.
Este tipo de estuario es común en las costas con un alto contenido de sedimentos, ya que las corrientes marinas y fluviales transportan materiales orgánicos e inorgánicos que, al acumularse en la desembocadura, forman las barras de arena. La ría de Mogro es, por tanto, un sistema especialmente sensible a los cambios en el flujo de sedimentos, ya que cualquier alteración en este flujo puede afectar la estabilidad de la barra de arena y, por ende, el equilibrio del ecosistema estuarino. Asimismo, el nivel del mar juega un papel fundamental en la dinámica de la ría, ya que cualquier variación en el nivel del agua puede modificar las condiciones de salinidad y la extensión de las zonas intermareales, afectando directamente a las especies que habitan en la zona.
La biodiversidad de la ría de Mogro es notable debido a las condiciones particulares que ofrece este ecosistema. Las aguas someras y protegidas de la ría proporcionan un refugio ideal para diversas especies de flora y fauna. En las zonas intermareales y en los estuarios, se pueden encontrar diferentes tipos de vegetación acuática, como plantas halófitas, que están adaptadas a los cambios en la salinidad. Además, la ría es un hábitat crucial para muchas especies de aves migratorias que utilizan el estuario como lugar de descanso y alimentación durante sus viajes. Entre las especies más comunes se encuentran flamencos, garzas, patos y cormoranes, que encuentran en la ría una fuente abundante de alimento y un lugar seguro para reproducirse.
Los ecosistemas acuáticos de la ría de Mogro también son hogar de una variedad de especies marinas, como peces, moluscos y crustáceos, que se benefician de las aguas tranquilas y ricas en nutrientes que ofrece el estuario. La zona es particularmente importante para especies de peces juveniles, que utilizan los estuarios como áreas de cría y crecimiento antes de adentrarse en el mar abierto. Además, la presencia de sedimentos en el agua favorece la proliferación de organismos bentónicos, que a su vez sirven como alimento para muchas de las especies de peces y aves presentes en el estuario.
Además de su biodiversidad, la ría de Mogro desempeña un papel crucial en el ecosistema regional. Actúa como un filtro natural que retiene sedimentos y contaminantes antes de que lleguen al mar abierto, lo que contribuye a la mejora de la calidad del agua en la costa. Las marismas y las zonas de vegetación acuática también ayudan a proteger la costa de la erosión, ya que actúan como barreras naturales que reducen el impacto de las olas y las tormentas. Estas funciones ecológicas son esenciales no solo para la conservación de la biodiversidad, sino también para la protección de las comunidades humanas cercanas.
A pesar de su importancia, el estuario de la ría de Mogro enfrenta diversas amenazas derivadas de la actividad humana. La urbanización costera y la construcción de infraestructuras cercanas a la desembocadura del río pueden alterar el flujo natural de sedimentos y afectar la estabilidad de la barra de arena que protege la ría. Además, la contaminación del agua, proveniente de la agricultura, la industria y las actividades urbanas, puede afectar la calidad del agua y la salud del ecosistema. El cambio climático, con sus efectos sobre el nivel del mar y las condiciones climáticas, también representa una amenaza para la ría y sus especies.
En resumen, la ría de Mogro es un estuario de gran valor ecológico, no solo por su biodiversidad, sino también por los servicios ecosistémicos que proporciona, como la protección costera, la filtración de agua y la provisión de hábitats para especies migratorias. La conservación de este ecosistema es fundamental para garantizar la sostenibilidad de sus funciones ecológicas y proteger las especies que dependen de él. Es necesario tomar medidas para preservar la calidad del agua y mantener el equilibrio natural del estuario frente a las amenazas derivadas de la actividad humana y el cambio climático.
Impacto humano sobre los estuarios
De las treinta y dos ciudades más grandes del mundo a principios de la década de 1990, veintidós estaban situadas en estuarios.
Como ecosistemas, los estuarios están amenazados por actividades humanas como la contaminación y la sobrepesca. También están amenazados por las aguas residuales, los asentamientos costeros, el desmonte de tierras y mucho más. Los estuarios se ven afectados por sucesos ocurridos aguas arriba y concentran materiales como contaminantes y sedimentos. La escorrentía y los residuos industriales, agrícolas y domésticos entran en los ríos y se vierten en los estuarios. Pueden introducirse contaminantes que no se desintegran rápidamente en el medio marino, como plásticos, pesticidas, furanos, dioxinas, fenoles y metales pesados.
Estas toxinas pueden acumularse en los tejidos de muchas especies acuáticas en un proceso denominado bioacumulación. También se acumulan en entornos bentónicos, como estuarios y lodos de bahía: un registro geológico de las actividades humanas del último siglo. La composición elemental del biofilm refleja las zonas del estuario impactadas por las actividades humanas, y con el tiempo puede cambiar la composición básica del ecosistema, y los cambios reversibles o irreversibles en las partes abióticas y bióticas de los sistemas de abajo hacia arriba.
Por ejemplo, la contaminación industrial china y rusa, como los fenoles y los metales pesados, ha devastado las poblaciones de peces del río Amur y dañado el suelo de su estuario.
Los estuarios tienden a ser naturalmente eutróficos porque la escorrentía terrestre vierte nutrientes en los estuarios. Con las actividades humanas, la escorrentía terrestre también incluye ahora los numerosos productos químicos utilizados como fertilizantes en la agricultura, así como los desechos del ganado y de los seres humanos. El exceso de productos químicos que agotan el oxígeno en el agua puede provocar hipoxia y la creación de zonas muertas. Esto puede provocar una reducción de la calidad del agua y de las poblaciones de peces y otros animales. También se produce sobrepesca. La bahía de Chesapeake tuvo en su día una floreciente población de ostras que casi ha desaparecido debido a la sobrepesca. Las ostras filtran estos contaminantes y los ingieren o les dan forma de pequeños paquetes que se depositan en el fondo, donde son inocuos. Históricamente, las ostras filtraban todo el volumen de agua del estuario del exceso de nutrientes cada tres o cuatro días. Hoy ese proceso dura casi un año y los sedimentos, nutrientes y algas pueden causar problemas en las aguas locales.
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- – Información, Tipos, animales del bioma estuario.
Lagunas costeras
Las lagunas son áreas que están separadas de cuerpos de agua más grandes por barreras naturales como arrecifes de coral o bancos de arena. Hay dos tipos de lagunas, lagunas costeras y oceánicas, llamadas atolones. Una laguna costera es, como su nombre indica, un cuerpo de agua que está separado del océano por una barrera. Una laguna oceánica u atolón es un arrecife de coral circular o varias islas de coral que rodean una laguna. Las lagunas de los atolones suelen ser mucho más profundas que las costeras. La mayoría de las lagunas son muy poco profundas, lo que significa que se ven muy afectadas por cambios en las precipitaciones, la evaporación y el viento. Esto significa que la salinidad y la temperatura son muy variables en las lagunas y que pueden tener agua que varía de dulce a hipersalina. Las lagunas se pueden encontrar en las costas de todo el mundo, en todos los continentes excepto en la Antártida y es un hábitat extremadamente diverso que alberga una amplia gama de especies, incluidas aves, peces, cangrejos, plancton y otras. Las lagunas también son importantes para la economía, ya que proporcionan una amplia gama de servicios ecosistémicos, además de ser el hogar de muchas especies diferentes. Algunos de estos servicios incluyen pesca, ciclo de nutrientes, protección contra inundaciones, filtración de agua y usos tradicionales.
Una laguna costera, en geografía física, es una laguna o cualquier cuerpo de aguas poco profundas que está separado de las aguas profundas marinas por una barrera, bien sea una isla barrera, un cordón litoral, un banco de arena de origen marino, un escollo coralino o algún accidente similar, teniendo una comunicación con el mar permanente o efímera pero protegida de las fuerzas del mar por algún tipo de barrera. Por extensión, al sector de agua encerrado detrás de una barrera de coral o de las islas barrera o al que está encerrado en un atolón también se les llama laguna costera. Existe una superposición entre los cuerpos de agua clasificados como lagunas costeras y los cuerpos de agua clasificados como estuarios. Las lagunas son accidentes costeros comunes en muchas partes del mundo.
La palabra castellana laguna deriva del Latín lacūna, y se refería a las aguas alrededor de Venecia, la Laguna de Venecia. En cuanto al anglicismo lagoon, está atestiguado en inglés al menos desde 1612, y fue anglicanizado a «lagune» en 1673. En 1697 William Dampier se refirió a una «Lagune o lago de agua salada» en la costa de México. Capitán James Cook describió una isla «de forma ovalada con una laguna en medio» en 1769.
Laguna costera se refiere tanto a las lagunas costeras formadas por la acumulación de bancos de arena y arrecifes a lo largo de las costas de aguas poco profundas, como a las lagunas interiores que se forman en los atolones, formadas por el crecimiento de los arrecifes de coral y el hundimiento lento de las islas centrales. Cuando se usa para distinguir una parte de los ecosistemas de arrecifes de coral, el término laguna costera es sinónimo de arrecife trasero, que es más comúnmente utilizado por los científicos para referirse a esa zona.
Kara Bogaz Gol, una laguna costera en Turkmenistán. Foto: NASA. Esta fuente/link. Kara-Bogaz Gol and Caspian Sea, Turkmenistan – September/October 1995. Dominio público.
Kara Bogaz Gol es una gran laguna costera situada en la región de Turkmenistán, a orillas del mar de Caspio. Es un ecosistema único que ha atraído la atención de científicos y ecologistas debido a su singularidad geográfica y ecológica. Esta laguna, que se extiende por una vasta área, está separada del mar de Caspio por una estrecha franja de tierra, lo que crea un entorno cerrado que le otorga características propias. La salinidad de sus aguas es alta, lo que le da una peculiaridad especial en comparación con otros cuerpos de agua cercanos.
Kara Bogaz Gol se formó a partir de la interacción entre los flujos de agua provenientes del mar de Caspio y los ríos cercanos que descargan sus aguas en la laguna. Su conexión con el mar se ha visto modificada a lo largo del tiempo debido a diversos factores, entre ellos la actividad humana y las variaciones naturales en el flujo de agua. A lo largo de las últimas décadas, la laguna ha experimentado fluctuaciones en su tamaño y salinidad debido a las alteraciones en los caudales de los ríos y la evaporación del agua.
Una de las características más destacadas de Kara Bogaz Gol es su alta salinidad, que varía en función de las estaciones del año. La evaporación es especialmente intensa durante los meses más cálidos, lo que provoca un aumento en la concentración de sal en sus aguas. Este fenómeno genera un ecosistema donde solo unas pocas especies de plantas y animales pueden sobrevivir, especialmente aquellas adaptadas a condiciones de salinidad extrema. Entre las especies de flora presentes en la laguna se encuentran plantas halófitas que están adaptadas a los cambios en la salinidad. En cuanto a la fauna, la laguna alberga una variedad de organismos acuáticos, aunque la diversidad biológica es más limitada debido a las duras condiciones ambientales.
Kara Bogaz Gol también es importante por su rol en el ciclo natural de la región, ya que actúa como un sistema de control de las aguas del mar de Caspio. Al ser una laguna cerrada, sus aguas contribuyen a regular los niveles de agua del mar en función de las precipitaciones, la evaporación y las entradas de agua dulce provenientes de los ríos cercanos. Además, la laguna desempeña un papel crucial en la retención de sedimentos, lo que ayuda a prevenir la erosión de las costas circundantes.
La laguna también tiene importancia económica, aunque está limitada en cuanto a su uso. Históricamente, Kara Bogaz Gol fue un lugar de actividad pesquera, especialmente en sus primeros años de exploración. Sin embargo, debido a su salinidad extrema y a las fluctuaciones en el nivel de agua, la pesca en la laguna se ha visto afectada. A pesar de esto, sigue siendo una zona de interés para la investigación científica y la observación de aves, ya que es un hábitat para varias especies migratorias que utilizan la laguna como zona de descanso durante sus trayectos.
Sin embargo, Kara Bogaz Gol enfrenta amenazas ambientales debido a la intervención humana. La construcción de infraestructuras en la región, como canales y embalses, ha alterado el flujo de agua hacia la laguna, lo que ha afectado la salinidad y el tamaño del cuerpo de agua. Además, la sobreexplotación de los recursos hídricos en la región y el cambio climático son factores que podrían afectar la estabilidad del ecosistema de la laguna en el futuro. El aumento de la salinidad debido a la evaporación y la reducción de los caudales de agua dulce representan desafíos para la supervivencia de muchas especies que habitan la zona.
En resumen, Kara Bogaz Gol es una laguna costera de gran relevancia ecológica, tanto por su singularidad como por su papel en el equilibrio ambiental de la región. Su alta salinidad y las condiciones extremas de su ecosistema lo convierten en un lugar fascinante para la investigación científica, aunque también lo hacen vulnerable a los impactos de la actividad humana y el cambio climático. La preservación de este ecosistema es fundamental para mantener sus funciones ecológicas y proteger la biodiversidad adaptada a estas condiciones tan específicas.
Las lagunas son masas de agua poco profundas, a menudo alargadas, separadas de una masa de agua mayor por un banco poco profundo o expuesto, un arrecife de coral o un elemento similar. Algunas autoridades incluyen las masas de agua dulce en la definición de «laguna», mientras que otras restringen explícitamente el término «laguna» a las masas de agua con cierto grado de salinidad. La distinción entre «laguna» y «estuario» también varía según las autoridades. Richard A. Davis Jr. restringe el término «laguna» a las masas de agua con poca o ninguna entrada de agua dulce y poco o ningún flujo mareal, y denomina «estuario» a cualquier bahía que reciba un flujo regular de agua dulce. Davis afirma que los términos «laguna» y «estuario» se aplican «a menudo de forma imprecisa, incluso en la literatura científica». Timothy M. Kusky caracteriza las lagunas como normalmente alargadas paralelas a la costa, mientras que los estuarios suelen ser valles fluviales ahogados, alargados perpendiculares a la costa. Las lagunas costeras se clasifican como masas de agua continentales.
Cuando se utiliza en el contexto de una porción distintiva de los ecosistemas de arrecifes de coral, el término «laguna» es sinónimo del término «arrecife trasero» o «backreef», que es más comúnmente utilizado por los científicos de arrecifes de coral para referirse a la misma zona.
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Mar Menor, en España. Foto: Nioger. Islas Perdiguera y Mayor. CC BY-SA 3.0. Original file (1,051 × 848 pixels, file size: 237 KB).
El Mar Menor es una laguna costera salada situada en la región de Murcia, en el sureste de España, y constituye uno de los ecosistemas más singulares e importantes del Mediterráneo. Se encuentra separada del mar Mediterráneo por La Manga, una franja de tierra de aproximadamente 22 kilómetros de longitud y entre 100 y 1.200 metros de ancho, que la aísla parcialmente del océano abierto, formando un espacio de aguas tranquilas y con características únicas. Este enclave natural abarca una superficie aproximada de 135 kilómetros cuadrados, con una profundidad media de 4 a 6 metros, y es conocido por su riqueza biológica, su importancia cultural y su relevancia económica.
El Mar Menor tiene un ecosistema peculiar debido a su salinidad elevada, mayor que la del Mediterráneo, y sus aguas cálidas, que proporcionan un hábitat ideal para numerosas especies de flora y fauna. Entre las especies que habitan este espacio destacan peces como el mújol, el caballito de mar, la dorada y la lubina, así como una amplia diversidad de crustáceos, moluscos y aves acuáticas. Las praderas de fanerógamas marinas, como la Cymodocea nodosa, desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio ecológico, ya que estabilizan los sedimentos, mejoran la calidad del agua y proporcionan refugio y alimento a muchas especies.
Desde una perspectiva económica y social, el Mar Menor es una fuente de recursos para las comunidades locales. La pesca artesanal ha sido una actividad tradicional en la región durante siglos, contribuyendo tanto a la economía como a la identidad cultural de los municipios ribereños. Además, la laguna es un importante destino turístico debido a sus playas de aguas tranquilas, ideales para actividades recreativas como el baño, la navegación, el windsurf y el buceo. El turismo ha impulsado el desarrollo de infraestructuras y servicios, convirtiendo al Mar Menor en un motor económico para Murcia.
Sin embargo, este valioso ecosistema enfrenta graves amenazas debido a la actividad humana y el cambio climático. Entre los problemas más destacados se encuentra la contaminación causada por el vertido de nitratos y fosfatos provenientes de la agricultura intensiva en el Campo de Cartagena. Estos nutrientes llegan a la laguna a través de escorrentías y el acuífero subterráneo, provocando procesos de eutrofización que generan la proliferación de algas, la disminución del oxígeno en el agua y la muerte masiva de fauna marina. La urbanización descontrolada y el aumento de infraestructuras turísticas también han contribuido a la degradación del ecosistema al alterar los flujos naturales de agua y reducir la calidad del entorno.
El cambio climático añade un desafío adicional al Mar Menor, ya que el aumento del nivel del mar, las temperaturas más altas y los episodios de lluvias torrenciales intensifican los problemas existentes. La entrada de agua salada desde el Mediterráneo durante las tormentas y los eventos extremos afecta la salinidad y altera el equilibrio ecológico de la laguna. Estas presiones combinadas han generado una creciente preocupación tanto a nivel local como nacional, impulsando iniciativas para proteger y restaurar este ecosistema único.
En los últimos años, se han desarrollado diversas medidas para abordar los problemas del Mar Menor, como la implementación de zonas de amortiguamiento agrícola, la reducción del uso de fertilizantes y la mejora en la gestión de residuos. También se han llevado a cabo campañas de sensibilización para involucrar a las comunidades locales y a los turistas en la conservación de la laguna. Sin embargo, muchos expertos coinciden en que se necesitan políticas más estrictas y un enfoque integral que combine la protección del medio ambiente con el desarrollo sostenible.
En resumen, el Mar Menor es un tesoro natural de enorme valor ecológico, económico y cultural que enfrenta serias amenazas derivadas de la actividad humana y el cambio climático. Su conservación requiere un esfuerzo coordinado entre las autoridades, los científicos, las comunidades locales y los visitantes para garantizar que este singular ecosistema pueda mantenerse funcional y saludable para las generaciones futuras. La preservación del Mar Menor no solo es crucial para Murcia, sino también para la biodiversidad y el equilibrio ambiental del Mediterráneo.
Las lagunas costeras son cuerpos de agua salada o salobre situados en zonas costeras, separadas del mar abierto por barreras naturales como islas, dunas de arena, arrecifes o bancos de sedimentos. Son ecosistemas únicos que combinan características de ambientes marinos y terrestres, creando un hábitat rico en biodiversidad y con una alta productividad biológica. Estos sistemas se encuentran en todo el mundo y tienen una importancia ecológica, económica y cultural significativa.
Una de las principales características de las lagunas costeras es su conexión variable con el mar, que puede ser permanente, temporal o intermitente. Esta conexión determina la salinidad del agua, que puede variar desde condiciones casi marinas hasta completamente salobres o incluso dulces, dependiendo del intercambio de agua con el océano y de las aportaciones de ríos, arroyos o precipitaciones. La salinidad fluctúa también debido a la evaporación, que puede ser intensa en climas cálidos y áridos. Estas variaciones crean un ambiente dinámico en el que muchas especies deben adaptarse a cambios frecuentes en las condiciones del agua.
Las lagunas costeras suelen presentar una zonificación clara en sus ecosistemas, con áreas que van desde aguas abiertas hasta marismas, manglares o pastos marinos. Esta diversidad de hábitats permite la coexistencia de una gran variedad de flora y fauna. En sus aguas abiertas habitan peces, crustáceos y moluscos, muchos de los cuales tienen un alto valor comercial. En los márgenes y zonas poco profundas se encuentran plantas halófitas y fanerógamas marinas, esenciales para la estabilidad del ecosistema, ya que fijan los sedimentos y previenen la erosión. Además, las lagunas costeras son refugios para aves migratorias que utilizan estos entornos como áreas de alimentación, descanso y reproducción.
El papel ecológico de las lagunas costeras es crucial. Funcionan como zonas de amortiguación entre el mar y la tierra, protegiendo las costas de la erosión y mitigando los efectos de tormentas y marejadas. Además, actúan como filtros naturales, ya que retienen sedimentos y contaminantes transportados por los ríos antes de que lleguen al mar. Esta capacidad de depuración mejora la calidad del agua en las áreas circundantes. También son áreas de alta productividad primaria debido a la presencia de nutrientes que se acumulan en sus aguas y sedimentos, lo que favorece el crecimiento de algas y plantas acuáticas.
Desde una perspectiva económica, las lagunas costeras son recursos valiosos para las comunidades humanas. Su biodiversidad sustenta actividades como la pesca, la acuicultura y el turismo. Las pesquerías en estas áreas son especialmente importantes porque muchas especies de peces y mariscos utilizan las lagunas como criaderos antes de migrar al mar abierto. Por otro lado, el turismo ecológico y las actividades recreativas, como la observación de aves y deportes acuáticos, generan ingresos significativos y promueven la conservación de estos ecosistemas.
Paisajes de lagunas costeras alrededor de la isla de Hiddensee cerca de Stralsund, Alemania. Se pueden encontrar muchas lagunas costeras similares alrededor del Parque nacional de la laguna de Pomerania Occidental. Foto: Klugschnacker. Las imágenes fueron tomadas por mí durante un vuelo panorámico de una hora desde el aeropuerto de Güttin el 21 de mayo de 2011. La descripción de la imagen se encuentra en el nombre del archivo. Capturadas con una Nikon D5000 a través de la ventanilla lateral del avión. CC BY-SA 3.0. Original file (4,288 × 2,413 pixels, file size: 5.75 MB).
Las lagunas costeras alrededor de la isla de Hiddensee, cerca de Stralsund en Alemania, forman parte de uno de los paisajes más distintivos y ecológicamente significativos del norte de Europa. Estas lagunas están integradas en el Parque Nacional de la Laguna de Pomerania Occidental, una extensa área protegida que abarca una red de humedales, marismas, dunas, playas y bosques costeros situados a lo largo de la costa del mar Báltico. Este parque nacional, establecido en 1990, es reconocido por su diversidad biológica y su papel crucial en la protección de ecosistemas costeros únicos.
Las lagunas costeras en esta región son cuerpos de agua poco profundos y salobres que se encuentran separadas del mar Báltico por finas barreras de arena y formaciones de dunas. Estas lagunas, conocidas localmente como «Bodden», tienen características únicas debido a su mezcla de agua dulce y salada, creada por el intercambio limitado con el mar a través de estrechas conexiones y la influencia de los ríos que desembocan en ellas. Este fenómeno genera un hábitat de transición donde conviven especies tanto de agua dulce como marina, lo que incrementa significativamente la biodiversidad.
El paisaje alrededor de Hiddensee y sus lagunas es un refugio para una gran variedad de especies de flora y fauna. Las aguas poco profundas de las lagunas son ricas en nutrientes y sirven como áreas de alimentación, reproducción y descanso para muchas especies de peces, aves acuáticas y mamíferos marinos. Durante las migraciones estacionales, estas lagunas son particularmente importantes para aves como gansos, cisnes, patos y grullas, que se detienen aquí para alimentarse y descansar antes de continuar su viaje. También se pueden encontrar mamíferos como focas en las áreas más tranquilas y protegidas.
La vegetación que rodea las lagunas es igualmente notable. Incluye comunidades de juncos, praderas salinas y bosques costeros que desempeñan un papel esencial en la estabilización del suelo y la filtración del agua. Estas plantas son clave para la salud del ecosistema, ya que ayudan a prevenir la erosión y mejoran la calidad del agua al retener sedimentos y nutrientes. La flora y fauna del parque nacional están protegidas, y se realizan esfuerzos constantes para conservar los hábitats naturales y promover la regeneración de áreas degradadas.
El Parque Nacional de la Laguna de Pomerania Occidental y las lagunas de Hiddensee también tienen un importante valor cultural y recreativo. La isla de Hiddensee es conocida por su belleza escénica y su tranquilidad, lo que la convierte en un destino popular para turistas que buscan disfrutar de la naturaleza. Actividades como la observación de aves, el senderismo, el ciclismo y los paseos en barco son comunes en la región, y muchas de ellas están organizadas de manera sostenible para minimizar el impacto ambiental. Además, la pesca artesanal sigue siendo una actividad tradicional en la zona, aunque regulada para proteger los recursos marinos.
Sin embargo, al igual que otros ecosistemas costeros, estas lagunas enfrentan desafíos significativos debido a las actividades humanas y al cambio climático. La contaminación por nutrientes provenientes de la agricultura y las áreas urbanas circundantes puede conducir a la eutrofización, afectando negativamente la calidad del agua y la biodiversidad. El aumento del nivel del mar y los cambios en los patrones climáticos también representan amenazas para la estabilidad de las lagunas y los hábitats asociados. La erosión costera y la intrusión de agua salada son problemas crecientes que requieren atención y manejo activo.
En respuesta a estas amenazas, las autoridades del parque y diversas organizaciones han implementado medidas de conservación que incluyen la restauración de hábitats, la regulación del turismo y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles en las áreas adyacentes. Además, se realizan programas de monitoreo científico para comprender mejor los cambios en el ecosistema y desarrollar estrategias efectivas para su protección.
En resumen, las lagunas costeras alrededor de la isla de Hiddensee son un ejemplo destacado de la riqueza y complejidad de los ecosistemas costeros del mar Báltico. Su valor ecológico, cultural y económico las convierte en un recurso natural de gran importancia, y su conservación es esencial para mantener el equilibrio ambiental y la biodiversidad de la región. Estos paisajes únicos no solo son un refugio para innumerables especies, sino también un testimonio de la interacción armoniosa entre la naturaleza y las comunidades humanas que dependen de ella.
Sin embargo, las lagunas costeras enfrentan múltiples amenazas derivadas de la actividad humana. La urbanización y el desarrollo costero pueden alterar los flujos naturales de agua y sedimentos, afectando la dinámica del ecosistema. La contaminación por residuos agrícolas, industriales y urbanos representa un riesgo importante, ya que el exceso de nutrientes puede provocar la eutrofización, un proceso que reduce los niveles de oxígeno en el agua y perjudica la vida acuática. Además, el cambio climático, con su impacto en el nivel del mar y los patrones de precipitación, pone en peligro la estabilidad de estos sistemas, especialmente aquellos situados en regiones bajas y vulnerables a la inundación.
En términos de conservación, es fundamental proteger las lagunas costeras debido a su valor ecológico y económico. Esto requiere enfoques integrados de manejo que consideren la conexión entre los ecosistemas terrestres, acuáticos y marinos. Las estrategias deben incluir la regulación del desarrollo costero, la reducción de la contaminación y la restauración de hábitats degradados. Además, es importante involucrar a las comunidades locales en los esfuerzos de conservación, ya que su conocimiento y participación son esenciales para garantizar la sostenibilidad de estos sistemas.
En resumen, las lagunas costeras son ecosistemas vitales que ofrecen una combinación única de biodiversidad, servicios ecológicos y beneficios económicos. Su equilibrio depende de la interacción entre factores naturales y humanos, lo que hace necesario adoptar medidas de manejo sostenible para preservar su integridad y funcionalidad. Estas áreas no solo son refugios para una gran diversidad de especies, sino también pilares para el bienestar de las comunidades humanas que dependen de sus recursos. La conservación de las lagunas costeras es, por tanto, una prioridad global que exige un compromiso conjunto de gobiernos, científicos y sociedad civil.
Lagunas costeras más grandes
- Lagunas de Nueva Caledonia: 24 km² (9,3 mi²)
- Lago de Maracaibo: 13 512 km² (5217,0 mi²)
- Lagoa dos Patos: 10,1 km (6,3 mi)
- Laguna de Mayotte: ~1,5 km (0,9 mi)
- Laguna de Rangiroa: 1,446 km (0,9 mi)
- Laguna de Marovo: 700 km (435 mi)
- Mar Menor: 170 km² (65,6 mi²), la mayor de Europa.
Regulación
En la Unión Europea, el hábitat de las lagunas costeras está clasificado y amparado por la Directiva 92/43/CEE relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres (Directiva sobre hábitats). Además, numerosas especies de aves se reproducen en las lagunas costeras. Por ello, muchas lagunas también están protegidas en virtud de la Directiva 2009/147/CE relativa a la conservación de las aves (Directiva Aves).
Algunas de las laguras costeras
Glenrock Lagoon en Australia. Athol Mullen. CC BY-SA 3.0. Original file (2,592 × 1,944 pixels, file size: 1.39 MB).
Glenrock Lagoon es una pintoresca laguna costera ubicada cerca de Newcastle, en Nueva Gales del Sur, Australia. Este ecosistema único forma parte del Parque Estatal Glenrock y está rodeado de una combinación de paisajes naturales que incluyen bosques, dunas y zonas de matorrales, lo que lo convierte en un lugar de gran valor ecológico y recreativo. La laguna se conecta al océano Pacífico a través de un estrecho canal y recibe agua dulce de pequeños arroyos que la alimentan, creando un ambiente estuarino de gran biodiversidad.
La flora y fauna que rodean Glenrock Lagoon son variadas e incluyen una mezcla de especies terrestres y acuáticas. Los márgenes de la laguna están cubiertos de vegetación típica de humedales, como juncos y manglares, que proporcionan refugio y alimento a una amplia gama de animales. Es un lugar importante para aves acuáticas y migratorias, así como para peces y otros organismos marinos que utilizan la laguna como área de cría y alimentación. En los bosques y matorrales cercanos también habitan mamíferos, reptiles y una rica variedad de insectos.
Además de su valor ecológico, Glenrock Lagoon es un destino popular para actividades recreativas como el senderismo, el ciclismo, el picnic y la observación de la naturaleza. El Parque Estatal Glenrock cuenta con senderos que ofrecen vistas panorámicas de la laguna y el océano, atrayendo tanto a locales como a turistas. También se pueden realizar actividades acuáticas como el kayak, aunque con regulaciones para proteger el delicado equilibrio del ecosistema.
Sin embargo, Glenrock Lagoon enfrenta desafíos ambientales derivados de la actividad humana, como la contaminación de los arroyos que la alimentan y la presión del desarrollo urbano en las áreas circundantes. Para mitigar estos problemas, se han implementado esfuerzos de conservación que incluyen la restauración de hábitats degradados, el control de especies invasoras y programas de educación ambiental para sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de preservar este ecosistema.
En resumen, Glenrock Lagoon es un espacio natural de gran belleza y valor ecológico en la región de Nueva Gales del Sur. Su combinación de paisajes costeros y biodiversidad única, junto con su importancia para el esparcimiento humano, lo convierten en un lugar emblemático que merece ser protegido y disfrutado de manera sostenible.
Laguna de los Patos en Brasil. NASA/GSFC/LaRC/JPL, MISR Team. Este link. Dominio público. Original file (1,084 × 1,300 pixels, file size: 792 KB).
La Laguna de los Patos es una de las lagunas más grandes de América del Sur y se encuentra en el estado de Río Grande del Sur, en el sur de Brasil. Esta vasta extensión de agua, con una longitud de aproximadamente 280 kilómetros y un ancho promedio de 60 kilómetros, es un ecosistema único que combina características de una laguna costera y un estuario. Está separada del océano Atlántico por una estrecha barra de arena conocida como la Restinga de la Laguna de los Patos, pero mantiene una conexión con el mar a través del canal de São Gonçalo, lo que le confiere un carácter salobre en ciertas áreas.
La laguna es alimentada por varios ríos, siendo los más importantes el río Jacuí y el río Camaquã. Su mezcla de aguas dulces y saladas crea un entorno ideal para una rica biodiversidad, incluyendo peces, aves acuáticas y mamíferos. Es un área clave para la pesca comercial y artesanal, especialmente para especies como el camarón y el lenguado. Las aves migratorias también encuentran en la laguna un lugar esencial para descansar y alimentarse durante sus largos viajes.
Además de su importancia ecológica, la Laguna de los Patos tiene un valor económico y cultural significativo. Su entorno ha sido históricamente utilizado para la navegación, el comercio y la agricultura en las áreas cercanas. Las ciudades de Porto Alegre y Pelotas, ubicadas en sus márgenes, han crecido con una fuerte conexión con este cuerpo de agua, aprovechando su potencial para actividades económicas y recreativas.
Sin embargo, la laguna enfrenta desafíos ambientales como la contaminación por desechos industriales y agrícolas, la pérdida de hábitats naturales y la presión del desarrollo urbano en sus alrededores. Para abordar estos problemas, se han implementado medidas de conservación y proyectos de manejo sostenible que buscan equilibrar las necesidades humanas con la protección del ecosistema.
En síntesis, la Laguna de los Patos es un recurso natural de gran relevancia en Brasil, tanto por su riqueza ambiental como por su impacto cultural y económico. Su preservación es crucial para garantizar la salud del ecosistema y el bienestar de las comunidades que dependen de ella.
Laguna Comprida en las islas Azores. Original file (1,154 × 778 pixels, file size: 128 KB). Martin Herbst. CC BY-SA 2.0 de.
La Laguna Comprida, ubicada en la isla de Flores, en las Azores, es uno de los paisajes más emblemáticos de este archipiélago portugués en el Atlántico. Esta laguna, cuyo nombre significa «laguna larga» en portugués, se encuentra dentro de un área de gran riqueza natural, rodeada por montañas y vegetación exuberante que caracteriza a las islas Azores. Forma parte de un conjunto de lagunas volcánicas que se distribuyen en la isla, todas ellas creadas a partir de la actividad geológica que dio origen al archipiélago. Su forma alargada y sus aguas cristalinas destacan en un entorno de prados verdes y acantilados.
La Laguna Comprida es alimentada por la lluvia y por pequeñas corrientes que descienden desde las montañas circundantes. Su ubicación en el cráter de un antiguo volcán extinto le confiere un carácter singular, ya que se encuentra rodeada de paredes escarpadas que la protegen y la aíslan. Este ecosistema lacustre alberga una flora y fauna típicas de las Azores, incluyendo especies de plantas endémicas y aves que utilizan el área como hábitat y lugar de descanso. Además, su importancia ecológica es notable, ya que contribuye a la regulación del microclima local y al mantenimiento de la biodiversidad en la isla de Flores.
El acceso a la Laguna Comprida y sus alrededores es limitado, lo que ha ayudado a preservar su estado natural y a protegerla del impacto humano. Sin embargo, es un destino popular para aquellos que buscan disfrutar de la belleza natural de las Azores. Los visitantes pueden explorar senderos que ofrecen vistas espectaculares de la laguna y el paisaje circundante. Estas rutas también conectan con otras lagunas cercanas, como la Laguna Negra, lo que permite descubrir más de los encantos naturales de la isla.
En términos de conservación, la Laguna Comprida forma parte de la Red Natura 2000, un conjunto de áreas protegidas en la Unión Europea designadas para preservar la biodiversidad y los hábitats naturales. Las medidas de protección incluyen la regulación del turismo y la promoción de actividades sostenibles que no interfieran con el equilibrio ecológico de la zona. También se llevan a cabo programas de monitoreo para estudiar el impacto del cambio climático y otros factores ambientales que puedan afectar la laguna y sus ecosistemas asociados.
La Laguna Comprida es un lugar de extraordinaria belleza y valor ecológico en las Azores. Su entorno volcánico, su biodiversidad única y su importancia como recurso natural y turístico la convierten en un tesoro para la isla de Flores y para el archipiélago en general. La preservación de este lugar es esencial no solo para proteger su singularidad, sino también para garantizar que las generaciones futuras puedan disfrutar de su magia y contribuir a la conservación del patrimonio natural de las Azores.
Laguna de Venecia , vista desde el Landsat 7. Foto: AlMare. Dominio Público.
La laguna de Venecia (del italiano: laguna di Venezia o laguna Veneta) es una laguna costera salada localizada en el norte del mar Adriático. La ciudad de Venecia está en el interior de la laguna, a 4 km de tierra firme y a 2 km del mar abierto, construida sobre 118 pequeñas islas separadas por 160 canales y unidas por más de 400 puentes.
En 1987, Venecia y su laguna fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Se trata de una masa de agua salobre inscrita en unas dimensiones aproximadas de 50 km de longitud por unos 15 de anchura. La profundidad media de la laguna es bastante escasa y en la mayoría de las zonas no sobrepasa los 2 metros de profundidad. La superficie de la laguna es de aproximadamente 550 km², de los cuales el 8 % está ocupada por tierra —Venecia misma y otras pequeñas islas—. Aproximadamente el 11 % de la superficie de la laguna está ocupado permanentemente por agua, o por canales dragados. El 89 % restante son llanuras de fango y pantanos de agua salada.
Está conectada al mar Adriático por tres bocas: Lido, Malamocco y Chioggia (se pronuncia Quiot-ya). Estando localizada en un extremo cerrado del mar, la laguna está sujeta a grandes variaciones del nivel del agua, producida por las mareas y por los vientos, la más vistosa de las cuales es la marea de otoño-primavera, conocida como acqua alta, la que inunda regularmente gran parte de Venecia.
La laguna, originalmente, sirvió como protección a las poblaciones romanas en fuga de los invasores bárbaros en el siglo VI, y propició el crecimiento de la República de Venecia y de su imperio marítimo. Aún hoy da una base para un puerto marítimo, el Arsenal de Venecia y para actividades pesqueras, además de una reserva limitada de caza y para actividades de piscicultura.
Originalmente muchas de las 130 islas de la laguna eran pantanosas, pero gradualmente han sido drenadas y rellenadas para volverlas habitables. Muchas de las islas menores son enteramente artificiales, mientras que algunas áreas alrededor del puerto de Mestre son islas saneadas. Una parte importante de las islas restantes son en la práctica dunas, incluyendo las de la franja limítrofe con el mar (Lido, Pellestrina y Treporti). Al noreste se encuentra la Laguna de Grado, considerada su gemela.
Venecia y el Puerto de Lido vistos desde el aire. Foto: Didier Descouens. CC BY-SA 4.0. Original file (7,280 × 4,120 pixels, file size: 24.27 MB).
La laguna de Venecia, ubicada en el noreste de Italia, es un ecosistema costero único y uno de los paisajes más emblemáticos del mundo. Esta laguna, que abarca aproximadamente 550 kilómetros cuadrados, incluye un complejo sistema de islas, canales y humedales, siendo el hogar de la famosa ciudad de Venecia, así como de otros pequeños asentamientos. La laguna está separada del mar Adriático por una serie de estrechos bancos de arena conocidos como «lidi», que actúan como barreras naturales entre la laguna y el mar abierto, dejando solo unas pocas entradas estrechas para la comunicación de las aguas.
El origen de la laguna se remonta a hace unos 6000 años, cuando los cambios en el nivel del mar y los aportes sedimentarios de los ríos que desembocan en la región dieron lugar a esta vasta extensión de aguas someras. La interacción entre el agua dulce de los ríos y el agua salada del Adriático ha creado un entorno estuarino único, con una gran diversidad ecológica. La laguna de Venecia es un ejemplo clásico de un ecosistema dinámico que equilibra las fuerzas naturales y la actividad humana, siendo este último un factor determinante en su evolución histórica.
Desde el punto de vista ecológico, la laguna alberga una rica biodiversidad. Está compuesta por marismas, canales, bancos de arena y pequeños humedales, que proporcionan hábitats esenciales para una variedad de especies de aves, peces y otros organismos. En particular, es un lugar crucial para aves migratorias y especies que dependen de los humedales para su reproducción y alimentación. Sin embargo, esta diversidad también enfrenta desafíos significativos debido a la presión humana, como la contaminación, la sobrepesca y los efectos del cambio climático.
La laguna tiene una importancia histórica y cultural inigualable, ya que ha sido el hogar de Venecia, una ciudad que ha prosperado como un centro de comercio y cultura durante siglos. Los habitantes de Venecia han desarrollado técnicas innovadoras para adaptarse a las condiciones de la laguna, incluyendo la construcción de su ciudad sobre pilares de madera y la creación de una compleja red de canales para la navegación. Estas soluciones han permitido que la ciudad florezca en un entorno que, de otro modo, sería inhóspito. A pesar de su esplendor, Venecia y la laguna enfrentan serios riesgos debido al fenómeno conocido como «acqua alta», inundaciones periódicas causadas por mareas altas y el hundimiento gradual del terreno, exacerbado por el aumento del nivel del mar.
Para mitigar estos problemas, se han implementado proyectos de ingeniería a gran escala, como el sistema MOSE, que consiste en barreras móviles diseñadas para proteger la laguna y la ciudad de Venecia de las mareas extremas. Aunque este sistema ha generado controversia por su costo y su impacto ambiental, representa un esfuerzo significativo para preservar uno de los lugares más icónicos del mundo.
En términos de turismo, la laguna de Venecia es un destino de renombre mundial, atrayendo a millones de visitantes cada año. Sin embargo, este flujo constante de turistas también representa un desafío, ya que pone una enorme presión sobre los ecosistemas frágiles de la laguna y sobre la infraestructura de la ciudad. Como resultado, se han tomado medidas para gestionar el turismo de manera sostenible, incluyendo regulaciones para limitar el número de visitantes y proteger las áreas más sensibles de la laguna.
En conclusión, la laguna de Venecia es mucho más que el escenario de una ciudad famosa; es un ecosistema complejo y un testimonio de la interacción entre la naturaleza y la humanidad. Su conservación es crucial tanto para proteger su rica biodiversidad como para garantizar que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de su belleza única y su legado cultural. Los esfuerzos para equilibrar las necesidades humanas con la protección del medio ambiente serán fundamentales para el futuro de este extraordinario lugar.
Laguna de Szczecin vista del Landsat c. 2000. Foto: NASA Landsat – NASA. Dominio público. Original file (1,024 × 768 pixels, file size: 201 KB).
La Laguna de Szczecin, también conocida como Stettiner Haff en alemán, es un extenso cuerpo de agua situado en Europa Central, compartido entre Polonia y Alemania. Se encuentra conectada al mar Báltico a través de tres estrechos: el Peenestrom, el Świna y el Dziwna. La laguna cubre una superficie de aproximadamente 687 kilómetros cuadrados, de los cuales dos tercios pertenecen a Polonia y el resto a Alemania. Su profundidad promedio es de 3.8 metros, lo que la convierte en una laguna relativamente poco profunda, ideal para diversas formas de vida acuática y actividades humanas.
La laguna se alimenta principalmente del río Oder, uno de los principales cursos de agua de Europa Central, así como de otros afluentes menores. Este flujo constante de agua dulce se mezcla con las aguas salobres del mar Báltico, creando un ecosistema único con características estuarinas. Este entorno favorece una biodiversidad rica y diversa, que incluye numerosas especies de peces, aves acuáticas y plantas, muchas de las cuales dependen de las condiciones específicas de la laguna para su supervivencia.
La Laguna de Szczecin tiene una importancia ecológica destacada. Es un lugar crucial para aves migratorias, ya que actúa como un punto de descanso y alimentación durante sus largos viajes entre el norte y el sur de Europa. Además, alberga hábitats importantes para especies protegidas, como algunas variedades de gansos y patos, lo que ha llevado a su designación como un área protegida bajo la Red Natura 2000 en la Unión Europea. La laguna también es un lugar de cría para varias especies de peces, que encuentran en sus aguas someras y su vegetación acuática un entorno ideal para reproducirse.
Históricamente, la Laguna de Szczecin ha sido de gran importancia para el comercio y la navegación. Su ubicación estratégica ha hecho de ella un centro de transporte clave, conectando las redes fluviales del interior de Europa con el mar Báltico. Szczecin, la ciudad portuaria que lleva su nombre, ha sido un centro comercial desde la Edad Media y continúa siendo un puerto importante en la actualidad. La laguna también desempeña un papel en la economía local, proporcionando recursos para la pesca, la agricultura y el turismo.
A pesar de su valor, la Laguna de Szczecin enfrenta desafíos significativos relacionados con la actividad humana y los cambios ambientales. La contaminación de los ríos que desembocan en la laguna, principalmente el Oder, ha tenido un impacto negativo en su calidad del agua y en su ecosistema. Además, el desarrollo urbano y agrícola en las áreas circundantes ha alterado los hábitats naturales y ha contribuido al aumento de sedimentos y nutrientes en la laguna, lo que a menudo provoca problemas como la eutrofización. Este proceso, que resulta en un crecimiento excesivo de algas, puede afectar negativamente la biodiversidad y los usos humanos de la laguna.
Para abordar estos problemas, se han implementado medidas de conservación y manejo sostenible. Proyectos de monitoreo del agua, programas para reducir la contaminación y la creación de áreas protegidas son algunos de los esfuerzos realizados para preservar la laguna. También se han promovido actividades turísticas sostenibles, como el ecoturismo, para fomentar la conciencia sobre la importancia de este ecosistema y su protección.
La Laguna de Szczecin es un ecosistema de gran relevancia ecológica, económica e histórica en Europa Central. Su biodiversidad única y su papel en las actividades humanas hacen de ella un lugar invaluable, pero también vulnerable. Los esfuerzos continuos para equilibrar el desarrollo humano con la conservación del medio ambiente serán cruciales para garantizar el futuro sostenible de este importante cuerpo de agua compartido entre Polonia y Alemania.
Laguna del Vístula y los Curios en el mar Báltico.
La Laguna del Vístula es un extenso cuerpo de agua salobre situado en la costa sur del mar Báltico, compartido entre Polonia y Rusia. Cubre una superficie de aproximadamente 838 kilómetros cuadrados, de los cuales el 56% pertenece a Polonia y el resto a la región de Kaliningrado en Rusia. Está separada del mar Báltico por una estrecha franja de tierra conocida como el Cordón del Vístula, un accidente geográfico de origen arenoso que desempeña un papel fundamental en la configuración del ecosistema lagunar. Esta laguna se conecta al mar Báltico a través del estrecho de Baltiysk en el lado ruso, que permite el intercambio de agua y actúa como un canal de navegación clave para la región.
Desde un punto de vista ecológico, la Laguna del Vístula es un ecosistema dinámico y único que combina características de un ambiente marino y de agua dulce. Su salinidad varía dependiendo de la proximidad al mar y del aporte de agua dulce de los ríos que desembocan en ella, como el Nogat, el Pregolya y otros afluentes menores. Esto crea un hábitat diverso que alberga una rica biodiversidad. La laguna es especialmente importante para aves acuáticas, que utilizan sus aguas y humedales circundantes como áreas de reproducción, alimentación y descanso durante sus migraciones. También es hogar de numerosas especies de peces, incluidos lucios, carpas y anguilas, que son esenciales tanto para la ecología como para la economía local.
Históricamente, la Laguna del Vístula ha desempeñado un papel crucial en el comercio y la navegación. Su ubicación estratégica ha convertido a sus aguas en una importante vía de transporte desde la Edad Media, facilitando el comercio entre el interior de Europa y las ciudades portuarias del Báltico. Hoy en día, sigue siendo un punto clave para el transporte de mercancías, especialmente a través del puerto de Kaliningrado, y para la pesca, que es una actividad económica tradicional en la región.
El Cordón del Vístula, la barrera de arena que separa la laguna del mar, es una característica geográfica fascinante y de gran valor ecológico. Este cordón, que se extiende por unos 65 kilómetros, está compuesto por dunas, bosques y playas. Sirve como una barrera natural que protege la laguna de las condiciones del mar abierto, al tiempo que alberga hábitats críticos para flora y fauna, incluidos varios tipos de aves marinas y terrestres. Sin embargo, esta franja de tierra es extremadamente vulnerable a los cambios climáticos y a las actividades humanas, como el turismo masivo y la construcción.
Por otro lado, el Curión del Vístula es otro cordón arenoso, mucho más largo, que separa la Laguna del Curón del mar Báltico, localizada más al norte. Este cordón, compartido entre Lituania y Rusia, tiene aproximadamente 98 kilómetros de longitud y es una de las formaciones geográficas más notables del mar Báltico. Se caracteriza por sus impresionantes dunas de arena, algunas de las cuales alcanzan alturas significativas, siendo uno de los paisajes más emblemáticos de la región. Al igual que el Cordón del Vístula, el Curión del Vístula es un hábitat crítico para muchas especies y está protegido como un sitio de patrimonio mundial de la UNESCO debido a su importancia ecológica y cultural.
Ambas lagunas y sus cordones asociados enfrentan desafíos significativos relacionados con la actividad humana y el cambio climático. La contaminación de los ríos, el desarrollo urbano, la presión del turismo y la erosión costera son problemas comunes que afectan a estos ecosistemas.
Además, el aumento del nivel del mar y las tormentas cada vez más intensas representan una amenaza creciente para la integridad de los cordones de arena y las lagunas que protegen. Para abordar estos problemas, se han implementado programas de conservación y manejo sostenible, como la restauración de hábitats y la promoción de prácticas turísticas responsables.
La Laguna del Vístula y el Curión del Vístula son ecosistemas únicos que combinan belleza natural, biodiversidad y una rica historia cultural. Su conservación es esencial no solo para preservar su valor ecológico, sino también para mantener su papel en la vida económica y social de las comunidades locales. La colaboración internacional entre Polonia, Rusia y Lituania será clave para garantizar la protección y el uso sostenible de estos importantes paisajes costeros en el futuro.
Las lagunas de Kiritimati
Casi la mitad de la superficie de Kiritimati está cubierta con lagunas costeras, algunos de agua dulce y algunos de agua de mar.
Kiritimati, denominada en ocasiones como Christmas, es una isla del océano Pacífico de origen coralino que constituye el atolón con mayor superficie de tierra firme en el mundo y que pertenece a la República de Kiribati. Está situada al norte del archipiélago de las islas de la Línea o Espóradas Ecuatoriales. La isla tiene una superficie de 642 kilómetros cuadrados. Conforma el 70 % del área total de tierra de la nación de Kiribati, la cual está compuesta por 33 atolones.
Kiritimati tiene un perímetro de alrededor de 150 km. Partes de su laguna se secaron. Además de la isla principal, existen también otras más pequeñas.
Kiritimati es el primer lugar habitado sobre la Tierra en recibir el Año Nuevo (véase Isla Caroline). No obstante, desde 2011 comparte esta característica con Samoa y Tokelau, al quedar estos dos territorios encuadrados en el mismo huso horario tras la decisión de sus gobiernos de adelantar en un día su hora.
Las lagunas de Kiritimati se encuentran en el atolón de Kiritimati, la isla más grande del archipiélago de Kiribati, en el Pacífico central. Kiribati es una nación insular compuesta por 33 islas dispersas, y Kiritimati, también conocida como Isla Christmas, es una de sus islas más prominentes. El atolón de Kiritimati está ubicado a unos 2,400 kilómetros al noreste de Fiji y a unos 5,300 kilómetros de la costa este de Australia, siendo una de las islas más grandes del mundo en términos de superficie terrestre. Las lagunas de Kiritimati son uno de los ecosistemas más destacados de esta isla y tienen un papel crucial en la biodiversidad local y regional.Las lagunas de Kiritimati son cuerpos de agua salada de gran tamaño que se distribuyen a lo largo del atolón. Estas lagunas están rodeadas por una barrera de arrecifes coralinos y se comunican con el océano abierto a través de canales estrechos. El agua de las lagunas es cálida y rica en nutrientes, lo que favorece un ecosistema diverso y saludable. Las aguas interiores de las lagunas son de salinidad variable debido a la influencia de las mareas y la mezcla con el agua del océano, lo que crea condiciones ideales para una gran variedad de especies marinas.Casi la mitad de la superficie de Kiritimati está cubierta con lagunas costeras, algunos de agua dulce y algunos de agua de mar.Foto: NASA-. Este enlace. Dominio público. Original file (1,748 × 1,389 pixels, file size: 247 KB).
El ecosistema de las lagunas de Kiritimati alberga una gran cantidad de flora y fauna. Entre las especies más destacadas se encuentran diversas variedades de peces, invertebrados marinos como corales y moluscos, y aves migratorias que se encuentran en la isla durante sus travesías entre Asia y Australia. Las aguas de las lagunas son especialmente importantes para la reproducción de varias especies de peces, lo que contribuye a la sostenibilidad de las poblaciones marinas locales. Además, las lagunas son un hábitat crucial para diversas especies de aves marinas, incluidas especies endémicas y amenazadas que encuentran en las islas de Kiritimati un lugar seguro para anidar.
Además de su importancia ecológica, las lagunas de Kiritimati tienen relevancia para las comunidades locales y la cultura de Kiribati. La pesca es una actividad fundamental para la economía de los habitantes de las islas, y las lagunas proporcionan recursos valiosos para la subsistencia de las personas que viven en la isla. Sin embargo, el desarrollo humano y las amenazas del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y la acidificación de los océanos, ponen en riesgo la salud de estos ecosistemas delicados. La erosión costera y la contaminación también representan desafíos significativos para la conservación de las lagunas de Kiritimati y sus hábitats asociados.
En términos de conservación, las lagunas de Kiritimati y el atolón en su conjunto han sido objeto de iniciativas de protección. A pesar de su importancia ecológica, las islas de Kiribati enfrentan desafíos económicos y sociales, por lo que la gestión sostenible de sus recursos naturales es clave para el bienestar de la población local. Existen esfuerzos tanto a nivel nacional como internacional para proteger estos ecosistemas y mitigar los impactos del cambio climático, incluyendo la creación de áreas marinas protegidas y el fortalecimiento de las políticas de conservación ambiental.
Las lagunas de Kiritimati son un ecosistema marino único que forma parte de la biodiversidad rica y diversa de Kiribati. Su importancia para la fauna marina, la pesca local y la conservación de especies es incuestionable, pero también enfrentan graves amenazas debido a factores ambientales y humanos. La preservación de estos ecosistemas será esencial para garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales en la región y el bienestar de las generaciones futuras de Kiribati.
Arrecifes de coral
Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas marinos más conocidos del mundo, siendo el más grande la Gran Barrera de Coral. Estos arrecifes están compuestos por grandes colonias de coral de una variedad de especies que viven juntas. Los corales forman múltiples relaciones simbióticas con los organismos que los rodean.
«Corals and Coral Reefs» (en inglés). 12 de septiembre de 2012.
Un arrecife de coral, escollo coralino o arrecife coralino es una estructura subacuática hecha del carbonato de calcio secretado por corales. Es un tipo de arrecife biótico formado por colonias de corales pétreos, que generalmente viven en aguas marinas que contienen pocos nutrientes. Los corales pétreos son animales marinos que constan de pólipos, agrupados en varias formas según la especie, y que se parecen a las anémonas de mar, con las que están emparentados. A diferencia de las anémonas de mar, los pólipos coralinos del orden Scleractinia secretan exoesqueletos de carbonato que apoyan y protegen a sus cuerpos. Los arrecifes de coral crecen mejor en aguas cálidas, poco profundas, claras, soleadas y agitadas.
A menudo los arrecifes de coral son llamados «selvas del mar», ya que forman uno de los ecosistemas más diversos de la Tierra. Aunque ocupan menos del 0,1 % de la superficie total de los océanos, equivalente a la mitad de la superficie de Francia, son el hábitat de 25 % de todas las especies marinas, incluyendo peces, moluscos, gusanos, crustáceos, equinodermos, esponjas, tunicados y otros cnidarios.
Paradójicamente, los arrecifes de coral prosperan a pesar de estar rodeados por aguas oceánicas que proporcionan pocos nutrientes. Son más comúnmente encontrados en aguas tropicales poco profundas, pero también existen, en menor escala, corales de aguas profundas y corales de aguas frías en otras zonas.
Por su situación estratégica entre la costa y el mar abierto, los arrecifes sirven de barrera que protege a los manglares y las praderas de hierbas marinas contra los embates del oleaje; los manglares y praderas de hierbas, a su vez, protegen al arrecife contra la sedimentación y sirven como áreas de reproducción y crianza para muchas de las especies que forman parte del ecosistema del arrecife.
Los arrecifes de coral proporcionan servicios del ecosistema para el turismo como el buceo, la pesca y la protección del litoral. El valor económico total anual de los arrecifes de coral se ha estimado en US$ 375 mil millones. Sin embargo, los arrecifes de coral son ecosistemas frágiles, en parte porque son muy sensibles a cambios de temperatura del agua. Están en peligro por el cambio climático provocado por los gases efecto invernadero, acumulación de plásticos y desechos marinos, la acidificación de los océanos por la actividad costera que incluye la pesca con explosivos, pesca con cianuro para acuarios, uso excesivo de los recursos de los arrecifes, y usos perjudiciales de la tierra, incluyendo escorrentía agrícola y urbana, y contaminación del agua.
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Ver el texto completo: Fuente: Arrecifes de coral (Wikipedia)
Una estrella de mar azul (Linckia laevigata) descansando sobre corales duros Acropora y Porites (también se pueden observar peces de la subfamilia Anthiinae y crinoideos). Lighthouse, Ribbon Reefs, Gran Barrera de Coral. Copyright (c) 2004 Richard Ling. CC BY-SA 3.0. Original file (1,200 × 1,600 pixels, file size: 717 KB).
Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas marinos más diversos y productivos del planeta, conocidos como las «lluvias tropicales del mar» por su increíble biodiversidad. Están formados por estructuras de carbonato de calcio secretadas por colonias de pequeños animales llamados pólipos de coral, que viven en simbiosis con algas microscópicas conocidas como zooxantelas. Estas algas proporcionan al coral energía a través de la fotosíntesis, mientras que el coral les ofrece un hábitat protegido y nutrientes. Los arrecifes se desarrollan principalmente en aguas cálidas, poco profundas y transparentes, como las que se encuentran en regiones tropicales y subtropicales.
Estos ecosistemas cumplen funciones vitales. Proporcionan refugio y alimento a miles de especies marinas, protegen las costas de la erosión y las tormentas al actuar como barreras naturales, y son una fuente económica importante debido a la pesca y el turismo. Entre los arrecifes más famosos del mundo destacan la Gran Barrera de Coral en Australia y los arrecifes del Caribe y el Sudeste Asiático.
Sin embargo, los arrecifes enfrentan graves amenazas debido a las actividades humanas. El cambio climático provoca el blanqueamiento de corales, un fenómeno en el que las zooxantelas son expulsadas debido al estrés térmico, lo que pone en riesgo la supervivencia del coral. La contaminación, la sobrepesca y la acidificación del océano también contribuyen a su degradación. La protección de estos ecosistemas es esencial, y para ello se implementan estrategias como la creación de áreas marinas protegidas, la restauración de corales mediante técnicas innovadoras y la reducción de emisiones de carbono. Los arrecifes de coral son tesoros naturales cuya conservación es fundamental para la salud de los océanos y del planeta.
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Imagen por satélite de una parte de la Gran Barrera de Coral. Foto por cortesía de la NASA. Foto: NASA, by MISR – probably this link. Dominio público.

La Gran Barrera de Coral, ubicada frente a la costa de Queensland, en el noreste de Australia, es el sistema de arrecifes de coral más grande del mundo, con una extensión de aproximadamente 2,300 kilómetros. Es visible desde el espacio y está compuesta por miles de arrecifes individuales y cientos de islas coralinas. Este ecosistema único alberga una biodiversidad extraordinaria, incluyendo más de 1,500 especies de peces, 400 tipos de coral, tortugas marinas, tiburones, delfines y aves. También es un lugar de importancia cultural y espiritual para los pueblos indígenas australianos.
La Gran Barrera de Coral es un motor económico y ecológico, ya que contribuye significativamente al turismo, la pesca sostenible y la protección costera. Sin embargo, enfrenta amenazas significativas, principalmente debido al cambio climático, que causa el blanqueamiento de corales debido al aumento de la temperatura del agua. Además, la contaminación, la pesca excesiva y el desarrollo costero también afectan su salud. A pesar de estas amenazas, existen esfuerzos globales y locales para protegerla, como la creación de áreas marinas protegidas y programas de restauración de corales. La Gran Barrera de Coral no solo es un ícono natural de Australia, sino un símbolo global de la riqueza y fragilidad de los ecosistemas marinos.
El arrecife está situado en el mar del Coral, frente a la costa de Queensland al nordeste de Australia. El arrecife, que se extiende a lo largo de unos 2600 kilómetros, puede apreciarse desde el espacio.
Aunque no fue el primer explorador europeo en divisar la Gran Barrera de Coral, el inglés James Cook fue el primero en realizar una exploración científica de la zona tras encallar el HMB Endeavour en el arrecife, el 11 de junio de 1770 y permanecer seis semanas en la zona mientras se reparaba.
Debido a su vasta diversidad biológica, sus aguas claras templadas y su fácil accesibilidad, el arrecife es un destino muy popular entre los aficionados al submarinismo. Muchas ciudades de la costa de Queensland (como Cairns y Townsville) ofrecen viajes diarios en barco al arrecife.
La Gran Barrera de Coral es mencionada a veces como el ser animal vivo más grande del mundo. En realidad, consiste en la acumulación milenaria de muchos esqueletos de colonias de corales del orden Scleractinia, compuestos de carbonato cálcico y aragonita principalmente. Sobre esas estructuras, que se extienden a lo largo de kilómetros, se aglutina una de las mayores concentraciones de biodiversidad del planeta.
Una gran zona del arrecife está protegida por el Parque Marino de la Gran Barrera de Coral. La Gran Barrera de Coral fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1981. Cuenta con una extensión de 34 870 000 ha.
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Un buzo mirando una almeja gigante en la Gran Barrera de Coral. Autor: PDH. Dominio público.Giant_clam_with_diver.jpg (450 × 600 pixels, file size: 110 KB).

La Gran Barrera de Coral cuenta con una elevada biodiversidad, cuyas especies se incluyen entre las vulnerables o en peligro de extinción, algunas de las cuales son endémicas al sistema de arrecifes. Treinta especies de ballenas, delfines y marsopas se han registrado en la Gran Barrera de Coral, incluyendo la ballena minke enana, el delfín del Indo-Pacífico y la ballena jorobada. Las grandes poblaciones de dugongos viven allí.
Seis especies de tortugas marinas llegan a los arrecifes: la tortuga verde, la tortuga laúd, la tortuga carey, la tortuga boba, y la tortuga golfina. Las tortugas marinas verdes en la Gran Barrera de Coral tiene dos poblaciones genéticamente distintas, una en la parte norte del arrecife, y la otra en la parte sur. Quince especies de pastos marinos atraen a los dugongos y tortugas, y proporcionan hábitat a los peces. Los géneros más comunes de los pastos marinos son Halophila y Halodule.
Los cocodrilos de agua salada viven en los pantanos de manglares y en la costa cerca del arrecife. Se han registrado cuarenta y nueve especies de peces, y nueve especies de caballitos de mar . Por lo menos siete especies de ranas habitan en sus islas.
215 especies de aves (incluyendo 32 especies de aves playeras) visitan el arrecife, acomodándose en nidos o dormideros en las islas, como el águila de mar de vientre blanco y el charrán rosado. Las islas de la Gran Barrera de Coral también alojan 2195 especies de plantas conocidas. Tres de ellas son endémicas. Las islas del norte tienen 300 a 400 especies de plantas que tienden a ser leñosas, mientras que las islas del sur tiene 200, que tienden a ser herbáceas, la región de Whitsunday es la más diversa, con 1141 especies. Las plantas se propagan por las aves.
Diecisiete especies de serpiente de mar viven en la Gran Barrera de Coral, en las cálidas aguas de hasta 50 metros (164 pies) de profundidad, y son más comunes en el norte, que en la sección sur. Ninguna de las que se encuentran en la Gran Barrera de Arrecifes son endémicas, ni están en peligro de extinción.
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Grupo de corales. Toby Hudson – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0. Original file (4,000 × 3,000 pixels, file size: 3.53 MB). Los arrecifes de coral forman ecosistemas marinos complejos de gran biodiversidad .
La Gran Barrera de Coral se ha visto afectada por el calentamiento global que aumenta cada vez más. Los corales son especies muy sensibles a los cambios de temperatura del océano. De hecho, recientes estudios han constatado que en 2016 ha muerto aproximadamente el 35% de los corales en 84 áreas de las secciones norte y centro de la Gran Barrera de Coral, debido al blanqueo de coral producido por el aumento de la temperatura del mar.23 Las olas de calor marinas del 2016 y 2017 generaron el blanqueo de coral de dos tercios del total del arrecife.24 Según un estudio publicado en octubre de 2020, la Gran Barrera de Coral perdió más de la mitad de sus corales desde 1995.
Contaminación
Otra amenaza clave que enfrenta la Gran Barrera de Coral es la contaminación y la disminución de la calidad del agua. Los ríos del noreste de Australia contaminan el arrecife durante las inundaciones tropicales. Más del 90% de esta contaminación proviene de la escorrentía agrícola. El 80% de la tierra adyacente a la Gran Barrera de Coral se utiliza para la agricultura, incluido el cultivo intensivo de caña de azúcar y el pastoreo de ganado de carne. Estas prácticas dañan el arrecife debido al pastoreo excesivo, el aumento de la escorrentía de sedimentos agrícolas, nutrientes y productos químicos, incluidos fertilizantes, herbicidas y plaguicidas que representan un riesgo importante para la salud de los corales y la biodiversidad de los arrecifes. Los sedimentos que contienen altos niveles de cobre y otros metales pesados procedentes de la mina Ok Tedi en Papúa Nueva Guinea son un riesgo potencial de contaminación para las regiones del extremo norte de la Gran Barrera de Coral y el estrecho de Torres.
Alrededor del 67% de los corales murieron en la sección septentrional más afectada del arrecife, según el informe del Centro de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral ARC. El problema de la escorrentía se ve agravado por la pérdida de humedales costeros, que actúan como un filtro natural de toxinas y ayudan a depositar sedimentos. Se cree que la mala calidad del agua se debe al aumento de la competencia de luz y oxígeno de las algas.
Las estrellas de mar corona de espinas se alimentan de pólipos de coral. Los grandes brotes de estas pueden devastar los arrecifes. En 2000, un brote contribuyó a la pérdida del 66% de la cobertura de coral vivo en los arrecifes muestreados en un estudio del Reef Research Center (RRC). Se cree que los brotes ocurren en ciclos naturales, empeorados por la mala calidad del agua y la sobrepesca de los depredadores de las estrellas de mar.
La sobrepesca insostenible de especies clave, como la caracola gigante, puede alterar las cadenas alimentarias vitales para la vida de los arrecifes. La pesca también afecta al sistema a través del aumento de la contaminación del agua por los barcos, la captura incidental de especies no deseadas (como delfines y tortugas) y la destrucción del hábitat por la pesca de arrastre, anclas y redes. A mediados de 2004, aproximadamente un tercio del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral está protegido contra la captura de especies de cualquier tipo, incluida la pesca, sin permiso por escrito.
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El «Footballer Cod» (Epinephelus tukula), conocido como mero camuflaje o mero leopardo, es un pez de la familia Serranidae que habita en los arrecifes de coral, incluyendo la Gran Barrera de Coral. Es un pez de gran tamaño que puede alcanzar hasta 2 metros de longitud y pesar más de 100 kilogramos. Su nombre común proviene de su patrón de manchas oscuras y claras que recuerdan un diseño camuflado, similar al de un balón de fútbol en algunas interpretaciones.
Este pez es un depredador oportunista que se alimenta de una variedad de presas, incluyendo peces más pequeños, crustáceos y moluscos. Habita principalmente en aguas tropicales poco profundas, aunque también se encuentra en áreas más profundas del arrecife. Su comportamiento es generalmente solitario, y se le puede observar cerca de estructuras de arrecifes grandes o en áreas de coral donde encuentra refugio.
El Epinephelus tukula o Plectropomus laevis es una especie importante para los ecosistemas de arrecifes debido a su papel como depredador tope, ayudando a mantener el equilibrio ecológico al controlar las poblaciones de otras especies. Sin embargo, como muchos otros peces de arrecife, enfrenta amenazas por la sobrepesca y la degradación de los hábitats coralinos. Su conservación es crucial no solo por su valor ecológico, sino también por su atractivo para el ecoturismo, ya que es una especie icónica que atrae a buceadores y fotógrafos submarinos en todo el mundo.
Foto: Richard Ling – Flickr. CC BY-SA 2.0. Original file (1,008 × 736 pixels, file size: 117 KB).

El Epinephelus tukula, también conocido como mero camuflaje o mero leopardo, y el Plectropomus laevis, conocido como mero coralino de puntos azules, son dos especies de peces pertenecientes a la familia Serranidae, aunque son diferentes entre sí. A menudo se confunden debido a su asociación con los arrecifes de coral y sus patrones distintivos.
El Epinephelus tukula es un pez de gran tamaño que puede alcanzar hasta 2 metros de longitud y pesar más de 100 kilogramos. Es conocido por sus patrones de camuflaje con manchas oscuras y claras y habita en los arrecifes tropicales, principalmente en áreas del océano Índico y Pacífico. Este pez es un depredador tope y juega un papel importante en el equilibrio de los ecosistemas coralinos.
Por otro lado, el Plectropomus laevis es una especie más estilizada y colorida, con un cuerpo alargado y puntos azules brillantes en su piel. Es más común en los arrecifes del Pacífico occidental y del océano Índico. Este pez tiene un comportamiento más activo y se alimenta principalmente de peces más pequeños. Es muy valorado tanto en la pesca deportiva como en el comercio de acuarios.
Ambas especies son representativas de los arrecifes de coral y enfrentan amenazas similares, como la degradación del hábitat y la sobrepesca. Sin embargo, cada una tiene características biológicas y ecológicas únicas que las distinguen.
Fondo marino y mar profundo
Las profundidades marinas contienen hasta el 95% del espacio ocupado por organismos vivos. En combinación con el fondo marino (o zona bentónica), estas dos áreas aún no se han explorado completamente y muchos de los organismos presentes en ellos no están documentados.
En ecología se llama bentos (del griego βένθος/benthos, «fondo marino») a la comunidad formada por los organismos que habitan el fondo de los ecosistemas acuáticos. El bentos se distingue del plancton y del necton, formados por organismos que habitan en la columna de agua. El adjetivo que deriva de bentos es bentónico.
Allí donde la luz alcanza el fondo, lo que depende de la profundidad y de la transparencia del medio, la comunidad incluye productores primarios fotosintetizadores. En el medio afótico (sin luz) de los fondos más profundos, todos los organismos son consumidores, dependiendo el conjunto de los restos orgánicos y microorganismos que la gravedad deposita desde niveles más superficiales.
Un caso especial y notable es el de las biocenosis, más o menos efímeras, que se establecen en puntos de las dorsales centro-oceánicas, a profundidades abisales, donde se produce vulcanismo hidrotermal, con emisión de agua muy caliente y cargada de sales. En esos ecosistemas la producción primaria corre a cargo de bacterias quimiosintetizadoras, unas de vida libre y otras simbióticas de animales.
Las comunidades bentónicas más productivas y de mayor biodiversidad, y también probablemente las más amenazadas, son los arrecifes de coral. La desorganización y empobrecimiento de las comunidades bentónicas por ciertas artes de pesca, como las redes de arrastre, están entre los mayores problemas ambientales.
Muchos taxones (grupos biológicos) notables están especializados para residir en el bentos. El phylum entero de los equinodermos (estrellas y erizos de mar), por ejemplo, está constituido por formas bentónicas. El orden Pleuronectiformes (lenguados y semejantes) es un ejemplo de peces adaptados a la vida en el bentos. También los pulpos o las sepias entre los cefalópodos, y la clase de los bivalvos entre los otros moluscos.
Muchos organismos del bentos se desplazan, aunque sea poco, por ejemplo las almejas o las anémonas de mar. Otros son directamente sésiles (fijos), como las ostras, los corales o las algas coralinas (un grupo de algas rojas); para el conjunto formado por los organismos adheridos al fondo contamos con el término, raramente usado, efaptomenon, y para los enraizados tenemos rizomenon.
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- Real Academia Española. «bentónico». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Las profundidades marinas, junto con el fondo marino o zona bentónica, representan una de las áreas menos exploradas del planeta y albergan una gran diversidad de vida. Estas regiones comprenden hasta el 95% del espacio en el que habitan organismos vivos, ya que los océanos cubren más del 70% de la superficie terrestre y alcanzan profundidades extremas.
La zona bentónica, que incluye el lecho marino desde áreas costeras someras hasta las profundidades abisales, es especialmente rica y variada en términos de biodiversidad. Sin embargo, debido a la inaccesibilidad y las condiciones extremas (oscuridad total, bajas temperaturas y alta presión), gran parte de los organismos que habitan estas áreas aún no han sido documentados o estudiados en detalle. Esto incluye tanto macroorganismos (como peces, crustáceos y equinodermos) como microorganismos que desempeñan roles cruciales en los ciclos biogeoquímicos.
El potencial biológico y ecológico de estas regiones es inmenso, y su exploración sigue siendo un desafío tecnológico y científico. Muchas de las especies descubiertas en estas zonas presentan adaptaciones extraordinarias, como bioluminiscencia, extremofilia o hábitos alimenticios únicos. Esto subraya la importancia de continuar investigando para comprender mejor los ecosistemas profundos y su contribución al equilibrio global del planeta.
Funciones y servicios de los ecosistemas
Los ecosistemas marinos son esenciales no solo para el equilibrio del mundo natural, sino también para el bienestar humano, ya que brindan una amplia gama de servicios ecosistémicos sociales, económicos y biológicos. En el ámbito social y económico, los sistemas marinos pelágicos desempeñan un papel crucial al regular el clima global mediante la absorción de dióxido de carbono y la producción de oxígeno, contribuyendo significativamente a mitigar los efectos del cambio climático. También participan activamente en el ciclo del agua, influyendo en las precipitaciones y el clima regional.
Desde un punto de vista biológico, estos ecosistemas son pilares fundamentales para el mantenimiento de la biodiversidad, ya que albergan una gran variedad de especies que sostienen cadenas tróficas y equilibrios ecológicos. Además, ofrecen recursos vitales para los humanos, como alimentos provenientes de la pesca, materias primas para diversas industrias y energía renovable a través del viento y las corrientes oceánicas. Finalmente, los ecosistemas marinos también generan oportunidades para la recreación y el turismo, proporcionando paisajes y experiencias únicas que tienen un valor tanto cultural como económico. Estos servicios resaltan la importancia de conservar y gestionar de manera sostenible los ecosistemas marinos para garantizar su funcionalidad a largo plazo.
Polinización por abejorro, un tipo de servicio ambiental.
La polinización por abejorros es un ejemplo destacado de servicio ambiental, ya que este proceso es esencial para la reproducción de muchas plantas y para la producción de alimentos. Los abejorros, como polinizadores, transfieren polen desde las anteras de una flor hasta el estigma de otra, facilitando la fertilización y la formación de frutos y semillas. Este servicio es particularmente efectivo debido a las características específicas de los abejorros.
A diferencia de otros insectos, los abejorros son capaces de realizar la polinización vibratoria o «buzz pollination». Esto consiste en que el abejorro se agarra a la flor y vibra rápidamente sus músculos torácicos para liberar polen de flores que tienen anteras cerradas, como las de los tomates, pimientos y berenjenas. Este método asegura una transferencia de polen más precisa y efectiva, lo que aumenta la calidad y cantidad de los frutos producidos.
Los abejorros también son polinizadores altamente eficientes en climas fríos o en condiciones de baja luz, gracias a su capacidad de regular su temperatura corporal y su tamaño robusto. Esto los hace indispensables en ciertos hábitats y cultivos donde otros polinizadores, como las abejas melíferas, podrían no ser tan efectivos.
En resumen, la polinización por abejorros es un proceso clave que beneficia tanto a los ecosistemas naturales como a la agricultura, asegurando la biodiversidad y la producción sostenible de alimentos. Su importancia resalta la necesidad de proteger a estos polinizadores y sus hábitats frente a amenazas como el cambio climático, el uso de pesticidas y la pérdida de áreas naturales.
Foto: Roo72 – Trabajo propio. Bumblebee pollinating Aquilegia vulgaris. CC BY-SA 3.0. Original file (1,662 × 1,662 pixels, file size: 721 KB).

Los servicios de ecosistemas, servicios ecosistémicos o servicios ambientales son recursos (bienes y servicios) o procesos de los ecosistemas naturales que benefician a los seres humanos. Incluyen productos como agua potable limpia y procesos tales como la descomposición de desechos. Mientras que los ecólogos y otros científicos han discutido los servicios del ecosistema durante décadas, estos servicios se han popularizado y sus definiciones fueron formalizadas por la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM) organizada por las Naciones Unidas en 2005. Un estudio de cuatro años que involucró a más de 1300 científicos del mundo entero. Con esto se agruparon los servicios de ecosistemas en cuatro categorías amplias: aprovisionamiento (como la producción de agua y de alimentos), regulación (control del clima y de las enfermedades), apoyo (para los ciclos de nutrientes y la polinización de cultivos) y cultural (beneficios espirituales y recreativos).
Los efectos del calentamiento global y otras actividades que destruyen y dañan los ecosistemas (como la deforestación) degradan los servicios ambientales. Existen muchas propuestas políticas para frenar, mitigar o contrarrestar estas actividades y sus efectos. Algunas propuestas incluyen la asignación de un valor económico a los servicios de los ecosistemas, en general con miras al establecimiento de algún sistema de acuerdo entre los actores privados y los estados para compensar a aquellos propietarios privados cuya tierra preste servicios ecosistémicos. Los ejemplos incluyen los mercados de biodiversidad o los pagos por servicios ambientales.
Los sectores económicos también se benefician de los servicios ambientales, especialmente en las actividades agrícolas, en la industria forestal y la pesca. Estos sectores también son los que más impactos negativos tienen sobre los servicios ambientales.
- Millennium Ecosystem Assessment (MEA). 2005. Ecosystems and Human Well-Being: Synthesis. Island Press, Washington. 155pp.
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- «Servicios ecosistémicos y biodiversidad».
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Desde la antigüedad, se reconocía la dependencia del ser humano de la naturaleza para sobrevivir y prosperar. Sin embargo, fue a partir del siglo XIX que se comenzó a estudiar de manera más sistemática la relación entre los ecosistemas y el bienestar humano.
- Reconocimiento histórico: Desde Platón hasta nuestros días, ha habido un creciente reconocimiento de la importancia de los ecosistemas para la humanidad.
- Servicios ecosistémicos: Se define este concepto como los beneficios que los seres humanos obtienen de la naturaleza, como la provisión de alimentos, agua limpia, regulación del clima, etc.
- Valor económico: Se destaca la dificultad de asignar un valor monetario a muchos de estos servicios, lo que lleva a su subvaloración y a su explotación insostenible.
- Degradación de ecosistemas: Se advierte que la degradación de los ecosistemas conlleva una disminución en la calidad y cantidad de los servicios que estos brindan.
- Externalidades: Se señala que los costos ambientales negativos de muchas actividades humanas suelen ser externalizados, es decir, no son asumidos por quienes los generan, sino por la sociedad en general.
En resumen, el texto enfatiza la necesidad de reconocer el valor intrínseco de los ecosistemas y de adoptar medidas para protegerlos y gestionarlos de manera sostenible. La falta de consideración de los servicios ecosistémicos en las decisiones económicas y políticas ha llevado a una crisis ambiental global.
Ideas principales a destacar:
- Interdependencia: La salud humana está íntimamente ligada a la salud de los ecosistemas.
- Valor económico: Es difícil cuantificar el valor económico de muchos servicios ecosistémicos.
- Sostenibilidad: La explotación sostenible de los recursos naturales es esencial para garantizar el bienestar de las generaciones futuras.
- Política ambiental: Se necesitan políticas que reconozcan el valor de los ecosistemas y promuevan su conservación.
En conclusión, este texto proporciona una sólida base para comprender la importancia de los servicios ecosistémicos y la necesidad de adoptar un enfoque más holístico en la gestión de los recursos naturales.
Más información: Servicios Ecosistémicos
Amenazas. Contaminación Marina
Aunque los ecosistemas marinos brindan servicios ecosistémicos esenciales, estos sistemas enfrentan diversas amenazas.
«Status of and Threat to Coral Reefs | International Coral Reef Initiative». www.icriforum.org (en inglés). Archivado desde el original.
La contaminación marina o contaminación del mar es la contaminación que afecta a los mares y océanos, desde la zona de rompientes hasta el mar abierto. Incluye lo que se produce en las costas, en los puertos, en las plataformas pesqueras, en la industria, en la navegación y en las zonas marítimas. Tiene un carácter global y requiere convenios internacionales, como MARPOL, y esfuerzos internacionales dirigidos a reducirla y asegurar un desarrollo sostenible del medio marino.
En los años 50, la mayoría de los gobiernos del mundo creían que los océanos tenían la capacidad de desaparecer los desechos plásticos, microplásticos y nucleares los cuales en las últimas décadas han llegado a playas e islas. Una de las islas más afectadas ha sido la reconocida isla de Pascua, ya que, esta se encuentra a la altura del ecuador y muy cerca de una de las mayores islas de plásticos del mundo, en los últimos años han llegado cientos de toneladas de microplásticos.
La contaminación marina se produce cuando existen efectos dañinos o introducción de sustancias dañinas que resultan de la introducción al océano de productos químicos, partículas, desechos industriales, agrícolas y residenciales, ruido excesivo o la propagación de organismos invasores. El 80 % de la contaminación marina proviene de la tierra. La contaminación por el aire es también un factor contribuyente al trasladar partículas de pesticidas u otros contaminantes al océano. La contaminación de la tierra y el aire ha demostrado ser perjudicial para la vida marina y sus hábitats
Aunque la contaminación marina puede ser obvia, como los desechos marinos que se puede ver en la bahía de Minamata en Japón de 2005, a menudo son los contaminantes que no se pueden ver los que causan más daño. Foto: Stephen Codrington.
Los desechos marinos, basura marina o detritos plásticos son desperdicios de actividades humanas que deliberadamente o accidentalmente flotan en lagos, mares, océanos y ríos. Los desechos oceánicos tienden a acumularse en los giros oceánicos (grandes sistemas de corrientes rotativas) y en la línea costera, es lavado al encallar, y es llamado basura playera (BBC).
El vertido de desechos al mar se llama en inglés ocean dumping.
Algunos desechos marinos, como la madera a la deriva, ocurre naturalmente. Las personas han arrojado al mar estos materiales durante cientos de años. Con el incremento del uso del plástico, la influencia humana se ha transformado en un problema, ya que muchos tipos de plásticos no son biodegradables. El plástico arrastrado por el agua es peligroso, pues supone una seria amenaza para peces, aves marinas, reptiles marinos, y mamíferos marinos, también para barcos y viviendas costeras. Contribuyen a este problema los vertidos al mar, derrames accidentales, envases, y la basura de vertederos arrastrada por el viento.
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La contaminación a menudo proviene de fuentes no puntuales como la escorrentía agrícola, el polvo o partículas finas en la atmósfera y desechos arrastrados por el viento. La contaminación por nutrientes es una forma de contaminación del agua que resulta en aportes excesivos de nutrientes. Es una causa primaria de eutrofización de las aguas superficiales en la que el exceso de nutrientes, generalmente nitratos y fosfatos, estimulan el crecimiento desmesurado de algas. Muchos productos químicos potencialmente tóxicos se adhieren a pequeñas partículas que luego son absorbidas por plancton y animales bénticos, la mayoría de los cuales son detritívoros o filtradores. De esta manera, las toxinas se concentran hacia arriba dentro de las cadenas alimentarias marinas. Muchas partículas se combinan químicamente de una manera altamente depletiva de oxígeno, debido a lo cual los estuarios pueden convertirse en aguas anóxicas.
Cuando los plaguicidas se incorporan al ecosistema marino, son rápidamente absorbidos en la red alimentaria marina. Una vez en las redes alimentarias, los plaguicidas pueden causar mutaciones y enfermedades que pueden ser dañinas para los seres humanos y para toda la cadena trófica. Los metales tóxicos, especialmente los metales pesados, también pueden penetrar en las redes alimentarias marinas y causar cambios en los tejidos, la bioquímica, el comportamiento, la reproducción y restringir o suprimir el crecimiento de la vida marina. Además, muchos alimentos para ganado tienen un alto contenido de harina de pescado o hidrolizado de pescado. De esta forma, las toxinas marinas pueden transferirse a los animales terrestres y aparecer en los productos lácteos y la carne consumidos por los humanos.
Fuente: Contaminación marina
Explotación y desarrollo humanos
Los ecosistemas marinos costeros experimentan crecientes presiones demográficas dado que casi el 40% de las personas en el mundo que viven a 100 km o menos de la costa. Los seres humanos a menudo se aglomeran cerca de los hábitats costeros para aprovechar los servicios de los ecosistemas de estas zonas. Por ejemplo, se estima que la pesca costera en los hábitats de manglares y arrecifes de coral tiene un valor mínimo de 34 mil millones de dólares por año. Sin embargo, muchos de estos hábitats están solo marginalmente protegidos o no están protegidos. El área de manglares ha disminuido en todo el mundo en más de un tercio desde 1950,23 y el 60% de los arrecifes de coral del mundo están ahora inmediata o directamente amenazados. El desarrollo humano, la acuicultura y la industrialización a menudo conducen a la destrucción, sustitución o degradación de los hábitats costeros.
- Tundi Agardy, Jacqueline Alder. «Millennium Ecosystem Assessment, Coastal Systems» (en inglés).
- Alongi, Daniel M. (Septiembre de 2002). «Present state and future of the world’s mangrove forests». Environmental Conservation (en inglés) 29 (3): 331-349. ISSN 1469-4387. doi:10.1017/S0376892902000231.
- «Coral Reefs». Ocean Health Index (en inglés). Consultado el 1 de diciembre de 2018.
- Burke, Lauretta Marie (2011). Reefs at Risk Revisited | World Resources Institute (en inglés). p. www.wri.org. ISBN 9781569737620.
Origen de los cambios en los ecosistemas marinos. Gráfico: Henrik Österblom, Beatrice I. Crona, Carl Folke, Magnus Nyström and Max Troell – «Marine ecosystem science on an intertwined planet». Ecosystems, 19 (1): 1–8. CC BY 4.0. Original file (825 × 705 pixels, file size: 384 KB).

Más alejados de la costa, los sistemas marinos pelágicos son directamente amenazados por la sobrepesca. Los desembarques pesqueros mundiales alcanzaron su punto máximo a fines de la década de 1980, pero ahora están disminuyendo, a pesar del aumento en el esfuerzo pesquero. La biomasa de peces y el nivel trófico promedio de los desembarques pesqueros están disminuyendo, lo que lleva a una disminución de la biodiversidad marina. En particular, las extinciones locales han provocado la disminución de especies grandes, longevas y de crecimiento lento, así como de aquellas que tienen rangos geográficos estrechos La disminución de la biodiversidad puede conducir a la disminución asociada de los servicios de los ecosistemas. Por ejemplo, un estudio a largo plazo informa de la disminución de 74% a 92% de la captura por unidad de esfuerzo de tiburones en la costa australiana desde la década de 1960 hasta la de 2010.
- Coll, Marta; Libralato, Simone; Tudela, Sergi; Palomera, Isabel; Pranovi, Fabio (10 de diciembre de 2008). «Ecosystem Overfishing in the Ocean». PLOS ONE (en inglés) 3 (12): e3881. Bibcode:2008PLoSO…3.3881C. ISSN 1932-6203. PMC 2587707. PMID 19066624. doi:10.1371/journal.pone.0003881.
- Mumby, Peter J.; Mark A. Priest; Brown, Christopher J.; Roff, George (13 de diciembre de 2018). «Decline of coastal apex shark populations over the past half century». Communications Biology (en inglés) 1 (1): 223. ISSN 2399-3642.
Otras amenazas a los ecosistemas marinos incluyen la contaminación de los mismos, las especies invasivas y el cambio climático.
Anexo: Qué es la Biomasa (Ecología)
La biomasa es la masa de organismos biológicos vivos en un área o ecosistema dado en un momento dado. La biomasa puede referirse a la biomasa de especies, que es la masa de una o más especies, o a la biomasa comunitaria, que es la masa de todas las especies de la comunidad. Puede incluir microorganismos, plantas o animales. La masa se puede expresar como la masa promedio por unidad de área, o como la masa total en la comunidad.
La forma en que se mide la biomasa depende de su forma de medición. A veces, la biomasa se considera como la masa natural de organismos in situ, tal como son. Por ejemplo, en una pesquería de salmón, la biomasa de salmón podría considerarse como el peso húmedo total que tendría el salmón si fuera sacado del agua. En otros contextos, la biomasa se puede medir en términos de la masa orgánica seca, por lo que quizás solo el 30 % del peso real podría contar, el resto es agua. Para otros fines, solo cuentan los tejidos biológicos y se excluyen los dientes, huesos y conchas. En algunas aplicaciones, la biomasa se mide como la masa de carbono (C) unido orgánicamente que está presente en el ecosistema dado.
La biomasa viva total en la Tierra es de aproximadamente 550–560 mil millones de toneladas, y la producción primaria anual total de biomasa es de poco más de 100 mil millones de toneladas C/año. La biomasa viva total de bacterias puede ser tanto como la de plantas y animales o puede ser mucho menor. El número total de pares de bases de ADN en la Tierra, como una posible aproximación de la biodiversidad global, se estima en (5.3±3.6)×1037, y pesa 50 mil millones de toneladas.
Aparte de las bacterias, la biomasa viva total global ha sido estimada en 550 o 560 miles de millones de toneladas de carbono, la mayoría de la cual vive en bosques. Foto: Vista de la selva amazónica desde el alto Madre de Dios, en el Perú. Martin St-Amant. CC BY-SA 3.0. Original file (2,592 × 1,944 pixels, file size: 2.12 MB).
La biomasa, como término ecológico, se refiere a la cantidad total de materia orgánica presente en un área o volumen específico, originada por los organismos vivos, tanto vegetales como animales. Es una medida clave para comprender la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas, ya que representa la base de las redes tróficas y refleja la productividad de un sistema natural. La biomasa se expresa generalmente en términos de masa seca por unidad de área o volumen, como gramos o toneladas por metro cuadrado.
En los ecosistemas terrestres, la mayor parte de la biomasa está formada por plantas, que capturan energía solar a través de la fotosíntesis y la convierten en compuestos orgánicos. Estas plantas constituyen el nivel trófico primario, proporcionando alimento y energía para los consumidores, como herbívoros, carnívoros y descomponedores. En los ecosistemas acuáticos, el fitoplancton desempeña un papel similar al de las plantas terrestres, aunque la biomasa total en estos sistemas es generalmente menor, ya que la productividad primaria se concentra en organismos microscópicos con ciclos de vida rápidos.
La biomasa no solo incluye la parte viva de los organismos, sino también el material orgánico muerto, como hojas caídas, madera en descomposición y restos de animales, que son fundamentales para los ciclos de nutrientes y la fertilidad del suelo. Además, en el contexto energético, la biomasa se utiliza como fuente renovable de energía mediante la combustión directa o la conversión en biocombustibles, lo que contribuye a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero.
La distribución de la biomasa varía ampliamente entre los diferentes ecosistemas y está influenciada por factores como el clima, la disponibilidad de nutrientes y las interacciones entre especies. Los bosques tropicales, por ejemplo, tienen una biomasa alta debido a su elevada productividad, mientras que los desiertos y tundras presentan niveles más bajos. La biomasa es un indicador clave para evaluar la salud de los ecosistemas y su capacidad para soportar la vida, por lo que su estudio es esencial para la conservación y la gestión sostenible de los recursos naturales.
Más info: Biomasa (ecología)
Estuary of the Klamath River — in Redwood National Park, California. Ambientes acuáticos superficiales, tales como humedales, estuarios y arrecifes de coral, pueden ser tan productivos como los bosques, generando anualmente cantidades equivalentes de biomasa en un área determinada. NPS Photo – from the former park website: este link 1 y link 2. (copy at archive.org). Dominio público.

Dominios del mar: De la Costa a las Profundidades
Dominio pelágico o de columna de agua
Según la distancia de la costa
- Zona nerítica: zona próxima a la costa, situada sobre la plataforma continental. Se caracteriza por el movimiento continuo del agua.
- Zona oceánica: zona lejana de la costa, generalmente situada en el interior del océano.
Según la profundidad
(ver Zona pelágica)
- Zona epipelágica: de los 0 a los 50/200 m
- Zona mesopelágica: de los 50/200 a los 600 m.
- Zona batipelágica: de los 600 a los 3000 m.
- Zona abisopelágica: de los 3000 a los 6000 m.
- Zona hadalpelágica: desde los 6000 m.
1-6: Dominio pelágico
1. Región nerítica; 2. Región oceánica; 3. Zona Epipelágica; 4. Zona Batial (4a. Zona Mesopelágica; 4b. Zona Batipelágica); 5. Zona Abisopelágica o Abisal; 6. Zona Hadalopelágica o Hadal; (t: termoclina permanente)A-D: Dominio bentónico
A. Plataforma continental; B. Talud continental (B1. Talud continental superior; B2. Talud continental inferior); C. Llanura abisal; D. Fosa hadal.1-6: DOMINIO PELÁGICO: la masa acuosa de la columna de agua. Poblado por organismos pelágicos (plantónicos, nectónicos y neustónicos).
1. Región nerítica: cercana a la costa, hasta el límite de la plataforma continental. 2. Región oceánica: alejada de la costa, alta mar. 3. Zona Epipelágica: hasta el límite de la plataforma continental (unos 200 m de profundidad). La única iluminada, siendo, por tanto, donde se desarrolla el fitoplancton. 4. Zona Batial: de los 200 a los 3.000 m. 4a. Zona Mesopelágica: de los 200 a los 1.000 m; muy rica en zooplancton. Donde se localiza la termoclina permanente (descenso marcado y gradual de la temperatura del agua). 4b. Zona Batipelágica: de los 1.000 a los 3.000 m. 5. Zona Abisopelágica o Abisal: de los 3.000 a los 6.000 m. 6. Zona Hadalopelágica o Hadal: más de 6.000 m; son las grandes fosas oceánicas.
A-D: DOMINIO BENTÓNICO: el substrato del fondo marino (rocoso, pedregoso, arenoso, fangoso). Poblado por organismos bentónicos.
A. Zona sublitoral o Plataforma continental interna (0-90 m, la única iluminada y por lo tanto con algas). B1. Zona Circalitoral o Plataforma continental externa (90-200 m). B2. Zona Batial o del Talud continental (200-3.000 m). C. Zona Abisal o de Llanuras abisales (3.000-6.000 m). D. Zona Hadal o de Trincheras oceánicas (6.000- + 10,000 m).
Gráfico: Xvazquez-. Dominio público.

Dominio bentónico o de fondo marino
El sustrato, el fondo marino (rocoso, pedregoso, arenoso, fangoso). Poblado por organismos bentónicos.
Según la profundidad
- Zona litoral: línea de costa (zona supramareal e intermareal-mesolitoral)
- Zona sublitoral: hasta los 200 m.
- Zona infralitoral: aproximadamente hasta los 50 m.
- Zona circalitoral: aproximadamente de los 50 a los 200 m.
- Zona batial: de los 200 a los 3000 m.
- Zona abisal: de los 3000 a los 6000 m.
- Zona hadal: desde los 6000 m.
Según la iluminación
- La zona eufótica: Con suficiente iluminación solar para la fotosíntesis.
- Zona supramareal: región de salpicaduras, parte costera, sin vegetación terrestre, o sólo de tipo desértico.
- Zona mesolitoral: región de intermareas, con alternancia entre expuesta al aire y sumergida por el mar, con algas.
- Zona infralitoral: región permanentemente sumergida, sobre la plataforma continental interna, hasta donde hay vegetación bentónica, con algas.
- La zona disfótica: Poca iluminación solar, aprovechable solo por ciertas algas, como las algas rojas.
- Zona circalitoral: región externa de la plataforma continental externa, donde ya no hay apenas vegetación bentónica.
- La zona afótica: Dominada por la oscuridad.
- Zona batial: región del talud continental, de 200-3000 m.
- Zona abisal: región del fondo oceánico o de llanuras oceánicas, de 3000-6000 m.
- Zona hadal: zonas de subducción o de trincheras oceánicas, de 6000 a más de 10 000 m.

Enlaces externos
- Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. — EPA: Ecosistemas marinos (en inglés)
- Encyclopædia Britannica Online: «Ecosistema marino» – (2008). (en inglés)
- Instituto Smithsoniano: Portal oceánico (en inglés)
- Programa de investigación de ecosistemas marinos (Reino Unido) (en inglés)
Ver además:
Ecosistemas de agua dulce
Los ecosistemas de agua dulce, ríos y arroyos son un subconjunto de los ecosistemas acuáticos de la Tierra. Estos incluyen lagos, estanques, ríos, arroyos, manantiales, pantanos y humedales. Se diferencian de los ecosistemas marinos en que el agua de estos últimos tiene un mayor contenido de sal. Los hábitats de agua dulce se pueden clasificar por diferentes factores, como la temperatura, la penetración de la luz, los nutrientes y la vegetación.
Los ecosistemas de agua dulce se pueden dividir en ecosistemas lénticos (agua estancada) y ecosistemas lóticos (agua corriente).
Pez ángel de agua dulce en el Jardín Botánico de Montreal. Foto: Mendel. CC BY-SA 1.0.

Los intentos iniciales de comprender y monitorear los ecosistemas de agua dulce fueron impulsados por la existencia de amenazas a la salud humana relacionadas con los mismos (ej. Brotes de cólera por contaminación de aguas residuales). El seguimiento temprano se centró en indicadores químicos, luego en bacterias y finalmente en algas, hongos y protozoos. Un nuevo tipo de seguimiento implica cuantificar diferentes grupos de organismos (macroinvertebrados, macrófitos y peces) y medir las condiciones de los arroyos asociados con ellos.
- Arroyo
- G., Wetzel, Robert (2001). Limnology : lake and river ecosystems (3rd edición). San Diego: Academic Press. ISBN 978-0127447605. OCLC 46393244.
- Rudolfs, Willem; Falk, Lloyd L.; Ragotzkie, R. A. (1950). «Literature Review on the Occurrence and Survival of Enteric, Pathogenic, and Relative Organisms in Soil, Water, Sewage, and Sludges, and on Vegetation: I. Bacterial and Virus Diseases». Sewage and Industrial Wastes 22 (10): 1261-1281.
- Friberg, Nikolai; Bonada, Núria; Bradley, David C.; Dunbar, Michael J.; Edwards, Francois K.; Grey, Jonathan; Hayes, Richard B.; Hildrew, Alan G. (2011), «Biomonitoring of Human Impacts in Freshwater Ecosystems», Advances in Ecological Research (Elsevier): 1-68
Amenazas a los ecosistemas de agua dulce
Grandes amenazas para la biodiversidad de agua dulce incluyen la sobreexplotación, la contaminación del agua, la modificación de flujo, la destrucción o degradación de los hábitat y la invasión de especies exóticas. Las tendencias de extinción recientes se pueden atribuir en gran parte al aumento de sedimentación, la fragmentación de los arroyos, los contaminantes químicos y orgánicos, las presas y las especies invasoras.
Las presiones químicas comunes que afectan la salud de los ecosistemas de agua dulce incluyen la acidificación, la eutrofización y la contaminación por cobre y pesticidas. Las sinergias impredecibles con el cambio climático complican enormemente los impactos de otros factores de estrés que amenazan a muchas especies marinas y de agua dulce.
Los ecosistemas de agua dulce enfrentan múltiples amenazas que ponen en riesgo su biodiversidad y los servicios ecosistémicos que brindan. Las principales amenazas son:
- Contaminación: Los vertidos de productos químicos, pesticidas, fertilizantes, metales pesados y aguas residuales alteran la calidad del agua, lo que puede ser tóxico para las especies que habitan en estos ecosistemas. También promueven procesos como la eutrofización, que reduce el oxígeno disponible y afecta la vida acuática.
- Pérdida y degradación del hábitat: La destrucción de humedales, la construcción de represas, el drenaje de áreas inundadas y la urbanización modifican o eliminan hábitats esenciales para muchas especies de agua dulce.
- Sobreexplotación de recursos: La pesca excesiva y la extracción de agua para riego, consumo humano o actividades industriales disminuyen las poblaciones de especies y reducen los niveles de agua, afectando la capacidad del ecosistema para sostener la vida.
- Especies invasoras: Las especies no nativas que se introducen en los ecosistemas de agua dulce pueden desplazar a las especies locales, alterar las cadenas tróficas y cambiar el equilibrio ecológico.
- Cambio climático: Las alteraciones en los patrones de precipitación, el aumento de las temperaturas y los cambios en los ciclos hidrológicos afectan los flujos de agua, la temperatura del agua y la disponibilidad de hábitats, lo que impacta negativamente en las especies sensibles.
- Fragmentación de ríos: La construcción de presas, canales y otras infraestructuras interrumpe los flujos naturales, bloquea las rutas migratorias de peces y altera los procesos de sedimentación y nutrientes.
- Deforestación y cambios en el uso del suelo: La pérdida de cobertura vegetal alrededor de los cuerpos de agua aumenta la erosión, la sedimentación y la entrada de nutrientes, lo que degrada la calidad del hábitat acuático.
- Acidificación y salinización: La acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera puede acidificar ciertos cuerpos de agua dulce, mientras que la extracción excesiva de agua o el uso de fertilizantes puede incrementar la salinidad, afectando la vida acuática.
En conjunto, estas amenazas ejercen una presión significativa sobre los ecosistemas de agua dulce, reduciendo su capacidad para sostener su rica biodiversidad y para proporcionar servicios vitales a los humanos. La mitigación de estas amenazas requiere estrategias de conservación integrales y sostenibles.
Extinción de la fauna de agua dulce
Más de 123 especies de fauna de agua dulce se han extinguido en América del Norte desde 1900. De las especies de agua dulce de América del Norte, se estima que el 48,5% de los mejillones, el 22,8% de los gasterópodos, el 32,7% de los cangrejos de río, el 25,9% de los anfibios y el 21,2% de los peces están en peligro o amenazados. Las tasas de extinción de muchas especies pueden aumentar severamente en el próximo siglo debido a especies invasoras, pérdida de especies clave y especies que ya están funcionalmente extintas (por ejemplo, especies que no se reproducen). Incluso utilizando estimaciones conservadoras, las tasas de extinción de peces de agua dulce en América del Norte son 877 veces más altas que las tasas de extinción de fondo (1 en 3.000.000 de años). Las tasas de extinción proyectadas para los animales de agua dulce son aproximadamente cinco veces mayores que las de los animales terrestres y son comparables a las tasas de las comunidades de la selva tropical. Dado el estado de la biodiversidad de agua dulce, un equipo de científicos y profesionales internacionales redactó recientemente un plan de acción de emergencia para intentar restaurar la biodiversidad de agua dulce.
Las técnicas actuales de biomonitoreo de agua dulce se enfocan principalmente en la estructura de la comunidad, sin embargo, algunos programas miden indicadores funcionales como la demanda de oxígeno bioquímico (o biológico), la demanda de oxígeno de los sedimentos y el oxígeno disuelto. Es común monitorear la estructura de la comunidad de macroinvertebrados debido a la taxonomía diversa, la facilidad de recolección, la sensibilidad a una variedad de factores estresantes y el valor general para el ecosistema. Además, se mide la estructura de la comunidad de algas (a menudo usando diatomeas). Las algas también son taxonómicamente diversas, fáciles de recolectar, sensibles a una variedad de factores estresantes y, en general, valiosas para el ecosistema. Las algas crecen muy rápidamente y las comunidades pueden representar cambios rápidos en las condiciones ambientales.
Adicionalmente a la estructura de la comunidad, las respuestas a los factores estresantes del agua dulce se investigan mediante estudios experimentales que miden los cambios de comportamiento de los organismos, las tasas de crecimiento, la reproducción o la mortalidad alteradas. Los resultados experimentales de una sola especie en condiciones controladas pueden no reflejar las condiciones naturales y las comunidades de múltiples especies.
El uso de sitios de referencia es común al definir la «salud» idealizada de un ecosistema de agua dulce. Los sitios de referencia se pueden seleccionar espacialmente eligiendo sitios con impactos mínimos de perturbación e influencia humana. Sin embargo, las condiciones de referencia también se pueden establecer temporalmente mediante el uso de indicadores preservados, como válvulas de diatomeas, polen de macrófitas, quitina de insectos y escamas de pescado, para determinar las condiciones previas a la perturbación humana a gran escala. Estas condiciones de referencia temporal suelen ser más fáciles de reconstruir en agua estancada que en agua en movimiento porque los sedimentos estables pueden preservar mejor los materiales usados como indicadores biológicos.
- Burkhead, Noel M. (September 2012). «Extinction Rates in North American Freshwater Fishes, 1900–2010». BioScience 62 (9): 798-808. ISSN 1525-3244. doi:10.1525/bio.2012.62.9.5.
- Este enlace compuesto.
- Johnson, R. K.; Wiederholm, T.; Rosenberg, D. M. (1993). Freshwater biomonitoring and benthic macroinvertebrates, 40-158. pp. 40-158.
- Stevenson, R. Jan; Smol, John P. (2003), «Use of Algae in Environmental Assessments», Freshwater Algae of North America, Elsevier, pp. 775-804, ISBN 9780127415505, doi:10.1016/b978-012741550-5/50024-6.
Ver también:
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Tipos de ecosistemas de agua dulce:
Ecosistemas lénticos
Los ecosistemas lénticos son ecosistemas acuáticos en cuerpos de agua cerrados que permanecen en un mismo lugar sin correr, ni fluir. Comprenden todas las aguas interiores que no presentan corriente continua; es decir, aguas estancadas sin ningún flujo de corriente, como los lagos, las lagunas, los estanques y los pantanos. Los ecosistemas lénticos se pueden comparar con los ecosistemas lóticos, que involucran aguas terrestres que fluyen, como ríos y arroyos. Juntos, estos dos ecosistemas son ejemplos de ecosistemas de agua dulce. En estos ecosistemas, el agua no tiene un flujo continuo, lo que permite que se desarrollen comunidades biológicas adaptadas a las condiciones de poca corriente y, en muchos casos, de poca oxigenación en el fondo. Estos ecosistemas suelen tener una gran diversidad de especies de plantas acuáticas, peces, insectos y microorganismos, que interactúan de manera específica en función de las capas de agua, desde la superficie hasta el fondo.
Las tres zonas primarias de un lago. Gráfico: Geoff Ruth. CC BY-SA 3.0. Original file (1,918 × 858 pixels, file size: 320 KB).
Los sistemas lénticos son diversos, desde un pequeño charco temporal de agua de lluvia de unas pocas pulgadas de profundidad hasta el lago Baikal, que tiene una profundidad máxima de 1642 m. La distinción general entre estanques, lagunas y lagos es vaga, pero Brown afirma que los estanques y las lagunas tienen toda la superficie del fondo expuesta a la luz, mientras que los lagos no. Además, algunos lagos se estratifican estacionalmente. Los estanques y lagunas tienen dos regiones: la zona pelágica de aguas abiertas y la zona béntica, que comprende las regiones del fondo y la costa. Dado que los lagos tienen regiones de fondo profundo que no están expuestas a la luz, estos sistemas tienen una zona adicional, la profunda. Estas tres áreas pueden tener condiciones abióticas muy diferentes y, por lo tanto, albergar especies que están específicamente adaptadas para vivir allí.
- Brönmark, C.; L. A. Hansson (2005). The Biology of Lakes and Ponds. Oxford University Press, Oxford. p. 285. ISBN 0198516134.
- Brown, A. L. (1987). Freshwater Ecology. Heinimann Educational Books, London. p. 163. ISBN 0435606220.
- Kalff, J. (2002). Limnology. Prentice Hall, Upper Saddle, NJ. p. 592.
Esta sección es un extracto de Ecosistema léntico.
Ecosistemas lóticos
Un ecosistema lótico es el ecosistema de un río, arroyo o manantial, en el cual el movimiento del agua es predominantemente en una dirección, siguiendo el curso que tenga el cuerpo, afectado por factores físicos como: pendiente, caudal, profundidad, sinuosidad, entre otros. El adjetivo lótico se refiere al agua fluvial, del Latín lotus, participio pasado de lavere, lavar. Los ecosistemas lóticos pueden contrastarse con los ecosistemas lénticos, término que abarca las aguas terrestres relativamente estancadas tales como lagos y estanques. Juntos, estos dos ecosistemas forman el campo de estudio general de la limnología, que puede contrastarse con la oceanografía.
Este arroyo del Parque nacional Redwood puede considerarse ecosistema lótico. Inajeep from US – Flickr.com – image description page. CC BY 2.0. Original file (1,920 × 2,560 pixels, file size: 1.12 MB).
El Parque Nacional Redwood, ubicado en el norte de California, Estados Unidos, es famoso por albergar algunos de los árboles más altos del mundo, como las secuoyas rojas (Sequoia sempervirens). Este parque protege una vasta extensión de bosques de secuoyas costeras, que son esenciales tanto para la biodiversidad como para la captura de carbono. Además de sus impresionantes árboles, el parque cuenta con una rica diversidad de fauna, incluyendo ciervos, alces, osos negros y una gran variedad de aves y plantas. El parque ofrece una variedad de senderos y espacios para el ecoturismo, donde los visitantes pueden disfrutar de la belleza natural y la tranquilidad del bosque. Los ecosistemas del parque incluyen bosques de montaña, áreas ribereñas y zonas costeras, que proporcionan hábitats para muchas especies endémicas.
Las aguas lóticas pueden tener diversas formas, del venero con unos cuantos centímetros a los grandes ríos con un cauce de varios kilómetros de ancho. A pesar de tales diferencias, las siguientes características comunes hacen de la ecología de las corrientes de agua un hábitat único, distinto de otros hábitats acuáticos:
- El flujo es unidireccional.
- Presenta un estado de cambio físico continuo.
- Hay muchos grados de heterogeneidad espacial y temporal, a todas las escalas (micro-hábitats).
- Gran diversidad de ecosistemas lóticos.
- La biota está especializada para vivir en condiciones fluviales.
El movimiento del agua en los ríos y arroyos se caracterizan por ser predominantemente un movimiento horizontal unidireccional. Existe una interacción continua con su cuenca hidrográfica, donde se produce la contribución permanente de material alóctono, principalmente de origen orgánico (hojas, frutos, insectos acuáticos). Por otro lado, la producción de material autóctono en estos ecosistemas se encuentra asociada a la disponibilidad de luz y consecuentemente a la productividad primaria. La fauna de invertebrados es dominada por la comunidad bentónica y la de vertebrados por peces.
La compleja interacción de la biota con el ambiente físico y químico en esos sistemas es bastante influenciada por la velocidad de la corriente, que abarca la dinámica de transporte de energía y ciclo de materiales.
- Tundisi, J. G.; Tundisi-Matsumura, T. Limnologia. São Paulo: Oficina de Textos, 2008. 631p.
- Calidad del agua en embalses. [1] Archivado el 13 de septiembre de 2017 en Wayback Machine.
Esta sección es un extracto de Ecosistema lótico.
Río
Un río es una corriente de agua que fluye con continuidad por un cauce en la superficie terrestre o bien puede sersubterráneo. Pueden ser tanto naturales como artificiales. Posee un caudal determinado, rara vez es constante a lo largo del año, y desemboca en el mar, en un lago o en otro río, en cuyo caso se denomina afluente. La parte final de un río es su desembocadura. Algunas veces terminan en zonas desérticas donde sus aguas se pierden por infiltración y evaporación (ver río alóctono).
Los ríos forman parte del ciclo hidrológico. El agua generalmente se acumula en un río de la precipitación a través de una cuenca hidrográfica de la escorrentía superficial y otras fuentes como la recarga de agua subterránea, manantiales y la liberación de agua almacenada en hielo natural y capas de nieve. Para lo perteneciente o relativo a un río, se utiliza el adjetivo «fluvial».
La suma del agua de todos los ríos del planeta y sus embalses supone alrededor del 0’01% del total del agua de la tierra.
El agua que se encuentra en los ríos y embalses del planeta constituye una fracción muy pequeña del total del agua de la Tierra, aproximadamente el 0,01%. Esto es porque la mayor parte del agua de nuestro planeta está contenida en los océanos (alrededor del 97%), mientras que el agua dulce se encuentra principalmente atrapada en glaciares, capas de hielo y aguas subterráneas.
Los ríos y embalses representan solo una mínima parte del agua dulce disponible, pero son cruciales para los ecosistemas y las actividades humanas, ya que constituyen las fuentes más accesibles de agua potable, riego y energía hidroeléctrica. Este dato resalta la importancia de preservar y gestionar estos recursos, dado que su volumen es limitado en comparación con las necesidades crecientes de la humanidad.
Los ríos son ecosistemas lóticos, es decir, cuerpos de agua en movimiento continuo, cuya dinámica fluida influye directamente en su estructura y funcionamiento. A nivel ecológico, los ríos desempeñan un papel crucial como corredores biológicos, conectando ecosistemas terrestres y acuáticos, y facilitando la migración de especies. Su flujo constante transporta nutrientes, sedimentos y energía, promoviendo la fertilidad de los suelos a lo largo de su recorrido y beneficiando tanto a los ecosistemas ribereños como a los sistemas marinos en su desembocadura.
El ecosistema de un río puede dividirse en diferentes zonas según su curso. En el tramo alto, predomina el agua fría, clara y bien oxigenada, ideal para especies adaptadas a corrientes fuertes, como truchas y organismos bentónicos especializados. En el tramo medio, el caudal se ensancha y estabiliza, permitiendo el desarrollo de mayor biodiversidad. En el tramo bajo, el flujo se ralentiza, la temperatura del agua aumenta y los sedimentos se acumulan, creando hábitats favorables para peces y vegetación más tolerantes a condiciones de menor oxigenación.
Entre los ríos más destacados a nivel mundial, el Amazonas en Sudamérica se distingue por ser el río con mayor caudal y biodiversidad, albergando miles de especies únicas. El Nilo en África, considerado el río más largo, ha sido un soporte histórico y cultural fundamental. El Yangtsé en Asia es crucial tanto ecológica como económicamente, aunque enfrenta presiones significativas por la actividad humana. En América del Norte, el Mississippi-Missouri constituye una red vital para la biodiversidad y la agricultura. En Europa, el Danubio destaca por su rol como corredor ecológico que conecta múltiples ecosistemas a lo largo de su curso.
Los ríos enfrentan amenazas como la contaminación, la construcción de presas, la extracción de agua y el cambio climático, que alteran sus flujos y afectan tanto a los ecosistemas como a las comunidades humanas que dependen de ellos. Proteger los ríos como ecosistemas implica gestionar de manera sostenible sus recursos y reducir las presiones humanas para mantener su integridad ecológica y su capacidad de sustentar la vida.
El río Aura (en finlandés Aurajoki) es uno de los ríos más importantes del suroeste de Finlandia, conocido especialmente por atravesar la ciudad de Turku, donde se convierte en un elemento emblemático tanto cultural como paisajístico. Su curso tiene una longitud de aproximadamente 70 kilómetros, desde su origen en la región de Oripää hasta su desembocadura en el mar del Archipiélago, parte del mar Báltico. Foto: Andrei Niemimäki from Turku, Finland – Autumn in Turku. CC BY-SA 2.0.
El río Aura ha jugado un papel histórico esencial, ya que a lo largo de sus orillas se estableció Turku, la ciudad más antigua de Finlandia, que sirvió como un importante centro comercial y político en la Edad Media. Su cuenca abarca una región fértil, utilizada históricamente para la agricultura, aunque hoy en día está cada vez más urbanizada.
Entre sus características principales, el río Aura es relativamente pequeño en comparación con otros ríos europeos, pero su importancia cultural y ambiental lo destaca. A medida que pasa por Turku, se convierte en el centro de eventos y actividades sociales. Las orillas del río son un popular punto de reunión, con paseos, parques y áreas para disfrutar del paisaje.
El agua del río ha enfrentado problemas de contaminación en el pasado debido a la urbanización y la actividad industrial, pero los esfuerzos de conservación y tratamiento han mejorado significativamente su calidad en las últimas décadas. Hoy en día, el río Aura es un símbolo de revitalización y un ejemplo de cómo los ecosistemas urbanos pueden integrarse de manera armoniosa con la vida moderna.
Funciones y beneficios de los rios
- Abastecimiento de agua: Los ríos son fuentes vitales de agua dulce para la vida en la Tierra. Proporcionan agua para el consumo humano, la agricultura, la ganadería y la industria. Muchas comunidades y ciudades dependen de los ríos como su principal fuente de abastecimiento de agua.
- Biodiversidad y hábitat: Los ríos albergan una gran diversidad de especies de plantas y animales. Los ecosistemas ribereños y acuáticos proporcionan hábitats esenciales para muchas especies, incluyendo peces, aves, mamíferos y anfibios. Los ríos también funcionan como corredores ecológicos, permitiendo el movimiento de especies y contribuyendo a la conectividad de los ecosistemas.
- Ciclo del agua: Los ríos desempeñan un papel clave en el ciclo del agua. Actúan como vías de drenaje para la escorrentía superficial, recogiendo y transportando el agua de las precipitaciones hacia los océanos. Además, los ríos recargan acuíferos subterráneos y contribuyen a mantener el equilibrio hídrico en el entorno.
- Control de inundaciones: Los ríos tienen la capacidad de mitigar inundaciones al actuar como conductos naturales para el flujo de agua. Durante periodos de lluvias intensas, los ríos pueden absorber y redirigir el exceso de agua, ayudando a prevenir inundaciones en áreas habitadas y reduciendo el riesgo de daños a la propiedad y a las vidas humanas.
- Recreación y turismo: Los ríos ofrecen numerosas oportunidades recreativas y turísticas. Actividades como la pesca deportiva, el piragüismo, el rafting y los paseos en bote son populares en los ríos. Además, muchos ríos escénicos y paisajes fluviales atraen a turistas, proporcionando oportunidades para el turismo natural, la observación de la vida silvestre y el disfrute de la belleza natural.
- «Ríos del planeta».
La flora y fauna de los ríos es diferente a la que se encuentra en los océanos porque el agua tiene distintas características, especialmente la salinidad. Las especies que habitan los ríos se han tenido que adaptar a las corrientes y a los desniveles. Sin embargo, existen numerosas excepciones, como es el caso de los salmones que desovan en las cuencas superiores o montañosas de los ríos, o el de los tiburones de agua dulce de Nicaragua, y también en el caso de las especies marinas que penetran en los deltas oceánicos llevados por la pleamar de las mareas y corrientes oceánicas, tal como sucede en los deltas del Orinoco y del Amazonas. Lo mismo sucede con los estuarios de los ríos, aunque en este caso, la entrada de especies marinas en los ríos suele ser momentánea durante el flujo o pleamar lo cual se debe a que se vacían durante el reflujo o bajamar mientras que en los deltas, lo que cambia durante las mareas es la mayor o menor salinidad de sus aguas.
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Ríos más largos
- Río Amazonas (7062 km)
- Río Nilo (6670 km
- Río Yangtsé (6380 km)
- Río Misisipi (6270 km)
- Río Madeira / Mamoré / Grande (5908 km)
- Río Amarillo o río Huang He (China) (5464 km)
- Río Obi (5400 km)
- Río Paraná–Río de la Plata (4880 km)
- Río Amur (4410 km)
- Río Congo (4380 km o 4670 km, según se considere su lugar de nacimiento).
- Duffy, Gary (16 de junio de 2007). «Amazon river ‘longer than Nile’». BBC (en inglés) (Sao Paulo). Consultado el 19 de junio de 2021.
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Contaminación
El agua es un recurso renovable en peligro por culpa de la actividad humana. Toda el agua pura procedente de las lluvias, ya antes de llegar al suelo recibe su primera carga contaminante, cuando disuelve sustancias químicas como anhídrido carbónico, óxido de azufre y óxido de nitrógeno, que la convierten en lluvia ácida. (Fuente: Watt Committee on Energy, 1984, pp. 6-10.). Ya en el suelo, el agua discurre por la superficie o se filtra hacia capas subterráneas. Al atravesar los campos el agua del río se carga de pesticidas y cuando pasa por ciudades arrastra productos como naftas, aceites de automóvil, desechos orgánicos, metales pesados, etc. Los ríos muestran una cierta capacidad de deshacerse de los contaminantes, pero para eso necesitan tener un tramo muy largo en el cual las bacterias puedan realizar su trabajo depurador
El río Amazonas es el sistema fluvial más grande y caudaloso del mundo, ubicado principalmente en América del Sur. Su cuenca hidrográfica, la mayor del planeta, abarca alrededor de 7 millones de kilómetros cuadrados, extendiéndose por Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana y Surinam. Este río no solo destaca por su tamaño, sino también por su biodiversidad, siendo un eje vital para uno de los ecosistemas más ricos y complejos del mundo: la selva amazónica.
El Amazonas tiene una longitud aproximada de 7,062 kilómetros, disputándose el título de río más largo con el Nilo. Su caudal promedio, superior a los 209,000 metros cúbicos por segundo, lo convierte en el río con mayor volumen de agua transportada, llegando a desembocar en el océano Atlántico y formando un extenso estuario en el estado brasileño de Pará.
Entre sus principales afluentes destacan los ríos Marañón y Ucayali, cuya confluencia en Perú marca el inicio oficial del Amazonas. Otros afluentes importantes incluyen el río Negro, el río Madeira, el río Tapajós, el río Japurá y el río Xingu, todos ellos con un papel crucial en la hidrología de la región. Algunos de estos ríos superan en longitud y caudal a grandes ríos de otros continentes.
La cuenca amazónica alberga una increíble diversidad de vida. En sus aguas habitan especies icónicas como el delfín rosado (Inia geoffrensis), la anguila eléctrica (Electrophorus electricus), el pez arapaima (Arapaima gigas) y una inmensa variedad de peces, reptiles y aves. Además, la selva que lo rodea es el hogar de más de 16,000 especies de árboles y 2.5 millones de especies de insectos.
A nivel humano, el Amazonas ha sido históricamente un lugar de asentamiento para comunidades indígenas que dependen de sus recursos. Sin embargo, este río enfrenta amenazas significativas, como la deforestación, la contaminación y el impacto de proyectos de infraestructura como represas, que alteran su flujo natural y afectan su biodiversidad.
El río Amazonas no solo es un recurso natural de incalculable valor, sino también un símbolo de la riqueza ecológica de nuestro planeta y un recordatorio de la importancia de preservar los ecosistemas para futuras generaciones.
Recorrido e influencia geográfica del rio Amazonas. Foto: Kmusser – Own work using Digital Chart of the World and GTOPO data. CC BY-SA 3.0. Original file.
La voz «Amazonas» proviene de «río de las Amazonas», dado al río Marañón por Francisco de Orellana luego de enfrentarse a una etnia local en la cual hombres y mujeres se defendían por igual. Orellana derivó el nombre del mito griego de las guerreras amazonas de Asia y África, narrado por Heródoto y Diodoro. Sin embargo, es muy probable que la palabra Amazonas fuera una deformación por falso amigo paronomásico de una palabra indígena cuya pronunciación a oídos españoles era semejante a «amazonas», palabra indígena que significaba ‘rompedor de embarcaciones’; esto especialmente entre los marayoaras, que podían observar el tremendo macareo (pororoca) que este río provoca al contactar en su desembocadura con el océano Atlántico.
Antes de la conquista, el río no tenía un nombre único; por el contrario, los indígenas nombraban indistintamente a las diferentes secciones con voces como Paranaguazú (‘gran pariente del mar’), Guyerma; Solimões, etc.
En 1500, Vicente Yáñez Pinzón, comandante de una expedición de exploración española, se convirtió en el primer europeo en aventurarse por el río luego de descubrir que sus aguas eran navegables y bebibles. Pinzón llamó al curso de agua el «río Santa María de la Mar Dulce», que finalmente fue abreviado a «Mar Dulce» (nombre que también se dio en esas épocas al Río de la Plata).
Durante algunos años posteriores a 1502 también se le conoció como río Orellana y río Grande. Los compañeros de Pinzón bautizaron al desaguadero como río Marañón, voz de probable origen indígena. Es posible también que el nombre derive del español maraña, en representación de las enormes dificultades que aquellos hombres encontraron al explorar el área. En todo caso, la designación ha persistido hasta nuestros días en el del Estado brasileño de Maranhão y en el del río homónimo en el Perú.
Desembocadura del Amazonas en una foto de satélite tomada en 1990. Autor: Roke~commonswiki. Original file (992 × 653 pixels, file size: 1.4 MB).
Tradicionalmente se asigna al Amazonas el segundo puesto en longitud total, detrás del Nilo, aunque no ha existido nunca un consenso generalizado sobre cuáles son los puntos de medición aceptables. Las últimas investigaciones, añaden unos 740 km (kilómetros) más el cauce, lo que lo colocaría definitivamente en el primer puesto de la clasificación de ríos más largos del planeta.
Según las mediciones más conservadoras, el río tiene unos 6762 km de largo. Sin embargo, una expedición peruano-brasileña en el año 2007 ha calculado 6800 km. Presenta secciones de gran variabilidad en el cauce. En la desembocadura la distancia de una ribera a la otra es de cerca de 330 km, medidos entre Cabo do Norte a Punto Patijoca e incluyendo la isla de Marajó (pronúnciese [marashó]), del tamaño de Dinamarca y el delta del río Pará (tramo final del río Tocantins), de unos 60 km de ancho. La distancia de las bocas del Amazonas, formadas por una especie de delta disimulado por la acción de las mareas y de las corrientes marinas, es de unos 100 km aproximadamente.
Actualmente, por recientes informes de investigaciones, la Sociedad Geográfica de Lima, respaldada por entidades de la comunidad científica internacional, puso fin a la polémica sobre el origen del río Amazonas al determinar que nace en los Andes del sur de Perú y es el más largo del mundo, superior al río Nilo en más de 40 km.
Desde su nacimiento en la quebrada Apacheta, en las faldas del nevado Quehuisha, en el departamento de Arequipa, a 5170 m s. n. m., hasta su desembocadura en el Atlántico tras recorrer Perú, Colombia y Brasil, alcanza una longitud de 7062 km. La cuenca del Amazonas abarca ocho países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guayana Francesa, y Surinam. Esto lo hace 391 km más largo que el Nilo, en África, que se extiende por 6671 km, según dijeron el experto Zaniel Novoa, de la Sociedad Geográfica Limeña, y el periodista y explorador polaco Jacek Palkiewicz, quien en 1996 encabezó una expedición multinacional hacia la naciente del Amazonas. Se llegó a establecer esa medición, que al cabo de 12 años fue validada por importantes entidades de la comunidad científica internacional. Entre ellas figuran la Sociedad Geográfica de Londres, la Academia de Ciencias de Rusia y el Instituto Brasileño de Pesquisas Espaciales.
«Encuentro de las Aguas», la confluencia de los ríos Negro y Amazonas (tramo llamado Solimões en Brasil) en Manaos, a 1600 km del Atlántico. Foto: Mario Roberto Duran Ortiz Mariordo. CC BY 3.0. Original file (1,172 × 862 pixels, file size: 716 KB).
El «Encuentro de las Aguas» es un fenómeno natural espectacular que ocurre cerca de la ciudad de Manaos, en Brasil, donde confluyen las aguas del río Negro y el río Solimões (nombre que recibe el Amazonas en ese tramo). Este evento es notable porque las aguas de ambos ríos fluyen juntas durante varios kilómetros sin mezclarse visiblemente, creando un contraste de colores que puede apreciarse desde tierra, barcos e incluso desde el aire.
El río Negro, de origen en Colombia, lleva aguas oscuras y ácidas debido a la descomposición de materia orgánica en su cuenca, que incluye bosques inundables. Este río tiene una temperatura cálida, de alrededor de 28-30 °C, y una densidad menor.
Por otro lado, el río Solimões (Amazonas) transporta aguas de color marrón claro, cargadas de sedimentos provenientes de los Andes. Sus aguas son más frías, con una temperatura promedio de 22-24 °C, y tienen una mayor densidad debido al material en suspensión.
La falta de mezcla inmediata entre los dos ríos se debe a estas diferencias en densidad, temperatura y velocidad de flujo. Las aguas del Solimões son más rápidas, avanzando a una velocidad de hasta 6 km/h, mientras que las del Negro fluyen más lentamente, a unos 2 km/h. Esto crea una separación visible entre ambos cuerpos de agua que puede prolongarse por más de 6 kilómetros antes de que se mezclen gradualmente.
El «Encuentro de las Aguas» no solo es una atracción turística, sino también un fenómeno único que ilustra la diversidad y complejidad de los sistemas fluviales en la región amazónica. Además, refleja cómo los ríos, aunque distintos, contribuyen juntos al ecosistema del río Amazonas, uno de los más ricos en biodiversidad del planeta.
Amazonia
La Amazonia, también denominada Amazonía (en portugués: Amazônia, en francés: Amazonie, en inglés: Amazonia, en neerlandés: Amazone) y a veces llamada simplemente «el Amazonas» (como el río que la atraviesa), es una vasta región de la parte horizontal y septentrional de América del Sur que integra la selva tropical de la cuenca del río Amazonas. Las adyacentes regiones de Las Guayanas y el Gran Chaco también poseen selvas tropicales, por lo que muchas veces se las considera parte de la Amazonia, especialmente por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, del inglés World Wide Fund for Nature).
Esta selva amazónica es el bosque tropical más extenso del mundo. Se considera que su extensión llega a los 7 000 000 km², repartidos entre nueve países, de los cuales Brasil y Perú poseen la mayor extensión, seguidos por Colombia, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Guyana, Surinam y Guayana Francesa (colectividad territorial francesa). La Amazonia se destaca por ser una de las ecorregiones con mayor biodiversidad en el planeta. Además, la Amazonia contribuye a la regulación del ciclo de carbono y del cambio climático. Las anomalías que suceden en cuanto a aumento en la tasa de CO2 están en sincronía con periodos secos en grandes partes del Amazonas, por lo tanto, el Amazonas actúa como un medidor atmosférico global de CO2.
El 11 de noviembre de 2011, la selva amazónica fue declarada una de las siete maravillas naturales del mundo.
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La Amazonia es la selva tropical más grande del mundo. Foto: Neil Palmer/CIAT – Flickr. CC BY-SA 2.0.Original file (4,288 × 2,848 pixels, file size: 5.46 MB).
La selva amazónica se desarrolla alrededor del río Amazonas y de su cuenca fluvial. Las altas temperaturas favorecen el desarrollo de una vegetación tupida y exuberante, siempre verde. El título de el Pulmón del Planeta que ostenta la Amazonia no es casualidad, ya que mantiene un equilibrio climático: los ingresos y salidas de dióxido de carbono y de oxígeno están equilibrados. Los científicos ambientales concuerdan en que la pérdida de la biodiversidad es resultado de la destrucción de la selva, y que se evidencia con la aparición en el área del río Caquetá a un sistema anterior del bosque selvático en el cual se utilizaron suelos de forma permanente “tierras prietas” gracias a su progresivo abono y por lo que así evitó las migraciones.
Encuentro de aguas del río Negro con el río Solimões, como es llamado el río Amazonas en Brasil.Toda la flora de la selva tropical húmeda sudamericana está presente en la selva amazónica. Existen en ella innumerables especies de plantas todavía sin clasificar, miles de especies de aves, innumerables anfibios y millones de insectos.

Reserva Nacional Pacaya Samiria, más conocida como la selva de los espejos (Perú), es uno de los lugares con mayor riqueza biológica del planeta. Foto: LecomteB. CC BY-SA 4.0.
La Reserva Nacional Pacaya Samiria, ubicada en la región de Loreto, Perú, es un extenso territorio protegido en plena Amazonía que abarca más de 2 millones de hectáreas, convirtiéndola en una de las áreas más grandes de conservación en el país. Conocida como la «selva de los espejos» debido a la asombrosa claridad de sus ríos y lagunas que reflejan el cielo y la vegetación circundante, esta reserva es un verdadero santuario de biodiversidad.
Pacaya Samiria se encuentra entre los ríos Marañón y Ucayali, que se unen para formar el Amazonas. Su ecosistema es mayormente inundable, lo que significa que gran parte de su territorio permanece bajo el agua durante las temporadas de lluvias. Este ambiente particular fomenta la existencia de una extraordinaria diversidad de flora y fauna. En la reserva habitan cientos de especies de aves, peces, mamíferos y reptiles, incluyendo animales emblemáticos como el delfín rosado, el manatí amazónico, el jaguar, la anaconda y varias especies de monos y loros. También alberga una impresionante cantidad de árboles y plantas medicinales que son vitales para las comunidades indígenas que habitan la región.
La reserva no solo es importante desde el punto de vista ecológico, sino también cultural, ya que es el hogar de diversas comunidades nativas que dependen de los recursos naturales de manera sostenible. Estas comunidades juegan un papel crucial en la conservación de la zona mediante programas de manejo y protección de fauna, como el repoblamiento de tortugas y caimanes.
La Reserva Nacional Pacaya Samiria es un lugar fascinante tanto por su belleza natural como por su enorme valor ecológico y cultural, posicionándose como uno de los puntos de mayor riqueza biológica en el planeta y un símbolo de la importancia de la conservación en la Amazonía.
Fauna
Entre los mamíferos, el Amazonas posee enorme cantidad de especies, como los monos, el jaguar, el Oso hormiguero, el puma, el tapir, la Capibara, la Nutria gigante, el Perezoso, el Armadillo, el Ocelote, los Murciélagos, el Coati, el Oso anteojos, el Aguti y los ciervos. En sus aguas viven dos especies de delfines, como el delfín rosado.
Se encuentran reptiles con gran cantidad de especies de tortugas acuáticas y terrestres, Iguanas, Geckos, caimanes, cocodrilos, y multitud de serpientes, entre ellas la Boa y la anaconda —el mayor ofidio del mundo—, etc.
No hay otro ecosistema en el mundo con tanta cantidad de especies de aves; entre estas destacan los guacamayos, Cotorras, tucanes, las grandes águilas como el águila arpía, Ibis, Flamencos y otras muchas especies, en general de coloridos plumajes. Un 20 % de las especies mundiales de aves se hallan en la selva amazónica.
Para los aficionados al acuarismo, se trata de una fuente que provee la mayor cantidad de especies piscícolas que hoy en día pueblan los comercios y acuarios del planeta.
Panthera onca, jaguar o tigre americano. Foto: Charles J. Sharp – [1], from Sharp Photography, sharpphotography.co.uk. CC BY-SA 4.0-. Original file (3,217 × 1,934 pixels, file size: 2.01 MB).
Panthera onca, conocido comúnmente como jaguar o tigre americano, es el mayor felino de América y el tercero más grande del mundo después del tigre y el león. Este impresionante depredador es reconocido por su fuerza, agilidad y por el patrón de rosetas en su pelaje, que lo distingue de otros felinos. Las rosetas suelen tener un punto en el centro, lo que le da un aspecto único. Aunque la mayoría de los jaguares tienen pelaje dorado con manchas negras, también existen ejemplares melánicos, conocidos como «panteras negras», cuyo color oscuro es resultado de una mutación genética.
El jaguar habita una gran variedad de ecosistemas, desde selvas tropicales densas, como la Amazonía, hasta bosques secos, pastizales y pantanos. Su rango histórico abarcaba desde el suroeste de Estados Unidos hasta Argentina, aunque actualmente su distribución se ha reducido considerablemente debido a la pérdida de hábitat y la caza.
Es un depredador tope, lo que significa que ocupa el nivel más alto en la cadena alimentaria. Su dieta es muy diversa, ya que puede cazar desde pequeños roedores hasta grandes animales como ciervos, tapires e incluso caimanes. Su poderosa mordida, la más fuerte entre los felinos en relación con el tamaño corporal, le permite perforar caparazones de tortugas y cráneos de presas grandes.
El jaguar juega un papel vital en el equilibrio de los ecosistemas que habita, ya que regula las poblaciones de sus presas y mantiene la salud de la biodiversidad. Sin embargo, enfrenta numerosas amenazas, como la deforestación, el conflicto con humanos y el comercio ilegal. Es considerado una especie «Casi Amenazada» por la UICN, aunque en algunas regiones está en peligro crítico.
Su majestuosa presencia y su papel como símbolo de poder y espiritualidad en muchas culturas indígenas lo convierten en una especie icónica y un emblema de la conservación de la vida silvestre en América.
Geografía humana y económica del Amazonas
La principal característica sudamericana es el gran desequilibrio en su distribución geográfica. Mientras la gran mayoría se concentra en la costa, enormes regiones del interior quedan prácticamente deshabitadas. Otra característica del subcontinente sudamericano, es su alta tasa de población urbana: tres de cada cuatro latinoamericanos viven en una ciudad.
La selva amazónica peruana, colombiana y brasileña, no escapa a esta realidad; la mayoría de pobladores de la región amazónica se concentran en las ciudades al pie del río Amazonas: Iquitos, Leticia, Manaos y Belém do Pará. La mayoría de los pobladores son colonos y sus descendientes, de origen blanco, mestizo e indígena.
Amazonas. Foto: Francisco Chaves from Buenos Aires, Argentina – Saliendo de casa. Una típica casa da Amazônia. CC BY 2.0. Original file.
Las principales actividades económicas que se presentan en el río Amazonas y en su región son la exportación a todo el mundo, del caucho y la madera. También la pesca, es primordial en el territorio amazónico, se presentan varias exportaciones de peces hacia toda la región,en general el Pirarocu. La agricultura y exportación de alimentos, tales como la yuca, el plátano y el maíz y frutas típicas de la región como, el Copoazú, Carambola, Arazá, Asaí entre otras; forman parte de la gran variedad de alimentos que produce esta región.
Varios poblados en las llanuras de inundación de presentan problemas de contaminación natural de aguas de pozo, en particular por arsénico y manganeso.
Se trata de la mayor selva del mundo y posee un enorme valor ecológico, su biomasa es capaz de absorber inmensas cantidades de dióxido de carbono y de expeler la misma en el clímax, bajo los procesos de descomposición. Debido a su vital importancia para el clima mundial, entre otros aspectos, su conservación se ha vuelto un tema de extrema urgencia en los últimos años.
Este bosque ecuatorial debe su origen al clima extremadamente húmedo y cálido de la región. El Amazonas y sus múltiples tributarios fluyen lentamente a través del área, debido al gradiente extremadamente plano: Manaos, a 1600 km del Atlántico, solo está a 44 m s. n. m.
La biodiversidad de la selva amazónica es extraordinaria: la región es el hogar de por lo menos 2.5 millones de especies de insectos, decenas de miles de plantas y unas 2000 de aves y mamíferos: un quinto de todas las especies de aves del mundo se encuentran aquí. La diversidad de especies vegetales es la mayor de la tierra: algunos expertos estiman que 1 km² puede contener hasta 75 000 tipos distintos de árboles y unas 150 000 especies de plantas. Ese mismo kilómetro cuadrado alberga en promedio unas 90 000 toneladas de biomasa vegetal.
Las Pirañas
Se denomina habitualmente pirañas a varias especies de peces de voraces hábitos carnívoros (ocasionalmente o en sus etapas juveniles también omnívoros) que viven en los ríos de aguas templado-cálidas y cálidas de Sudamérica. La denominación incluye algunos géneros dentro de la subfamilia Serrasalminae, la cual también contiene géneros de peces herbívoros y omnívoros típicos. Las pirañas miden entre 15 y 25 cm de longitud, aunque se han encontrado ejemplares que superan los 34 cm.
Las pirañas solamente se encuentran en las aguas dulces de Centro y Sudamérica. El Amazonas es el lugar donde hay la mayor concentración de esta especie de peces. Aquí conviven multitud de tipos de piraña, ya que es una zona con una diversidad biológica exquisita
Son conocidas por sus dientes afilados y por su insaciable y agresivo apetito por la carne, lo que les ha dado cierto protagonismo en la cultura popular, tanto en el cine, la literatura, y la televisión.
Tipos de Pirañas. Dibujo: Francis de Laporte de Castelnau – Expédition dans les parties centrales de l’Amérique du Sud, de Rio de Janeiro à Lima et de Lima au Para sous la direction du Comte Francis de Castelnau , 1856. Dominio público. Original file (2,122 × 3,017 pixels, file size: 826 KB).

Las pirañas de la selva amazónica son peces de agua dulce que pertenecen a la familia Serrasalmidae. Estas criaturas han ganado fama por su poderosa mandíbula y dientes afilados, que utilizan para triturar su alimento. Existen más de 30 especies de pirañas, y aunque algunas tienen comportamientos agresivos, muchas de ellas son omnívoras y se alimentan principalmente de materia vegetal, insectos y restos orgánicos, además de pequeños peces.
Entre las especies más conocidas destaca la piraña de vientre rojo (Pygocentrus nattereri), que habita en ríos, lagos y afluentes de la cuenca del Amazonas y Orinoco. Este tipo de piraña es famoso por su comportamiento alimenticio en grupo, especialmente en épocas de escasez, lo que ha contribuido a su reputación como un depredador feroz. Sus dientes triangulares están adaptados para desgarrar carne, mientras que su mandíbula fuerte ejerce una presión sorprendente para su tamaño.
Piraña disecada. Foto: Itsmemarttin. CC BY-SA 3.0. Original file (3,128 × 2,334 pixels, file size: 4.73 MB).
A pesar de su reputación, los ataques a humanos son raros y generalmente ocurren cuando las pirañas se sienten amenazadas o cuando el agua donde habitan está muy baja, lo que las obliga a competir intensamente por comida. Además, son peces importantes en los ecosistemas acuáticos, ya que ayudan a mantener el equilibrio al consumir animales enfermos o muertos.
Las pirañas tienen cuerpos compactos y robustos, y su tamaño varía según la especie, aunque suelen medir entre 15 y 25 cm de longitud. Su coloración puede variar de tonos plateados a oscuros, con áreas rojizas o amarillas en el vientre, dependiendo de la especie. Son peces ovíparos, lo que significa que las hembras ponen huevos que son fertilizados externamente por los machos. Este proceso suele ocurrir en áreas de aguas tranquilas con abundante vegetación.
A pesar de su fama infundada como «monstruos voraces», las pirañas son fascinantes y desempeñan un papel crucial en la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos de la selva amazónica.
La Amazonia se considera como el pulmón del mundo ya que absorbe millones de toneladas del dióxido de carbono presente en la atmósfera. Al disminuir la cantidad mundial de este gas que afecta al planeta, contribuye a frenar el cambio climático.
La selva amazónica constituye la décima parte de todos los bosques del planeta. Parte del aire que respira la humanidad se purifica en la Amazonia. Esta purificación del aire la realizan las plantas mediante el proceso de fotosíntesis.
Gran cantidad de dióxido de carbono (CO2) se deriva de la descomposición de materia orgánica, vegetal y animal, una parte sale como gas y otra es convertida en ácido carbónico con el agua de lluvia, lo que da origen a la elevada acidez de los suelos en las selvas y sabanas.
La inmensa selva ecuatorial oculta una fauna abundante, aún pendiente de una clasificación completa. En la Amazonia existen 4000 especies de mariposas, más de 3000 de peces de agua dulce,1700 de aves, y el 20 % de las especies de primates del planeta. Bajo su extraordinaria frondosidad conviven diferentes hábitats y la mayor diversidad genérica del reino animal. La riqueza biológica se explica porque durante millones de años el ecosistema amazónico ha permanecido inalterado.
Es tan amplio su aporte en especies de peces y plantas acuáticas que enumerarlas todas no es tarea fácil. Para los aficionados al acuarismo, se trata de la fuente que provee la mayor cantidad de especies piscícolas que pueblan los comercios y acuarios de todo el mundo.
También alberga una gran cantidad de anfibios de todo tipo, como ranas, sapos, tritones, salamandras y anfibios aún sin conocer.
Tras recorrerlo en una de sus expediciones, el famoso oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau llegó a afirmar que «hay más especies de peces en el Amazonas que en el océano Atlántico».
Humedales
Un humedal es una zona de tierra, generalmente plana, cuya superficie se inunda de manera permanente o intermitente. Al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura, quedando desprovisto de oxígeno y da lugar a un ecosistema híbrido entre los puramente acuáticos y los terrestres.
Considerando que el concepto fundamental de un humedal, chucua, o zona húmeda no es el agua como tal sino la «humedad», se puede hablar de «ecosistemas húmedos» interdependientes de las aguas, ya sean superficiales o subterráneas.
La categoría biológica de humedal comprende zonas de propiedades geológicas diversas como ciénagas, esteros, marismas, pantanos, turberas, así como las zonas de costa marítima que presentan anegación periódica por el régimen de mareas (manglares).
Vista aérea del parque nacional de Ujście Warty cerca de Kostrzyn nad Odrą en Polonia. Foto: A.Savin. Licencia: FAL. Original file (5,644 × 2,822 pixels, file size: 6.18 MB).
Los humedales son ecosistemas donde el agua está presente de forma permanente o temporal, ya sea en la superficie del suelo o en el subsuelo, creando condiciones que favorecen el desarrollo de vegetación adaptada a la humedad. Estos ambientes incluyen zonas como pantanos, marismas, ciénagas, estuarios y deltas, y pueden encontrarse tanto en áreas terrestres como en zonas costeras. Los humedales son de gran importancia ecológica, ya que actúan como filtros naturales del agua, regulan el flujo de los ríos, previenen inundaciones, son hábitats para una amplia variedad de especies animales y vegetales, y contribuyen a la captura de carbono. Además, sirven de refugio para aves migratorias y otras especies en peligro de extinción.
Laguna de Rocha, el humedal más grande la Cuenca Matanza-Riachuelo-. Foto: Martinsnm. CC BY-SA 4.0. Original file (4,928 × 3,264 pixels, file size: 4.06 MB).
La reserva natural integral y mixta Laguna de Rocha se encuentra en el partido de Esteban Echeverría, provincia de Buenos Aires, Argentina, limitada por la Autopista Ricchieri, Av. Fair, y Villa Transradio a aproximadamente 11 km del Aeropuerto Internacional de Ezeiza y a 33 km de Capital Federal. La reserva natural es uno de los pulmones verdes más importantes de la Cuenca Matanza-Riachuelo y se compone de un conjunto de espejos de agua, pastizales y bosques en un territorio que abarca más de 1400 hectáreas de las cuales solo 640 se encuentran protegidas por Ley 14.488, sancionada el 13 de diciembre de 2013 a partir de un proyecto del diputado Walter Martello. Declarada Reserva Histórica Municipal en 1996 valoriza el pasado Querandí, etnia hoy desaparecida.
Además de ser ambientes y ecosistemas muy importantes en la actualidad, los humedales fueron también muy comunes a lo largo de la historia de la Tierra, pues muchas rocas sedimentarias han sido interpretadas como formadas en antiguos humedales, tanto de agua dulce como costeros.
El Día Mundial de los Humedales se celebra cada 2 de febrero, desde que en 1971 se llevara a cabo la Convención de Ramsar.
Los humedales cubren al menos el seis por ciento de la Tierra y se han convertido en un tema central para la conservación debido a los servicios ecosistémicos que brindan.
Los servicios ecosistémicos son los beneficios que los seres humanos obtenemos de los ecosistemas, que son esenciales para nuestra supervivencia y bienestar. Estos servicios incluyen productos directos de la naturaleza, como alimentos, agua y madera, así como procesos naturales que regulan el entorno, como la purificación del agua, el control de inundaciones, la polinización de plantas y la regulación del clima. Además, los ecosistemas nos ofrecen beneficios no materiales, como la recreación, el turismo, la belleza paisajística y el valor cultural. También proporcionan los procesos básicos que sustentan la vida, como la formación del suelo y el ciclo de los nutrientes. Los humedales, al ser ecosistemas vitales, ofrecen una gran cantidad de estos servicios, lo que los convierte en un tema central para la conservación.
Más de tres mil millones de personas, aproximadamente la mitad de la población mundial, obtienen sus necesidades básicas de agua de humedales de agua dulce continentales. Proporciona hábitats esenciales para los peces y diversas especies de vida silvestre, y desempeñan un papel vital en la purificación de aguas contaminadas y la mitigación de los efectos dañinos de las inundaciones y las tormentas. Además, ofrecen una amplia gama de actividades recreativas, que incluyen pesca, caza, fotografía y observación de la vida silvestre.
Desde el año 1700, la humanidad ha destruido el 87% de los humedales del planeta. Desde el año 1900, la humanidad ha destruido el 64% de los humedales.
Características de los ecosistemas acuáticos
Características bióticas
Las características bióticas de los ecosistemas acuáticos se refieren a los organismos vivos que habitan en estos ambientes, como plantas, animales, hongos y microorganismos. En los ecosistemas acuáticos, los organismos se adaptan a las condiciones específicas del agua, como la salinidad, la temperatura, la cantidad de luz y los nutrientes disponibles. La fauna acuática puede incluir desde microorganismos microscópicos hasta grandes mamíferos marinos, pasando por peces, moluscos y aves. La flora acuática abarca desde plantas flotantes hasta algas y plantas sumergidas. Estas especies interactúan entre sí de diversas maneras, como en las relaciones de depredación, competencia, simbiosis o polinización, y tienen un papel fundamental en el equilibrio del ecosistema, ya que afectan procesos como la cadena alimentaria, la descomposición y la oxigenación del agua.
Las características bióticas están determinadas principalmente por los organismos que se producen. Por ejemplo, las plantas de los humedales pueden producir cubiertas vegetales densas que cubren grandes áreas de sedimento, o los caracoles o los gansos pueden pastar en la vegetación y dejar grandes llanuras de marea descubiertas. Los ambientes acuáticos tienen niveles de oxígeno relativamente bajos, lo que obliga a los organismos que se encuentran allí a adaptarse. Por ejemplo, muchas plantas de humedales deben producir aerénquima para llevar oxígeno a las raíces. Otras características bióticas son más sutiles y difíciles de medir, como la importancia relativa de la competencia, el mutualismo o la depredación. Hay un número creciente de casos en los que la depredación por parte de herbívoros costeros, incluidos caracoles, gansos y mamíferos, parece ser un factor biótico dominante.
- Keddy, Paul A. (2010). Wetland Ecology. Principles and Conservation. Cambridge University Press. p. 497. ISBN 978-0-521-51940-3.
- Silliman, B. R., Grosholz, E. D., and Bertness, M. D. (eds.) (2009). Human Impacts on Salt Marshes: A Global Perspective. Berkeley, CA: University of California Press.
Organismos autótrofos
«Los organismos autótrofos son aquellos que tienen la capacidad de producir su propio alimento a partir de sustancias inorgánicas, como el dióxido de carbono y el agua. Esto lo hacen mediante un proceso llamado fotosíntesis, en el caso de las plantas, o quimiosíntesis, en algunos microorganismos. Durante la fotosíntesis, las plantas utilizan la energía del sol para transformar el dióxido de carbono del aire y el agua del suelo en glucosa (un tipo de azúcar que sirve como fuente de energía) y oxígeno. Este proceso es fundamental para la cadena alimentaria, ya que los organismos autótrofos son los productores primarios que sirven de alimento a los consumidores, como herbívoros y otros animales.» (Fuente: Chat GPT).
Los organismos autótrofos son productores que generan compuestos orgánicos a partir de material inorgánico. Las algas utilizan la energía solar para generar biomasa a partir del dióxido de carbono y son posiblemente los organismos autótrofos más importantes en los ambientes acuáticos.Cuanto más somera es el agua, mayor es el aporte de biomasa de las plantas vasculares enraizadas y flotantes.
Las bacterias quimiosintéticas se encuentran en los ecosistemas marinos bentónicos. Estos organismos son capaces de alimentarse de sulfuro de hidrógeno en el agua que proviene de fumarolas volcánicas. Alrededor de las fumarolas volcánicas se encuentran grandes concentraciones de animales que se alimentan de estas bacterias. Por ejemplo, hay gusanos de tubo gigantes (Riftia pachyptila) de 1,5 m de largo y almejas (Calyptogena magnifica) de 30 cm de largo.
- Manahan, Stanley E. (1 de enero de 2005). Environmental Chemistry. CRC Press. ISBN 1-56670-633-5.
- Chapman, J.L.; Reiss, M.J. (10 de diciembre de 1998). Ecology. Cambridge University Press. ISBN 0-521-58802-2.
Organismos heterótrofos
Los organismos heterótrofos son aquellos que no pueden producir su propio alimento, por lo que dependen de otros organismos para obtener energía. Estos organismos se alimentan de otros seres vivos, ya sean autótrofos o heterótrofos. Los animales, por ejemplo, son heterótrofos porque obtienen su energía al comer plantas, otros animales o ambos. Los hongos y muchos microorganismos también son heterótrofos, ya que obtienen nutrientes descomponiendo materia orgánica muerta. A diferencia de los autótrofos, que generan su propio alimento a partir de sustancias inorgánicas, los heterótrofos deben consumir organismos vivos o materia orgánica para sobrevivir.
Los organismos heterótrofos consumen organismos autótrofos y utilizan los compuestos orgánicos de sus cuerpos como fuentes de energía y como materia prima para crear su propia biomasa.
Los organismos eurihalinos son tolerantes a la sal y pueden sobrevivir en ecosistemas marinos, mientras que las especies estenohalinas o intolerantes a la sal solo pueden vivir en ambientes de agua dulce.
- Manahan, Stanley E. (1 de enero de 2005). Environmental Chemistry. CRC Press. ISBN 1-56670-633-5.
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- United States Environmental Protection Agency (2 de marzo de 2006). «Marine Ecosystems». Consultado el 25 de agosto de 2006.
Características abióticas de los ecosistemas acuáticos
Las características abióticas de los ecosistemas acuáticos se refieren a los factores no vivos que influyen en el funcionamiento de estos ecosistemas. Estos factores incluyen elementos como la temperatura, la salinidad, la cantidad de luz que penetra en el agua, el pH, la cantidad de oxígeno disuelto, los nutrientes y la profundidad del agua. La temperatura, por ejemplo, afecta la velocidad de los procesos biológicos, como la respiración de los organismos acuáticos. La salinidad es importante porque determina qué tipos de especies pueden vivir en un ecosistema acuático, ya que algunas especies prefieren agua dulce, mientras que otras necesitan agua salada. La luz es esencial para la fotosíntesis de las plantas acuáticas y algas, que son la base de la cadena alimentaria en muchos ecosistemas acuáticos. Los nutrientes como el nitrógeno y el fósforo son necesarios para el crecimiento de las plantas acuáticas, pero un exceso de estos nutrientes puede causar problemas como la eutrofización. Estos factores abióticos interactúan con las comunidades biológicas, es decir, los organismos vivos que habitan el ecosistema, y juntos forman un sistema dinámico y equilibrado.
Un ecosistema está compuesto por comunidades bióticas que están estructuradas por interacciones biológicas y factores ambientales abióticos. Algunos de los factores ambientales abióticos importantes de los ecosistemas acuáticos incluyen el tipo de sustrato, la profundidad del agua, los niveles de nutrientes, la temperatura, la salinidad y el flujo.
La cantidad de oxígeno disuelto en un cuerpo de agua es frecuentemente la sustancia clave para determinar la extensión y los tipos de vida orgánica en el cuerpo de agua. Los peces necesitan oxígeno disuelto para sobrevivir, aunque su tolerancia al oxígeno bajo varía entre especies; en casos extremos de poco oxígeno, algunos peces incluso recurren a tragar aire. Las plantas a menudo tienen que producir aerénquima, mientras que la forma y el tamaño de las hojas también pueden verse alterados. Por el contrario, el oxígeno es fatal para muchos tipos de bacterias anaerobias.
Los niveles de nutrientes son importantes para controlar la abundancia de muchas especies de algas. En efecto, la abundancia relativa de nitrógeno y fósforo puede determinar qué especies de algas llegan a dominar. Las algas son una fuente de alimento muy importante para la vida acuática, pero al mismo tiempo, si proliferan demasiado, pueden causar mermas en los peces cuando se pudren. Una sobreabundancia similar de algas en ambientes costeros como el Golfo de México produce, al descomponerse, una región hipóxica de agua conocida como zona muerta.
La salinidad del cuerpo de agua también es un factor determinante en el tipo de especies que se encuentran en el cuerpo de agua. Los organismos de los ecosistemas marinos toleran la salinidad, mientras que muchos organismos de agua dulce no. El grado de salinidad en un estuario o delta es un control importante sobre el tipo de humedal (dulce, intermedio o salobre) y las especies animales asociadas. Las represas construidas río arriba pueden reducir las inundaciones de primavera y reducir la acumulación de sedimentos y, por lo tanto, pueden provocar una intrusión de agua salada en los humedales costeros.
El agua dulce que se usa para el riego a menudo absorbe niveles de sal que son perjudiciales para los organismos de agua dulce.
- Loeb, Stanford L. (24 de enero de 1994). Biological Monitoring of Aquatic Systems. CRC Press. ISBN 0-87371-910-7.
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Principales Biomas del mundo. Archivo fuente. CC BY-SA 3.0. Original file(1,385 × 622 pixels, file size: 178 KB).
Organismos
Los ecosistemas terrestres ocupan 1444 150 000000 km² o 30,26% de la superficie de la tierra. Son comparativamente recientes en la historia de vida (se cree que los primeros microorganismos terrestres datan de 440 millones de años, comparados con 3 a 4,5 mil millones de años de origen de la vida acuática y ocupan una porción más pequeña de la superficie de la tierra. A pesar de esto, han sido un sitio importante de la radiación adaptativa de plantas y animales.
Los taxones vegetales más importantes de los ecosistemas terrestres son Magnoliophyta (las plantas con flores) de los cuales hay aproximadamente 275 000 especies y la división Gymnospermae (coníferas) que cuenta con aproximadamente 820 especies. Los miembros de la división Bryophyta (musgos y hepáticas) con alrededor de 24 000 especies son también importantes en algunos ecosistemas terrestres.
Los taxones animales importantes en los ecosistemas terrestres incluyen las clases Insecta (insectos) con más de 900.000 especies, Aves (pájaros) con 8500 especies, y Mammalia (mamíferos) con aproximadamente 4100 especies.
Los organismos en ecosistemas terrestres tienen adaptaciones que les permiten obtener agua cuando el cuerpo entero no está sumergido en este fluido. Esto requiere medios de transporte del agua desde sitios limitados de adquisición al resto del cuerpo y medios de evitar la pérdida de agua por evaporación por la superficie corporal. También poseen caracteres que proveen soporte al cuerpo en la atmósfera, un medio donde no hay flotación del cuerpo. También tienen rasgos que les permiten tolerar los cambios extremos de temperatura, viento y humedad que caracterizan a los ecosistemas terrestres. Finalmente los organismos terrestres han evolucionado diversos métodos de transportar sus gametos y semillas en el ambiente, un medio menos efectivo que el agua.
Musgo (Bryophyta).
El musgo es un tipo de planta perteneciente al grupo de las Bryophyta, un conjunto de plantas no vasculares que se caracterizan por su pequeño tamaño y su capacidad para desarrollarse en diversos entornos, desde bosques húmedos hasta áreas rocosas y suelos desnudos. Los musgos son plantas simples que carecen de sistemas de transporte internos como xilema y floema, lo que significa que dependen de la absorción directa de agua y nutrientes a través de sus hojas y tallos. Esto los hace particularmente sensibles a la humedad ambiental, ya que necesitan agua para completar su ciclo reproductivo.
Con aproximadamente 24,000 especies diferentes, los musgos forman un grupo diverso y significativo dentro de los ecosistemas. Son fundamentales en la estabilización del suelo, ya que previenen la erosión, y también actúan como reservorios de agua, reteniéndola en sus tejidos y liberándola lentamente al medio ambiente. Además, los musgos son pioneros ecológicos, capaces de colonizar superficies desnudas como rocas y suelos recién formados, creando condiciones favorables para el establecimiento de otras plantas.
Los musgos se reproducen principalmente mediante esporas, lo que los diferencia de las plantas vasculares que producen semillas. Estas esporas se dispersan en el aire y, al encontrar un ambiente húmedo adecuado, germinan y dan lugar a una nueva generación de plantas. Aunque son pequeños y aparentemente simples, los musgos desempeñan un papel crucial en los ciclos de nutrientes y en la regulación del microclima de los ecosistemas en los que se encuentran. Su resiliencia y capacidad de adaptación los convierten en un componente esencial de la biodiversidad global.
Foto: Josemanuel. CC BY-SA 3.0. Original file (3,456 × 2,304 pixels, file size: 4.18 MB).
Tundra
La tundra (del ruso тундра, ‘llanura sin árboles’, y del lapón tūndâr, ‘tierra infértil’) se describe como la región biogeográfica polar, cuya vegetación es de bajo crecimiento, más allá del límite norte de la zona arbolada.
Es un bioma que se caracteriza por su subsuelo helado, falta de vegetación arbórea o, en todo caso, de árboles naturales, lo cual se debe a la poca heliofanía y al estrés del frío glacial; los suelos, que están cubiertos de musgos y líquenes, son pantanosos, con turberas en muchos sitios. Se extiende principalmente por el hemisferio norte: extremo norte de Rusia, Alaska, norte de Canadá, este de Groenlandia y la costa ártica de Europa.
En el hemisferio sur se manifiesta con temperaturas mucho más parejas durante el año y en lugares como el extremo sur de Chile, islas subantárticas como la isla San Pedro (Georgia del Sur), Auckland y Kerguelen y en pequeñas zonas del norte de la Antártida cercanas al nivel del mar.
Se desarrolla a una latitud aproximada de 63°33′. Bajando estas latitudes se suelen encontrar bosques de coníferas (la taiga) con algunas betuláceas enanas en el hemisferio norte, bosques y selva húmeda fría de fagáceas, seguidos de coníferas australes en el hemisferio sur.
También existen biomas semejantes a los de la tundra por efecto de la altura, como en el Tíbet y en diversos niveles de las montañas de todo el mundo, como ocurre en zonas tropicales.
Se pueden distinguir tres tipos de tundra: alpina, ártica y antártica. La alpina se encuentra en zonas montañosas, mientras que la ártica se encuentra en zonas más bajas en donde se forman charcos y es en esta donde hay mayor presencia de vegetación; por último, la antártica, que cuenta con mucho menos biodiversidad que las dos anteriores. En la tundra la vegetación está compuesta de arbustos enanos, juncias, hierbas, musgos y líquenes. En algunas regiones de tundra crecen árboles dispersos. El ecotono (o región límite ecológica) entre la tundra y el bosque se conoce como la línea de árboles o límite de bosque.
- «Kieli-ikkuna» (en finés). 1 de octubre de 2006. Archivado desde el original el 1 de octubre de 2006.
- «The Tundra Biome». The World’s Biomes.
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Tundra de Groenlandia en verano. Hannes Grobe. CC BY-SA 2.5. Original file (2,449 × 1,827 pixels, file size: 944 KB).
La tundra es un ecosistema terrestre caracterizado por su clima frío extremo, vegetación de bajo crecimiento y suelos permanentemente congelados conocidos como permafrost. Se encuentra principalmente en regiones polares del hemisferio norte, como el Ártico, aunque también existen tundras alpinas en zonas montañosas de gran altitud. Este ecosistema se define por inviernos largos y fríos, veranos cortos y frescos, y precipitaciones limitadas, que suelen ser en forma de nieve.
La vegetación de la tundra está adaptada a las duras condiciones ambientales y está compuesta por musgos, líquenes, hierbas, arbustos enanos y algunas plantas con flores. Debido a las temperaturas bajas y al permafrost, el crecimiento de las raíces es limitado, lo que restringe el desarrollo de plantas más grandes como árboles. Este ecosistema alberga una fauna especializada que incluye especies como renos, zorros árticos, liebres árticas y aves migratorias, además de numerosos insectos que proliferan durante los breves veranos.
La tundra desempeña un papel importante en la regulación del clima global al actuar como sumidero de carbono, ya que su suelo almacena grandes cantidades de materia orgánica congelada. Sin embargo, este ecosistema es altamente vulnerable al cambio climático. El aumento de las temperaturas está provocando el derretimiento del permafrost, lo que libera gases de efecto invernadero como el metano y el dióxido de carbono, exacerbando el calentamiento global. También enfrenta amenazas como la explotación de recursos naturales y la alteración de los hábitats por actividades humanas.
A pesar de su apariencia desolada, la tundra es un ecosistema único y vital que sostiene una biodiversidad adaptada a sus condiciones extremas y desempeña funciones ecológicas cruciales para el equilibrio del planeta. Su conservación es esencial, no solo por su valor intrínseco, sino también por su influencia en los sistemas climáticos globales.
Los climas de tundra normalmente se ajustan a la clasificación climática de Köppen ET, lo que significa un clima local en el que al menos un mes tiene una temperatura promedio lo suficientemente alta como para derretir nieve (0 °C), pero ningún mes con una temperatura promedio superior a 10 °C (50 °F), por lo que grandes extensiones se convierten en pantanos (turberas); esto sucede por el deshielo y porque los suelos no permiten que se filtre el agua, debido al permafrost, que favorece la solifluxión. (Ver nota: La solifluxión es un proceso geológico que ocurre en suelos saturados de agua, generalmente en zonas de clima frío o con permafrost, donde el suelo superficial se desplaza lentamente cuesta abajo debido a la gravedad. Este fenómeno es común en pendientes suaves y se debe a la saturación del suelo, que reduce su cohesión, permitiendo su movimiento.).
Región de tundra situada en Svalbard. Foto: Sphinx. Kongsfjorden from Blomstrandhalvøya, Kongsfjorden, Spitsbergen (Svalbard). Dominio público. Original file (1,984 × 1,488 pixels, file size: 692 KB).
En zonas cercanas, en torno a los círculos polares, donde los inviernos son extremadamente fríos y los veranos cortos y frescos, se registran lluvias ligeras en verano y nevadas el resto del año. Su clima polar propicia que durante los largos inviernos la temperatura permanezca de promedio en −28 °C y que el terreno esté cubierto por hielo y nieve.
El límite de frío generalmente cumple con los climas EF de hielo y nieves permanentes; el límite de verano cálido generalmente se corresponde con el límite hacia los polos o la altitud de los árboles, donde se clasifican en los climas subárticos designados Dfd, Dwd y Dsd (inviernos extremos como en partes de Siberia ), Dfc que es típico en Alaska, Canadá, partes de Escandinavia, Rusia Europea y Siberia Occidental (inviernos fríos con meses de congelación), o incluso Cfc (ningún mes más frío que –3 °C (27 °F) como en partes de Islandia y el extremo sur de América del Sur). Los climas de tundra, por regla general, son hostiles a la vegetación leñosa, incluso cuando los inviernos son comparativamente suaves según los estándares polares, como en Islandia.
A pesar de la diversidad potencial de climas en la categoría ET, que involucra precipitaciones, temperaturas extremas y estaciones húmedas y secas relativas, esta categoría raramente se subdivide. Las precipitaciones y nevadas son generalmente leves debido a la baja presión de vapor del agua en la atmósfera fría, pero como regla general la evapotranspiración potencial es extremadamente baja, permitiendo terrenos pantanosos y turberas incluso en lugares con precipitaciones típicas de desiertos de latitudes medias y bajas. La cantidad de biomasa de la tundra nativa depende más de la temperatura local que de la cantidad de precipitación.
Véanse también: Clima de tundra y Clima alpino.
Carbono. Cabe resaltar que más de un tercio del carbono atrapado en el suelo se encuentra en las áreas de taiga y tundra. Cuando el permafrost se funde un poco, libera carbono en forma de dióxido de carbono, efecto que se ha observado en Alaska. En la década de 1970 la tundra era un depósito de carbono, pero en la actualidad se la considera más como una fuente de carbono gaseoso.
- Oechel, Walter C.; et al. (1993). «Recent change of Arctic tundra ecosystems from a net carbon dioxide sink to a source». Nature 361 (6412): 520-523. doi:10.1038/361520a0.
Una cantidad significativa de carbono almacenado en el suelo, más de un tercio, se encuentra en las regiones de taiga y tundra. Estas áreas contienen grandes reservas de carbono atrapadas en el permafrost. Sin embargo, cuando el permafrost comienza a derretirse debido al aumento de las temperaturas, este carbono se libera en forma de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero. Este fenómeno ha sido evidente en lugares como Alaska. En el pasado, durante la década de 1970, la tundra funcionaba como un depósito de carbono, es decir, almacenaba más carbono del que liberaba. Actualmente, con el derretimiento del permafrost, se ha convertido en una fuente de carbono gaseoso, liberando más carbono a la atmósfera y contribuyendo al cambio climático.
Fauna de la tundra
Los animales tienen necesidad de protegerse del frío. Algunos animales desarrollan un denso pelaje y acumulan una gran cantidad de grasa subcutánea: su relación superficie-volumen es lo más pequeña posible para aislarse del frío. Otros construyen galerías en la nieve cuando no hay en el suelo; y, por último, algunos migran en épocas muy frías, como el caribú (o reno).
Caribou, Reindeer in Alaska. Foto: Jon Nickles. Dominio público. Original file (1,684 × 2,500 pixels, file size: 526 KB).
Los poiquilotermos, por su parte, alternan estados de resistencia al frío con ciclos de desarrollos cortos en épocas cálidas. Abundan los insectos ápteros y acuáticos, escasean los reptiles y anfibios. (ver nota: Los poiquilotermos son organismos cuya temperatura corporal varía dependiendo de la temperatura del ambiente, ya que carecen de mecanismos internos eficientes para regularla de manera constante. Estos organismos, también llamados de «sangre fría», incluyen a la mayoría de los reptiles, anfibios, peces e invertebrados. Su actividad metabólica y comportamiento suelen ajustarse a las condiciones externas, como buscar el sol para calentarse o refugiarse en la sombra para evitar el sobrecalentamiento).
Los niveles tróficos son muy cortos en invierno, con pocas especies no migratorias; aumenta la cadena trófica con la llegada de los animales migratorios. En ecosistemas litorales, las aves y los mamíferos litorales, como focas y lobos de mar (Otaria flavescens), también son un importante componente migratorio. Dado lo anterior y la poca diversidad de presas, los cambios de uno afectan al conjunto, de ahí las grandes fluctuaciones poblacionales periódicas de las tundras, mayor de lo que es general.
Existen herbívoros —el caribú (o reno), el buey almizclero, la liebre ártica, la cabra nival y el lemmino— y carnívoros —el oso blanco (en el extremo norte), el lobo, el halcón gerifalte, el oso kodiak y el búho nival—. Los salmones son, en gran medida, la base de la red trófica para la fauna de este bioma.
- «Tundra». Blue Planet Biomes. Consultado el 5 de marzo de 2006.
El buey almizclero o buey almizclado (Ovibos moschatus; en inuktitut: ᐅᒥᖕᒪᒃ «umingmak»), también llamado toro almizclero, es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Bovidae. A pesar de su fuerte parecido externo con los bovinos (es un caso de convergencia evolutiva), los bueyes almizcleros pertenecen a la subfamilia Caprinae, la misma en la que se incluyen las cabras y ovejas. Esta curiosa naturaleza se manifiesta en el nombre científico del género, Ovibos, formado por composición a partir de las palabras latinas «ovis» («oveja») y «bos» («buey»). El apelativo almizclero proviene de una serie de glándulas secretoras que presentan los machos y funcionan durante la época de celo.
Muskox (Ovibos moschatus) in the Lüneburg Heath wildlife park, Germany. Photo: Quartl. CC BY-SA 3.0. Original file (3,718 × 2,710 pixels, file size: 3.31 MB).
Flora de la tundra
La vida vegetal se ve expuesta a bajas temperaturas, lo cual dificulta su supervivencia, además la obtención de agua resulta escasa, pues se encuentra congelada durante la mayor parte del año. Además la materia inorgánica mineralizada es muy pobre, debido a la baja tasa de descomposición de la materia orgánica. En las tundras, donde las temperaturas son inferiores a 10 °C en el mes más cálido y los períodos sin hielos tienen una duración inferior a tres meses al año, no es posible el crecimiento arbóreo, por lo que las plantas comunes son los musgos y los líquenes, que no pasan de los 10 cm de altura, ya que los fuertes vientos les impiden alcanzar un mayor desarrollo.
Tundra en Alaska. U.S. Fish and Wildlife Service – images.fws.gov (image description page). Dominio público. Original file (1,156 × 806 pixels, file size: 212 KB).
Características de la vida vegetal
Suelos poco fértiles, formados por materiales residuales de la alteración mecánica y química incompleta de la roca originaria.
- La vegetación depende de los periodos de actividad y las condiciones hídricas del suelo.
- Vegetación abierta y dominio de líquenes y musgos.
- Sustratos inestables para el crecimiento arbóreo (solifluxión).
- Vegetación zonificada según el periodo de actividad.
- Series xerófilas. Estepas de líquenes con sauces, etc.
- Suelos poco fértiles y bien drenados hasta el permafrost.
- Tundra mesófila (15-30 °C) con dominio de ciperáceas y deshelados hasta 200 años.
Clases de tundra
Existen tres tipos principales de tundra, clasificados según su ubicación y características ambientales:
Tundra ártica: Se encuentra en las regiones polares del hemisferio norte, principalmente en el Ártico. Es el tipo de tundra más extenso y se caracteriza por inviernos extremadamente fríos, veranos cortos y la presencia de permafrost. Su vegetación está compuesta por musgos, líquenes, arbustos enanos y hierbas.
Tundra alpina: Se localiza en altitudes elevadas de montañas alrededor del mundo, donde las temperaturas son bajas y las condiciones climáticas son similares a las de la tundra ártica. A diferencia de esta última, la tundra alpina no tiene permafrost permanente, pero sí suelos rocosos y una vegetación similar.
Tundra antártica: Se encuentra en algunas áreas del continente antártico y en islas subantárticas. Este tipo de tundra es menos común y está menos desarrollada debido a las condiciones climáticas extremadamente hostiles. La vegetación es escasa, compuesta principalmente por musgos, líquenes y algunas algas.
Zorro ártico, especie adaptada a la tundra. 欅 (Keyaki) – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0. Original file (2,435 × 1,824 pixels, file size: 613 KB). ホッキョクギツネ.