«Egyptian antiquities in the Oriental Institute, Chicago». Representación o maqueta de un taller de artesanos, que podría haber sido una obra en miniatura creada para mostrar cómo funcionaban estos talleres durante la IX Dinastía del Primer Período Intermedio en el antiguo Egipto.
Estos modelos en miniatura eran comunes en las tumbas egipcias y servían para representar escenas de la vida cotidiana, incluidas actividades artesanales y económicas, como la fabricación de productos, que el difunto esperaría seguir realizando o beneficiándose de ellas en el más allá. Datado en el 2200 a.C. Original file (2,694 × 2,112 pixels, file size: 2.97 MB). Foto: Sailko. CC BY 3.0–
El Primer Periodo Intermedio de la historia del Antiguo Egipto abarca unos 140 años que comprenden la mayor parte del siglo XXII a. C. y la primera mitad del XXI a. C., esto es, los años 2190 a. C.-2050 a. C. Transcurre entre los periodos de la historia de Egipto conocidos como el Imperio Antiguo y el Imperio Medio, y es una época donde el poder está descentralizado. Comprende desde la Dinastía VII hasta mediados de la Dinastía XI, cuando el faraón Mentuhotep II reunificó el país bajo su mando (c. 2040 a. C.). Sin embargo, algunos egiptólogos consideran que las dinastías VII y VIII pertenecen al periodo anterior, el denominado Imperio Antiguo.
El Primer Período Intermedio de Egipto (2181-2055 a.C.) es una fase crucial en la historia del Antiguo Egipto, ubicada entre el colapso del Reino Antiguo y la reunificación bajo el Reino Medio. Se caracteriza por una fuerte fragmentación política, crisis económicas y conflictos internos
Crisis climática y social: el derrumbe del Imperio Antiguo
El colapso del Reino Antiguo fue causado por varios factores, entre los que se incluyen:
- Descentralización del poder: Hacia finales de la VI Dinastía, los gobernantes provinciales (nomarcas) ganaron más autonomía, debilitando la autoridad central del faraón.
- Problemas económicos: La administración se volvió incapaz de mantener el sistema de distribución de alimentos, lo que exacerbó el hambre y la pobreza.
Factores climáticos: La reducción en las crecidas del Nilo provocó sequías, lo que empeoró la crisis agrícola.- Inestabilidad interna: El debilitamiento del poder faraónico llevó a luchas entre facciones locales.
Durante el reinado de Pepy II (c. 2255-2165 a. C.), faraón de la dinastía VI, la situación social, económica, religiosa y política se deterioró gravemente, implicando un cambio de rumbo en el contexto general del territorio. Sus noventa años de gobierno hicieron de su reinado uno de los más largos de la historia de los faraones, pero también lo convirtieron en un dinámico eje de crecientes problemáticas a lo largo de todos sus dominios. Ante todo, la dinastía y su élite gubernamental circundante fueron perdiendo poder, autoridad y credibilidad ante los ojos de sus súbditos, todo ello a causa de una notoria sucesión de circunstancias ocasionadas tanto de manera sucesiva como sincrónica.En primer lugar, las notorias concesiones económicas de los faraones al clero y el incremento de poderío e influencia de los nomarcas y caciques locales habían ido debilitando el peso de la monarquía y sus instituciones. En segundo lugar, los grandes recursos destinados ya por entonces de modo crónico al clero y al mundo de la muerte producirían incipientemente una situación de ruina, pues semejantes pérdidas implicaban una dilapidación de bienes masiva. Las riquezas se acumulaban en improductivos ajuares de tumbas y gastos de cultos funerarios, quedando gran parte de los recursos del país consumidos en complejos religiosos y en las estructuras funerarias. En tercer lugar, el creciente envejecimiento del faraón provocó que quedara en evidencia ante sus súbditos en cuantiosas ocasiones, como en asuntos de política interior, fricciones contra sectores de la élite egipcia o en ritos públicos. Ello se interpretó en su momento como una grave pérdida de su divinidad, perdiendo la devoción sacral del pueblo e incluso de las varias altas castas militares y religiosas. En cuarto lugar, el Egipto del momento perdió influencia en política exterior, quedando así en una situación de relativa vulnerabilidad ante pueblos extranjeros. Y finalmente, en quinto lugar, por aquel entonces el territorio y amplias zonas de su entorno sufrían un fuerte periodo de sequía, lo cual comportaba una menor afluencia de aguas del Nilo y de las precipitaciones anuales, además de provocar una situación de carestía y hambruna, tanto entre el pueblo situado en torno al río como entre las numerosas tribus nómadas del desierto. Tal situación obligaba a las masas a buscar nuevos medios de subsistencia más allá de las antiguas tierras fértiles del Delta (cuyas cosechas quedaron minadas), lo que llevó a cuantiosos movimientos migratorios y a un descenso de la población. Además, el peso de semejante crisis hídrico-productiva justificaba la extensión y defensa de una idea sin precedentes: la pérdida del favor de los dioses por parte del faraón.
Así pues, este conjunto de factores combinados que se dieron desde mediados del reinado de Pepy II precipitaron al derrumbe de la monarquía menfita, imperando un contexto que se iría agravando con los años. La anarquía, la sequía, el hambre, la desconfianza real, la pérdida de la fe divina en el faraón y la incertidumbre religiosa se adueñaron del país.
El Delta fue ocupado por cuantiosas oleadas de pueblos asiáticos y los sucesivos faraones restaron impotentes para redirigir la situación. Fragmento pictórico hallado en los muros de la tumba de Anjtifi.
En la tumba de Anjtifi, un gobernante del nomo de Hieracómpolis, se describe la crítica situación que padecía el pueblo:
«He dado pan al hambriento y vestido al desnudo… no permití que nadie muriera de hambre en este nomo… he prestado cereal… algo que ciertamente no encontré que hubiera sido hecho por los gobernantes que me precedieron…». Tumba de Anjtifi
Aunque los textos históricos son muy escasos, y parece existir un cierto caos político y social, que a veces resulta exagerado, no parece demostrada la ruptura generalizada de los nuevos gobernantes con el anterior poder real.
La primera revolución documentada
Los Lamentos de Ipuur es uno de los escasos documentos conservados que describe esta época de reyes desacreditados, invasión asiática del delta del Nilo, desórdenes revolucionarios, destrucción de archivos y tumbas reales, ateísmo y divulgación de secretos religiosos. Es la crónica del hundimiento del viejo orden:
«El rey ha sido expulsado por los miserables… Los mendigos se han convertido en dueños de los tesoros… Los ricos están de luto, los pobres de fiesta… En cada ciudad se dice: expulsemos a los poderosos que están entre nosotros…». Lamentos de Ipuur
El Papiro de Ipuur es un poema del Antiguo Egipto preservado en 17 fragmentos de papiro; clasificado con el nombre de Papiro de Leiden I 344, se encuentra custodiado en el Museo Arqueológico Nacional de Leiden, en los Países Bajos. (Ver ref: Quirke, 2014, p. 167.)
También es conocido por otros nombres, como Lamentos de Ipuur, Lamentos de Ipuwer, Admoniciones de Ipuwer o Lamentaciones del sabio Ipuer.
El manuscrito fue descubierto en Menfis aunque probablemente procedería de Saqqara; tiene 378 cm de longitud y 18 cm de altura; se data al final del siglo XIII a. C., y aunque la época de la composición del poema se desconoce, algunos eruditos han sugerido que se escribió durante el Primer periodo intermedio de Egipto, o entre el final de la Dinastía XII4 y el Segundo periodo intermedio de Egipto, de ca. 1850 a 1600 a. C. (Gardiner, 1961, p. 109-110. Grimal, 1992, p. 138.).
El Papiro de Ipuur es un poema del Antiguo Egipto. Original file (3,229 × 2,332 pixels). Unknown – Creator. Dominio público. Papyrus van Ipoewer – Google Art Project.jpg.
El relato se considera histórico. Muestra la caída del Imperio Antiguo de Egipto, o un lamento inspirado por el supuesto caos del Segundo periodo intermedio, varios siglos después o, posiblemente, una combinación de ambos sucesos.
Ipuur (Ipu ur), «el príncipe Ipu», partidario del viejo orden, describe un Egipto afligido por desastres naturales y en un estado de caos, un mundo revuelto donde el pobre se hace rico, y el rico pobre, y la guerra, el hambre y la muerte están por todas partes. Un síntoma de este desplome del viejo orden es el lamento donde los sirvientes abandonan su servidumbre y se comportan con rebeldía.
A causa de esto, y de afirmaciones como «el río es sangre», algunos han interpretado el documento como un relato egipcio de las plagas de Egipto descritas en el libro del Éxodo del Antiguo Testamento, y a menudo es citado como prueba del texto bíblico por algunas organizaciones religiosas. El director de cine norteamericano James Cameron también cita este papiro como una de las pruebas del relato bíblico del Éxodo en su documental The Exodus Decoded. (Meyers, 2005, p. 5-6. y Moore y Kelle, 2011, p. 81.).
Enlaces externos
- Texto del Papiro de Ipuur «Las admoniciones de Ipuwer», traducción de Ángel Sánchez Rodríguez, en Egiptomania.
- Imagen de un fragmento del Papiro de Ipuur.
- Rosell, Pablo Martín (28 de abril de 2014). Las Admoniciones de Ipuwer. Literatura política y sociedad en el Reino Medio egipcio.. p. 356. Consultado el 14 de agosto de 2014.
Faraones
Los nombres de los faraones de la dinastía VII y la dinastía VIII están inscritos en la Lista Real de Abidos, aunque su reinado no debió durar más de diez años, y posiblemente solo fuesen gobernantes de nombre, acogidos o asilados en la ciudad de Abidos, sede de la familia real. Estos monarcas, posiblemente pactaron con los líderes revolucionarios para poder reinar en Menfis. Apenas se conoce algo más de ellos.
Los nombres de los faraones de la dinastía IX y la dinastía X están en el Canon Real de Turín, pero se encuentra muy dañado en la parte correspondiente a este periodo y solo se conservan, parcialmente, quince nombres.
Los nomarcas de Heracleópolis y Tebas
Actoes (Jety I), nomarca de la ciudad de Heracleópolis dio un golpe de Estado y depuso a Neferirkara II, el último rey de Menfis; con él surge la dinastía IX, c. 2150 a. C., refuerza su poder sobre el Medio y Bajo Egipto, y consigue cierta estabilidad en estas tierras.
A su vez se dio un proceso similar en el sur, donde los nomarcas de Tebas establecieron su hegemonía sobre el Alto Egipto.
Durante la última etapa del periodo, los gobernantes de estas dos ciudades, Heracleópolis y Tebas, mantuvieron constantes disputas, primero para obtener zonas de influencia, después para intentar controlar todo Egipto.
Hacia 2130 a. C. surge en Tebas, en el Alto Egipto, la dinastía XI, cuyos líderes recrudecen la lucha contra los mandatarios de Heracleópolis. Mentuhotep II, de Tebas, cerca de 2040 a. C. conquista Heracleópolis, y unifica todo Egipto bajo su mando; es el comienzo del Imperio Medio.
Dinastía VII de Egipto
La Dinastía VII o Séptima Dinastía comienza c. 2171 a. C., y es considerada el inicio del Primer periodo intermedio de Egipto, aunque es cuestionada por muchos egiptólogos respecto a su posible cronología e incluso algunos de ellos dudan de su misma existencia.
Las dinastías VII, VIII, IX, X y el primer periodo de la XI se agrupan bajo del título de Primer periodo intermedio de Egipto.
Dinastía VIII de Egipto
La Dinastía VIII o Octava Dinastía surge cerca de 2171 y termina en 2160 a. C.; estaba constituida por los gobernadores de Menfis, aunque su escasa autoridad se limitaba a las regiones vecinas.
La dinastía VIII fue efímera y únicamente perduró pocos años. Posiblemente fue el intento de restaurar en Menfis el linaje depuesto por los dirigentes revolucionarios de la denominada por Manetón dinastía VII, con la interesada ayuda de los poderosos nomarcas de Coptos.
Después del largo reinado de Pepy II Egipto se había disgregado en varias unidades políticas. Los nomarcas comenzaron a erigirse como pequeños reyezuelos. Además la región del Delta había sido invadida por asiáticos. Esto se reflejó en estilos locales de arte diferentes en la elaboración de cerámica, artículos funerarios y relieves tallados en piedra. El país solo fue reunificado bajo un solo gobernante con Mentuhotep II, de la dinastía XI.
Las dinastías VII, VIII, IX, X y el primer periodo de la dinastía XI se agrupan bajo del título de primer periodo intermedio de Egipto.
Documentos de la época
Los Decretos de Coptos, promulgados por los gobernantes Neferkauhor y Neferirkara, concediendo honores y abundantes privilegios a Shemay y a su hijo Idi, nos informan de la situación de la época; estos personajes tuvieron los cargos de nomarcas de Coptos, visires y gobernadores del sur, manejando a su conveniencia a los débiles monarcas de esta dinastía.
El texto de los Lamentos de Ipuur describe una situación caótica: reyes desacreditados, invasión asiática del Delta, desórdenes revolucionarios, destrucción de archivos y tumbas reales, ateísmo y divulgación de secretos religiosos. El hundimiento del Viejo Orden.
Decretos de Coptos (fragmento) MET-.
Metropolitan Museum of Art – Fragmentary decree of King Neferkauhor at the Metropolitan Museum of Art. CC0
Fragmentary decree of king Neferkauhor, appointing the brother of Idy (the latter being the vizier and overseer of Upper Egypt) to a post in the Temple of Min at Coptos. Reign of Neferkauhor, 7th-8th Dynasty, First Intermediate Period. Original file (1,590 × 1,035 pixels, file size: 1.54 MB).
Dinastías VII y VIII (2181-2160 a.C.)
Estas dinastías son tradicionalmente vistas como parte de la transición caótica. Se cree que las sedes de estas dinastías permanecieron en Menfis, pero su autoridad era muy limitada:
- Dinastía VII: Probablemente duró muy poco tiempo, ya que no se han encontrado inscripciones claras de esta dinastía. Algunos relatos mencionan que hubo hasta 70 reyes en 70 días, lo que refleja la inestabilidad.
- Dinastía VIII: Aunque gobernantes como Neferkara II y Neferkara-Pepi-Senedjemib aparecen mencionados en listas reales, su poder era débil y centrado en Menfis.
Dinastía IX de Egipto
La Dinastía IX o Novena Dinastía de Egipto, Heracleopolitana, surge c. 2160 a. C. y transcurre hasta c. 2050 a. C.
En esta época Egipto estaba políticamente dividido y gobernado, nominalmente, por los débiles monarcas menfitas que pertenecían a la dinastía VIII, enfrentados a varios mandatarios locales. Además, el país sufría periódicas incursiones de tribus asiáticas vecinas, aprovechando la situación caótica reinante. Actoes, dio un golpe de Estado, y se proclamó faraón en la vecina Henen-Nesut (Heracleópolis Magna), marcando el comienzo de la dinastía IX, aunque inicialmente su autoridad solo fue reconocida en las regiones más próximas.
Según Julio Africano: esta dinastía tiene su capital en Heracleópolis y es fundada por Actoes que se comportó más cruelmente que los reyes predecesores, provocando el lamento de todo Egipto. Posteriormente cayó presa de la locura y lo mató un cocodrilo. Eusebio de Cesarea comentó que este rey Octois asoló a todo Egipto con espantosas calamidades.
Se han identificado los nombres de algunos gobernantes de esta dinastía, aunque las fechas y duración de sus mandatos son inciertos. La influencia de estos dignatarios se ejerció solo en el Bajo Egipto, debiendo contemporizar con los gobernantes surgidos en el Alto Egipto: la dinastía XI.
Dinastía X de Egipto
La Dinastía X o Décima Dinastía egipcia transcurre aproximadamente del año 2050 a. C. al 2000 a. C. Sus gobernantes son continuadores de los mandatarios de la dinastía IX y tienen su capital en Heracleópolis Magna.
Las dinastías VII, VIII, IX, X y la época inicial de la dinastía XI se agrupan bajo del título de Primer periodo intermedio de Egipto.
Buena parte del conocimiento que poseemos sobre estos gobernantes proviene de los Decretos de Coptos, una serie de textos encontrados en varias tumbas que describen la asignación de privilegios particulares al visir Shemay y a su familia.
Los escasos documentos encontrados confirman que esta dinastía tiene por capital Heracleópolis Magna y que sólo ejercieron un control parcial sobre Egipto.
Durante las Dinastías IX y X (2160-2040 a.C.)
Durante este periodo, Egipto se fragmentó en varios reinos locales. La región del Delta del Nilo y el Alto Egipto quedaron bajo el control de diferentes facciones:
- Dinastía IX: Se originó en Heracleópolis Magna, en el Bajo Egipto. El primer rey conocido fue Kheti I, cuyo gobierno fue marcado por conflictos con otros nomarcas del Alto Egipto. Esta dinastía logró controlar una gran parte del norte de Egipto.
- Dinastía X: Heracleópolis continuó siendo el centro de poder. Los reyes de esta dinastía, como Kheti III, trataron de estabilizar el reino y restablecer el orden, pero tuvieron que enfrentarse a poderosos nomarcas en el sur, especialmente los de Tebas.
Dinastía XI de Egipto
La Dinastía XI o Undécima Dinastía forma parte la época final del primer periodo intermedio de Egipto y principios del Imperio Medio y transcurre aproximadamente de 2160 a 1990 a. C., esto es, el siglo XXI a. C. al completo, y parte de los siglos XXII a. C. y XX a. C. Consistió en siete reyes que gobernaron cerca de 160 años, tal y como registra el Canon Real de Turín. Fue durante esta dinastía cuando se unificó todo el antiguo Egipto bajo el poder de los faraones del Imperio Medio, tras el primer periodo intermedio.
Las dinastías VII-X y el primer periodo de la dinastía XI se agrupan bajo del título de primer periodo intermedio de Egipto.La dinastía XI tiene sus orígenes con un nomarca de Tebas, Intef el hijo de Iku, que es mencionado en varias inscripciones de su época. Sin embargo, su inmediato sucesor, Mentuhotep I, es considerado el primer faraón de esta dinastía.
Una inscripción grabada durante el reinado de Intef II (c. 2118-2069 a. C) muestra que él fue el primer faraón de esta dinastía que intentó gobernar sobre todo Egipto, hecho que llevó a los tebanos a la lucha contra los gobernantes de Heracleópolis Magna, de la dinastía X.
Intef II emprendió varias campañas hacia el norte, río abajo, y capturó el importante nomo de Abidos. La lucha continuó intermitentemente entre las dinastías de Tebas y Heracleópolis hasta el año decimocuarto del reinado de Mentuhotep II (c. 2061-2010 a. C), y cuando derrotó a los gobernantes de Heracleópolis, esta dinastía pudo comenzar a consolidar su reinado.
Los gobernantes de la dinastía XI reafirmaron la influencia de Egipto sobre las zonas colindantes de África y Oriente Próximo. Mentuhotep II reanudó el envío de expediciones a Fenicia para adquirir madera de cedro. Su hijo Mentuhotep III envió una expedición desde Coptos a la tierra de Punt.
Mentuhotep, tocado con la corona roja del Bajo Egipto. Louvre. Aoineko y un autor más – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0. Original file (1,692 × 1,400 pixels).
Mentuhotep IV y el final de la dinastía
El reinado de su último gobernante, y el fin de esta dinastía, es un enigma. Los registros contemporáneos reseñan siete años «vacíos» después de la muerte de Mentuhotep III, que corresponden al reinado de Mentuhotep IV.
Los eruditos modernos identifican a su visir Amenemhat con Amenemhat I, el primer faraón de la dinastía XII, estableciendo la hipótesis de que Amenemhat llegó a ser rey a causa de un golpe de Estado. Los únicos datos ciertos del reinado de Mentuhotep IV son dos inestimables inscripciones del visir Amenemhat encontradas en las canteras de Uadi Hammamat.
La narración del historiador antiguo Manetón: «la dinastía XI consistió en 16 reyes que reinaron 43 años», es desmentida por inscripciones contemporáneas y el Canon Real de Turín, cuyo texto muestra que consistió en siete reyes que gobernaron cerca de 160 años. Sin embargo, su relato de que «esta dinastía se estableció en Tebas» está confirmado por evidencias contemporáneas.
Dinastía XI (2150-2055 a.C.)
Paralelamente, en el Alto Egipto, Tebas emergió como un importante centro de poder bajo la Dinastía XI, fundada por Inyotef I. Los reyes tebanos lucharon contra los heracleopolitanos para unificar el país.
- Inyotef II y Inyotef III expandieron su dominio hacia el norte, enfrentándose a los reyes de Heracleópolis.
- Mentuhotep II (2055-2004 a.C.) fue el rey que logró la reunificación de Egipto tras vencer a la Dinastía X y consolidar su poder sobre todo el territorio. Su victoria marcó el inicio del Reino Medio.
Características sociales y culturales de este periodo
Descentralización: La fragmentación del poder permitió que los nomarcas y otras élites locales adquirieran gran influencia. Esto contrastaba con la estructura centralizada del Reino Antiguo.
Arte y arquitectura: La calidad de las construcciones disminuyó en comparación con los periodos anteriores. Sin embargo, hubo un auge de la arquitectura en Tebas durante la Dinastía XI, especialmente con el complejo funerario de Mentuhotep II en Deir el-Bahari.
Textos literarios: Algunos de los textos más famosos de la literatura egipcia, como los llamados «Textos de la Destrucción» o los «Lamentos de Ipuur», describen el caos social y la desesperación de este periodo. Estas obras muestran una sociedad en crisis y la nostalgia por los tiempos de estabilidad.
Consecuencias
El Primer Período Intermedio concluyó con la reunificación de Egipto bajo Mentuhotep II de la Dinastía XI, quien logró restaurar el orden y centralizar el poder. Esto dio paso al Reino Medio, una época de florecimiento cultural, político y económico.
Este período intermedio revela los desafíos que enfrentó Egipto cuando la autoridad faraónica se fragmentó, pero también la capacidad del país para recuperarse y volver a un periodo de esplendor bajo nuevos gobernantes.
La tumba de Herishefhotep
Herishefhotep fue un alto funcionario egipcio que vivió durante el Primer Período Intermedio (c. 2181-2050 a.C.). Aunque no fue un faraón, sino un noble o alto funcionario, su tumba refleja su importancia dentro de la sociedad egipcia de ese tiempo. La tumba de Herishefhotep es considerada un testimonio notable de la arquitectura funeraria de la época, y su diseño y decoración han atraído la atención de los arqueólogos e historiadores.
Mascara mortuoria de Herishefhotep, Abusir, 9th/10th dynasty. Einsamer Schütze – Own work. CC BY-SA 3.0. Ägyptisches Museum Leipzig. Original file (2,112 × 3,169 pixels).
Escultura hallada en el complejo funerario. Original file (2,304 × 3,456 pixels). Foto: Einsamer Schütze. CC BY-SA 3.0.
Statue of Herishefhotep; Abusir, 9th/10th dynasty. Einsamer Schütze – Own work. CC BY-SA 3.0. Original file (1,974 × 2,961 pixels).
¿Quién fue Herishefhotep?
El nombre Herishefhotep está relacionado con el dios Heryshef (también llamado Herishef), una deidad local de la ciudad de Heracleópolis Magna, donde la dinastía IX tuvo su sede. Este dios, identificado con atributos de la creación y la fertilidad, fue adorado durante el Primer Período Intermedio, especialmente en Heracleópolis, un importante centro de poder en esa época. Es probable que Herishefhotep fuera un alto funcionario o sacerdote relacionado con el culto a esta deidad, lo que le permitió adquirir estatus y riqueza suficientes para construir una tumba lujosa.
La tumba de Herishefhotep
La tumba de Herishefhotep es destacada por su belleza arquitectónica y artística. Aunque la mayoría de las tumbas de esta época no son tan fastuosas como las de otros periodos más prósperos, la de Herishefhotep contiene elementos decorativos que muestran escenas religiosas y cotidianas, típicas de la creencia en la vida después de la muerte. Esta tumba, localizada en Heracleópolis o sus alrededores, es uno de los pocos restos bien conservados de esta turbulenta época en la que la fragmentación política y el conflicto marcaron la sociedad egipcia.
El hallazgo de su tumba no solo es un tesoro arqueológico, sino que también proporciona información sobre las creencias religiosas, costumbres funerarias y el arte de la época.
Féretro de Herishefhotep; Abusir, 9th/10th dynasty. Einsamer Schütze. CC BY-SA 3.0-. Original file (3,456 × 2,304 pixels)
Serie de figurillas talladas encontradas en su tumba para acompañarle al más allá según las costumbres egipcias de la época.
Modelo de una cocina de la tumba de Herishefhotep; Abusir, 9th/10th dynasty. Foto 1 y 2 : Einsamer Schütze, CC BY-SA 3.0. Original file (3,456 × 2,304 pixels).
Barca solar funeraria de la tumba de Herishefhotep; Abusir, 9th/10th dynasty. Fotos 1, 2 y 3. Einsamer Schütze. CC BY-SA 3.0. Ägyptisches Museum Leipzig. Original file (3,456 × 2,304 pixels).
Panel decorado Herishefhotep; Abusir, 9th/10th dynasty. Einsamer Schütze CC BY-SA 3.0. Original file (3,456 × 2,304 pixels)
Tomb equipment of Herishefhotep, Egyptian Museum of Leipzig University. Einsamer Schütze – Own work. CC BY-SA 4.0.
Tomb equipment of Herishefhotep, Egyptian Museum of Leipzig University. Einsamer Schütze – Own work. CC BY-SA 4.0. Original file (2,584 × 4,096 pixels, file size: 5.58 MB).