Zigurat de la ciudad de Ur que se ha conservado hasta nuestros días. Las ciudades sumerias se erigían alrededor de estos y en ellos los patesi realizaban ritos sagrados.
Foto 2 zigurat: Hardnfast. CC BY 3.0
El renacimiento sumerio es un período de la historia de Mesopotamia que comprende los años entre la caída del Imperio acadio y el período de las dinastías amorritas de Isin y Larsa —ambos con gobiernos de origen semita—, entre los siglos XXII a. C. y XXI a. C. Dentro de esta etapa se destacan los años de la llamada Tercera Dinastía de Ur o Ur III, (2112-2004 a.C.) por darse en estos una nueva hegemonía que abarcaría toda Mesopotamia, esta vez con la ciudad de Ur a la cabeza.: Este periodo marcó la restauración de la hegemonía sumeria después de un periodo de declive y fragmentación bajo el dominio de Akkad y otras potencias regionales. Ur-Nammu, el fundador de la dinastía, es un personaje clave, pues bajo su liderazgo se revitalizó la región.
El Imperio Acadio, fundado por Sargón de Akkad (aproximadamente 2334-2279 a.C.), fue el primer imperio en la historia de la humanidad. Este imperio unificó gran parte de Mesopotamia bajo un solo gobierno. Durante más de un siglo, Akkad dominó la región, pero con la muerte de los últimos reyes acadios y la presión de los pueblos extranjeros como los gutis, el imperio comenzó a decaer.
Con la caída de Akkad, Mesopotamia se fragmentó nuevamente en varias ciudades-estado independientes, y fue en este contexto que Ur logró resurgir como un poder dominante en la región.
El renacimiento de Ur se asocia principalmente con la Tercera Dinastía, que fue fundada por Ur-Nammu (2112-2095 a.C.). Ur-Nammu se proclamó rey de Sumer y Akkad, restableciendo el control sobre la región y marcando el inicio de una era dorada en Ur. Este período se caracterizó por un auge en la construcción, la centralización del poder y la revitalización de la cultura sumeria.
Ur-Nammu estableció un sistema administrativo eficiente y unificado, con gobernadores en diferentes ciudades leales a Ur. Su reinado es recordado por la elaboración del Código de Ur-Nammu, uno de los códigos legales más antiguos conocidos, que antecede al famoso Código de Hammurabi. Este código demuestra un sistema jurídico bien organizado que intentaba mantener la justicia y el orden social.
Bajo su gobierno, también se emprendieron grandes proyectos de construcción, siendo el más emblemático el zigurat de Ur, dedicado al dios lunar Nanna, que sigue siendo uno de los monumentos más impresionantes de la antigua Mesopotamia.
Shulgi (2094-2047 a.C.), hijo de Ur-Nammu, fue quizás el monarca más importante de esta dinastía. Gobernó durante 48 años y consolidó aún más el poder de Ur. Bajo su reinado, se perfeccionó la burocracia, con un sistema de administración centralizado y una economía cuidadosamente planificada.
Shulgi también se autoproclamó dios, promoviendo un culto a la realeza que fortalecía su autoridad. Extendió su influencia por toda Sumer y Akkad, imponiendo su control sobre una vasta red de ciudades y reinos, y defendió el territorio con la construcción de una muralla fronteriza.
Además, Shulgi es recordado por sus reformas militares y administrativas. Creó un ejército profesional y mejoró la infraestructura, facilitando el comercio y la comunicación entre las regiones controladas por Ur.
Administración y Centralización: El periodo se caracterizó por una administración centralizada altamente organizada. Los reyes de Ur III implementaron un sistema burocrático avanzado con una red de gobernadores locales y funcionarios que supervisaban el cobro de impuestos, la producción agrícola y la distribución de recursos.
Se desarrollaron extensos archivos de tablillas cuneiformes, que registraban transacciones comerciales, censos y actividades agrícolas.
Ur-Nammu, el fundador de la dinastía, es conocido por promulgar uno de los códigos legales más antiguos del mundo, anterior incluso al famoso Código de Hammurabi. Este código es un ejemplo temprano de leyes que abordan delitos, compensaciones y justicia.
Sumeria sobrevive a la invasión Guti
Para que nos entendamos, los Gutis era uno de los numerosos pueblos nómadas que había en estas regiones. Asaltaban y atacaban a las ciudades en busca de saqueo. Pese a la irrupción de los nómadas gutis, que provocaron continuos saqueos, arrasaron ciudades y campos, y dificultaron el comercio, el fin del Imperio Acadio no trajo la decadencia, al menos en la zona sur de Mesopotamia. (1) Las distintas ciudades se organizaron en pequeños reinos. La propia Agadé, anterior capital imperial, mantuvo un pequeño Estado en los territorios próximos a ella, el cual sobrevivió durante 30 años, hasta que fue conquistado por los nómadas. Posteriormente, se supone una hegemonía de Uruk porque así se nombra en la lista Real Sumeria, pero aparte de los nombres de la lista no hay ningún dato más para afirmarlo o negarlo.
Ver: Pueblo Guti
Mapa que muestra el Estado Ur III y su esfera de influencia. Mapa: Zunkir. CC BY-SA 3.0. Original file (SVG file, nominally 1,252 × 959 pixels).
La ciudad-estado de Lagash
De este período, la historia que mejor se conoce es la de Lagash: primero se conocen los nombres de los ensi, vasallos de los sargónidas de Acad: Kikuid contemporáneo de Rimush, Engilsa contemporáneo de Manishtushu, Ura contemporáneo de Naram-Sin y Lugalshumgal contemporáneo de Naram-Sin y Sharkalisharri. Después, se sabe de una serie de gobernadores que podrían haber estado subordinados a Uruk: Puzurmama, Urutu, Urmama, Lubau, Lugula y Kaku. Tras ellos la ciudad consigue la hegemonía en la región, en la que se denomina Segunda Dinastía de Lagash: Urbaba, Gudea, Urningirsu, Pirigme, Urgar y Mammakhani; que representan una sucesión familiar continuada (de padre a hijo o de suegro a yerno).
Urbaba (2164 a. C. a 2144 a. C.) fue el primero de los monarcas que ejerció la hegemonía; su hija Enanepeda fue nombrada sacerdotisa de la diosa Nannar en Ur, lo que puede indicar que dominaba en esta ciudad. Durante el reinado de Gudea, consta el dominio de Lagash sobre Nippur, Adab, Uruk y Badtibira.
Figura de Gudea, patesi o gobernador de Lagash, en el Museo del Louvre. La figura está realizada en diorita, un duro material que las ciudades importaban del valle del Indo, situado a unos 2.000 km al oriente de Mesopotamia. Marie-Lan Nguyen y un autor más – Trabajo propio. Dominio público. Original file (2,600 × 2,600 pixels, file size).
Gudea (Sumerio: «Gu-de-a») fue un ensi sumerio que vivió en el siglo XXII a. C. Es considerado el más célebre y conocido de los gobernadores de la ciudad de Lagash. Los soberanos de Lagash no se atribuían el título de rey, sino el de ensi (gobernador). Ver ref: (E. Cassin Los imperios del antiguo oriente.)
Gudea fue el segundo en la línea sucesoria de la II Dinastía de Lagash.
Este ensi, que gobernó Lagash durante algo más que quince años, (aproximadamente de 2141 a 2122 a. C.) , construyó numerosos templos y palacios, y ha dejado una gran serie de retratos votivos suyos. Hoy en día se cuenta con más de 30 estatuas esculpida en roca volcánica: diorita azul o dolerita negra. Aparece vestido siempre como sacerdote, con túnica larga con un manto que deja un brazo al descubierto y las manos juntas en actitud de oración. Producen una impresión de serena majestad y de intenso fervor religioso.
Una serie de inscripciones de Gudea conmemoran la inauguración de templos locales, en Ur, Nippur, Adab, Uruk y Badtibira, por lo que parece que Lagash se habría convertido por esta época en la potencia dominante de Sumer. En la época de Gudea, la ciudad de Lagash disfrutó de los beneficios de la paz y de una extraordinaria prosperidad, como lo demuestra la gran cantidad de trabajos de utilidad pública emprendidos, tanto en su capital, como en las numerosas ciudades a las que extendía su hegemonía. De eso dan cuenta sus «nombres de año», entre los que se hace mención a diversas obras públicas, pero a ninguna guerra. Asimismo fue una época de elevada cultura, con gran cantidad de monumentos y de textos encontrados.
(Vázquez Hoys, Ana María (2001). Historia Antigua Universal, volumen I, pág.224. UNED).
Su máxima obra fue la construcción del templo de Eninnu, consagrado al dios Ningirsu.
Tablilla cuneiforme impresa con sello cilíndrico, ca. 2040 a.C. (dibujo). Metropolitan Museum of Art. Creative Commons. CC0
Cuneiform tablet impressed with cylinder seal. Receipt of goats,ca. 2040 B.C. Neo-Summerian. Original file (1,004 × 659 pixelsI).
Pese a que durante su reinado, Lagash realizó una expedición de conquista sobre Elam, se considera que Gudea fue un rey relativamente pacífico, más interesado en el comercio que en la conquista. Así, en una inscripción se celebra que consiguió reabrir el comercio «del mar superior al mar inferior» y se sabe que mantuvo contactos comerciales con las áreas madereras de las actuales Siria y Líbano; con Magan, en el actual Omán, y con el valle del Indo, de donde se obtuvo diorita, cobre y oro. (1) Todos estos materiales se emplearon en la elaborada escultura característica de este período, de la que destacan las numerosas figuras del monarca. Estas esculturas estaban diseñadas especialmente para decorar los templos, que vivieron importantes reconstrucciones durante el reinado de Gudea. De estas construcciones destacan los templos de Ningirsu (cuyas ruinas se perdieron en las primeras excavaciones) y de Nanshe, el cual, según una inscripción, Gudea emprendió tras una aparición divina en sueños. (1) La prosperidad continuó con los reyes Urningirsu y Pirigme.
Estatua sedente del príncipe Gudea, ensi (‘gobernador’) de Lagash. Jastrow y un autor más. Dominio Público. Original file (2,600 × 3,900 pixels).
Tercera dinastía de Ur
Durante el período posterior fue Uruk, con el reinado de Utu-hegal quien obtuvo una posición predominante. El nuevo monarca venció al jefe de los nómadas gutis, Tirigan, que fue tomado prisionero, tras lo cual se nombró «rey de las cuatro regiones». Utu-hegal fue sucedido por Ur-nammu, el cual no se sabe si pertenecía a su dinastía o fue un usurpador. Se ha especulado que podría tratarse de su hermano. (3) El nuevo rey se esforzó por hacer realidad el título que había heredado; atacó las ciudades vecinas y conquistó Nippur, Uruk, Larsa, Ur, Eridu y Lagash, cuyo rey Nammahni fue muerto. (4) Tras esto, decidió trasladar la capital de su Estado desde Uruk a Ur, fundando una nueva dinastía; la III dinastía de Ur. El motivo de este traslado no está claro, aunque es posible que Ur-Nammu hubiese sido gobernador de esta ciudad antes de recibir el trono de Uruk. (3)
Extensión del imperio de la Tercera Dinastía de Ur (el norte se ubica a la derecha). Crates – Trabajo propio, sobre este mapa; la información de la extensión ha sido obtenida de «Garelli, Paul: «El Imperio de Ur y su herencia», en El Próximo Oriente asiático. Barcelona: Labor 1974. ISBN 84-335-9310-2″. CC BY-SA 3.0.
Ur-Nammu fue un general sumerio de Utu-ḫegal, que se rebeló y lo destronó fundando la III dinastía de Ur, con la que vendría el renacimiento sumerio y una nueva etapa de esplendor en Mesopotamia como no se veía desde Sargón de Acad.
Para asegurar su poder acabó con la dinastía de Lagaš, y derrotó a Nammakhani en 2110 a. C., casi al tiempo que a Utu-ḫegal. Con ello se garantizó el apoyo y el sometimiento de las ciudades sumerias.
Urnammu sometió Uruk, se proclamó rey de Uruk y a su vez sucesor de los reyes míticos de la ciudad, es decir llegó a inventarse una sucesión ininterrumpida que lo emparentaba con Gilgameš.
No fue un rey con carácter expansionista, no intentó construir un gran imperio como Sargón y sus sucesores. En lugar de eso se dedicó a unir las ciudades de Mesopotamia central y meridional, y a una intensa labor de reformas en la administración y construcción de infraestructuras.
Uno de sus grandes logros fue la creación de un código de leyes, el Código de Ur-Nammu, basado en la reparación económica de los daños, que tenía como fin aunar los criterios legales de todo su territorio, y garantizar el buen funcionamiento de la economía. Las ciudades sumerias perdieron la autonomía de la que disfrutaban en otro tiempo y pasaron a estar bajo control directo del rey de Ur.
Con Ur-Nammu, se excavaron nuevos canales de riego y se abrieron nuevas rutas comerciales. Se reconstruyeron los templos destruidos en las invasiones de los Guti, y se edificaron nuevos santuarios, especialmente en la capital, Ur. Durante su reinado se edificó el primer zigurat como torre escalonada, con el santuario del dios al que estaba dedicado en lo más alto de ésta. Este primer zigurat se dedicó al dios de la luna sumerio, Nanna o Sin. Nombró a su hija Ennirgalanna sacerdotisa de dicho templo. También engrandeció el templo de Enlil en Nippur.
Estatua de Zariqum; probablemente era un gobernante local de la ciudad de Assur. Alabastro. La estatua podría provenir del templo de Ishtar en Assur, Irak. Siglo XXI a.C. Museo de Pérgamo, Berlín, Alemania. La representación general de la túnica con flecos y el atuendo data de la estatua del período Ur III, alrededor del año 2000 a.C. Fue un gobernante de Assur ciudad. La imagen estaba en el templo de Ishtar en Assur (Irak). Nótese la característica postura de las manos, que puede verse en otras esculturas de gobernates y sacerdotes sumerios. Siglo XXI a.C. Museo de Pérgamo. Original file (3,708 × 5,757 pixels).
Osama Shukir Muhammed Amin FRCP(Glasg) – Own work. CC BY-SA 4.0.
Se le atribuye una colección, al parecer extensa, de poemas de tema báquico, de los que no se conserva ninguno en la actualidad. También a Ur-Nammu se le puede atribur el primer código de leyes, escrito hacia el año 2050 a. C. La tablilla pertenece a la colección del Museo de Antigüedades Orientales de Estambul.
Sus sucesores disfrutarían de años de prosperidad y estabilidad política, que aprovecharían para expandir las fronteras y crear el imperio de Ur.
Ur-nammu se dio a sí mismo el título de «rey de Sumer y de Acad», si bien no se conocen con precisión los límites de sus dominios. Se han encontrado inscripciones suyas en numerosas ciudades sumerias —Nippur, Lagash, Uruk, Larsa, Eridu y Ur— e incluso en curso alto del río Diyala, (5) pero ninguna en Acad, por lo que es posible que el título fuese más honorífico que real. Durante su reinado se realizaron reformas: se redactó el llamado código de Ur-nammu, se unificó la jurisprudencia, se fijó la equivalencia entre las diferentes monedas existentes, se abrieron canales y se reconstruyeron los templos. (4)
- Su hijo y sucesor Shulgi, consolidó el reino durante sus 48 años de gobierno. Los primeros 23 años de su reinado se centró en tareas administrativas: introdujo como medida de volumen el gur (200 litros), reconstruyó numerosos templos, reformó el ejército creando un cuerpo de arqueros y restauró la ciudad de Der, en los límites orientales del imperio. Fue en esta frontera donde Shulgi tendría que afrontar los primeros conflictos. Durante cuatro años se enfrentó a los pueblos seminómadas que habitaban los montes Zagros al sur del Zab inferior. Buscando el apoyo de Elam en el conflicto, Shulgi casó a su hija con el gobernador de Anshan. La diplomacia fracasó, y cuatro años después el imperio de Ur se enfrentó a Elam; venciendo tras dos años de guerra. Un nuevo período de nueve años de paz siguió al conflicto, pasado el cual todos los pueblos seminómadas de los Zagros formaron una coalición que atacó de nuevo al imperio. (4)
- Amar-Sin (o Amarsuen), el tercero de los reyes de la III Dinastía de Ur, conocida como el Renacimiento sumerio y sucesor e hijo de Šulgi. Reinó en Mesopotamia entre los años 2046 y 2038 a. C.
De su reinado poco es lo que se sabe, salvo que bajo su mandato fue destruida la ciudad de Arbela y que salvando este acontecimiento bélico, su reinado estuvo caracterizado por ser pacífico y centrado en el fortalecimiento económico del país de Sumer. Esta paz se mantendría hasta el reinado de Ibbi-Sin, su segundo sucesor en el trono.
Es notable por su intento de regeneración de antiguos lugares de Sumer. Aparentemente trabajó en el inacabado zigurat de Eridu.
Fue sucedido en el poder por su Hermano Šu-SIn, el penúltimo de los reyes de esta dinastía.
Tablilla de fundación del templo de Inanna en Uruk, que data del reinado de Ur-Nammu. BabelStone (Own work). CC0. Está en el British Museum. Original file (1,112 × 1,752 pixels).
- Fue el sucesor de Shulgi, Amar-Sin quien consiguió sofocar este nuevo conflicto. Entre sus actuaciones destacó la conquista y destrucción de Arbela —Urbilum en sumerio—, a orillas del Zab inferior. El resto de su reinado transcurrió de forma relativamente pacífica, si bien se incrementó la llegada de nómadas procedentes del desierto de Arabia, que se fueron asentando en la zona central de Mesopotamia, o Acad. (6)
- Así, su sucesor Shusin (2036 a. C.-2028 a. C.) construyó un sistema de fortificaciones de 270 km, llamado muralla de los Martu, que debía detener las incursiones de los Martu o amorreos y de los tidnum (o Ttidanum), otra tribu semita nómada.
- Ibbi-Sin, hermano de Shusin fue el último soberano de la dinastía. En la frontera occidental, los amorreos traspasaron las barreras cortando los caminos al comercio y arrasando las cosechas. Este destrozo provocó hambrunas en las ciudades centrales del imperio, produciéndose rebeliones y la rendición de muchas de ellas. En esta situación, Shusin dejó el mando de las regiones fronterizas a un funcionario llamado Ishbi-Erra, hasta entonces gobernador de Mari.(6) Tras una derrota del rey contra los elamitas, el mismo Ishbi-Erra se levantó contra el imperio, fundando una dinastía propia en Isin, al norte de Ur. En 2003 a. C. la propia Ur caía ante los nómadas de los Zagros, que arrasaron la ciudad, saqueando los templos y destruyendo las viviendas. (4)(6).
Estatuilla de Amar-Sin, rey de Ur que representa al rey que lleva la canasta del constructor.Tablilla de Amar-Sin, rey de Ur (AO 3143). Mbzt y un autor más. CC BY 3.0. Original file (1,644 × 2,736 pixels).
Las dinastías amorritas
Isin
El imperio de Ur no fue sucedido por otro Estado que abarcase toda Mesopotamia, pese a lo cual, no parece que este fuese un período de caos ni destrucción social.7 Fue Ishbi-Erra, con su reino centrado en Isin, quien consiguió el dominio de gran parte de las ciudades sumerias, en una hegemonía parcial que duraría medio siglo. En los primeros años de su reinado consiguió desarmar a las bandas de bandidos nómadas que impedían el comercio con las regiones de más al norte, tras lo cual se siguió un período de paz que se mantuvo durante el reinado de sus sucesores. (4)
Isin y Babilonia durante la dinastía casitas, siglo XIII a. C. MapMaster – CC BY-SA 4.0.
Larsa
Sin embargo, algunas ciudades sumerias no estaban controladas por la dinastía de Isin. A partir del reinado de Lipit-Ishtar, una de ellas empezó a destacar: era Larsa. El florecimiento de Larsa se hizo evidente hacia el 1930 a. C., cuando el rey Gungunum conquistó Elam, el valle del Diyala y, finalmente, la antigua ciudad de Assur. Unos cinco años después, tras conquistar la ciudad de Ur, Gungunum se autonombró «rey de Sumeria y de Acad». Su sucesor Abisare prosiguió la expansión del reino, conquistando las ciudades acadias de Kish y Akusum así como Nippur. Ya en el siglo XIX a. C., el rey Bur-Sin de Isin trató de frenar el avance de Larsa conquistando Ur y Nippur, pero su iniciativa debió fracasar ya que hacia mediados de siglo, Isin había perdido todo territorio más allá de la propia ciudad. (4)
Babilonia
Durante esta primera dinastía de Larsa, una ciudad hasta entonces poco importante, Babilonia, fundó un principado en el territorio de Acad, más al norte, que incluía las ciudades de Sippar, Dilbat y Kazallu. En el sur, el control de Larsa tampoco era total y a finales del siglo XIX a. C., durante el reinado de Rim-Sin I, una coalición de ciudades se levantó contra su poder. Entre las ciudades rebeldes se encontraban Uruk, Isin y también Babilonia. Las dos primeras cayeron en 1803 a. C. y 1793 a. C. respectivamente. Un nuevo rey, Hammurabi, llegó al trono de Babilonia mientras Rim-Sin se preparaba para la conquista. El nuevo monarca no sólo impidió los planes de Rim-Sin, sino que le venció totalmente, tras lo cual emprendería la conquista de prácticamente la totalidad de Mesopotamia, formando el llamado Imperio paleobabilónico. (8)
Dos vasijas de cerámica, excavadas en tumbas de Ur, c. 2150-2000 a. C. (período Ur III). Zunkir – Own work. CC BY-SA 4.0. Original file (2,589 × 1,541 pixels).
Organización Política, Económica y Social
La Tercera Dinastía de Ur implementó una economía centralizada, con el Estado controlando gran parte de la producción y distribución. Las tierras eran administradas por templos y palacios, donde los trabajadores agrícolas cultivaban bajo un sistema de redistribución estatal. El gobierno recaudaba impuestos y controlaba los intercambios comerciales tanto a nivel local como internacional.
En cuanto a la estructura social, había una jerarquía claramente definida: en la cima estaba el rey, seguido por la nobleza, los sacerdotes, los escribas, los artesanos y, en la base, los agricultores y trabajadores comunes.
Durante el imperio de Ur se desarrolló una importante burocracia, tal y como se muestra en los cientos de miles de tablillas que se han encontrado que reflejan todo tipo de actividades: contratos, contabilidad, salarios, horarios de trabajo, reservas de provisiones, registro de los impuestos, etc. Este trabajo administrativo era llevado a cabo por funcionarios cuya labor era supervisada por otros funcionarios de mayor rango como el aga-ush (policía), nu-banda (inspector) o mashkim (comisario). (4) Para unificar los registros de las distintas regiones, se creó un sistema de medidas estándar y se ideó un nuevo calendario que definía cada año con algún suceso importante sucedido en él. (6)
Peso de referencia de media mina, una unidad de medida que equivalía a 248 gramos. Está firmado por el rey Shulgi y lleva el emblema del dios luna Nannar. Marie-Lan Nguyen y un autor más- Dominio público. Original file (1,100 × 1,467 pixels).
El territorio estaba dividido en diferentes regiones a cuyo cargo había un gobernador militar o shagin y un gobernador civil o ensi. Las atribuciones de cada uno variaban según las distintas circunscripciones pero en general, el ensi se dedicaba a tareas como la justicia, las ofrendas de los templos y el pago de los salarios. En algunas regiones fronterizas el shagin se encargaba también de tareas agrícolas y de las infraestructuras de riego. (4)
Otra parte importante de la administración del Estado fue el sistema de correo, que contaba con un completo sistema de postas y de caminos. Las mercancías eran transportadas por los sukkal, que estaban considerados funcionarios de alto nivel y trabajaban bajo el mando de un sukkalmah, jefe de correo.
Economía
Al igual que la administración, la economía en el período de Ur estaba fuertemente centralizada. La producción agrícola estaba en gran parte controlada por el Estado, que reservaba una parte importante de la producción al mantenimiento de los templos. Otra parte de esta manutención corría a cargo de las ciudades. Para organizar todas las ofrendas, Shulgi ordenó la construcción de un gran depósito en Drehem, cerca de Nippur. (4)
Entre las actividades industriales y manufactureras destacaba la producción textil, que era llevada a cabo principalmente por mujeres. En general, los artesanos pertenecían a la clase de los eren, formada en gran parte por esclavos de guerra. En el período de Ur, gran parte de estos esclavos eran de procedencia elamita, dadas las numerosas guerras vividas entre ese pueblo y los sumerios. Pese a que los eren tenían menos libertad jurídica que otras clases, su situación podía mejorar según cuales fuesen sus habilidades
Regiones productoras de metales utilizados en Mesopotamia. Pese a que la región carecía de yacimientos de metales propios, fueron sus habitantes los que, mediante el comercio, controlaron este bien. (9). CC BY-SA 3.0. Original file (SVG file, nominally 1,249 × 693 pixels.)
Crates – Margueron, Jean-Claude: Los mesopotámicos.- Fuenlabrada: Cátedra, 2002.- ISBN 84-376-1477-5
Entre las actividades comerciales destacaba la importación de metales, a la que se sumaba el comercio de marfil, piedras preciosas y maderas. Gran parte de estos materiales provenían de la ruta del golfo Pérsico, con origen en Magan (en el actual Omán) y el valle del Indo. El cobre también se obtenía de la península de Anatolia y la plata provenía del Elam.
El método de intercambio seguía basándose principalmente en el trueque, en el que Mesopotamia aportaba bienes como telas, lana o dátiles. Sin embargo en este período también comienza a popularizarse el uso del dinero. (4)
Neosumerio; Tablilla cuneiforme; Impresiones de sellos con inscripciones en tabletas de arcilla.
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Sociedad
Durante el período de Ur III, a las distinciones sociales basadas en los derechos legales del ciudadano, que distinguían entre esclavos y hombres libres, se reafirmó una nueva división según el estatus económico de cada individuo. Así, entre los hombres libres se distinguían entre los mashda o posteriormente mushkenum y los dirigentes de la sociedad, mientras que la clase inferior no era específicamente la de los esclavos si no la de los eren, formada por todo tipo de trabajadores que compartían su baja capacidad económica. Los eren podían ser o no esclavos, pero igualmente carecían de muchos derechos, como la libertad de desplazarse sin permiso de su supervisor.
La esclavitud, sin embargo, no iba asociada necesariamente a una forma de vida humilde, ya que dentro de los esclavos se distinguían a su vez varios tipos. Los ir o geme se dedicaban al trabajo doméstico y de servicio, y su labor no era generalmente más pesada que la de los ciudadanos con mayores derechos jurídicos. Parte de los miembros de esta clase provenían de familias pobres, habiendo sido entregados por sus padres para asegurarles una mejor situación económica.
Sin embargo otro grupo de esclavos, denominados namra, sufrían una situación más precaria. Los namra eran generalmente prisioneros de guerra, y pertenecían en su totalidad a la clase de los eren. Las tareas que realizaban, generalmente más pesadas que las de otros grupos, incluían la construcción de infraestructuras o incluso tareas militares. (4)
Esta es la parte superior de una estatuilla de diorita de Ur-Ningirsu (hijo de Gudea y príncipe-sacerdote de Lagash), dedicada al dios Ningizzida (la inscripción cuneiforme fue tallada en la parte posterior de la estatuilla). Ningizzida era el dios sumerio del inframundo y el guardián de la puerta del cielo. C. 2117 a.C. Del sur de Mesopotamia, Irak. El Museo de Pérgamo, Berlín, Alemania. Esta estatua tiene una inscripción:
«Para Ningišzida, su dios (personal), Ur-Ningirsu, gobernante de Laagaš, hijo de Gudea, gobernante de Lagaš (roto).
Ningizzida
Ningišzida es una deidad de la antigua Mesopotamia, asociada principalmente con la vegetación, la fertilidad, y el inframundo. Su nombre significa «Señor del Buen Árbol» o «Señor del Árbol Justo», lo que refleja su conexión con la vegetación y los ciclos naturales. Ningišzida también está relacionado con la curación y la magia, además de ser un dios de transición y cambio.
1. Mitología y Asociaciones
Ningišzida es una deidad compleja con múltiples aspectos y funciones dentro del panteón mesopotámico. Se le considera hijo de Ninazu, un dios también vinculado con el inframundo, y de Ereshkigal o Geshtinanna en algunas tradiciones. En el contexto religioso sumerio y acadiano, Ningišzida es tanto un dios de la naturaleza como una figura vinculada con los misterios del inframundo.
Uno de los símbolos más característicos de Ningišzida es la serpiente, especialmente las serpientes entrelazadas, a veces representadas como dragones con cuernos. Estas imágenes recuerdan a las representaciones posteriores del caduceo, el símbolo asociado con la medicina y la sanación. También se lo representaba con cuernos de cabra y el Árbol de la Vida, reforzando su vínculo con la naturaleza y la regeneración.
2. Rol en el Inframundo
Ningišzida desempeña un papel en la transición entre el mundo de los vivos y el reino de los muertos. A veces es visto como un guardián o guía de las almas en su viaje al inframundo, similar al rol que juega el dios Nergal. Sin embargo, a diferencia de deidades más aterradoras del inframundo, Ningišzida tiene una faceta benévola, vinculada con la renovación cíclica y el renacimiento.
En algunos textos, Ningišzida aparece como compañero o consorte de la diosa Geshtinanna, hermana de Dumuzi, quien también tiene una fuerte conexión con los ciclos de vida, muerte y renacimiento. En otros contextos, es considerado un mediador entre los mundos celestial, terrestre e infernal.
3. Ningišzida en Textos y Culto
Ningišzida es mencionado en varios himnos y textos sumerios y acadios. Uno de los más conocidos es el Himno a Ningišzida, donde se lo invoca para protección, sanación y favor divino. Su culto estaba asociado principalmente con la región de Lagash, aunque también se le veneraba en otras ciudades sumerias.
El dios también aparece en las leyendas como uno de los sirvientes leales del dios Ningishzida, Inanna o su esposo.
4. Ningišzida en la Cultura Mesopotámica
En la literatura mesopotámica, Ningišzida es una figura relevante en el poema “El descenso de Inanna al inframundo”, aunque no desempeña un rol protagónico. En algunos textos, se le presenta como uno de los guardianes de las puertas del inframundo. Sin embargo, su asociación más destacada sigue siendo con la naturaleza y la fertilidad, lo que sugiere que su culto podría haber tenido raíces en las comunidades agrícolas tempranas de Sumeria.
También, Ningišzida es una de las primeras deidades vinculadas con la serpiente, un símbolo que más tarde se asociaría en diferentes culturas con el conocimiento, la curación y la dualidad entre vida y muerte. En algunas representaciones, aparece como un dios con cabeza humana y cuerpo de serpiente, lo que destaca su naturaleza dual y su relación tanto con la vida como con la muerte.
5. Relaciones con Otras Deidades
Ningišzida está estrechamente vinculado con otras deidades de la vegetación y el ciclo de la vida, como Dumuzi, el dios pastor, cuya muerte anual simboliza el cambio de estaciones y la fertilidad de la tierra. Dumuzi y Ningišzida son ambos asociados con la muerte y el renacimiento, lo que refuerza el papel de Ningišzida como una deidad liminal, situada entre el mundo de los vivos y el inframundo.
Su relación con Geshtinanna, una diosa de la agricultura y la escritura, también es significativa. En algunas tradiciones, se considera que Ningišzida es su consorte o hermano. Geshtinanna y Ningišzida comparten atributos relacionados con la vegetación y la transformación cíclica.
6. Ningišzida y la Magia
En la magia y la medicina mesopotámicas, Ningišzida tiene un papel importante. Como dios sanador, se le invocaba en encantamientos y rituales para curar enfermedades. Su vínculo con las serpientes, criaturas consideradas protectoras y regenerativas en la tradición mesopotámica, refuerza su asociación con la sanación y la renovación. Además, su conexión con el inframundo le otorga un carácter protector frente a las fuerzas malignas.
7. Influencia Posterior y Legado
Aunque Ningišzida es menos conocido en comparación con deidades como Enlil, Inanna o Marduk, su influencia perduró más allá de la civilización sumeria. Algunos estudiosos sugieren que el símbolo del caduceo, adoptado más tarde por culturas griegas y romanas como símbolo de la medicina, tiene sus raíces en las representaciones de Ningišzida y sus serpientes entrelazadas.
El culto a Ningišzida también influyó en las prácticas religiosas y mágicas de Babilonia y Asiria. Su carácter dual, vinculado tanto a la vida como a la muerte, y su relación con la vegetación y la naturaleza lo convierten en una figura compleja y rica en simbolismo dentro del panteón mesopotámico.
Conclusión
Ningišzida es una deidad multifacética en la antigua Mesopotamia, representando la fertilidad, la naturaleza, el inframundo y la sanación. Como “Señor del Buen Árbol”, su culto refleja la importancia de la vegetación y los ciclos naturales en la sociedad sumeria. Al mismo tiempo, su conexión con la serpiente y el inframundo lo sitúan como una figura crucial en el sistema religioso y mágico de la región, siendo a la vez un protector y un guía entre la vida y la muerte.
Deidad sumeria Ningizzida acompañada por dos grifones. Es la imagen más antigua de serpientes que se conoce 2000 a. C.
El grifo (griego: γρυφος, gryphos; persa: شیردال shirdal, ‘león-águila) es una criatura mitológica, cuya parte frontal es la de un águila gigante, con plumas blancas, pico afilado y garras poderosas. La parte posterior es la de un león, con pelaje amarillo, patas musculosas y cola larga.
Ningishida, Ningizzida o también Gizzida, era una deidad en la antigua Mesopotamia, a quien se conocía como el o la «Señor/a del árbol de la vida»; la cual acompañaba siempre a Dumuzi, custodiando ambos las Puertas del Cielo.
Descrita a veces como una serpiente con cabeza humana, esta deidad devino más tarde en el dios de la sanación y la magia. No se conoce el sexo de Ningizzida, pero en algunas representaciones se le ve con barba y dos serpientes que afloran de sus hombros, y en el mito de Enki y Ninhursag, a Dazimua le es permitido casarse con Ningizzida. Es el primer símbolo de serpientes gemelas del que se tiene conocimiento.
Origen de la serpiente del Jardín del Edén
Debido a las características físicas que presenta Ningizzida, y al ser custodio del árbol de la vida, algunos eruditos postulan que Ningizzida podría estar relacionada con el relato de la serpiente del Jardín del Edén, quién entregó a Eva la fruta prohibida del «árbol de la ciencia del bien y del mal». Si bien, aunque los relatos sumerios/mesopotámicos fueron escritos anteriormente al relato hebreo, no debería considerarse a este último como una mera copia del sumerio, ni tampoco que los sumerios fuesen los que habrían dado origen a la posterior historia del Jardín del Edén, sino que ambos relatos parecen referirse a una misma situación del pasado remoto. Sin embargo, otros eruditos asocian el relato de la serpiente del Edén con la diosa Tiamat.
Mito de Adapa y el viento del sur
También es mencionada esta deidad en el mito de Adapa y el viento del sur, cuando Adapa tiene que ir a ver a Anu, y Enki le instruye para que se vista de luto, y cuando llegue a las puertas del cielo diga a Dumuzi y Ningizzida que en su tierra se extrañan a algunos dioses; cuando ellos pregunten quienes eran esos dioses, Adapa debe contestar que Dumuzi y Ningizzida. Esto caería bien a las dos divinidades que custodiaban las puertas del cielo y por ende hablarían bien de Adapa a Anu.
Véase también
Religión y Cultura
La religión seguía siendo un pilar central en la sociedad. Los templos no solo eran centros religiosos, sino también económicos y administrativos. El dios principal de Ur era Nanna, el dios lunar, cuyo culto se centraba en el imponente zigurat de Ur. La adoración a los dioses sumerios y la integración de elementos acadios reflejaban una sociedad culturalmente sincrética.
En cuanto a la cultura, hubo un florecimiento en la literatura, el arte y la arquitectura. Los poetas escribieron himnos dedicados a los dioses y los reyes, y las inscripciones reales destacaban las hazañas y la divinidad del monarca.
Las piedras grabadas se habían utilizado desde el séptimo milenio a.C. para estampar impresiones en arcilla, pero la invención en el cuarto milenio a.C. de cilindros tallados que podían ser rodados sobre la arcilla permitió el desarrollo de diseños de sellos más complejos. Estos sellos cilíndricos, utilizados por primera vez en Mesopotamia, servían como marca de propiedad o identificación. Los sellos se estampaban en masas de arcilla que se usaban para cerrar frascos, puertas y cestas, o se rodaban sobre tablillas de arcilla que registraban información sobre transacciones comerciales o legales. Los sellos solían estar hechos de piedras preciosas. Se les podía atribuir propiedades protectoras tanto al material en sí como a los diseños tallados. Los sellos son importantes para el estudio del arte del antiguo Cercano Oriente porque muchos ejemplos han sobrevivido de cada período y, por lo tanto, pueden ayudar a definir fases cronológicas. A menudo preservando imágenes que ya no existen en ningún otro medio, sirven como un registro visual del estilo y la iconografía.
Se muestra la impresión moderna del sello para que se pueda ver todo el diseño. Este sello muestra una llamada escena de presentación, el motivo más común en los sellos cilíndricos del período de Ur III. Un adorador calvo y afeitado, vestido con una túnica larga con flecos y que sostiene la palma de su mano derecha ante su boca, presumiblemente es el propietario del sello, Ilum-bani, identificable por la inscripción enmarcada de ocho líneas: «Ibbi-Sin, el rey fuerte, rey de Ur, rey de las cuatro regiones [del mundo] // Ilum-bani, el supervisor, hijo de Ili-ukin [es] tu siervo». Es guiado por una diosa que lleva una túnica con volantes que le cae sobre el hombro izquierdo y un gorro con cuatro pares de cuernos. Ella le agarra la muñeca izquierda con su mano derecha, levanta la mano izquierda en un saludo y presenta al adorador a la figura sentada de un rey deificado, aparentemente un joven Ibbi-Sin, quien, en la inscripción, se identifica con el determinativo divino. Él también viste una prenda con volantes que cae sobre su hombro izquierdo y un gorro con borde. Sentado en un taburete acolchado colocado sobre una plataforma baja, sostiene una copa con la punta de los dedos. Un disco estrellado dentro de una luna creciente ocupa el campo superior frente al rey. Estos sellos, altamente estandarizados tanto en su iconografía como en sus fórmulas de inscripción, aparentemente estaban restringidos a una clase de altos funcionarios públicos que ocupaban un rango justo por debajo del rey en la jerarquía administrativa.
Ver fuente del texto Museo Metropolitano de Arte. (Uso permitido y en dominio público). Ver link a fuente.
Nota: A ver, los Sumerios se les considera los creadores de la escritura, pues aunque otros pueblos tenían formas de representación pictográfica se considera a los Sumerios los maestros en este arte, y los que mayor producción económica y literaria tuvieron. Además hay que señalar su enorme influencia a otros pueblos de la región. También destacar que su escritura estuvo vigente varios miles de años y que fue asimilada por otros pueblos para su uso. Es la llamada escritura cuneiforme, la cual se escribía con unos palitos o cuñas por medio de incisiones en la arcilla fresca. Podían ser cilíndricas o planas. En el caso de la imagen, no es escritura propiamente cuneiforme como se verá, pero este tipo de imágenes eran hechas muy a menudo por los escribas sumerios.
Es un relieve en arcilla, y tanto los cilíndricos como estos planos, posteriormente se podían guardar tal cual, como prueba de una transacción económica o contrato de cualquier tipo. Pienso yo que además de guardar la pieza, lo entintaban con algún pigmento y lo ponían sobre algún soporte para crear la impresión. Por eso son llamado sellos de impresión, que podía usarse sobre vasijas u otros soportes.
«Sello cilíndrico: figura sentada a la que se acerca una diosa que conduce a un adorador.» La pieza de arriba está custodiada en el MET (Museo Metropolitano de Arte). Ver link de acceso al contenido online de dicho museo.
Cuenco grabado con caracteres cuneiformes, cerámica de color negro encontrado en las proximerías de la ciudad de Ur en el periodo de Ur III. Original file (4,776 × 3,083 pixels). Derechos foto: Zunkir. La foto está hecha con una Canon Eos 2000 D y está subida el 31 de agosto de 2020. This file is licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license.
El Declive de la Tercera Dinastía de Ur
El apogeo de la Tercera Dinastía de Ur no duró mucho. Hacia finales del reinado de Ibbi-Sin (último rey de la dinastía), la presión de los amorreos y los elamitas debilitó el reino. Además, una crisis agrícola y económica, exacerbada por una administración sobreextendida, contribuyó al colapso.
En 2004 a.C., la ciudad de Ur fue saqueada por los elamitas y sus aliados, lo que marcó el fin del renacimiento de Ur y el regreso a una Mesopotamia fragmentada y disputada por nuevos poderes emergentes, como Babilonia.
Legado del Renacimiento de Ur
El Renacimiento de Ur dejó un legado duradero en la historia de Mesopotamia. La centralización del poder, los avances administrativos y jurídicos, y las grandes obras arquitectónicas influirían en las dinastías y reinos posteriores. Incluso después de la caída de Ur, las tradiciones y estructuras desarrolladas durante este período continuaron moldeando la civilización mesopotámica durante siglos.
Acadios & Sumerios: El Inicio De Todo
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Apasionante reportaje hablando de la primera civilización fechada en la Historia: Los sumerios, hablaremos de sus ciudades, palacios, zigurats, inventos, la polémica alienígena, guerras e injusticias que me hacen reflexionar desde otro punto de vista, a pesar de que los sumerios desaparecieron hace milenios, su ingenio y legado está presente en nuestra existencia. 3:20 El inicio de todo 8:00 El fenómeno alienígena atribuido a la civilización Sumeria (mi opinión) 17:50 Inventos sumerios 22:00 Correspondencia etimológica a la geografía antigua 29:20 El legado sumerio 33:20 Las ciudades sumerias 39:00 Fuentes sumerias 43:45 Se alza un Líder Fuentes: Revistas de National Geographic y atlas antiguo. Bandas sonoras: Conan el Bárbaro Age of empires: definitive edition Music of Crete: Daly Rose
Referencias
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- Garelli, Paul (1974). «Sumer». El Próximo Oriente asiático. Barcelona: Labor. ISBN 84-335-9310-2.
- Leick, Gwendolyn (2002). «Akkad». Mesopotamia: la invención de la ciudad. Barcelona: Rubí. ISBN 84-493-1275-2.
- Garelli, Paul (1974). «El Imperio de Ur y su herencia». El Próximo Oriente asiático. Barcelona: Labor. ISBN 84-335-9310-2.
- Margueron, Jean-Claude (2002). «El renacimiento sumerio de la III dinastía de Ur». Los mesopotámicos. Fuenlabrada: Cátedra. ISBN 84-376-1477-5.
- Leick, Gwendolyn (2002). «Ur». Mesopotamia: la invención de la ciudad. Barcelona: Rubí. ISBN 84-493-1275-2.
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- PÉREZ GARCÍA, Juan Manuel (2011). «Caliope. Letras, arte y cultura» (Eunóe edición). México. Archivado desde el original el 27 de mayo de 2014. Consultado el 18 de octubre de 2012.
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