La transición del Neolítico a la fase propiamente histórica. La escritura. Reflexiones encontradas. Conceptos Teológico-Histórico-Culturales.
El nacimiento de la civilización. Mesopotamia. Sumeria
El paso de la revolución Neolítica a la Edad de los Metales (desde el 3.000 a.C), la invención de la escritura, las ciudades etc marca un punto de inflexión relativamente rápido que lleva al proceso civilizador de la creación de las primeras grandes urbes, así como los primeros imperios y culturas que marcarían el paso de los tiempos posteriores.
Cronológicamente, todabía quiero tratar antes otros temas como el arte rupestre paleolítico en la zona cantábrico-franca, el proceso neolítico en la península Ibérica, o cómo de forma progresiva se implementaron los avances del Oriente Próximo en Europa, así como las migraciones de pueblos preindoeuropeos que dieron paso a la «moderna» Europa que luego se iría gestando. También quiero tratar la llamada Edad de los Metales, en sus tres fases de desarrollo sucesivas, antes de proseguir camino. Sin embargo, considero hacer este texto en este momento histórico, pues considero que lo que vendría después especialmente en el Creciente Fértil (Mesopotamia), se produce con el antecedente claro de la Revolución Neolítica, o sea ésta fue el inicio de los acontecimientos posteriores, con el uso progresivo de los metales en la confección de útiles, herramientas y armas principalmente y la creación de grandes imperios, invencion de la escritura y todos los avances que marcaron el paso a la llamada Edad Antigua. Creo que el punto de partida fue la Revolución Neolítica de todo lo que ocurrió posteriormente.
Se abre así un periodo ya plenamente histórico conocido como Edad Antigua que es apasionante y que en los próximos artículos trataremos de desarrrollar y/o sintetizar pues son de gran trascendencia histórica.
Ya hemos hablado sobre los textos fundacionales y mitos transmitidos por los antiguos, y lo seguiremos haciendo, pues se considera de gran valor histórico y patrimonial la perpetuación y transmisión de dichos saberes ancestrales.
Este tema es mucho más amplio que la propia cuestión Hebrea sobre el conocimiento revelado que trataría de reflejar los libros sagrados de la Torah, el Tanaj o la propia Bíblia en si misma. (De hecho en otras órbitas culturales se produjeron hechos revelados similares, ya sea la India, China u otros.).
Lo que yo considero a destacar, sin minusvalorar la importancia de la Bíblia Hebrea y sus enseñanzas, es referido a las propias tradiciones, historias y legado cultural y sapiencial que nos transmiten nuestros antepasados. Eso lo considero esencial. A través de historias transmitidas por vía oral de generación en generación, de sus ritos y costumbres, de su respeto y veneración por la naturaleza o por su cuidado y dedicación referido a la forma de enterrar a sus seres queridos, con cariño, y cuidado, acompañando sus tumbas y enterramientos deacuerdo a su importancia o estatus que gozaron en vida, incorporando objetos, alimentos, armas o herramientas para que les acompañara en su viaje «a la otra vida», me parece de una importancia cultural de orden mayor, pues refleja cómo eran estas gentes tan alejadas en el tiempo. Eso es la propia esencia de nuestra cultura humana. La transmisión de saberes de una generación a otra y la importancia de su cuidado y preservación. Así como la divulgación general de la importancia de conocer dicha relevancia.
A la luz del presente pueden parecernos ajenos a nosotros e incomprensibles y lejanos, pero no es así. Considero que lo verdaderamente relevante, es que los textos (o hechos, tradiciones o costumbres), elegidos por nuestros antepasados como dignos de ser preservados para la posteridad como un bien que nos pertenece a todos, como raza humana y no están sólo encuadrados en una determinada etapa histórica, sino que su valor está más allá del tiempo o de ese lugar geográfico determinado. Esto es especialmente notorio en la transmisión de las habilidades para por ejemplo la confección de herramientas líticas u otros instrumentos, pero aquí el campo es inmenso e indispensable. Se trata de la historia, leyendas o cuentos transmitidos al hogar de la lumbre o en lo recóndito de una cueva en una reunión improvisada. Lo que ocurre es que ya no queda nada de todo aquello. Ocurrió hace demasidado tiempo. No había transmisión escrita. Sólo a través de sus restos oseos o herramientas, útiles usados o en tiempos más recientes, la construcción de grandes megalitos el hombre ha querido indicar a las generaciones que estaban por venir la transcendencia de todo esto.
Osea no son textos del pueblo Hebreo o Sumerio, India o Egipto que pertenezcan a su propia estirpe, o a su propia cultura, sino que tanto ellos como la tierra sagrada de Israel no se transcribe a ese marco temporal o geográfico concreto sino que se trata de la obra de Dios a su pueblo en general y a la propia historia personal de la humanidad como raza humana, esto no puede circunscribirse únicamente al contexto del pueblo de Israel, Egipto o la esfera griega u otro, sino que excede a su propio contexto cultural, geográfico y cronológico y a partir de entonces se produce un proceso e unificación del ser humano como especie, ya no es sólo patrimonio del pueblo que se trate, sino que su implicación produce una unificación del ser humano como especie, momento históricamente relevante, pues marca el inicio de la civilización y la inmensa riqueza, variabilidad de los pueblos y culturas diferentes y una gran diversidad. Esto no quita, que es Israel, el pueblo originalmente elegido como portadores de la palabra sagrada revelada y de los hechos acaecidos. Y de que esa tierra sea considerada sagrada desde entonces y con un protagonismo esencial, puesto que allí se desarrollaron los hechos que se explica en las sagradas escrituras. La vida, predicación y enseñanzas de Jesús y el contexto real en que sucedió. Lo que vaticinaban los textos antiguos se cumplió. «Y esperaron convencidos y con la fe puesta en Su promesa». «Jesús viene pronto».
Lo mismo que digo de Israel podría aplicarse a otros centros nucleares de civilización como el Egipcio o el mundo griego, en el ámbito de las Islas Cícladas y su entorno del mar Mediterráneo. Sus innovaciones y progresos fueron ya de carácter general y modificaron para siempre el devenir humano posterior. Es la verdadera trascendencia cultural de un pueblo, lo que queda, y no me refiero a cosas materiales o restos arqueológicos, lo verdaderamente importante es su legado a la posteridad, como es caso de los griegos que inventaron la filosofía o la democracia, verdaderos hitos que se encuadran más alla de su marco espacio-temporal. En momento en el que se precipita todo de forma vertiginosa en poco lapso de tiempo y se forman estados, culturas y civilizaciones de forma exponencial. Considero que el respeto al diferente es un punto clave, que determina la convivencia pacífica y la coexistencia dentro de los grupos humanos.
Assyrian scribes (Escribanos Asirios). (
). Dominio Público.Podríamos decir que posteriormente a la época neolítica, se inicia otro proceso histórico primordial en la historia de la humanidad. Es cierto que la llamada Revolución Neolítica se considera una de las transformaciones más importantes para la humanidad al convertirse en individuos nómadas en sedentarios al dominar la agricultura y ganadería principalmente. Esto supuso un salto de gigante para el hombre que pasa de establecerse en aldeas o ciudades fijas y estables, que en poco tiempo se convirtieron en grandes urbes, germen de los imperios que se formarian después. Por qué fue tan importante la agricultura y la ganadería, o qué supuso en la práctica conocer cómo funcionan?. Básicamente solucionaba el problema de ser capaces de alimentar a un mayor número de personas, lo que posibilita un mayor crecimiento demográfico que anteriormente no había sido posible durante miles y miles de años. Esto fue muy importante para nuestra propia supervivencia, expansión y crecimiento como seres humanos. Es una cuestión de supervivencia. A partir de esto, o a partir de estos sucesos, se provocó una suma de acontecimientos que se fueron sucediendo con relativa rapidez, cuando en épocas anteriores las fases eran muy largas y apenas habían avances significativos para la raza humana. La Historia y el progreso se basa en unas cosas sobre otras. Es decir, todo acto civilizador o de progreso está sustentado no sólo en los logros conseguidos en una determinada época o lugar, sino que dichas innovaciones preparan a las próximas generaciones, que pueden apoyarse en estas para continuar cada uno su propio proceso evolutivo. Esto es indispensable, el carácter colaborativo de unos con otros. Es decir, es un proceso acumulativo y constructivo. El presente se apoya en los logros conseguidos por nuestros antepasados, que con su trabajo y esfuerzo fueron desvelando las claves que nos permitieron avanzar históricamente. Es en este momento histórico en el que se debe situar, a mi entender, la intervención directa de Dios. Aunque no olvidemos que tanto la cultura egipcia, la griega o la romana eran profusamente politeístas. Cuando ya desde el principio se nos habla de la realidad de un sólo Dios. También de que sus designios son indescifrables y misteriosos, pero todo para el bien.
Todos estos hechos revolucionarios, nos llevaron rápidamente a un aceleramiento vertiginoso a partir de entonces. Todo se precipitó. Se crearon grandes ciudades, que llegaron a ser en poco tiempo grandes centros urbanos con una gran planificación y organización social, que derivaron en grandes imperios de la antiguedad. Se introdujeron leyes que permitieron a la sociedad vivir en relativa paz, justicia, convivencia y progreso. Se aceleró el desarrollo de la arquitectura, es decir se aprendió la construcción de estructuras habitacionales cada vez más complejas. Se introdujeron modelos éticos de comportamiento, a la vez que se instauraban grandes centros de culto a divinidades que los antiguos tenían en gran estima y que consideraban sagrados, dignos de alabanza y veneración. Se crearon inmensos templos que representaban el hogar del Dios. Nuestros antepasados veneraban a los dioses en estos cultos pues les estaban agradecidos ya que resultaron decisivos para la comprensión de las cosas. Como se podrá ir suponiendo, estos dioses también tenían una antítesis en forma de demonios o entidades negativas con las que se debía lidiar. No estoy diciendo que el progreso se produjo únicamente por la acción divina, sino que esta estaba acompañado del trabajo, esfuerzo y habilidad del humano, que pronto aprendió a comprender mejor la naturaleza que le rodeaba, dominaba mejores técnicas y procesos artísticos y productivos y en general conseguía su proceso evolutivo. Así las cosas, estos acontecimientos provocaron una serie de cambios hasta ahora nunca conseguidos. Por ejemplo, hacer bien las cosas y acatando los mandatos divinos aprendieron la escritura, desarrollaron la rueda, lo que permitió la construcción de transportes y carros de guerra más perfeccionados que les permitieron recorrer grandes distancias o transportar grandes pesos de un lugar a otro. En este orden de cosas se consiguió una cosa que considero destacable, esto es se consiguió un excedente de los bienes materiales y alimenticios; por una vez teníamos más de lo que necesitábamos para vivir, lo que favoreció el comercio y el intercambio de productos de diferentes zonas geográficas. Esto introdujo conceptos que no estabamos familizarizados, permitió una vida más cómoda y placentera, aparece la acumulación de bienes materiales y su diversidad y cambió la manera de almacenarlo y distribuirlos. Apareció la economía, la riqueza y el lujo.
Como decía, se desarrolló la rueda, métodos para el trabajo de los metales, que permitió la confección de más duras y duraderas herramientas y objetos útiles para el quehacer cotidiano. Se iniciaron grandes obras artísticas y monumentales y se estableció en el antiguo Sumer (Mesopotamia), la primera escritura compleja, la Cuneiforme, signos pictográficos que se dejaban fijados en tablillas de arcilla o sellos cilíndricos. Claro, esto fue primordial sobre todo para la organización admistrativa de la gran ciudad, puesto que se rubricaban contratos de propiedad, lindes de terrero, impuestos u otros documentos de carácter legal. También favoreció la escritura de diversos textos o poesías, y la escritura sirvió en gran manera para el desarrollo de la educación en escuelas para los niños.
El mercado matrimonial babilónico del pintor del siglo XIX Edwin Long.
El mundo comenzó su primera transformación globalizadora, pues ahora se tenía el acceso al contacto de unos pueblos con otros que intercambiaban conocimientos, productos materiales y otras cosas, hecho aculturizador que fue un factor vital de progreso. Se produjeron mejoras no sólo en el transporte terrestre y se avanzó en la navegación, con la construcción de mejores naves o barcos aprendiendo técnicas de orientación mejoradas gracias a la observación de las estrellas. Dicha navegación fue durante mucho tiempo de cabotaje, es decir navegaban sin perder de vista la costa.
Nótese que en aquellos tiempos se pensaba que los mares estaban poblados de mostruosos seres que podrían devorar y hundir sus naves fácilmente. Es decir unos pueblos entraron en contacto con otros siendo este un proceso importante.
El plan de Dios y los hombres progresaba por fin, iba hacía adelante, salvando infinitud de dificultades y problemas. Un ejemplo es la famosa Torre de Babel, que recoje la Biblia, ésta simbolizaba la inutilidad de la construcción de grandes monumentos por parte de los humanos sin el consejo o dirección de los dioses, lo que les llevaría a un callejón sin salida. Esta famosa torre también simbolizó el problema que se planteó en un determinado momento de la historia, en el que había tantas lenguas y dialectos distintos que hizo que ya los hombres no se entendieran entre si. Esto les llevó a unificar los idiomas centralizándolos en uno principal, que sirviera de elemento aglutinador de otras variantes idiomáticas integrándolas en uno sólo, teniendo en cuenta la incorporación de las peculiaridades de los distintos dialectos. Otros relatos de la Bíblia tienen un antecedente en este periodo como el diluvio universal, hecho referido en el primer libro del Génesis.
Statue of Gudea, Neo-Sumerian period.
La aculturización y el contacto de unos pueblos con otros no provocó, como se podría pensar una uniformidad cultural, sino que por el contrario reforzó las variedades culturales de los pueblos permitiendo su pervivencia manteniendo sus peculiaridades culturales. En esta fase histórica se produjo una gran explosión demográfica y cultural enorme que llevó a la formación de numerosos pueblos y estados diferentes, independientes y definidos, diferenciados entre sí, esto es, manteniendo sus propias peculiaridades y características propias. Lógicamente, alrededor del 3.000 a.C es la época por antonomasia de la construcción de grandes imperios. Se desarrolló notablemente los campos artísticos, así como la literatura o la música. Se tendía a la conquista militar para la agregación de otros pueblos a la influencia imperial. Es cuando se institucionaliza la guerra por primera vez por parte de los Estados, como un esfuerzo de agrandar sus dominios territoriales y acumulación de riqueza y bienes. Este dato fue una constante en el mundo antiguo. Unos eran más belicosos que otros. Por ejemplo el pueblo Sumerio fue un ejemplo integrador y pacificador, en términos generales y durante sus años de dominio se produjeron grandes avances y desarrollos. Sus esfuerzos militares se centraron más en la defensa de su propio territorio de ataques de pueblos extranjeros, pero ellos mismos no fueron un pueblo conquistador. No fue así el caso de otros pueblos sucesores de éstos como el Babilónico o el Asirio que eran verdaderos depredadores en el tema militar dedicándose a la conquista y aniquilación de otros pueblos con el mero fin de la riqueza material, o la obtención de prisioneros o esclavos de los territorios conquistados.
Lo que no podemos olvidar es que este proceso expansivo se produjo desde grandes centros nucleares que expandieron su poder de forma inmensa durante mucho tiempo. Eso no implica que en esta época sucesivamente se produjera una gran diversidad de pueblos, razas y culturas en otras partes de la tierra. Es por eso que históricamente desde la Revolución Neolítica y su posterior paso a la Edad de los Metales, el invento de las grandes urbes y a posterior expansión en imperios, se produjo de forma muy rápida, en comparación con otras fases históricas, en las que estos procesos apenas se producían o eran mucho más lentos. Los descubrimientos de agricultura y ganaderia que los llevó a establecerse en urbes cada vez más sofisticadas fue el elemento director que posibilitó las subsiguientes transformaciones, por eso los investigadores dan tanta importancia a la revolución neolítica, pues fue la base que permitió todo lo que vino después. Todos estos hechos condujeron a un proceso irreversible que supuso abandonar para siempre la largísima edad paleolítica y anteriores para entrar por la puerta grande en la Gran Historia.
Se dió un paso de un estado primatológico y salvaje a otra fase de evolución rápida y dió paso a las grandes civilizaciones de la antiguedad. Es un proceso que se genera en la zona nuclear del Oriente Próximo, pero que como todo proceso histórico se apoya en los logros del pasado para su concreción. De la fuerza bruta a la capacidad, el progreso, la habilidad y la destreza. Algunos autores piensan que dicha evolución no fue del todo positiva, pues a veces llevó a guerras cruentas e innecesarias y a aniquilación de unos pueblos sobre otros.
Todo comenzó en Sumeria, que a mi modo de ver fueron los verdaderos protagonistas de la evolución real, pues como ya he dicho otros estados sucesores de estos no consiguieron muchos logros útiles para el conjunto de los pueblos y se dedicaron al pillaje y conquista para obtener medios económicos y esclavos para la construcción de grandes templos a dioses de dudosa entidad. Esto puede constatarse por el estudio historiográfico de dichos pueblos. Lo que es innegable es que se produce un fenómeno llamado civilización con la formación de grandes imperios muy poderosos.
Paralelamente al mundo mesopotámico, con la creación de grandes imperios, ya sea el Sumerio, más inicial, sucedidos por otros pueblos como los Babilónicos, Asirios u otros ubicados en las riberas de los rios Tigris y Éufrates, en la actual Irak. Lugar que por cierto, la Bíblia encuadra dicho mito fundacional y creacional del hombre y su natural contexto, llamado Jardín del Edén, aunque esto no puede asegurarse históricamente. Son conocidos los Jardines de Babilonia, una tremenda obra de ingeniería de jardines elevados en varias alturas, que conseguieron que dichos jardines elevados fueron regados convenientemente. No se sabe cómo consiguieron tal proeza. Y se cuentan historias de que fueron construidas por un rey poderoso como regalo a su esposa o amante; estas historias son frecuentes, pero pertenecen al ámbito más de leyendas y mitologías de estos antiguos pueblos, en la que además se relatan la existencia de animales-dioses mostruosos y figuras míticas de todo tipo. (…). Otro caso son las construcciones llamadas Zigurats, que eran como grandes templos similares a las pirámides egipcias, en las que se veneraban a estos dioses primigenios. Este efecto civilizador nuclear se produjo de forma paralela en otros puntos geográficos, en general son llamadas civilizaciones fluviales, pues se desarrollaron cerca de grandes rios, aprovechando su caudal como fuente de agua potable y manera de regadio de sus cultivos. Tal es el caso de China, India o el propio Egipto faraónico que se estableció alrededor del gran rio Nilo como centro de su dominio. Un poco posterior fue, en la actual Irán, otro civilización importante y duradera que sería el imperio Persa, posteriormente llamado Imperio Aqueménida. Aunque fue algo posterior a los hechos narrados se podría situar en la misma órbita secuencial y geográfica, pero desarrollaron unas características como pueblo difenciadoras de otros pueblos mesopotámicos, pues la frontera natural orográfica de los grandes montes Zagros, los aislaron y separaron invariablemente de estos. Los Persas fueron una civilización muy importante, cuyo rey más famoso fue Ciro, famoso por el hecho histórico que liberó a los Hebreos del yugo Egipcio, y les dió tierras para establecerse independientemente, respetando sus creencias religiosas, si bien se mantuvieron bajo su protección militar.
Todos estos progresos tardaron un tiempo en transmitirse a la Europa continental, que de forma autóctona seguía con sus formaciones culturales propias. Sin embargo todas estas innovaciones se transmitieron de forma relativamente efectiva por toda Europa, sobre todo gracias a las migraciones de los llamados pueblos preindoeuropeos que se establecieron de forma masiva en el entorno europeo modificando para siempre las antiguas construcciones culturales prehistóricas, pues supusieron el inicio de una gran diversidad cultural que se desarrolló después. Aunque estas migraciones de pueblos Indoeuropeos eran un grupo diverso sí, pero que compartían unos rasgos comunes, desde los cuales se desarrollaría posteriormente una gran diversidad de pueblos y culturas propias y definidas partiendo de una misma unidad cultural común. Es el llamado URHEIMAT, (traducido como hogar o casa), es decir origen o lugar originario de los pueblos protoindoeuropeos que a través de una gran migración se establecieron en Europa. Hay varias hipótesis, pero estos pueblos tuvieron un impacto decisivo en las zonas que habitaron, se les identificó con la cultura de los Kurganes o cultura Yamna como una sociedad protoindoeuropea temprana que existió en las estepas Pónticas desde el V al III milenio a.C, y que como hemos dicho a través de una gran migración hacia Europa, supusieron un antes y un después ya que influenciaron enormente las áreas europeas asimiladas.
Otros centros de difusión nuclear se produjeron en el continente Indio y en Mesoamérica creándose culturas y pueblos de gran riqueza y diversidad cultural, pueblos que de forma autóctona evolucionaron de forma independiente, ajenos a otros focos culturales, de los que apenas recibieron un influjo aculturizador, por lo que mantuvieron intactas sus propias características propias y culturales.
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