«El Hombre tiene una única opción básica: pensar o no pensar; y esa es la medida de su virtud. La perfección moral es una racionalidad inquebrantable: no el grado de tu inteligencia, sino el pleno e implacable uso de tu mente; no la extensión de tu conocimiento, sino la aceptación de la razón como un absoluto.»
Ayn Rand, La rebelión de Atlas.