Sobre los Protoindoeuropeos
Los Protoindoeuropeos son una serie de pueblos de diversa procedencia, que emigraron hacia la Europa continental desde el 4º milenio en adelante, en sucesivas olas migratorias que prosiguieron durante el 3º y 2 º milenios, es decir que no fueron unas migraciones que sucedieron en un determinado momento, sino que fueron oleadas sucesivas que se mantuvieron durante 2000 años de pueblos de las Estepas y de la zona Indoirania hacia el continente Europeo buscando zonas de asentamiento estables y a largo plazo. Estos pueblos sin embargo tenían características comunes entre sí, es decir había una cierta homogeneidad cultural y genética entre ellos a pesar de formar parte de orígenes y procedencias distintas. Son los llamados Protoindoeuropeos, a estos grupos étnicos y culturales que desde el 4º milenio pero sobre todo desde el 3000 y el 2000 a.C se instalan en Europa Central procedentes de otros emplazamientos en busca de zonas de asentamiento permanente.
Resumen de la propuesta de expansión de pueblos indoeuropeos, entre el 4000 a. C. y el 1000 a. C., conforme a la hipótesis de los kurganes. (
).El término protoindoeuropeo se refiere a los individuos pertenecientes a una hipotética etnia o grupo de etnias de la Edad del Cobre y la primera Edad del Bronce. Los protoindoeuropeos probablemente vivieron durante el Neolítico tardío, o aproximadamente en el cuarto milenio antes de Cristo. La erudición convencional los ubica en la zona de estepa póntico-caspio en Eurasia (actual Ucrania y el sur de Rusia), que se supone que hablaban variantes del idioma protoindoeuropeo y compartían una cultura material y patrones culturales similares.
La cultura protoindoeuropea alcanzó ciertas ventajas sobre otros pueblos, como la ganadería equina, el carro o la agricultura del trigo, y sus descendientes se fueron expandiendo por casi toda Europa y parte de Asia durante 2-3 milenios hasta abarcar el espacio entre el círculo polar ártico, el sur de Portugal y la India. Estos pueblos se expresaban en una lengua de la que descienden las que se hablan hoy en la mayor parte de Europa, Irán e India, incluyendo lenguas muertas como el latín, el griego clásico, el sánscrito o el hitita, conocidas todas ellas como lenguas indoeuropeas.
La falta de escritura durante el período protoindoeuropeo ha privado a los historiadores de datos fehacientes, pero algunos arqueólogos, como Marija Gimbutas, aventuran la hipótesis de los kurganes, según la cual el tronco común a las culturas indoeuropeas sería un conjunto de gentes seminómadas que encontró sus fundamentos materiales en el caballo, la rueda, el desarrollo del metal, la agricultura y la ganadería. Entre las características culturales comunes a los protoindoeuropeos se halla una religión común politeísta con varios dioses celestiales. Posiblemente poseyeran algunas ventajas tecnológicas que les permitieron expandirse a costa de otros pueblos, aunque algunos autores argumentan sobre una base arqueológica que la expansión fue pacífica.
La cultura comparada permite conjeturar que poseían tradición poética, que usaron para cantar las hazañas de sus dioses y héroes que parece ser antiquísima. La cultura indoeuropea parece constituir la raíz de la civilización europea antigua, así como de la civilización indoirania antigua.
Son muy importantes por varias razones. En primer lugar, hay que destacar que fueron grandes oleadas de gentes, es decir, vino mucha gente de fuera durante mucho tiempo. En la Europa continental neolítica ya habitaban otros pueblos destacados, pero la influencia que supuso esta interacción con los protoindoeuropeos fue muy determinante y marcó un antes y un después para ellos. No es que fueran mejores, ni siquiera se puede decir que fueran más evolucionados cultural y tecnológicamente, que lo eran, sino que lo más importante es, que debido a su número e intensidad migratoria mantenida durante tanto tiempo modificaron para siempre el contexto genético y cultural de Europa, teniéndose que hablar de un antes y un después de la incursión de estas gentes en la Europa Central. Podría hablarse de una renovación profunda con nuevas gentes extranjeras que se establecieron aquí y que con el tiempo serían el sustrato cultural y genético de muchos grupos étnicos europeos posteriores, incluidos los celtas, los germánicos y los francos.
Además de su intensidad migratoria, se da el dato de que se produce un enorme proceso aculturizador de dichos pueblos que de alguna manera vienen a sustituir y a renovar las antiguas técnicas económico-productivas y culturales de los viejos europeos neolíticos, proceso que se puede decir que éstos nuevos pueblos sustituyen con el tiempo a la anterior generación habitacional anterior en términos generales. Sin embargo para comprender la complejidad cultural de la Europa neolítica hay que investigar con cuidado qué pueblos habitaban los Balcanes o Europa Central antes de la llegada de los protoindoeuropeos, pueblos que sin conocer las técnicas metalúrgicas, sí son considerados plenamente neolíticos dominando de una forma rudimentaria la agricultura, la ganadería o los procesos cerámicos en épocas posteriores.
Estas oleadas de pueblos de fuera entraron el contacto con los que ya habitaban Europa desde muy antiguo, pero el proceso migratorio fue de tal magnitud que acabaron aglutinando y sustituyendo a estos sustratos poblacionales más antiguos. Esos pueblos introdujeron los procedimientos de la metalurgia, nuevas técnicas de agricultura y ganadería, posiblemente el arado y otras innovaciones, gracias al uso de animales de carga en las labores agrícolas y también, procedente de las estepas caucásicas son los que introducen el caballo en Europa, cuestión de carácter muy muy importante. Además de las mejoras técnicas supusieron una renovación total en la población Europea.
(…) Ver entrada: Los pueblos Protoindoeuropeos
Sobre el idioma protoindoeuropeo
El protoindoeuropeo (abreviado PIE) es la hipotética protolengua, lengua madre reconstruida, que habría dado origen a las lenguas indoeuropeas. La reconstrucción lingüística se lleva a cabo sobre la evidencia de las consideradas como lenguas indoeuropeas descendientes, que lo sobrevivieron, mediante el método comparativo.
Los protoindoeuropeos son el hipotético grupo de personas que hablaban el idioma protoindoeuropeo (PIE), el antecesor de la mayoría de las lenguas indoeuropeas actuales. Se cree que estos pueblos se originaron en las estepas póntico-caspianas, al norte del Mar Negro y el Mar Caspio, en la región que hoy corresponde a partes de Ucrania, Rusia y Kazajistán.
Con todo, la relación idiomática se considera corroborada. Desde principios del siglo XIX, numerosos lingüistas arribaron a la tesis de un tronco común repartido en diversas familias. Trabajando cada uno por su cuenta, dos investigadores, el danés Rasmus Christian Rask y el alemán Franz Bopp, llegaron a la misma conclusión, que hubo una sola lengua matriz en el área de expansión de los indoeuropeos.
Entre los términos reconstruidos está la raíz *rēg- (< *h3rēg-) interpretado como ‘rey’, aunque la raíz originalmente podría haber significado simplemente ‘gobernante’ o bien ‘poder, fuerza’, ya que en sánscrito védico aparece esa acepción.
Entre los conceptos abstractos está el de *h2yw- ‘prosperidad, orden, ley’ que aparece en latín como iūs ‘ley [humana]’, en avéstico como yaoš ‘salud, prosperidad’ y en sánscrito āyu (nom.)/yós (gen.).
El léxico doméstico incluye la raíz *dem- / *dom- ‘conjunto de familiares, casa’, del que deriva el hitita «pam» ‘casa’, latín domus y el griego demos ‘pueblo’ e incluso déspota de *dems-potis ‘señor de la casa’. Se ha señalado que la organización política podría basarse en clanes, que compartirían un conjunto de casas woikos (latín vīcus, griego oikos).
Se demostró la relación del islandés y las lenguas germánicas con el griego y el latín. Bopp demostró el parentesco entre algunas lenguas orientales, como el sánscrito de la India, con las occidentales griego y latín.
Con el nombre de lenguas indoeuropeas se conoce a la mayor familia de lenguas del mundo en número de hablantes.
La idea de un tronco común a las familias de lenguas indoeuropeas fue anticipada en el siglo XVIII y probada en a mayor parte de sus detalles en el siglo XIX, muy especialmente por los trabajos de Rasmus Christian Rask y Franz Bopp, que relacionaron en un tronco común las lenguas germánicas con las mediterráneas clásicas a través de la gramática, así como con las lenguas indo-iranias por estudios sobre la fonética, especialmente en el nombre de sus respectivos dioses. (Ver ref: Porlan, Alberto; José Antonio Peñas (diciembre de 2007). «Nuestros abuelos los indoeuropeos». Muy Interesante,).
Dicha tesis viene además avalada por los estudios del experto en religiones comparadas Georges Dumézil, especialmente tras el descubrimiento del Juramento de Mattiwaza, tratado de paz entre el reino Mitanio y el imperio Hitita, en el que se ponen por testigos tanto a los dioses hititas, sirios y babilonios, como a los dioses indoiranios (Mitra, Indra, etc.).
(ver ref: Blanco Freijeiro, Antonio; Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia, George Dumezil (abril de 1985). «Los dioses indoeuropeos». Historia 16. Antigua: Historia y Arqueología de las civilizaciones (108).
Por otra parte, según los eruditos más escépticos a la hipótesis indoeuropea, las principales divisiones dentro de la familia de lenguas indoeuropeas se remontan a variedades dialectales mutuamente inteligibles o cuasi-inteligibles que existían en el último período indoeuropeo. Esto se refleja en el hecho de que, varias de las ramas o subfamilias indoeuropeas comparten isoglosas comunes incompatibles con un modelo de árbol genealógico. Así el protobalto, el protocéltico, el protoeslavo y el protogermánico comparten ciertos rasgos, que los diferencian de otras ramas de la familia, aun cuando probablemente nunca existiera un tronco común y anterior a los idiomas bálticos, eslavos y germánicos.
Las innovaciones comunes a ramas diferentes del indoeuropeo, sugieren que la situación precedente a la diversificación de las lenguas indoeuropeas, era la de un conjunto de dialectos en los que ocasionalmente una innovación o cambio fonético traspasaba las fronteras dialectales y se producía también en los dialectos adyacentes.
Si se toma en consideración la existencia de innovaciones que afectaron a dos ramas: proto-A y proto-B, sin que ello presuponga que existió un proto-AB permite explicar las similitudes entre lenguas itálicas sin presuponer la existencia de un protoitálico, o las similitudes entre lenguas eslavas y bálticas sin presuponer la existencia de un protobaltoeslavo.
La familia indoeuropea, a la que pertenecen la mayoría de las lenguas de Europa, Gran Irán y Asia meridional, incluye más de 150 idiomas hablados por alrededor de 3200 millones de personas (aproximadamente un 45 % de la población mundial). Se incluyen, el griego clásico, las lenguas romances (el Latín), Lenguas indoiranias, el Sanscrito, la lengua de los Persas, Lenguas celtas, Lenguas germánicas, Idioma armenio, Lenguas bálticas, Lenguas eslavas y el Idioma albanés. La evolución de estas lenguas darían paso al Inglés, al español, al francés, al alemán o al ruso, que proceden según los expertos de una misma raiz u origen común, y que por tanto comparten muchas características entre sí, aunque hallan evolucionado a lenguas diferentes.
La raíz indoeuropea se divide en dos importantes, por una lado están las lenguas romances (Español, Portugués y Francés), y por otro el Germánico, que incluye al Inglés y al Neerlandés.
Aquí volvemos un poco al problema que ya se tuvo en la antigüedad, por un lado la variedad genética y la gran diversidad de pueblos hace que se desarrollen diferentes lenguas, esto implica riqueza cultural y desarrollo, pero también esta diversidad y variedad hace que no haya uniformidad en el código oral y escrito de los pueblo, lo que nos hace separarnos unos de otros por motivos culturales e idiomáticos.
De estas, unos 1200 millones corresponden a hablantes de las lenguas indoiranias, unos 950 millones de hablantes de las lenguas romances y unos 820 millones de hablantes de las lenguas germánicas.
Durante la Edad del Cobre (alrededor de 4500-3300 a.C.) y la Edad del Bronce (alrededor de 3300-1200 a.C.), los protoindoeuropeos se expandieron en varias oleadas migratorias hacia Europa y Asia, difundiendo sus lenguas, cultura y tecnología. Esta expansión está asociada con la cultura Yamna (o Yamnaya) y otras culturas arcaicas indoeuropeas.
Oleadas Migratorias
- Cultura Yamna (Yamnaya): Originarios de las estepas, estos pueblos se movieron hacia el oeste y el sur a partir del 3500 a.C. aproximadamente. La cultura Yamna es conocida por sus prácticas de enterramiento en túmulos (kurganes) y es considerada uno de los principales vehículos de difusión de las lenguas indoeuropeas, Esta cultura fue considerada durante mucho tiempo por los difusionistas como el origen de los protoindoeuropeos tardíos, así como su localización fue considerada el sitio de nacimiento (urheimat) de la lengua indoeuropea.
- Cultura de Andrónovo (2300-1000 a. C.). La cultura de Andrónovo es una colección de varias culturas que florecieron en la Edad del Bronce final en Siberia y las estepas asiáticas.
- Cultura de Srubna (1500-800 a. C.), La cultura de Srubna es una cultura del Bronce tardío, ubicada a lo largo y por encima de la orilla norte del mar Negro, desde la parte oriental del Dnieper, hasta la base septentrional del Cáucaso y hasta el área colindante a la orilla norte del mar Caspio, cruzando el Volga hasta el dominio aproximado de la contemporánea y, de alguna manera relacionada, cultura de Andrónovo (Kazajistán).Las tumbas estaban hechas de madera, y de aquí su denominación de «cultura de las tumbas de madera». La cultura de Srubna es sucesora de la cultura yamna (3200-2300 a. C.), la cultura de las catacumbas y la cultura de Abáshevo, y fue sucedida, a su vez, por los escitas y los sármatas en el I milenio a. C., y después por jázaros y kipchaks en el I milenio d. C.
- Cultura escita (700-1 a. C.). Los escitas eran pastores nómadas a caballo que hablaban un idioma iranio nororiental, que dominaron las estepas pónticas durante el I milenio a. C., con relaciones con los sármatas hasta que estos invadieron sus tierras y les dominaron. Casi toda la información sobre este pueblo proviene de los autores clásicos griegos, especialmente de las Historias de Heródoto. Se les conoce también por las magníficas manufacturas en oro encontradas en sus tumbas tumulares.También los sármatas, hunos, cumanos, kipchak y los pazyryk practicaron este tipo de enterramientos.
- Cultura de la Cerámica Cordada: Derivada de la cultura Yamna, esta cultura se expandió hacia el norte de Europa y se estableció en áreas que hoy son Alemania, Polonia y Escandinavia. Su nombre proviene de la decoración en forma de cuerdas de su cerámica.
- Cultura de los Campos de Urnas: Esta cultura se desarrolló en la Europa Central y Occidental durante la Edad del Bronce Tardío. Se caracteriza por la práctica de la cremación y el enterramiento de las cenizas en urnas. Está vinculada a las primeras formas de los dialectos itálicos y célticos.
Formación de Pueblos Históricos
A medida que los protoindoeuropeos se asentaron y se mezclaron con las poblaciones locales, surgieron diversos pueblos históricos:
- Celtas: Emergen en la Edad del Hierro en la región de Hallstatt y La Tène (Europa Central). Los celtas se expandieron ampliamente por Europa Occidental y las Islas Británicas.
- Germánicos: Surgen en el norte de Europa, con influencias de la cultura de la Cerámica Cordada y la cultura de los Campos de Urnas. Se expandieron hacia el sur y el oeste en el periodo de las grandes migraciones.
- Itálicos y Romanos: Los pueblos itálicos se establecieron en la península italiana, eventualmente dando lugar a la civilización romana, y anteriormente al mundo Etrusco.
- Griegos: Aunque con una compleja mezcla de influencias, los antiguos griegos también tienen raíces indoeuropeas, combinadas con aportes de poblaciones locales del Egeo.