Cerámica y útiles de la cultura argárica. (Madrid, M.A.N.) Miguel Hermoso Cuesta. CC BY-SA 4.0. El complejo cultural más importante de la península ibérica en la edad del bronce tardío. (floreciendo entre c. 2200 y 1550 a. C).
Bronce antiguo en la península Iberica
(Edad de Bronce tardío (2200-1500 a.C))
Introducción y resumen
1- La Cultura Argárica
1. Orígenes y extensión
2. Cronología argárica
3. Yacimientos argáricos
4. Enterramientos
5. Necrópolis
6. Economía argárica
7. Interpretación 1
8. Genética poblacional, perfil genético
9. Sociedad argárica
10. Interpretaciones 2
11. Principales yacimientos argáricos
12. Referencias Cultura del Algar.
13. El hombre de Galera
14. MAGIA Y RELIGIÓN EN EL ARGAR (Documental-Entrevista)
2. LA BASTIDA DE TOTANA (C. Argárica).
- -Geografía
- -Intervenciones arqueológicas
- -Cronología de la investigación
- -Fases de ocupación
- -La ciudad. Arquitectura y urbanismo
- -Ritual funerario
- -Organización económica
- -Centro de investigación La Bastida
- -Labores de divulgación
- -Referencias La Bastida de Totana
- -Enlaces externos y videos “La bastida de Totana».
- -Documental «La cultura argárica en la Bastida de Totana».
3- La ALMOLOYA (Cultura Argárica)
- -Ubicación
- -Hallazgos arqueológicos
- -Estructuras
- -Tumbas
- -Referencias «La Almoloya».
- Conferencia 1 «Presentación de los hallazgos en La Bastida y La Almolaya.»
- Conferencia 2 “Los Primeros estados de Europa”.
- Conferencia 3 LOS PRÍNCIPES ARGÁRICOS DE LA ALMOLOYA
- Conferencia 4 LOS NIÑOS EN EL ARGAR
4. “BRONCE MACHEGO o CULTURA de las MOTILLAS”.
- -Características principales y Sitios arqueológicos relevantes.
- -Cronología
- -Extensión
- -Características
- -Lugares de habitación
- -Sociedad
- -Documental 1 y 2 del profesor chiflado (Voces de Bronce y Hierro).
5. Las COGOTAS
- – Fases
- – Cronología de los Cogotas
- – Castro
- – Murallas
- – Entradas
- – Campos de piedras hincadas
- – Áreas industriales
- – Necrópolis
- – Castros relacionados
- – Ver también
- – Documental
Introducción y resúmen
El Bronce Antiguo en la Península Ibérica abarca aproximadamente desde el 2200 a.C. hasta el 1550 a.C. Este período es crucial en la prehistoria europea ya que marca la transición de las sociedades neolíticas a estructuras más complejas y jerarquizadas, con el uso extendido de la metalurgia del bronce. Durante esta era, se produjeron significativos cambios tecnológicos, económicos y sociales que sentaron las bases para el desarrollo posterior de las culturas de la Edad del Bronce.
Contexto General
Transición del Neolítico al Bronce Antiguo
La transición hacia la Edad del Bronce se caracteriza por el desarrollo de la metalurgia del cobre y el bronce. Este cambio tecnológico permitió la fabricación de herramientas y armas más eficientes que las de piedra. La adopción de la metalurgia impulsó el comercio, especialmente de minerales como el estaño y el cobre, esenciales para la producción del bronce.
Características del Bronce Antiguo
Metalurgia y Tecnología
- Metalurgia del Bronce: Se comenzaron a fabricar herramientas y armas de bronce, aleación de cobre y estaño. Los hallazgos arqueológicos incluyen hachas, puñales y adornos personales.
- Producción Cerámica: La cerámica también evolucionó con decoraciones más complejas y técnicas de cocción avanzadas.
Economía y Sociedad
- Agricultura y Ganadería: La base económica siguió siendo agrícola, con la ganadería complementando la dieta y economía.
- Comercio: El comercio de metales y productos manufacturados aumentó, facilitando el intercambio cultural y tecnológico entre diferentes regiones de la península y más allá.
- Estructura Social: Se observan signos de estratificación social, con la aparición de élites que controlaban la producción y distribución de metales.
Áreas y Culturas Principales
Los Millares (Almería)
Ver: Edad del Cobre en la penísula ibérica.
A partir del 3500 a. C. y hasta el 2250 a. C., según unos, o entre el 3100 a. C. y el 2200 a. C. aproximadamente, según otros, en el sudeste peninsular se desarrolló una gran complejidad cultural cuyo exponente principal fue el poblado de Los Millares. Los Millares, en Almería es uno de los yacimientos más significativos del Bronce Antiguo en la Península Ibérica. Esta cultura se desarrolló alrededor de un gran asentamiento fortificado, con numerosas tumbas megalíticas. Los Millares es un claro ejemplo de una sociedad compleja y organizada, con un alto grado de especialización en la metalurgia del cobre y el bronce.
El Argar (Murcia y Almería)
La cultura de El Argar es otro foco importante del Bronce Antiguo, sucediendo cronológicamente a Los Millares. Caracterizada por sus grandes asentamientos y una compleja estructura social, El Argar muestra avances significativos en la producción de metal y cerámica. Las tumbas argáricas, a menudo individuales y situadas dentro de los asentamientos, indican una clara diferenciación social.
Cultura de las Motillas (La Mancha)
La cultura de las Motillas, en la región de La Mancha, se caracteriza por sus asentamientos fortificados en zonas elevadas. Estas construcciones, conocidas como motillas, sirvieron tanto como viviendas como centros de almacenamiento y control del agua. La cultura de las Motillas es un ejemplo de adaptación a un entorno difícil mediante la construcción de complejas infraestructuras hidráulicas.
Las Cogotas
La Cultura de las Cogotas es un complejo arqueológico de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, que se desarrolló en la meseta central de la Península Ibérica, principalmente en lo que hoy es Castilla y León. Esta cultura se divide en dos fases principales: Cogotas I y Cogotas II, con características y desarrollos diferenciados.
Hallazgos Arqueológicos Notables
- Tumbas y Necrópolis: Las tumbas megalíticas y los enterramientos individuales con ajuares ricos en objetos de bronce, cerámica y otros materiales.
- Utensilios y Armas: Herramientas agrícolas, armas y adornos personales que demuestran la habilidad en la metalurgia del bronce.
- Asentamientos: Estructuras habitacionales, fortificaciones y sistemas de almacenamiento que reflejan una organización social avanzada.
Impacto y Legado
El Bronce Antiguo en la Península Ibérica marcó un período de transición crucial hacia sociedades más complejas y jerarquizadas. La adopción de la metalurgia y los cambios económicos y sociales asociados sentaron las bases para el desarrollo posterior de culturas más avanzadas en la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. Las influencias de las culturas de Los Millares y El Argar se extendieron más allá de la península, interactuando con otras culturas mediterráneas y europeas.
Conclusión
El estudio del Bronce Antiguo en la Península Ibérica revela una época de importantes innovaciones tecnológicas y cambios sociales. La transición del Neolítico a la Edad del Bronce no solo trajo avances en la producción de herramientas y armas, sino que también impulsó el desarrollo de estructuras sociales más complejas. Los hallazgos arqueológicos de este período proporcionan una visión valiosa de cómo vivían y se organizaban las primeras sociedades metalúrgicas de la península.
Jarra. Bronce antiguo – medio. El Oficio (Cuevas del Almanzora) M.A.N. CC BY-SA 4.0.
Bronce Antiguo en la península ibérica. Introducción
El tránsito entre el Calcolítico y el Bronce se manifiesta a través de unos signos de crisis que se producen durante la segunda mitad del III milenio a. C. y que son, entre otros:
- Abandono de asentamientos (con finales violentos en algunos casos) y construcción de otros nuevos. Los Millares entraron en clara decadencia, recluyéndose su ya pequeña población en la parte más alta de la fortificación.
- Sustitución de los enterramientos colectivos por otros individuales, que pasaron a situarse en el interior de los poblados.
- Aumento de la riqueza y de la diferenciación social.
El Bronce antiguo (2250-1900 a. C.) se constata inicialmente en el sureste peninsular: Almería, Murcia, altiplano de Granada y alto Guadalquivir, áreas en las que comienza a desarrollarse la denominada cultura argárica, una de las que alcanzaron mayor relevancia en Europa durante la Edad del Bronce. Los asentamientos argáricos se emplazaban normalmente en lugares estratégicos y de fácil defensa, lo cual hacía poco necesarias las estructuras defensivas, aunque también se han encontrado poblados en llanos. La producción de cada poblado estaba especializada y, así, se han excavado explotaciones mineras, agropecuarias y poblados orientados hacia la metalurgia, siendo muy homogéneos los artefactos cerámicos y metalúrgicos en todo el territorio argárico.
Mapa del Bronce medio ibérico (c. 1500 a. C.) mostrando las culturas más significativas, los dos asentamientos principales y la ubicación de las minas de estaño. ( Iberia Bronze.svg: Sugaar derivative work: Rowanwindwhistler ). CC BY-SA 3.0.
Todo ello prueba la existencia de un alto grado de especialización laboral y de una compleja organización de la distribución de la producción, unidas a un acceso desigual a la riqueza, constatado en los ajuares funerarios. Estos, durante el Argar A, aparecen en enterramientos individuales en covachas o cistas rectangulares excavadas en el piso de las mismas viviendas y presentan una gran diversidad tanto cuantitativa como cualitativa, lo que ha permitido establecer la existencia de varias clases sociales y de asentamientos que funcionarían como centros directivos (El Argar, por ejemplo).
La utilización del vaso campaniforme como objeto de lujo y ligado al mundo funerario perdura durante estos momentos iniciales del Bronce aunque su uso es más frecuente en el norte que en el sur de la península.
En La Mancha destacó la denominada cultura de las Motillas, contemporánea del mundo argárico y cuya particularidad diferenciadora fue la construcción de fortalezas formadas por una torre central rodeada de lienzos amurallados concéntricos. Estas construcciones estaban situadas siempre cerca de acuíferos, dedicadas a la explotación intensiva de los cereales de secano y con una importante ganadería. En ellas se han encontrado abundantes objetos de marfil, pero escasos artefactos metálicos, que suelen ser de cobre. Los enterramientos se efectuaban en el interior del recinto y no denotan estratificación social.
Castro de las Cogotas. Situado en el municipio de Cardeñosa, Ávila, el castro de las Cogotas dio nombre a dos culturas sucesivas del mundo prerromano del centro de la península Ibérica, Cogotas I, asociado con el fin de la Edad del Bronce, y Cogotas II, ya vinculado con la llegada de los romanos y que corresponde al mundo de los vetones. En nuestro paseo, sobre todo hablaremos del uso del espacio (la gran geografía) de estas gentes de Cogotas, con una economía dependiente, sobre todo, de la ganadería trashumante.
Copa argárica en terracota procedente del sureste de la península ibérica. II milenio a. C. (Bronce Pleno). Luis García. CC BY-SA 3.0.
La cultura argárica
La cultura argárica es una cultura que se expresó y manifestó en poblados del sudeste de la península ibérica en el Bronce Antiguo, floreciendo entre c. 2200 y 1550 a. C., (1). Formó una de las sociedades de mayor relevancia en la Europa del III y II milenios a. C. y creó la primera sociedad urbana y estatal del Mediterráneo occidental. (2)
Es una de las culturas antiguas mejor estudiadas gracias al excelente estado de conservación de sus restos arqueológicos. Este complejo cronocultural es considerado indicativo de los procesos de jerarquización sociales que se extendieron por Andalucía Oriental y el Levante español. Debe su nombre al yacimiento epónimo de El Argar, en el municipio de Antas, Almería.
Esta cultura arqueológica fue descubierta y definida a finales del siglo XIX por los hermanos Siret. Se caracteriza por la existencia de poblados situados en áreas de difícil acceso o fortificados, casas de planta cuadrada construidas con piedra y adobe, enterramientos en cistas, tinajas o covachas bajo el suelo de las propias viviendas, una clara uniformidad material, la abundancia de armamento militar y una progresiva estratificación social. Se extiende por el sudeste peninsular, ocupando las provincias de Granada, Almería y Murcia, así como parte de Jaén y Alicante.
Su pervivencia fue de unos 800-900 años, entre mediados del III y mediados del II milenio a. C., distinguiéndose al menos dos fases, durante las cuales se produjo una continua jerarquización social interna y una expansión externa sobre las regiones colindantes. Hacia 1500 a. C., la sociedad argárica desapareció bruscamente.
País España División Andalucía Subdivisión Almería
Coordenadas 37°15′08″N 1°55′03″O
Mapa Cultura El Argar.
©ASOME, UAB – Knipper C, Rihuete-Herrada C, Voltas J, Held P, Lull V, Micó R, et al. (2020), Reconstructing Bronze Age diets and farming strategies at the early Bronze Age sites of La Bastida and Gatas (southeast Iberia) using stable isotope analysis. PLoS ONE 15(3): e0229398. doi:10.1371/journal.pone.0229398 [1]CC BY 4.0.
Orígenes y extensión de la cultura Argárica
Durante mucho tiempo se creyó que poco después de la mitad del III milenio a. C., a la vez que se extendía el fenómeno campaniforme, tenía lugar en el sureste peninsular un nuevo impacto colonizador de gentes procedentes del ámbito greco-micénico que seguían los pasos de navegantes más antiguos, instalándose en los importantes focos mineros de Almería y sus zonas limítrofes. En la actualidad se ha verificado que la cultura material argárica se corresponde de manera fidedigna (especialmente en la arquitectura defensiva y en las costumbres funerarias de enterramientos en grande vasijas y en cistas) con culturas orientales asentadas entre las antiguas tierras de Canaán, Siria, Anatolia, Chipre, Creta y Sicilia. Esto se puede constatar en casi todas las publicaciones realizadas hasta la fecha.
Durante más de un siglo se vincularon los orígenes de estos grupos al territorio almeriense, pero esta relación ha sido cuestionada por algunos autores, que consideran más probable el origen de la cultura argárica en la franja territorial existente entre los ríos Vera (provincia de Almería) y Guadalentín (Murcia) o entre las cuencas del Almanzora (Almería) y Segura (Murcia).
(Eiroa García, Jorge Juan (2010). «Prehistoria del mundo». Barcelona (primera edición) (Sello Editorial SL). pp. 822-823. ISBN 978-84-937381-5-0.).Para los investigadores Salvador Fontenla, Juan Antonio Gómez y Miguel Miras la ubicación de la actual ciudad de Totana (Murcia) y su entorno, serían la probable zona de asentamiento primigenia de la cultura argárica.
Ver ref: VV. AA. (2004). Amigos del museo arqueológico de Lorca, ed. «Lorca, poblado más extenso y primigenio de la cultura del Argar». Consultado el 21 de junio de 2013.
Más allá de la determinación del origen específico del grupo argárico, en la actualidad existe un cierto consenso al delimitar la zona de influencia argárica en el sureste peninsular: la región nuclear estaría formada por las provincias de Almería y Murcia, desde donde se iría expandiendo a las comarcas limítrofes, abarcando en sus momentos finales y de plenitud el territorio que ocupan actualmente dichas provincias, el centro y el este de Granada, así como algunas zonas de Jaén, Alicante y Ciudad Real.
(Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 189.).
Tal expansión sería consecuencia directa del militarismo argárico, dirigiéndose hacia zonas estratégicas que permitieran el control sobre las vías de comunicación o de sus recursos agropecuarios o mineros.
El Argar es un yacimiento arqueológico situado en el municipio de Antas, Almería, España. Se encuentra sobre una meseta con abruptas pendientes en su lado occidental, 35 m sobre el río Antas y laderas más suaves en el resto, extendiéndose por parte de estas últimas también. (Ver: Lull, 1983, p. 253.). Forma parte de la zona arqueológica de El Argar y La Gerundia, constituyendo un poblado prehistórico de la Edad del Bronce del sudeste ibérico que da nombre a la cultura argárica.
Fue excavado inicialmente por Rogelio de Inchaurrandieta, luego por los hermanos Enrique y Luis Siret que publicaron sus resultados en castellano bajo el título de Las primeras edades del metal en el sudeste de España en 1890. Los materiales recogidos en este y otros yacimientos similares constituyeron el corpus básico para singularizar este grupo cultural, siendo estudiados una y otra vez por investigadores como B. Blance o H. Schubart. (Castro y et alii, 2001, pp. 181-182.).
El espectacular desarrollo de esta cultura hizo pensar a sus excavadores que no mantenía ninguna relación con las fases anteriores, buscando su origen en influencias mediterráneas. Pero ahora se sabe que hay una clara continuidad con la época previa de Los Millares (Edad del Cobre).
El Argar es considerado un asentamiento de nueva fundación, sin antecedentes calcolíticos. Con una superficie de 16 000 m² y una población estimada de unos 500 habitantes, es uno de los poblados conocidos más grandes pertenecientes al grupo epónimo. En el interior de las propias viviendas se han encontrado más de mil sepulturas. Estaba estratégicamente situado sobre un cabezo amesetado y protegido también por una muralla, en cuyo interior se han excavado viviendas rectangulares de 8-10 m por 2,5 m, así como otras de planta irregular o circular. Las paredes se construían con madera y barro, levantados sobre un zócalo de piedra. El techo era de cañas o ramas y barro. Tiene un urbanismo complejo que se caracteriza por la creación artificial de terrazas, con una acrópolis situada en lo más alto del yacimiento.
La cultura argárica comenzó a ser objeto de estudio por parte de arqueólogos y otros investigadores a raíz de las excavaciones de los hermanos belgas Enrique y Luis Siret, ingenieros de minas en la Sierra Almagrera, que en el asentamiento de El Argar estudiaron más de un millar de enterramientos durante la última década del siglo XIX.
Ver ref. Gilman Guillén, Antonio (1999). «Veinte años de Prehistoria funcionalista en el sureste de España». Boletín del seminario de estudios de Arte y Arqueología (BSAA) (65): 74-76.).
Además del poblado epónimo, los Siret descubrieron otros como El Oficio, Fuente Álamo, Gatas o Ifre, todos ellos situados en Almería y Murcia. En sus excavaciones encontraron abundantes inhumaciones efectuadas en las mismas casas argáricas, cuyos ajuares depararon espadas, alabardas, puñales y adornos metálicos, así como artefactos de piedra pulida y de hueso, cerámicas, prendas textiles y plantas domesticadas.
(ver ref:González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert (1992). «Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la «Edad del Bronce»». Madrid (1.ª edición) (Editorial Síntesis). p. 130. ISBN 84-7738-128-3.).
Posteriormente han sido descubiertos y excavados muchos más asentamientos con características similares, situados en lugares elevados y bien protegidos, por lo que inicialmente se pensó que los núcleos argáricos eran todos así, pero han comenzado a aparecer más poblados, de menor tamaño, ubicados en el llano.
Las diferencias cualitativas y cuantitativas presentes en los ajuares funerarios han llevado a la mayoría de los autores a considerar que la sociedad argárica estaría formada por varios estratos jerarquizados. Según unos, se trataría de una sociedad dominada por jefes, caudillos o príncipes; según otros, sería ya un Estado o, al menos, un proto-Estado.
Cronología argárica
También su cronología está sujeta a controversia, pero se suele aceptar el intervalo calibrado entre 2300 y 1500 a. C. o 2250-1600 a. C., aunque otros autores rebajen su antigüedad al 2000-1100 a. C.Las primeras cifras señalan una cierta convivencia con los grupos calcolíticos hasta 2250, en unos momentos marcados por la inestabilidad, con una decadencia demográfica y material, así como niveles de destrucción en algunos asentamientos. Aunque algunas aldeas calcolíticas pervivieron durante la Edad del Bronce (casos de Gatas o Fuente Álamo), éstas fueron reconstruidas siguiendo un patrón totalmente diferente. La mayoría de los asentamientos argáricos eran de nueva fundación y presentaban características singulares en comparación con los de la época previa, lo que ha sido interpretado como una gran transformación social, sincrónica con otras que se produjeron en Europa y el Mediterráneo oriental.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 189.
- González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert. Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la «Edad del Bronce». pp. 129-130.
- Eiroa García, Jorge Juan. Prehistoria del mundo. p. 814.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 190.
Ajuar funerario argárico, según los hermanos Siret.
Luis Siret – Siret, H., and Louis Siret (1887). «Les premiers âges du métal dans le sud-est de l’Espagne». Anvers.
Ajuar funerario de la cultura de El Argar, Bronce Pleno en el sur de España. Dominio Público.
Basándose en las ofrendas funerarias se han distinguido dos periodos:
- Aproximadamente desde 2300 a 1800 a. C., la sociedad argárica habría estado dominada por una élite masculina que se enterraba en covachas o cistas con alabardas y puñales, junto a mujeres asociadas a puñales y punzones.
- Desde 1800 al 1500 a. C. en las tumbas de la élite dominante aparecen espadas largas para los hombres y diademas para las mujeres; luego se detecta otro estrato asociado a los binomios hacha/puñal masculino y puñal/punzón femenino; por debajo de estos se encontrarían otros niveles sociales con ajuares inferiores. Una peculiaridad de este momento es que se generalizaron las tumbas infantiles con ajuares significativos.
Desde el 1650 a. C. el mundo argárico comenzó a entrar en decadencia para colapsar hacia el 1500 a. C. Es posible que la intensificación agropecuaria y manufacturera hubieran provocado la deforestación y degradación medioambiental a gran escala del sudeste peninsular, ya de por sí relativamente árido. Cuando el excedente productivo dejó de ser suficiente para mantener la producción secundaria y el clientelismo asociado a los sectores dominantes, el equilibrio del sistema sociopolítico argárico se hundió.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 191.
- González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert. Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la «Edad del Bronce». pp. 182-183.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. pp. 209-210.
- Eiroa García, Jorge Juan. Prehistoria del mundo. p. 840.
Colección del Museo Arqueológico de Galera, Granada (España). Nachosan . CC BY-SA 4.0.
Basándose en las estructuras y ajuares funerarios excavados en el poblado, B. Blance estableció una secuencia dividida en dos periodos, A y B, que, posteriormente, fue revisada y ampliada gracias a otros yacimientos:
- Argar I o inicial (Argar A según la primera sistematización), con cistas y algunas fosas, así como elementos campaniformes y alabardas tipo Argar;
- Argar II o antiguo (Argar A también), similar a la anterior en lo material, pero con una evolución hacia los rituales argáricos;
- Argar III o pleno (Argar B), con predominancia de los pithoi y ajuares compuestos por puñales, hachas, espadas, alabardas tipo Montejícar y adornos personales.
- Argar IV o tardío (Argar C, un complemento posterior), con elementos de Cogotas I.
Cista de Herrerías. Mina Iberia (Las Herrerías) Bronce Antiguo. Museo Arqueológico Nacional. ANAGSPC . CC BY-SA 4.0.
Paleoecología
La reconstrucción del medio ambiente argárico ha sido objeto de disputas y hay diferentes opiniones. Basándose en la interpretación ecológica de los restos de fauna encontrados en diversos yacimientos (Cerro de la Encina, Cuesta del Negro o Cabezo Redondo entre otros) V. Lull considera que el paleoambiente del sureste peninsular durante la Edad del Bronce era muy distinto del actual, con un mayor caudal hídrico, amplias extensiones forestales y abundancia de fauna.
Yacimientos argáricos
La mayoría de los poblados argáricos conocidos se encuentran situados en alto y bien defendidos, aunque se conocen algunos asentamientos de menor entidad situados en llano. Los primeros estaban constituidos por edificios de planta rectangular o trapezoidal construidos mediante piedra, tapial o adobe en las laderas aterrazadas artificialmente de los cerros. Hay construcciones de carácter doméstico, con hogares, utillaje y recipientes de almacenamiento, y otras, mayores, dedicadas a talleres, actividades productivas y almacenes centralizados. Ciertos poblados presentan estructuras defensivas como murallas y torres, pero la mayoría no las necesitaban debido a su estratégico emplazamiento en altura. Su tamaño era bastante modesto, habiéndose estimado que en núcleos de cierta entidad como Gatas IV y Fuente Álamo III-IV vivirían entre 300 y 500 personas, en el mismo El Argar unas 500 y en La Bastida de Totana 600 habitantes.
Muralla del yacimiento arqueológico. La Bastida de Totana. Wadim
Estado de excavación en abril de 2013 de la muralla del yacimiento arqueológico La Bastida de Totana.
El urbanismo consiste en casas compuestas por varios recintos de muros rectos y de forma irregular que se agrupan en núcleos compactos, distribuidos en relación con espacios libres y tortuosos, que podemos interpretar como calles y que se adaptan a la configuración del terreno mediante la construcción de terrazas escalonadas contenidas por grandes muros longitudinales. El espacio habitable aparece delimitado por paredes medianeras perpendiculares al muro. En la cima se halla el núcleo del asentamiento que hace las veces de fortificación. Así, los antiguos poblados de casas circulares calcolíticos fueron sustituidos por otros de traza más regular, con calles bien definidas y viviendas rectangulares.
En general, presentan una serie de servicios comunitarios que incluyen canalizaciones de desagüe, cisternas el para suministro de agua, rampas y escaleras entre unos niveles y otros del poblado, graneros de almacenamiento, corrales para el ganado y hornos cerámicos y metalúrgicos. (21)
La situación de los asentamientos suele estar cerca de fuentes de agua potable y, algunos, de los yacimientos de cobre y plata. Los «grandes» poblados se encuentran emplazados a la salida de un valle, en una meseta o en una pendiente bien resguardada, mientras que los de menor tamaño están en pequeñas cimas aisladas denominadas cabezos. A un poblado de carácter central suelen corresponderle otros más pequeños a modo de puestos avanzados que, por regla general, tenían un camino directo y una situación de visibilidad que los ponía en contacto con el poblado principal.
La organización territorial responde a unas pautas geoestratégicas definidas por el dominio de:
- lugares en alto fácilmente defendibles;
- las zonas más adecuadas para la producción agropecuaria;
- los yacimientos mineros;
las rutas naturales de comunicación. (8)
Enterramientos argáricos
Si algo caracteriza al grupo argárico son los enterramientos, que se realizaban casi siempre en el interior de los espacios habitacionales. Las inhumaciones se realizaban en el interior de fosas, covachas, cistas o grandes tinajas cerámicas denominadas pithoi, predominando en el litoral estas últimas y en el interior las fosas. Las ofrendas funerarias presentan grandes diferencias entre ellas y su análisis ha permitido plantear la hipótesis de jerarquización social. (11).
Estos enterramientos suelen ser individuales, pero, en ocasiones, incluyen a dos o incluso tres personas de una misma familia en una cista. Ocasionalmente se han hallado cenotafios conteniendo objetos personales, pero sin ningún cadáver, lo que parece indicar que por alguna razón no pudo ser recuperado el cuerpo del difunto para su inhumación. Los espacios funerarios se sellaban con una gran piedra, cubierta a su vez por arena para dar uniformidad al suelo de la vivienda y señalada por otra piedra de reducido tamaño que se colocaba sobre la tumba. También podían estar cubiertos por lajas de piedra que formaban bancos de trabajo domésticos. Todos estos aspectos llevan a pensar que las comunidades argáricas poseían creencias ultraterrenas, pero, a la vez, representan un claro indicio del cambio en las ideas y en la estructura social respecto al Calcolítico.
Foto izq. Cráneo de la sepultura 62 de El Argar, con diadema de plata, pendientes de oreja de cobre y plata y collar hecho en hueso y serpentina.
Luis Siret – Siret, H., and Louis Siret (1887). «Les premiers âges du métal dans le sud-est de l’Espagne» p.125. Anvers.
Restos de un cráneo con diadema de plata de la cultura de El Argar, Bronce Pleno en el sur de España, cráneo de la sepultura 62 « Las alhajas, consisten en una diadema de plata, pendientes de oreja, de cobre y de plata, y collar, de hueso y de serpentina. » (Luis Siret). Foto en Dominio Público.
Foto derecha: Enterramiento en tinaja o pithos típico de la segunda fase de la cultura argárica. José-Manuel Benito Álvarez. Dominio Público.
Necrópolis
Hay excavadas un total de 1034 tumbas, de las cuales el 50 % contenían, además de la cerámica, elementos metálicos en sus ajuares. Basándose en la relación del sexo con su ajuar se determinó la correspondencia de los enterramientos femeninos con un punzón y los masculinos con hacha-alabarda-espada. (Ver ref: Lull, Vicente, pp. 254-255, 456.). Hay varias tumbas de individuos infantiles masculinos con ajuares significativos, lo que sugiere la existencia de rangos hereditarios. (Ver ref: Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 207.).
El patrón funerario se basa en sepulturas individuales, en las que, a veces, aparecen dos o tres individuos. Están ubicadas bajo las casas, no existiendo una necrópolis como tal. El ritual y los ajuares reflejan una marcada desigualdad social, por lo que se ha propuesto que la sociedad argárica estaría muy estratificada, aunque hay opiniones diversas.
Enterramiento en tinaja típico de la segunda fase de El Argar. (Bronce pleno).
N. Åberg – Åberg, N. (1921): «La Civilisation Enéolitique dans la Pénninsule Ibérique», Uppsala. Akademiska bokhandeln i kommission: Dominio Público.
«Una vasija de enterramiento es un receptáculo de cerámica empleado para guardar los restos de un difunto (no confundir con la urna cineraria donde se guardan las cenizas tras una cremación o incineración). Se describe como gran vasija de boca ancha, cuello corto o sin cuello, vientre esférico amplio (sellado con una tapa). Fueron utilizadas en los enterramientos ceremoniales de diversas culturas prehistóricas, y pueden asociarse o complementarse con procesos funerarios como los llamados campos de urnas,a cuyo desarrollo se sitúa en Europa entre el final de la Edad del Bronce y el inicio de la Edad del Hierro. Morfológicamente presentan el aspecto de una tinaja o las antiguas pithoi de la cultura mediterránea, si bien sus usos funerarios son comunes en muy diversas culturas y lugares del planeta».
Además de los enterramientos en vasijas de barro, también se practicas prácticas funerarias llamadas en cista, propias de otros lugares del mundo. Las costumbres funerarias son muy importantes a nivel arqueológico e histórico, pues muestran las costumbres y creencias religiosas de los pueblos de la antiguedad.
Ver fotografía real o reconstrucción mortuoria. CC BY-SA 3.0.
Economía argárica
El Argar era un poblado dedicado a la agricultura y la ganadería, complementadas por la metalurgia, las manufacturas textiles, la caza y la pesca. Debido a la existencia de enterramientos con ricos ajuares, se cree que constituía un lugar central de la cuenca de Vera, similar a La Bastida de Totana o El Oficio.
La agricultura jugaría un papel importante, ya que se han encontrado más de quinientos artefactos relacionados con esta actividad, desde piezas de hoz hasta molinos. El cultivo principal era la cebada, seguido a bastante distancia por el trigo, el lino, las habas y las hortalizas. Respecto a la ganadería, no hay elementos suficientes para calibrar su importancia, aunque hay excrementos de cabra y alguna especie nueva como el caballo, el cual, probablemente, no se criaba para el consumo. Se cazaba el jabalí.
La metalurgia parece que se desarrolló en un único espacio, donde se encontraron todos los elementos propios del proceso: un posible horno, crisoles y moldes para fabricar hachas, cuchillos, punzones o brazaletes. No hay presencia de escorias pero sí buena cantidad de mazos, picos y percutores. La mayoría de los objetos metálicos estaban fabricados en cobre, así como unos pocos en bronce. Entre los ajuares se hallaron dos espadas. Hay presencia creciente de adornos de plata y oro en los ajuares funerarios de mayor prestigio; correspondiendo al final del periodo argárico las primeras aleaciones de bronce.
La producción de pesas de telar debía estar centralizada también, ya que se han encontrado en un mismo espacio 600 pesas en proceso de cocción. Hay muchos artefactos fabricados en materia ósea, como espátulas, punzones o agujas.
- Eiroa García, 2010, pp. 831-833.
- González Marcén, Lull y Risch, 1992, p. 130.
- Lull, 1983, p.253
- Gilman Guillén, 1999, p.83
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 207.
Vaso carenado argárico; mide 35 cm de altura y 20 cm de diámetro. (M.A.N.). Luis García. CC BY-SA 3.0.
La economía subsistencial argárica estaba basada en la agricultura y la ganadería, con una escasa representación de productos obtenidos de la caza, recolección o el marisqueo. La cebada predominaba claramente frente al trigo, las leguminosas o el lino, que se cultivarían en los suelos más fértiles. (22) En el litoral se alternaban los cereales y las leguminosas en régimen de secano, mientras que en el interior la agricultura seguiría rotaciones de barbecho y estaría complementada por una importante cabaña ganadera. Las principales especies animales domesticados eran las ovejas, cabras, cerdos, bueyes y caballos. (15) El almacenamiento y la molienda de los cereales se efectuaba de manera centralizada en los poblados grandes, en los que se han hallado molinos de mano y contenedores de almacenamiento para cubrir unas necesidades muy superiores a las de la población que los habitaba. Hasta el 50 % de los molinos se almacenaba de manera centralizada: en Fuente Álamo se encontraron veintidós molinos en un mismo espacio y en Ifre, diez. (22).
Cerámica campaniforme: 1.loma belmonte (mojácar) 2.los millares (santa fe de mondujar) 3 llano de la atalaya (purchena) 4.almizaraque (cuevas del almanzora) M.A.N. ANAGSPC. CC BY-SA 4.0.
La cerámica se fabricaba manualmente, era de buena calidad y con tipologías estandarizadas, entre las que destacan las copas, vasos, cuencos y ollas. Las herramientas se elaboraban en piedra tallada o pulimentada, en hueso o de aleaciones metálicas como el cobre arsenical o el bronce. (23) Las industrias minera y metalúrgica tuvieron gran importancia, como lo atestiguan los abundantes hallazgos de artefactos y residuos relacionados con la producción, así como de artículos metálicos. Casi todo la zona argárica es rica en filones metalíferos y estos serían explotados por núcleos especializados en tales actividades.(15). A pesar de esto, la manufactura textil fue la principal industria y utilizaba, por lo que sabemos hasta el momento, exclusivamente el lino, ya que no se conocen tejidos derivados de productos animales. (24)
Tipologia de la ceramica argarica segun las investigacions de Luis Siret. Museo de Almeria, España. Menesteo – Own work. CC BY-SA 3.0.
Es muy probable que existiera un artesanado especializado ya que se han excavado talleres y se producían artículos altamente normalizados. También los poblados estaban diferenciados según sus actividades principales fueran mineras, agropecuarias o agropecuarias y metalúrgicas, por lo que debía de haber una continua circulación de materias primas y manufacturas entre estos y hacia los centros de poder. Todo ello precisaría la existencia de un sistema de comunicaciones desarrollado e instituciones que controlaran todo el proceso. (25).
A nivel general, el conjunto de la economía argárica experimentó un aumento de la productividad y de la producción, así como una concentración de esta última en talleres multifuncionales donde se fabricaban herramientas y tejidos y se procesaban los cereales. (24) Las manufacturas metálicas y, sobre todo, las armas, tendrían una indudable vertiente práctica (como instrumentos de coacción estas últimas) pero también simbólica, como objetos de prestigio y poder individuales de los guerreros dominantes. (26).
Interpretación 1
La primera fase de ocupación del poblado refleja una comunidad campesina autosuficiente que se iniciaba en la metalurgia y se enterraba predominantemente en fosas, con ajuares muy similares. En una segunda fase se produjo un importante aumento de la demografía y de las actividades metalúrgicas, enterrándose mayoritariamente en cistas, con ajuares ya diferenciados (aparecen en algunos pendientes y anillos metálicos). En la tercera existían claras diferencias socioeconómicas entre los habitantes del poblado y predominaban las urnas cerámicas, en cuyos ajuares más ricos se encuentran diademas y espadas (elementos de alto contenido ideológico), mientras que muchos enterramientos carecen de cualquier tipo de ofrenda.
La ideología dominante era aristocrática y guerrera. Esto se refleja en la fortificación de los poblados, la gran importancia de las armas y la presencia de éstas en los ajuares funerarios.
La sociedad argárica desapareció hacia el 1500 a. C.
Restos de un cráneo de la sepultura 62 de El Argar, con diadema de plata: «Las alhajas consisten en una diadema de plata, pendientes de oreja, de cobre y de plata, y collar, de hueso y de serpentina». Luis Siret, 1890. CC BY-SA 3.0.
Genética poblacional, perfil genético
Los resultados dados por los estudios paleogenéticos sobre los habitantes de la Iberia Calcolítica como los habitantes de Marroquíes Bajos y Los Millares, han mostrado un predominio de los genes propios de la población neolítica de la península ibérica, de procedencia anatolia (ENF), y en menor medida de los grupos mesolíticos de cazadores-recolectores (WHG) autóctonos de la península. Un estudio de ADN realizado por Villalba-Mouco et al. 2021 sobre 244 individuos procedentes de la península ibérica y las islas baleares, mostró que la población de la cultura argárica difería de las poblaciones calcolíticas que la precedieron por los sustanciales aportes genéticos procedentes de los pueblos pastoriles procedentes de las estepas de Europa oriental. Aunque los genes asociados a las poblaciones ibéricas del periodo calcolítico siguieron siendo dominantes durante la Edad del Bronce, hubo un reemplazo de los haplogrupos paternos del periodo anterior, dominando durante este periodo en El Argar y el resto de la península tras el 2100 a. C., el haplogrupo paterno R1b-P312. La causa de este reemplazo de las sociedades calcolíticas de la península ibérica ligado a migraciones esteparías, podrían estar causada por un periodo de inestabilidad climática denominado evento de aridificación del kiloaño 4-2 que habría comenzado a durante el siglo 22 a. C., extendiéndose durante toda la centuria.
De los restos analizados de 36 individuos masculinos hallados en los yacimientos de La Almoloya y La Bastida, 35 fueron asignados al haplogrupo del cromosoma-Y R1b-M269 (la posición exacta en el árbol filogenético pudo ser resuelta en 14 individuos, los cuales llevaban la variante derivada P312, mientras que 18 individuos portaban la subvariante derivada Z195), únicamente un individuo perteneció a otro grupo, E1b-L618. La Cultura del Argar muy probáblemente se formó a partir de la fusión de nuevos grupos arribados del centro-norte peninsular (los cuales habrían portado el linaje predominante de cromosoma Y) y grupos locales del calcolítico que diferían de otras regiones peninsulares por llevar un componente similar al neolítico iraní (similar al encontrado en antiguas poblaciones del centro y este mediterráneo). Los componentes distales serían ~60% agricultor anatolio, ~25% recolector-cazador occidental, ~15% Yamnaya. Algunos rasgos fenotípicos serían: una casi absoluta mayoría de ojos marrones, la piel pálida sería mayoritaria, y el cabello castaño sería más habitual que el moreno. (31).
Sociedad argárica
La sociedad argárica estaba estructurada en unidades domésticas de pequeño tamaño. (25) El estudio de los ajuares funerarios ha conducido a la diferenciación de hasta cinco estratos sociales jerarquizados, piramidales y de carácter hereditario:
- Dirigentes masculinos con alabardas y espadas, joyas de oro y plata, así como copas.
- Mujeres y niños pertenecientes a la élite.
- Hombres y mujeres de pleno derecho con hachas, puñales y punzones; entre ellos estarían los guerreros que apoyarían a los líderes.
- Individuos de rango inferior con ofrendas sencillas conteniendo algún elemento metálico o cerámico; serían personas libres dedicadas a labores productivas como la artesanía o la agricultura.
- Personas desprovistas de ofrendas, que podrían ser siervos o esclavos. (27), (11).
La existencia de siervos domésticos se infiere de la presencia de tumbas ricas y pobres en las mismas estructuras poblacionales en asentamientos como Peñalosa, la Bastida de Totana o Fuente Álamo. La explotación intensiva de su trabajo beneficiaría principalmente a los dirigentes. Los estratos intermedios tendrían también un carácter subordinado respecto a estos, siendo explotados en menor grado, de manera colectiva e indirecta. (28).
Diadema de oro. Bronce Antiguo-Medio. Cultura argárica. Estrecho de la Encarnación (Caravaca de la Cruz, Murcia). 2000-1550 a. C. Museo Arqueológico Nacional de España, n.º inv. 33114. Jerónimo Roure Pérez. CC BY-SA 4.0.
La reducida élite masculina que poseía el monopolio del armamento ofensivo disfrutaba de un acceso preferente a algunos productos de consumo y una esperanza de vida mayor. Las mujeres aparecen en algunos enterramientos con ofrendas del máximo nivel, como diademas de oro, pero en ningún caso armas como alabardas o espadas, sino puñales y punzones, más asociados a los procesos económicos. Tal restricción ha sido interpretada como subordinación del género femenino al masculino en cada uno de los correspondientes niveles sociales, valorándose más su papel productivo que el reproductivo. (29)
La sociedad argárica practicaba la exogamia y la patrilocalidad, es decir que las mujeres jóvenes abandonaban su pueblo natal para mudarse al de su marido. Muchos hombres jóvenes también emigraban del hogar paterno. Se han documentado casos de hombres viudos o divorciados que volvieron a casarse pero no de mujeres. (30).
La exogamia se define en el contexto de los sistemas de parentesco como una regla que rige para la elección del cónyuge y que prohíbe la relación matrimonial entre los miembros de un mismo grupo, el que a su vez puede quedar delimitado por la relación de descendencia, por la pertenencia a una misma tribu, linaje, clan o localidad. La regla, al establecer que el cónyuge debe ser elegido obligatoriamente entre los miembros de un grupo ajeno al propio, prohíbe un grupo. La situación inversa se denomina endogamia, donde la regla determina el grupo dentro del cual se debe contraer matrimonio, es decir, impone un grupo específico. La exogamia es una regla que favorece el enlace entre grupos sociales diferentes. La palabra exogamia viene del griego exo, que significa «fuera o exterior», y gamos, el cual alude al matrimonio.
En antropología, el patrón de residencia posnupcial —llamado también patrón de asentamiento— es una categoría analítica que permite describir la norma fijada por una sociedad dada para la ubicación espacial de una nueva unidad familiar producida ya por el matrimonio —en las sociedades donde existe—, o bien por el nacimiento de una nueva generación. El patrón de residencia obedece, entre otras cuestiones, a las normas sociales de definición de la descendencia y a las condiciones económicas del grupo.
Dependiendo, pues, de la cultura de una sociedad y el sistema de parentesco definido por ella, el patrón de residencia puede ser calificado dependiente o independiente. El primer tipo corresponde a aquellas sociedades donde la norma de residencia posmatrimonial determina que la nueva unidad doméstica debe residir en el espacio que pertenece a los padres de uno de los cónyuges. El segundo tipo es propio de aquellos grupos humanos donde la nueva familia deben buscar un espacio de residencia separado del de los padres.
Interpretaciones 2
Para González Marcén, Lull y Risch la sociedad argárica era de carácter estatal. (15) Según los dos últimos, el sistema argárico estaba basado en el control de los campos de cereales, cuya producción podía ser transportada a los poblados centrales, donde se acumulaba y era gestionada por el grupo dominante. Mediante la coerción generada por el monopolio de las armas se restringía el acceso del resto de la población a los productos de consumo básicos. La centralización en estos asentamientos de las producciones metalúrgica y cerámica permitió a los dirigentes estandarizar las manufacturas en todo el espacio argárico. Dentro de este los intercambios aparecen reducidos a las élites y no debían de existir con los territorios circundantes, ya que no han aparecido elementos materiales ajenos. Así, los autores consideran que la institucionalización de la explotación económica basada en la fuerza, la delimitación territorial y su expansión a lo largo del tiempo, así como la uniformidad material son características de sociedades estatales, lo que los lleva a considerarla como tal. (32)
Vaso trípode argárico hallado por Siret en Cuevas del Almanzora. (M.A.N., Madrid). Luis García. CC BY-SA 3.0.
La tesis de que el grupo argárico se podría definir como un Estado es compartida, además de los anteriores, por O. Arteaga, F. Nocete y F. Contreras, mientras que es rechazada por A. Gilman, R. Chapman y Ramos, que opinan que es una sociedad demasiado rural y básica, falta de coherencia. (33).
Jorge J. Eiroa cree que la interdependencia detectada en la organización territorial de grupos de asentamientos argáricos sería el resultado de una organización política de carácter complejo que podría formar parte de los procesos que dieron origen al Estado. (20). Según él, de las tres premisas básicas para la definición del Estado, dos estarían claramente representadas (un ámbito geográfico y un pueblo), pero la tercera no (su gobierno). Así, él mismo califica la sociedad argárica de jefatura altamente estratificada, similar a muchos otros grupos culturales de la Edad del Bronce. (34).
La formación del Estado es el proceso de desarrollo de una estructura de gobierno centralizada en una situación en la que previamente no existía. La formación del Estado ha sido objeto de estudio por parte de muchas disciplinas de las ciencias sociales. En dicho estudio se suelen diferenciar los Estados en dos tipologías: los Estados primitivos (aquellos que se desarrollaron desde sociedades sin Estado y ocupan este artículo) y los Estados-nación (que se tratan en este otro). Hay distintas teorías que explican tanto los orígenes de los estados primitivos cuanto los contemporáneos y los debates académicos son abundantes al respecto.
Los Estados primitivos se subdividen a su vez en dos tipologías: los primarios y los propiamente dichos primitivos. La lista de ambos grupos estatales no está cerrada, sino que sigue sujeta a diversas controversias científicas. Entre las teorías que intentan crear modelos explicativos acerca del origen estatal destacan la denominada hipótesis hidráulica y la generada desde el materialismo cultural para los Estados primarios, mientras que los modelos de formación voluntaria, los que utilizan los conflictos como factor clave y otros que actualmente están bastante desacreditados serían muy utilizados en el ámbito de los Estados primitivos.
Cerámica de Cuesta del Negro (Purullena) Museo Arqueológico de Granada. CC BY-SA 4.0.
Principales yacimientos argáricos
Se enumeran algunos de los yacimientos clasificados por provincias:
Referencias Cultura del Algar. Penísula Ibérica. Bonce antiguo. Cronol. 2.200 a 1500 a.C.
- Lull, Vicente; R. Micó; Cristina Rihuete Herrada; Roberto Risch (2011). «El Argar and the Beginning of Class Society in the Western Mediterranean». Archäologie in Eurasien 24: 381-414.
- David Barreira (24 de febrero de 2021). «Los misterios de la sociedad guerrera que revolucionó la Península Ibérica hace 4.000 años». El Español. Consultado el 5 de febrero de 2021.
- Gilman Guillén, Antonio (1999). «Veinte años de Prehistoria funcionalista en el sureste de España». Boletín del seminario de estudios de Arte y Arqueología (BSAA) (65): 74-76.
- González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert (1992). «Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la «Edad del Bronce»». Madrid (1.ª edición) (Editorial Síntesis). p. 130. ISBN 84-7738-128-3.
- Castro, Pedro V. et alii: «La sociedad argárica», en Marisa Ruiz-Gálvez Priego (ed.): La Edad del Bronce ¿Primera Edad de Oro de España? Sociedad, economía e ideología Ed. Crítica, Barcelona (p. 181), 2001, ISBN 84-8432-299-8
- González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert. Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la «Edad del Bronce». pp. 155-156.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 182.
- Eiroa García, Jorge Juan (2010). «Prehistoria del mundo». Barcelona (primera edición) (Sello Editorial SL). pp. 822-823. ISBN 978-84-937381-5-0.
- VV. AA. (2004). Amigos del museo arqueológico de Lorca, ed. «Lorca, poblado más extenso y primigenio de la cultura del Argar». Consultado el 21 de junio de 2013.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 189.
- González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert. Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la «Edad del Bronce». pp. 129-130.
- Eiroa García, Jorge Juan. Prehistoria del mundo. p. 814.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 190.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. p. 191.
- González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert. Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la «Edad del Bronce». pp. 182-183.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. pp. 209-210.
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- Eiroa García, Jorge Juan. Prehistoria del mundo. pp. 828-829.
- Eiroa García, Jorge Juan. Prehistoria del mundo. pp. 821-822,835.
- Contreras Cortés, Francisco; Cámara Serrano, Juan Antonio: «Arqueología interna de los asentamientos. El caso de Peñalosa», en Marisa Ruiz-Gálvez Priego (ed.): La Edad del Bronce ¿Primera Edad de Oro de España? Sociedad, economía e ideología Ed. Crítica, Barcelona (pp. 249-250), 2001, ISBN 84-8432-299-8.
- Castro, Pedro V. et alii. La sociedad argárica. pp. 203-207.
- Olaya, Vicente G. (6 de mayo de 2023). «El Argar, la enigmática cultura que intercambiaba mujeres entre ciudades». El País. Consultado el 7 de mayo de 2023.
- Villalba-Mouco et al., Vanessa (2021). «Genomic transformation and social organization during the Copper Age–Bronze Age transition in southern Iberia». Science Advances. doi:10.1126/sciadv.abi7038.
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- Eiroa García, Jorge Juan. Prehistoria del mundo. pp. 840-841.
- Eiroa García, Jorge Juan. Prehistoria del mundo. p. 834, 837, 841.
El hombre de Galera
El Hombre de Galera es el cadáver de un hombre momificado que data aproximadamente del año 1400 a. C. Pertenecía a la cultura de El Argar, en plena Edad del Bronce, y se considera uno de los cuerpos mejor conservados de la «prehistoria» europea.
Descubrimiento e historia
El Hombre de Galera fue hallado por un equipo de arqueólogos dirigidos por Fernando Molina, codirector de la excavación y catedrático del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, y María Oliva Rodríguez-Ariza, profesora de Prehistoria de la Universidad de Jaén, en la sepultura 121, en el interior de una pequeña cueva oval, enterrado en lo que se cree fue el hogar del personaje, en noviembre de 2002, en la necrópolis argárica de El Castellón Alto, enclavada en el Altiplano Granadino, en el municipio de Galera, en la provincia de Granada, España. Junto al cuerpo aparecieron diversas herramientas y cerámicas y el cuerpo de un niño de 4 años que podría ser su hijo.
El hecho de que el enterramiento se protegiera con tablones de pino cubiertos con barro, la construcción de un muro de piedra y las condiciones de sequedad de la zona impidieron que los microorganismos actuaran y así se consiguió la momificación y preservación del cuerpo de manera natural.
Características
- Momificación natural
- Originariamente el cuerpo se cubrió con una bolsa cerrada herméticamente por dos lados.
- El hombre tenía 28 años aprox. cuando falleció y a su lado se encontró el esqueleto de un niño, que se sospecha que pudo ser su hijo.
- Medía 1,60 metros de altura.
- No se encontraron signos de lucha ni lesiones que pudieran causar su muerte, así que se cree que pudo morir por una neumonía o alguna infección similar.
- El cadáver lucía barba, tres coletas, una de ellas tan larga que superaba la cintura, portaba pantalón, un gorro de tela.
- Se encontraron además diversas herramientas y objetos:
- una azuela.
- un puñal.
- tres cuentas de collar.
- varios anillos de plata.
- cuatro cerámicas.
- dos brazaletes de cobre.
Enlaces externos
MAGIA Y RELIGIÓN EN EL ARGAR (Documental-Entrevista).
(Voces de Bronce y Hierro)
@vocesdebronceyhierro2815,36 K suscriptores•132 vídeosCanal de divulgación sobre Historia Antigua, centrado en los pueblos de Iberia y Europa antes de Roma. ko-fi.com/vdbyhy 3 enlaces más
La cultura de El Argar ha demostrado ser una de las culturas más desarrolladas e importantes de la Edad del Bronce Peninsular. Además, en los últimos años los trabajos de investigación sobre esta cultura han incrementado exponencialmente nuestros conocimientos sobre ella. En estra entrevista, compartimos con Marco Mazón algunas de las claves de su investigación sobre la magia y la religión en El Argar, un campo de estudio nuevo que él ha comenzado a estudiar como parte de su trabajo de fin de Grado y que está expandiendo durante sus estudios de Máster. Recientemente, ha publicado el libro Magia y Religión en El Argar con las conclusiones de sus estudios preliminares. Esta publicación le ha garantizado un gran éxito y promete ser ampliada y profundizada en futuros trabajos. Puedes conseguir el libro Marco Mazón aquí: https://www.casadellibro.com/ebook-re… ¿Te gusta Voces de Bronce y Hierro? ¡Ahora puedes apoyarme en ko-fi.com! Una manera fácil y segura para convertirte en mecenas de este proyecto de divulgación: https://ko-fi.com/vdbyh Sígueme en Instagram para ver más videos sobre arqueología en la Antigüedad: / chifladoelprofesor
La Bastida de Totana
La Bastida de Totana es un yacimiento arqueológico perteneciente a la cultura argárica situado en el municipio español de Totana, en la Región de Murcia. Está ubicado sobre un cerro de perfil cónico a unos 6 km al oeste de la localidad de Totana y fue ocupado entre aproximadamente 2200 y 1550 antes de Cristo. Se trata de uno de los poblados más extensos (4,5 ha. como estimación mínima) de los inicios de la Edad del Bronce en Europa continental y está considerado como uno de los asentamientos más importantes de la Prehistoria reciente europea. (1) Formó parte de la red de centros neurálgicos argáricos, con incipiente urbanismo y en los que se detectan desigualdades políticas y económicas.
En 2005 La Bastida fue declarada Bien de Interés Cultural. (2) Su larga historia de investigación, iniciada en 1869, y las actividades de campo llevadas a cabo desde 2008 por el grupo de investigación Arqueoecología Social Mediterránea (ASOME) de la Universidad Autónoma de Barcelona, lo convierten en uno de los yacimientos argáricos mejor conocidos hasta ahora.
Estado de la excavación de la muralla en abril de 2013. Wadim – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0
Macizo | Sierra de la Tercia | |
---|---|---|
Valle | Valle del Guadalentín | |
País | España | |
División | Región de Murcia | |
Municipio | Totana | |
Coordenadas | 37°45′40″N 1°33′37″O |
Geografía
La Bastida se localiza en las estribaciones de las sierras de La Tercia y Espuña, sobre un cerro escarpado de 450 m s. n. m. en la confluencia de la Rambla de Lébor y el Barranco Salado.
Desde el punto de vista geológico, se encuentra en la zona de contacto entre los materiales del Mioceno, procedentes de la Sierra de la Tercia, y los materiales del Paleozoico y Mesozoico, representados en la Sierra de Espuña. El sustrato geológico del cerro es principalmente terciario, con predominio de conglomerados, margas, calizas, yesos y areniscas, y en menor medida pizarras y cuarcitas.
Si bien en la época prehistórica contaba con bosques de ribera más o menos densos, en el periodo argárico se inició un proceso de transformación antrópica del entorno natural que conllevaría consecuencias irreparables. La actividad continuada durante casi 700 años de la tala de los bosques para el suministro de combustible y la creación de campos de cultivo y pastos para el ganado provocaron un impacto en el medioambiente que se agravó en tiempos históricos.
El medio actual corresponde a un paisaje degradado como consecuencia del impacto ambiental continuado. Por un lado, las lluvias torrenciales periódicas conducen a una intensa acción erosiva en los cursos del Lébor y el Salado. Por otro, la explotación forestal y la posterior repoblación de pino carrasco durante la década de los 70 condujeron a la transformación artificial de la flora y el relieve mediante aterrazamientos. Todo ello ha conducido al desarrollo de un medioambiente árido caracterizado por una vegetación de secarral, con pequeños arbustos y hierbas.
La Bastida se sitúa al borde del valle del Guadalentín pero relativamente alejada y oculta al mismo tiempo de las llanuras aluviales. Esta ubicación es probablemente la clave para entender la relevancia de La Bastida en las relaciones políticas y económicas de la sociedad argárica y su condición de núcleo urbano.
Vistas de la cara norte de La Bastida desde la Serrecica (2010). Proyecto bastida – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0
Intervenciones arqueológicas
La Bastida representa el primer asentamiento argárico excavado, investigado y publicado monográficamente. Los primeros trabajos de los que se tiene constancia se realizaron en 1869, dirigidos por el ingeniero de caminos Rogelio de Inchaurrandieta, (3) quien presentó en el Congreso Internacional de Arqueología de aquel mismo año, celebrado en Copenhague, los hallazgos realizados en “la montaña funeraria” de La Bastida. En tres días, junto con dieciocho jornaleros, excavó 18 urnas y 2 cistas de enterramiento. Publicó el resultado de esta intervención en el Boletín de la Universidad de Madrid (1870) (4) y en las Actas del Congreso de Copenhague (1875), donde expuso las primeras interpretaciones sobre las actividades económicas y prácticas funerarias llevadas a cabo en La Bastida. El material, que debía depositarse en el Museo Arqueológico Nacional, se perdió tras su ingreso en la Escuela de Ingenieros en Madrid.
Desde entonces se han ido sucediendo actividades de excavación, prospección y limpieza hasta el presente, llevadas a cabo en cada momento por diversos investigadores. Es por ello que el rigor y la calidad documental del registro relacionado con cada uno de los episodios de intervención en el lugar difieren entre sí. Esta tradición investigadora, muy dilatada en el tiempo, ha conducido además a una amplia dispersión de los hallazgos, que actualmente custodian diversos museos europeos.
Pocos años después del inicio de las intervenciones arqueológicas en La Bastida, en el otoño de 1886, Luis Siret y Pedro Flores excavaron en el yacimiento tras leer la síntesis de los trabajos de Inchaurrandieta presentada por Cartailhac (1886). (5) En esta ocasión la campaña fue breve, pues cesaron los trabajos tras la excavación de la decimotercera tumba, tal vez por no obtener los resultados esperados.
Desde al menos mediados del siglo XIX y hasta época reciente, La Bastida ha sido objeto de rebuscas y excavaciones clandestinas, motivadas en buena parte por el auge de la demanda de antigüedades. Un ejemplo de esta situación queda ilustrada en el relato de las peripecias y de la picaresca de los gitanos “Corro” y “Rosao”, quienes descubrieron y falsificaron múltiples piezas de La Bastida para luego venderlas como auténticas. (6).
A partir de 1927 el arqueólogo Juan Cuadrado, discípulo de Luis Siret, realizó diversas intervenciones en el yacimiento de La Bastida (1927-28 y 1936-39) así como en varios yacimientos de la zona, entre los que destaca Blanquizares de Lébor. Dicho material fue donado al Museo Arqueológico de Almería, del que fue director desde 1933 hasta su muerte en 1952.
En la posguerra, el Seminario de Historia Primitiva del Hombre de Madrid dirigido por Julio Martínez Santa-Olalla, llevó a cabo cuatro nuevas campañas de excavación. En las de 1944 y 1945 participaron Eduardo del Val Caturla, Carlos Posac Mon, José Antonio Sopranis Salto y el propio Julio Martínez Santa-Olalla, que dirigía a su vez la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas, organismo que publicó en 1947 bajo el formato de Memoria los resultados de estas intervenciones. (7). Esta es hasta el momento una de las principales fuentes de información, pues incluye una detallada descripción de 18 departamentos y estructuras asociadas, entre las que se cuentan 102 sepulturas, los estudios específicos del material y una síntesis histórica.
En 1948 se encargaron de la dirección de la excavación Vicente Ruiz Argilés y Carlos Posac Mon, publicando los resultados en Cuadernos de Prehistoria Primitiva (1948) (8) y en el Noticiario Arqueológico Hispánico (1956). (9) En esta campaña se amplió a 21 el número de departamentos y en 15 más la colección de tumbas.
La última excavación de esta etapa se realizó en 1950. Francisco Jordá Cerdá, en colaboración con John D. Evans, ampliaron la excavación en dirección noroeste. Aunque esta zona conservaba escasos restos murarios, se extrajo una docena más de tumbas.
A este intenso periodo de excavaciones le siguió un extenso lapso de abandono científico. Fue en 1986, gracias al trabajo presentado como tesis de Licenciatura por Mª Magdalena García López, cuando el yacimiento se rescató del olvido mediante el análisis de materiales cerámicos inéditos procedentes, en su mayoría, de las excavaciones llevadas a cabo en 1944-45 por Martínez Santa-Olalla y su equipo. La Universidad de Murcia publicó este estudio en 1992, (10) dos años después de que la misma Universidad realizara una prospección (1990). (11) Iniciado ya el siglo XXI, el ayuntamiento de Totana encarga en 2003 a Arqueotec tareas de limpieza y documentación gráfica, dentro de la puesta en marcha del «Proyecto de parque arqueológico-didáctico» de Mª Magdalena García López (12) proyecto con el que se consiguió una subvención de los Ministerios de Fomento y Cultura, que permitió la construcción de las primeras instalaciones para la musealización del yacimiento. (13) Las tareas de documentación gráfica prosiguieron en 2005 por Arqueoweb.
Vista frontal de la fortificación, con varios lienzos de muralla y cinco de las torres macizas descubiertas (2012). Proyecto Bastida – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
A finales de 2008 se puso en marcha un proyecto de investigación, musealización y divulgación del yacimiento, bajo la dirección de Vicente Lull, Rafael Micó, Cristina Rihuete y Roberto Risch, de la Universidad Autónoma de Barcelona (Grup de Recerca d’Arqueoecologia Social Mediterrània). La Consejería de Cultura y Turismo de la Región de Murcia, la Universidad Autónoma de Barcelona, los ministerios de Industria, Comercio y Turismo y de Economía y Competitividad, y el Ayuntamiento de Totana son las instituciones que han patrocinado y financiado las labores arqueológicas llevadas a cabo recientemente.
La intervención de un equipo multidisciplinar, en el que participan investigadores y laboratorios nacionales e internacionales, así como un nutrido grupo de estudiantes, obreros y voluntarios, ha permitido sacar a la luz restos arqueológicos de crucial importancia en la interpretación no solo del propio asentamiento sino del entramado económico, político y social del periodo argárico. Adicionalmente, las labores de formación y divulgación desde el centro de investigación situado al pie del yacimiento, embrión de un futuro parque arqueológico, lo convierten en un polo de atracción científico, pedagógico, cultural y turístico.
Cronología de la investigación
Fases de ocupación
Las excavaciones realizadas desde 2009 han permitido identificar tres fases de ocupación principales, algunas de las cuales registran subdivisiones internas. (15)
- Fase I (c. 2200–2000 a. C.): los primeros testimonios de ocupación humana están representados por un número elevado de pequeñas cabañas de perímetro curvilíneo, construidas a base de barro y postes de madera. Ninguna de estas cabañas ha conservado su perímetro íntegro debido a que fueron parcialmente destruidas por la construcción de los edificios posteriores y por procesos erosivos. Todas ellas aparecen amortizadas mediante un horizonte de incendio. Las observaciones estratigráficas realizadas no permiten asociar tumba alguna a esta fase de ocupación del asentamiento. Entre los hallazgos artefactuales más numerosos destaca la cerámica, con una presencia importante de pastas de color amarillento y morfologías que recuerdan a producciones de tradición calcolítica. Cabe destacar también patrones de decoración cerámica a base de series de triángulos incisos rellenos de puntos, con paralelos en el yacimiento de Lugarico Viejo, coetáneo en esta época. (16) La cerámica campaniforme está ausente. Además de las cabañas, un número menor de edificios más espaciosos, construidos con muros rectos de piedra, pudo desempeñar funciones de carácter comunitario. Entre estas construcciones figura un sistema de fortificación monumental y original.
- Fase II (c. 2000–1850 a. C.): durante la segunda fase de ocupación las cabañas dejaron de ser habitadas y, en su lugar, se levantaron edificios de piedra. Se produjo con ello la implantación de los elementos propios de la arquitectura y del urbanismo argárico, es decir, edificaciones de planta alargada y muros rectos de piedra que se disponen sobre terrazas artificiales en ladera. Las primeras tumbas conocidas en La Bastida datan de esta fase así como una producción cerámica tipificada en las pastas y la morfología argáricas. Cabe destacar la habilitación de una balsa de grandes dimensiones, situada a cotas bajas aprovechando un área de menor pendiente.
- Fase III (c. 1850–1600/1550 a. C.): esta fue la fase de mayor extensión y apogeo. Un tupido entramado urbano cubrió toda la superficie del cerro, compuesto por grandes casas construidas en terrazas y separadas a veces por angostos accesos de menos de un metro de amplitud. La misma implantación urbana fue respetada hasta el abandono de La Bastida, al margen de algunas refacciones arquitectónicas de menor envergadura.
Hacia 1600/1550 a. C. La Bastida fue abandonada en condiciones aparentemente pacíficas, a juzgar por la ausencia de niveles de incendio u otras evidencias que pudieran sugerir un abandono por destrucción. Tras el cese de la ocupación argárica, sólo se documentan frecuentaciones esporádicas en época romana y medieval.
La ciudad
Los trabajos de campo han permitido excavar en torno a 6000 m² distribuidos entre la cima del cerro —muy erosionada y afectada por labores de repoblación forestal—, la ladera media oriental, el piedemonte sureste —donde tuvieron lugar las intervenciones de 1944, 1945, 1948 y 1950— y en la zona contigua al Barranco Salado. Dichas labores han permitido recuperar los restos de 83 edificios, 88 tumbas, un sistema de fortificación y una gran balsa, que se añaden a los restos recuperados en las intervenciones previas.
Vistas de La Bastida desde el Cabezo Gordo tomada a finales de 2012. Proyecto Bastida. CC BY-SA 3.0.
Arquitectura y urbanismo
A lo largo de los casi siete siglos de ocupación, el asentamiento sufrió reestructuraciones y renovaciones arquitectónicas. La fase más importante (fase III) mostraba una trama urbana basada en una densa red de edificios de planta rectangular, trapezoidal o absidal, cuyas superficies oscilan entre 10 y más de 70 m² y donde se distribuían las actividades de producción, almacenamiento y consumo. Las construcciones se asientan sobre la roca madre o sobre estratos de formación coluvial que cubrieron los derrumbes de las estructuras de las fases previas. Sus paredes estaban levantadas en piedra y revocadas con una capa de argamasa que contenía cal en diversas proporciones. Los edificios ocupaban terrazas artificiales dispuestas paralelamente a lo largo de las laderas del cerro, hallándose en ocasiones separados por angostos accesos de menos de un metro de amplitud. Los muros se han conservado en algunos casos hasta una altura de 1,5 m y 10 hiladas, y presentan anchuras medias de 0,60-0,80 m. Los paramentos se adaptan puntualmente para acoger postes de madera a modo de pilastras de refuerzo, aunque no resultan extraños los postes exentos, sobre todo junto a las intersecciones entre tramos de pared. Los tabiques internos son escasos, mientras que las infraestructuras habituales incluyen pisos acondicionados, hornos u hogares y banquetas de formas y tamaños variados, enlucidas o no con una capa de arcilla amarilla (greda). Hasta el momento, este tipo de edificios se han encontrado en el piedemonte y la ladera media.
Pese al deterioro erosivo que ha sufrido la cima de La Bastida, en ella se han descubierto los restos de una construcción monumental, de la que se conserva un tramo de muro de 1,90 m de anchura.
El elemento arquitectónico más emblemático hallado hasta el momento en La Bastida es el sistema de fortificación localizado al norte del área de habitación del piedemonte. El primer elemento en ver la luz fue una línea defensiva («Línea 1»), formada por lienzos de muralla de hasta 3 m de anchura, a cuyo exterior se adosan cinco torres macizas de perfil troncopiramidal. Promedian unos 4 m de anchura y se proyectan entre 3 y 3,50 m respecto a la cara externa de los lienzos de muralla. Las torres nº 1 a 4 están separadas por distancias de entre 2,80 y 4,70 m. Teniendo en cuenta el volumen de las piedras en los estratos de derrumbe excavados en el exterior, la altura original de la Línea 1 habría sido de 5 m. Hasta la fecha, su trazado ha podido documentarse a lo largo de 45 m, desde el punto más bajo muy cerca del barranco Salado y siguiendo pendiente arriba de forma casi perpendicular al curso de este. Si proyectamos este trazado hasta alcanzar y rodear la cima del cerro, la Línea 1 habría podido rebasar los 300 m, salvando desniveles de en torno al 40 %.
Casi en paralelo respecto a la Línea 1 apareció una segunda línea de muralla («Línea 2»). Esta línea posee dos bastiones cuyo perímetro presenta una forma de cuarto de círculo y algo menos de 3 m de anchura. Ambas líneas definen una entrada estrecha, que sufrió varias modificaciones constructivas a lo largo de su uso. En todas ellas dispuso de postes de madera para encajar el portón y, a la vez, consolidar los muros laterales y sustentar posibles altillos de madera. La entrada da paso a un corredor o pasillo al aire libre que fue rellenándose de sedimentos, residuos variados y materiales constructivos a lo largo del tiempo.
La Línea 2 se asocia a una torre troncopiramidal de 4 m de anchura, conservada en una altura de 2,5 m. En su cara oriental se abre un hueco cuyo contorno traza un arco apuntado de 1,5 m de altura y 0,85 m de anchura en su base. Pese a que la excavación del sedimento interior no ha concluido y, por tanto, no es posible ofrecer un diagnóstico concluyente, el hueco asemeja el de una poterna, es decir, el de una puerta secundaria con un posible uso defensivo.
Las dataciones de Carbono-14 indican que la fortificación se encontraba ya en pie hacia 2200-2100 a. C. Su antigüedad y el alzado conservado de muros y torres convierten este hallazgo en uno de los más importantes de la arqueología europea de los últimos años. El trazo de la muralla y sus cualidades poliorcéticas (p. ej., el uso de una poterna) son inéditos en la península ibérica e incluso, en la Europa continental de ese tiempo; lo cual sugiere una posible incidencia, incluso directa, proveniente del Oriente del Mediterráneo en la fundación del asentamiento. (17).
Otra construcción monumental, en este caso en la ladera baja sureste, está representada por una balsa de gran tamaño. En un momento de su uso, en el extremo norte se construyó un muro de cierre rectilíneo, a modo de dique, de 21 m de longitud, una media de 3 m de anchura y 1,70 m de altura conservada. Con capacidad superior a 300 000 litros, su emplazamiento alejado de la «acrópolis» y el hecho de carecer de estructuras de techado la diferencia de la mayoría de las estructuras argáricas interpretadas como cisterna en asentamientos como El Oficio (18), Fuente Álamo (19) ,El Castellón Alto (20), o La Illeta dels Banyets (21). Tan solo la estructura de Peñalosa podría mantener paralelos con la de La Bastida. (22). Parece probable su uso como balsa o embalse destinado a retener agua para variados usos domésticos y artesanales.
El asentamiento de La Bastida ocupó en su momento de auge unos 45 000 m², constituyendo, hasta el momento, el asentamiento argárico de mayor envergadura excavado sistemáticamente. El tamaño y la densidad de los edificios han permitido estimar la población en unos 1000 habitantes, concentración demográfica sin precedentes. Si a ello le sumamos la construcción de la fortificación así como otras construcciones monumentales como la balsa, se puede concluir que el asentamiento en La Bastida supuso una planificación del área de habitación y la aplicación de conocimientos prácticos de arquitectura y de ingeniería.
Ritual funerario
Se han documentado un total de 237 tumbas. El ritual de enterramiento argárico se caracteriza, en primera instancia, por la inhumación bajo el suelo del área habitada. Se trata de sepulturas de inhumación que acogen uno o, con menos frecuencia, dos cadáveres, en el interior de recipientes cerámicos, cistas (o «cajas») de piedra, pequeñas cuevas artificiales («covachas») y fosas, simples o revestidas de piedras. Los cuerpos acostumbran a colocarse en posición fetal sobre uno de los costados, aunque en algunos casos el cuerpo se dispone en posición supina con las piernas ladeadas. Con frecuencia, junto a los cadáveres se depositaron ofrendas de composición variable. Dichas ofrendas suelen incluir recipientes de cerámica y elementos de ajuar como armas, útiles y adornos de metal, hueso y piedra, y, en ocasiones alguna porción cárnica, casi siempre de cabra u oveja. Los ajuares funerarios que acompañan a los difuntos son claramente diferenciados en caso de ser hombres o mujeres.
Tumba 18: enterramiento en urna de dos hombres adultos. Proyecto Bastida – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
En La Bastida, la mayor parte de tumbas se realizaron en urnas. De estas, las de forma 4, según la tipología de Luis Siret, son las más numerosas, seguidas en un porcentaje muy inferior por las formas 2 y 5, en las que acostumbraban a inhumar individuos infantiles. En varias ocasiones se han documentado contextos con elementos típicamente funerarios (urna bajo el suelo acompañada de ofrendas), pero sin evidencia de restos esqueléticos humanos. Estos contextos representarían, por tanto, cenotafios.
Si bien la mayor parte de las sepulturas corresponden a inhumaciones individuales, en las ocasiones en las que se usa un mismo contenedor funerario para dos individuos se cumple la tendencia habitual argárica de encontrar dos personas adultas de distinto sexo, o bien un adulto (hombre o mujer) con un infantil, o bien dos infantiles. La tumba 18 constituye una excepción a la norma, al contener los restos de dos hombres, cuyo ajuar estaba compuesto por una vasija carenada exterior a la urna, un cuenco con granos de cebada, un hacha y un puñal de tres remaches de cobre, un pendiente de plata y dos porciones de cabrito.
Las diferencias en el ajuar funerario permitieron identificar la existencia de clases sociales en la sociedad argárica, (23) representadas todas ellas en el conjunto funerario de La Bastida. En este caso, el predominio de las sepulturas con ajuar frente a las que carecen de ofrendas, así como la relativa frecuencia de objetos característicos de las categorías sociales intermedias, como punzones, cuchillos, puñales y hachas de cobre, puede indicar el peso en La Bastida de súbditos con derechos sociales, pertenecientes a una clase intermedia.
Organización económica
Debido al contraste entre la elevada concentración demográfica de La Bastida y su relativo alejamiento de las fértiles tierras del valle del Guadalentín, la elección del asentamiento se debería a motivos de orden político-social, en el marco de un territorio económico forzosamente más amplio. El tamaño y la entidad arquitectónica y material de La Bastida la colocan en una posición de centralidad dentro de una unidad político-económica. La Bastida fue capaz de atraer materias primas de procedencia lejana, como rocas volcánicas y metamórficas para fabricar molinos, martillos, yunques o afiladores; cobre y plata para la producción de armas, herramientas y adornos, e incluso marfil para su transformación en botones.
La ubicación geográfica de La Bastida, oculta en cierta manera entre las elevaciones circundantes, contrasta con la visibilidad que ofrecen y permiten otros asentamientos de menos tamaño, como La Tira del Lienzo. Sin renunciar a las ventajas estratégicas de una posición elevada y de la protección de un muro de cierre, La Tira del Lienzo se asoma físicamente al valle para controlar la población de las aldeas en llano y su producción. Es, por tanto, en un complejo entramado de relaciones jerárquicas entre poblados donde se ha de ubicar el papel de La Bastida, la cual hacía valer su control económico-político sobre la producción a través de la implantación de poblados de orden jerárquico inferior.
En resumen, La Bastida debió ser la capital de una entidad política de carácter estatal en cuyo seno convivían varias clases sociales: una, dominante y explotadora, que defendía sus privilegios con las armas; otra, mayoritaria en número, que identificamos como “pueblo llano” con ciertos derechos y, por último, una población servil o esclava.
Centro de investigación La Bastida
El yacimiento de La Bastida representa una enorme riqueza para la prehistoria europea en general y tanto su valor patrimonial como la importancia sociopolítica que tuvo este asentamiento en la Edad del Bronce lo han convertido en un foco privilegiado en la investigación prehistórica. Por ello la gestión del yacimiento, que se está llevando a cabo desde el grupo de investigación ASOME-UAB, se ha focalizado tanto en los labores de investigación como de divulgación.
Foto de las instalaciones. Proyecto Bastida – Trabajo propio-.CC BY-SA 3.0
Centro de investigación multidisciplinar
Las instalaciones situadas al pie del yacimiento han sentado las bases para la fundación de un centro de investigación y de difusión, en el marco de un futuro parque arqueológico. En la actualidad dicho centro ya está funcionando como depósito y laboratorio de análisis y restauración de materiales arqueológicos. Ante la importancia de los hallazgos recuperados se han emprendido diversas líneas de trabajo destinadas al estudio y difusión de los mismos. (24) Mediante análisis artefactuales (cerámica, metal, piedra, hueso y materias orgánicas), arqueozoológicos, paleobotánicos y antropológicos se busca conocer la organización económica y política de las comunidades que habitaron el asentamiento. Dichas líneas de investigación se desarrollan con la permanente asistencia de técnicas documentales como la fotografía, el dibujo, los sistemas informáticos, la topografía y la infografía. Además, se dispone de un laboratorio especializado en la restauración y la conservación de objetos arqueológicos.
Habitación 3 restaurada. Proyecto Bastida – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
Labores de divulgación
En el marco del programa de divulgación se realizan labores de formación y de sensibilización de la población para la defensa del legado arqueológico público.
El elemento catalizador de esta iniciativa didáctica y de difusión, dirigida al público en general, está constituido por el propio yacimiento de La Bastida. Por ello, además de las labores de excavación, en los últimos años se han llevado a cabo la restauración del yacimiento y la musealización, así como la restauración de una gran cantidad de piezas arqueológicas. (25).
Para que los visitantes puedan trasladarse a lo que debió ser la ciudad de La Bastida, se ha elaborado un itinerario que recorre el barrio ubicado en el piedemonte suroriental. De esta manera, las personas que visiten el yacimiento pueden acceder a la balsa y a las distintas habitaciones, donde se han instalado plafones explicativos en cada recinto. Para ello, se ha acondicionado el camino, restaurado los distintos elementos muebles de las habitaciones, tales como banquetas y hornos, y se han elaborado réplicas de las vasijas de almacenaje y los contenedores funerarios.
Con el ánimo de abrir las puertas de este yacimiento y su estudio, en la actualidad se realizan visitas guiadas para distintos tipos de público. (26). Por un lado, se trata de visitas dirigidas a estudiantes de centros escolares y universidades, en las que los especialistas del Proyecto La Bastida presentan los principales hallazgos y explican los resultados derivados de la investigación en torno al asentamiento. Por otro, la Oficina de Turismo de Totana ofrece visitas guiadas por el itinerario restaurado de piedemonte para turistas y locales.
Visita guiada por miembros del Proyecto La Bastida por el piedemonte una vez restaurado. Proyecto Bastida – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
Referencias La Bastida de Totana
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- Proyecto La Bastida. «Concertar visitas». Consultado el 15 de enero de 2014.
Enlaces externos «La bastida de Totana».
- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre La Bastida de Totana.
- Página web oficial de La Bastida
- El Argar. Proyecto La Bastida
- Arqueoecología Social Mediterránea
- Ayuntamiento de Totana. La Bastida
- Turismo de Totana. La Bastida
- Las primeras edades del metal en el sudeste de España
- Las primeras edades del metal en el sudeste de España (álbum)
- La Bastida de Totana. Región de Murcia Digital
- Enlaces a modelos 3D del hallazgo arqueológico «Vaso de los Blanquizares de Lébor»
- La Bastida de Totana en Facebook
- Asociación de Amigos del Yacimiento de La Bastida en Facebook
- Asociación de Amigos del Yacimiento de La Bastida
Vídeos
- TVE2 – Arqueomania – Documental «Señoras, guerreros y buscadores (II)». 11_01_2015.
- TVE2 – Arqueomania – Documental «Señoras, guerreros y buscadores (I)». 04_01_2015.
- CUATRO – Cuarto Milenio – Documental «La Bastida, la Troya española»
- Time-Lapse «La Bastida» 2013 en Vimeo
- TVE2 – La aventura del saber – Documental «El tunel del tiempo – La Bastida de Totana».
- Capítulo 1 en Vimeo –
- Capítulo 2 en Vimeo –
- Capítulo 3 en Vimeo
- TVE2 – La aventura del saber – Documental «El tunel del tiempo – La muralla de La Bastida».
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Documental «La cultura argárica en la Bastida de Totana».
La Bastida, a 5 km de Totana, es uno de los enclaves argáricos más importantes descubierto en España. El poblado ocupó una extensión superior a los 40.000 metros cuadrados y vivió su esplendor en torno al año 1550 a.C. Este audiovisual forma parte de los contenidos del documental producido por la Fundación Integra ‘La cultura del argar. La Bastida de Totana’.
La Almoloya es un yacimiento arqueológico perteneciente a la Cultura argárica, situado en el municipio de Pliego, en la Región de Murcia, España, cuya cronología se desarrolla en plena Edad del Bronce, entre el III y II milenio a. C., (años 2200-1550 a. C.). Asentado en el cerro epónimo, su ocupación se desarrolló a lo largo de 600 años. Se considera uno de los asentamientos más importantes de dicha cultura. El yacimiento fue dado a conocer en 1944 por Emeterio Cuadrado. En el año 2013 empezaron los nuevos estudios sobre el lugar, en el marco del proyecto de investigación arqueológica de La Bastida de Totana. (1).
La Almoloya. (Cultura Argárica)
Vista aérea de La Almoloya. ASOME-Universitat Autònoma de Barcelona. CC BY-SA 4.0.
Continente | Europa | |
---|---|---|
Macizo | Alto de Almoloya | |
País | España | |
División | Región de Murcia | |
Subdivisión | Comarca del Río Mula | |
Municipio | Pliego | |
Coordenadas | 37°57′10″N 1°30′29″O | |
Historia | ||
Tipo | Yacimiento arqueológico | |
Uso original | Hábitat, centro político y necrópolis | |
Época | Edad del Bronce | |
Cultura | Cultura argárica | |
Construcción | 2200 a. C. | |
Abandono | 1550 a. C. |
Ubicación
La Almoloya se encuentra ubicada entre los municipios de Pliego (2) y Mula en el centro de la Región de Murcia, España. El cerro que le da nombre cuenta con una altitud de 561 metros y una superficie total de 3.800m² con una estructura caliza, plana y llana, junto a amplios campos forestales (40% de la superficie total) y parajes de vegetación natural. El terreno posee importantes barrancos, como también numerosos cerros y cadenas montañosas que superan los 500 metros de altitud, desde el que se goza de un amplio dominio visual de gran parte de la Comarca del Río Mula.
Geológicamente, La Almoloya se presenta como un cerro testigo de un amplio sinclinal. Su masa es parte de un potente banco calizo desaparecido en los contornos, perteneciente a las formaciones eocenas, constituidas principalmente por conglomerados y calizas nummulíticas. (3) El camino y subida a la Almoloya está situado en dirección sudoeste, el ascenso al cerro, es muy complejo pues presenta varios desniveles y además de ser estrecho por lo cual solo permite el ascenso de una persona a la vez.
El acceso al agua se obtenía por manantiales cercanos como La Portuguesa (a 2100 metros), las Anguilas (a 2200 metros) y Fuente la Higuera (a 3300 metros).
El yacimiento de La Almoloya presenta un asentamiento en el que habitarían aproximadamente 250 personas entre los años 2200-1550 a. C., es decir, que estuvo activo durante más de 600 años, siendo un centro de concentración política y riqueza de primer orden dentro del territorio político. (4) Luego de ese tiempo, las ruinas quedaron en total abandono.
Los pobladores de La Almoloya vivían en una sociedad estratificada jerarquizada, vertical o piramidal, eso significa que había personas que daban órdenes y que funcionaban por mecanismos de obligación para que otras personas obedecieran. La sociedad Argárica brinda una de las manifestaciones arqueológicas más importantes del inicio de la Edad del Bronce, con un importante legado patrimonial.
El Argar desarrolló técnicas cerámicas sofisticadas. Su minería y la metalurgia era bastante avanzada, con el bronce, la plata y el oro que se extraía, posiblemente desde la mina del As, se trabajaba en las armas y las joyas.
Hallazgos arqueológicos
Los hallazgos realizados en el lugar, llevados a cabo por investigadores desde el año 2013, dentro del proyecto La Bastid