Vista de Atienza, en la provincia de Guadalajara (España). Foto: Diego Delso. CC BY-SA 4.0. Original file (7,810 × 3,223 pixels, file size: 9.83 MB).
Atienza es un histórico pueblo español situado en la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Su historia se remonta a tiempos prerromanos, cuando los celtíberos habitaban la región. Durante la época romana, Atienza fue un punto estratégico debido a su ubicación en rutas comerciales importantes. Más tarde, durante la dominación musulmana, se fortificó y se convirtió en una plaza clave en la lucha por la reconquista cristiana. En el siglo XI, Alfonso VI de León y Castilla la recuperó y consolidó su importancia defensiva y comercial.
En la Edad Media, Atienza vivió su época dorada, siendo un enclave fundamental para la defensa del reino castellano. Su famosa muralla y su imponente Castillo de Atienza, construido sobre una roca escarpada, son vestigios de su pasado estratégico. La localidad alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XIII y XIV gracias a su activo comercio y sus ferias.
Cuenta con una población de 434 habitantes (INE 2023). La localidad, que tiene el título de villa y que gozó de una notable importancia durante la Edad Media, experimentó un declive a partir del siglo XV.
Geografía. Situación
Se ubica en el norte de la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Atienza pertenece la comarca de la Serranía de Guadalajara, una de las cuatro en que está dividida la provincia. Se trata del cuarto municipio más poblado de esta comarca tras Sigüenza, Jadraque y Cogolludo. 41°11′57″N 2°52′12″O
Clima
Posee un clima mediterráneo continentalizado. Esto se debe a su altitud (1.200 metros sobre el nivel del mar) y su ubicación en una zona montañosa del Sistema Central.
Inviernos Fríos y Largos. Los inviernos en Atienza son fríos, con temperaturas que suelen descender por debajo de los 0 °C, especialmente durante diciembre, enero y febrero. Las heladas son frecuentes, y no es raro que haya nevadas debido a la altitud.
Veranos Suaves y Secos. Los veranos son moderadamente cálidos, con temperaturas que rondan entre 20 y 30 °C. Las noches suelen ser frescas debido a la altitud, lo que proporciona un alivio agradable durante la temporada estival.
Primaveras y Otoños Variables. Las estaciones intermedias son variables y pueden registrar lluvias moderadas. La primavera suele ser fresca, mientras que el otoño destaca por su clima suave y por sus paisajes pintorescos, con los campos y bosques cambiando de color.
Precipitaciones. Atienza recibe lluvias moderadas, principalmente en primavera y otoño. Los meses más secos son julio y agosto, mientras que noviembre suele ser uno de los más lluviosos. Las precipitaciones anuales rondan los 500-600 mm.
Vientos y Humedad. Debido a su localización en una región montañosa, los vientos suelen ser frecuentes y moderadamente fuertes, especialmente en invierno. La humedad relativa es baja, típica de climas de interior.
El clima de Atienza es ideal para quienes disfrutan de inviernos con nieve y veranos suaves. Esta combinación lo convierte en un destino atractivo durante todo el año, especialmente para los amantes del turismo rural, la historia y la naturaleza.
Geografía urbana
Tuvo gran esplendor en la Edad Media, lo que se refleja en su casco urbano. La villa se levanta en la ladera de un cerro, resultando un entramado de calles en cuesta; en la cima del cerro destaca la silueta del viejo castillo de Atienza. La villa así configurada resultaba fácilmente defendible en otras épocas.
Fuertemente amurallada, las murallas delimitaron la expansión de muchos de sus barrios. No obstante, también se construyeron arrabales, como el de Portacaballos, en la ladera sur del cerro.
El casco urbano gira en torno a sus dos plazas más importantes: la de España (en donde se conserva el Ayuntamiento y la casa natal de Juan Bravo) y la del Trigo o de Don Bruno Pascual Ruilópez (con la iglesia de San Juan y la Casa del Cabildo), ambas bellamente asoportaladas. Estas dos plazas están separadas por el arco de San Juan o de Arrebatacapas.
La calle más importante dentro de su casco histórico es la calle de Cervantes, antiguamente llamada «de la Zapatería», con multitud de casas de época con escudos blasonados. Comunica la plaza del Trigo con la iglesia de la Santísima Trinidad y sirve de comienzo del camino que sube al castillo.
Vista desde el castillo. Foto: Carlos García Fernández. CC BY-SA 3.0 es. Original file (5,184 × 3,456 pixels, file size: 10.22 MB).
Patrimonio y Cultura
Atienza es un lugar de gran valor histórico y arquitectónico. Entre sus monumentos más destacados se encuentran:
Castillo de Atienza: Situado en la cima de una colina, ofrece vistas impresionantes de la comarca.
Murallas medievales: Que rodean el casco antiguo y hablan de su pasado defensivo.
Iglesias románicas: Como la Iglesia de San Juan del Mercado y la Iglesia de la Trinidad, que conservan magníficos ejemplos de arte medieval.
Plaza del Trigo: Una plaza porticada emblemática que conserva su esencia medieval.
Museo de Arte Sacro: Situado en la Iglesia de San Gil, con una valiosa colección de arte religioso.
Economía
Como cabecera de comarca sus recursos económicos principales son los relacionados con el sector servicios, principalmente comercios, hostelería y construcción, además de una industria cárnica. Actualmente la agricultura y la ganadería no ocupan a más de una docena de personas. En general, la industria de la carne es el conjunto de la ganadería industrializada moderna de producción, el empaquetado, la preservación y la comercialización de carne, en contraste con otros productos de origen animal como los lácteos, la lana o la miel. En economía, es una fusión de una actividad primaria, la ganadería, y una secundaria, la industria, y es difícil de caracterizar estrictamente en términos de una u otra. La parte más grande de la industria de la carne es la de su procesamiento, segmento que maneja la matanza, el envasado y la distribución de animales tales como vacas, cerdos, gallinas y ovejas, entre otros.
La economía de Atienza ha estado históricamente vinculada a la agricultura, la ganadería y el comercio. Hoy en día, su economía se sostiene principalmente por el turismo rural, el patrimonio histórico y la artesanía local. Los visitantes llegan atraídos por sus festivales tradicionales como la Caballada de Atienza, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, una singular procesión medieval. Además, el municipio produce embutidos, quesos y productos artesanales típicos de la región.
Historia. Edad Antigua y Media
De orígenes remotos, esta villa es la antigua Titrhya, enclave arévaco que se resistió a los romanos a la vez que Numancia. Se han encontrado restos celtíberos en sus alrededores, en la necrópolis de Cerropozo.
Aunque también existen restos visigodos su época de esplendor vino en la Baja Edad Media, momento en que Atienza se convirtió en enclave de importancia estratégica al estar situada cerca de la frontera entre los dominios castellanos y los reinos musulmanes y también cerca de la frontera con Aragón. Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, pasó por estas tierras hacia el destierro, llamando a Atienza «peña muy fuerte», según la versión del Cantar. En el siglo XII, tras varios periodos de pertenencia castellana, Atienza fue arrebatada definitivamente a los musulmanes y pasó a formar parte del Reino de Castilla.
Arco de Arrebatacapas. Manuel Delgado Tenorio (Flikr.com photos). CC BY-SA 2.0. Original file (2,304 × 3,072 pixels, file size: 3.31 MB).
Desde 1149 Atienza gozó de fuero, concedido por el rey Alfonso VII, estableciéndose la denominada Comunidad de Villa y Tierra de Atienza. La localidad se convirtió así en cabeza visible de una comarca con 131 aldeas y unos 2500 km² de extensión. Además, los reyes de Castilla aprovecharon el carácter fronterizo de la villa para promover, a través del fuero, la actividad mercantil: de hecho, en Atienza destacó el gremio de arrieros.
Atienza se convirtió en una villa de gran fidelidad a los reyes de Castilla en una época de frecuentes revueltas nobiliarias. Muchos reyes castellanos pasaron aquí grandes temporadas fiados de la lealtad de la villa. Uno de los hechos más relevantes fue la salvación del joven rey Alfonso VIII, a mediados del siglo XII. El rey, que contaba solo con cuatro años de edad, era perseguido por los Infantes de Castro; refugiado en la villa, y cercada esta por tropas leonesas para hacerse con el niño, los habitantes de Atienza decidieron sacarle con los arrieros disfrazándole como uno de ellos. Desde entonces hasta el presente se celebra una fiesta el domingo de Pentecostés, la caballada de Atienza, de interés turístico, y existe una cofradía, la cofradía de la Santísima Trinidad, que afirma ser heredera de la antigua cofradía de arrieros que sacó de Atienza al rey Alfonso VIII.
Atienza llegó a contar con catorce iglesias además de un castillo, murallas y torres defensivas. A mediados del siglo XV su población sufrió una severa disminución, a raíz del sitio de la localidad por el condestable Álvaro de Luna en el contexto de la guerra con los infantes de Aragón, que supuso además la ruina de numerosos edificios. (3)
Edad Moderna y Contemporánea
A partir del siglo XV perdió importancia, en favor de Sigüenza. (3) Se vio perjudicada por la pérdida de su carácter de localidad fronteriza. (4) La antaño floreciente actividad mercantil languideció en beneficio de otras rutas. En el siglo XIX se verá seriamente afectada por la Guerra de la Independencia. Fue cuartel general de El Empecinado, por lo que los franceses, al mando del general Duvernet, se ensañaron con ella en varias ocasiones, desvalijando las iglesias y saqueando las casas para posteriormente desportillar el castillo e incendiar gran parte de la villa. Desde 1833 forma parte de la provincia de Guadalajara, aunque anteriormente había formado parte de lo que se conocía como Castilla la Vieja y más tarde de la jurisdicción de Soria.
Pedanía de Casillas. Foto: Diego Celso. (Casillas, Guadalajara, España). CC BY-SA 4.0. Original file (8,461 × 2,183 pixels, file size: 11.57 MB).
Arquitectura religiosa
La localidad llegó a tener en el pasado hasta catorce iglesias. En la actualidad quedan siete iglesias y tres ermitas, en diverso estado de conservación.
La iglesia de San Juan del Mercado, dedicada a San Juan Bautista, es hoy día una iglesia parroquial abierta al culto. Fue iniciada en el siglo XII, pero se rehízo a fines del siglo XVI, en estilo renacentista. Su fachada está reforzada por contrafuertes de sillería y la portada es de líneas clásicas. En lo referente a su interior, la planta es de salón de tres naves, separadas por columnas cilíndricas, sobre las que se asientan las bóvedas. Su retablo principal consta de un cuerpo central y dos laterales, separados por dos columnas salomónicas, y es de estilo barroco, con pinturas de Alonso del Arco. Tiene ábside y coro alto con un órgano.
Atienza-La iglesia de San Juan del Mercado, dedicada a San Juan Bautista, actualmente iglesia parroquial abierta al culto. Fue iniciada en el siglo XII, pero se rehizo a fines del siglo XVI, de estilo renacentista. Foto: Oilisab. CC BY-SA 4.0. Original file (3,072 × 2,304 pixels, file size: 2.6 MB).
La Iglesia de San Juan del Mercado es uno de los monumentos más emblemáticos de Atienza, una joya del arte románico ubicada en el corazón del casco histórico. Su construcción data de finales del siglo XII o principios del XIII, coincidiendo con el auge económico y social de la villa, cuando Atienza era un importante enclave comercial y defensivo en la ruta entre Castilla y Aragón.
Arquitectónicamente, destaca por su sobriedad y la belleza de sus formas románicas, con elementos decorativos que reflejan la influencia de los talleres medievales que trabajaron en la región. Su fachada principal está presidida por una portada con arquivoltas decoradas y capiteles esculpidos con motivos vegetales y escenas bíblicas. El acceso está flanqueado por columnas que sostienen estas arquivoltas, en un diseño típico del románico rural castellano.
El interior de la iglesia es de una sola nave con techumbre de madera y un ábside semicircular que alberga el altar mayor. La decoración es sencilla, lo que permite apreciar la pureza de sus líneas arquitectónicas. Sin embargo, algunos elementos posteriores, como retablos barrocos añadidos en siglos posteriores, complementan el conjunto sin desvirtuar su esencia románica.
Uno de los aspectos más interesantes de la Iglesia de San Juan del Mercado es su vinculación histórica con las ferias y mercados medievales que se celebraban en Atienza, de los cuales toma su nombre. Era el centro espiritual y social de los comerciantes y viajeros que llegaban a la villa, participando activamente en la vida cotidiana de la comunidad.
Hoy en día, la iglesia sigue siendo un punto de referencia cultural y religioso en Atienza, además de un lugar de visita obligada para quienes desean conocer la rica historia de la localidad. Su ubicación cercana a la Plaza del Trigo y al resto de monumentos medievales de la villa permite al visitante realizar un recorrido histórico por uno de los conjuntos arquitectónicos mejor conservados de la provincia de Guadalajara. La Iglesia de San Juan del Mercado no solo es un testimonio del pasado glorioso de Atienza, sino también un símbolo de la perdurabilidad del arte y la fe a lo largo de los siglos.
Interior del templo. JnCrlsMG – CC BY-SA 4.0. Original file (2,592 × 1,944 pixels, file size: 1.97 MB)
Como hemos comentado, la Iglesia de San Juan del Mercado, cuenta con pinturas de Alonso del Arco pintor español del Siglo de Oro, nacido en Madrid en 1635 y fallecido en 1704. Conocido por su habilidad en el arte religioso y su dominio del claroscuro, es considerado uno de los exponentes destacados de la pintura barroca española, aunque su figura ha permanecido en un relativo segundo plano frente a otros maestros de su época como Velázquez, Murillo o Zurbarán. Del Arco fue apodado «El Sordo de Pereda» debido a su sordera, una condición que no le impidió desarrollar una carrera artística notable. Se formó en el taller de Antonio de Pereda, donde adquirió una técnica sólida y aprendió los principios del tenebrismo y la composición detallada, característicos del arte barroco.
La producción artística de Alonso del Arco se centró en temas religiosos, lo que le permitió recibir numerosos encargos para iglesias y conventos de Madrid y otras ciudades españolas. Sus obras son conocidas por su intenso dramatismo y espiritualidad, reflejados a través de un tratamiento magistral de la luz y la sombra, una característica típica del tenebrismo heredado de Caravaggio y difundido en España por maestros como Ribera. Utilizó un lenguaje visual cargado de simbolismo, con composiciones equilibradas y un detallismo minucioso en la representación de telas, objetos y gestos de los personajes.
Entre sus obras más destacadas se encuentran «La Virgen entregando el rosario a Santo Domingo», «San Antonio de Padua con el Niño Jesús» y «La Visión de San Francisco de Asís», donde combina una paleta cálida con contrastes lumínicos potentes que resaltan la espiritualidad de las escenas. También sobresale en retratos y escenas místicas, en las que muestra una gran sensibilidad emocional y una técnica refinada.
En cuanto a su contexto cronológico, Alonso del Arco desarrolló su carrera en la segunda mitad del siglo XVII, un período de crisis política y económica para España, pero también de gran riqueza artística y cultural. Su obra se inscribe en el auge del Barroco, un estilo caracterizado por la búsqueda del realismo y la expresividad emocional, en un momento en que la Iglesia católica utilizaba el arte como una herramienta poderosa de propaganda contrarreformista. La demanda de pinturas religiosas fue muy alta, y los artistas como del Arco desempeñaron un papel crucial en la decoración de templos y la difusión de la fe mediante el arte.
A pesar de no alcanzar la misma fama que algunos de sus contemporáneos, la obra de Alonso del Arco ha sido revalorizada en tiempos recientes, reconociéndose su maestría técnica y su capacidad para transmitir emociones intensas. Sus pinturas, hoy conservadas en museos y colecciones privadas, son un testimonio de su talento y su compromiso con el arte devocional. La calidad y la sensibilidad de su obra lo consolidan como uno de los grandes maestros olvidados del Siglo de Oro español.
Además, destaca en Atienza, La iglesia de San Gil es hoy un museo de arte sacro que alberga una colección del arte atencino de diversas épocas, además de una exposición de elementos arqueológicos. De su fábrica románica solo queda el ábside, del siglo XII, de planta semicircular y con columnas de decoración foliácea. Conserva una pila bautismal románica en su interior. La planta consta de una nave central con dos laterales, acabada en ábside. Este contiene tres ventanales con semicolumnas rematadas en capiteles con decoración vegetal. (1). La iglesia data de finales del siglo XII. Recibió varios añadidos durante el siglo XVI, como la espadaña. Actualmente, alberga uno de los tres museos de arte de Atienza.
Ref: HERRERA CASADO, Antonio. El Románico en Guadalajara. ISBN 978-84-96236-02-8
La Iglesia de San Gil en Atienza, Guadalajara, es uno de los principales exponentes del arte románico en esta histórica localidad castellana. Aunque actualmente se encuentra en ruinas, su estructura aún conserva elementos arquitectónicos que reflejan la sobriedad y solidez características del románico. Construida entre los siglos XII y XIII, fue un importante centro espiritual durante la época medieval. Su planta original presentaba una nave única con un ábside semicircular, típicos del estilo románico rural. Los restos de la portada principal muestran capiteles esculpidos con motivos vegetales y figuras simbólicas, elementos decorativos comunes en la escultura románica. La iglesia se ubicaba en una posición estratégica dentro del entramado urbano de Atienza, destacando su papel como centro religioso y social. A lo largo de los siglos, sufrió daños significativos, especialmente durante la Guerra de la Independencia, y fue finalmente abandonada. Hoy en día, sus ruinas evocan el esplendor pasado de la villa y son un punto de interés para los amantes de la historia y la arquitectura medieval.
Vista de la iglesia desde la calle de las Herrerías. Foto: Cruccone. CC BY-SA 3.0 es. Original file (3,264 × 2,448 pixels, file size: 1.84 MB).
El arte románico, al cual pertenece la Iglesia de San Gil, es un estilo artístico que se desarrolló en Europa entre los siglos XI y XIII. Surgió como expresión artística vinculada a la expansión del cristianismo y al auge del monacato. Se caracteriza por su arquitectura robusta, con muros gruesos, ventanas pequeñas y arcos de medio punto. Las iglesias románicas suelen tener plantas basilicales o de cruz latina, techumbres de madera o bóvedas de cañón, y ábsides semicirculares. La escultura y la pintura se utilizaban para decorar capiteles, portadas y ábsides, con motivos religiosos y simbólicos destinados a instruir a los fieles. Este arte se difundió a través de rutas de peregrinación como el Camino de Santiago, dejando un legado cultural y artístico invaluable en toda Europa.
La iglesia de San Bartolomé se sitúa junto a la capa de murallas más externa. Es una obra de la primera mitad del siglo XIII, con ábside de planta cuadrada. Tiene delante una galería porticada con arcos de medio punto. De su interior destaca el retablo barroco del presbiterio, el gran arco triunfal que le precede y la capilla barroca del Cristo de Atienza, de 1703. Hoy en día, el templo está ocupado por un museo de arte sacro, que posee pinturas y esculturas, y una magnífica colección de piezas de paleontología.
Originalmente, la planta era de una sola nave, aunque posteriormente se añadió otra más. Es de destacar el atrio con siete arcos de medio punto, uno de ellos usado como entrada a la iglesia, con columnas talladas en el siglo XVI. En el interior del atrio, se encuentra la puerta con arquivoltas de estilo mudéjar. Dentro del templo, hay un retablo barroco.
La Iglesia de San Bartolomé en Atienza es uno de los templos más destacados de esta histórica localidad de la provincia de Guadalajara. Construida en el siglo XIII, representa una combinación de estilos arquitectónicos, con una base románica tardía enriquecida con elementos góticos incorporados en fases posteriores. Su ubicación en uno de los puntos más elevados de Atienza le otorga una presencia dominante en el paisaje urbano, haciendo que su silueta sea reconocible desde la distancia.
El templo presenta una estructura de una sola nave, con una cabecera formada por un ábside semicircular típico del románico, aunque modificado en remodelaciones posteriores. Su portada principal es un ejemplo notable de escultura medieval, con arquivoltas decoradas y capiteles tallados que exhiben motivos florales y figuras mitológicas. Estas esculturas revelan la influencia de talleres artísticos itinerantes que trabajaron en la región durante la Baja Edad Media.
Iglesia de San Bartolomé – Atienza Foto: Borjaanimal. CC BY-SA. Original file (4,608 × 2,592 pixels, file size: 3.97 MB).
La iglesia primitiva data de la primera mitad del siglo XIII. En el siglo XVI se hicieron reformas en el templo, donde se añadió la nueva nave y la sacristía del Cristo de Atienza. El retablo del interior fue construido entre 1703 y 1708 por Diego de Madrigal (Atienza, 1656 – ibídem, 3 de febrero de 1716) fue un escultor en madera y ensamblador.
La Iglesia de San Bartolomé en Atienza es uno de los templos más destacados de esta histórica localidad de la provincia de Guadalajara. Construida en el siglo XIII, representa una combinación de estilos arquitectónicos, con una base románica tardía enriquecida con elementos góticos incorporados en fases posteriores. Su ubicación en uno de los puntos más elevados de Atienza le otorga una presencia dominante en el paisaje urbano, haciendo que su silueta sea reconocible desde la distancia.
Vista lateral de la Iglesia de San Bartolomé (Atienza). Foto: Reinhardhauke. CC BY-SA 3.0. Original file (4,896 × 3,264 pixels, file size: 10.17 MB).
En su interior, destaca la sobriedad propia del románico, con muros robustos y pocas ventanas, lo que crea un ambiente íntimo y recogido. La techumbre de madera, de estilo mudéjar, añade una nota decorativa singular y muestra la mezcla cultural típica de Castilla durante la Edad Media. Aunque la iglesia ha sufrido reformas y restauraciones a lo largo del tiempo, conserva importantes piezas de arte sacro, incluyendo imágenes religiosas y antiguos retablos.
Uno de los elementos más llamativos es su torre campanario, de planta cuadrada y gran solidez, que también refleja la función defensiva que muchos templos medievales cumplían en épocas de conflicto. La Iglesia de San Bartolomé fue un punto central en la vida religiosa y social de Atienza durante siglos y aún hoy se erige como un símbolo de su rica historia cultural y artística. Su integración en el entorno medieval de la villa y su conexión con las festividades religiosas locales la convierten en un lugar de gran valor patrimonial y turístico.
En la imagen se puede ver la torre campanario. Iglesia de San Bartolomé, Atienza, Guadalajara, España. Foto: Cruccone. CC BY-SA 3.0 es. Original file (3,264 × 2,448 pixels, file size: 1.82 MB).
También destacada en Atienza es la La iglesia de la Santísima Trinidad se emplaza hoy el Museo de la Caballada. Posee un ábside románico de influencia segoviana. El interior es de una sola nave, dividida en tres tramos, con coro alto a los pies. Su bóveda es de crucería con nervaduras. Destacan sus capillas gótica y renacentista, del Cristo de los Cuatro Clavos y de los Ortega, y la rococó de la Inmaculada Concepción, la cual fue donada a la villa por Felipe V en atención a la antes citada hospitalidad de Atienza para con el rey durante la guerra de sucesión.
Nota: La Guerra de Sucesión Española (1701-1714) fue un conflicto europeo originado tras la muerte sin herederos de Carlos II de España. Dos candidatos se disputaron el trono: Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, apoyado por Francia y los territorios castellanos, y el archiduque Carlos de Austria, respaldado por el Sacro Imperio, Gran Bretaña, Países Bajos y Portugal. El conflicto no solo fue una guerra dinástica, sino también una lucha por el equilibrio de poder en Europa.
En España, se convirtió en una guerra civil, con Castilla apoyando a Felipe y la Corona de Aragón al archiduque Carlos. Tras numerosas batallas, incluidas Almansa (1707) y Brihuega (1710), Felipe consolidó su poder. La guerra terminó con los Tratados de Utrecht (1713) y Rastatt (1714), que reconocieron a Felipe V como rey de España, pero a cambio España cedió importantes territorios europeos y coloniales a otras potencias. El conflicto marcó el inicio de los Borbones en España y el establecimiento de un estado más centralizado bajo el modelo absolutista.
La Iglesia de la Santísima Trinidad o Iglesia de la Trinidad es un templo católico de estilo románico situado en la localidad de Atienza. Se comenzó a construir a finales del siglo XII. La iglesia se compone de una única nave con varias capillas a los laterales. En el ábside se encuentran tres ventanales abocinados y con semicolumnas, adornados con motivos vegetales. Su interior se utiliza actualmente como museo, inaugurado en 2003, en el cual se exhiben obras de arte de la localidad. En el año 1159 se instauró en Atienza una cofradía con el mismo nombre. Durante los siglos XV y XVI se reformó el templo, con sus tres naves (¿tres naves?, ¿dónde?) con bóvedas de nervio y su presbiterio. Actualmente, el único vestigio románico es el ábside.
El ábside de una iglesia románica es la parte semicircular o poligonal que se encuentra en la cabecera del templo, detrás del altar mayor. Su función principal es albergar el presbiterio, donde se llevan a cabo los actos litúrgicos más solemnes. Arquitectónicamente, es uno de los elementos más característicos del estilo románico, destacando por su solidez y simplicidad estructural.
El ábside suele estar cubierto por una bóveda de horno o de cuarto de esfera, lo que le confiere una apariencia robusta y majestuosa. En su parte exterior, está reforzado por contrafuertes que ayudan a soportar el peso de la bóveda. A menudo está decorado con ventanas estrechas y alargadas, con arcos de medio punto que permiten la entrada de luz tenue, creando un ambiente de recogimiento espiritual.
En su interior, el ábside suele estar ricamente decorado con frescos o mosaicos de temática religiosa, como escenas bíblicas, Cristo en Majestad o la Virgen María, según la tradición iconográfica medieval. Estos elementos artísticos servían tanto para instruir a los fieles como para embellecer el espacio sagrado. En muchas iglesias románicas, el ábside se complementa con absidiolas más pequeñas dispuestas alrededor de una girola, formando un conjunto armonioso y simbólico que exalta la espiritualidad del lugar.
- HERRERA CASADO, Antonio. El Románico en Guadalajara. ISBN 978-84-96236-02-8
- RUIZ MONTEJO, Inés; FRONTÓN SIMÓN, Isabel; PÉREZ, Fco. Javier. La herencia románica en Guadalajara. ISBN 84-7788-961-9
Lado este de la iglesia. Cruccone. CC BY-SA . Original file.
Al este se sitúa el convento de San Francisco, uno de los escasos ejemplos de gótico inglés en España. Se construyó a instancias de doña Catalina de Lancaster, esposa de Enrique III de Castilla, y señora de Atienza. Este convento perteneció a los franciscanos hasta la Desamortización de 1836. Desde entonces el edificio ha ido deteriorándose. Actualmente pertenece a un particular y se encuentra adosado a edificaciones, aunque el ábside aún se puede contemplar.
El Convento de San Francisco en Atienza, Guadalajara, es un emblemático edificio religioso con una rica historia que se remonta al siglo XIII. Fundado por la orden franciscana, se estableció en las afueras del casco antiguo de la villa, en un lugar estratégico que ofrecía recogimiento y proximidad a la población. Aunque hoy en día se encuentra en estado ruinoso, sus restos todavía evocan la grandeza de su pasado.
La construcción original seguía los cánones del estilo gótico-mudéjar, caracterizado por el uso de ladrillo y detalles decorativos austeros, en consonancia con la espiritualidad franciscana. El convento contaba con una iglesia anexa de planta rectangular, una nave principal y una cabecera rematada por un ábside poligonal. También disponía de un claustro sencillo alrededor del cual se organizaban las dependencias monacales, como el refectorio, la sala capitular y las celdas de los frailes.
En su época de esplendor, el convento de San Francisco fue un importante centro religioso y cultural. Su biblioteca y su archivo atraían a estudiosos y religiosos interesados en la formación espiritual y académica. A lo largo de los siglos, sufrió daños considerables debido a guerras y desamortizaciones, especialmente durante el siglo XIX, cuando muchos conventos en España fueron abandonados o vendidos.
Hoy, sus ruinas son un testimonio histórico que aún puede visitarse, ofreciendo a los visitantes una visión del pasado medieval y renacentista de Atienza. Aunque el tiempo y el abandono han deteriorado sus estructuras, algunos elementos arquitectónicos como arcos apuntados, muros y vestigios del claustro sobreviven, manteniendo vivo el recuerdo de este importante conjunto monástico. Su evocadora imagen en el paisaje de Atienza lo convierte en un punto de interés cultural e histórico para quienes desean explorar el rico patrimonio de la región.
Otro lugar de relieve en cuantoa arquitectura religiosa y sacra es la iglesia de San Salvador, situada en el arrabal de Portacaballos, fue inicialmente de estilo románico. No obstante, fue demolida en el siglo XV y vuelta a construir, esta vez en estilo renacentista. Actualmente es la residencia de un particular. Es observable desde arriba por un hueco de la muralla próximo a la iglesia de Santa María del Rey, formando una de las estampas más representativas de la iconografía atencina.
Las dos iglesias más antiguas del pueblo, ambas de estilo románico, son la de Santa María del Rey y la de Nuestra Señora del Val.
También destaca como patrimonio, La Iglesia de Santa María del Rey, al pie del castillo, fue construida en el siglo XII, por Alfonso I de Aragón. Es un templo católico de estilo románico situado en la localidad española de Atienza. Hoy en día, el cementerio de la villa se encuentra adosado a la entrada principal de la iglesia. Se ha restaurado recientemente y es de una gran belleza, si bien se encuentra vacía en su interior ya que su altar fue trasladado después de la guerra civil a la iglesia de Torija, que había resultado destruido durante la guerra civil. Debe destacarse la pequeña puerta norte con inscripciones árabes. En esta iglesia se celebra misa el día de la Virgen de Agosto (15 de agosto).
Iglesia de Santa María del rey (Atienza). Luis Rogelio HM – Atienza – 017. CC BY-SA 2.0. Original file (3,072 × 2,304 pixels, file size: 2.18 MB).
La iglesia es de planta rectangular y de nave única, rematada en un presbiterio cuadrangular. A diferencia de la mayoría de los templos románicos, esta iglesia tiene un ábside cuadrangular. Es de destacar su portada meridional, la cual contiene seis arquivoltas en degradación, decoradas con ochenta y una figuras talladas representando personajes bíblicos.
La iglesia data de la primera mitad del siglo XII. En el siguiente siglo, se colocó la portada meridional, con todas las arquivoltas. Entre los siglos XVI y XVII se elevaron los muros y se construyó la torre.
Ver nota:
Las arquivoltas de una iglesia románica son una serie de molduras o arcos concéntricos que enmarcan y decoran la parte superior de una puerta o ventana. Se sitúan sobre las jambas y el dintel, formando un conjunto que realza la entrada principal del templo, dándole un carácter monumental y simbólico.
Cada arquivolta está formada por un arco de medio punto, típico del estilo románico, y puede estar decorada con elementos esculpidos como figuras humanas, motivos vegetales, animales fantásticos o escenas bíblicas. Su diseño no solo cumplía una función ornamental, sino también didáctica, ya que sus relieves narraban historias religiosas accesibles para los fieles, muchos de los cuales eran analfabetos.
Las arquivoltas suelen descansar sobre columnas o pilares cuyas capiteles también están esculpidos, creando una composición artística unificada. Cuantas más arquivoltas tenga una portada, mayor será su complejidad y riqueza decorativa, reflejando la importancia del templo y la habilidad de los maestros canteros que la construyeron. Este elemento arquitectónico es una de las señas de identidad más distintivas del arte románico en Europa.
Dos ejemplos del arranque de arquivoltas del románico y otros dos de arquivoltas del gótico. Fotos: Vieux têtard. BuzzWikimedia.
Los muros en la arquitectura románica suelen ser muy gruesos y sólidos debido a la necesidad de soportar las pesadas bóvedas del techo. Este grosor, al crear vanos (aberturas) para las puertas y ventanas, podría generar una sensación de «túnel» en el interior del templo, ya que los muros gruesos rodean la apertura de manera que limitan la luminosidad y pueden hacer que el vano se vea demasiado encajonado o cerrado.
Las arquivoltas, al ser una serie de arcos concéntricos que enmarcan el vano, no solo cumplen una función decorativa, sino que resuelven este problema visual. Al agregar múltiples capas de arcos que se curvan hacia afuera, las arquivoltas suavizan la transición entre el grueso muro y el vano, lo que aligera la apariencia del conjunto. Además, al guiar la vista hacia el interior de la iglesia o hacia el exterior, ayudan a evitar la sensación de estar atravesando un túnel oscuro y pesado, y proporcionan una mayor sensación de apertura y luz.
Por tanto, las arquivoltas no solo tienen un propósito estético, sino también una función práctica al mejorar la percepción del espacio y equilibrar el diseño estructural.
La iglesia de Nuestra Señora del Val, se encuentra extramuros de la villa, en la otra vertiente del pueblo, a unos 300 metros de la Puerta de la Salida y de la iglesia de San Bartolomé y según se indica en un capitel del arco de entrada, se construyó en el año 1138. De la iglesia románica solo queda el pórtico original, siendo después reformada en el siglo XVI. En el pórtico existe un arco donde se enrollan diez figuras; tres mujeres, seis hombres y un niño con tocados y peinados de la Edad Media. La posible interpretación de estas figuras, más comunes en el románico francés, es que representan un grupo de contorsionistas o feriantes, grupo social que tenía prohibida su entrada a la iglesia. La iglesia se encuentra vacía en la actualidad estando sus objetos distribuidos en los tres museos religiosos de la villa. En esta iglesia se celebran dos festividades; la bendición de los campos en las Cruces de Mayo y el día de la Virgen del Val (8 de septiembre).
La Iglesia de Nuestra Señora del Val fue construida en el siglo XIII, aunque ha sido sometida a diversas reformas y ampliaciones a lo largo de los siglos. Originalmente, el templo estaba dedicado a Santa María, pero con el tiempo pasó a ser conocido por la advocación de Nuestra Señora del Val, debido a la devoción popular hacia la Virgen. El edificio refleja las características del arte románico, aunque presenta elementos de otros estilos arquitectónicos que se fueron incorporando a lo largo de su historia, como el gótico.
El templo presenta una estructura típica de las iglesias románicas, con un muerto de piedra y una nave única. La fachada principal, de estilo románico, cuenta con una puerta de medio punto, flanqueada por arquivoltas decoradas con motivos geométricos y figuras religiosas. Esta portada está acompañada de columnas que sostienen el arco de entrada, en una clara referencia a la arquitectura de la época medieval. En el interior, destacan las bóvedas de cañón y otros detalles decorativos propios del románico tardío.
El ábside, característico de este tipo de templos, está presente en la iglesia y es uno de los elementos más representativos del edificio. La iglesia también conserva elementos góticos y renacentistas que dan cuenta de las sucesivas transformaciones que ha sufrido a lo largo de los siglos.
Iglesia de Nuestra Señora del Val. Borjaanimal. CC BY-SA 4.0. Original file (4,608 × 2,592 pixels, file size: 4.04 MB).
La Virgen del Val. Una de las características más destacadas de esta iglesia es su devoción a Nuestra Señora del Val, patrona de Atienza. La imagen de la Virgen, de estilo medieval, ocupa el lugar central en el altar mayor del templo y es objeto de veneración por parte de los habitantes de la localidad. La devoción a la Virgen del Val ha sido muy importante en la vida religiosa de Atienza y es una de las principales celebraciones del pueblo.
El retablo y otras obras artísticas. El retablo mayor es otro de los elementos artísticos destacados de la iglesia. Aunque no se conserva íntegro, aún se pueden apreciar detalles de su ornamentación y su riqueza artística, con escenas de la vida de la Virgen y Cristo, propias de la tradición cristiana medieval.
Importancia cultural. La iglesia no solo es un importante centro de culto para los habitantes de Atienza, sino que también constituye un valioso patrimonio cultural que atrae a visitantes interesados en la historia, la arquitectura y el arte religioso de la zona. A lo largo de los siglos, ha sido testigo de eventos importantes de la vida social y religiosa del pueblo.
Restauraciones. A lo largo de los años, el templo ha sido sometido a varias restauraciones para preservar su estructura y mantener su integridad, especialmente después de los daños sufridos durante la Guerra Civil Española. Las restauraciones han permitido que la iglesia siga siendo un lugar de culto activo y un referente en la localidad.
En resumen, la Iglesia de Nuestra Señora del Val en Atienza es un ejemplo destacado de la arquitectura románica en la provincia de Guadalajara, y su importancia religiosa y cultural sigue viva gracias a la devoción a la Virgen del Val y el patrimonio que alberga.
Entre las ermitas de Atienza se encuentran la ermita del Humilladero, la ermita de la Nuestra Señora de la Estrella (lugar de celebraciones de la popular fiesta de La Caballada) y la ermita de Santa Lucía.
Ermita del Humilladero, ATIENZA (Guadalajara). Románica s XVI. Foto: Grosasm. CC BY-SA 3.0. 41°11′40″N 2°52′12″O
La planta es cuadrada de estilo románico del siglo XVI rematada por ábside semicircular. Fue realizada con sillar de buena calidad bien tallado.
El templo consta de:
Pórtico (1) de dos vanos en la fachada oeste de arco de medio punto formado por una arquivolta con guardapolvos, apoyada en jambas lisas e imposta.
Nave (2) de tramo único.
Ábside (3) semicircular sin decoración.
2 capillas (4) laterales adosadas en las fachadas norte y sur.
El acceso al templo se efectúa por el pórtico Sur protegido por porche (5) con cubierta a tres aguas y cinco columnas de fuste liso.
Según parece sugerir la inscripción de una de sus vigas, el porche fue añadido o reconstruido en el siglo XVII.
Referencia: Quesada, J.M.; Jiménez, A. (1996). El arte en Atienza. aache Ediciones, pág. 13, ISBN 84-87743-70-6.
Arquitectura Militar
El castillo de Atienza, que domina el cerro en que está asentada la villa, es visible desde lejos. Se conserva la torre del homenaje que destaca sobre el espolón de roca y el recinto del patio de armas.
Atienza fue durante la Edad Media una villa fuertemente amurallada. Poseía dos tramos de murallas, de los que se conservan una buena parte de su recorrido en relativo buen estado de conservación. Algunos tramos conservan, incluso, torreones. Para atravesar los tramos de murallas existían arcos, de los cuales a día de hoy solo se conservan cuatro: el de la Salida (muy cerca de la iglesia de San Bartolomé), el de la Virgen (llamado así por una Inmaculada Concepción que aparece en la parte interna superior del arco), el de San Julián y el espectacular de San Juan, o de Arrebatacapas (sin duda, el de mayor valor monumental de los cuatro, que comunica las plazas del Trigo y de España). Del arco de Guerra, que pervivió hasta la primera mitad del siglo XX, aún se conservan las impostas.
Castillo de Atienza (Guadalajara). Foto: Josemguijarro. CC BY-SA. Original file (1,024 × 768 pixels, file size: 315 KB).
El castillo de Atienza es una fortaleza de origen musulmán. Fue construido entre los siglos XI y XII.
El Castillo de Atienza se erige como uno de los monumentos más emblemáticos de la localidad de Atienza, en la provincia de Guadalajara, Castilla-La Mancha. Este castillo medieval tiene una historia que se remonta a los siglos XI y XII, aunque a lo largo de los siglos ha sido objeto de diversas reformas y ampliaciones. Su ubicación sobre una colina dominante ofrece vistas panorámicas de la comarca y hace que su presencia sea aún más imponente. La fortaleza fue construida por los árabes durante la época de Al-Ándalus, y fue de gran importancia estratégica, ya que controlaba el paso entre las mesetas y los valles cercanos. Tras la Reconquista, el castillo pasó a manos cristianas, y fue durante la Edad Media cuando alcanzó su máximo esplendor, sirviendo como residencia y fortaleza defensiva.
El castillo está compuesto por varias estructuras, incluida una gran torre del homenaje, que era el lugar de residencia del señor del castillo y un punto clave de defensa. Las murallas que rodean el castillo se mantienen en parte y son testigos de su función defensiva, con varias puertas y torreones que aseguran su fortaleza. Aunque ha sufrido el paso del tiempo, el castillo conserva su esencia medieval, y su estructura ha sido restaurada parcialmente en tiempos recientes para preservar su legado histórico.
El Castillo de Atienza no solo tiene valor arquitectónico, sino también cultural, ya que ha sido testigo de importantes eventos históricos a lo largo de los siglos. Su arquitectura, que mezcla elementos árabes y cristianos, refleja las diferentes etapas por las que pasó la fortaleza. Además de su valor histórico, el castillo también tiene una gran importancia para los habitantes de Atienza, siendo un símbolo de su identidad y un lugar que atrae tanto a turistas como a historiadores interesados en la rica herencia medieval de la región.
A pesar de las numerosas reformas y el paso del tiempo, el Castillo de Atienza sigue siendo una de las principales atracciones turísticas de la localidad, donde los visitantes pueden explorar sus muros, admirar las vistas que ofrece y entender mejor la historia de esta villa medieval.
Vista del castillo y de la iglesia de Santa María del Rey tras una nevada. Foto: José Ibañez from Madrid, España. CC BY-SA 2.0. Original file (3,008 × 2,000 pixels, file size: 2.47 MB).
Historia
Atienza, la antigua Thytia celtíbera, es nombrada por los cronistas latinos como uno de los puntos de más ardua resistencia de los celtíberos al ataque de los invasores romanos. Solamente cuando cayeron Numancia y Termancia, pudieron los césares romanos decir que la vieja Atienza había sido hecha suya. Aquí pusieron los romanos su atalaya, y luego los árabes hicieron de Atienza uno de sus más fuertes enclaves de resistencia contra los vecinos cristianos en la Reconquista.
En torno a este castillo musulmán, con el que Rodrigo Díaz de Vivar no quiso entablar combate al considerarlo como una peña mui fuert, surgieron las batallas a lo largo de toda la Edad Media. Entre los años 870-874 fue reconquistada por Alfonso III el Magno, pasando otra vez a los moros poco después.
Nota: Alfonso III el Magno (c. 848-910) fue rey de Asturias desde 866 hasta su muerte. Durante su reinado, consolidó y expandió el reino asturiano, ampliando sus fronteras hacia el oeste, sur y este. Enfrentó a los musulmanes en varias batallas y promovió la repoblación de las zonas reconquistadas. Además, apoyó el fortalecimiento del cristianismo, fomentando la construcción de iglesias y monasterios, y la organización eclesiástica en el reino. Su gobierno fue clave para estabilizar el reino de Asturias en una época de conflictos tanto internos como externos. Tras su muerte, el reino se dividió entre sus hijos.
La conquista definitiva de Atienza y su castillo tiene lugar en 1085, cuando Alfonso VI tomó Toledo, rindiéndose al mismo tiempo los enclaves más significativos del reino. En 1149 Alfonso VII concedió un gran territorio comunal a Atienza. En el reinado de Alfonso VIII la villa progresó espectacularmente, y el castillo alcanzó su aspecto definitivo, levantándose el segundo y más amplio cinturón de murallas. Este monarca tuvo siempre gran preferencia por esta villa, ya que en su infancia fue salvado por sus habitantes de la persecución a que le sometía su tío y regente Fernando de León, siendo este acontecimiento origen de la Caballada de Atienza, una de las fiestas más antiguas que todavía hoy se siguen celebrando en España.
Durante el siglo XV diversos hechos de armas causaron importantes daños a la villa y al castillo atencinos. Las tropas del rey de Navarra se hicieron dueñas de la posición, y tiempo después el castellano Juan II ayudado del condestable Álvaro de Luna y un poderoso ejército, sitiaron y conquistaron la villa, llegando a la lucha cuerpo a cuerpo y teniendo que destruir e incendiar buena parte de la población para poder expulsar de ella a los navarros.
Sus usos fueron variados, desde cárcel para nobles hasta vivienda de Felipe V. En el siglo XIX, concretamente en el año 1811, comenzó su deterioro y ruina, manteniéndose en ese estado hasta etapas actuales.
El castillo se encuentra sobre un promontorio rocoso rematado. La cúspide es estrecha y alargada, y en ella asientan los restos de lo que fue alcazaba mora y cristiana. En su centro se abren dos profundos aljibes que sirvieron en sus tiempos para recoger el agua de la lluvia.
En la esquina sur está la torre del homenaje, ofreciendo una sencilla estructura de planta cuadrada, con puerta en la planta baja, salas interiores, y una escalera en el muro que asciende a las plantas superiores y finalmente a la terraza, desde la que se puede observar un bello panorama. Como elemento defensivo destaca el garitón volado, único en todo el edificio y que se coloca en la esquina más meridional de esta parte del castillo.
Castillo de Atienza. Luis Rogelio HM – Atienza – 015. CC BY-SA 2.0. Original file (2,304 × 3,072 pixels, file size: 2.5 MB).
Todavía en la altura encontramos los restos de la entrada al castillo, formada por dos torreones que escoltan una puerta, a la que se accede desde el camino de ronda.
Destaca por su doble línea de muralla que se adapta a la morfología del terreno donde se encuentra. Se levanta en los siglos XII y XIII. Del primer recinto, que abarcaba el corazón de la primitiva villa, se ven múltiples fragmentos de paramentos de fuerte sillarejo, y de todas las puertas que se abrían a lo largo de sus muros, el más bello y representativo que nos ha llegado es el llamado Arco Arrebatacapas o puerta de San Juan, que franquea el paso desde la plaza del Ayuntamiento, obra moderna del siglo XVIII, a la plaza del Trigo, el núcleo urbano más importante de la villa medieval. Por fuera de este cinto de murallas, se ven las más anchas, que sirvieron para encerrar a la villa que en el siglo XIV alcanzó su máximo apogeo, el número más elevado de habitantes de toda su historia (unos siete mil) y de parroquias, unas catorce, todas de estilo románico. De esta muralla externa, que encerraba barrios como el de Puertacaballos, y ciudadelas como la Judería, quedan enormes trechos en diversas zonas del ámbito urbano y alrededores, mostrando también algunas puertas acompañadas de torreones.
El castillo fue devastado por las tropas francesas durante la guerra de la Independencia, como pasó con gran parte de este tipo de construcciones. También sufrió incidentes en la Guerra Civil (1936-39). En la actualidad su estado es de ruina. Es de propiedad municipal y por su mal estado está sin uso. Fue declarado Monumento Nacional el 3 de junio de 1931.
La Caballada de Atienza es el nombre coloquial de una Hermandad, originalmente de arrieros medievales, cuyo nombre oficial es Cofradía de la Santísima Trinidad, aunque por Caballada también se conoce la fiesta más popular que protagoniza esta entidad.
La fiesta, que fue declarada de interés turístico nacional, se celebra cada domingo de Pentecostés en la localidad castellana de Atienza (Guadalajara). Se trata de una de las celebraciones más antiguas de España, que ya fue argumento de un discurso de ingreso a la Real Academia de Historia en 18942 y Pérez Galdós la mencionó en Narváez (capítulos II-VIII). Como Hermandad, es una de las cofradías españolas más antiguas y documentada, pues conserva sus ordenanzas medievales, pergaminos de la Baja Edad Media y libros de actas desde 1679. La Junta de Castilla-La Mancha la declaró Bien Patrimonio Cultural Inmaterial de la Comunidad y posteriormente se incluyó en “Paisaje Dulce y Salado de Sigüenza y Atienza” candidato a ser Patrimonio Natural Mundial por la UNESCO.
Origen de la fiesta
En 1157 fallece Alfonso VII, dejando el reino de León a su hijo Fernando y el reino de Castilla a su hijo Sancho. Un año después, en 1158, muere Sancho III y su hijo Alfonso hereda el reino de Castilla, siendo un niño de casi tres años de edad.
Las familias de los Castro y de los Lara pugnan por la tutoría del monarca. En el testamento de Sancho III se les daba a los Castros la tutoría del monarca. Sin embargo, los Lara se apoderaron por la fuerza del joven rey. Ante esto los Castro piden ayuda al tío del rey, Fernando II de León. Este último, posiblemente viendo la oportunidad de gobernar en ambos reinos, entró en Castilla al frente de un ejército para apoderarse del pequeño Alfonso. Ante estos acontecimientos Manrique Pérez de Lara pacta la entrega del pequeño en Soria. Finalmente, el pequeño rey es sacado de Soria y llevado por Pedro Núñez de Fuentearmegil primero a San Esteban de Gormaz y luego a Atienza, una de las villas mejor fortificadas del reino, que no tardaría en sufrir el cerco al que le someterían las tropas del rey de León.
En la primavera de 1162, según la tradición, los arrieros de Atienza, con el rey niño disfrazado como uno de ellos, abandonan la villa. Van a la ermita de la Virgen de la Estrella, donde simulan una romería. La vigilancia de los sitiadores se relaja y así consiguen llevar al rey niño primero, a Segovia y luego, a Ávila. Duró la huida siete jornadas.
Desde entonces los miembros de la Cofradía de la Santísima Trinidad, heredera de la antigua cofradía de arrieros y popularmente conocida como “de la Caballada”, recuerdan el hecho a lomos de sus caballerías ataviados a la antigua usanza y al son de la dulzaina y el tamboril. Todos los domingos de Pentecostés desde la mañana temprano, cuando la comitiva atraviesa el pueblo camino de la ermita de la Estrella, hasta el atardecer, en que tendrán lugar las carreras entre ellos, los cofrades irán cumpliendo con la tradición escrupulosamente. Los hermanos siguen al pie de la letra unos Usos y Costumbres que cuentan con siglos de antigüedad. Las multas impuestas a los cofrades se hacen en forma de libras de cera; la subasta de las andas de la Virgen y de las roscas, en celemines de trigo; y la subasta para portar la bandera, en cuartillos de vino.
El día anterior se celebra el «Sábado de las Siete Tortillas», y en la ermita de los Seises componentes de la Mesa y las hermanas con cargo se reúnen para adornar la ermita, talar el árbol de las roscas, bailar a la Virgen de la Estrella y degustar las siete tortillas, que según dice la tradición son las jornadas que duró el viaje hasta poner a salvo al Rey. El número siete es un número por otra parte muy simbólico y está presente en multitud de hechos y construcciones de la Edad Media. Tras cantar una Salve, suben caminando, hacen dos paradas para rezar por los difuntos y por «el próximo que muera» y siguen la fiesta en la plaza del Trigo donde les esperan los otros hermanos y vecinos.
En el Museo de la Santísima Trinidad de Atienza hay una sección dedicada a la Caballada de Atienza. Hasta 2017 allí se podía contemplar las Ordenanzas y algún pergamino con privilegios reales que actualmente están cedidos, para su conservación al Archivo Histórico Provincial. Aunque el Museo está pendiente de renovación, allí se muestran tablas renacentistas, la talla de Virgen de la Estrella y otros objetos litúrgicos, fotografías, una bandera antigua, chaquetillas bordadas etc.
Referencias «La Caballada de Atienza»:
- BOE. «Concesión del título de Fiesta de Interés Turístico Nacional a la Caballada de Atienza». Consultado el 27 de agosto de 2012.
- La Alcarria en los dos primeros siglos de su Reconquista |. Consultado el 26 de abril de 2023.
- Pérez Galdós, Benito (1902). Narváez. Consultado el 26 de abril de 2023.
- «En el Centenario de Benito Pérez Galdós». Nueva Alcarria. 4 de marzo de 2020. Consultado el 26 de abril de 2023.
- Cofradías, Antiguas (7 de abril de 2011). «Cofradías y Hermandades Antiguas de España y la Cristiandad: Cronología de algunas de las Cofradías y Hermandades más antiguas de España que han llegado hasta nuestros días». Cofradías y Hermandades Antiguas de España y la Cristiandad. Consultado el 26 de abril de 2023.
- Cofradías, Antiguas (24 de julio de 2016). «Cofradías y Hermandades Antiguas de España y la Cristiandad: Una historia de reyes, arrieros y caballos». Cofradías y Hermandades Antiguas de España y la Cristiandad. Consultado el 26 de abril de 2023.
- https://cultura.castillalamancha.es/patrimonio/catalogo-patrimonio-cultural/la-caballada.
- Paisaje dulce y salado de Sigüenza y Atienza, consultado el 26 de abril de 2023.
- «Paisaje dulce y salado de Sigüenza y Atienza | Portal de Cultura de Castilla-La Mancha». cultura.castillalamancha.es. Consultado el 26 de abril de 2023.
Arquitectura civil
Cerca de la plaza de España se conserva la Casa del Cordón, un palacio medieval en el que destaca un cordón rodeando el pórtico y un ventanal gótico en la fachada.
Destaca también el conjunto urbano alrededor de la plaza del Trigo o del Mercado, de estilo tradicional castellano, en cuyo costado se emplaza la iglesia de San Juan. Esta plaza responde al tipo de plazas mayores castellanas, con soportales con columnas de piedra y estructura de madera a la vista. Varias casas son medievales: son especialmente típicas la Casa del Cabildo. Era en esta plaza donde tenía lugar el Mercado de la villa y su comarca. Como ya se ha indicado, el arco de Arrebatacapas cierra uno de los lados de la plaza.
Hay varias casas blasonadas con los escudos de familias nobiliarias asentadas en otras épocas en Atienza. Destaca entre ellas la de los Bravo y Laguna, en la plaza de España que, según reza una placa en su fachada, fue el lugar de nacimiento del comunero Juan Bravo.
Casa del Cordón. Foto: Borjaanimal. CC BY-SA 4.0. Original file (4,608 × 2,592 pixels, file size: 6.36 MB).
La Casa del Cordón es un edificio histórico situado en la localidad de Atienza, en la provincia de Guadalajara, España. Este nombre proviene de la ornamentación en su fachada, en la que se puede ver un cordón franciscano, un símbolo asociado a la Orden de San Francisco, ya que en su origen fue residencia de un miembro de esta orden o de una familia relacionada con ella. El cordón es una cuerda atada a la cintura de los franciscanos, que representa su voto de pobreza, y se utiliza en su escudo.
La Casa del Cordón fue construida en el siglo XV y tiene una arquitectura de estilo gótico tardío, con detalles renacentistas. En su fachada destaca el escudo de los franciscanos y, en algunos casos, la presencia del propio cordón en relieve, lo que da lugar a su nombre. La casa refleja el poder y la influencia de las familias nobles de la época, que frecuentemente mantenían estrechas relaciones con la iglesia.
Anexo: Juan Bravo (c. 1483-1521) fue uno de los líderes más importantes de la Revolución de los Comuneros, un levantamiento popular que tuvo lugar en el Reino de Castilla en los primeros años del siglo XVI. Esta revuelta surgió como una protesta contra la política del emperador Carlos I de España (Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico) y su gobierno centralista, percibido como abusivo, que afectaba a los derechos y privilegios de las ciudades castellanas.
Juan Bravo, originario de Segovia, se unió al movimiento comunero y fue uno de los generales que lideró las tropas en la batalla de Villalar, donde, en 1521, el ejército comunero fue derrotado por las fuerzas reales. Tras la derrota, Bravo fue capturado y ejecutado, convirtiéndose en uno de los mártires del movimiento.
El levantamiento de los Comuneros fue impulsado por una combinación de factores, entre los que destacan el descontento con los impuestos, la administración de Carlos I, y el sentimiento de que los castellanos estaban perdiendo poder frente a una monarquía centralizada. A pesar de la derrota de los comuneros, el levantamiento dejó una marca importante en la historia de España como símbolo de lucha contra la opresión y la centralización del poder.
Cultura. Museos
En Atienza existen tres museos de arte religioso y uno etnográfico.
- En el museo de la iglesia de San Bartolomé existe una importante colección de arte sagrado, e incluye una buena colección de fósiles, seguramente la más importante de Castilla-La Mancha y una de las mejores de España: en ella destaca la colección de invertebrados.
- También hay una buena colección paleontológica en el Museo de San Gil, aunque destaca la colección de arte sagrado.
- En el museo de la Santísima Trinidad, además, se encuentra el museo de la Caballada de Atienza. Incluye diversos diplomas medievales concediendo privilegios a Atienza. Se debe admirar el diploma de Alfonso VIII por el que se regula la cofradía de la Santísima Trinidad, del siglo XII. Consiste en un pergamino denominado «Ordenanzas», en el que se detallan las obligaciones y derechos de sus miembros, además de delimitar las infracciones cometidas en las Juntas y en otros actos ordinarios o festivos de la Cofradía. Los tres museos son de titularidad eclesiástica.
- El cuarto museo en cuestión es el museo etnográfico centro de interpretación de la Cultura Tradicional de la Provincia de Guadalajara. Se encuentra en la ya mencionada Casa del Cordón. En él se pueden observar una amplísima y valiosa recopilación de objetos de toda índole de la vida tradicional de la provincia (instrumentos musicales, objetos de labranza, trajes tradicionales, objetos de la vida diaria y un muy amplio etcétera), además de exposiciones temporales. Se abrió al público en 2014. Alberga también la oficina de turismo de la localidad.
Calvario de la Iglesia de la Santísima Trinidad. Foto: I, Preyes. CC BY-SA.
Fiestas
Destaca la mencionada Caballada de Atienza que se celebra el domingo de Pentecostés, declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial, Regional y Nacional. Consiste en una procesión a caballo a la cercana ermita de Nuestra Señora de la Estrella por parte de los miembros de la cofradía de la Santísima Trinidad, algunos de los cuales poseen el derecho de ir ataviados con largas capas negras. En la ermita se celebra una romería durante el día y, al atardecer, se trasladan a una zona cercana y celebran las cabalgadas entre los cofrades.
El viernes anterior al Domingo de Ramos, antiguamente llamado Viernes de Dolores, se celebra la fiesta de la Virgen de los Dolores, patrona de la ciudad. Se saca en procesión la imagen de la Patrona, precedida de una colección de coloridos faroles, que representan las oraciones del rosario.
El primer domingo de mayo se celebra la fiesta de las Santas Espinas. En la iglesia de la Santísima Trinidad se celebra Misa y se veneran estas reliquias; son unas espinas que según tradición pertenecen a la corona de espinas que pusieron a Jesucristo en su Pasión. Las reliquias se conservan en esta iglesia, y existe documentación fidedigna de la presencia de estas espinas desde la época de la reina Leonor de Castilla, donadas a ella por su sobrino el rey de Francia Luis IX. (7)
Otra fiesta es la procesión del silencio. El Viernes Santo por la noche se sale en procesión con los mismos faroles iluminados del Viernes de Dolores (los faroles, originariamente, se sacaban en procesión únicamente el Viernes de Dolores; y, a partir del último tercio del siglo XX, se procedió a repetir su salida en la procesión del Viernes Santo). Acompañando a los faroles van una imagen de la Virgen de la Soledad y un Sepulcro de Cristo.
Procesión del Corpus Christi en la localidad. Atienza (Guadalajara, España). Foto: Pedro María Reyes Vizcaíno.CC BY-SA 2.5. Original file.
También se realiza la procesión del Corpus Christi, que transcurre desde la iglesia de la Santísima Trinidad a la de San Juan Bautista. En la procesión salen los niños que ese año hacen su Primera Comunión, además de los hermanos mayores (piostres) de todas las cofradías de Atienza. En todas estas procesiones los miembros de las cofradías van ataviados con capas castellanas a la antigua usanza.
El tercer fin de semana de agosto se celebran las fiestas patronales en honor de la imagen del Santísimo Cristo de Atienza. Las fiestas patronales de Atienza reúnen todos los ingredientes típicos de las fiestas de un pueblo, incluyendo espectáculos taurinos. Históricamente, las fiestas patronales se celebraban el 14 de septiembre, festividad de la Exaltación de la Santa Cruz. No obstante, en la década de 1980, todas las celebraciones se trasladaron al mes de agosto con el fin de atraer a un mayor número de visitantes. A pesar de ello, a efectos laborales, el Ayuntamiento de Atienza sigue manteniendo el 14 de septiembre como festividad local.
En 1966 empezó a celebrarse una muy interesante Cabalgata de Reyes Magos. Los pajes, vestidos con capas blancas y diversos atuendos, dependiendo del rey mago al que sirvan, bajan desde el Castillo al anochecer con antorchas. Al entrar al pueblo, los Reyes Magos montan a caballo y llegan hasta la plaza del Trigo, donde adoran al Niño Jesús de un belén viviente montado para la ocasión. En 2016 se celebró el 50 Aniversario de esta celebración ampliando los personajes del belén viviente.
Desde 2012 se viene celebrando en el mes de octubre la Feria Medieval. En ella se recrea un mercado medieval por el casco histórico del pueblo, viéndose acompañado de una serie de actividades inspiradas en el Medievo (actuaciones teatrales, peleas de caballeros, espectáculos de cetrería, etc).
Turismo
Atienza forma parte del Camino del Cid, una ruta que une los puntos del recorrido del legendario héroe castellano en su destierro, existiendo en sus inmediaciones un Hito Cidiano. La localidad es también el inicio por el norte del Tramo 10 de la Ruta de Don Quijote, con motivo de lo cual existe en la falda del monte del castillo un área recreativa propia de esta ruta ecoturística estando el camino en dirección a Valdelcubo y Sigüenza señalizado mediante balizas y paneles informativos. De igual manera, forma parte de una de las rutas del Camino de Santiago, concretamente la que viene del Levante, conocida como Ruta de la Lana.
Está catalogado como uno de Los Pueblos Más Bonitos de España desde el año 2019 y pertenece desde entonces a la asociación homónima.
El Camino del Cid recorre ocho provincias españolas: Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante. CC BY-SA 3.0. Original file (1,190 × 1,060 pixels, file size: 1.5 MB).
El Camino del Cid es una ruta turística y cultural que sigue los pasos del Cid Campeador, el legendario héroe medieval Rodrigo Díaz de Vivar. Esta ruta recorre una serie de localidades y paisajes que fueron importantes en la vida del Cid, basándose principalmente en las crónicas y relatos literarios, como el Cantar de mio Cid. El camino atraviesa varias regiones de España, desde su lugar de origen en Vivar del Cid, cerca de Burgos, hasta su destino final en Valencia.
Principales etapas del Camino del Cid
El Camino del Cid se divide en varias etapas que incluyen:
- Burgos: La ruta comienza en Vivar del Cid, la localidad donde nació Rodrigo Díaz de Vivar, y luego se extiende hacia la ciudad de Burgos, donde el Cid vivió una parte importante de su vida. En Burgos, se pueden visitar monumentos como la Catedral de Burgos.
- Atienza y Medinaceli: En esta parte del camino, se pasa por localidades de la provincia de Guadalajara, con castillos medievales y vestigios históricos que recuerdan la época del Cid.
- Teruel: La ruta continúa hacia Teruel, donde se pueden ver vestigios de la guerra entre el Cid y los moros. Es una zona rica en patrimonio histórico y cultural.
- Valencia: La etapa final lleva a Valencia, donde el Cid logró la victoria y ocupó la ciudad en 1094, según las crónicas. Esta ciudad, muy relevante en la historia del Cid, marca el final de su travesía.
Significado cultural y turístico
El Camino del Cid no solo es una ruta física, sino también un viaje a través de la historia y la literatura medieval española. La figura del Cid es central en la identidad cultural de España, ya que se le considera un símbolo de honor, valentía y lucha por la justicia. La ruta permite a los viajeros explorar castillos, iglesias, monumentos y paisajes que evocan esta figura histórica y el contexto de la Reconquista.
El Camino del Cid está señalizado, y se puede recorrer tanto a pie como en bicicleta o en coche, lo que lo convierte en una opción atractiva para turistas interesados en la historia medieval de España. Además, ofrece una rica oferta de actividades relacionadas con el patrimonio cultural, como visitas a museos, teatros y eventos temáticos sobre la figura del Cid y la época medieval.
Referencias Atienza
- aemet.es, Atlas climático ibérico.
- «Promedios mensuales – Atienza, ESP». Archivado desde el original el 9 de julio de 2012.
- La Porte Fernández-Alfaro, 1991-1992, p. 54.
- Asensio Rodríguez, 1978, p. 89.
- Instituto Nacional de Estadística (España). «Alteraciones de los municipios en los Censos de Población desde 1842». Consultado el 20 de enero de 2024.
- Secretaría General Técnica, Ministerio de Administraciones Públicas (2008). Variaciones de los Municipios de España desde 1842 (1.ª edición). Madrid: Gobierno de España. Consultado el 20 de enero de 2024.
- Origen de las Santas Espinas de Ágreda, Atienza y Castromonte.
Bibliografía
- Asensio Rodríguez, Ana M.ª (1978). «La arquitectura románica en el partido de Atienza». Wad-al-Hayara: Revista de estudios de Guadalajara (5): 89-101. ISSN 0214-7092. Archivado desde el original el 1 de diciembre de 2018.
- La Porte Fernández-Alfaro, Pedro (1991-1992). «La Plaza Mayor de Atienza en el siglo XVI». Anales de Historia del Arte (3): 53-76. ISSN 0214-6452.
Enlaces externos
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