Enterramiento en cista típico de la primera fase de la cultura de El Argar, final del Bronce Antiguo. Autor foto: N. Åberg – Åberg, N. (1921): «La Civilisation Enéolitique dans la Pénninsule Ibérique», Uppsala. Akademiska bokhandeln i kommission. Dominio Público.
Una cista (del griego: κίστη, cofre o caja) es un monumento megalítico funerario individual, de pequeñas dimensiones.
Básicamente está formada por cuatro piedras planas o lajas, colocadas verticalmente formando un rectángulo. Sobre ellas solía colocarse otra piedra horizontal a modo de tapa. En el interior se depositaban los difuntos, generalmente en posición fetal. Se han encontrado cistas en Europa y en Oriente Medio.
En ocasiones es difícil determinar si un monumento es un dolmen pequeño o una cista. El criterio que suele seguirse en tales casos es el tamaño: generalmente se considera cista cuando su superficie no supera el metro cuadrado.
Las cistas aparecen la mayor parte de las veces asociadas a otras formaciones megalíticas, por ejemplo en el centro de túmulos (lo que a veces origina discusión sobre si es dolmen o cista), en el centro de un crómlech (rodeando los restos mortuorios), en el interior de cuevas sepulcrales, etc. En general su conservación es mala, y suele faltar la tapa e incluso alguna de las losas laterales.
- Edad de Bronce. Tumbas en el Minoico Antiguo (en inglés)
- Cistas en La Bastida de Totana. (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
- Burials in Ancient Palestine: From the Stone Age to Abraham Enterramientos en la Antigua Palestina: De la Edad de Piedra a Abraham. (en inglés).
- Excavaciones de cistas en Bolonia,, Italia. (en inglés).
La Edad del Bronce es el período de la historia en el que se desarrolló la metalurgia de este metal, resultado de la aleación de cobre con estaño. El término, que acuñó en 1820 el arqueólogo danés Christian Jürgensen Thomsen para clasificar en tres edades las colecciones de la Comisión Real para la Conservación de las Antigüedades de Copenhague, abarca un período entre aproximadamente el 3300 y el 1200 a. C., pero esta cronología solo tiene valor en el Próximo Oriente y Europa, puesto que a la metalurgia se llegó a través de procesos distintos en las diferentes regiones del mundo. Su estudio se divide en Bronce Antiguo, Bronce Medio y Bronce Final. Aunque, generalmente, al bronce suele precederle una Edad del Cobre y seguirle una Edad del Hierro, esto no siempre fue así: en el África subsahariana, por ejemplo, se desarrolló la metalurgia del hierro sin pasar por las del cobre y bronce. (1)
Mapa de la difusión metalúrgica durante el Bronce Antiguo. Las zonas oscuras son las más antiguas.
Foto-mapa: Metallurgical diffusion.svg: Want derivative work: Rowanwindwhistler CC BY-SA 4.0.
EDAD DEL BRONCE
Abarca un período entre aproximadamente el 3300 y el 1200 a. C., pero esta cronología solo tiene valor en el Próximo Oriente y Europa. Su estudio se divide en Bronce Antiguo, Bronce Medio y Bronce Final.
- INTRODUCCIÓN
- CONTEXTUALIZANDO LA EDAD DEL BRONCE
- EDAD DEL BRONCE EN MESOPOTAMIA
- E. DEL BRONCE EN EL ORIENTE PROXIMO
- EDAD DEL BRONCE EN ÁFRICA
- E. DEL BRONCE EN EUROPA:
- -Bronce antiguo en EL EGEO.
- -Bronce antiguo en LA PENÍNSULA IBÉRICA (Ver Cultura Argárica y Bronce Manchego).
Cultura del Vaso Campaniforme
1. Introducción
2. Base arqueológica
3. Cronología
4. Decoración
5. Marco geográfico
6. Vaso Campaniforme en la Península iberica
7. En Europa Central
8. En Gran Bretaña
9. Interpretación cultural
10. Referencias
Fase 1. Bronce antiguo en el resto de Europa
-Europa Central
-Europa Atlántica: C. De Wessex y C. Túmulos amorricanos.
Fase 2. Bronce Medio o Pleno.
El Egeo. Península ibérica. Cultura de los Túmulos. Europa nórdica. Mediterráneo central. ( P. Itáilica). Europa Atlántica.
Fase 3. Bronce Final, Reciente o Tardío (1300 al 800-700 a.c).
CRISIS DEL BRONCE FINAL
- Edad del Bronce en Asia del sur y oriental
- Edad del Bronce en América
- ANEXO. Ordenamiento cronológico de las principales culturas del bronce Europeo.
A. Cultura del vaso campaniforme
B. Cultura de Unetice
C. Cultura de la cerámica cordada
D. Cultura de los túmulos
E. Cultura de los campos de urnas
La tecnología relacionada con el bronce fue desarrollada en el Próximo Oriente a finales del IV milenio a. C., (2) fechándose en Asia Menor antes del 3000 a. C.; en la antigua Grecia se comenzó a utilizar a mediados del III milenio a. C.; en Asia Central el bronce se conocía alrededor del 2000 a. C., en Afganistán, Turkmenistán e Irán, aunque en China no comenzó a usarse hasta 1800 a. C., adoptándolo la dinastía Shang.
Contextualizando la Edad del Bronce
La metalurgia del bronce fue, al igual que pasó con la del cobre (véase Calcolítico), una innovación más entre todas las que se produjeron en tales períodos. La gran diferencia es que la primera se desarrolló en contextos desprovistos de minerales, mientras que la segunda lo había hecho en regiones ricas en yacimientos de cobre.
La división tripartita de la Edad de los Metales prima el cambio tecnológico por encima de los de tipo social o económico, al contrario de lo que sucede con el Neolítico. Ello está basado en el supuesto de que la metalurgia provoca la transformación de las sociedades que la utilizan, generando una intensificación del comercio a larga distancia, una cierta especialización laboral y el aumento de la diferenciación social.
Tal innovación es fácilmente reconocible en el registro arqueológico, pero es de menor importancia para la aparición de las primeras civilizaciones urbanas que, por ejemplo, el desarrollo de los símbolos pictográficos e ideográficos que formarían las protoescrituras iniciales. Los jeroglíficos en Egipto, el cuneiforme en Sumeria o el lineal A (todavía sin descifrar) en Creta, convirtieron en una realidad la comunicación escrita de los incipientes estados. Y con la escritura la región entró en la Historia.
La Edad del Bronce es claramente histórica en buena parte del Próximo Oriente, (3) pero, al no haber ningún tipo de ruptura entre las sociedades prehistóricas e históricas de esta parte del mundo, en este artículo se incluye también una síntesis de los procesos que se dieron en ella.
Edad del Bronce en Mesopotamia
Fue en Sumeria donde comenzó a usarse el bronce a finales del IV milenio a. C. Esta región es considerada frecuentemente como la cuna de la civilización, (4) ya que (basándonos en los datos actuales) en ella se produjo la intensificación agrícola, se desarrolló el primer sistema de escritura, se inventó el torno cerámico, se establecieron los fundamentos de la astronomía y las matemáticas, se crearon gobiernos centralizados y códigos legislativos, apareció la estratificación social, el esclavismo y la guerra organizada. Todo lo cual llevó a la formación de las primeras ciudades estado conocidas, que después se convertirían en reinos más extensos y desembocaron finalmente en imperios.
Hachas planas de bronce europeas. Foto: Maksim. CC BY-SA 3.0.
Las grandes ciudades de Mesopotamia acogían varias decenas de millares de personas y estaban gobernadas por un rey-sacerdote, máximo representante del dios local y dueño de todas las tierras. El templo era su centro neurálgico, donde se concentraba el poder religioso, político y económico. La sociedad estaba jerarquizada en clases bien diferenciadas: sacerdotes, funcionarios, artesanos, campesinos y esclavos. La centralización administrativa, facilitada por la escritura, permitía la gestión de los recursos a largo plazo y la planificación de grandes obras. Se utilizaba un calendario de doce meses, el día se dividía en 24 horas y el círculo en 360 grados. (5).
Uruk fue la ciudad sumeria más grande conocida en la transición del IV al III milenio a. C., con una superficie de 5,5 km² y varios templos de carácter monumental, entre los que destacaba el dedicado al dios An y a la diosa Inanna. Conocían ya la rueda, el arado, la navegación, el sello cilíndrico y la escritura. (6).
Posteriormente prevaleció, durante siglo y medio, el Imperio acadio. Tras su caída se produjo un renacimiento sumerio durante el cual la III dinastía de Ur tuvo un papel dominante. Los soberanos de Ur fueron considerados reyes de las cuatro regiones, creando un potente aparato burocrático que controlaba los tributos de todas las provincias y ciudades sometidas. Durante esta época se levantó el enorme zigurat de Ur. (7).
Babilonia la reemplazaría durante el Bronce final. La referencia más antigua sobre Babilonia procede de una tableta datada en el siglo XXIII a. C., correspondiente al reinado de Sargón I de Acad. En el siglo XVIII a. C., durante el reinado de Hammurabi, Babilonia alcanzó su máximo esplendor: utilizando la fuerza y la diplomacia extendió sus dominios a toda Mesopotamia, que administró de manera centralizada mediante una compleja burocracia y un completo código legislativo (Código de Hammurabi). (8). Para esta época, la lengua de uso oficial era el acadio, de origen semítico, mientras que el idioma sumerio se usaba ya solo para ritos religiosos y actividades científicas. Babilonia jugó un papel fundamental como centro cultural durante todo el Bronce y el Hierro inicial, continuando así incluso cuando cayó bajo dominio externo.
Edad del Bronce en el Próximo Oriente
Del Levante mediterráneo destacaron dos ciudades-estado cuya economía fue básicamente comercial: Ebla y Ugarit. La primera, situada en el norte de la actual Siria, es famosa por las veinte mil tablillas cuneiformes halladas en un palacio de los siglos XXV-XX a. C. escritas en eblaíta y en sumerio. Su desarrollo estuvo ligado al comercio con Mesopotamia, aspecto en el que rivalizó militarmente con Mari. Fue destruida por los acadios durante el siglo XXIII a. C., pero resurgió de sus cenizas viviendo un nuevo período de esplendor entre los siglos XIX-XVII a. C.
Aunque de Ugarit hay evidencias neolíticas, la primera fecha datable de su existencia es fruto de sus contactos con Egipto: un abalorio de cornalina identificado con el faraón Sesostris I, el segundo de la dinastía XII (1956-1911 a. C.). La ciudad portuaria de Ugarit mantuvo estrechos lazos comerciales no solo con Egipto, sino también con Siria, Anatolia y Chipre (denominada por entonces Alasiya).
A partir del siglo XVIII a. C. Anatolia vio surgir el imperio hitita, que tenía su capital en el norte de la península, en Hattusa. Hacia el siglo XIV a. C. llegó a su clímax, abarcando todo el centro anatólico, el sudoeste de Siria hasta Ugarit y la alta Mesopotamia. Simultáneamente, las confederaciones de Arzawa y Assuwa reunieron, respectivamente, a una serie de reinos anatólicos del sur y del oeste que, a lo largo de todo el período, unas veces se enfrentaron y otras fueron reducidos a vasallaje por los hititas. A su vez, Mitani fue un estado que ocupó el sudeste de Anatolia y el norte de Siria entre el 1500-1300 a. C., estableciendo alianzas alternativas con sus principales rivales, Egipto y los hititas, aunque fue sometido a vasallaje finalmente por los asirios.
El Mediterráneo oriental se convirtió en una importante vía de comunicación y comercio entre Anatolia, Siria-Palestina, Egipto y el mar Egeo. Así lo atestiguan la relevancia de ciudades costeras como Ugarit o Biblos y pecios como los de Ulum Burum y Gelidonya (sur de la actual Turquía), datados hacia el Bronce final. La primera embarcación, de 17 m de longitud, contenía varias toneladas de lingotes metálicos y en la segunda, de 10 m, se halló cerca de una tonelada de lingotes, productos ya acabados como hachas o punzones y abundantes herramientas de herrero, lo que hace suponer que se trataba de una especie de taller flotante. (9).
Edad del Bronce en África
En el Antiguo Egipto el bronce comenzó a usarse durante el Protodinástico, hacia el 3150 a. C., aunque nunca llegó a sustituir del todo a la piedra como elemento básico para la fabricación de artefactos (debido a la escasez de materia prima). (10). Poco tiempo después, sobre el 3100 a. C., se produjo la unificación del Alto y el Bajo Egipto, dando comienzo la Época Tinita que comprende la I y II dinastías. La capital se trasladó de Nejen (Alto Egipto) a una nueva ciudad, Menfis, edificada en los límites entre el Norte y el Sur. Fue en esta época arcaica cuando se adoptaron los símbolos y se establecieron los mecanismos administrativos que se reprodujeron como una constante a lo largo de toda la historia egipcia.
El Magreb recibió algunas influencias de los grupos culturales del Bronce europeo, como lo demuestran los hallazgos relacionados con las tradiciones del vaso campaniforme encontrados en Marruecos. A pesar de ello, la región no produjo su propia metalurgia hasta la colonización fenicia (hacia el 1100 a. C.).
El África subsahariana, como se ha dicho más arriba, permaneció ligada a las formas de vida neolíticas hasta que se desarrolló la metalurgia del hierro en la cuenca del río Níger (sin pasar por las del cobre y bronce). Una excepción subsahariana consiste en los hallazgos —decorativos, no funcionales— de las excavaciones de Thurstan Shaw en los yacimientos de Igbo Ukwo, Igbo Richard, e Igbo Isaiah en Nigeria en 1959; donde halló multitud de bronces (collares, cráneos y figuras de leopardo, rostros escarificados, entre muchas otras) elaborados en su mayoría con la técnica de la cera perdida. Tales obras se dataron más o menos hacia el siglo IX o X d. C.
Edad del Bronce en Europa
Bronce Antiguo en el Egeo
Hacia la mitad del III milenio a. C. en el ámbito del mar Egeo se detecta una clara continuidad con el período anterior, el Calcolítico o Edad del Cobre. La población ocupaba promontorios costeros y elevaciones rocosas, en asentamientos que ya existían anteriormente, aunque, debido al continuado aumento demográfico fueron fundados otros nuevos, algunos de los cuales llegaron a alcanzar grandes dimensiones, con sólidos bastiones y fortificaciones.
El estudio del Egeo se ha subdividido tradicionalmente en tres zonas bien diferenciadas, pero interrelacionadas entre sí:
Ver: El Egeo entre el IV y el III milenio a. C: el alba de las culturas clásicas
La red de intercambios calcolítica siguió propiciando el desarrollo conjunto de toda la región egea. Se mejoraron las técnicas constructivas navales, lo que permitió aumentar las capacidades de carga y la autonomía de los viajes. Estas mejoras condujeron a la colonización de islas con pocos recursos y a la creación de emporia, en los cuales la riqueza acumulada provocó la aparición de grupos privilegiados que la acapararon para su disfrute y perpetuación como tales. Así, una serie de ciudades-estado independientes comenzaron a imponer sus reglas del juego a las comunidades agrarias periféricas, esquema que se mantuvo durante el posterior desarrollo clásico del Egeo. Sobre el 2500-2400 a. C., muchos asentamientos fueron destruidos por incendios, tras los cuales, solo los de Creta consiguieron mantener su nivel de complejidad anterior, mientras los centros cicládicos y continentales comenzaron a estar supeditados cada vez más a los minoicos. (11).
Doble hacha de bronce minoica. Ajuar del Tholos abovedado de Messara, Creta (Grecia). Chris 73 / Wikimedia Commons. CC BY-SA 3.0.
La civilización minoica hundía sus raíces en el Neolítico preindoeuropeo. Su economía era mixta, agraria y comercial, basada en los cereales, la arboricultura (olivo y vid) y una ganadería de ovicaprinos. Sus divinidades eran mayoritariamente femeninas y no se han encontrado estructuras defensivas en sus asentamientos; ambos datos nos indican que se trataba de una sociedad poco beligerante. Asimismo, la ausencia de defensas y la abundancia de elementos religiosos en los palacios ha llevado a interpretarlos como monasterios-capital, en los cuales conviviría el poder religioso y el secular. Es una de las primeras culturas europeas con evidencias de escritura: pictogramas similares a los egipcios (pero sin descifrar) en estos primeros momentos. (12)
Hay principalmente dos tipos de tumbas en Creta:
- Tumbas de planta rectilínea.
- Tumbas de planta circular.
Aparecen también los tholoi, que son construcciones de planta circular, cubiertas por una bóveda o una falsa cúpula. Mientras, en las islas Cícladas se usaban cistas con forma trapezoidal, con inhumación individual y en Grecia continental, el rito funerario consistía en la inhumación colectiva en tumbas de cámara.
En el Egeo se estableció un área de intenso comercio con el metal de Chipre, donde existían minas de cobre; el estaño se traía incluso de las islas británicas. Según algunos autores, hasta el 2300 a. C. no se consiguió en Creta producir verdadero bronce, la aleación del cobre con el estaño. (13) Con respecto a la cerámica, en las islas Cícladas predominaban las decoraciones impresas e incisas, mientras que en Grecia continental la cerámica llevaba un engobe rojo y en Creta la decoración más frecuente era la pintada.
Bronce Antiguo en la península ibérica
Artículos principales: Cultura argárica y Bronce Manchego.
El tránsito entre el Calcolítico y el Bronce se manifiesta a través de unos signos de crisis que se producen durante la segunda mitad del III milenio a. C. y que son, entre otros:
- Abandono de asentamientos (con finales violentos en algunos casos) y construcción de otros nuevos. (14). Los Millares entraron en clara decadencia, recluyéndose su ya pequeña población en la parte más alta de la fortificación. Ver: Calcolítico en la península Ibérica.
- Sustitución de los enterramientos colectivos por otros individuales, que pasaron a situarse en el interior de los poblados.
- Aumento de la riqueza y de la diferenciación social.
El Bronce antiguo (2250-1900 a. C.) se constata inicialmente en el sureste peninsular: Almería, Murcia, altiplano de Granada y alto Guadalquivir, áreas en las que comienza a desarrollarse la denominada cultura argárica, una de las que alcanzaron mayor relevancia en Europa durante la Edad del Bronce. Los asentamientos argáricos se emplazaban normalmente en lugares estratégicos y de fácil defensa, lo cual hacía poco necesarias las estructuras defensivas, aunque también se han encontrado poblados en llanos. La producción de cada poblado estaba especializada y, así, se han excavado explotaciones mineras, agropecuarias y poblados orientados hacia la metalurgia, siendo muy homogéneos los artefactos cerámicos y metalúrgicos en todo el territorio argárico.
Mapa del Bronce medio ibérico (c. 1500 a. C.) mostrando las culturas más significativas, los dos asentamientos principales y la ubicación de las minas de estaño.
Sugaar derivative work: Rowanwindwhistler . CC BY-SA 3.0
Hachas de bronce depositadas en el Museo Arqueológico de Asturias. Foto: Barcex . CC BY-SA 3.0.
Todo ello prueba la existencia de un alto grado de especialización laboral y de una compleja organización de la distribución de la producción, unidas a un acceso desigual a la riqueza, constatado en los ajuares funerarios. Estos, durante el Argar A, aparecen en enterramientos individuales en covachas o cistas rectangulares excavadas en el piso de las mismas viviendas y presentan una gran diversidad tanto cuantitativa como cualitativa, lo que ha permitido establecer la existencia de varias clases sociales y de asentamientos que funcionarían como centros directivos (El Argar, por ejemplo). (15).
Cista de Herrerías. Mina Iberia (Las Herrerías) Bronce Antiguo. Museo Arqueológico Nacional. ANAGSPC – Own work. CC BY-SA 4.0.
La utilización del vaso campaniforme como objeto de lujo y ligado al mundo funerario perdura durante estos momentos iniciales del Bronce aunque su uso es más frecuente en el norte que en el sur de la península.
En La Mancha destacó la denominada cultura de las Motillas, contemporánea del mundo argárico y cuya particularidad diferenciadora fue la construcción de fortalezas formadas por una torre central rodeada de lienzos amurallados concéntricos. (16) Estas construcciones estaban situadas siempre cerca de acuíferos, dedicadas a la explotación intensiva de los cereales de secano y con una importante ganadería. En ellas se han encontrado abundantes objetos de marfil, pero escasos artefactos metálicos, que suelen ser de cobre. Los enterramientos se efectuaban en el interior del recinto y no denotan estratificación social.
Copa argárica en terracota procedente del sureste de la península ibérica. II milenio a. C. (Bronce Pleno). Foto: Luis García. CC BY-SA 3.0. Museo Arqueológico Nacional.
Cultura del vaso campaniforme
Se conoce con el nombre de cultura del vaso campaniforme la cultura arqueológica prehistórica asociada al Calcolítico y al período inicial de la Edad del Bronce en Europa Occidental. Su cronología e interpretación son controvertidas, habiendo generado al respecto abundante literatura. Gracias a la revisión sistemática de los datos proporcionados por el radiocarbono en vasos campaniformes de toda Europa, se ha podido establecer que los más antiguos serían los encontrados en el área del bajo Tajo (Portugal), con una cronología que iría del 2900 al 2500 a. C. Según otros autores, su aparición se situaría, en cambio, sobre el 2400 a. C., desapareciendo hacia el 1800 a. C.
Su nombre es la consecuencia de las especiales características de estas vasijas (en arqueología denominadas vasos) con forma de campana invertida y profusamente decoradas que se han encontrado, generalmente en contextos funerarios, en buena parte de Europa: por casi toda la península ibérica, en islas del Mediterráneo occidental, en la Francia mediterránea y atlántica, Gran Bretaña e Irlanda, los Países Bajos y parte de Europa Central.
Su presencia está relacionada con la difusión de la metalurgia del cobre por Europa occidental, hasta el punto de haberse convertido en fósil director de esta expansión.
Sus culturas precedentes fueron Cultura de los vasos de embudo y la Cultura de Los Millares.
Extensión aproximada de la cultura del vaso campaniforme.Tursclan, Dbachmann, Vida Nova.
Base arqueológica
La base arqueológica del horizonte campaniforme queda definida por la aparición de dichos vasos cerámicos acampanados, bien manufacturados, de color rojo o marrón-rojizo, decorados profusamente con bandas horizontales incisas (grabadas) o impresas, con temas geométricos, rayados, ajedrezados, etc. Los vasos más tempranos han sido descritos como de estilo internacional, que incluiría los grupos Marítimo y AOO (all over ornamented: completamente ornamentado y encordado), denominado así porque han sido hallados en todas las regiones mencionadas más arriba, mientras que los estilos posteriores se enmarcan en distintos desarrollos regionales. Aunque aparecen usualmente en contextos funerarios, también se los encuentra en ámbitos domésticos. Otras piezas de cerámica asociadas (que formarían parte de auténticos “servicios”) se constatan sólo en determinados grupos locales.
Asociados al vaso suelen encontrarse en las tumbas otros objetos, de manera tan frecuente que han sido adscritos como característicos del fenómeno campaniforme: puñales de lengüeta, puntas de flecha tipo Palmela, joyas de oro (diademas), brazaletes de arquero y botones de hueso con perforación en “v”. Todo ello siempre en contextos funerarios masculinos.
No solamente existían diferencias en el ajuar funerario sino también en la colocación de los cadáveres: mientras que los hombres se colocaban sobre su lado izquierdo con la cabeza orientada hacia el norte, las mujeres yacían sobre el derecho con la cabeza dirigida al sur.
- P. N. Peregrine y M. Ember: The encyclopedia of prehistory (pág. 24), 2001.
- Delibes, Germán; Fernández-Miranda, Manuel (1993). Los orígenes de la civilización. El Calcolítico en el Viejo Mundo (primera edición). Madrid: Editorial Síntesis. pp. 150,189. ISBN 84-7738-181-X.
- González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert (1992). Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la Edad del Bronce (primera edición). Madrid: Editorial Síntesis. p. 60. ISBN 84-7738-128-3.
La punta de Palmela es un tipo de herramienta metálica de la prehistoria. Estas puntas se caracterizan por tener una hoja plana y generalmente ovalada, aunque también se pueden encontrar de forma circular, romboidal e incluso con aletas. Poseen un pedúnculo estrecho y apuntado de longitud variable, lo cual es una característica distintiva de esta tipología de puntas.
El nombre de «punta de Palmela» proviene de un yacimiento arqueológico situado en la localidad de Palmela, cerca de Lisboa (Portugal), donde se encontraron los primeros ejemplares de este tipo de puntas metálicas. Sin embargo, su dispersión es común en toda la península ibérica, lo que indica que su uso y producción se extendió ampliamente en la región.
Estas puntas metálicas son típicas de los ajuares campaniformes, que corresponden a un período de transición entre finales de la Edad del Cobre y la Edad del Bronce. Formaban parte de la panoplia de los guerreros de esa época y eran más comunes en contextos funerarios, especialmente en la Meseta Norte y en los primeros momentos de la Edad del Bronce. Desde finales del III milenio a. C. hasta finales de la Edad del Bronce, las puntas de Palmela coexistieron con las puntas de sílex.
Estas puntas se elaboraban a partir de planchas de cobre, un mineral presente en la naturaleza de forma natural. El proceso de fabricación implicaba el martilleo y, a veces, la aplicación de calor para ablandar el metal y dar forma a las planchas que luego se recortaban para convertirlas en puntas. Algunas de estas puntas contenían arsénico, lo que facilitaba el laminado del metal durante su producción. La función exacta de las puntas de Palmela sigue siendo objeto de debate entre los estudiosos. Algunos consideran que eran puntas de flecha, aunque su peso elevado indica que es más probable que se utilizaran como puntas de lanza o jabalinas para la caza o como armas en combate. Además, coexistían con las puntas de sílex, que eran de menor tamaño y se utilizaban para la fabricación de flechas.
- «Reproducción en bronce de punta de palmela. Edad del bronce». PALEORAMA SL. Consultado el 9 de julio de 2023.
- «La Ventana del Arte – Museo de Cáceres – Exposición Punta tipo Palmela 2018, La Pieza del mes». www.laventanadelarte.es.
- Las puntas de tipo “Palmela”, Museo Arqueológico Municipal de Jerez (2016).
Puntas de Palmela procedentes de un enterramiento encontrado en Fuente-Olmedo (Valladolid). Laci3 – Trabajo propio. CC0.
Vaso campaniforme de Ciempozuelos, arcilla negra, pulimentado con una capa de barro fino y decorado con motivos geométricos incisos rellenos de pasta blanca; en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid). Foto: Luis García. CC BY-SA 3.0.
Cronología del Vaso Campaniforme
Gracias a la revisión sistemática de los datos proporcionados por el radiocarbono en vasos campaniformes de toda Europa, se ha podido establecer que los más antiguos serían los encontrados en el área del Bajo Tajo, en Portugal, en yacimientos como Zambujal y Vila Nova de São Pedro, con una cronología que va del 2900 al 2500 a. C., algo más antigua que los de Andalucía, que estarían entre el 2500 y el 2200 a. C.
En cuanto al final, conviene situarlo sobre el 1700 a. C., pues existen interferencias entre campaniformes y grupos del Bronce antiguo, como El Argar, Bronce Manchego, Wessex, etc. No se reconocen perpetuaciones más tardías como alguna vez se pretendió para el grupo de Ciempozuelos.
Decoración
Con respecto a la decoración, el complejo campaniforme puede clasificarse en varios grupos:
- Campaniforme marítimo: ofrece decoración puntillada, agrupada en bandas estrechas horizontales que alternan con otras de similar anchura lisas, sin decoración. Frecuentemente presentan un engobe rojo brillante que recuerda a la cerámica “a la Almagra”, perteneciente al grupo del neolítico andaluz. La dispersión de los campaniformes marítimos es costera, lo que justifica el nombre. Tiene su origen en el estuario del río Tajo, hacia el 2900 a. C.
- Campaniforme cordado: su decoración se consigue por aplicación de cuerdas sobre la cerámica, que dejan series de improntas horizontales en la superficie todavía fresca del vaso de arcilla. Su origen parece estar relacionado con el complejo cultural «cerámica cordada/hacha de combate», denominado así por las cerámicas decoradas con la ayuda de una cuerda y por las hachas de combate perforadas de piedra que se encuentran juntas en tumbas individuales en las llanuras del norte de Europa, en un período comprendido entre el 2500 y el 1900 o 1800 a. C.
- Campaniforme marítimo-cordado o mixto: tiene aspecto muy similar al marítimo, con decoración de bandas puntilladas pero delimitadas por bandas encordadas. Se trata claramente de una simbiosis entre ambas decoraciones.
- Estilo bohemio: esta variedad de la cultura del vaso campaniforme en el centro de Europa presenta decoraciones metopadas. Se ha buscado su antecedente en la cultura de Vucedol, grupo tardoneolítico que se encontraba en los montes Cárpatos. En esta cultura, la metopa es uno de los motivos decorativos más frecuentes.
- Campaniforme inciso: por regla general, esta técnica decorativa es tardía, pero su presencia no es signo de modernidad. En la península ibérica es posterior a la puntillada y su máximo exponente corresponde al grupo de Ciempozuelos, en el que los vasos aparecen decorados con anchas bandas horizontales incisas y separadas por otras sin decoración
Objetos de la cultura campaniforme, e llamados en inglés «Beaker culture». Foto: Benutzer:Thomas Ihle. CC BY-SA 3.0.
Marco geográfico del Vaso Campaniforme
(Cronología del 2900 al 2500 a. C., desapareciendo en 1800 a.C).
El marco geográfico comprende casi media Europa: desde la península ibérica e Irlanda hasta el río Vístula, y desde Dinamarca y el sur de Escandinavia hasta Sicilia y el norte de África, aunque estos límites parece que están siendo ampliados últimamente.
Hace unos años esta vasta área se valoró como un horizonte cultural homogéneo. Ahora se tiende a acentuar el comportamiento particular de los distintos grupos y sus desarrollos regionales. Las cerámicas no eran iguales en todos estas zonas, sino que, al contrario, conformaron una serie de estilos muy diversos con una característica común morfológica. También hoy se duda de que las tumbas individuales (aunque prevalezcan) sean un rasgo distintivo del área cultural campaniforme. Cabría distinguir entonces, con Harrison, tres grandes provincias que se comportan con cierta homogeneidad:
- Meridional: abarca la península ibérica, Sicilia-Cerdeña, el Midí francés y el norte de África, con piezas marítimas y sus derivados tardíos. En este ámbito, tales tipologías aparecen en el interior de los enterramientos megalíticos colectivos, sin mostrar mayor aislamiento, con otros elementos del ajuar que no cabría considerar, en principio, campaniformes.
- Occidental: presenta vasos AOO, aunque se encuentran también marítimos y sus derivados. Comprende los Países Bajos, Francia atlántica y las islas británicas.
- Oriental: que comprende los cursos altos del Rhin, Elba y Oder, más la cuenca del Danubio, aguas arriba de Budapest. En esta zona aparecen los estilos incisos y metopados.
Vaso campaniforme en la Península ibérica
En la península ibérica el fenómeno campaniforme define la fase final del Calcolítico local y los siglos iniciales de la Edad del Bronce. Menos algunas excepciones notables, la mayor parte de los enterramientos campaniformes se encuentran en las regiones costeras o cerca de estas. En cuanto a los asentamientos y monumentos en el contexto ibérico, esta cerámica se encuentra generalmente en asociación con materiales calcolíticos locales y aparece muchas veces de forma «intrusiva», ya que son del III milenio y suelen encontrarse en monumentos funerarios cuyos orígenes se pueden remontar al IV o V milenios a. C. El campaniforme ha sido tan determinante para establecer las cronologías del sur y suroeste peninsulares que su ausencia o presencia son el fundamento de la división en dos fases de los grupos de Los Millares y Vila Nova. (Ver: Calcolítico en la peninsula iberica.)
En la península ibérica son más frecuentes los campaniformes marítimos que los cordados y los mixtos. Aquellos han sido considerados “antiguos” y aparecen a partir del 2900 a. C. en el estuario del río Tajo. Entre los campaniformes posteriores o “avanzados” se podrían distinguir cuatro grupos:
- Palmela, en el estuario del Tajo.
- Ciempozuelos, en las tierras interiores.
- Carmona, en el Bajo Guadalquivir.
- Cueva Fonda de Salomó, en Tarragona.
Todos ellos fueron bien definidos por Alberto del Castillo en 1928 y cuentan con una serie de rasgos comunes:
- Tumbas individuales en cista, fosa, cueva o intrusión dolménica.
- Un utillaje común, muy reiterativo, con puñales de lengüeta, puntas palmela, leznas biapuntadas de cobre, adornos de oro (como diademas de fina chapa, pocas veces decoradas), botones de hueso con perforación en “v”, etc.
- La cerámica, con distintos estilos, es el elemento diferenciador principal. Ello no obstaculiza vínculos entre los grupos de Salamó y Ciempozuelos e igualmente entre Palmela y Carmona.
- Tienen un desarrollo cronológico entre el 2000 y el 1700 a. C. aproximadamente.
Vaso, cazuela y cuenco pertenecientes al ajuar de Villabuena del Puente, Museo de Zamora. Outisnn – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0. Ver máx. resolución.
El grupo de Palmela se extiende por el estuario del Tajo y la Estremadura portuguesa y corresponde a la regionalización de los campaniformes marítimos. Los vasos decorados responden a cuencos hemisféricos y anchas copas, que se documentan en Carmona, además de vasos, todos ellos decorados con líneas puntilladas al principio e incisas después, bien sean horizontales, verticales u oblicuas, obtenidas mediante peine.
Predominan los hallazgos funerarios (enterramientos intrusivos en cuevas artificiales, como la de Palmela), pero también se documentan en poblados como los de Vila Nova de São Pedro y Zambujal. La excavación reciente de un hábitat en Malhadas ha demostrado la importancia de la metalurgia del cobre en esta cultura del comienzo del II milenio a. C.
El grupo Ciempozuelos se extendió por los valles del Duero y del Tajo. La mayor parte de los hallazgos proceden de los enterramientos, que eran por inhumación en fosas individuales, a veces utilizaban viejos dólmenes, como el salmantino de Aldeavieja de Tormes.
El ajuar cerámico está formado por un equipo normalizado en el que aparece el vaso inciso y con incrustaciones de pasta blanca y pseudopintura, juntamente con una cazuela y un cuenco de iguales características. Este equipo corriente se acompaña de otros elementos como son: el puñal de lengüeta, la punta de flecha palmela, etc. Como ejemplos están la necrópolis de Ciempozuelos, las tumbas de yacimiento arqueológico de «La Peña» (Villabuena del Puente, Zamora) y Fuente-Olmedo (Valladolid). La tumba de Fuente-Olmedo contaba con un puñal de lengüeta, once puntas palmela, una diadema de oro, un brazal de arquero, una punta de sílex y el equipo cerámico. Es uno de los enterramientos más ricos de la cultura del vaso campaniforme europea. Parece que la aristocracia renuncia a enterrarse junto al resto de la población y, como los nobles de la Edad Media, hacían gala de su poder con unos signos tan inequívocos como el oro y las armas. El difunto era un varón de unos 18 años, por lo que parece que tenía una autoridad heredada. Para la tumba de Fuente-Olmedo se tiene una fecha de carbono 14 que se cifra en el 1650 a. C., que se considera algo corta considerando el estado actual de la cuestión. Hoy se piensa que el grupo de Ciempozuelos se desarrolló entre el 2150 y el 1650, es decir, a lo largo de cinco siglos.
Cazuela del conjunto de Ciempozuelos. Realizada en arcilla negra, pulimentada con una capa de barro fino y decorada con motivos geométricos incisos rellenos de pasta blanca. Luis García. CC BY-SA 3.0.
El grupo de Carmona presenta decoraciones parecidas a las de Palmela. Se extiende por el Bajo Guadalquivir y casi todos los hallazgos corresponden a confusos enterramientos en fosa o cueva. En Andalucía oriental y especialmente en el Cerro de la Virgen de Orce (Granada) se documentan cabañas circulares de adobe vinculadas a la cultura del vaso campaniforme. Se han encontrado allí vasos incisos y decorados con peine, emparentados con el grupo Ciempozuelos. También hay copas anchas.
En La Algaba (Sevilla), que muestra un ambiente cultural esencialmente campaniforme, el tipo de plato de borde almendrado y de pestaña vertical, aparece junto a cerámicas decoradas según técnica y estilo campaniforme. Las cerámicas de este yacimiento han aparecido ocasionalmente, con motivo de la remoción de tierras para la obtención de gravas bajo el yacimiento.
Este yacimiento ha corrido la misma suerte que otros sevillanos, como el del Cerro Macareno y Valencina de la Concepción. Constituyen ejemplos modélicos de destrucción rápida de un yacimiento arqueológico. El Cerro Macareno y el poblado de La Algaba han sido demolidos casi totalmente para la explotación de gravas, con gran intensidad desde 1970. La Algaba ha proporcionado numerosos fragmentos campaniformes, cerámicas de comienzos del Bronce y otros del Bronce final. Por desgracia, lo que podía haber sido un yacimiento de extraordinaria importancia para la explicación de la Edad del Bronce sevillana, hoy es desnudo testigo, representado por unas cuantas cerámicas recogidas por nosotros de sus despojos.
Cueva Fonda de Salomó
El grupo de Salomó se caracteriza por cerámicas decoradas abigarradamente con incisiones, seudoescisiones u hoyos impresos.
Deriva de los estilos que los investigadores franceses denominan pirenaicos. Los yacimientos-tipo más frecuentes son los hábitats en cueva, aunque se conozcan igualmente determinados enterramientos en el interior de cavidades.
El Vaso Campaniforme. Europa Central
En su estudio a gran escala sobre las dataciones radiocarbónicas campaniformes, J. Müller y S. Willingen establecieron que en Europa Central tales vasos aparecieron a partir del 2500 a. C. (Ver: J. Muller y S. van Willigen: «New radiocarbon evidence for European Bell Beakers and the consequences for the diffusion of the Bell Beaker Phenomenon» (págs. 59-75), en Franco Nicolis (ed.): Bell beakers today: pottery, people, culture, symbols in prehistoric Europe, 2001.).
Los yacimientos campaniformes son poco conocidos todavía y resultan difícilmente identificables para los arqueólogos. La alfarería doméstica campaniforme no tiene precedentes en Bohemia y el sur de Alemania, mostrando que no hay relación con la cerámica cordada local de la Edad del Cobre final, ni tampoco con otros complejos del área, siendo considerada como algo completamente nuevo. Algunos asentamientos enlazaban el sur germano con el grupo campaniforme del este europeo, donde hay muchos vestigios de asentamientos, especialmente en Moravia y Hungría. Las relaciones con los grupos campaniformes occidentales y con las culturas contemporáneas de los Cárpatos fue mucho menor.
Recientemente, materiales relacionados con el fenómeno campaniforme han sido descubiertos en un área geográfica de la que, hasta ahora, estaban ausentes, área que iría desde el mar Báltico hasta el Adriático y el Jónico, incluyendo países como Bielorrusia, Polonia, Rumanía, Serbia, Montenegro, Croacia, Albania e, incluso, Grecia.
Los yacimientos del sur de Alemania y este de Europa muestran evidencias de una economía mixta agrícola y ganadera. Indicadores tales como piedras de molino y husos de telar hallados en ellos prueban el carácter sedentario de estos pueblos, así como la durabilidad de sus poblados. Máxime cuando algunos enterramientos infantiles muy bien dotados parecen indicar que existían posiciones sociales heredadas, mostrándonos una sociedad compleja. Aunque el análisis de los ajuares funerarios, del tamaño y la profundidad de las fosas de enterramiento, o de su posición dentro del cementerio, no ha conducido a ninguna conclusión clara sobre las divisiones sociales.
Vaso de precipitados de la cultura Campaniforme del campo Logabirum en Leer (Frisia Oriental). Izquierda: Copa con pie adjunto, Derecha: Copa con base retraída. Lugar de almacenamiento: Museo de Historia Local de Leer. Hartmann Linge – Own work. CC BY-SA 3.0.
Durante este período, la parte norte de la Alemania meridional estaba focalizada hacia la región del Rin, que perteneció al grupo campaniforme occidental, mientras que su parte sur ocupó el sistema fluvial del Danubio, que perteneció al homogéneo grupo oriental que se solapaba con el de la cerámica cordada y otros grupos del Neolítico final y la temprana Edad del Bronce. No obstante, la Alemania meridional muestra por sí misma algunos desarrollos independientes. Aunque hay una evolución paralela con el resto del campaniforme, en el sur alemán se desarrollaron decoraciones de metopa, de sellos y técnicas de grabación de surcos que no aparecen en Austria ni en Hungría; tampoco hay vasos con asas.
Tal y como lo confirman las series antropológicas campaniformes de Moravia y Alemania, estos grupos influyeron en la formación de la cultura de Gáta-Wieselburg, en la franja oeste de la cuenca carpática. Por otro lado y de acuerdo con la evidencia antropológica, la conclusión resultante es que los vasos campaniformes se impusieron en la parte sur de Alemania con unas tipologías más establecidas ya que en la zona este de Europa.
- Volker Heyd: «Bell Beaker Culture in Southern Germany, State of research for a regional province along the Danube», 1998.
- Zsuzsanna K. Zoffmann: «Anthropological sketch of the prehistoric population of the Carpathian Basin» Archivado el 8 de marzo de 2016 en Wayback Machine., en la revista Acta Biol Szeged 44 (1-4): págs. 75-79, 2000.
- Universidad de Warwick, ed. (10 de agosto de 2021). «Bronze Age Britain. The Beaker Culture» (en inglés). Archivado desde el original el 11 de septiembre de 2021. Consultado el 24 de septiembre de 2021.
Vaso campaniforme datado entre los años 2200-1800 a.C procedente del yacimiento de la Sima de la Pedrera de Benicull-Polinyá de Xúquer. Fondos del Museo de Prehistoria de Valencia, Comunidad valenciana, España. Falconaumanni – Own work. CC BY-SA 3.0.
Gran Bretaña. El vaso campaniforme
El complejo campaniforme llegó a Gran Bretaña alrededor del 2475 a. C.-2315 a. C.,declinando su uso a partir del 2200-2100 a. C. con la emergencia de los denominados food vessels (vasijas para comer) y las urnas cinerarias, desapareciendo hacia el 1700 a. C. El campaniforme británico inicial era similar al del Rin, pero los estilos finales eran más parecidos a los de Irlanda. Debido a que la mayoría de los hallazgos de este período corresponden a contextos funerarios, siendo muy raros los entornos domésticos, resulta muy difícil extraer conclusiones acerca de la mayoría de los aspectos sociales.
Se supone que el único elemento de exportación de este momento fue el estaño, que, probablemente, se extraía de los arroyos de Cornualles y Devon, en forma de guijarros de casiterita, y comerciado en bruto, sin refinar. Se usó para convertir el cobre en bronce desde el 2200 a. C.
El yacimiento más conocido de esta época es Stonehenge, cuya arquitectura neolítica fue llevada al clímax. (Ver: Megalitismo). En ese momento, multitud de túmulos lo rodeaban y un número inusual de «ricos» enterramientos pueden ser encontrados en las cercanías, como el del arquero de Amesbury. Otro yacimiento de especial interés es Ferriby, en el estuario del Humber, donde han sido recuperados los botes de madera más antiguos de Europa occidental.
Madrid, Museo Arqueológico Nacional. Recreación de un enterramiento de la cultura campaniforme. Miguel Hermoso Cuesta. CC BY-SA 4.0.
Interpretación Cultura del Vaso Campaniforme
La interpretación de la cultura arqueológica campaniforme ha variado sensiblemente a lo largo del siglo XX. Muchas de las teorías formuladas acerca de sus orígenes y su difusión han sido discutidas posteriormente. La «cultura del vaso campaniforme» ha sido sugerida como candidata para una temprana cultura indo-europea, más concretamente, para unas ancestrales culturas proto-céltica, proto-itálica o italo-céltica. (Ver: M. Almagro-Gorbea: «La lengua de los celtas y otros pueblos indoeuropeos de la península ibérica» (pág. 95), en M. Almagro-Gorbea, M. Mariné, y J. R. Álvarez-Sanchís (eds.): Celtas y vettones, pág. 115-121. Ávila: Diputación Provincial de Ávila, 2001.).
En 1958 Gordon Childe la definió como el resultado de la expansión por toda Europa de una casta guerrera y comerciante de procedencia poco clara, visión que se mantuvo durante un cuarto de siglo. Este misterioso origen fue atribuido por distintos investigadores a lugares tan diversos como el estuario del Tajo, el valle del Guadalquivir, la cuenca central del Rin, Bohemia, etc. En 1961 Sangmeister formuló su teoría del flujo-reflujo, según la cual los primeros vasos campaniformes procederían de la península ibérica, pero luego serían transformados en ciertas regiones, desde donde se retornarían vasos estilísticamente renovados al foco original. (Ver: González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert. Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la Edad del Bronce. pp. 32-33.).
Bell Beaker artefacts, Spain.Junta de Castilla y León, Archivo Museo Numantino, Alejandro Plaza – Edited version of: File:Blell Beaker artefacts 1.jpg. CC BY-SA 4.0
Posteriormente, en 1974, se celebró el simposio de Oberried, en el que se destacaron dos conclusiones principales; la primera, tras haber sido aceptada durante décadas, ha sido refutada, mientras que la segunda conserva su vigencia:
Se valoró la cronología absoluta que permitió a Lanting y Van der Waals «demostrar» la anterioridad del estilo neerlandés (variedad encordada) respecto al marítimo, con lo que se afianzaba la idea de un origen de esta cerámica en el curso inferior del Rhin y se desacreditaba la idea de reflujo de Sangmeister. (Ver: J. N. Lanting, y J. D. van der Waals: «Beaker culture relations in the Lower Rhine Basin», en Lanting et al. (eds.): Glockenbechersimposion Oberried. Bussum-Haarlem: Uniehoek, n. v., 1976.).
Se denunció el planteamiento tradicional de “una cerámica, un pueblo, una cultura”. En este sentido es mérito de Clarke la idea de que el vaso campaniforme fue una cerámica de lujo, la cual, junto a las conocidas armas de cobre, los brazales de arquero, las joyas de oro (muy raramente en plata) y los botones con perforación “en v”, formaban parte de un “paquete de objetos de prestigio” difundido por procedimientos comerciales. Así, no habría existido una sola cultura campaniforme ni un solo ritual funerario campaniforme, sino muchas culturas con sus tumbas particulares, en las que aparece esta cerámica cuyo uso quedó restringido al de unas élites.
Cuenco campaniforme, parte de un conjunto hallado en Ciempozuelos (Madrid, España) del Museo Arqueológico Nacional de España (en Madrid). Realizado en arcilla negra, pulimentado con una capa de barro fino, y decorado con motivos geométricos incisos rellenos de pasta blanca. Fechable en la Edad del Bronce inicial (entre el 1970 y el 1470 a. C.; encontrado en 1894 como parte de un ajuar funerario. Foto: Luis García. CC BY-SA 3.0.
Siguiendo esta tendencia, en 1980 Harrison propuso un origen múltiple de los distintos estilos campaniformes, situando el marítimo en la península, y adjudicando su uso en exclusiva a los líderes comunitarios de los territorios donde se han encontrado.
Un reciente repaso de todas las fuentes disponibles acerca del sur de Alemania concluyó que el vaso campaniforme fue contemporáneo de la cerámica cordada en esta área, pero que apareció de manera completamente independiente de esta última, en contra de lo que Lanting y Van der Waals sostenían. Tal conclusión se apoya además en la revisión de las fechas del radiocarbono mencionada más arriba, que demostró que el vaso campaniforme era contemporáneo del encordelado pero que había aparecido en otra región de Europa, en Iberia.
Por los restos arqueológicos encontrados en ajuares funerarios, se ha podido constatar la existencia de Lúnulas hechas muchas veces de oro, que debían ser objetos decorativos de mujeres de alto rango social o económico. Se tiene constancia de que debía de ser una moda o costumbre puesto que se han encontrado en gran número. Por ejemplo la de la foto de abajo es una lúnula de oro encontrada en Llanllyfni (Wales), datada sobre el 2400-2000_BC.
Bell-Beaker culture diffusion in Europe
Pethrus (talk) derivative work: Fulvio314 – This file was derived from: Diffusione cultura vaso campaniforme.svg: : Stuart Piggott: Ancient Europe (2007, ISBN 978-0-202-30939-2). CC BY-SA 3.0.
La relativa unidad del vaso campaniforme en Europa en el tránsito del III al II milenio a. C. podría explicarse en el seno del clima de interacción comercial creado por unas élites ávidas de bienes de prestigio, entre los que se encontraba el vaso campaniforme. Se interpretaría como representativo de una moda, una vajilla de lujo usada por las élites europeas en ceremonias sociales en las que se asociaba a la bebida, empleada también en pactos políticos, transmisión de conocimientos, alianzas matrimoniales, etc. Se sabe que sirvió para beber cerveza o hidromiel, según el análisis de los posos de la pieza escocesa de Ashgrove. Pero también fue usado en algunos casos como un recipiente de reducción para fundir minerales de cobre; otros conservan restos orgánicos asociados con comidas e, incluso, algunos fueron empleados como urnas funerarias.
Referencias Cultura Vaso Campaniforme
Richard John Harrison: «Ancient peoples and places» (pág. 97), en The beaker folk: Copper Age archaeology in Western Europe. Londres: Thames and Hudson, 1980.
J. Muller y S. van Willigen: «New radiocarbon evidence for European Bell Beakers and the consequences for the diffusion of the Bell Beaker Phenomenon» (págs. 59-75), en Franco Nicolis (ed.): Bell beakers today: pottery, people, culture, symbols in prehistoric Europe, 2001.
Richard Bradley: The prehistory of Britain and Ireland (pág. 144). Cambridge University Press, 2007, ISBN 0-521-84811-3.
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P. N. Peregrine y M. Ember: The encyclopedia of prehistory (pág. 24), 2001.
Delibes, Germán; Fernández-Miranda, Manuel (1993). Los orígenes de la civilización. El Calcolítico en el Viejo Mundo (primera edición). Madrid: Editorial Síntesis. pp. 150,189. ISBN 84-7738-181-X.
González Marcén, Paloma; Lull, Vicente; Risch, Robert (1992). Arqueología de Europa, 2250-1200 a. C. Una introducción a la Edad del Bronce (primera edición). Madrid: Editorial Síntesis. p. 60. ISBN 84-7738-128-3.
F. Jordá Cerdá et al.: Historia de España 1: Prehistoria, 1986. ISBN 84-249-1015-X.
Este yacimiento ha corrido la misma suerte que otros sevillanos, como el del Cerro Macareno y Valencina de la Concepción. Constituyen ejemplos modélicos de destrucción rápida de un yacimiento arqueológico. El Cerro Macareno y el poblado de La Algaba han sido demolidos casi totalmente para la explotación de gravas, con gran intensidad desde 1970. La Algaba ha proporcionado numerosos fragmentos campaniformes, cerámicas de comienzos del Bronce y otros del Bronce final. Por desgracia, lo que podía haber sido un yacimiento de extraordinaria importancia para la explicación de la Edad del Bronce sevillana, hoy es desnudo testigo, representado por unas cuantas cerámicas recogidas por nosotros de sus despojos.
Volker Heyd, Ludwig Husty y Ludwig Kreiner: «Bell Beaker settlements in South Germany and Central Europe», 2004
Volker Heyd: [www.bris.ac.uk/archanth/staff/heyd/Krakow1.pdf «The Eastern Border of the Bell Beaker-Phenomenon»,] 2004.
Volker Heyd: «Bell Beaker Culture in Southern Germany, State of research for a regional province along the Danube», 1998.
Zsuzsanna K. Zoffmann: «Anthropological sketch of the prehistoric population of the Carpathian Basin» Archivado el 8 de marzo de 2016 en Wayback Machine., en la revista Acta Biol Szeged 44 (1-4): págs. 75-79, 2000.
Universidad de Warwick, ed. (10 de agosto de 2021). «Bronze Age Britain. The Beaker Culture» (en inglés). Archivado desde el original el 11 de septiembre de 2021. Consultado el 24 de septiembre de 2021.
M. Almagro-Gorbea: «La lengua de los celtas y otros pueblos indoeuropeos de la península ibérica» (pág. 95), en M. Almagro-Gorbea, M. Mariné, y J. R. Álvarez-Sanchís (eds.): Celtas y vettones, pág. 115-121. Ávila: Diputación Provincial de Ávila, 2001.
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E. G. Doce: «Function and significance of Bell Beaker pottery according to data from residue analyses», artículo en la revista Trabajos de Prehistoria, vol. 63, n.º 1, pág. 69-84, enero-junio de 2006, ISBN 0082-5638.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Cultura del vaso campaniforme.
- UBPrehistoire.free.fr «La cultura campaniforme y Europa al final del neolítico», artículo en francés.
- Todos los artículos científicos en internet acerca del Campaniforme (en francés).
- El viril lujo ibérico que conquistó Europa – El mayor estudio de ADN antiguo hasta la fecha, realizado con 400 esqueletos prehistóricos, explica cómo una cultura originada en la península se exportó al resto del continente hace unos 4.500 años, ABC, 21 de febrero de 2012 (cita la publicación en Nature de un equipo de 144 investigadores, entre los que entrevista a Carles Lalueza-Fox -Instituto de Biología Evolutiva- y Barry Cunliffe -Oxford-). La misteriosa catástrofe prehistórica que acabó con el 90% de la población británica – Una nueva investigación de ‘Nature’ revela que Gran Bretaña experimentó un misterioso cambio en su población en solo unos pocos siglos después de la construcción de Stonehenge, El Confidencial, 22 de febrero de 2018 (datos del mismo estudio).
Bronce Antiguo en el resto de Europa
En estas etapas iniciales el bronce se usaba poco, predominando todavía la metalurgia del cobre. La agricultura y la ganadería seguían siendo las bases económicas principales. La producción se incrementó con el uso del carro y del arado, lo que aumentó los excedentes. Gran parte del comercio se desarrollaba en canoas que remontaban los cursos fluviales y las costas, relacionando las regiones del norte de Europa con las mediterráneas. Los asentamientos solían ser de dos tipos, según su localización geográfica:
En el este y el sur, eran hábitats situados estratégicamente, a veces con sistemas defensivos.
En el oeste, eran poblados muy pequeños y sin defensas, posiblemente estacionales.
Europa Central
El bronce fue introducido hacia el año (1800-1600 a. C.). Destacan dos grupos culturales: Unetice o Aunjetitz y Otomani.
Los grupos de Unetice abarcaban el área de la actual República Checa, Alemania centro-sur y oeste de Polonia. Basaban su economía en la cría de bueyes, caballos y cerdos, así como el cultivo de cereales. Explotaban minas de cobre, estaño y oro, y establecieron amplios contactos comerciales que abarcaron desde el Báltico hasta la Grecia micénica y las islas británicas. Vivían en aldeas situadas sobre colinas y rodeadas de empalizadas de madera. Practicaban la inhumación individual en fosas y cistas generalmente, pero también en tinajas o en túmulos.
Los grupos de Otomani se desarrollaron en los Balcanes, Hungría y Eslovaquia. Sus poblados presentan grandes fortificaciones y sus ajuares tienen una mayor proporción de armas que de útiles, lo cual les confiere un claro carácter guerrero. Parece que disponían de una gran movilidad, facilitada por el uso del caballo y el carro. El rito funerario era inicialmente de inhumación individual bajo túmulo.
Europa Atlántica
Ésta ha sido tradicionalmente una zona rica en minerales. En ella destacan las cronoculturas de Wessex y de los Cultura de los Túmulos armoricanos. (…)
Cultura de Wessex
La cultura de Wessex fue una cultura prehistórica localizada geográficamente en el sur de la isla de Gran Bretaña y que se desarrolló cronológicamente entre el 1800 y el 1300 a. C., durante el Bronce antiguo. Se denomina así porque su ámbito coincide en general con el antiguo reino de Wessex, los actuales condados de Wiltshire, Dorset, Hampshire y Berkshire.
- Eiroa García, Jorge Juan (2010). «Prehistoria del mundo». Barcelona (primera edición) (Sello Editorial SL). pp. 744-746. ISBN 978-84-937381-5-0.
- Renfrew, Colin; Bahn, Paul (1998). Arqueología. Teorías, métodos y práctica (segunda edición). Madrid, España: Ediciones Akal. pp. 186-187. ISBN 84-460-0234-5.
Capa de oro de Mold, Edad del Bronce, pieza expuesta en el Museo Británico de Londres. Foto: David Monniaux. CC BY-SA 3.0.
La capa de oro de Mold es un ornamento ceremonial de oro, perteneciente a la Edad de Bronce, siendo única en su clase, y que data del año 1900-1600 a. C..
La capa fue hallada en el monte Bryn yr Ellyllon (Colina de las Hadas o de los Duendes) situado en la localidad de Mold, ciudad del condado de Flintshire, Gales del Norte, a orillas del río Alyn, por trabajadores de una cantera en el año 1833. Se halló dentro de una especie de sepulcro de piedra, que en su interior contenía un esqueleto portando la capa dorada.
Ubicación del condado de Flintshire en la región de Gales del Norte.La capa era un ornamento utilizado en ceremonias, y podría haber pertenecido a algún autoridad religiosa.
Dado que su soporte se había podrido, la frágil capa se rompió durante su descubrimiento. Las piezas de dispersaron entre diversas personas. Aunque el Museo Británico adquirió las partes mayores en 1836, fragmentos más pequeños fueron apareciendo de manera irregular a lo largo de los años y se reunieron con las partes mayores.
Más tarde, un estudio detallado y su restauración pusieron de manifiesto la forma general de la capa, que en el pasado se malinterpretó como un ornamento caballar para el pecho del animal. También se puso en evidencia que un segundo objeto, más pequeño, en un estilo grabado parecido, estaba presente también en la tumba. La capa actualmente está montada sobre tela.
La capa es el número 6 de la lista de hallazgos arqueológicos británicos seleccionados por un grupo de expertos del Museo Británico para el documental televisivo de la BBC del año 2003 titulado Our Top Ten Treasures (Nuestros Diez Mejores Tesoros) presentado por Adam Hart-Davis. También apareció en la serie de BBC Radio 4 Una historia del mundo en cien objetos, como el objeto número 19 en febrero de 2010.
La capa fue expuesta en el Museo Nacional de Gales, Cardiff hasta el 4 de agosto de 2013, pero fue trasferido a Wrexham del 7 de agosto al 14 de septiembre de 2013.
- «The Mold Gold Cape». Archivado desde el original el 15 de julio de 2013.
- «Mold Gold Cape on display at Wrexham Museum».
Los orígenes de este grupo cultural hay que buscarlos en el Neolítico, cuando en esta misma región se construyeron grandes monumentos funerarios diferenciados en dos fases:
- Inicial, entre el 4000 y el 3000 a. C. con túmulos sepulcrales alargados de hasta 70 m de longitud, asociados por grupos a una serie de zanjas concéntricas de gran tamaño denominadas enclosures.
- Final, entre el 3000 y el 2000 a. C. aproximadamente, cuando fueron sustituidos estos últimos por los henges, círculos de piedras delimitados por un terraplén y una zanja exteriores, cuyos exponentes más famosos son Stonehenge y Avebury.
Ver: Megalitismo.
Durante el Bronce antiguo se han señalado dos periodos:
- Wessex antiguo, desde el 1800 al 1600 a. C.
- Wessex reciente, hasta el 1300 a. C.
Su seña de identidad más clara son las necrópolis formadas por grandes túmulos donde enterraban a las élites guerreras acompañadas de importantes ajuares formados por puñales y hachas de bronce, mazas de piedra pulimentada y adornos de ámbar y oro, como las lúnulas irlandesas. Hasta 1550 a. C. las tumbas son de inhumación y a partir de entonces aparecen también las de incineración. Los asentamientos son poco conocidos: debían consistir en granjas dispersas dedicadas al cultivo de cereales y a la ganadería mayor. Existían minas de estaño en Cornualles, metal que formaba parte de una floreciente red comercial que incluía Europa central, Irlanda y otras regiones atlánticas. Los posibles contactos con el Mediterráneo debieron ser indirectos, a través de los grupos centroeuropeos. Stonehenge adquirió durante esta fase buena parte de las principales características que han llegado hasta nosotros: una avenida de acceso y el doble círculo pétreo.
Los grupos de Wessex (2000-1400 a. C.) constituyeron la principal cultura arqueológica del centro y sur de Inglaterra, relacionándose ampliamente con otros del actual Benelux y con los de los Túmulos armoricanos, siendo prototípicos del grupo campaniforme del Rin medio. Wessex I (2000-1650 a. C.) está asociado a la construcción y uso de las últimas fases de Stonehenge, así como de multitud de henges más, considerados ya desde el Neolítico como elementos delimitadores de los territorios asociados a cada jefatura. Inicialmente inhumaban bajo túmulos a sus muertos, pero durante la fase II (1650-1400 a. C.) pasaron a incinerarlos, a menudo acompañándolos con ricos ajuares. Importaban ámbar del Báltico, oro de Bretaña y joyas de Alemania, así como espadas y abalorios de la Grecia micénica. Esta amplia red comercial, su capacidad para construir grandes monumentos y la riqueza de los ajuares funerarios nos indican la existencia de una jerarquizada y poderosa organización social.
Cultura de los túmulos armoricanos
La cultura de los túmulos armoricanos es una cultura prehistórica geográficamente delimitada a Bretaña y Normandía (Francia). Se desarrolló cronológicamente durante el Bronce antiguo y medio (1900-1350 a. C), en paralelo a la cultura de Wessex, de la cual algunos autores la consideran derivada. Pero otros, sobre todo franceses, valoran más el sustrato autóctono megalítico previo. Su característica principal son los túmulos funerarios de inhumación de hasta cuarenta metros de diámetro y cercanos al litoral que cubren cistas de piedra o mampostería. En muchos de ellos se enterraron a guerreros de alto rango social con valiosos ajuares consistentes en espadas, puñales, puntas de flecha, cerámica campaniforme y elementos de adorno en oro, plata y ámbar, entre los que destacan las lúnulas irlandesas. Hacia 1400 a. C los grandes túmulos costeros comenzaron a ser reemplazados por otros más pequeños y situados en el interior, que derivaron a su vez en tumbas sin apenas diferenciación social. Peor se conocen los asentamientos, que debían consistir en pequeñas aldeas formadas por cabañas rodeadas en ocasiones por una empalizada y dedicadas al cultivo de cereales y a la ganadería. Sus intercambios comerciales se extendieron por todo el litoral atlántico, desde la península ibérica hasta el mar Báltico.
El utillaje doméstico es de sílex y piedra pulimentada. Son característicos los vasos de Rillaton, de oro, con asa y forma globular. Están realizados con chapas de oro martilleadas y el asa está sujeta con una serie de roblones. Este objeto es una pieza de estatus alto y símbolo de una jefatura, en la que una aristocracia guerrera dominaba al resto de personas. Sus asentamientos se fueron desplazando desde la costa hacia el interior.
Eiroa García, Jorge Juan (2010). «Prehistoria del mundo». Barcelona (primera edición) (Sello Editorial SL). pp. 742-743. ISBN 978-84-937381-5-0.
Puñal de bronce. José-Manuel Benito Álvarez —> Locutus Borg – Trabajo propio. Dominio Público.
La cultura de los túmulos armoricanos, muy ligada a la anterior de Wessex, se desarrolló en la Bretaña, Francia. Sus asentamientos se situaban a cierta distancia de la costa. El utillaje doméstico era, básicamente, de sílex y piedra pulimentada. Las sepulturas eran individuales, de inhumación y aisladas entre sí, siendo la mayoría bastante sencillas, aunque se han encontrado una minoría con ajuares muy ricos.
Bronce Medio o Pleno
Comenzó a predominar el bronce sobre el cobre, aumentando la elaboración de adornos, armas y utensilios. Este metal se relacionaba ya con actividades cotidianas.
Egeo
Durante el Bronce Medio la civilización minoica vivió un desarrollo espectacular, su momento de máximo esplendor. Este periodo es denominado en Creta Minoico medio, Neopalacial o de los segundos palacios (1700-1400 a. C.). Se creó una verdadera talasocracia, intensificándose los contactos comerciales y los intercambios por todo el Egeo, Próximo Oriente y Egipto, donde se fundaron colonias como la de Acrotiri (Santorini). A la primitiva escritura pictográfica de influencia egipcia le sustituyó otra denominada Lineal A, de carácter no indoeuropeo y también sin descifrar. Hacia 1450 a. C. los asentamientos cretenses resultaron destruidos y abandonados; cuando volvieron a ser ocupados lo fueron con características micénicas.
Ver: Civilizaciones en el mar Egeo, entre el cuarto y el tercer milenio, el alba de las culturas clásicas. (la civilización cicládica, la civilización minoica o cretense y la civilización micénica) y la posterior denominada Edad Oscura (en la que llegan al espacio griego los pueblos helénicos —aqueos, dorios, jonios, eolios—).
La talasocracia (del griego clásico: θάλασσα, romanizado: Thalassa; griego ático: θάλαττα, romanizado como Thalatta, trad. ‘Mar’, y del griego κρατεῖν, romanizado como kratein, lit. ‘poder’; dando griego koiné: θαλασσοκρατία, romanizado: thalassokratia, lit. «poder marítimo») es un concepto geoestratégico que señala al Estado cuyos dominios son principalmente marítimos. El término fue empleado para referirse a civilizaciones como la civilización minoica sobre las costas del mar Egeo, gracias a la magnitud de su flota de pequeñas embarcaciones comerciales que también se usaban para transportar guerreros.
Siguiente ejemplo histórico en la llamada Edad Antigua europea fue la red de colonias de los fenicios, no un típico imperio, sino un conjunto de ciudades unidas por rutas marítimas que apenas penetraba en el interior, incluso en el caso de las metrópolis (las ciudades de Tiro, Sidón y Biblos y la colonia norteafricana Cartago, establecida como metrópolis púnica dominante tras la pérdida de independencia de aquellas). También puede denominarse talasocracia al denominado imperio ateniense del siglo V a. C.. La importancia del control del mar Mediterráneo para el Imperio romano era decisiva (como testimonia su denominación de Mare Nostrum), pero esencialmente era un imperio de base territorial. Sin embargo el desafío implicado por el gran desarrollo de Cartago y su preeminencia naval (primera vez que podemos hablar propiamente de «naves de guerra») obligó a Roma a hacerse de una marina cuando los cartagineses los desafiaron en la península ibérica y luego en la propia Italia.
Bronce Medio o Pleno en la península Ibérica
Durante el Bronce Medio o Argar B los enterramientos siguieron efectuándose dentro de las casas, pero depositando los cadáveres dentro de pithoi. Los ajuares denotan una mayor jerarquización que en la etapa anterior, habiéndose llegado a establecer hasta cinco clases sociales. Se ha comprobado la generalización de la herencia y una mayor esperanza de vida para las clases sociales superiores.
A partir del 1650 a. C. se ha constatado una desestabilización de la sociedad argárica en la cual confluyeron factores como el agotamiento de los campos y bosques, la modificación de los sistemas productivos y posibles conflictos internos. Todo ello condujo a una decadencia irreversible y el abandono de los poblados hacia 1500 a. C.
También los yacimientos ligados al Bronce Manchego tienden a desaparecer a partir del 1500 a. C. Se ha supuesto que los grupos meseteños de Cogotas tuvieron algo que ver, ya que se ha encontrado cerámica de ellos en las fases finales, pero es posible que también se produjera un deterioro climático.
Vaso trípode argárico, hallado en el yacimiento de El Oficio, en Cuevas del Almanzora, Almería. Luis García. CC BY-SA 3.0. En el Museo Arqueológico Nacional de España.
Cultura argárica
Ver entrada. Edad de bronce en la península Ibérica.
La cultura argárica es una cultura que se expresó y manifestó en poblados del sudeste de la península ibérica en el Bronce Antiguo, floreciendo entre c. 2200 y 1550 a. C. Formó una de las sociedades de mayor relevancia en la Europa del III y II milenios a. C. y creó la primera sociedad urbana y estatal del Mediterráneo occidental.
Es una de las culturas antiguas mejor estudiadas gracias al excelente estado de conservación de sus restos arqueológicos. Este complejo cronocultural es considerado indicativo de los procesos de jerarquización sociales que se extendieron por Andalucía Oriental y el Levante español. Debe su nombre al yacimiento epónimo de El Argar, en el municipio de Antas, Almería.
Esta cultura arqueológica fue descubierta y definida a finales del siglo XIX por los hermanos Siret. Se caracteriza por la existencia de poblados situados en áreas de difícil acceso o fortificados, casas de planta cuadrada construidas con piedra y adobe, enterramientos en cistas, tinajas o covachas bajo el suelo de las propias viviendas, una clara uniformidad material, la abundancia de armamento militar y una progresiva estratificación social. Se extiende por el sudeste peninsular, ocupando las provincias de Granada, Almería y Murcia, así como parte de Jaén y Alicante.
Su pervivencia fue de unos 800-900 años, entre mediados del III y mediados del II milenio a. C., distinguiéndose al menos dos fases, durante las cuales se produjo una continua jerarquización social interna y una expansión externa sobre las regiones colindantes. Hacia 1500 a. C., la sociedad argárica desapareció bruscamente.
Mapa Cultura El Argar. ©ASOME, UAB – Knipper C, Rihuete-Herrada C, Voltas J, Held P, Lull V, Micó R, et al. (2020), Reconstructing Bronze Age diets and farming strategies at the early Bronze Age sites of La Bastida and Gatas (southeast Iberia) using stable isotope analysis. CC BY 4.0.
Las Cogotas
Las Cogotas es el nombre que recibe un yacimiento arqueológico situado en el término municipal de Cardeñosa en la provincia de Ávila (España). Situado en un cerro y fortificado, deparó una secuencia estratigráfica que fue dividida en dos grandes periodos con un hiato entre ambos, uno propio del Bronce Final (Cogotas I) y otro del comienzo de la segunda Edad del Hierro (Cogotas II). La investigación de Las Cogotas permitió conocer mejor los modos de vida peninsulares previos a la invasión romana.
Fue excavado por Juan Cabré en los años 1920 y es la principal referencia de los vetones, un pueblo de cultura celta que habitó una extensa zona que abarcaba las actuales provincias de Ávila y Salamanca y parte de Toledo, Zamora, Cáceres y los Trás-os-Montes de Portugal durante la Edad del Hierro.
Castro de Las Cogotas. David Perez – Trabajo propio. CC BY 3.0.
Fases: Cogotas I
Se distinguen las siguientes fases en su formación y desarrollo:
- Fase 1: Proto-Cogotas I (2000 – 1700 a. C.). Incursión por el Alto Ebro. Llamativamente, los primeros elementos del «complejo» Cogotas I no hacen su primera aparición en la que se considera su cuna de origen (Meseta Norte), sino en las proximidades del alto Ebro (El Portalón de Atapuerca 2034 a. C.) y poco tiempo después se hallan en el Ebro medio, llegando en poco más de un siglo hasta el bajo valle del Duero. Esto se debe a que las nuevas formas cerámicas en el repertorio de la alfarería, entonces tradicional de esas áreas geográficas, son consecuencia de una primera llegada de «elementos» europeos en busca de territorios en los que asentarse que, lógicamente, hacen su primera aparición a través de los pasos pirenaicos.
- Fase 2: Cogotas I inicial (1700 – 1550 a. C.). Asentamiento en la Meseta Norte. En esta fase los mayores y mejores yacimientos adscritos a ese horizonte se localizan ahora en los valles del Duero, Tajo y alto Ebro (Los Tolmos, Arevalillo, La Plaza, El Cogote, La Corvera, La Venta). Se caracteriza por: 1) cerámica incisa con decoración impresa de espigas, zig-zag y guirnaldas de semicírculos de boquique, y 2) por su extensión por los valles del Duero (Los Tolmos, Arevalillo, La Plaza, Castelho Velho), Tajo (Perales del Río). Es esta distribución la que parece confirmar su origen en la Meseta Norte y su posterior expansión hacia las regiones periféricas.
- Fase 3: Cogotas I medio (1550 – 1350 a. C.). Expansión por la Meseta y valles del Sur. Se produce un enriquecimiento del repertorio decorativo con aparición de cerámica excisa, nuevo modelo decorativo que responde a una segunda llegada de elementos europeos incorporados al complejo cultural. Es esta la causa de que, de nuevo, la cerámica excisa aparezca en el valle del Ebro antes que en La Meseta (1550 a. C. en Moncín, 1466 a. C. en Los Tolmos). En esta fase se produce también la aparición de las cerámicas tipo Cogotas-I fuera de la Submeseta Norte y por tanto de su área de origen, con presencia a partir del 1550 a. C. en el sudeste (Gatas en Almería, Cuesta del Negro en Granada) y del 1350 a. C. en el valle medio del Guadalquivir (Llanete de los Moros).
- Fase 4: Cogotas I final (1350 – 1000 a. C.). Extinción y transición al Hierro. La fase final se caracteriza por la decoración basada en la incrustación de pasta roja y amarilla en las decoraciones incisas-impresas, que puede considerarse característica del estilo final de Cogotas I, que ya solo pervive en su área de origen (valles del Duero, Tajo y alto Ebro).
Cogotas II
Artículo principal: VetonesEs un yacimiento de la Segunda Edad del Hierro de la provincia de Ávila. Está ubicado en la zona norte del Valle de Amblés.
- Toros de Guisando
- Cultura del vaso campaniforme, con fotografías de la cerámica citada en el artículo.
- Verraco de las Cogotas
Cerámica de Boquique o de punto y raya, se denomina al conjunto de obras de alfarería prehistórica halladas en la península ibérica, las Islas Baleares y algunos yacimientos de Europa Central. El dibujo superficial de «punto y raya» que caracteriza a esta técnica decorativa alfarera doble o mixta, se conseguía punteando con un punzón o algún tipo de sierra dentada, trazos pequeños y sucesivos a lo largo de una línea incisa continua, «dando el aspecto de un cosido».
La cerámica de Boquique se asocia en especial a la producida por la cultura de Cogotas I, que da nombre al conjunto de comunidades asentadas en la meseta durante el Bronce Final. No obstante, como han estudiado Bosch Gimpera, García Faria, María Dolores Fernández-Posse y Caro Bellido, se encuentra en etapas muy dispares desde el Neolítico, pasando por la Edad de Bronce hasta alcanzar la Edad de Hierro. Esta cerámica suele caracterizar de hecho los primeros yacimientos neolíticos de la zona centro-occidental de la península ibérica, tanto en el Alentejo como en Extremadura.
Debe su nombre al lugar en que se encontraron los primeros restos arqueológicos, en la llamada Cueva de Boquique, a 2 km al noroeste de la ciudad de Plasencia. Los primeros hallazgos los publicó en 1873, Vicente Paredes Guillén en su obra Historia de los tramontanos celtíberos, si bien la cerámica de dicha cueva no se popularizaría hasta 1915 gracias a una publicación de Pere Bosch i Gimpera.
- Caro Bellido, Antonio (2008). Diccionario de términos cerámicos y de alfarería. Cádiz: Agrija Ediciones. p. 53. ISBN 84-96191-07-9.
- Bosch Gimpera, Pedro (1920). «Cerámica incisa…«Anuari del Instituí d’Estudis Catalans», 1915-1920». bibliotecadigital.jcyl.es (en español). Consultado el 3 de diciembre de 2018.
- Waldren, William H. «Evidence of IberianBronze Age Boquique potteryin the Balearic Islands» (en inglés). Balearic Prehistoric Archaeology. Archivado desde el original el 20 de mayo de 2010. Consultado el 20 de mayo de 2010.
- López Monteagudo, G. «Consideraciones sobre la ceramica de Boquique» (pdf). Instituto Español de Arqueología. Digital.CSIC. Archivado desde el original el 20 de mayo de 2010. Consultado el 20 de mayo de 2010.
- «Neolítico y cerámica boquique (I)». Blog «Neolítico de la Península Ibérica. Iberian Neolithic». 28 de abril de 2010. Archivado desde el original el 20 de mayo de 2010. Consultado el 20 de mayo de 2010.
- «Neolítico y cerámica boquique (II)». Blog «Neolítico de la Península Ibérica. Iberian Neolithic». 2 de mayo de 2010. Archivado desde el original el 20 de mayo de 2010. Consultado el 20 de mayo de 2010.
- Jorge, Susana Oliveira. «A estação arqueológica do Tapado da Caldeira» (pdf) (en portugués). Biblioteca Digital de Universidade do Porto. p. 37. Archivado desde el original el 20 de mayo de 2010. Consultado el 20 de mayo de 2010.
- ler.letras.up.pt (en portugués) — Parte de artículo acerca del yacentimiento arqueológico de Tapado da Caldeira, en Serra da Aboboreira, Baião, distrito de Oporto, en la Biblioteca Digital de Universidade do Porto.
- Alday Ruiz, A. (2009). Reflejos del neolítico ibérico. La cerámica boquique: caracteres, cronología y contexto. Editorial: Edar. p. 179. ISBN 9788890448911. Ligaciones web sobre el libro:
- edicionesarqueologicas.com (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
- www.madimalib.com
- Maya, José Luis; Angels Petit, M. (1986). «El grupo del nordeste. Un nuevo conjunto de cerámicas con Boquique en la Peninsula Ibérica» (pdf). Anales de Prehistoria y Arqueología. Secretariado de publicaciones de la Universidad de Murcia. Consultado el 20 de mayo de 2010.
- Chaves Tristán, Francisca; Bandera Romero, María Luisa de la. «La cerámica de «Boquique» aparecida en el yacimiento de Montemolin (Marchena, Sevilla)» (pdf). Dialnet. Universidad de La Rioja. Consultado el 20 de mayo de 2010.
Vasija de la Cueva de Boquique en Plasencia, representativa de cerámica de Cogotas, con decoración rellena de pasta blanca procedente de la inhumación de San Román de Hornija, provincia de Valladolid (Bronce final, Cultura de Cogotas-I, 1100-800 a. C.). José-Manuel Benito Álvarez. CC BY-SA 2.5.
Bronce Medio o Pleno
Cultura de los túmulos
El bronce medio pleno abarca en esta región entre 1600-1200 a. C. y se identifica con la cultura de los Túmulos, caracterizada por los enterramientos individuales bajo túmulos.
La cultura de los túmulos fue una cultura arqueológica que se desarrolló en Europa central durante el Bronce Medio, entre 1600 a. C. y 1200 a. C. Este complejo cultural se extendió por las áreas que ocupó anteriormente la cultura de Unetice: República Checa, centro y sur de Alemania y oeste de Polonia.
Se denomina así por la presencia mayoritaria de sepulturas de inhumación (o incineración) individuales bajo túmulos. Esta práctica y el abandono de las necrópolis del período anterior han sido considerados siempre como elementos de ruptura, pero últimamente se ha comprobado que las estructuras tumulares ya aparecían en la época de Unetice. La mayoría de los túmulos se localizan lejos de las tierras más fértiles, en áreas de montaña y boscosas, lo que ha llevado a identificar a sus constructores como unas comunidades ganaderas. Pero recientemente se han descubierto en Baviera, Breisgau o Bohemia restos de asentamientos en llano, tanto de poblados grandes como de viviendas aisladas, identificados gracias a fosas o silos, ya que las construcciones no se han conservado. Se han hallado cerámicas decoradas, recipientes de almacenamiento y unos pocos objetos de bronce.
Los túmulos tenían planta redonda u ovalada, y estaban rodeados exteriormente por un círculo de piedras. El rito predominante inicialmente fue el de la inhumación (excepto en Bohemia), pero la cremación fue en auge hasta dominar el panorama funerario a partir del 1300 a. C. Se ha constatado una clara diferenciación por sexos en los ajuares, que son bastante homogéneos: mientras que los masculinos se componen de puñales, hachas, algún adorno de metal (como agujas y broches), a veces espadas y siempre vasos cerámicos, los femeninos carecen de armas e incorporan adornos y complementos también en bronce (agujas, brazaletes, colgantes, etc.). Los túmulos aparecen a veces aislados y otras formando extensas necrópolis de hasta 500 estructuras (Dysina en Bohemia o el bosque de Haguenau en Alsacia, siendo especialmente rico en objetos de bronce este último). Estas necrópolis están separadas por amplias áreas sin restos de ningún tipo, lo que se ha interpretado como posibles fronteras entre grupos.
Es frecuente el depósito de restos óseos de animales en los enterramientos, al igual que la existencia de enterramientos dobles. La producción de elementos de bronce se realizaba con moldes de piedra, lo cual permitió la proliferación de los adornos en metal.
Los lugares de habitación situados en zonas altas no son muy grandes y solían contar con defensas naturales, aunque a veces estaban rodeados de murallas de madera y tierra, con uno o más fosos. Las viviendas eran de planta rectangular o trapezoidal, construidas con madera y materiales perecederos, lo cual sugiere una cierta movilidad.
Hacia el 1300 a. C. comenzó a diluirse la homogeneidad de los grupos de los túmulos en Centroeuropa, siendo abandonados los poblados de altura para concentrarse en lugares aislados y bien defendidos. En Bohemia, Moravia y Silesia el cambio fue menos radical, compartiendo el territorio poblados que ya existían de antes con núcleos fortificados de nueva construcción. Así, empezaba a producirse una lenta transición que desembocó en la aparición de los primeros campos de urnas.
Túmulo en medio de un bosque situado al sudeste de Grafrath (Baviera, Alemania); datado entre 1600-300 a. C. Mdgrafrath – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
La cultura de los campos de urnas es un extenso horizonte arqueológico que se difundió durante el final de la Edad del Bronce y el principio de la Edad del Hierro por buena parte de Europa, llegando en su momento de apogeo a abarcar desde el Danubio y el Báltico hasta el mar del Norte y el nordeste de la península ibérica. Se caracterizó por un nuevo rito funerario: la incineración del cadáver y la deposición de sus cenizas en urnas de cerámica, las cuales se enterraban en un hoyo practicado en la tierra, formando extensas necrópolis. Al principio se levantaban pequeños túmulos sobre las fosas, luego quizás alguna estela o nada que las indicara. La expansión de este modelo se produjo entre los siglos XIII y VIII a. C.
Continuamos con Europa central, la cultura de los Túmulos, horizonte arqueológico predecesor o anterior de los grupos de Unetice.
El bronce medio abarca en esta región entre 1600-1200 a. C. y se identifica con la cultura de los Túmulos, caracterizada por los enterramientos individuales bajo túmulos. Estos solían ser casi siempre de inhumación, aunque también hay constatadas incineraciones, y denotan un alto grado de estratificación social. Esta costumbre funeraria se extendió desde el Rin hasta los Cárpatos occidentales y desde los Alpes al mar Báltico, ocupando aproximadamente el área de los anteriores grupos de Unetice, de los cuales son herederos. Los asentamientos excavados son poco abundantes, ya que estaban construidos con madera y materiales perecederos, por lo que no se ha conservado casi nada. No eran muy grandes y estaban situados tanto en zonas altas con defensas naturales como en el llano. A veces, los primeros se encuentran rodeados de murallas de madera y tierra, con uno o más fosos, siendo sus viviendas de planta rectangular o trapezoidal. Los túmulos tenían planta redonda u ovalada, y estaban rodeados exteriormente por un círculo de piedras. Los ajuares estaban claramente diferenciados por sexos, siendo de armas para los hombres y con adornos para las mujeres, casi siempre en bronce. Es frecuente encontrar depósitos de restos óseos animales en los enterramientos, al igual que la existencia de enterramientos dobles.
Armas típicas del Bronce Medio de la Cultura de los Túmulos:
• Espada de lengüeta
• Punta de lanza tubular
• Hacha de talón.C. Schuchhardt – Schuchhardt, C. (1926): «Die Anfange der Leichenverbrennung» Sitzungsberichte der Preussischen Akademie der Wissenschaften 26, Berlin. Dominio Público.
Europa nórdica
La explotación del ámbar permitió conseguir, a través de las redes comerciales que existían desde el Neolítico el cobre y el estaño necesarios. Existen algunos talleres locales de fundición y recibieron influencias funerarias de los grupos de los Túmulos: las sepulturas son tumulares, agrupadas en necrópolis y situadas a veces a lo largo de vías naturales de comunicación. Los ajuares funerarios son ricos y en ellos prevalecen claramente las armas.
Mediterráneo central. Península Itálica.
Se pueden destacar, en la península itálica, la cultura de las Terramaras y la Apenínica.
La primera se desarrolló en el norte de la actual Italia entre 1500-1100 a. C. Su denominación proviene del hecho de que construían sus cabañas sobre pilotes levantados en la tierra firme. Fueron pastores y agricultores con una pequeña metalurgia local. La cerámica es de color negro, decorada. Sus muertos eran enterrados en recintos comunales.
La cultura de las Terramaras es una cultura prehistórica que se sitúa geográficamente en la llanura del río Po, en Emilia-Romaña, al norte de la península itálica. Fue el fenómeno más característico de la península itálica en el panorama arqueológica de la Edad del Bronce.
Terramara es un sistema de construcción sobre pilotes que se levanta sobre tierra firme, de forma similar a los palafitos que se levantan sobre el agua (lagos). En estas plataformas se asentaban las cabañas de tribus agrícolas.
Se trata del primer caso seguro de incineración en Italia.
Toma su nombre de los residuos de tierra negra de los montículos de asentamiento. Terramara viene de tierra-marga, siendo la marga un depósito lacustre muy fértil. Puede ser de cualquier color, pero en tierras agrícolas es típicamente negra.
Es un tipo de asentamiento propio de las regiones de Lombardía y Emilia, situado en un terreno especialmente fértil, lo que es precisamente el motivo de que reciba ese nombre de parte de los campesinos de la región, producido por el detritus que, en efecto, dejaron sus habitantes como consecuencia de la peculiar forma de habitación, elevada para evitar el contacto con terrenos pantanosos y seguramente como consecuencia de la extensión a nuevos territorios secos de las edificaciones conocidas como palafitos, propias de las zonas lacustres de los Alpes.
La disposición de los poblados destaca por su organización, que supone una cierta estructuración de la colectividad, al parecer igualitaria.
Cronológicamente se ubica en la Edad del Bronce, entre los años 1700-1100 a. C.
Aun así, la cronología y muchos otros aspectos de los restos arqueológicos permanecen sujetos a constantes revisiones. De todos modos puede decirse que el espectro cronológico abarcado es muy amplio, que los restos de Terramara pueden estar situados entre principios del segundo milenio a. C. y la época en torno al año 700 a. C., aproximadamente, cuando se vuelve a estructurar el mapa de la península itálica, en la segunda Edad del Hierro.
Su identificación mecánica con una etapa del desarrollo de cierto pueblo luego trasladado al Tíber queda, por tanto, descartada, pero no, lógicamente, que haya desempeñado un papel en un momento preciso de la indoeuropeización de Italia, coincidente tal vez con la etapa de difusión de los rasgos lingüísticos propios de los pueblos que llegaron a establecerse en el Lacio.
Su importancia historiográfica estriba en que, durante el siglo XIX a. C. se le atribuyó el carácter de precedente de la ciudad romana y en que, por tanto, se vio en sus habitantes a los primeros representantes de la etnia latina que llegaría posteriormente a fundar la urbe del Tíber.
- Menotti, Francesco (2004). Living on the lake in prehistoric Europe: 150 years of lake-dwelling research (illustrated edición). Routledge. pp. 84–85. ISBN 9780415317191.
- Plácido Suárez, Domingo; Alvar Ezquerra, Jaime; González Wagner, Carlos (1991). «Roma y la península itálica». La formación de los estados en el Mediterráneo occidental. Vallehermoso: Síntesis. p. 10 y 11. ISBN 8477381046.
- Pearce, Mark (1 de diciembre de 1998). «New research on the terramare of northern Italy». Antiquity.
- VV. AA. «Terramare culture» [Cultura de las Terramaras]. https://www.britannica.com/ (en inglés). Gran Bretaña. Consultado el 11 de mayo de 2017.
- Mapa de la cultura de las Terramaras.
Cerámica de la cultura Terramara. Museo Archeologico G. Rambotti. CC BY-SA 3.0.
La segunda, la llamada cultura Apenítica, es sucesora de la de Terramara y se sitúa geográficamente en el centro, entre 1350-1150 a. C. Su economía estaba basada en la agricultura y una ganadería trashumante. La cerámica está grabada con motivos geométricos, excisos. Tenía algunos contactos con el Egeo.
La gente de la cultura apenínica se dedicaba al pastoreo alpino, llevando a su ganado a los prados y bosques de montaña de las montañas centrales de Italia. Vivían en pequeñas aldeas, situadas en lugares defendibles. Durante el verano, montaban campamentos temporales, o vivían en cuevas y abrigos rocosos, cerca de los pastos.1 Su entorno no se limitaba necesariamente a la montaña; su cerámica se ha encontrado en la Colina Capitolina de Roma e islas como Lipari e Isquia.
La cerámica está bruñida, incisa con espirales, meandros, y zonas geométricas, llenas de puntos y guiones transversales. En Isquia se ha encontrado una asociación con los períodos heládicos LHII y LHIII, y en Lipari, con LHIIIA, que se remontan a la Edad del Bronce tardía, como la definida en Grecia y en el Egeo.
Posteriormente a ésta, hay que situar la cultura de Villanova, ya en época del hierro, en el norte de Italia, región que fue enseguida sede de la cultura Etrusca. El nombre procede del yacimiento tipo Villanova di Castenaso (cerca de Bolonia).
Europa Atlántica
Los ajuares son más pobres que en épocas precedentes. En Francia la producción metalúrgica fue de poca entidad, destacando la fabricación de hachas. Las islas británicas mantuvieron una relación intensa con el continente; en ellas el rito funerario era de incineración en urnas con escasos metales en los ajuares.
Bronce Final, Reciente o Tardío
El Bronce final se desarrolló, aproximadamente, entre el 1300 y el 800-700 a. C., caracterizándose por dos hechos fundamentales:
Primeros contactos directos entre sociedades plenamente históricas y comunidades prehistóricas del mediterráneo occidental.
Cambio en el comportamiento funerario con la incineración de los cadáveres y su deposición en enormes necrópolis conocidas como campos de urnas. Este hábito se extendió desde Centroeuropa hacia el resto del continente y fue más allá del periodo que nos ocupa, continuando durante la I Edad del Hierro (Hallstatt C). (21). Las grandes diferencias sociales que se detectaban en los ajuares del periodo anterior desaparecen dando paso a unas ofrendas más normalizadas y homogéneas.
El cataclismo producido por la llegada de los pueblos del mar tuvo como consecuencia, a finales del Bronce Reciente, que el Mediterráneo oriental experimentara cambios que afectaron a los Imperios, Estados, reinos y ciudades desde el Mediterráneo central hasta la Alta Mesopotamia, al mismo tiempo que aparecían pueblos como los Filisteos, Arameos, el asentamiento de Israel, los reinos de Moab y Edom, etc., que tendrán un mayor protagonismo en los siglos posteriores.
Las islas del mar Egeo
El Bronce final correspondería con el auge de la civilización micénica en la Grecia continental (Heládico reciente) y en todo el Egeo, llegando a controlar la isla de Creta a partir del 1400 a. C. (Minoico postpalacial ver civilización Minoica).
Los micénicos, de raíces indoeuropeas y considerados como protogriegos, eran de carácter belicoso y habitaban en ciudadelas fortificadas sobre colinas, en cuya parte superior existía un palacio, el megaron, que funcionaba como centro administrativo y redistribuidor de los excedentes agrarios (Micenas, Atenas, Tirinto, etc.). Tenían una economía agropecuaria basada en los cereales y los ovicaprinos. Escribían en tablillas de arcilla en un idioma denominado Lineal B, ya descifrado e identificado como un griego arcaico. Las élites guerreras se hacían enterrar en tumbas individuales distribuidas en el interior de círculos funerarios inicialmente y después en espectaculares tholoi, con ricos ajuares. (23).
Espadas de bronce micénicas (1300-1100 a. C.). Claire H. – originally posted to Flickr as Bronze Dagger (item labeled 5). CC BY-SA 2.0.
En algunos asentamientos ocupados por los grupos argáricos se ha constatado la continuidad poblacional entre el 1300 y el 1000 a. C., aunque las estructuras constructivas son menos sólidas que anteriormente y más heterogéneas, desapareciendo cualquier tipo de defensas. (24).
Tras el declive de los grupos del Argar y Las Motillas en la etapa anterior, durante el Bronce Tardío destacó en la Meseta la cultura de Las Cogotas, sociedad fundamentalmente ganadera (bóvidos y ovicápridos) y con una cerámica decorada con boquique y escisiones, cuyo uso fue extendiéndose paulatinamente a la periferia mesetaria. Aunque los asentamientos no son bien conocidos, denotan una clara continuidad desde finales del Neolítico, estando situados cerca de los ríos, en sus cuencas medias y bajas. Se supone que debían estar formados por cabañas hechas con materiales perecederos, que dejan pocas huellas arqueológicas, y albergarían unas pocas decenas de individuos. Los enterramientos se efectuaban en fosas o silos localizados en el mismo poblado y eran individuales, dobles o triples, con ajuares que incluían ofrendas animales.
Bronce final o tardío en Europa Central
A partir del siglo XIII a. C. comenzó a extenderse la costumbre funeraria de la incineración, con el consecuente depósito de las cenizas en unas características urnas de cerámica, que se enterraban en hoyos practicados en la tierra, formando extensas necrópolis. Estos rasgos fueron típicos de los grupos de los campos de urnas, que llegaron a difundirse desde el Danubio y el Báltico, por oriente, hasta el mar del Norte y el nordeste de la península ibérica en occidente. Pero estos grupos no formaron ningún ente cultural homogéneo, sino que simplemente asimilaron una moda, manteniendo en muchos casos sus estrategias económicas y sociales anteriores. (26).
En su área central de distribución solían vivir en poblados con defensas artificiales o naturales; en ocasiones ambas. Las casas se realizaban mayoritariamente en madera y barro, con forma rectangular y trapezoidal. Lo común era el rito de incineración, aunque hubo también otras variantes:
- Hoyo excavado en la tierra, en el que se deposita la urna
- Sin urna, directamente en el hoyo
- Urnas cubiertas por círculos de piedras, cistas, etc.
- Túmulos planos rodeando la fosa
- Fosas grandes
La deposición y orientación de los cuerpos inhumados es también muy variada. Los ajuares eran muy sobrios y homogéneos en comparación con las épocas anteriores y posteriores, consistiendo en cerámicas o metales, que, como mucho, alcanzaban las seis unidades. A veces, una o varias urnas estaban delimitadas por fosos, creando unos recintos de planta circular o cuadrangular que se suponen rituales. (27).
Se han encontrado en abundancia molinos de piedra, azuelas de bronce y hoces, así como algunos graneros. Se detecta una clara proliferación de oficios y cierta especialización artesanal. Con respecto al comercio, se intensificaron las relaciones comerciales y mejoraron los transportes, con el uso del carro y del caballo como animal de tiro. Se comerciaba con la sal y se inició la producción de vidrio. La cerámica y la orfebrería experimentaron un gran auge, multiplicándose también los centros metalúrgicos.
Objetos de la Edad del Bronce y del Hierro procedentes de Rumanía.
Work of Romanian goverment – http://domino.kappa.ro/guvern/diverse.nsf/toate/ist_ilustrata/$file/4.jpg. Dominio Público.
Europa nórdica
Esta región se la ha identificado con los grupos de Montelius, continuadores de las tendencias anteriores. Los poblados se ubicaban a veces en zonas de fácil defensa, estando formados por casas de barro o de madera, con planta oval o rectangular. Los enterramientos se agrupaban en grandes necrópolis, generalizándose el rito de incineración. Se han encontrado vasos y otros objetos de oro.
Europa Atlántica
Aunque se acentuó la influencia de los campos de urnas, sobre todo en las armas, también se han detectado diferencias regionales, así como ciertas influencias fenicias. La economía era agrícola y los caballos tenían una doble función: como elementos de prestigio y como animales de tiro.
Mediterráneo Central
En el sur de la península itálica se dio un importante comercio con Grecia y con el norte de la propia península. Hay necrópolis de incineración, con cremaciones individuales. Los asentamientos solían situarse en lugares elevados que se fortificaban mediante murallas. La cerámica estaba hecha a mano.
Crisis del Bronce Final
Hacia el 1200 a. C. la sociedad micénica colapsó, siendo abandonadas (tras incendios) la mayoría de las ciudadelas y desapareciendo completamente la escritura (el Lineal B). Hay signos de una desestabilización generalizada en todo el Mediterráneo oriental, que aparece registrada en los documentos escritos de las culturas históricas de la época. El Imperio hitita se derrumbó bruscamente alrededor del 1180 a. C., siendo destruida completamente su capital, Hattusa. La antaño floreciente Ugarit fue abandonada y hay constancia de ataques armados en la costa fenicia, en Israel (por parte de los filisteos) y en Egipto, donde fueron rechazados los denominados pueblos del mar. (23).
Mientras, la guerra de Babilonia contra Asiria y Elam provocó la disolución de la dinastía casita en 1154 a. C.; unas décadas después, Elam volvió a desaparecer de la historia tras el saqueo de Susa, su capital. Hacia 1050 a. C., Asiria también se sumió en el silencio durante más de un siglo. Los escasos testimonios finales hablan de interminables escaramuzas fronterizas mientras los reyes intentaban contener las migraciones masivas de arameos y mosji.
Los sucesos son conocidos solo a partir de un puñado de fuentes, como las Cartas de Ugarit y los relatos egipcios sobre los «pueblos del mar». Pasado el año 1050 a. C., desaparecen los escritos, y todo el período de 1050 al 934 a. C. es considerado como una época oscura. Pero tal colapso habría que redefinirlo, ya que una época oscura es básicamente un período de tiempo durante el cual la élite social deja de producir monumentos y documentos escritos.
Edad del Bronce en Asia del sur y oriental
En el subcontinente indio los objetos de bronce aparecieron con la eclosión de la cultura del valle del Indo, durante la cual los habitantes de Harappa y otras ciudades de la región desarrollaron nuevas técnicas metalúrgicas que les permitieron fundir cobre, bronce, plomo y estaño. La cronocultura de Harappa (entre 1700-1300 a. C.) coincide en parte con la transición a la Edad de Hierro (Periodo védico), por lo que resulta difícil datar el Bronce adecuadamente.
Tampoco se ponen de acuerdo los investigadores con su datación en China. La aleación de bronce apareció durante el período Erlitou, el cual ciertos investigadores incluyen dentro de la dinastía Shang, hacia mediados del II milenio a. C. (28) Pero otros creen que pertenecería a la dinastía Xia, su predecesora. De cualquier manera, el uso del bronce adquirió una gran importancia en la cultura china y su desarrollo fue ajeno a las influencias externas. (29).
En la actual Tailandia (en Ban Chiang) han sido descubiertos artefactos de bronce datados hacia el 2100 a. C. (30) En la península de Corea el bronce apareció hacia el 1000 a. C. por influencia de las culturas de Manchuria, aunque consiguió adoptar caracteres específicos en tipologías y estilos, sobre todo en los artefactos rituales. (31) También han salido a la luz tambores de bronce pertenecientes a la cultura Dong Son, originada alrededor del delta del río Rojo, abarcando el norte de Vietnam y sur de China, donde se produjeron a partir del 600 a. C.
En Japón se introdujeron el bronce y el hierro simultáneamente, a finales del período Jomon, hacia mediados del I milenio a. C. Los conocimientos metalúrgicos llegaron desde Corea y sirvieron para fabricar herramientas (de hierro) y artefactos rituales o ceremoniales (en bronce).
(…) Para el estudio del bronce en Asia, faltaría crear una entrada relacionada con el contexto cultural en Asia Central. Es el llamado «Complejo arqueológico Bactria-Margiana», o cultura del río Oxus es la designación arqueológica moderna de un estadio cultural de la Edad del Bronce de Asia Central, datado aproximadamente en el 2400-1600 a. C., localizada hoy en Turkmenistán, norte de Afganistán, sur de Uzbekistán y oeste de Tayikistán, que se centra sobre el río Amu Daria (el Oxus de los antiguos griegos).
Edad del Bronce en América
Algunos investigadores afirman que durante todo el Horizonte Medio andino (año 500 al 1200) se usó el cobre arsenical y que en la cultura Tiahuanaco ya se utilizaba ampliamente (hacia el 600 d. C.) una aleación de cobre, arsénico y níquel, considerada por tales autores bronce, que habría sido sustituida hacia sus fases finales por el bronce clásico (sobre el 800 d. C.). (32) Otros, en cambio, retrasan hasta la época Chimú (a partir del 900 d. C.) la utilización del cobre arsenicado, siendo para ellos los Incas los que generalizaron en sus dominios el uso del bronce. (33).
Para Heather Lechtman y Andrew Macfarlane el uso del bronce en el área Andina se desarrolló en el Horizonte Medio. Se difundió explotación de menas de cobre, arsénico, estaño y níquel y la producción de bronces a gran escala. Se produjo bronce arsenical en los Andes Centrales (actualmente territorio de Perú y Ecuador) y hasta el lago Titicaca. La aleación clásica de cobre con estaño se acostumbraba asociar con el Imperio Inca, pero ahora se sabe se produjo antes y que las poblaciones que habitaron el altiplano boliviano y las tierras altas del noroeste argentino abastecieron el estaño necesario para la producción de bronce a partir del Horizonte Medio. Al sur del lago Titicaca, en el altiplano boliviano y en el norte de Chile, se obtuvieron recientemente evidencias de la producción del tercer tipo de bronce, la aleación ternaria de cobre, arsénico y níquel, encontrada sólo en objetos de Tiahuanaco y San Pedro de Atacama. (34)
Los calchaquíes del noroeste de Argentina poseían tecnología de bronce. (35)
La posterior aparición de una limitada producción metalúrgica de bronce en el oeste de México sugeriría la existencia de contactos con las regiones andinas o un descubrimiento tardío de tal tecnología.
Hacha ceremonial de bronce del período tardío del noroeste argentino, entre el 1000 y el 1470. Claudio Elias – Trabajo propio. Dominio público.
ANEXO. Ordenamiento cronológico de las principales culturas del bronce Europeo
Las culturas aqueológicas más destacadas en Europa durante la Edad del Cobre son las siguientes. Las voy a situar en su orden cronológico sucesivo, es decir unas van siendo sustituídas por la siguiente, pero, como sucede en el periodo neolítico europeo, a veces unas se superponen a otras y resulta complicado establecer sus limites geográficos o cronológicos exactos.
El periodo llamado Edad del Cobre, pertenece a la cronocultura o fase llamada Edad de los Metales. Estaría situado cronológicamente aproximadamente entre el 3.300 y el 1200 a.C., que, tras la crisis provocada, sobre todo por las invasiones y destrucción de los llamados Pueblos del Mar, llevaron a una etapa llamada Etapa Oscura. Ésta, dejó paso a la última etapa metalífera, la Edad de Hierro, que ocupa aproximadamente el último milenio a. C, dejando paso a la Edad Antigua o Edad Clásica o Antiguedad, dejando atrás la larga etapa prehistórica de la Humanidad.
A. Cultura del vaso campaniforme
Con una cronología que iría del 2900 al 2500 a. C. Según otros autores, su aparición se situaría, en cambio, sobre el 2400 a. C., desapareciendo hacia el 1800 a. C. Tema ya tratado en esta entrada de forma detallada.
B. Cultura de Unetice
La cultura de Únětice o de Aunjetitz (en alemán) es una cultura prehistórica correspondiente al Bronce antiguo en Europa central. Se extendió entre los ríos Rin y Dnieper, desde el mar Báltico hasta el Bajo Danubio.
La cultura de Únětice (o de Aunjetitz) corresponde al Bronce antiguo en Europa central y abarca aproximadamente el período cronológico entre el 2300 a.C. y el 1600 a.C.
El grupo de Unetice debe su nombre al yacimiento epónimo cercano a Praga, República Checa, datado a partir del 2250 a. C. En un contexto social de jefaturas claramente estratificado aparecen ricas tumbas adscritas a «príncipes». Estos grupos se extendieron por Bohemia, Moravia, Silesia, Sajonia y Austria.
Actualmente se estima que su origen tiene un fuerte componente autóctono, como heredera de los anteriores grupos de la cerámica cordada y campaniforme, de las tradiciones balcánica y danubiana, pero con influencias orientales de los kurganes. En su desarrollo se han distinguido tres fases:
- Unetice antiguo.
- Unetice clásico o período de las tumbas principescas.
- Unetice tardío.
Su desarrollo metalúrgico fue sobresaliente, produciendo aletas, brazaletes en espiral, agujas, hachas con rebordes. Las cerámicas imitaban formas metálicas. El rito de enterramiento era habitualmente individual.
- Unetice antiguo
Es la etapa de formación y se corresponde con la transición entre el Calcolítico final y la Edad del Bronce. Los pocos asentamientos conocidos presentan casas de madera rectangulares semiexcavadas en el terreno. Las tumbas son de inhumación, con uno o dos individuos, en cistas o fosas cubiertas de un túmulo, pero también hay algún pithos. Los cuerpos se orientaban hacia el este o el sur y, a veces, se acompañaban de animales sacrificados. Algunos cadáveres habían sido desmembrados ritualmente. Los artefactos metálicos más abundantes son alfileres, torques, pendientes de espirales y de cabeza de disco, anillos, puñales y hachas, en cobre o bronce.
- Unetice clásico
Es el momento de apogeo, con un importante aumento de población, su expansión hacia las regiones circundantes y el incremento del comercio. Aparecen las ricas tumbas de jefe, construidas en madera, con forma de casa, cubiertas por un túmulo y situadas habitualmente fuera de las necrópolis donde se entierran los guerreros y el resto de la población. En ellas se depositaron importantes ajuares cerámicos y metálicos y, a veces, se encuentra acompañando al cadáver principal otro femenino. Los poblados estaban formados por casas rectangulares de madera, situadas en colinas y protegidos por fosos y muros de madera y/o piedra y adobe. La agricultura y ganadería, una original producción metalúrgica de bronces y la explotación y comercio de la sal constituían las bases económicas.
- Unetice tardío
Es la fase final, en la que aumentaron los intercambios comerciales y culturales, que llegaron hasta Micenas, gracias al comercio del ámbar. Los asentamientos estaban situados en emplazamientos elevados y fortificados. Se explotaban minas de cobre en el área alpina y la metalurgia del bronce estaba ampliamente extendida. Los grupos de los túmulos sustituyeron a Unetice, pero manteniendo muchos de los rasgos típicos de éste: hay una clara continuidad cultural y estratigráfica entre ambos.
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- Eiroa García, Jorge Juan (2010). «Prehistoria del mundo». Barcelona (primera edición) (Sello Editorial SL). p. 607. ISBN 978-84-937381-5-0.
- Eiroa García, Jorge Juan. Prehistoria del mundo. pp. 732-738.