Zeus (en el centro) separa a Atenea (a la izquierda) y Ares (a la derecha), mientras Cícnos (al extremo derecho) huye de Heracles (aquí no visible) que se aproxima en su carro (al extremo izquierdo). También se ha interpretado que la escena representa una Gigantomaquia. Crátera de volutas ática de figuras negras, ca. 540–510 a.C.
Nikosthenes, potter (signed) – Jastrow (2006) Dominio Publico.
Una Gigantomaquia en el contexto de la Grecia clásica o antigua es el término que designa la lucha mítica entre los dioses olímpicos y los gigantes (Gigantes), hijos de Gea (la Tierra) y Urano (el Cielo), por el control del cosmos. Según la mitología griega, esta batalla épica surgió como consecuencia del intento de los Gigantes de usurpar el dominio de los dioses sobre el universo. Representa una narrativa fundamental de la cosmogonía griega, simbolizando el triunfo del orden divino y civilizado sobre las fuerzas del caos y la barbarie.
Los Gigantes eran representados como seres colosales, generalmente con forma humana, pero a menudo con rasgos monstruosos, como patas de serpiente o características feroces. Según el mito, Gea los engendró para vengar la derrota de sus hijos anteriores, los Titanes, a manos de Zeus y los Olímpicos en la Titanomaquia.
La Gigantomaquia fue desencadenada cuando los Gigantes atacaron el Monte Olimpo, el hogar de los dioses. La profecía advertía que los dioses no podrían derrotar a los Gigantes sin la ayuda de un mortal, por lo que Heracles desempeñó un papel crucial en la victoria olímpica. Las armas divinas, como el rayo de Zeus, el tridente de Poseidón, y las flechas de Heracles, fueron utilizadas para derrotar a los Gigantes y sellar su destino.
La Gigantomaquia es un tema recurrente en el arte griego, especialmente en cerámicas, esculturas y frisos arquitectónicos. Uno de los ejemplos más famosos es el friso del altar de Pérgamo, donde se representa con gran dramatismo y detalle la lucha entre dioses y Gigantes. Este mito también tenía un significado simbólico en la cultura griega: encarnaba la victoria de la civilización sobre la naturaleza indómita, del orden sobre el caos, y de la luz sobre la oscuridad.
Las locuciones antigua Grecia y Grecia antigua.
Se refieren al período de la historia griega que abarca desde la Edad Oscura de Grecia —que comienza en el año 1200 a. C., con la invasión dórica— hasta la conquista romana de Grecia —tras la batalla de Corinto, en el año 146 a. C.—.
En este período se desarrolla la cultura seminal que fue la base de la civilización occidental. La cultura griega tuvo una influencia notable sobre el Imperio romano, que la difundió a través de sus conquistas en Europa, norte de África y Oriente Próximo. La civilización de los antiguos griegos ha sido enormemente influyente para la lengua, la política, los sistemas educativos, la filosofía, la ciencia y las artes, dando origen a la corriente renacentista de los siglos XV y XVI en el continente europeo y resurgiendo también durante los movimientos neoclásicos de los siglos XVIII y XIX en Europa y América.
La civilización griega de este periodo histórico era predominantemente marítima, comercial y expansiva. En ella el componente geográfico jugó un papel crucial, pues las características físicas del sur de la península de los Balcanes, de accidentado relieve, complicaban la actividad agrícola y las comunicaciones internas, mientras que su dilatada longitud costera favorecía su expansión por mar. Un fenómeno sobre el que incidiría también la presión demográfica originada por las sucesivas oleadas de pueblos (entre ellos los aqueos, los jonios y los dorios) que invadieron y ocuparon el territorio de Grecia a lo largo de los milenios III y II a. C.
Los Aqueos
Los aqueos fueron una de las principales tribus de la antigua Grecia, mencionados ampliamente en textos históricos y literarios, especialmente en los poemas homéricos como la Ilíada y la Odisea. Según las fuentes, habitaron la región que comprende el Peloponeso y partes del centro de Grecia durante la Edad de Bronce, aproximadamente entre los siglos XVI y XI a.C., formando parte de la civilización micénica. Esta civilización, que toma su nombre de la ciudad de Micenas, se destacó por su avanzado desarrollo en arquitectura, comercio y cultura, dejando un legado evidente en los palacios fortificados, las tumbas de cúpula y la escritura en lineal B, un sistema de escritura utilizado para registrar el idioma griego primitivo.
Históricamente, los aqueos son considerados predecesores de los griegos clásicos. Su sociedad estaba organizada en reinos independientes gobernados por una aristocracia guerrera, con un wanax o rey en la cúspide del poder. Micenas, Tirinto, Pilos y Tebas fueron algunos de los centros más importantes de esta civilización, conocidos por su imponente arquitectura ciclópea y su participación en redes comerciales que alcanzaron Egipto, el Cercano Oriente y otras regiones del Mediterráneo. Los aqueos también son famosos por su papel en la Guerra de Troya, un evento que mezcla historia y mito, donde se les presenta como los invasores de la ciudad de Troya liderados por figuras como Agamenón, Aquiles y Odiseo.
La cultura aquea se caracterizó por una intensa actividad marítima y un fuerte intercambio cultural, pero comenzó a declinar hacia el siglo XII a.C. debido a una combinación de factores, como invasiones de los dorios, conflictos internos y desastres naturales. Este colapso marcó el inicio de los denominados «siglos oscuros» de Grecia, un período de disminución de población, declive cultural y pérdida de las escrituras, hasta el surgimiento de la Grecia arcaica. Sin embargo, los aqueos dejaron una profunda huella en la mitología, la literatura y la identidad cultural griega, siendo reconocidos como antepasados míticos de los griegos y una fuente de inspiración para el desarrollo posterior de la civilización helénica.
Los Jonios
Los jonios fueron una de las principales tribus de la antigua Grecia, conocidos por su gran influencia cultural y su papel en el desarrollo de la civilización griega clásica. Según la tradición, eran descendientes de Ion, un personaje mítico que se consideraba hijo de Apolo. Originalmente, habitaron la región central de Grecia, incluida la Ática, pero debido a movimientos migratorios y expansiones, se establecieron en la costa occidental de Asia Menor, en una región que se conoció como Jonia, y en varias islas del mar Egeo, como Samos y Quíos.
La sociedad jonia se destacó por su inclinación hacia el comercio, la navegación y el intercambio cultural. Al estar estratégicamente situados entre Grecia continental, Asia Menor y las rutas marítimas del Mediterráneo, los jonios desarrollaron un carácter cosmopolita y abierto a las influencias extranjeras, lo que contribuyó a su liderazgo en el ámbito cultural. En Jonia surgieron algunas de las ciudades más importantes de la época, como Mileto, Éfeso y Éricea, que se convirtieron en centros de pensamiento, comercio y arte.
La contribución de los jonios al pensamiento griego fue excepcional. Se les considera los fundadores de la filosofía, con figuras como Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes, quienes sentaron las bases del pensamiento racional y científico. También desempeñaron un papel clave en el desarrollo de la literatura, la poesía épica y la historiografía. La lengua jonio-ática, un dialecto del griego antiguo, fue la base del griego clásico y del ático utilizado por figuras como Sócrates, Platón y Aristóteles.
Culturalmente, los jonios se caracterizaban por su amor por la innovación y el refinamiento. Introdujeron avances en arquitectura, como el estilo jónico, que se distingue por columnas con capiteles decorados con volutas. También fueron pioneros en festivales religiosos y competiciones artísticas, sentando las bases para tradiciones culturales que florecerían en el período clásico.
Aunque enfrentaron desafíos, como la conquista persa de Jonia en el siglo VI a.C. y los conflictos con otros pueblos griegos, los jonios jugaron un papel central en la identidad y expansión cultural griega. Su legado no solo moldeó la Grecia clásica, sino que también tuvo un impacto duradero en la civilización occidental.
Los Dorios
Los dorios fueron una de las principales tribus de la antigua Grecia, asociados con una migración que marcó el final de la Edad de Bronce y el comienzo de los denominados «siglos oscuros» griegos, alrededor del siglo XII a.C. Según la tradición, eran descendientes de Heracles, conocidos como los heráclidas, y su llegada a la península griega estuvo vinculada a la conquista de regiones como el Peloponeso, Creta y Rodas. Este movimiento, a menudo referido como la «invasión doria», transformó profundamente la configuración política y cultural de Grecia.
Los dorios son conocidos por su carácter austero y su fuerte orientación militar. Trajeron consigo un nuevo modelo social y político basado en pequeños estados gobernados por una aristocracia guerrera. En el Peloponeso, fundaron ciudades que se convertirían en potencias clave de la Grecia clásica, como Esparta, Corinto y Argos. Su sociedad enfatizaba la disciplina, la obediencia y la formación militar, características que definieron particularmente a Esparta, una de las polis dorias más destacadas.
Culturalmente, los dorios se diferenciaron por su dialecto y su arquitectura. El dialecto dórico se utilizó ampliamente en regiones bajo su influencia y en composiciones literarias como los coros líricos. La arquitectura dórica, conocida por su simplicidad y robustez, se convirtió en uno de los estilos más importantes de la arquitectura griega, representado en templos icónicos como el Partenón de Atenas, aunque con adaptaciones atenienses.
La llegada de los dorios también marcó el declive de la civilización micénica, lo que llevó a una pérdida temporal de la escritura y de las complejas estructuras palaciegas. Este período de transición fue crucial para la formación de las polis griegas y el posterior resurgimiento cultural en la Grecia arcaica. Aunque su cultura inicial pudo parecer menos refinada en comparación con la micénica, los dorios desempeñaron un papel fundamental en la configuración de las instituciones políticas, sociales y militares que caracterizaron a la civilización griega clásica.
En el ámbito religioso, los dorios conservaron y transformaron muchas de las tradiciones micénicas, rindiendo culto a dioses del panteón griego y fortaleciendo el papel de los templos como centros sociales y políticos. Su legado militar, cultural y arquitectónico dejó una marca indeleble en la historia de Grecia y contribuyó significativamente a la formación de su identidad como civilización.
Orden cronológico
Algunos historiadores consideran que los primeros Juegos Olímpicos antiguos en el 776 a. C. señalan el comienzo del período conocido como la Antigua Grecia. Entre el fin del período micénico y los primeros olímpicos transcurre una época llamada la Edad Oscura de Grecia, de la cual no existe ningún escrito y quedan pocas reliquias arqueológicas. Hoy en día, este período se incluye en las locuciones «Grecia Antigua» y «Antigua Grecia».
Tradicionalmente se consideraba que la época de la Antigua Grecia finalizaba con la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C., dando comienzo al período helenístico. (2) No obstante, se extiende el período de la Grecia Antigua muchas ocasiones para incluir el tiempo hasta la conquista romana de 146 a. C. Algunos autores tratan la cronología de esta era como un continuo hasta la llegada del cristianismo en el siglo IV; pero esta opinión es poco convencional.
El mundo griego a mediados del siglo VI a. C. Autor: www.wwnorton.com. CC BY-SA 3.0
Tradicionalmente se consideraba que la época de la Antigua Grecia finalizaba con la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C., dando comienzo al período helenístico. (2) No obstante, se extiende el período de la Grecia Antigua muchas ocasiones para incluir el tiempo hasta la conquista romana de 146 a. C. Algunos autores tratan la cronología de esta era como un continuo hasta la llegada del cristianismo en el siglo IV; pero esta opinión es poco convencional.
La historia de la Grecia Antigua suele subdividirse en varios períodos según la alfarería y los sucesos políticos, sociales y culturales: (3)
- La Edad oscura (1200 a. C.-750 a. C.) muestra diseños geométricos en la cerámica.
- La Época arcaica (750 a. C.-500 a. C.) sigue, mientras que los artistas creaban esculturas en posturas estiradas con la «sonrisa arcaica» onírica. Se suele considerar que la Época Arcaica termina al derrocar al último tirano de Atenas en el año 510 a. C.
- El período clásico (500 a. C.-323 a. C.) ofrece un estilo distinto, que después se consideró como ejemplar (es decir, «clásico»); el Partenón se construyó durante esta época.
- El período helenístico (323 a. C.-146 a. C.) es cuando la cultura y el poder de Grecia se expandió en el Oriente Próximo y el Oriente Medio. Este período comienza con la muerte de Alejandro Magno y termina con la conquista romana tras la batalla de Corinto (146 a. C.).
- La Grecia romana, comprendida entre la conquista romana y el restablecimiento de la ciudad de Bizancio y su nombramiento, por el emperador Constantino I, como capital del Imperio romano (la Nueva Roma) renombrada Constantinopla en el año 329.
- La Antigüedad tardía, hasta inicios del siglo VI, con el declive del politeísmo romano frente al avance del cristianismo. El final de este período suele simbolizarse con el cierre de la Academia de Atenas por parte de Justiniano I bajo el edicto del año 529, que además prohibía el paganismo, el judaísmo y cualquier religión no cristiana.
Ciudades-Estado: las polis
Los primeros griegos se organizaban en clanes familiares. Con el tiempo, los clanes se aliaron y formaron comunidades, aunque estaban separadas entre sí debido al relieve montañoso de la región. Esto favoreció que se convirtieran en territorios independientes con gobierno y ejército propios. En griego antiguo esas poblaciones eran llamadas polis. Pese a compartir esencialmente el mismo espacio geográfico, lengua y cultura, la organización política de las polis era muy diversa, incluyendo un amplio abanico de sistemas de gobierno, que abarcaba desde la tiranía hasta la democracia.
Podemos ver estas diferencias al comparar Esparta y Atenas, dos de las más importantes ciudades de la Antigua Grecia. Esparta era gobernada por reyes; a sus habitantes se les educaba para la guerra, por lo que debían ser fuertes y hábiles en el manejo de las armas; a las mujeres se les enseñaba a luchar igual que a los hombres, tenían derechos y libertad para elegir a sus esposos. Por su parte, en Atenas los gobernantes eran elegidos por el voto de los ciudadanos; los hombres no eran educados para la guerra; las mujeres no iban a la escuela, sólo podían salir acompañadas de sus familiares y no tenían derechos políticos. Aunque las ciudades-estado eran independientes y continuamente se enfrentaban, también se unían cuando eran atacadas por enemigos comunes, como el Imperio aqueménida.
Tras las civilizaciones minoica y micénica, en los siglos oscuros (entre el XIII y el XII a. C.) la fragmentación existente en la Hélade constituirá el marco en el que se desarrollarán pequeños núcleos políticos organizados en ciudades, las polis.
A lo largo del período arcaico (siglos VIII al V a. C.) y del clásico (siglo V a. C.), las polis fueron la verdadera unidad política, con sus instituciones, costumbres y leyes, y se constituyeron como el elemento identificador de esa época. En el período arcaico ya se perfiló el protagonismo de dos ciudades, Esparta y Atenas, con modelos de organización política extremos entre el régimen aristocrático y la democracia. La actividad de las polis hacia ultramar fue un elemento importante de su propia existencia y dio lugar a luchas hegemónicas entre ellas y al desarrollo de un proceso de expansión colonial por la cuenca mediterránea. La decadencia de las polis favoreció su absorción por el reino de Macedonia a mediados del siglo IV a. C. y el inicio de un período con unas connotaciones nuevas, el helenístico, por el que la unificación de Grecia daría paso con Alejandro Magno a la construcción de un imperio, sometiendo al Imperio aqueménida y al egipcio. En opinión de algunos especialistas, en esta fase la historia de Grecia volvía a formar parte de la historia de Oriente y se consumaría la síntesis entre el helenismo y el orientalismo. La civilización griega se desarrolló en el extremo nororiental del mar Mediterráneo, en los territorios que hoy ocupan Grecia, Asia Menor (Turquía), y en varias islas como Creta, Chipre, Rodas y Sicilia (Italia).
Fuentes:
La mayoría de los historiadores y escritores políticos cuyas obras han sobrevivido ―principalmente Heródoto, Tucídides, Jenofonte, Demóstenes, Platón y Aristóteles― eran o atenienses o proatenienses.
Por eso sabemos mucho más sobre la historia y la política de Atenas que de cualquier otra ciudad griega. Además, estos escritores se centran en la historia política, militar y diplomática, prestándole relativamente poca importancia a la historia económica o social. (4)
Contexto geográfico
El concepto de «Antigua Grecia» comprende, desde una perspectiva geográfica, un conjunto de territorios diversos unidos por un mismo proceso histórico con base en los fuertes vínculos que sus pueblos mantuvieron y en los aspectos comunes que compartieron. Sus habitantes se referían a este conjunto como Hélade, (5) y fueron los romanos quienes posteriormente le asignaron el nombre de Grecia. (6)
La Hélade tuvo su base en tres grandes regiones, dos de ellas continentales y, una tercera, insular. Las regiones continentales comprendían la península balcánica y las tierras costeras del Asia Menor (actual Turquía); la insular, por su parte, incluía el conjunto de islas del mar Egeo (Creta, el archipiélago del Dodecaneso, el archipiélago de las Cícladas y las tierras cercanas a la costa asiática). (5)
La Venus de Milo. Estatua de la diosa Afrodita. Venus es el nombre romano de la diosa, y Milo es el nombre de la isla donde se halló la estatua. Kimberly Vardeman from Lubbock, TX, USA – Venus de Milo. CC BY 2.0.
Grecia continental europea
La zona septentrional de la península de los Balcanes, caracterizada por la alternancia de relieve tabular y llanura esteparia, fue la zona de mayor contacto con el resto de Europa oriental. Allí se establecieron las antiguas Tesalia, Macedonia, Etolia, Acarnania y Epiro. La zona central, comunicada dificultosamente con la anterior a través de angostos desfiladeros y de un terreno igualmente irregular de macizos y llanuras, vio prosperar a las antiguas regiones de Dórida, Fócida, Beocia y Ática. La zona meridional, abundante en macizos y fosas y comunicada con la anterior a través del istmo de Corinto, comprendía a su vez las regiones de Acaya, Arcadia, Argólida, Laconia y Mesenia. (5)
Las características geomorfológicas de estas zonas favorecieron la diversificación de los recursos naturales y el fraccionamiento político, determinando la extensión reducida y las fronteras difusas de las polis, así como las peculiaridades de sus economías y vínculos recíprocos. (7) La región del Ática contaba con minas de plata; Laconia, Beocia y Eubea poseían hierro; esta última, de igual manera, disponía de cobre, pero le era necesario obtener el estaño —para la aleación del bronce— del extranjero. La región de Macedonia, por su parte, era rica en oro. (7) La abundancia de la arcilla en la península favoreció el desarrollo de centros ceramistas y de la manufactura de objetos de gran valor humano agregado, claves en su comercio exterior; de igual manera sucedió con la piedra y el mármol, abundantes en dichas zonas rocosas. (7)
Grecia europea y asiática, tanto continental como insular. Marsyas (French original); Molorco (Spanish translation) derivative work: SaxumLeft (talk) Map_Peloponnesian_War_431_BC-es.svg. CC BY-SA 3.0.
Mapa de la Antigua Grecocia, que intenta recoger las regiones y las ciudades más importantes desde la Época Arcaica hasta la época de Alejandro Magno. Todos los nombres de lugar están escritos según aparecen en FERNÁNDEZ URIEL, Pilar: Historia Antigua Tonta II. El mundo griego, UNED, Madrid, 2007 (ISBN: 9788436254686).
Grecia asiática
La colonización del Asia Menor respondió a los impulsos migratorios de los griegos europeos durante la época arcaica y se limitó a la ocupación de la faja litoral, distinguiéndose en ella tres grandes regiones: Eólida, Jonia y Dórida. La Eólida limitaba al norte con las costas del mar Negro y al sur con la desembocadura del río Hermo. Más al sur se estableció Jonia. Dórida se ubicaba en la zona más meridional del litoral y ocupaba la franja costera de un macizo de difícil acceso, con una costa abrupta y un suelo pobre. (5)
Exceptuando la Dórida, cuyas características geográficas actuaban negativamente en el desarrollo de la agricultura y, en contraposición, su cercanía y acceso a otras tierras de Oriente favorecían el desarrollo comercial de sus pueblos, las colonias griegas de la Grecia asiática poseían características orográficas, fluviales y climáticas favorables al trabajo de la tierra. Estas zonas, ricas en ríos y valles, fueron prósperas productoras de cereales, olivo, vid y hortalizas. Por otra parte, algunas de las regiones poseían gran cantidad de pinos y cedro, fundamentales para la construcción naval. (5)
Grecia insular
Las islas del Egeo representaron los puntos de contacto del mundo griego y actuaron como facilitadoras de las comunicaciones y el comercio. Eubea, separada por un estrecho canal de las costas orientales de Beocia y Ática (el estrecho de Euripo), se constituye de colinas onduladas con un suelo fértil, apto para los cultivos agrícolas, las actividades ganaderas y la extracción y el trabajo del cobre. Entre las islas Cícladas, por su parte, hay algunas de características volcánicas y otras de suelo fértil aptas para el cultivo de cítricos y vid. Algunas de ellas, como Paros, basaron su economía en la producción de mármol; Sifnos, por su parte, fue un importante centro de producción de plata en la época arcaica. Del archipiélago del Dodecaneso, conjunto de islas del sudoeste de Anatolia, destacan Samos e Icaria que, alternando terrenos montañosos con llanuras, propició la producción de cereales en estas últimas, así como de olivo y vid en las laderas. La isla de Rodas, del mismo archipiélago, fue escala obligada en las rutas comerciales con Egipto y Oriente Medio, convirtiéndose en un importante centro comercial. En todo caso, los terrenos del Dodecaneso son aún más fértiles que los de las Cícladas, en buena parte debido al clima húmedo y a la abundancia de lluvias. Al norte, entre las islas de Egeo oriental, destacan por su fertilidad agrícola Quíos y Lesbos. (5)
La isla de Creta, límite sur del mar Egeo, se caracteriza por su orografía accidentada, en ciertas zonas similares a la de la Grecia meridional europea. Al norte, las extensas llanuras hicieron posible el desarrollo de la agricultura mediterránea; sus bahías, constituyeron lugares idóneos para la navegación y el desarrollo comercial, así como para la pesca, otra de las actividades primarias de su subsistencia. El terreno montañoso existente más al sur, y los bosques que crecían en él, propició la producción de madera, mientras que sus montes bajos fueron el terreno ideal para el ejercicio de la ganadería extensiva y la caza (esta última fue decisiva en la economía de las civilizaciones neolíticas). En conjunto, la extensión de la isla, su variedad de recursos (mineros, agrícolas, ganaderos y pesqueros) y su localización comercial estratégica, hicieron posible que se desarrollase en ella una civilización propia, la minoica. (5)
Historia. Civilización prehistórica y Edad del Bronce
Los primeros hallazgos de vida humana en territorio griego constatan la existencia de poblaciones autóctonas en el Paleolítico, hacia el 7000 a. C. (8) Alrededor del 6000 a. C. ―en los albores del Neolítico―, los pueblos nativos desarrollaron la agricultura y con ello se volvieron progresivamente sedentarios, extendieron la práctica de la alfarería y crearon instituciones políticas básicas. (8) Posteriormente comenzaron a utilizar el bronce, pero el refinamiento de su uso se produjo tras el contacto con poblaciones inmigrantes.
Se cree que las tribus que se convertirían en los griegos emigraron hacia el sur a los Balcanes en varias oleadas comenzando a mediados de la Edad del Bronce (alrededor de 2000 a. C.). (9) Otras fuentes indican un proceso migratorio ya en el quinto milenio a. C., proveniente de Mesopotamia y Siria. Según estas, los primeros inmigrantes encontraron habitantes nativos que dejaron a los recién llegados una gran cantidad de tradiciones; mientras que estos llevaron a la zona la cultura de la alfarería, agricultura y una primera deidad de la fertilidad (que más tarde sería Deméter). (10)
Esta última versión, de ser exacta, negaría la existencia de un período neolítico en los pueblos autóctonos con anterioridad a la inmigración extranjera, situándolos en un período cultural más cercano al mesolítico.
El idioma protogriego se fecharía hacia el período inmediatamente anterior a estas migraciones, ya sea a finales del III milenio a. C. o, a más tardar, al siglo XVII a. C. La civilización de los protogriegos de la Edad del Bronce es generalmente conocida como heládica y precedió a lo que es conocido como Grecia Antigua o Antigua Grecia.
El período heládico, según algunos historiadores, (11) puede ser dividido analíticamente en cuatro estadios bien delimitados:
- Heládico antiguo (2600 a. C.-2000 a. C.). Conformado por poblaciones ceramistas de cultura agraria (posiblemente afines a carios y etruscos) que dominaban el territorio egeo; de lenguas no indoeuropeas. La civilización minoica es la primera cultura de la Edad del Cobre y de la Edad del Bronce aparecida en la isla de Creta. A veces se usan como sinónimos de minoica los términos «cretense» o «minoana». (1) Forma parte de las civilizaciones egeas, un término que engloba a un grupo de civilizaciones prehelénicas que se desarrollaron en la protohistoria en el espacio en torno al mar Egeo. La civilización minoica (2700-1420 a. C.), considerada una de las más antiguas civilizaciones de las que se tiene registros en Europa.
- Heládico medio (2000 a. C.-1600 a. C.). Conformado por poblaciones igualmente agrarias con pulimiento y enriquecimiento cromático de la cerámica. Comenzaron a usar el caballo y a realizar prácticas de inhumación de cadáveres (sin ofrendas).
- Heládico reciente o micénico antiguo (1600 a. C.-1400 a. C.). Período de sucesivas inmigraciones de pueblos ganaderos (aqueos, jonios), que conocían los metales, introdujeron el carro de guerra y el ámbar. Edificaron las fortalezas monumentales de Micenas, Tirinto y Pilos, y formaron urbes a su alrededor. Comerciaban con Troya, Sicilia y la península itálica. Expandieron sus dominios y fundaron colonias en Mileto, Rodas, Panfilia, Licia y Chipre.
- Micénico reciente (1400 a. C.-1150 a. C.). La llamada civilización micénica ―en consideración a la posición privilegiada y dominante de Micenas, tierra de los aqueos― alcanzó su apogeo en esta época, que ocupa un importante lugar en los famosos poemas épicos de Homero, la Ilíada y la Odisea. Esta cultura colapsó espectacularmente hacia 1150 a. C. pero la causa del colapso es desconocida y existen varias tesis al respecto. Una de ellas atribuye el derrumbe de la civilización micénica a la invasión de dorios, beocios y tesalios. (11) Según esta tesis, luego de incendiar y destruir las fortalezas micénicas, las tribus invasoras saquearon y ocuparon sus tierras. Una segunda tesis sostiene igualmente una invasión, pero de los pueblos del mar; una tercera lo atribuye a un desastre natural, y una cuarta, a conflictos internos. Este proceso coincide con el final de la Edad del Bronce y el sucesivo ingreso de la cultura griega en un período de «oscuridad» arqueológica y documental.
Copa de oro micénica (circa 1500 a. C.). Desconocido – Jastrow (2006). Dominio Público. Original file (1,975 × 1,880 pixels, file size: 1.89 MB,).
Durante el período en que la Grecia peninsular todavía resplandecía bajo la impresionante cultura micénica, en la isla de Creta se producía el florecimiento de la civilización minoica cretense con capital en Cnosos (1600-1250 a. C.).(12) Esta civilización debe su nombre al semilegendario rey Minos. Los cretenses comerciaban por todo el Mediterráneo y exportaban cerámica, tejidos, objetos de bronce y orfebrería.
Es probable, por su parte, que la cultura micénica se viera influida por la minoica, particularmente en el período de mayor esplendor de esta última. (8) La sensación de poderío de los reyes de Creta era tal que las ciudades, palacios y templos cretenses ni siquiera estaban rodeados por murallas. (12) Las excavaciones han encontrado maravillosas evidencias del auge y avance tecnológico del que gozaban los minoicos en ese entonces: lujosos lavabos, instalaciones de ventilación, pozos higiénicos, filtros, elaboradas pinturas y escudos de armas.
En esa época era frecuente que los hijos de príncipes extranjeros fueran enviados a luchar contra un toro en forma de sacrificio, y en tal sentido son interpretadas las representaciones pictóricas de jóvenes de ambos sexos bailando alrededor de un toro o luchando con él. (12) Por su parte, esta práctica tiene su claro punto de contacto mitológico con la leyenda del Minotauro, «toro de Minos», que recibía periódicamente el tributo de varios jóvenes atenienses para sacrificio.
La civilización minoica pereció poco antes que la micénica; algunas versiones señalan que fueron invadidos por estos últimos, mientras que otras se inclinan a afirmar que la desaparición del reino de Creta se debió a una catástrofe natural.
Edad oscura
Desde 1200 hasta el siglo VIII a. C. se conoce como la Edad oscura —siguiendo al colapso de la Edad del Bronce—. De esta etapa no ha sobrevivido ningún texto primario, y solamente queda escasa evidencia arqueológica. Algunos textos secundarios y terciarios contienen breves cronologías y listas de los reyes de este período, incluyendo Historia de Heródoto, Descripción de Grecia de Pausanias, Biblioteca histórica de Diodoro Sículo y Chronicon de Jerónimo.
La carencia de documentos primarios se explica por la virtual desaparición del sistema de escritura micénico (Lineal B). En la cultura micénica, dicho sistema estaba restringido a pequeños círculos, particularmente a los escribas de los palacios, que tenían a su cargo el grabado de recuentos de movimiento y distribución de bienes; hundida la economía micénica, ya no fueron necesarias personas que realizaran dicha tarea. (13) Las tradiciones y leyendas sobrevivieron, desde la Edad del Bronce hasta la Época Arcaica, gracias exclusivamente a la transmisión oral. (13)
En la época se produjo un abrupto descenso demográfico y una serie masiva de migraciones que determinaron el establecimiento de poblaciones espontáneas y poco organizadas en diferentes puntos de la Grecia continental, las islas Cícladas y el poniente de Asia menor. Estas migraciones tuvieron un carácter étnico; así, por ejemplo, los dorios ocuparon la mayor parte del Peloponeso, Grecia Central y Creta, mientras que los jonios colonizaron la mayor parte de las Cícladas. (14) Lo anterior se reflejó en el idioma, que derivó, asimismo, en multitud de dialectos. (14)
La economía, floreciente en el período micénico, se vio reducida a la agricultura, sustentada por esclavos, jornaleros (thêtes) y aparceros (hektemoroi). (11) Se generalizó la pobreza y la escasez del ganado, que fue adquirido por unos pocos terratenientes. (11) No hay registro de Estados organizados políticamente en esta época y mucho menos de las estructuradas normas de tipo micénico, que regulaban la economía y aseguraban una relativa distribución de la riqueza, permitiendo que la vida diaria de los agricultores, pastores y ceramistas resultase tolerable.
En este contexto, los trabajadores de la tierra se dedicaron a la agricultura de subsistencia, organizados en pequeñas comunidades que raramente excedían las veinte personas.(15) La necesidad de nuevas pasturas para los animales produjo a su vez un incremento del nomadismo. (15) En el ámbito religioso, continuaron los cultos micénicos.
En el terreno del arte y la cerámica, se produjo un empobrecimiento de las formas micénicas; generándose posteriormente dos períodos arqueológicos: el protogeométrico (1050-950 a. C.) y el geométrico (950-700 a. C.), que harían evolucionar lentamente la calidad y técnica artesanales hasta concluir, ya en los albores de la Época Arcaica, en un mundo ornamental nuevo y plenamente desarrollado. (11) La evolución mencionada durante estos períodos se limita casi exclusivamente a la cerámica; no existe evidencia de que se hayan erigido monumentos durante la Edad oscura ―práctica común durante la época micénica― y las representaciones antropomórficas fueron usualmente grabadas en ánforas. (15). En el ámbito de la arquitectura, se abandonó la construcción en piedra. (8)
Atenas fue la excepción a la regla del derrumbe de la civilización. Su acrópolis, centro civilizado en los últimos tiempos de la Edad del Bronce, no sufrió daños, y transitó la «Edad Oscura» en el marco de una prosperidad relativa. (16) Sin embargo, sus instituciones sociales y políticas no lograron salir airosas de este período y, en los albores de la «época arcaica», Atenas había perdido el acervo cultural sociopolítico acumulado en el período micénico, viéndose obligada a reconstruir sus instituciones sin mucho más que la monogamia como sustento institucional heredado. (16)
«La Edad Oscura de Grecia: Declive y Renacimiento»
Época arcaica
En el siglo VIII a. C., Grecia empezó a salir de la Edad Oscura que siguió a la caída de la civilización micénica. Al pueblo le faltaba alfabetización y se había olvidado el sistema de escritura micénico, Lineal B. Pero los griegos adoptaron el alfabeto fenicio y lo modificaron para crear el alfabeto griego.1718 A partir del siglo IX a. C.(19) ―según algunos autores, específicamente en el VIII a. C.― (20) empezaron a aparecer escritos.
Grecia se dividió en muchas comunidades autónomas pequeñas. Esta pauta fue impuesta en gran parte por la geografía griega, donde cada isla, valle y llanura está aislada de las demás por el mar o las sierras. (21) Como producto directo de las migraciones previas, dichas comunidades mostraban un carácter étnico: durante el siglo VII a. C. surgió Argos, habitada por dorios, como una de las ciudades principales del Peloponeso. (22) Dicha ciudad fue cediendo gradualmente influencia a su rival Esparta, también dórica. (22) Por su parte, Atenas se convirtió en la residencia principal de los jonios en los Balcanes.(23)
El teatro de Epidauro, construido en el siglo IV a. C. En Grecia existían cientos de teatros, muy pocos han conservado la estructura vertical del escenario. Foto: Olecorre. CC BY-SA 3.0. Original file (4,608 × 3,073 pixels, file size: 2.62 MB).
El teatro de Epidauro es un teatro antiguo de Epidauro, (Argólida), edificado en el siglo IV a. C., hacia el 350 a. C. para acoger las Asclepeia, concurso en honor del dios médico Asclepio. Es el modelo de numerosos teatros griegos y, seguramente, el más icónico de todos ellos y considerado el más perfecto acústicamente.
- «Ancient Theatre in Epidaurus, Greece | Greeka» (en inglés).
Por su excepcional arquitectura y estética, el teatro fue inscrito en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1988 junto con el Santuario.
- «Sanctuary of Asklepios at Epidaurus». UNESCO World Heritage Convention (en inglés). United Nations Educational Scientific and Cultural Organization.
A principios del siglo IV a. C., tenía lugar una fiesta panhelénica cada cuatro años en Epidauro, en el santuario de Asclepio, las Asclepeia, en la que se combinaban pruebas gimnásticas y musicales.
Es probable que el teatro fue la obra del arquitecto y escultor Policleto el Joven que lo situó a 500 m al sudeste del santuario de Asclepio, sobre un lugar que permitió adosar el koilon (conjunto de gradas) en el flanco de la colina. Los trabajos comenzaron hacia el año 330 a. C.
Se sabe que el teatro y el santuario fueron saqueados en 267 d. C. por los hérulos, y después en 395 d. C. por los godos de Alarico I. Sin embargo, los estragos quedaron limitados. De todos los teatros antiguos, el teatro de Epidauro es el mejor conservado y está poco restaurado.
Hasta principios del XIX, el teatro se consideraba desaparecido. Posteriormente el viajero inglés W. Gell, reveló el plano de las ruinas. Cerca de este mítico lugar, en la ciudad de Epidauro, se estableció en 1822 el primer gobierno revolucionario griego y se firmó la primera Constitución griega, proclamándose la independencia de Grecia.
La primera mitad del siglo VII a. C. vio la guerra Lelantina (hacia el 710-650 a. C.), un conflicto prolongado que se distingue como la guerra documentada más temprana del período de la Grecia Antigua. En ella se enfrentaron las ciudades-estado entonces importantes Calcis y Eretria sobre la fértil llanura lelantina de Eubea. Ambas ciudades parecen haber sufrido declives como resultado de esta larga guerra, aunque Calcis fue la vencedora nominal.
En la primera mitad del siglo VII surgió una clase mercantil y, en el correr del siglo VI a. C., se comenzaron a utilizar monedas (probablemente por imitación a los lidios), aunque serían necesarios siglos para el desarrollo de una economía monetaria plena. (18) Parece haberse gestado tensión en muchas ciudades-estado. Los regímenes aristocráticos que por lo general gobernaban las llamadas polis se sentían amenazados por la nueva riqueza de los comerciantes, que a su vez deseaban poder político.
A partir de 650 a. C., las aristocracias tenían que luchar para evitar ser derrocadas y reemplazadas por tiranos populistas. La palabra deriva de la palabra griega no peyorativa τύραννος tyrannos, que significa ‘soberano ilegítimo’, que se podía aplicar tanto a buenos como a malos líderes. (24) (25).
Una población cada vez mayor y la falta de tierras provocaron conflictos internos entre los pobres y los ricos en muchas ciudades-estado. En Esparta, las guerras mesenias resultaron en la conquista de Mesenia y la esclavitud de los mesenios, a partir de la segunda mitad del siglo VIII a. C., constituyendo un acto sin precedentes en la Grecia Antigua. Esta práctica produjo una revolución social. (26)
La población subyugada, desde entonces conocida como ilotas, labraban y trabajaban para Esparta, mientras todos los ciudadanos varones se convertían en soldados de un estado permanentemente militarizado. Incluso las élites eran obligadas a vivir y a entrenarse como soldados; esta igualdad entre los pobres y los ricos servía para distender los conflictos sociales. Las reformas precedentes, atribuidas al enigmático Licurgo de Esparta fueron probablemente completadas antes de 650 a. C.
Liga de Delos (el «Imperio ateniense»), inmediatamente antes de la guerra del Peloponeso en el 431 a. C. (Map_athenian_empire_431_BC-fr.svg: Marsyas derivative work: Hispa). Original file (SVG file, nominally 993 × 794 pixels, file size: 3.8 MB)
La Liga de Delos, también conocida como el «Imperio ateniense,» fue una alianza militar liderada por Atenas y establecida en el año 478 a.C. durante las Guerras Médicas. Su objetivo inicial era unificar a las polis griegas para defenderse de Persia y liberar a las ciudades griegas de Asia Menor que estaban bajo el dominio persa. La alianza tomó su nombre de la isla de Delos, donde se encontraba el tesoro de la liga, y se presentaba como un esfuerzo colectivo en pro de la seguridad y la independencia de las ciudades griegas.
En un principio, la Liga de Delos funcionaba como una coalición voluntaria de polis griegas. Los miembros contribuían con barcos o tributos en forma de dinero para mantener una flota común. Sin embargo, con el tiempo, Atenas utilizó su posición como líder de la liga para consolidar su hegemonía y convertir la alianza en un imperio en la práctica. Esto quedó particularmente claro cuando trasladaron el tesoro de Delos a Atenas en el año 454 a.C., marcando un punto de inflexión hacia la centralización del poder en manos atenienses.
La Liga de Delos permitió a Atenas financiar su expansión militar, comercial y cultural, incluyendo proyectos arquitectónicos como la construcción del Partenón. Sin embargo, también generó tensiones con otras polis griegas, especialmente Esparta, que veían con recelo el creciente poder ateniense. Estas tensiones culminaron en la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), un conflicto devastador que enfrentó a Atenas y su imperio contra Esparta y sus aliados.
El término «Imperio ateniense» se utiliza para describir la transformación de esta alianza inicial en un dominio imperial de facto. Muchas polis que formaban parte de la Liga intentaron rebelarse contra el control ateniense, pero Atenas reprimió estas revueltas, demostrando que ya no era una alianza equitativa. Aunque la Liga de Delos logró sus objetivos originales al derrotar a Persia en varias ocasiones, su evolución en un imperio generó división entre los griegos y contribuyó a la inestabilidad política de la región.
Atenas, por su parte, sufrió falta de tierras y una crisis agraria a finales del siglo VII, lo que también resultó en conflictos civiles. El arconte (magistrado) Dracón promulgó reformas severas en 621 a. C. (de ahí la palabra moderna «draconiano»), pero estas no pudieron acallar el conflicto. Al final las reformas moderadas de Solón (594 a. C.) le dieron a Atenas cierta estabilidad, mejorando la vida de los pobres aun cuando afianzaron a la aristocracia en el poder.
Para el siglo VI a. C. varias ciudades se habían vuelto dominantes en la civilización griega: Atenas, Esparta, Corinto y Tebas. Cada una había puesto las áreas rurales y los pueblos menores a su alrededor bajo su control. Además, Atenas y Corinto se habían convertido en grandes potencias marítimas y mercantiles.
Los rápidos aumentos de población en los siglos VIII y VII desencadenaron un fenómeno emigratorio que afectó a muchos griegos, estableciendo estos colonias en Magna Grecia (Mezzogiorno), Asia Menor y más lejos (ver abajo). La emigración cesó finalmente en el siglo VI. Para entonces el mundo griego había difundido su cultura y su lengua en una extensión que superaba ampliamente los límites de la actual Grecia. Las colonias griegas no eran controladas políticamente por las ciudades que las habían fundado, aunque muchas veces mantenían vínculos religiosos y comerciales entre ellas.
Durante este período ocurrieron grandes desarrollos económicos en Grecia y también en sus colonias de ultramar, que experimentaron crecimiento en el comercio y la manufactura. El nivel de vida de la población también mejoró de manera considerable. Un estudio de Ian Morris estima que la casa griega típica aumentó de coste entre cinco y diez veces entre el 800 y 300 a. C. (27)
En la segunda mitad del siglo VI, Atenas cayó bajo la tiranía de Pisístrato, y luego de sus herederos Hipias e Hiparco. Sin embargo, en 510 a. C., por pedido del aristócrata Clístenes de Atenas, el rey espartano Cleómenes I ayudó a los atenienses a derrocar la tiranía. Poco después, empero, Esparta y Atenas iniciaron relaciones hostiles, y Cleómenes I instauró a Iságoras como arconte pro-espartano.
Con el objetivo de evitar que Atenas se convirtiera en un «gobierno de paja» bajo el reinado espartano, Clístenes propuso a sus conciudadanos atenienses que Atenas sufriera una revolución política, que todos los ciudadanos compartieran el poder independientemente de su estatus, que Atenas se volviera una «democracia». Los atenienses abrazaron esta idea con tantas ganas que después de derrocar a Iságoras e implantar las reformas de Clístenes, pudieron repeler fácilmente una invasión a tres frentes que los espartanos condujeron para reinstaurar a Iságoras. (28) La llegada de la democracia resolvió muchos de los problemas de Atenas, dando inicio a una «edad de oro» para los atenienses.
Grecia clásica
Grecia clásica o Época Clásica (en griego: Κλασική εποχή) por antonomasia es el período de la historia de Grecia comprendido entre la revuelta de Jonia (año 499 a. C., cuando termina la Época Arcaica) y el reinado de Alejandro Magno (336 a. C.-323 a. C., cuando comienza la Época Helenística), o de un modo más genérico, los siglos V y IV a. C.
Se trata de una época histórica en la que el poder de las polis griegas y las manifestaciones culturales que se desarrollaron en ellas alcanzaron su apogeo.
La Grecia Clásica es considerada la etapa de oro de la civilización griega, un período que se extiende aproximadamente entre los siglos V y IV a.C. Durante esta época, Grecia alcanzó su mayor esplendor cultural, político, artístico y filosófico, dejando un legado duradero en la historia de la humanidad. Este período se caracteriza por la consolidación de las polis como la unidad política central, destacando especialmente Atenas y Esparta como protagonistas en los eventos más significativos de la época.
El siglo V a.C. comenzó con la victoria de las polis griegas sobre el Imperio persa en las Guerras Médicas, un conflicto que marcó la capacidad de los griegos para defender su independencia frente a un enemigo poderoso. La victoria fortaleció el papel de Atenas como líder militar y cultural, lo que llevó a la creación de la Liga de Delos, una alianza que inicialmente tenía como objetivo proteger a las ciudades griegas, pero que se transformó en un imperio ateniense bajo la hegemonía de esta ciudad. Durante este período, Atenas vivió su apogeo bajo el liderazgo de Pericles, un estadista que promovió la democracia, impulsó grandes proyectos arquitectónicos como el Partenón y fomentó el florecimiento del arte, la literatura y la filosofía.
Busto de Pericles. Hasta tal punto se identifica con su época, que se denomina «siglo de Pericles» al siglo V a. C., especialmente a sus décadas centrales, caracterizadas por el dominio de Atenas sobre Grecia (tanto en lo político y militar —Imperio ateniense— como en lo cultural), y de Pericles sobre la democracia ateniense. Copy after Kresilas – Marie-Lan Nguyen. CC BY 2.5. Original file (2,600 × 3,900 pixels, file size: 7.75 MB).
La democracia ateniense alcanzó su forma más desarrollada durante esta etapa, permitiendo a los ciudadanos participar activamente en la toma de decisiones políticas. Este sistema, aunque limitado a hombres libres y excluyente con mujeres, esclavos y extranjeros, marcó un hito en la historia del gobierno participativo. Paralelamente, en Esparta, se consolidó un modelo de sociedad militarista, enfocado en la disciplina y el entrenamiento bélico, lo que contrastaba con el énfasis cultural e intelectual de Atenas.
La Guerra del Peloponeso, un largo conflicto entre Atenas y Esparta, marcó el siglo IV a.C. Este enfrentamiento, que duró casi treinta años, debilitó a las polis griegas y puso fin al predominio ateniense. Esparta logró imponerse temporalmente, pero la victoria dejó a Grecia fragmentada y vulnerable. Este contexto permitió el ascenso de Macedonia bajo el liderazgo de Filipo II y, posteriormente, de su hijo Alejandro Magno.
En el ámbito cultural, la Grecia Clásica fue testigo del auge de figuras como Sócrates, Platón y Aristóteles, cuyas ideas filosóficas sentaron las bases del pensamiento occidental. También fue un período de grandes avances en la escultura, con artistas como Fidias y Policleto, y en la literatura, con tragedias y comedias de autores como Sófocles, Eurípides y Aristófanes. La arquitectura alcanzó su perfección formal con el desarrollo de estilos como el dórico y el jónico, que se reflejan en monumentos icónicos.
En términos científicos, los griegos realizaron contribuciones significativas en matemáticas, astronomía y medicina, con figuras destacadas como Hipócrates y Euclides. Estas disciplinas se integraron en un marco de pensamiento racional que buscaba explicar el mundo mediante la observación y el razonamiento, alejándose de explicaciones míticas.
La Grecia Clásica representa el momento culminante de la civilización griega antes de la expansión helenística bajo Alejandro Magno. Este período dejó una huella imborrable en la historia universal, estableciendo ideales de belleza, conocimiento y organización política que siguen siendo una referencia en el mundo contemporáneo. A pesar de su final marcado por la división interna y la conquista macedonia, su legado cultural y filosófico perdura como uno de los pilares fundamentales de la civilización occidental.
En el siglo V a. C. Atenas y Esparta, rivales tradicionales, tendrían que aliarse ante la mayor amenaza a la que la Grecia Antigua se enfrentaría hasta la conquista romana; después de aplastar la revuelta jónica (una rebelión de las ciudades griegas de Jonia), Darío I de Persia, rey de los reyes de la dinastía aqueménida, decidió subyugar a Grecia. Su invasión en el 490 a. C. fue sofocada por la heroica victoria ateniense en la batalla de Maratón bajo Milcíades el Joven. Jerjes I de Persia, heredero de Darío I, intentó su propia invasión diez años después. Pero a pesar del número abrumador de soldados en su ejército, Jerjes I fue derrotado después de la famosa batalla de retaguardia de las Termópilas y las victorias de los aliados griegos en las batallas de Salamina, Mícala y Platea. Las guerras médicas continuaron hasta 449 a. C., conducidas por los atenienses y su Confederación de Delos, durante las que Macedonia, Tracia, las Islas del Egeo y Jonia fueron liberadas de la influencia de Persia.
La Liga de Delos fue una alianza militar liderada por Atenas, fundada en el año 478 a.C. tras las Guerras Médicas, con el objetivo inicial de defender a las polis griegas contra nuevas amenazas persas y liberar a las ciudades griegas de Asia Menor del dominio persa. Su nombre proviene de la isla de Delos, donde inicialmente se guardaba el tesoro común de la alianza.
La Liga comenzó como una coalición de polis independientes que contribuían con barcos o tributos monetarios, pero con el tiempo se transformó en un instrumento del poder ateniense. Atenas utilizó los recursos de la Liga para construir una poderosa flota y financiar grandes proyectos, como el Partenón, consolidando su hegemonía sobre los demás miembros. En el año 454 a.C., el tesoro fue trasladado de Delos a Atenas, marcando la transformación de la Liga en el «Imperio ateniense».
Aunque la Liga fue efectiva en contener la amenaza persa, muchas polis comenzaron a resentir el control ateniense. Atenas reprimió con dureza las revueltas de sus aliados, lo que aumentó las tensiones internas y contribuyó al estallido de la Guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta. La derrota de Atenas en esta guerra marcó el fin de la Liga de Delos como una entidad efectiva. Sin embargo, su existencia simbolizó tanto la capacidad de los griegos para unirse ante una amenaza común como las divisiones internas que finalmente debilitaron a las polis griegas.
Imperio Ateniense hacia el 450 a. C.Converted tu SVG by Jarke. CC BY-SA 3.0. Original file (SVG file, nominally 993 × 794 pixels, file size: 1.92 MB).
En el siglo V a. C. Atenas y Esparta, rivales tradicionales, tendrían que aliarse ante la mayor amenaza a la que la Grecia Antigua se enfrentaría hasta la conquista romana; después de aplastar la revuelta jónica (una rebelión de las ciudades griegas de Jonia), Darío I de Persia, rey de los reyes de la dinastía aqueménida, decidió subyugar a Grecia. Su invasión en el 490 a. C. fue sofocada por la heroica victoria ateniense en la batalla de Maratón bajo Milcíades el Joven. Jerjes I de Persia, heredero de Darío I, intentó su propia invasión diez años después.
Pero a pesar del número abrumador de soldados en su ejército, Jerjes I fue derrotado después de la famosa batalla de retaguardia de las Termópilas y las victorias de los aliados griegos en las batallas de Salamina, Mícala y Platea. Las guerras médicas continuaron hasta 449 a. C., conducidas por los atenienses y su Confederación de Delos, durante las que Macedonia, Tracia, las Islas del Egeo y Jonia fueron liberadas de la influencia de Persia.
La posición entonces dominante del imperio ateniense marítimo amenazó a Esparta y a la Liga del Peloponeso, compuesta de ciudades de Grecia continental. Inevitablemente, encendió la guerra del Peloponeso (431 a. C.-404 a. C.). Aunque la inmensa mayoría de la guerra fue un punto muerto, Atenas sufrió varios reveses durante el conflicto. Una gran peste en el 430 a. C., seguida por una campaña militar desastrosa llamada la expedición a Sicilia, debilitó severamente a Atenas.29 Esparta provocó una rebelión entre los aliados de Atenas, debilitando aún más la capacidad ateniense de hacer la guerra. El momento decisivo llegó en el 405 a. C. cuando Esparta cortó las provisiones de grano del Helesponto a Atenas. Obligada a atacar, la armada ateniense paralizada fue decisivamente vencida por los espartanos bajo el mando de Lisandro en Egospótamos. En 404 a. C. Atenas demandó la paz y Esparta dictó un acuerdo previsiblemente severo: Atenas perdió sus murallas (incluyendo los Muros Largos), su armada y todas sus posesiones en ultramar.
Un guerrero griego antiguo. Uno de los bronces de Riace, del siglo V a. C. Original file (1,444 × 2,370 pixels, file size: 2.12 MB). Foto: Luca Galli en Flikr.com. CC BY 2.0.
Entonces Grecia empezó el siglo IV a. C. bajo hegemonía espartana, pero estaba claro desde el principio que era débil. Una crisis demográfica privó a Esparta de parte de su población, y para 395 a. C. Atenas, Argos, Tebas y Corinto sentían que podían desafiar el dominio espartano, resultando en la guerra de Corinto (395-387 a. C.). Otra guerra llena de puntos muertos que terminó restableciendo el statu quo.
La hegemonía espartana duró 16 años más hasta que, al tratar de imponer su voluntad sobre los tebanos, los espartanos sufrieron una derrota decisiva en Leuctra (371 a. C.). A continuación el brillante general tebano Epaminondas condujo a las tropas tebanas hacia el Peloponeso, donde otras ciudades-estado desertaron de la causa espartana. Por lo tanto los tebanos pudieron marchar a Mesenia y liberar a la población. Privada de sus tierras y sus siervos, Esparta declinó y se convirtió en una potencia de segunda clase. La nueva hegemonía tebana duró poco tiempo; en la batalla de Mantinea en el 362 a. C., Tebas perdió a su líder clave, Epaminondas, y muchísimas tropas, aunque salió victoriosa en la batalla. De hecho, todas las ciudades-estado perdieron bastantes hombres, de manera que ninguna pudo restablecer su dominio.
La situación de debilidad de la Grecia central coincidió con el surgimiento de Macedonia, encabezada por Filipo II. En veinte años Filipo había unificado su reino, mientras lo ampliaba hacia el norte y el oeste a costa de tribus ilirias y conquistaba Tesalia y Tracia. Sus éxitos en parte se debían a sus muchas innovaciones militares. Filipo solía intervenir en los asuntos de las ciudades-estado del sur, culminando en su invasión de 338 a. C. Al derrotar decisivamente al ejército aliado de Tebas y Atenas en la batalla de Queronea, se convirtió en el hegemón de facto de toda Grecia. Obligó a la mayoría de las ciudades-estado a unirse a la Liga de Corinto, aliándose con ellas y previniendo que lucharan entre sí. Luego Filipo entró en guerra contra la dinastía aqueménida (persas), pero fue asesinado por Pausanias de Orestis al comienzo del conflicto.
Alejandro Magno, heredero de Filipo, prosiguió la guerra. Alejandro derrotó a Darío III de Persia y desmanteló completamente la dinastía aqueménida, anexionándola a Macedonia y ganándose el epíteto de «Magno». A la muerte de Alejandro en el 323 a. C., el poder y la influencia de Grecia estaban en su apogeo. Sin embargo hubo un cambio fundamental, fuera de la fuerte independencia y la cultura clásica de las polis, y hacia la cultura helenística en vías de desarrollo.
Grecia helenística
Se denomina período helenístico, helenismo o periodo alejandrino (Ἑλληνισμός en griego clásico; Ελληνιστική περίοδος en griego moderno; Hellenismus en latín) a una etapa de la Antigüedad mediterránea posterior a la Grecia Clásica, sus límites son las muertes de Alejandro Magno (323 a. C.) y de Cleopatra VII y Marco Antonio (30 a. C.). (ref: Bianchi Bandinelli, 1981, p. 33). Le sigue el predominio del Imperio romano conseguido por su conquista del Egipto ptolemaico, que significó el final del último gran Estado helenístico. El término helenístico viene del verbo hellazein, que significa «hablar griego o identificarse con los griegos» y se refiere a las sociedades influenciadas por la cultura griega después de las conquistas de Alejandro Magno. Debe distinguirse de helénico, que se refiere directamente a pueblos de etnia griega y que proviene de la palabra griega antigua Hellás (Ἑλλάς), que se usaba para referida al territorio propiamente griego. (ref. Sacks, 2014, p. 148.). Después que el Reino de Macedonia conquistó al Imperio aqueménida en 330 a. C., desintegrándose poco después, se establecieron reinos helenísticos en Asia Occidental (seléucidas y atálidas), Balcanes (antigónidas), Norte de África (Egipto ptolemaico) y Asia del Sur (grecobactrianos e indogriegos). (ver ref. Rempel, Gerhard (2008). Hellenistic Civilization. Western New England College.)
Las principales dinastías surgidas fueron los seléucidas, antigónidas y ptolemaicos. (ver: Gabelko, 2017, p. 319.). Así, vastos territorios acostumbrados a ser gobernados por oficiales persas que hablaban arameo pasaron a ser gobernados por nobles macedonios greco parlantes. Esto resultó en la afluencia de colonos griegos y la exportación de su cultura e idioma a estos nuevos reinos, creando un espacio cultural que llegaba hasta el subcontinente indio. Estos nuevos reinos también fueron influenciados por las culturas indígenas, adoptando prácticas locales cuando se consideraban beneficiosas, necesarias o convenientes. Así, el helenismo representa una fusión entre la cultura griega clásica y las de Asia y África Dicho sincretismo en creencias religiosas y rituales fue alentado por los gobernantes helenos para legitimar su poder ante los locales. (ver refs. Holland, 2009, p. 278; Green, 1990, p. XV-XVII.).
El Apolo de Belvedere. Es una copia romana del siglo II a. C., se basa en un original perdido de finales del siglo IV a. C., aunque es muy probable que sea un pastiche basado en más de un original. Según Fleming y Honour, su postura casi danzarina, su físico afeminado, complejo peinado y rostro bello contrasta con las estatuas masculinas de la Atenas del siglo V a. C.. Debe mencionarse que con Alejandro Magno se estableció entre los griegos la moda de ir afeitado. (ref: Fleming, 2004, p. 181.). Foto: Belmonte77. Original file (2,678 × 4,174 pixels, file size: 7.69 MB. )
Como resultado surgió el griego koiné (κoινή, «común»), una versión simplificada del dialecto ático, que se convirtió en la lengua franca de esa parte del mundo gracias a que se instaló un sistema educacional que adoctrinó a los hijos de los aristócratas locales en la filosofía, matemáticas, ciencias naturales, ideales de belleza y orden y reverencia por el atletismo que tenían los griegos. (Ver Holland, 2009, p. 278.). Al mismo tiempo, ciudades clásicas como Atenas, Esparta o Tebas, entre otras, entraron en decadencia (Assis, 2014, p. 106.) y el centro cultural del mundo griego pasó de Atenas a Alejandría y en menor medida Pérgamo, Antioquía del Orontes, Siracusa Seleucia del Tigris (ver Fleming, 2004, p. 180.) y Rodas. (ver Fairbanks, 1910, p. 273.). El impacto fue tal que siglos después, escritores griegos y romanos relataban que el griego era una lengua muy usada en Egipto, Siria e incluso lejano Oriente, que las obras de Homero, Eurípides o Sófocles se leían por toda Asia, especialmente entre la nobleza persa, y los habitantes de India, Bactriana y el Cáucaso adoraban a los dioses olímpicos.
Se fundaron numerosas ciudades que siguieron el modelo de las polis (ciudades-estado) clásicas, con constituciones escritas, ciudadanía limitada y edificios públicos, incluidos templos, gimnasios, mercados y bibliotecas basadas en la arquitectura griega. (Holland, 2009, p. 278.). Sin embargo, los grandes y ricos reinos establecidos por los sucesores de Alejandro Magno, junto a la monarquía de Siracusa, desplazaron a las polis como las principales unidades políticas. Así, la cultura política basada en asambleas de ciudadanos que debatían la política de su ciudad y la defendían como soldados a tiempo parcial fue reemplazada por una dominada por reyes gobernantes y hombres de negocios. (ver Sacks, 2014, p. 148.) El sentimiento de lealtad patriótica a la polis fue suplantado un cosmopolitismo sin fidelidad a ningún Estado en particular. En consecuencia, los ciudadanos se volvieron más individualistas, lo que se ejemplifica en el surgimiento de escuelas filosóficas centradas en la vida personal y de las religiones mistéricas. A nivel religioso, la ética pasó a quedar cada vez más en mano de distintas escuelas filosóficas, hubo nuevas interpretaciones para los dioses olímpicos o se los identificó con foráneos, y se introdujo un culto extranjero que satisfacía las necesidades que los ritos tradicionales no podían cumplir. (ver Fairbansk, 1910, pp. 278-279.)
Los eruditos e historiadores están divididos sobre qué evento señala el fin de la era helenística. Existe una amplia gama cronológica de fechas propuestas que han incluido la conquista final del corazón del mundo griego por la República romana en el 146 a. C., después de la guerra aquea, la derrota del Egipto ptolemaico en Accio en el 31 a. C., después de la muerte de Adriano en el 138, o el traslado de la capital de Roma a Constantinopla por Constantino el Grande en 330. Sin embargo, la mayoría de los eruditos y arqueólogos lo fechan en el 31 o 30 a. C..
- Green, 1990, p. XIII.
- Anderson, 2015, p. 290.
La Venus de Médici. Es la mejor conservada de las 33 copias o versiones conocidas de una original perdida y que pudo realizar en los siglos III o II a. C.. Según Fleming y Honour, la primera pudo ser influenciada por la Afrodita de Cnido, aunque es menos idealizada y más rolliza y flácida, mostrando un atisbo de coquetería en su giro de cabeza y una actitud seductora con su gesto protector en las manos. Se denota el típico tratamiento del mármol en el período, buscando que su textura se asemejara a la suavidad y calidez de la carne para indicar elegancia, mundanidad y sofisticación a la vez. Foto: Wai Laam Lo. Venus de’ Medici, Galleria degli Uffizi, Florence, Italy. CC BY-SA 3.0. Original file (1,713 × 4,568 pixels, file size: 11.76 MB).
El período helenístico de Grecia se extiende desde la muerte de Alejandro Magno en 323 a.C. hasta la conquista romana del último reino helenístico, Egipto, en el 31 a.C. Este período se caracteriza por la expansión de la cultura griega más allá de las fronteras tradicionales de Grecia, fusionándose con las culturas de Oriente Próximo, Egipto y Asia Central, creando una rica y diversa civilización helenística.
Tras la muerte de Alejandro, su vasto imperio fue dividido entre sus generales, conocidos como los diádocos, quienes fundaron dinastías como los Ptolomeos en Egipto, los Seléucidas en Asia y los Antigónidas en Macedonia. Estos reinos helenísticos adoptaron sistemas de gobierno monárquicos centralizados, marcando una ruptura con las tradicionales polis griegas autónomas. Aunque divididos políticamente, los reinos compartieron una cultura común basada en el idioma griego y la herencia de las conquistas de Alejandro.
El helenismo fomentó un notable florecimiento cultural, destacando en áreas como la filosofía, la ciencia, las artes y la arquitectura. Alejandría, en Egipto, se convirtió en un centro intelectual de primer orden, hogar de la famosa Biblioteca de Alejandría y de pensadores como Euclides, Arquímedes y Eratóstenes. En filosofía, se desarrollaron escuelas como el estoicismo y el epicureísmo, que buscaban ofrecer respuestas a los desafíos de un mundo cada vez más cosmopolita y diverso.
En las artes, el período helenístico introdujo un estilo más realista y emocional en la escultura y la pintura, representando con gran detalle tanto la figura humana como escenas de la vida cotidiana. La arquitectura también evolucionó, con la construcción de grandes ciudades y monumentos diseñados para impresionar y reflejar el poder de los reinos helenísticos.
El período helenístico fue también una época de intensa interacción cultural. La lengua griega se convirtió en la lingua franca del mundo mediterráneo y cercano oriente, facilitando el comercio, la comunicación y la difusión del conocimiento. Sin embargo, las guerras constantes entre los reinos helenísticos y las tensiones internas debilitaron progresivamente estos estados, allanando el camino para la expansión de Roma.
El período helenístico concluyó formalmente con la victoria romana sobre Cleopatra VII y Marco Antonio en la batalla de Actium en el 31 a.C., marcando la incorporación del mundo helenístico al Imperio romano. No obstante, la influencia cultural del helenismo perduró, integrándose en la cultura romana y formando uno de los pilares de la civilización occidental.
El período helenístico duró desde 323 a. C., cuando terminaron las guerras de Alejandro Magno, hasta la conquista de Grecia por la república romana en el 146 a. C. Aunque el establecimiento del dominio romano no rompió la prolongada continuidad en la sociedad y la cultura helenísticas —que se mantendrían en la misma forma básica hasta la llegada del cristianismo— sí señaló el final de la independencia política griega.
Durante el período helenístico la importancia de «la propia Grecia» (es decir, el territorio de la actual Grecia) se redujo bruscamente en el mundo grecoparlante. Los grandes centros de la cultura helenística eran Alejandría y Antioquía, las capitales de Egipto ptolemaico y Siria seléucida respectivamente. (30)
Las conquistas de Alejandro tuvieron varias consecuencias para las ciudades-estado griegas. Ampliaron enormemente las fronteras de los griegos y acabaron en una emigración continua, especialmente de los jóvenes y los ambiciosos, hacia los nuevos imperios griegos al este. (31) Muchos griegos emigraron a Alejandría, Antioquía y a las muchas otras ciudades helenísticas nuevas que se fundaron en la estela de Alejandro, tan lejos como los actuales Afganistán y Pakistán, donde sobrevivieron los reinos grecobactriano e indogriego hasta finales del siglo I a. C., culminando así una era histórica donde las culturas de Europa, África y Asia se fusionaron, las rutas comerciales y el intercambio cultural tuvieron una extensión sin precedentes.
Alejandro Magno (busto siglo II a. C., Alexandría). Continuó el plan de su padre Filipo II en afirmar el dominio sobre Grecia, extendió los territorios hasta el sureste de Europa, y puso en marcha en plan panhelénico para arrebatarle el imperio a Persia: las ciudades griegas de Asia menor hasta Egipto, y finalmente conquistó el imperio persa, hasta llegar a Afganistán y límites de la India. Falleció a los 32 años. Foto: Jastrow (2006). Dominio Público.
Después de la muerte de Alejandro y tras varios conflictos, su imperio se dividió entre sus generales, resultando en el Reino Ptolemaico (basado en Egipto), el Imperio seléucida (basado en el Levante), Mesopotamia y Persia, y la Dinastía Antigónida (basada en Macedonia). En el período intermedio, las polis de Grecia pudieron recobrar un poco de su libertad, aunque tenían que rendirle cuentas nominalmente al Reino Macedonio. Las ciudades-estado se quedaron en dos ligas: la Liga Aquea (incluyendo Tebas, Corinto y Argos) y la Liga Etolia (incluyendo Esparta y Atenas). En la mayor parte del período hasta la conquista romana, estas ligas solían estar en guerra entre sí, mientras se aliaban a partidos distintos en los conflictos entre los diádocos (antiguos generales de Alejandro, herederos de su reino).
El reino antigónida de Macedonia se implicó en una guerra con la república romana a finales del siglo III a. C. Aunque la primera guerra macedónica quedó inconclusa, los romanos siguieron haciendo la guerra con Macedonia en las denominadas guerras macedónicas. Coincidentemente con el desarrollo de la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago, durante la primera guerra macedónica el reino antigónida, bajo Filipo V, se alió con Cartago. Dicha alianza no tuvo mayores consecuencias e, inclusive, en esta lucha entre grandes potencias como Macedonia, Roma y Cartago, algunos sectores griegos tomaron partido por Roma. (32)
Hacia el año 168 a. C., finalizada la tercera guerra macedónica y derrotado Perseo ―heredero de Filipo V―, Macedonia fue anexada por Roma y dividida en cuatro repúblicas independientes que no tenían permitido ni el comercio ni el matrimonio entre sus habitantes.33 En 150 a. C., Andrisco diciéndose hijo de Perseo de Macedonia, realizó varias ofensivas contra Roma, hasta su derrota y la conversión definitiva de Macedonia en provincia romana.33
La Liga Etolia se había vuelto recelosa de la participación romana en Grecia, y se había puesto de parte de los seléucidas en la Guerra romano-siria. Cuando los romanos terminaron victoriosos, esta liga también se anexionó a la república. Aunque la Liga Aquea duró más que la Liga Etolia y Macedonia, también fue derrotada e incorporada por los romanos en el 146 a. C. ―y la rica ciudad de Corinto destruida tras un intento inútil de resistencia―, terminando Roma con la independencia de toda Grecia. La república romana había desarrollado con éxito su estrategia de dividir y enfrentar entre sí a sus adversarios, lo que posteriormente se conocería como divide et impera, locución que pasaría a la Historia en diferentes contextos. (34)
Los mayores dominios helenísticos del siglo IV y III a. C., heredados de la campaña de Alejandro Magno contra Persia: el Reino Ptolemaico (azul oscuro), el Imperio seléucida (amarillo), Macedonia (verde) y Epiro (rosa). Los generales que heredaron su imperio tuvieron un prolongado enfrentamiento entre sí mismos por largas décadas: la Guerra de los Diádocos. Tras un lógico debilitamiento, en el siglo II a. C Roma se apoderó de Grecia, Egipto y Asia menor.
Grecia romana
Grecia romana (Graecia Romana en latín) es la denominación del periodo de historia de Grecia que siguió a la victoria romana sobre la Liga Aquea en la batalla de Corinto, en el año 146 a. C., hasta la escisión del Imperio romano en dos partes, que tuvo lugar en el año 395 y que es cuando comienza la historia del Imperio romano de Oriente.
Se denomina como Imperio romano de Oriente, Imperio bizantino o, simplemente, Bizancio a la mitad oriental del Imperio romano desde el 395, que pervivió durante toda la Edad Media y el comienzo del Renacimiento. Su capital se encontraba en Constantinopla (griego: Κωνσταντινούπολις, actual Estambul), construida sobre la antigua Bizancio, importante ciudad colonial de la Tracia griega fundada hacia el 667 a. C. Durante la Antigüedad tardía, época en que el Imperio romano de Occidente todavía existía. Debido a su posterior carácter helenístico —al punto de reemplazar al latín por el griego como lengua oficial— algunos historiadores han optado por referirse a este Estado como un imperio esencialmente griego.
Escena de la batalla de Corinto (146 a. C.): El último día antes de que las legiones romanas saquearan e incendiaran la ciudad griega de Corinto. Le Dernier Jour de Corinthe, Tony Robert-Fleury, 1870. Sailko y un autor más. CC BY 3.0. Original file (2,952 × 2,024 pixels, file size: 3.09 MB).
Intervenciones militares de Roma en Grecia
Desde finales del siglo III a. C., en que tuvieron lugar las guerras ilíricas, Roma había estado presente en enfrentamientos bélicos en el área del Adriático. En la segunda guerra macedónica (200-196 a. C.), aliado con otros territorios griegos, Roma derrotó al Reino de Macedonia y proclamó la libertad de las ciudades griegas, que en la práctica suponía para Roma el inicio de una política intervencionista en toda la región helénica con el pretexto de garantizar esas libertades. En la guerra contra Nabis (195 a. C.) librada a continuación, los romanos fueron parte de la alianza que derrotó a los espartanos, que tuvieron que renunciar al control sobre Argos. Tras el fin de esta guerra, los romanos evacuaron todas sus tropas de Grecia, pero enseguida se produjo un nuevo enfrentamiento, esta vez contra Antíoco III, que reinaba en el Imperio seléucida. El resultado de esta guerra (192-188 a. C.) fue plasmado en la Paz de Apamea y supuso que el Imperio seléucida, derrotado, dejara de ser un peligro para el expansionismo romano en Oriente.
Posteriormente, se desencadenó la tercera guerra macedónica (171-168 a. C.), en la que Roma derrotó definitivamente a Macedonia, que fue convertida en provincia romana en 148 a. C. Por otra parte, los romanos ejercieron acciones de represión contra Iliria, Epiro y numerosos políticos antirromanos de la Liga Aquea. Además la Liga Etolia fue disuelta y se tomaron medidas que debilitaron a Rodas y al Reino de Pérgamo.
- VV.AA. (1998). Universidad de Salamanca, ed. Historia de la Grecia Antigua. Salamanca. pp. 403-425. ISBN 84-7481-889-3.
Mapa de la segunda guerra romano-macedónica.(200 to 196 BC). Pasztilla aka Attila Terbócs, Marsyas, Willyboy. CC BY-SA 4.0. Original file (SVG file, nominally 992 × 794 pixels).
Ocupación definitiva de Grecia por los romanos
Grecia se convirtió en un protectorado romano en 146 a. C., tras la derrota sufrida por una coalición encabezada por la Liga Aquea. Las islas del mar Egeo fueron añadidas a este territorio en 133 a. C. Atenas y otras ciudades griegas se rebelaron en 88 a. C., y toda la península fue aplastada por las tropas del general romano Sila. Las guerras civiles romanas devastaron el territorio aun más, hasta que Augusto organizó la península como la provincia de Acaya en 27 a. C. Además de esta provincia, otras zonas helénicas estaban incluidas en las provincias de Macedonia, Tracia y Epiro.
- Sánchez León, María Luisa (1998). El Alto Imperio Romano (14-235). Madrid: Síntesis. pp. 34-35. ISBN 84-7738-585-8.
Con respecto a la cultura helénica, está se relacionaba en muchos ámbitos con la romana, hasta el punto de que se puede hablar de una cultura greco-romana. El idioma griego sirvió como lengua franca en el Este y en Italia, y muchos intelectuales griegos desarrollaron la mayor parte de sus trabajos en Roma.
Bajo dominio de Roma, al menos durante la época republicana, Grecia entró en un periodo de decadencia económica en la que muchas ciudades quedaron despobladas. El abandono de los cultivos trató de ser revertido en algunos lugares por las autoridades mediante concesiones de tierras comunales a particulares en condiciones ventajosas. (Ver fuente: Sartre, Maurice (1994). El oriente romano. Madrid: Akal. pp. 224-232.). Por otra parte, la cultura griega fue muy admirada por los romanos; como decía Horacio, “Grecia cautiva a su salvaje conquistador”. (Las epopeyas de Homero inspiraron la Horacio, Epístolas II,156.). Eneida de Virgilio, y autores como Séneca escribieron con estilo griego.
Algunos personajes romanos destacados, sin embargo, rechazaban las costumbres griegas, por considerar que corrompían los valores tradicionales romanos. También había rasgos de la civilización griega, como la pederastia, las bacanales y las doctrinas epicúreas, que estaban mal vistos, en general.
- (Ramos Jurado, Enrique (2000-2002). «La valoración de los romanos por los griegos en época helenística». Excerpta Philologica. 10-12: 148.).
El emperador Nerón, a pesar de que proclamó la libertad de los griegos en los Juegos Ístmicos en Corinto, expolió muchas obras de arte de Grecia y destruyó otras. Otros emperadores, como César Augusto, Claudio, Domiciano, Trajano, Adriano y Marco Aurelio, sin embargo, favorecieron a las ciudades griegas patrocinando nuevas construcciones. Entre ellos puede destacarse especialmente al emperador Adriano, que había sido educado en la cultura griega. Otro evergeta muy destacado fue Herodes Ático.
- Zaccaria, Laura Isabel (2007). «El emperador Hadriano y su labor de revalorización de Atenas». XI Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia.Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Tucumán (San Miguel de Tucumán)
Al mismo tiempo, la población de Grecia y de la mayoría del oriente romano fueron desarrollando sentimientos cristianos. De hecho Corinto y Atenas estuvieron entre los destinos a los que el apóstol Pablo llegó a predicar, y pronto Grecia se convirtió en una de las áreas más cristianizadas del imperio.
Para superar la crisis del siglo III se dividió el imperio dos partes —occidental y oriental— gobernadas cada una por un augusto ayudado por un césar quien estaba destinado a sucederlo. La antigua Grecia quedaría en el lado oriental, siendo el sustrato cultural del posteriormente conocido como Imperio bizantino. (Mapa: Kopiersperre). CC BY-SA 4.0.
Con la locución Grecia Romana se denomina al período de la Historia de Grecia que siguió a la victoria romana sobre los corintios tras la batalla de Corinto, en el año 146 a. C., hasta el restablecimiento de la ciudad de Bizancio y su nombramiento, por el emperador Constantino I, como capital del Imperio romano (la Nueva Roma) renombrada Constantinopla en el año 330.
La colonización política de Grecia por parte de Roma tuvo su contrapartida en una especie de colonización cultural inversa. La cultura romana fue, de hecho, una cultura greco-romana. El griego, como idioma, se convirtió en lengua franca en el Este y en Italia. En las casas de los nobles romanos, por su parte, dicho idioma se convirtió en el usual y los niños nobles solían ser educados por preceptores griegos. (35)
La vida interna de Grecia durante el dominio romano no se vio culturalmente afectada. Sí hubo, en cambio, modificaciones importantes en la organización de la estructura social. A la desaparición de la llamada «clase media» siguió el desvanecimiento de la diferencia clásica entre patricios y plebeyos, formándose, en cambio, una nueva capa compuesta por patricios y plebeyos ricos: la nobleza oficial, cerrada al movimiento social y aspirante a la ocupación de los mejores puestos públicos, (36) así como un nuevo sector financiero protocapitalista, beneficiado con la caída de las ricas ciudades comerciales de Cartago y Corinto. (36)
Durante los siglos II y III, Grecia fue dividida en provincias, que incluían a Achaea, Macedonia, Epiro, Tracia, y Moesia.
Aunque Grecia siguió siendo parte de la relativamente unificada «mitad levantina» del Imperio romano, durante el reino de Constantino el centro del Oriente se desplazó a Constantinopla y Anatolia. Atenas, Esparta y las otras ciudades griegas perdieron su importancia y muchas de sus estatuas y otras manifestaciones artísticas fueron llevadas a Constantinopla.
Imperio romano tardío
Durante el reinado de Diocleciano, a finales del siglo III, se produjo una importante reforma administrativa en la que Grecia quedaba encuadrada dentro de la diócesis de Mesia. Probablemente bajo el emperador Constantino I hubo nuevos cambios administrativos tras los que Grecia pasó a formar parte de las diócesis de Macedonia y de Tracia. Teodosio I dividió la diócesis de Macedonia en las provincias de Creta, Acaya, Tesalia, Epirus Vetus, Epirus Nova, y Macedonia. Las islas del mar Egeo formaron la provincia de Insulae dentro de la diócesis de Asia.
Durante el tiempo de Teodosio, Grecia hizo frente a las invasiones de los hérulos, godos y vándalos. Los visigodos, comandados por Alarico, invadieron a finales del siglo IV Tesalia, se internaron en Grecia y saquearon Esparta, Corinto y Argos. Atenas no fue saqueada, probablemente porque se rindió rápidamente. Arcadio, emperador del Imperio romano de Oriente, permitió a Alarico permanecer en Grecia, lo nombró magister militum y le encomendó salvaguardar las fronteras. Sin embargo Estilicón, general del Imperio romano de Occidente, lo combatió a partir del 397 y estuvo a punto de derrotarlo, pero no consiguió evitar que se retirara del Peloponeso hacia el Epiro. Después, Alarico y los godos se dirigieron a Italia y saquearon Roma en el 410.
- Fernández Ruiz, Sandra (2018/19). «Alarico y el saqueo de Roma». Máster del Mediterráneo al Atlántico: la construcción de Europa entre el mundo antiguo y el mundo medieval. Universidad de Cantabria.
- Zósimo, Nueva historia, libro V.
Durante el reino de Constantino, el centro del Oriente se desplazó a Constantinopla y Anatolia. No obstante, Grecia siguió siendo un centro poderoso de la cristiandad a finales del Imperio romano y en los comienzos del Imperio bizantino.
Las Colonias griegas
Durante la época arcaica, la población de Grecia creció fuera de la capacidad de su limitada tierra arable (según un cálculo, la población se multiplicó más de diez veces entre el 800 y el 400 a. C., desde 800 000 hasta una población total estimada entre 10 y 13 millones). (37)
Hacia 750 a. C. los griegos empezaron 250 años de expansión, colonizando en todas las direcciones. Al este, colonizaron primero la costa egea de Asia Menor; luego Chipre y las costas de Tracia, el mar de Mármara y la costa meridional del mar Negro. Al final la colonización griega llegó tan lejos que alcanzó, al noreste, zonas de Ucrania y Rusia (Taganrog). Al oeste colonizaron las costas de Iliria, Sicilia e Italia del sur; luego Francia del sur, Córcega y aun España del noreste. También se establecieron colonias griegas en Egipto y Libia. Las actuales Siracusa, Nápoles, Marsella y Estambul empezaron como las colonias griegas Syracusae (Συρακούσαι), Neápolis (Νεάπολις), Massalia (Μασσαλία) y Byzantion (Βυζάντιον).
Estas colonias desempeñaron un papel en la difusión de la influencia griega a través de Europa, y también ayudaron a establecer redes de comercio de larga distancia entre las ciudades-estado griegas, estimulando la economía en la Antigua Grecia.
Se pueden distinguir dos sociedades en la colonización griega.
- «Colonización protohistórica»: la que se produjo en los primeros siglos del primer milenio a. C. Ante la presión ejercida desde Grecia continental por el avance migratorio desde el norte de la península balcánica de pueblos indoeuropeos, elementos griegos de la península helénica se establecieron en las costas de Anatolia. Testimonios indirectos de este periodo se encuentran en la repartición dialectal y en la tradición mitográfica y mitológica.
- «Colonización histórica» o «segunda colonización» o simplemente «colonización»: la expansión de los griegos por todo el Mediterráneo entre los siglos VIII y VI a. C., y, con menor frecuencia, durante el V.
Mapa de los territorios y colonias de Grecia durante la Época Arcaica. Mapa: Dipa1965, Dodecaedro y rowanwindwhistler. CC BY-SA 4.0. Original file (SVG file, nominally 10,012 × 5,437 pixels, file size: 872 KB).
Motivaciones. Los conflictos internos
Stasis se llama a toda crisis interior que conduce a la guerra civil. La colonización es una manera de evitar este tipo de guerra, del grupo que se halla en minoría fundando una nueva polis (ciudad). No se trata forzosamente de un conflicto entre la aristocracia y el pueblo, sino sobre todo de las luchas por el poder entre grupos aristocráticos, o de una posición en el interior del grupo dirigente, como es por ejemplo en Corinto.
Los colonos tienen el deseo de fundar una ciudad ideal. Esta decisión no se toma más que en una situación de extrema gravedad.
Las motivaciones comerciales
El aprovisionamiento de la ciudad es una necesidad vital para la metrópoli, sin embargo, la realidad sobre las motivaciones comerciales es bastante compleja.
Las motivaciones no son siempre seguras, puesto que no se conoce siempre la situación de la metrópolis. Además, el volumen de intercambios entre la colonia y la métropoli era a menudo insuficiente para hacer vivir a la colonia. Las colonias griegas fundadas por razones comerciales son bastante raras: se puede citar las cleruquías de Atenas o Naucratis.
Durante la época arcaica, la población de Grecia creció fuera de la capacidad de su limitada tierra arable (según un cálculo, la población se multiplicó más de diez veces entre el 800 y el 400 a. C., desde 800 000 hasta una población total estimada entre 10 y 13 millones).37 Hacia 750 a. C. los griegos empezaron 250 años de expansión, colonizando en todas las direcciones. Al este, colonizaron primero la costa egea de Asia Menor; luego Chipre y las costas de Tracia, el mar de Mármara y la costa meridional del mar Negro. Al final la colonización griega llegó tan lejos que alcanzó, al noreste, zonas de Ucrania y Rusia (Taganrog). Al oeste colonizaron las costas de Iliria, Sicilia e Italia del sur; luego Francia del sur, Córcega y aun España del noreste. También se establecieron colonias griegas en Egipto y Libia. Las actuales Siracusa, Nápoles, Marsella y Estambul empezaron como las colonias griegas Syracusae (Συρακούσαι), Neápolis (Νεάπολις), Massalia (Μασσαλία) y Byzantion (Βυζάντιον). Estas colonias desempeñaron un papel en la difusión de la influencia griega a través de Europa, y también ayudaron a establecer redes de comercio de larga distancia entre las ciudades-estado griegas, estimulando la economía en la Antigua Grecia.
Ciudades y colonias griegas, h. 350 a. C. Gepgepgep. Mapa completo de las colonias griegas y púnicas en el siglo IV a. C. en la cuenca de mediterráneo.. CC BY-SA 3.0. (Ver a máx. resolución).
Magna Grecia
Magna Grecia (en griego clásico: Μεɣάλη Ἑλλάς [Mĕgálē Hĕllás]; en neogriego: Μεɣάλη Ελλάδα; en latín: Magna Graecia; en italiano: Magna Grecia) es el nombre dado en la Antigüedad clásica al territorio ocupado por los colonos griegos en el sur de la península itálica y en Sicilia, donde fundaron numerosas polis que comerciaban tanto entre ellas como con la Hélade propiamente dicha.
Originalmente, Magna Graecia fue el nombre usado por los romanos para describir la región entre el golfo de Nápoles al oeste y el golfo de Tarento al este, de forma que el área entera de la colonización griega en la península itálica (e incluyendo en sentido más amplio también a la isla de Sicilia) fue conocida por este nombre, hasta su incorporación en la Italia romana. De hecho, las voces Grecia y greco, en español y en muchos otros idiomas, vienen del término latino.
Los habitantes peninsulares de la Magna Grecia, es decir, los itálicos de lengua y cultura griega, eran conocidos como italiotas, mientras que, a los habitantes magno-griegos de la isla de Sicilia se les conocía como siciliotas.
Antiguas colonias griegas de la Magna Grecia y dialectos: Griego del noroeste Aqueo, Dórico, Jónico. Rowanwindwhistler. CC BY-SA 4.0. Máx resolución: 2,177 × 2,048 pixels.
La Magna Grecia, conocida en latín como Magna Graecia (Gran Grecia), fue el nombre dado por los romanos a las colonias griegas establecidas en el sur de Italia y Sicilia entre los siglos VIII y VI a.C. Este territorio, que abarcaba regiones como la Campania, Calabria, Apulia, Lucania y Sicilia, se convirtió en una extensión cultural y política de Grecia en el Mediterráneo occidental, influyendo profundamente en las civilizaciones locales y dejando un legado duradero.
La fundación de estas colonias fue impulsada por la escasez de tierras cultivables y el aumento demográfico en las polis griegas, así como por la búsqueda de oportunidades comerciales. Ciudades como Cumas, Tarento, Crotona, Síbaris, Metaponto y Siracusa se convirtieron en importantes centros urbanos, destacándose por su desarrollo económico, cultural y militar. Estas ciudades no eran meros asentamientos; muchas alcanzaron un alto grado de independencia y prosperidad, igualándose a las polis de la Grecia continental.
La Magna Grecia desempeñó un papel crucial en la difusión de la cultura griega en el Mediterráneo, incluyendo el idioma, la religión, las artes, la arquitectura y las prácticas políticas. Fue un punto de encuentro entre las culturas griega, etrusca y romana, lo que fomentó una rica interacción cultural. Los templos, teatros y otras estructuras arquitectónicas construidas en este período, como los templos de Paestum, son ejemplos impresionantes de la influencia griega en la región.
Intelectualmente, la Magna Grecia también destacó. Figuras como Pitágoras, que fundó su escuela en Crotona, y Parménides, quien trabajó en Elea, contribuyeron al avance de la filosofía y las matemáticas, estableciendo esta región como un importante centro de pensamiento en el mundo antiguo.
A pesar de su esplendor, la Magna Grecia enfrentó desafíos constantes, incluidos conflictos internos y externos. La expansión romana, que comenzó en el siglo IV a.C., marcó el declive de la autonomía de estas ciudades griegas. Con el tiempo, las colonias fueron absorbidas por Roma, pero su legado perduró en la cultura romana, que adoptó y adaptó muchos elementos de la civilización griega.
En resumen, la Magna Grecia fue una región que floreció como un puente entre Grecia y Occidente, contribuyendo significativamente a la historia del Mediterráneo con su legado cultural, arquitectónico y filosófico, que sigue siendo objeto de admiración y estudio en la actualidad.
Estructura política
La Grecia Antigua se componía de varios centenares de ciudades-estado polis que eran casi independientes. Esta situación era diferente a la de la mayoría de las otras sociedades, que eran o pueblos de pequeñas cantidades de personas o reinos soberanos de territorios extensos. Sin duda, la geografía de Grecia —que está dividida y subdividida por colinas, montañas y ríos— contribuía a la naturaleza fragmentada de la Antigua Grecia. Es probable que existiera una estructura política similar en las grandes ciudades-estado marítimas de Fenicia. Sin embargo, hasta cierto punto, la situación era única en la Antigua Grecia. Por un lado, los griegos antiguos no dudaban que eran «un pueblo singular»; compartían la misma religión, la misma cultura básica y la misma lengua, además de ser muy conscientes de sus orígenes tribales; Heródoto pudo clasificar las ciudades-estado por tribu. Por otro lado, aunque existían estas relaciones del más alto nivel, parece que rara vez jugaban un papel en la política griega. La independencia de las polis se defendía con fiereza; los antiguos griegos rara vez contemplaron la unificación de Grecia. Aun cuando un grupo de ciudades-estado se aliaron para defender Grecia durante la segunda invasión persa, la inmensa mayoría de los estados permanecieron neutrales y tras derrotar a los persas los «aliados» volvieron a sus luchas internas. (38)
Las mayores peculiaridades del sistema político en la Grecia Antigua eran:
- Su naturaleza fragmentaria, que no parece en particular tener orígenes tribales.
- La centralización del poder en centros urbanos dentro de estados pequeños.
Las rarezas del sistema griego son más evidentes en las colonias que los griegos establecieron alrededor del Mar Mediterráneo. Aunque cada una podía considerar a cierta polis griega como su «madre» (y mantenerse amable o parcial con ella), era enteramente independiente de la ciudad que la fundó.
Inevitablemente, las polis menores podían ser dominadas por sus vecinos mayores, pero las conquistas y los reinados directos fueron bastante raros. Al contrario, las polis se organizaban en ligas, cuyos afiliados estaban en un estado constante de cambio. Después, en el período clásico, el número de ligas decreció y las ligas se hicieron mayores. Cada una era dominada por una única ciudad (por ejemplo Atenas, Esparta o Tebas), y muchas veces una polis era obligada a afiliarse a una liga bajo la amenaza de la guerra (o bajo las condiciones de un tratado de paz). Aún después de que Filipo II de Macedonia «conquistara» los centros de la Antigua Grecia, no trató de anexionar el territorio ni lo unificó en una provincia nueva; simplemente obligó a la mayoría de las polis a unirse a su propia Liga de Corinto.
Gobierno y ley
Parece que al principio muchas ciudades-estado griegas eran reinos menores; muchas veces había un funcionario municipal que cumplía funciones residuales y ceremoniales del rey (basileo), e. g. el arconte basileo en Atenas. (39) Sin embargo, para la Época arcaica y la primera conciencia histórica, la mayoría de estas ciudades-estado ya se habían convertido en oligarquías aristocráticas. No se sabe precisamente cómo ocurrió este cambio. Por ejemplo, para 1050 a. C. en Atenas el puesto del rey se había reducido al de magistrado principal (arconte), hereditario y de por vida. En 753 a. C. se había convertido en un arcontado elegido decenalmente; y finalmente, en el 683 a. C. era un cargo elegido anualmente. En cada etapa ganaba más poder la aristocracia en su totalidad y se reducía el del individuo común.
Palestra, gimnasio, restos de la antigüedad. Los griegos dedicaban al atletismo una atención tan importante como a la música. Xabier Vicente. CC BY-SA 4.0.
Con el tiempo, el dominio político y la riqueza de grupos pequeños de familias propendía a provocar descontento social en muchas polis. En muchas ciudades un tirano (40) en cierto punto tomaba el control y gobernaba según su propia voluntad; una agenda populista solía ayudarlo a mantenerse en el poder.
Atenas cayó bajo una tiranía en la segunda mitad del siglo VI a. C. Cuando esta tiranía terminó, se propuso una reforma radical para que la aristocracia no recobrara el poder: los atenienses fundaron la primera democracia del mundo. Una asamblea de ciudadanos para la discusión de la política municipal (la Ekklesía) había existido desde las reformas de Dracón en el 621 a. C., y a todos los ciudadanos se les permitía que asistieran según las reformas de Solón (principios del siglo VI a. C.); pero los ciudadanos más pobres no podían hablar ante la asamblea o postularse como candidatos, excepto en el caso de ciertos cargos públicos cuya elección era aleatoria. (41) Al establecer la democracia, la asamblea se convirtió en el mecanismo de iure del gobierno; todos los ciudadanos entonces tuvieron igualdad de derechos (isopoliteia) en la asamblea. Sin embargo, los que no eran ciudadanos ―los metecos (extranjeros que vivían en Atenas) y los esclavos― no gozaban de ningún derecho político en absoluto. En Esparta existía la diarquía (gobierno de dos reyes), uno se ocupaba de los asuntos administrativos, económicos y sociales, el otro se ocupaba de la defensa.
Después del surgimiento de la democracia en Atenas, otras ciudades-estado fundaron democracias. No obstante, muchas retuvieron formas de gobierno más tradicionales. Según su costumbre en otros asuntos, Esparta era una excepción notable al resto de Grecia, y a través de la época fue gobernada no por uno, sino por dos monarcas hereditarios bajo una forma de diarquía. La monarquía espartana pertenecía a los Agíadas y los Euripóntidas, descendientes de Eurístenes y Procles, respectivamente. Se cree que los dos fundadores de sus dinastías eran hijos gemelos de Aristodemo, un soberano heráclida. Sin embargo, el poder de estos reyes era limitado tanto por un consejo de ancianos (la Gerusía) como por magistrados (los éforos) específicamente designados para vigilar a los reyes.
Guerras
Guerra en la Antigua Grecia es la locución usada para describir la guerra de las polis griegas (las ciudades-estado de la Grecia Antigua), entre la revolución hoplítica del siglo VIII a. C. y el inicio del imperio macedonio en el siglo IV a. C.
Pocas civilizaciones fueron tan belicosas como las polis griegas, a pesar de que fueron sociedades poco militarizadas hasta el siglo IV a. C. Los templos tienen representaciones en sus frontones y sus frisos con dioses con indumentaria de hoplita. Los vasos cerámicos glorifican las filas de la falange.
Las estelas funerarias representan las muertes de los soldados de infantería. Platón utiliza a menudo el modelo de la guerra para ilustrar sus teorías de la virtud y del conocimiento y extrae frecuentemente sus ejemplos de la experiencia militar personal de Sócrates. Para Heródoto, Tucídides o Jenofonte, era aparentemente inconcebible relatar otras cosas. Para Sócrates, matar hombres guerreando por Atenas no se oponía a la práctica de la dialéctica o de la reflexión abstracta. (42)
Las guerras más significativas fueron:
- Guerras médicas (490-479 a. C. Esparta, Atenas y las ciudades estado griegas se unieron para repeler las invasiones de Persia).
- Guerra del Peloponeso (431-404 a. C.).
- Guerra de Corinto (395-387 a. C.).
- Guerra panhelénica (330-323 a. C.), llamada así por historiadores y ensayistas (43) (44) (45) (46) (47) fue la contraofensiva que Grecia, encabezada por Macedonia y al mando de Alejandro Magno, mantuvo contra su opresor, el imperio persa, que culminó con la caída del vasto imperio aqueménida en menos de 5 años, donde tras sucesivas victorias (épicas, según las fuentes clásicas), los helenos le arrebataron el control de Tracia, Anatolia (Asia menor), Egipto, Asia suroccidental y central, cayendo la misma Babilonia. Los territorios del nuevo imperio heleno se extendieron desde los Balcanes, Grecia a Egipto, hasta la actual Afganistán e India.
- Guerra de los Diádocos: (323-287 a. C.), el imperio de Alejandro Magno, tras su prematura muerte, quedó dividido en satrapías y comenzó una prolongada guerra entre sus sucesores por los territorios que se extendió por 50 años; lo que terminó debilitando a todas las ciudades-Estado y reinos, que comenzaron a ser invadidas paulatinamente por Roma, hasta su conquista final en el siglo II a. C., un período que le llevó a Roma unos 150 años.
La falange era la formación típica de la infantería. Megistias background cleaned by Chabacano – Photo taken by user:Megistias. Hoplitas de la Antigua Grecia del sigloV a. C.. Representación moderna de hoplitas avanzando. CC BY-SA 3.0
Guerra en la Grecia Antigua es el término usado para describir los enfrentamientos entre las polis griegas (las ciudades estado de la Antigua Grecia), entre la revolución hoplítica del siglo VIII a. C. y la emergencia del imperio macedonio en el siglo IV a. C.
Pocas civilizaciones fueron tan belicosas como las polis griegas, a pesar de que fueron sociedades poco militarizadas hasta el siglo IV a. C. Los templos tienen representaciones en sus frontones y sus frisos con dioses con indumentaria de hoplita. Los vasos cerámicos glorifican las filas de la falange. Las estelas funerarias representan las muertes de los soldados de infantería. Platón utiliza a menudo el modelo de la guerra para ilustrar sus teorías de la virtud y del conocimiento y extrae frecuentemente sus ejemplos de la experiencia militar personal de Sócrates. Para Heródoto, Tucídides o Jenofonte, era aparentemente inconcebible relatar otras cosas. Para Sócrates, matar hombres guerreando por Atenas no se oponía a la práctica de la dialéctica o de la reflexión abstracta.
- Davis Hanson, Victor, (1999). Les guerres grecques, 1400-146 av. J.-C., traducción de Laurent Bury, París: Autrement, Le Club Du Livre, prólogo.
El euthytonon, una potente catapulta direccional introducida por los ingenieros de Alejandro Magno en el siglo IV a. C. Martin Fickelscherer. (Ver este enlace)
Euthytonon, an ancient light, single-arm torsion catapult throwing bolts (Martin Fickelscherer, Das Kriegswesen der Alten (1888). Published by E. A. Seemann, Leipzig (book contributor: University of Chicago). Dominio Público.
Organización
La guerra griega antigua estuvo dominada en tierra por la formación de la falange, una profunda línea formada por hoplitas equipados con escudos, lanzas y espadas. El hoplita recibe su nombre de la palabra griega «hoplon», palabra genérica para designar a las armas, (en específico el hoplon o escudo que utilizaban estos) ; de ahí la palabra «panoplia»(todas las armas).
Actualmente mucha gente cree que la palabra «hoplon» significa escudo; cuando la palabra para el mismo sería «aspis». El plan de la falange consistía básicamente en avanzar hacia el enemigo con la lanza de cada falangita extendida hacia el enemigo. Cuando la falange llegaba al alcance de las espadas, los falangitas sacaban las suyas y empezaban a luchar. Si los arqueros enemigos disparaban flechas a la falange, los falangitas levantaban sus escudos, puesto que la unidad era esencial para su defensa. La falange griega era la mejor infantería, demostrada por la victoria ateniense en Maratón. Diez mil hoplitas atenienses organizados en una falange, derrotaron a un ejército persa muy superior en número, de unos 26 000 hombres; los soldados atenienses sufrieron escasas pérdidas. Otro tipo de soldado era el peltasta, que pertenecía a la infantería ligera y estaba equipado principalmente con varias jabalinas. Los peltastas eran usados normalmente para las escaramuzas.
El antiguo reino de Macedonia perfeccionó la falange con el uso de las, inusitadamente largas, sarissas. Además de la formación de la falange, los macedonios bajo el rey Filipo II comenzaron a usar escuadrones de caballería ordenados y unidades tácticas de escaramuzadores en la batalla.
Otro cambio introducido por Filipo II fue la creación y el mantenimiento de un ejército profesional. Antes, las falanges griegas habían estado compuestas por soldados-ciudadanos. Los ejércitos profesionales, sin embargo, muy entrenados fueron la norma; especialmente después de que el hijo de Filipo, Alejandro III, conquistara el vasto imperio persa y, a su muerte, dejara varios estados a los diádocos. No fue hasta la evolución de la falange al estilo más flexible de la legión romana, en organización y equipamiento, y combinado con el más ampliamente difundido uso de la caballería ligera, cuando la falange griega perdió en el campo de batalla. Otra forma de falange, la falange oblicua, se empleó cuando los ejércitos enfrentados intentaban flanquear a la falange, o atacar los lados vulnerables. Para defenderse contra dicha maniobra, las alas derecha y central de la falange se fusionaban con el ala izquierda para formar una falange de cincuenta hombres de fondo.
En torno a la época de las guerras médicas, los griegos (y especialmente los atenienses) tuvieron la idea de armar barcos y luchar en el mar. La embarcación de combate griega básica era el trirreme, con tres hileras de remos en cada lado para aumentar la velocidad y la maniobrabilidad. La estrategia ateniense en los combates navales demostró su éxito en la batalla de Salamina, donde una pequeña flota ateniense basada en el principio de chocar, quemar y capturar las embarcaciones enemigas, venció completamente a la flota persa.
Después de la derrota de los persas en el mar Egeo, los atenienses usaron su marina como defensa contra los piratas y los otros peligros, en un esfuerzo de promover el comercio dentro de la confederación de Delos. La guerra naval fue decisiva en la guerra del Peloponeso, cuando la estrategia de Atenas se convirtió otra vez en superioridad naval y los atenienses intentaron encerrarse dentro de sus Muros Largos y utilizar su flota para bloquear los puertos de los aliados de Esparta, limitando el comercio. Después de la arriesgada aventura militar en Sicilia, Atenas perdió una gran parte de su flota y muchos de sus mejores soldados. Los espartanos aprovecharon este golpe aplastando y creando rápidamente su propia marina con el apoyo de Persia. Con un incuestionable ejército de tierra y una marina pasable, Esparta incitó a muchas colonias atenienses a rebelarse, privando a Atenas de los fondos necesarios para construir más barcos. No pasó mucho tiempo antes de que Esparta tomara Atenas, derribara los muros de la ciudad y la saqueara.
Ánfora griega con representación de guerreros griegos luchando. (Museo del Louvre). Prometheus Painter – User:Bibi Saint-Pol, own work, 2007-06-01. Warriors. Side B from an Attic black-figure amphora, ca. 570–565 BC. Dominio público. Original file (2,025 × 1,476 pixels, file size: 1.77 MB).
La flota de guerra ateniense
En el mar es donde Atenas era más poderosa porque en el siglo V a. C. ejercía una verdadera talasocracia. Y sin embargo, en el 490 a. C., el año de la batalla de Maratón, todavía no poseía una flota digna de ese nombre, como tampoco tenía caballería.
Fue Temístocles quien impulsó el poder naval de Atenas. Comprendió, sin esperar a que el oráculo de la Pitia dijera que «sólo sería inexpugnable una muralla de madera», que la ciudad necesitaba muchos barcos de guerra para defenderse contra la flota de Egina y sobre todo contra la flota de Jerjes.
Fue él el que transformó a numerosos hoplitas atenienses en soldados de marina y marineros, hasta el punto de que más tarde se le acusó de haber convertido a nobles guerreros en viles remeros. (ver: Plutarco, Vida de Temístocles, 4).
Aprovechando el descubrimiento de un nuevo filón, más rico, en las minas de plata de Laurión, logró que los atenienses, en vez de repartirse los beneficios de la explotación —quizás 100 o incluso 200 talentos— , prestaran a los 100 ciudadanos más ricos medios para construir trirremes. (Ver: Labarbe, Jules, La loi navale de Thémistocle, Les Belles Lettres, 1957, p. 42.)
Por otra parte, inició importantes obras en El Pireo, que sustituyó como puerto a la ensenada de Falero. Se acondicionaron y fortificaron las dársenas de Zea y Muniquia. Las construcciones y todos los preparativos necesarios se llevaron a cabo con tal rapidez que en el año 480 a. C., en la batalla de Salamina, Atenas pudo alinear 147 barcos de guerra dispuestos a hacerse a la mar, y otros 53 se mantenían de reserva, lo que hace una flota total de 200 trieres.
Gracias a los recursos del tributo pagado por las ciudades dominadas por el poder ateniense, esta flota aumentará todavía más a lo largo del siglo V.
En los siglos V y siglo IV a. C., contará normalmente con unos 300 o 400 trirremes, cantidad más que suficiente para garantizar el dominio de Atenas sobre el mar Egeo y los estrechos.
Reconstrucción de trirremes griegos. Tungsten – EDSITEment. (An EDSITEment-reconstructed Greek fleet of galleys based on sources from The Perseus Project.) Dominio públic.
La concepción y práctica de la guerra en el mundo griego antiguo fue una parte fundamental de su cultura, profundamente integrada en su estructura social, política y mitológica. La guerra no solo era vista como un medio de defensa y expansión, sino también como un camino para alcanzar el honor y la gloria individual, valores esenciales en las sociedades griegas. Este enfoque se refleja en sus epopeyas fundacionales, como la Ilíada de Homero, que retrata la guerra de Troya como un evento heroico donde los ideales de valentía, sacrificio y destino se entrelazan con los conflictos humanos y divinos.
En términos prácticos, la guerra en Grecia estaba dominada por la figura del hoplita, el soldado ciudadano equipado con lanza, escudo y armadura. Las batallas terrestres, como la formación de falange, fueron el núcleo de los enfrentamientos, basadas en la disciplina y la cooperación colectiva. Este estilo de combate refleja la organización de las polis griegas, donde la participación en la defensa de la ciudad era tanto un deber como un privilegio. Cada ciudadano libre contribuía no solo con su presencia física en el campo de batalla, sino también con la financiación de su propio equipamiento, lo que subrayaba la conexión entre el individuo y la comunidad.
La guerra en el mundo griego no se limitó a los conflictos internos entre polis, aunque estos fueron frecuentes y a menudo devastadores. También incluyó grandes enfrentamientos contra potencias extranjeras, como las Guerras Médicas, donde la unidad temporal entre las ciudades-estado griegas permitió derrotar al Imperio Persa en batallas legendarias como Maratón, Salamina y Platea. Estas victorias no solo aseguraron la independencia griega, sino que también cimentaron la idea de una identidad griega común frente a un enemigo extranjero.
Sin embargo, la guerra también trajo consigo un alto costo humano y social. Los enfrentamientos prolongados, como la Guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta, mostraron las debilidades inherentes al sistema de polis, incapaces de sostener una paz duradera. Este conflicto, que implicó no solo combates directos sino también asedios, traiciones y alianzas inestables, marcó el principio del fin del período clásico, dejando a Grecia debilitada y vulnerable a la conquista macedonia bajo Filipo II y Alejandro Magno.
La mitología y la religión también jugaron un papel clave en la concepción griega de la guerra. Los dioses eran vistos como participantes activos en los conflictos humanos, otorgando favores o castigando a quienes se desviaban de los códigos de conducta. La guerra no era simplemente un acto humano, sino una expresión de un orden cósmico donde el destino, la hybris y la justicia divina estaban siempre presentes.
En resumen, la guerra en el mundo griego fue una institución compleja que combinó valores heroicos, estructuras sociales, avances tácticos y un profundo sentido de conexión entre lo humano y lo divino. Aunque llevó a grandes logros y a una expansión cultural significativa, también dejó un legado de destrucción y división que definió el curso de la historia griega y su impacto en la civilización occidental. Este dualismo entre la gloria y el sufrimiento encapsula la visión griega de la guerra, vista tanto como un arte noble como un recordatorio de los límites y fragilidades de la condición humana.
Organización Social: Esclavitud en la Antigua Grecia
La esclavitud en la antigua Grecia fue un componente esencial en el desarrollo económico y/o social del mundo griego de la Antigüedad, y estuvo vigente a lo largo de su historia. Los griegos consideraron la esclavitud no solo como una realidad indispensable, sino también como un hecho natural; incluso los estoicos, en general, o los primeros cristianos, no la cuestionaron. La mayoría de los escritores antiguos entendían que la esclavitud no era tan solo un fenómeno natural, sino también necesario. No obstante, también aparecieron algunos debates aislados que levantaron el «grito en el cielo», como se observa en los diálogos socráticos, o algunos estoicos que expresaron la primera condena de la esclavitud de la que se tiene un registro histórico.
De acuerdo con la historiografía moderna, este artículo solo trata de los esclavos-mercancía (forma calificada como esclavos enseres por los autores anglosajones) no de grupos dependientes como el penestes de Tesalia, los hilotas de Esparta ni tampoco los clarotas de Creta cuya posición era compleja, cercana a la de servidumbre del Medioevo. Un esclavo-mercancía es un individuo privado de libertad y sujeto a la voluntad de un propietario que puede comprarlo, venderlo o alquilarlo, como un bien.
La esclavitud en la antigua Grecia plantea problemas importantes a los estudiosos, ya que la documentación es dispar y muy fragmentaria, concentrada sobre la ciudad de Atenas. Ningún tratado se refiere específicamente al tema y a menudo la misma terminología es vaga. Los argumentos judiciales del siglo IV a. C. no se interesan por el esclavo más que como fuente de ingresos. La comedia describe a esclavos de comedia; la tragedia menciona a esclavos de tragedia. Es difícil distinguir con certeza a un esclavo de un artesano en la producción iconográfica o entre las estelas funerarias. Actualmente, la esclavitud griega es objeto de debates historiográficos y, en particular, el debate se centra alrededor de dos cuestiones: si se puede decir que la sociedad griega era esclavista, y, la segunda, si los esclavos griegos formaban una clase social.
- Sobre las posturas tradicionales de las estelas funerarias, véase Felix M. Wassermann. «Serenity and Repose: Life and Death on Attic Tombstones», The Classical Journal, vol. 64, núm. 5, p. 198.
- John Byron. Slavery Metaphors in Early Judaism and Pauline Christianity: A Traditio-historical and Exegetical Examination, Mohr Siebeck, 2003, ISBN 3-16-148079-1, p. 40
- Roland De Vaux, John McHugh. Ancient Israel: Its Life and Institutions, Wm. B. Eerdmans Publishing, 1997, ISBN 0-8028-4278-X, p.80
- J.M. Roberts. The New Penguin History of the World, p. 176–177, 223
La agricultura era la actividad principal en el uso de los esclavos, Museo Británico. Pintor de Antimenes – Steff. Dominio público.
La esclavitud en la antigua Grecia fue una institución fundamental que atravesó todos los aspectos de su sociedad, economía y cultura. Aunque las prácticas variaban entre las diferentes polis, el sistema esclavista era omnipresente y considerado una parte natural del orden social. Los esclavos, llamados doulos en griego, formaban una clase subordinada cuya condición legal y derechos eran mínimos, y desempeñaban un papel esencial en el funcionamiento de la vida cotidiana y las actividades productivas.
Los esclavos provenían de diversas fuentes. Muchos eran prisioneros de guerra, capturados en conflictos con otras polis o con pueblos extranjeros. Otros eran víctimas de la piratería o el comercio de esclavos, una actividad floreciente en el mundo mediterráneo. En algunos casos, los individuos podían caer en la esclavitud como resultado de deudas impagas o por haber nacido de padres esclavos.
En las ciudades-estado como Atenas, los esclavos eran esenciales para la economía y realizaban una amplia variedad de tareas. Algunos trabajaban en las minas de plata, como las de Laurión, donde las condiciones eran extremadamente duras y la esperanza de vida era corta. Otros desempeñaban funciones domésticas, como sirvientes en hogares privados, o trabajaban como artesanos, agricultores y comerciantes. En ciertos casos, los esclavos especializados, como los que ejercían como secretarios o educadores, podían alcanzar un estatus relativamente elevado dentro de su condición subordinada.
Esparta, por otro lado, tenía un sistema esclavista singular centrado en los hilotas, una población subyugada que trabajaba las tierras para sustentar a la élite guerrera espartana. Los hilotas eran descendientes de poblaciones conquistadas y mantenían una relación tensa y opresiva con sus amos espartanos, quienes los vigilaban y reprimían constantemente mediante prácticas como la krypteia, una forma de control violento.
A pesar de su condición, los esclavos en Grecia no siempre eran tratados de manera uniforme. Algunos amos permitían a sus esclavos acumular riqueza personal y eventualmente comprar su libertad, mientras que otros vivían en condiciones de explotación extrema. Las leyes variaban según la polis, pero en general, los esclavos eran considerados propiedad y carecían de derechos políticos o autonomía personal. Sin embargo, su estatus no era uniforme, y las diferencias entre esclavos domésticos, agrícolas y especializados marcaban la diversidad de su experiencia.
En términos ideológicos, la esclavitud era ampliamente aceptada y raramente cuestionada. Filósofos como Aristóteles justificaban su existencia argumentando que algunos individuos eran naturalmente inferiores y, por lo tanto, estaban destinados a la servidumbre. Esta visión reflejaba las profundas desigualdades inherentes al sistema de polis, donde la libertad y la ciudadanía estaban reservadas a una minoría de hombres libres.
En resumen, la esclavitud en la antigua Grecia fue una institución central que sustentó su economía y permitió a la clase ciudadana dedicarse a actividades políticas, culturales y militares. Sin embargo, también representó una de las mayores contradicciones de una civilización que exaltaba los ideales de libertad y democracia, mientras mantenía un sistema profundamente desigual basado en la explotación de seres humanos considerados inferiores.
Esclavo negro con las manos atadas, Dinastía Ptolemaica, Museo del Louvre. Desconocido – Jastrow (2005). Dominio Público.
Solamente los hombres nativos y libres que eran dueños de tierras podían ser ciudadanos, y gozar de la protección entera de la Ley en una ciudad-Estado (si bien más tarde Pericles introdujo excepciones a la restricción sobre los nativos). En la mayoría de las ciudades-Estado, la gente que tenía importancia social no gozaba de ningún derecho especial. Por ejemplo, nacer en una cierta familia no solía ofrecer privilegios especiales. A veces, ciertas familias controlaban algunas funciones religiosas públicas, pero no solían lograr ningún poder de más en el gobierno. En Atenas, la población se dividía en cuatro clases sociales según su riqueza. La gente podía cambiar de clase por ganar más dinero. En Esparta, todos los ciudadanos varones se nombraban iguales si terminaban su educación. Sin embargo, los reyes espartanos, que servían de jefes militares y religiosos en la ciudad-Estado, venían de dos familias.
Esclavitud
Los esclavos en la Antigua Grecia eran mayormente cautivos de guerra, o ciudadanos que infringían las leyes, lo que hoy serían los presos, solo que, a diferencia del encierro castigador actual, tampoco realizaban tareas sacrificadas como otras culturas, sino que según cada ciudad-estado, los esclavos vivían en libertad. En Esparta les eran asignadas tierras, las que trabajaban y percibían ingresos, en otras polis tenían diversos empleos, percibían dádivas, y podían criar una familia. Incluso podían obtener la libertad si un mercader los compraba y liberaba. Un esclavo célebre fue el filósofo Diógenes, apresado por falsificar monedas. Estando en la plaza mercantil, le ordena a un veedor: «véndeme a ese, necesita un esclavo que lo oriente».
Los esclavos tenían el derecho de criar una familia y ser dueños de propiedades, pero no tenían derechos políticos. Para 600 a. C. la esclavitud-mercantil se había difundido en Grecia. Para el siglo III a. C. los esclavos componían un tercio de la población entera en algunas ciudades-Estado.48 Los esclavos fuera de Esparta casi nunca se sublevaron porque conformaban demasiadas nacionalidades y estaban demasiado dispersos para organizarse. O quizá no era conveniente perder sus cómodas posiciones administrando fincas por una sublevación.
La mayoría de las familias tenían esclavos como sirvientes domésticos y peones, y aun algunas familias pobres podían tener unos pocos esclavos. No se permitía que los dueños pegaran o mataran a sus esclavos. Los dueños muchas veces prometían a sus esclavos liberarlos. Los libertos (esclavos liberados) no se convertían en ciudadanos. En su lugar, se mezclaban con la población de los metecos, que incluía a la gente de países extranjeros o de otras ciudades-estado a los que oficialmente se les dejaba vivir en el estado.
Las ciudades-Estado legalmente tenían esclavos. Los esclavos públicos gozaban de una mayor independencia que los esclavos que pertenecían a las familias, viviendo solos y realizando tareas especiales. En Atenas, los esclavos públicos se entrenaban para detectar monedas falsas, mientras que los esclavos del templo actuaban como sirvientes de la deidad del templo.
Esparta tenía un tipo especial de esclavo llamado ilota. Los ilotas eran cautivos de guerra griegos que pertenecían al estado y eran asignados a familias en cuyo hogar eran obligados a permanecer. Los ilotas cultivaban alimentos y hacían tareas domésticas para que las mujeres pudieran centrarse en criar hijos fuertes mientras los hombres se dedicaban a entrenarse para ser hoplitas.
Deportes
Los griegos daban vital importancia a la vida atlética, desarrollaron una notable variedad de disciplinas, muchas vigentes hoy en día, como la jabalina, y el lanzamiento de disco. Contaban con espacios destinados a tal fin y con el tiempo fueron celebrándose festividades que nucleaban tanto a hombres como mujeres. Para estos juegos las polis aportaban atletas que representaban a su ciudad. Entre tantos otros, en la vida cotidiana tenían especial adhesión los juegos con pelota.
Las fuentes señalan el más popular al episkyros, que se lo refiere como el antecesor más claro del fútbol. (49) Se jugaba con una pelota de cuero llamada folis, pintada con colores brillantes, (49) donde se enfrentaban dos equipos de entre 12 y 14 jugadores cada uno, y según las reglas se permitía también el uso de las manos.(50) A pesar de que era un juego de pelota, era violento, al menos en Esparta. (51)
Sobre los juegos en equipos con pelota, existen relatos de Homero, relatando tipos de fouls (o tacles), Antífanes sobre la habilidad del engaño y amagues en los pases, Galeno señalaba sobre la importancia de la estrategia y la comparación con la guerra, o bien Plutarco sobre Alejandro Magno, quien recibió quejas de un compañero de equipo porque nunca le pasaba la pelota. Los relatos dirigen directamente a un lenguaje que se remonta al fútbol, o bien al rugby, y en tales casos, revelan que la pasión por los deportes con pelota no es una cosa actual, sino de antaño.
Había otros deportes que practicaban los griegos que se jugaban con pelota. Existía un juego similar llamado φαινίνδα – faininda, (52) llamado «juego engañoso», que provenía del verbo φενακίζω – fenakizo, «(I) engañar, mentir». (53) Otros fueron: ἀπόῤῥαξις (aporrhaxis) («juego de pelota de rebotes»), οὐρανία (ourania), «lanzar pelotas altas» (54) y quizás el σφαιρομαχία (sphairomachia), literalmente «batalla del balón», (55) de σφαῖρα (sphaira) «pelota, esfera» (56) y μάχη (mache), «batalla», (57) aunque se ha argumentado que el σφαιρομαχία, es de hecho una competición de boxeo —las esferas eran en realidad un tipo de guantes.— (58)
Los inicios de los certámenes atléticos panhelénicos tienen como posible origen la conmemoración de las batallas en honor a sus caídos, y tienen cita en los juegos fúnebres, celebrados por Aquiles en la guerra de Troya, relatada por Homero. En las mismas, tenían lugar simulacros de combates, competencias de carros, lucha, carreras de a pie y otros. A continuación, una breve descripción de los distintos certámenes deportivos (y artísticos) que se celebraban en la Grecia Antigua.
El discóbolo, copia de Mirón, siglo V a. C. Representa el lanzamiento de disco.
Carole Raddato from FRANKFURT, Germany – The Discobolus Lancellotti, Roman copy of a 5th century BC Greek original by Myron, Hadrianic period, Palazzo Massimo alle Terme Uploaded by Marcus Cyron.The Discobolus Lancellotti, Roman copy of a 5th century BC Greek original by Myron, Hadrianic period, Palazzo Massimo alle Terme. CC BY-SA 2.0. Original file (3,216 × 4,288 pixels, file size: 6.74 MB).
El Discóbolo de Mirón es una de las esculturas más emblemáticas de la Antigua Grecia y una obra maestra del periodo clásico temprano, aproximadamente del siglo V a.C. Atribuida al escultor Mirón de Eleuteras, esta escultura representa a un atleta en el instante preciso de lanzar un disco, capturando con maestría el movimiento, la armonía y la tensión del cuerpo humano. Aunque el original de bronce creado por Mirón no ha sobrevivido, conocemos la obra a través de copias romanas en mármol, que han permitido su estudio y apreciación.
La obra se distingue por su representación idealizada del cuerpo humano y su enfoque en el equilibrio y el dinamismo. El Discóbolo captura un momento fugaz, congelado en el tiempo, en el que el atleta está completamente concentrado en el lanzamiento. Su postura, con el torso girado y los brazos extendidos, transmite un equilibrio perfecto entre tensión muscular y serenidad, una cualidad que refleja el ideal griego de la kalokagathia, la armonía entre la belleza física y la excelencia moral.
Características principales
Composición y dinamismo:
El Discóbolo es una obra que combina movimiento y equilibrio. La torsión del cuerpo en espiral, desde los pies hasta la cabeza, refleja el momento máximo de tensión antes del lanzamiento del disco. La disposición diagonal de los brazos y la curvatura del torso crean una composición rítmica que guía la mirada del espectador por toda la figura.Proporción y anatomía:
Mirón demuestra un conocimiento profundo de la anatomía humana, representando con detalle los músculos, tendones y articulaciones. Aunque idealizado, el cuerpo del atleta sigue los cánones de proporción y simetría propios de la época clásica, enfatizando la perfección física como un reflejo de la perfección divina.Expresión y serenidad:
A pesar de la intensa acción representada, el rostro del atleta permanece sereno, casi inexpresivo, un rasgo característico del arte clásico griego. Esta falta de emoción subraya la idea de autocontrol y racionalidad, valores fundamentales en la cultura griega.Material y técnica:
El original de Mirón fue realizado en bronce, un material que permitía un nivel de detalle y una flexibilidad en la representación del movimiento que era difícil de lograr en mármol. Las copias romanas, aunque fieles en muchos aspectos, presentan limitaciones debido a las características del mármol, que requiere mayor apoyo estructural.
Contexto cultural y simbólico
El Discóbolo no solo celebra la habilidad atlética, sino también los ideales culturales de la Grecia clásica. En los Juegos Olímpicos y otras competiciones atléticas, los griegos veían una manifestación de excelencia física y moral, así como una forma de honrar a los dioses. La escultura también refleja el interés de los griegos por la representación del movimiento y la búsqueda de la perfección estética, un tema recurrente en el arte de la época.
Influencia y legado
El Discóbolo tuvo un impacto duradero en el arte occidental. Su representación del cuerpo humano en movimiento y su idealización de la forma física influyeron en el Renacimiento y en posteriores movimientos artísticos. Artistas como Miguel Ángel y escultores neoclásicos estudiaron esta obra para entender los principios de proporción y dinamismo.
En resumen, el Discóbolo de Mirón es mucho más que una representación de un atleta; es una obra que encapsula los valores y aspiraciones de la Grecia clásica. A través de su maestría técnica y su simbolismo cultural, esta escultura sigue siendo un referente fundamental en la historia del arte y un testimonio del ingenio y la visión de la civilización griega.
El episkyros, una de las primeras formas de fútbol documentada en este relieve, circa años 375-470 a. C. La figura es utilizada a modo de reconocimiento en los trofeos de la Copa Europea de Fútbol. El órgano internacional FIFA lo reconoce como antecesor del fútbol en la Antigüedad.
El hallazgo arqueológico, que es una representación en relieve que muestra un atleta griego manteniendo el equilibrio con el balón en el muslo, es también la imagen que se reproduce en el grabado del trofeo de la Copa Europea de Fútbol. Esta pieza se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. La palabra griega episkyros significa «defensor».
Juegos Olímpicos
En la antigua Grecia, los Juegos Olímpicos (en griego antiguo: Ὀλυμπιακοὶ Ἀɣώνες Ŏlympiacŏe agōnĕs; en latín: Ludi Olympici) fueron una serie de competiciones atléticas disputadas por representantes de diversas ciudades-Estado griegas a partir del año 776 a. C.
Los Juegos Olímpicos se disputaban normalmente cada cuatro años, el período de tiempo entre juegos era denominado olimpiada. Durante la celebración de la competición se promulgaba la Ἐκεχερία (ĕkĕchĕiría) o tregua olímpica, para permitir a los atletas viajar en condiciones de seguridad desde sus ciudades hasta Olimpia. Los antiguos Juegos Olímpicos fueron bastante diferentes de los modernos; había menos eventos y sólo los hombres libres que hablaban griego podían competir, además de que se celebraban siempre en el mismo lugar.
Por fuentes antiguas, entre los participantes más célebres se encuentra Alejandro Magno, que participó siendo adolescente, siglo IV a. C., en carrera de carros.
- Pseudo Calístenes (Original s. IV a. C.- Recopilación s. III d. C. – Publicación en español año 2008). Vida y hazañas de Alejandro de Macedonia (Carlos García Gual, trad.). Editorial Gredos. ISBN 978-987-609-122-0.
Los últimos Juegos Olímpicos de la Antigüedad se celebraron en el 393 d. C., casi doce siglos después de sus comienzos. Tras la adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio romano con el Edicto de Tesalónica (27 de febrero de 380 d. C.), el emperador Teodosio prohibió toda celebración pagana, incluidos los Juegos Olímpicos. (en inglés) «Ancient Olympic Games.» Comité Olímpico Internacional.
Se restablecieron tras 1500 años, ya en la era moderna y con carácter internacional.
Carrera de hombres con escudo. Nikomachos Series – Photograph: Marie-Lan Nguyen (User:Jastrow), 2009-03-01 Reflections removed: User:Tetraktys. Hoplitodromos. Side B from an Attic black-figure Panathenaic amphora, 323–322 BC. From Benghazi (Cyrenaica, now in Libya). CC BY 2.5. Original file (2,600 × 2,175 pixels, file size: 1.74 MB).
Los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia eran una de las festividades más significativas y sagradas del mundo helénico. Celebrados cada cuatro años en la ciudad de Olimpia, en honor al dios Zeus, eran un evento que unía a las polis griegas, incluso en tiempos de conflicto, y exaltaba ideales de competencia, honor y excelencia física y espiritual. Estos juegos tenían un profundo simbolismo cultural, religioso y político para los griegos, quienes los consideraban un reflejo de la armonía entre cuerpo, mente y espíritu.
Los juegos se celebraron por primera vez, según la tradición, en el año 776 a.C., marcando el inicio del calendario olímpico. Eran parte de un festival religioso que incluía sacrificios y rituales en el santuario de Zeus en Olimpia. El evento principal era la competencia atlética, que se llevaba a cabo en el estadio de Olimpia, un espacio capaz de albergar a miles de espectadores. Las competiciones incluían carreras a pie, lucha, lanzamiento de disco y jabalina, salto de longitud, boxeo y el pentatlón, entre otras. También había eventos ecuestres, como carreras de carros, que gozaban de gran prestigio.
La participación estaba restringida a hombres libres de origen griego y con buena reputación. Los atletas competían desnudos, no solo como expresión de su dedicación al deporte, sino también como una forma de mostrar la perfección del cuerpo humano, ideal que los griegos consideraban reflejo de la divinidad. Las mujeres no podían competir ni asistir como espectadoras, salvo las sacerdotisas de Deméter, aunque en Esparta había competiciones atléticas exclusivas para mujeres.
El premio para los vencedores era una corona de olivo sagrado, conocida como kotinos, y el honor de ser aclamados como héroes en sus polis de origen. Más allá del reconocimiento tangible, el prestigio y la gloria alcanzados en los Juegos Olímpicos eran considerados inmortales, conectando al atleta con los dioses y con los ideales de la excelencia (areté) y el honor (timé).
Los Juegos Olímpicos simbolizaban la unidad cultural de los griegos y la paz temporal, conocida como ekecheiria, que suspendía las guerras durante su celebración para permitir la participación y el viaje seguro de los atletas y los espectadores. Este evento era una oportunidad para que las polis demostraran su grandeza no solo en el campo de batalla, sino también en el ámbito deportivo y cultural.
En resumen, los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia eran mucho más que una simple competición atlética. Eran una expresión de la religión, la identidad cultural y los valores éticos de una civilización que veneraba la armonía entre cuerpo y espíritu, celebraba la gloria del esfuerzo humano y encontraba en la competencia pacífica una forma de honrar a los dioses y unir a los hombres.
Juegos Panatenaicos
Los Juegos Panatenaicos o Panateneas (en griego antiguo Παναθήναια/Panatếnaia) eran un ciclo de fiestas religiosas, artísticas y deportivas, que se llevaban a cabo todos los años en Atenas dedicadas a la diosa Atenea Poliada (protectora de la ciudad), y que tenían lugar durante algunos días del mes de hecatombeón (primer mes en el calendario ático) equivalente a finales del mes de julio actual o principios de agosto. Eran las celebraciones religiosas más antiguas e importantes de Atenas.
Por otra parte, y cada cuatro años, se celebraban las Grandes Panateneas que duraban más que las anuales y que eran las más prestigiosas y apreciadas por los ciudadanos de Atenas, similares, en importancia, a los Juegos Olímpicos o los Juegos Panhelénicos. Además había desfiles militares desde el Cerámico hasta la Acrópolis pasando por el Ágora.
Origen mítico
Según una tradición, el mítico rey Erictonio, tras convertirse en rey de Atenas, erigió una estatua de madera de Atenea e instauró la festividad de las Panateneas. (ver: Apolodoro, Biblioteca mitológica III,14,6.). Sin embargo, otra versión relatada por Plutarco decía que la Panatenea, concebida como un sacrificio común, había sido instaurada por Teseo. (ver: Plutarco, Vida de Teseo 24.). Según Harpocración, las fiestas se habían denominado anteriormente Ateneas. (ver: Harpocración, voz Παναθήναια.).
Por otra parte, la alusión que hace Homero a una festividad en Atenas donde se sacrificaban toros y corderos en un templo que Atenea compartía con Erecteo es considerada como una primera alusión a las Panateneas.
- Valdés Guía, Miriam (2008), El nacimiento de la autoctonía ateniense: cultos, mítos cívicos y sociedad de la Atenas del s. VI aC., pp.125-136, Madrid: Universidad Complutense, ISBN 978-84-669-3063-5.
- Homero, Ilíada II,550. Otro pasaje de la Ilíada (VI,288) relata una ofrenda de un manto para Atenea, aunque esta se desarrolla en el templo de Troya.
Moneda tetradracma de los Juegos Panatenaicos, del siglo II a. C. La lechuza se emplea como símbolo de la diosa Atenea, a quien le eran consagradas estas celebraciones. Foto by Liberal Freemason. CC BY 2.5. Ver: Propiamente, el ave nocturna que representa a Atenea es el mochuelo, cuyo nombre científico es Athene noctua.
Eventos.
Los actos principales que tenían lugar en las Panateneas anuales eran la procesión, los sacrificios y la fiesta nocturna y además se desarrollaban algunas competiciones solo para atenienses entre las que al parecer figuraban una danza de hombres armados, una carrera de antorchas y el concurso de belleza masculina conocido como evandria. (7) En las Grandes Panateneas, además de estos mismos actos, se desarrollaban otras competiciones atléticas, ecuestres y artísticas en las que podían participar otros griegos no atenienses.
Competiciones
Sobre la base de un festival anterior del que se no se conocen apenas detalles, las Grandes Panateneas fueron remodeladas o creadas en 566 a. C., bajo el arconte Hipoclides o, según otras fuentes, por Pisístrato. (5) Esta reorganización, inspirada en los Juegos Píticos, incluía competiciones deportivas además de certámenes de poesía y música.
Había competiciones que eran exclusivas para los atenienses y otras abiertas para todos los griegos. Entre estas últimas, se incluían carreras (estadio, diaulo, dólico y carreras de hombres armados), pugilato, lucha, pancracio, pentatlón, lanzamiento de jabalina a caballo y carreras de cuadrigas de muy diversas modalidades. Los vencedores de los certámenes artísticos (recitado y música) eran premiados con una corona de oro y con dinero mientras los ganadores de las carreras recibían como premio ánforas panatenaicas que contenían aceite de oliva procedentes de los olivos sagrados de Atenas. Las ánforas estaban cinceladas por un lado con la imagen de la diosa y por el otro con un grabado del vencedor de la prueba. Además, figuraban dos columnas con dos gallos sobre ellas posteriormente sustituidos por Victorias aladas, así como la inscripción ΤΟΝ ΑΘΕΝΕΘΕΝ ΑΘΛΟΝ, que indicaba que formaba parte de los premios de Atenas. (8) (7)
Ánfora panatenaica que representa por un lado una escena de pugilato y por el otro la imagen de Atenea Promacos. Hacia 490 a. C., Antikensammlung, Berlín. Foto: Sailko. CC BY 3.0. Ver ánfora a máx tamaño. (Foto izq) (Foto derecha).
Los juegos reservados a los atenienses incluían una carrera con antorchas (retomada por los relevos de antorcha de los Juegos Olímpicos modernos) que partía desde el santuario de la Academia, situado a 1500 metros fuera de la muralla, en cuyo altar se encendían las antorchas. Su recorrido pasaba por el cementerio del Cerámico, entraba por la puerta Dípilon, pasaba por el Pompeion, cruzaba toda el ágora de Atenas a lo largo de la vía panatenaica y concluía en la Acrópolis. (9) Otra modalidad era la carrera de carros conocida como la de los apóbatas, en la que en un momento dado el apóbata debía saltar del carro y acabar la carrera a pie o bien, según otros autores, desmontar y volver a montar en el carro en diversos momentos. (7) Otras competiciones tribales reservadas solo para atenienses incluían batallas de caballería (antipasia), regatas, la danza pírrica (aparentemente ejercicios militares con música) y la evandria (un concurso de belleza entre los atletas). Los ganadores de estas competiciones recibían premios en metálico y animales.(10).
Al menos desde el siglo VI a. C., tanto las competiciones atléticas como las poéticas, las musicales y las hípicas se desarrollaban en el ágora. En el 446 a. C. los concursos de música y de recitado se trasladaron al odeón. En el siglo IV a. C. desde la época del Licurgo los concursos atléticos pasaron a realizarse en el Estadio Panatenaico (cuya ubicación es objeto de debate) y probablemente también desde el siglo IV a. C. las competiciones hípicas tenían lugar en el hipódromo ubicado en el demo de Equelidas, pese a que algunas competiciones seguían celebrándose en el ágora en el siglo II a. C. (11)
Las pruebas y los concursos estaban organizados y supervisados por diez magistrados especiales que se elegían cada cuatro años, los athlotétes. Estos magistrados también se encargaban de organizar la procesión, de garantizar que el peplo fuera elaborado y de la entrega de las ánforas con aceite a los vencedores. (12)
La procesión
La procesión, que se desarrollaba el día 28 de Hecatombeón, era el acto más importante de la fiesta y sus fines fundamentales eran la ofrenda del peplo (vestidura amplia y sin mangas, con pliegues escalonados) a Atenea y la conducción de las víctimas (bueyes y ovejas) a los sacrificios. Según la opinión mayoritaria, el motivo de este ritual era la celebración de la victoria de los dioses en la Gigantomaquia y por ello se representaba este evento mítico en la tela. (7) El peplo era tejido, durante muchos meses, por las arréforos y las ergástinas, a veces ayudadas por esclavas (7) y era portado por las ergástinas o por las arréforos (13) en la solemne procesión que partía desde el Cerámico o, según otras fuentes, desde el Leocoreo (o desde el Pompeion, a partir de fines del siglo V a. C.) y recorría la ciudad a través de la vía Panatenaica hasta la Acrópolis, donde se encontraba el altar de Atenea Polias.
Relieve del friso del Partenón que representa un hombre, probablemente un arconte, recibiendo de un niño o de una niña una tela, que se ha interpretado como el peplo sagrado. Foto: Marie-Lan Nguyen.
La participación en esta procesión significaba un gran honor. Además de las ergástinas y las arréforos, en la procesión iban los organizadores (llamados hieropes en las panateneas anuales y athlotetes en las grandes Panateneas), arcontes, altos cargos militares, ancianos con ramas de olivo (talóforos), músicos, portadoras de cestas (canéforas), portadores de cántaros (hidrióforos), personas que llevaban sillas, sombrillas y pasteles de miel y representantes del pueblo. Es también posible que participaran también personas con armas (caballeros y hoplitas). (4) (5)
En algún momento del periodo clásico se introdujo en la procesión la llamada «nave panatenaica», un barco al que se le colocaba el peplo como si fuera una vela. (15) También se incorporaron a la procesión algunos metecos, clerucos, colonos y aliados. (15)
Las diferencias principales de la procesión de las Panateneas anuales con la de las Grandes Panateneas parece que solo eran que en las primeras no figuraba ni la nave panatenaica ni los representantes de las cleruquías. (16) Esta procesión continuó celebrándose hasta el año 395 d. C.
Sacrificios y banquete
El festejo terminaba con grandes sacrificios en honor de Atenea Polias, de Atenea Niké, de Atenea Higía y otros de contenido misterioso realizados en el Antiguo templo de Atenea. (17) Durante una sola festividad, las víctimas sacrificadas llegaron a ser más de 250. Después, la carne de los animales sacrificados se comía durante un gran banquete en el demo del Cerámico (18) que cerraba por la noche el festival.
Anexo: Antiguo templo de Atenea
El Antiguo templo de Atenea era un antiguo templo griego dedicado a Atenea Polias, la Atenea protectora de la ciudad, situado en la Acrópolis de Atenas. Estaba situado al norte del templo del Hecatompedón, que se levantaba en el emplazamiento del actual Partenón, y posteriormente del Prepartenón, y al sur del actual Erecteón. (ver: «Athens, Old Temple of Athena». Perseus (en inglés).).
Antiguo Templo de Atenea y Pandrosio en la Acrópolis de Atena (1794). James Stuart / Nicholas Revett. Dominio público. Original file (1,500 × 1,004 pixels).
El primer templo de Atenea Polias, en el cual se rendía culto también a Erecteo, (rey primitivo de Atenas), fue edificado durante el periodo geométrico sobre un palacio micénico. A este primer templo haría alusión Homero en dos pasajes, uno en la Ilíada y otro en la Odisea. Posteriormente, a fines del siglo VI a. C. se construyó otro templo de Atenea en el mismo lugar.
- Venieri, Ioanna. «Old temple of Athena: Description». ODYSSEUS (en inglés). Ministerio de Cultura de Grecia. Consultado el 28 de septiembre de 2024.
- Valdés Guía, Miriam (2008). El nacimiento de la autoctonía ateniense: cultos, mítos cívicos y sociedad de la Atenas del s. VI a. C.. Madrid: Universidad Complutense. p. 116 y nota complementaria. ISBN 978-84-669-3063-5. Consultado el 29 de septiembre de 2024.
- Los pasajes que harían alusión a este primer templo de la época geométrica son Ilíada II,247 y Odisea VII,80.
El edificio fue dañado por los persas durante la segunda guerra médica (480 a. C.), pero fue reparado poco después. Algunas partes de su entablamento se incorporaron al muro de fortificación de la Acrópolis. Se menciona en una inscripción datada hacia 470-450 a. C., por la cual se ha deducido que estaba asociado a la fiesta de las Plinterias. Fue víctima de un incendio de nuevo en 406 a. C., según un pasaje de Jenofonte (Helénicas I,6,1), después de la finalización del Erecteón, y nunca fue reconstruido.
El templo fue descubierto en 1885 y Wilhelm Dörpfeld fue el primero en identificarlo. Solo restan los cimientos de su lado sur, hacia el Erecteón, junto con las bases de dos columnas de piedra del templo geométrico. Al este del edificio, en el lecho de roca, se observan trazas del altar de Atenea correspondiente al templo. También se conservan partes de la decoración escultórica que se cree que pertenecían a este templo, en particular los restos de un frontón que representaba una gigantomaquia. (ver: «Αρχαίος Ναόςcrópolis». Página del Museo de la AΟ (en griego).
Plano de la Acrópolis de Atenas: el Antiguo templo de Atenea es el número 2. Madmedea. derivative work: Schuppi. CC BY-SA 2.0.
Se construyó en la época arcaica, hacia 529-520 a. C. Junto con el Hecatompedón, fue uno de los primeros edificios monumentales de la Acrópolis. Junto con el Hecatompedón, fue uno de los primeros edificios monumentales de la Acrópolis. El templo estaba situado en el mismo emplazamiento que los templos anteriores del periodo geométrico y de finales del 600 a. C.
El templo fue destruido después de que los aqueménidas conquistaran y destruyeran toda Atenas en el 480 a. C. Posteriormente, el Erecteón, construido al norte del emplazamiento del templo, heredó el estatus del templo de Atenea Polias, aunque también estaba dedicado a otros cultos. Es posible que las ruinas del templo se tuvieran en cuenta en el trazado de templos posteriores, ya que no se construyó nada en el emplazamiento de las ruinas. En cambio, algunas de las ruinas del templo parecen haberse dejado en su lugar durante mucho tiempo. Sin embargo, algunas de las piedras del templo se utilizaron para construir la muralla de Temístocles al norte de la Acrópolis.
Las ruinas del templo se descubrieron durante unas excavaciones en la Acrópolis en la década de 1890.
- García, Jorge Tomás. «Métodos de embellecimiento de las estatuas clásicas y su posterior pervivencia». Archivado desde el original el 15 de agosto de 2021. Consultado el 2024-09-289.
- «Αρχαίος Ναόςcrópolis». Página del Museo de la AΟ (en griego). Archivado desde el original el 11 de diciembre de 2012. Consultado el 28 de septiembre de 2024.
- «Acropolis of Athens». Ministry of Culture and Sports (en inglés). Archivado desde el original el 24 de octubre de 2019. Consultado el 29 de septiembre de 2024.
- Sanders, Donald H. (2008-03-13.). «Why do Virtual Heritage? The Temple of Athena Polias». Archaeology (en inglés). Consultado el 29 de septiembre de 2024.
- «Athens, Old Temple of Athena (Building)». Perseus Digital Library (en inglés). Consultado el 29 de septiembre de 2024.
En el Friso del Partenón, que recorre el perímetro de la parte superior de los muros de la cella, está representada, según la interpretación más aceptada, la procesión de las Panateneas. Medía 160 metros, contaba con más de 350 figuras y fue esculpida entre los años 447-438 a. C. La procesión de las Panateneas, que se inicia en la fachada occidental, avanza en dos filas, a la vez por el norte y por el sur, y termina ante la asamblea de los dioses, en la fachada oriental. En el lado occidental figuran los preparativos, con personajes que se calzan las sandalias y enjaezan los caballos. Por los costados se ve avanzar a la caballería ya formada, precedida por carros con parejas de guerreros y por los que caminan a pie: ancianos con tallos de olivo, músicos tocando la lira y el aulos o doble flauta, jóvenes que llevan vituallas y, delante de todos, las muchachas atenienses (ergastinas) portadoras del peplos que regalan a los sacerdotes para que vistan a Atenea, la cual se acerca a la asamblea de los dioses sentados.
La representación, no obstante, presenta diversas incógnitas, ya que no está claro si se trata de la procesión de las Panateneas anuales o la de las Grandes Panateneas; también hay dudas acerca de si se ha representado una procesión histórica o una mítica; además podría tratarse de una representación de diversos momentos de la procesión o quizá de la procesión en el momento de llegar a la acrópolis y hay también dudas en la identificación de diversos personajes.
En definitiva, las Panateneas (en griego antiguo Παναθήναια/Panatếnaia) eran unas fiestas religiosas que se llevaban a cabo todos los años en Atenas dedicadas a Atenea, diosa Poliada (protectora de la ciudad), y que tenían lugar durante algunos días del mes de hecatombeón (primer mes en el calendario ático) equivalente a finales del mes de julio actual o principios de agosto. Eran las celebraciones religiosas más antiguas e importantes de Atenas. Había desfiles militares desde el Cerámico hasta la Acrópolis pasando por el Ágora. Las Grandes Panateneas fueron remodeladas o creadas en 566 a. C., bajo el arconte Hipoclides o, según otras fuentes, por Pisístrato. (60) (61) Esta reorganización, inspirada en los Juegos Píticos, incluía competiciones deportivas además de certámenes de poesía y música. Las competiciones eran exclusivas para los atenienses y otras abiertas para todos los griegos. Entre estas últimas, se incluían carreras (estadio, diaulo, dólico y carreras de hombres armados), pugilato, lucha, pancracio, pentatlón, lanzamiento de jabalina a caballo y carreras de cuadrigas de muy diversas modalidades. Los vencedores de los certámenes artísticos (recitado y música) eran premiados con una corona de oro y con dinero. (62) (63)
Juegos Nemeos
Los Juegos Nemeos (en griego antiguo: τά Νέμεα, romanizado: ta Nemea tai τά Νέμεια, ta Nemeia) eran una de las cincuenta históricas competiciones deportivas panhelénicas que se disputaban en la Antigua Grecia, en una sede ubicaba en la Argólide denominada Nemea.
Dichos juegos se celebraban junto al santuario de Zeus Nemeo, de cuyo templo aún quedan en pie algunas columnas, así como los restos de un bosque sagrado de cipreses, un «heroon» dedicado a Ofeltes/Arquémoro y una fuente llamada indistintamente Adrastea o Arquemorea.
Desde su nacimiento tuvieron lugar cada dos años durante el verano, en el segundo y cuarto año de la olimpiada.1Después de la conquista romana de Grecia, las fuentes hablan de unos Juegos Nemeos de invierno, que se desconoce si se alternaban con los de verano dentro de la olimpiada, o eran unos juegos aparte.
El programa contuvo competiciones hípicas, atléticas (carreras, pentatlón, pancracio, pugilato, lucha) y artísticas. Había tres categorías de competidores: niños, jóvenes y adultos.
La afluencia de público durante sus celebraciones era masiva (el estadio de época helenística podía albergar hasta 40.000 espectadores).
En su origen se trataba de unos juegos fúnebres y los jueces iban vestidos de luto (color negro).
A los vencedores se les recompensaba con una corona de apio silvestre fresco.
- Píndaro, Odas y fragmentos, edición de Alfonso Ortega, pp.25-26, Madrid: Gredos (1984), ISBN 84-249-0928-3.
- Pausanias VI,16,4; Píndaro, Nemeas I, IX.
- Plutarco, Vida de Filopemen 11; Pausanias VIII,50,3.
- Baquílides, Odas y fragmentos, edición de Fernando García Romero, p.136, Madrid: Gredos (1988), ISBN 84-249-1263-2.
- Página del Ministerio de Cultura de Grecia: el estadio de Nemea (en griego).
- Robert Graves, Los mitos griegos 106 h.
- Baquílides, Epinicios XIII,44.
- Apolodoro, Biblioteca mitológica III,6, 4; Baquílides, Epinicios IX,10; Higino, Fábulas 74.
- Crónica de Paros A 22.
- Furio Durando, Grecia. Guía de arqueología, p.129, Madrid, Libsa, 2005. ISBN 84-662-1106-3.
- Enrique Nieto Izquierdo, Notas sobre el dialecto de Cleonas y Nemea, en revista Habis nº 42 (2011), pp. 35-43, Universidad de Sevilla, ISSN 0210-7694.
- Plutarco, Vida de Arato
- Pausanias II,15,2.
- Atletas descalzos y con túnicas antiguas recrean los Juegos Nemeos
Historia mítica de los juegos Nemeos
Existen dos versiones míticas sobre el origen de estos juegos: según una de ellas, se instituyeron como recuerdo de la hazaña de una de las doce pruebas de Heracles. El león de Nemea campaba por el país y aterrorizaba a sus habitantes hasta que Heracles lo capturó y estranguló.(ver: Baquílides, Epinicios XIII,44.).
Mucho más conocido es el triste mito del pequeño Ofeltes, rebautizado póstumamente como Arquémoro, que guarda relación con la historia de los Siete contra Tebas: Polinices, el hijo de Edipo, junto a otros seis jefes (entre los que estaba Adrasto y el adivino Anfiarao), se rebeló contra Tebas, donde reinaba su hermano Eteocles, alegando un acuerdo no respetado. En su expedición llegaron hasta Nemea afligidos por la sed.
Según un escolio a Píndaro:
«Allí encontraron a Hipsípila, de la isla de Lemnos, que llevaba al pequeño Ofeltes en brazos. Este era el hijo del sacerdote Licurgo (al servicio de Zeus) y de Eurídice. Hipsípila los condujo a un manantial, pero entretanto dejó tendido al niño en una plantación de apio, donde una serpiente lo mató, bien estrangulándolo, bien inoculándole veneno. Cuando los Siete volvieron de la fuente y vieron la catástrofe, mataron a la serpiente e instauraron unos juegos fúnebres bianuales…los juegos fúnebres comprendían competiciones gímnicas y carreras de cuadrigas; aunque no de bigas, ni tampoco de caballos.»
Por otras fuentes sabemos además que un oráculo había avisado que no se pusiese en contacto al pequeño Ofeltes con la tierra antes de poder caminar. Entonces Anfiarao le cambió el nombre por el de Arquémoro («Principio de la desventura»), porque había previsto el trágico desenlace de la expedición. (ver: Apolodoro, Biblioteca mitológica III, 6, 4; Baquílides, Epinicios IX,10; Higino, Fábulas 74.) Y seguimos leyendo:
«Los atletas sólo luchaban por una corona (agon stefanites), porque a los Siete no les gustaba entregar premios. Sí que prometieron, en cambio, que a su regreso organizarían competiciones con premios valiosos del eventual botín de guerra (agon khrematites). En un principio la corona se confeccionaba con ramas de olivo (como en Olimpia), pero más tarde la hicieron de «apio tierno».»
Historia de los Juegos
La crónica de Paros indica que los Juegos Nemeos fueron fundados en el 1251 a. C. (ver: Crónica de Paros A 22.). Según Eusebio de Cesarea, las competiciones se iniciaron en el 573 a. C., que es la fecha en la que se considera que adquirieron un carácter panhelénico. A las competiciones gímnicas e hípicas se añadieron las musicales en el periodo helenístico. A partir del siglo I a. C. las mujeres pudieron participar.
Cuando en el último tercio del siglo IV a. C. se construyó el templo de Zeus, los juegos también fueron consagrados al dios soberano. (ver: Furio Durando, Grecia. Guía de arqueología, p.129, Madrid, Libsa, 2005.)
Desde sus inicios, la cercana ciudad de Cleonas era la encargada de la organización de estos juegos. En algún momento del siglo IV a. C., Cleonas pasó a ser controlada políticamente por Argos y por tanto esta última fue la que asumió el control sobre los juegos hasta el 330 a. C. (Ver: Enrique Nieto Izquierdo, Notas sobre el dialecto de Cleonas y Nemea, en revista Habis nº 42 (2011), pp. 35-43, Universidad de Sevilla, ISSN 0210-7694.), aproximadamente, cuando fue construido el templo de Zeus y, probablemente bajo presión macedonia, fueron reinstaurados en Nemea hasta c. 270 a. C., momento en que nuevamente fueron organizados en Argos. (Fuente: Robert Graves, Los mitos griegos).
En 235 a. C., Arato de Sición, por entonces enemigo de Argos, organizó unos juegos alternativos en Nemea. Los atletas que a pesar de todo quisieron actuar en Argos, fueron capturados y vendidos como esclavos. Según Plutarco esta fue la más grave violación que jamás hubo contra la paz sagrada. (Ver: Plutarco, Vida de Arato 28.).
En 145 a. C. durante la invasión romana, el tribuno militar Lucio Mumio, que aquel mismo año había devastado Corinto, hizo celebrar los juegos en Nemea, pero unos decenios después pasaron definitivamente bajo control de Argos.
Cuando Pausanias visitó Nemea al principio del siglo II, el santuario ya estaba en ruinas: «el techo del templo de Zeus Nemeo estaba hundido y ya no tenía imagen». (Pausanias II,15,2.)
Juegos Píticos
Los Juegos Píticos (en griego antiguo: τά Πύθια, romanizado: ta Pythia) fueron uno de los cuatro Juegos Panhelénicos con los de Olimpia, los de Nemea y los del istmo de Corinto. Fueron realizados en el estadio de Delfos, y eran consagrados a Apolo; se daba como premio una corona de laurel.
Origen mítico
La competición debe su nombre al lugar, que se llamaba Pito, bien por las preguntas (punthanesthai) que le hacían los visitantes del oráculo, bien porque el animal que allí murió se estaba pudriendo (punthesthai).
- Plutarco, La E de Delfos 2 (385B)
- Himnos Homéricos: III a Apolo 363.
Como los otros grandes juegos, también en su origen eran unos juegos fúnebres (agon epitaphios). Hay diferentes tradiciones sobre su origen mítico: La más difundida relata que los implantó el propio Apolo, tras haber matado a Pitón y haber colocado sus huesos en un caldero dentro de su templo. (fuente: Ovidio, Las metamorfosis I,445; Higino, Fábulas 145.).
Una variante de esta tradición señala que Apolo fue enviado por Zeus al valle del Tempe (Tesalia) a purificarse por esta muerte y regresó a Delfos para apoderarse del oráculo con una corona de laurel de Tempe y una rama en su mano derecha. Por eso a los vencedores de los Juegos Píticos se les premiaba con una corona de laurel. Pausanias relacionaba el premio del laurel, en cambio, con el relato mítico de Apolo y Dafne.
- Claudio Eliano, Historias curiosas III,1.
- Pausanias X,7,8.
Una tradición alternativa decía que los había fundado Diomedes en honor de Apolo y otra versión indica que los juegos se celebraban en honor de Neoptólemo, hijo de Aquiles, que había sido asesinado en el templo de Apolo Pitio por Orestes.
- Pausanias II,32,2.
- Heliodoro, Etiópicas II,34,3.
Apolo matando a Pitón, obra de Cornelis de Vos. Madrid, Museo del Prado. Cornelis de Vos. Según Peter Paul Rubens. Ver enlace Museo del Prado Online. Dominio Público. Original file (3,051 × 2,141 pixels, file size: 7.25 MB).
Inicios
En los primeros tiempos se celebraban cada 8 años. Este ciclo de 2.920 días correspondía exactamente a 99 lunas y representaba un muy largo año.
Estos primeros juegos consistían únicamente en un concurso musical, donde cada candidato cantaba un himno en honor de Apolo, acompañándose de una lira. La primera vencedora fue Crisótemis de Creta, hija de Carmánor. Después de Crisótemis se cita como vencedor a Filamón y después a Támiris. Así lo comenta Pausanias, que añade que Hesíodo no pudo tomar parte en la prueba porque no se sabía acompañar con la cítara, y que Homero no participaba porque era ciego. (Ver: Pausanias X,7,2-3.)-.
Los Juegos Píticos tomaron su forma definitiva después de la llamada primera guerra sagrada: hacia el 595 a. C. los habitantes de la cercana Cirra querían controlar el rico santuario de Delfos. Los habitantes de Delfos pidieron ayuda a los anfictiones, un grupo de 12 etnias relacionado inicialmente con el culto a Deméter en Tesalia. Cirra fue vencida y los anfictiones pasaron a administrar el santuario a partir de 590 a. C.
En el 586 a. C. los anfictiones que dirigían el santuario repartieron junto a los premios para la citarodia, el canto con acompañamiento de cítara, premios para la aulodia, canto con acompañamiento de oboe (aulos) y para oboe solo. (Pausanias X,7,4). En ese año, Sacadas de Argos ganó esta competición con el «nomo pítico», canto en el cual se escenificaba con sonidos la lucha de Apolo contra Pitón. (Pseudo-Plutarco, Sobre la música 1134-A; Pausanias X,7,4; II,22,8; Pólux IV,84,3-4; Estrabón IX,3,10.).
(…) Ver más en Juegos Píticos (Wikipedia).
Los Juegos Píticos incluían carreras de carros. El Auriga de Delfos representa a uno de los vencedores de esta carrera. foto: Copyright © 2004 David Monniaux. CC BY-SA 1.0.
Los Juegos Píticos fueron uno de los cuatro Juegos Panhelénicos con los de Olimpia, los Juegos Nemeos y los Juegos Ístmicos. Fueron realizados en el santuario de Delfos, y eran consagrados a Apolo; se daba como premio una corona de laurel. Según la Crónica de Paros, en 590 a. C. (68) ya tuvo lugar un agon gymnikos khrematites, es decir, una competición gimnástica con premios de gran valor procedentes de botines de guerra, pero desde 582 a. C. fue un agon stephanites, una competición con una corona de laurel como único premio para el vencedor. (69) Esta fecha marca el comienzo oficial de la era de los Juegos Píticos. Después de las competiciones musicales se celebraban las competiciones deportivas: estadio, carrera larga (dólico, 24 estadios de 178 metros), carrera doble (diaulo, de dos estadios), pancracio, lucha, pugilato, carrera con armas, pentatlón (cada atleta se presentaba a las pruebas de carrera, salto de longitud, lucha, lanzamiento de disco y de jabalina). Se introdujo una nueva categoría, los «imberbes» (ageneioi), cuya edad se situaba entre la categoría juvenil y la adulta. Se registran victorias de mujeres pero se desconoce si la participación de las mujeres en estos juegos tenía carácter habitual o era esporádica. Comenta Pausanias, que añade que Hesíodo no pudo tomar parte en la prueba porque no se sabía acompañar con la cítara, y que Homero no participaba porque ya había quedado ciego.
Juegos Ístmicos
Artículo principal: Juegos Ístmicos
Los Juegos Ístmicos fueron unos Juegos Panhelénicos de la Antigua Grecia, llamados así porque se celebraban en el istmo de Corinto, en honor de Poseidón. (71) (72) El santuario panhelénico de este dios en Istmia fue acondicionado para darles acogida. La excepcional situación geográfica de Corinto «enclavada entre dos mares», en el estrecho istmo que une las dos partes de la Grecia continental, contribuyó al éxito y a la importancia política de los Juegos Ístmicos, con Poseidón y Melicertes como figuras claves. Los Juegos Ístmicos tenían lugar cada dos años en primavera y duraban varios días. El programa abarcaba certámenes gímnicos (carrera, pugilato, pancracio, pentatlón) e hípicos. (73) Además, cuando en el siglo IV a. C. se construyó el teatro se añadieron competiciones musicales y poéticas y es posible que incluso hubiera un concurso de pintura. Se registran victorias de mujeres tanto en competiciones atléticas como poéticas y musicales pero se desconoce si la participación de las mujeres en estos juegos tenía carácter habitual o era esporádica. Durante los juegos se celebraban rituales religiosos que incluían libaciones, sacrificios y una procesión en honor de Poseidón, Anfítrite, Leucótea y Palemón. (74)
Juegos Hereos
Artículo principal: Juegos Hereos
Los juegos hereos (en griego τὰ Ἡραῖα «ta Hêraia») de la Grecia Antigua eran concursos deportivos organizados en Argos y en Olimpia en honor de la diosa Hera y reservado a las mujeres. Pueden considerarse el antepasado del deporte femenino de competición y la versión femenina de los juegos olímpicos antiguos. Son mencionados por Pausanias. (75) Pausanias relata la tradición de que en Olimpia los juegos hereos habían sido instituidos por Hipodamía como acción de gracias a Hera por su boda con Pélope, aunque también señala un origen histórico de estos juegos en torno al 580 a. C: el tirano de Pisa (Grecia), Damofonte, había causado muchos males a los habitantes de Élide por lo que, a su muerte, para tratar de reparar los males causados se formó un grupo de 16 mujeres (una por cada ciudad que había entonces en Élide). Estas mujeres establecieron los Juegos Hereos y cada cinco años tejían un peplo para Hera. Los juegos estaban organizados por las denominadas «dieciséis mujeres» y consistían en carreras de muchachas donde había tres categorías de edades. Se corría con el pelo suelto y las participantes vestían una túnica que llegaba hasta un poco más arriba de la rodilla y dejaba al descubierto la zona del hombro derecho hasta el pecho.(76)
Educación
En la mayor parte de la historia griega, la educación fue privada, salvo en Esparta. Durante el período helenístico, algunas ciudades-estado establecieron escuelas públicas. Solamente las familias adineradas podían contratar un maestro. Los niños varones aprendían a leer, escribir y citar la literatura. También aprendían a cantar y tocar un instrumento musical, y a entrenarse como soldados para el servicio militar. Estudiaban no para trabajar, sino para convertirse en buenos ciudadanos. Las niñas también aprendían a leer, escribir y hacer la aritmética elemental para dirigir el hogar. Casi nunca recibían ninguna educación después de la niñez.
Los niños entraban en la escuela al cumplir siete años, o iban a los barracones si vivían en Esparta. Los tres tipos de enseñanzas eran: grammatistes para la aritmética, kitharistes para la música, y paedotribae para los deportes.
Un niño de una familia adinerada que asistía una escuela privada era cuidado por un paidagogos, un esclavo doméstico designado para esta tarea que acompañaba el chico todo el día. Las clases se impartían en las casas privadas de los maestros e incluían aritmética, lectura, escritura, canto y ejecución de instrumentos musicales como la lira y la flauta. Al cumplir el joven doce años de edad, a los estudios se agregaban deportes como la lucha, carrera, lanzamiento de disco y de jabalina. En Atenas, algunos jóvenes mayores asistían a una academia para las disciplinas más finas como la cultura, las ciencias, la música y las artes. Un muchacho terminaba sus estudios al cumplir 18 años, luego empezaba su entrenamiento militar en el ejército por uno o dos años. (77)
Una minoría de niños continuaban su educación después de la niñez, como en la agogé espartana. Una parte crucial de la educación de un muchacho rico era un aprendizaje con un mayor, que podían incluir el amor pederástico. El muchacho aprendía por mirar a su mentor mientras hablaba de la política en el ágora, ayudándolo a rendir sus deberes públicos, haciendo ejercicios con él en el gimnasio y asistiendo a simposios con él. Los estudiantes más ricos proseguían su educación estudiando con maestros famosos. Algunas de las mayores escuelas eran el Liceo (la llamada escuela peripatética fundada por Aristóteles de Estagira) y la Academia platónica (fundada por Platón de Atenas). El sistema educacional de los antiguos griegos ricos también se llama paideia.
La educación en la Antigua Grecia fue un elemento fundamental de su cultura y varió significativamente dependiendo de la época, la región y la clase social. Fue un proceso estrechamente vinculado a los ideales griegos de virtud, ciudadanía y excelencia personal, conocidos como areté, que buscaban formar individuos capaces de participar activamente en la vida cívica y de alcanzar un equilibrio entre cuerpo y mente. Aunque no existía un sistema educativo uniforme en toda Grecia, cada polis desarrolló sus propios métodos y objetivos educativos. Atenas y Esparta, las dos ciudades-estado más prominentes, representan enfoques opuestos que ilustran las prioridades de sus respectivas sociedades.
En Atenas, la educación estaba orientada hacia el desarrollo integral del individuo, fomentando tanto las capacidades intelectuales como las físicas. Desde una edad temprana, los niños atenienses, generalmente de familias acomodadas, asistían a la escuela donde aprendían lectura, escritura, matemáticas, música y poesía. La literatura, especialmente las obras de Homero, era central en la formación moral y cultural, ya que transmitía los valores heroicos y la identidad helénica. La música y la danza también desempeñaban un papel importante, ya que se consideraban esenciales para cultivar la armonía del alma. Además, la educación física era primordial, y los jóvenes asistían a gimnasios donde practicaban deportes como la lucha, el lanzamiento de jabalina y el salto. A medida que crecían, los adolescentes pasaban a recibir formación retórica y filosófica, crucial para aquellos que aspiraban a participar en la vida pública. Grandes figuras como Sócrates, Platón y Aristóteles influyeron profundamente en este modelo educativo, enfatizando el pensamiento crítico, la búsqueda de la verdad y la reflexión ética.
En contraste, Esparta desarrolló un sistema educativo completamente militarizado conocido como agogé. Su objetivo principal era preparar a los ciudadanos para ser guerreros disciplinados y leales al estado. Desde los siete años, los niños espartanos eran separados de sus familias y enviados a vivir en comunidades donde recibían entrenamiento físico riguroso y formación en tácticas militares. El sistema valoraba la resistencia, la obediencia y la austeridad, y relegaba a un segundo plano el desarrollo intelectual o artístico. Sin embargo, los jóvenes también aprendían a leer y escribir de manera básica, ya que estas habilidades eran útiles para la comunicación en contextos militares. El sistema educativo espartano reflejaba la estructura de su sociedad, donde la supervivencia del estado dependía de un ejército fuerte y cohesionado.
En otras regiones de Grecia, como en las ciudades jonias, la educación combinaba elementos tanto intelectuales como prácticos. Estas áreas, influenciadas por el intercambio cultural con Oriente Próximo, desarrollaron un interés particular en las ciencias, las matemáticas y la filosofía natural. Tales de Mileto, Pitágoras y otros pensadores jónicos contribuyeron significativamente al conocimiento en estos campos, promoviendo un enfoque educativo más cosmopolita y abierto.
La educación de las mujeres en la Antigua Grecia era limitada y dependía en gran medida de su clase social y región. En Atenas, las mujeres no recibían educación formal y su formación se centraba en las habilidades domésticas, como la gestión del hogar y el tejido. Sin embargo, en Esparta, las mujeres tenían un rol más activo en la sociedad y recibían entrenamiento físico para garantizar su salud y la de sus futuros hijos. Algunas mujeres de élite, como las hetairas, podían acceder a un nivel limitado de educación, lo que les permitía participar en los círculos intelectuales de los hombres.
En términos generales, la educación griega no era exclusivamente una actividad escolar. También se transmitían conocimientos y valores a través de la vida cotidiana, la religión, el teatro y las reuniones públicas. Los festivales religiosos, como los Juegos Olímpicos, reforzaban la importancia de la excelencia física, mientras que el teatro servía como una herramienta educativa para explorar dilemas éticos y sociales. Asimismo, la participación en la vida política de las polis requería habilidades retóricas y una comprensión profunda de las leyes y tradiciones.
En conclusión, la educación en la Antigua Grecia fue un reflejo directo de los valores y prioridades de sus diversas ciudades-estado. Atenas destacó por su enfoque en el desarrollo intelectual y artístico, mientras que Esparta priorizó la formación militar y la lealtad al estado. Este contraste subraya la diversidad cultural de la civilización griega y su capacidad para adaptarse a las necesidades y desafíos de cada sociedad. Aunque los métodos y objetivos variaban, la educación griega dejó un legado duradero que influyó en el pensamiento pedagógico occidental durante siglos, sentando las bases de la educación como un proceso integral y orientado hacia el desarrollo humano.
Economía
La economía de la antigua Grecia fue un pilar fundamental para el desarrollo y sostenibilidad de las polis, caracterizándose por su diversidad y complejidad, adaptada a las peculiaridades geográficas, políticas y sociales de cada región. A pesar de que la economía griega no tenía la misma estructura centralizada que las modernas, se basaba en una combinación de agricultura, ganadería, comercio, artesanía y esclavitud, con una considerable interdependencia entre las ciudades-estado. La tierra, el mar y el trabajo humano constituían los principales medios de producción de bienes y servicios.
En su apogeo económico en los siglos V y IV a. C., la Antigua Grecia tenía la economía más avanzada del mundo. Ya desde mucho antes del siglo V a. C. se utilizaba la moneda para el intercambio de bienes y servicios.
Esto es demostrado por el salario diario promedio de un trabajador griego que era, relacionando con los bienes (ejemplo, en términos de trigo), cercano a 12 kg de trigo diarios: más de tres veces que el salario diario promedio de un trabajador egipcio, cercano a los 3,75 kg de trigo diarios. (78) Platón, en La República, hace mención del inconformismo que tenían los maestros respecto a sus sueldos.
Moneda del Peloponeso, siglo V a. C. (Jolle~commonswiki).
En la base de la economía griega se encontraba la agricultura, que representaba el principal medio de subsistencia. La mayoría de las tierras cultivables se dedicaban al cultivo de cereales como el trigo y la cebada, esenciales para la alimentación diaria. También eran importantes el cultivo de la vid y el olivo, de donde se obtenían vino y aceite, productos de gran demanda tanto dentro como fuera de Grecia. Los huertos proporcionaban frutas como higos y granadas, mientras que en zonas más fértiles se practicaba el cultivo de legumbres y verduras. La escasez de tierras cultivables en algunas regiones, debido a la geografía montañosa, incentivó la especialización y el intercambio entre polis.
La ganadería complementaba la agricultura, aunque su desarrollo estaba limitado por las características del terreno. En las llanuras se criaban bueyes y caballos, mientras que en áreas más montañosas predominaban las cabras y ovejas, cuya leche y lana eran productos básicos. También era común la cría de aves de corral y la apicultura, destacándose esta última por la producción de miel, que era el principal edulcorante de la época.
El comercio, tanto interno como externo, desempeñó un papel crucial en la economía griega, especialmente en las polis marítimas como Atenas, Corinto y Rodas. Grecia exportaba productos agrícolas como aceite de oliva y vino, así como artículos manufacturados, entre ellos cerámicas decoradas que alcanzaron gran prestigio en todo el Mediterráneo. A cambio, importaba granos de regiones más fértiles como Egipto, el Mar Negro y Sicilia, además de metales, madera y esclavos. El puerto de El Pireo, en Atenas, se convirtió en uno de los principales centros comerciales de la época clásica, favorecido por la estabilidad que proporcionaba la Liga de Delos.
La artesanía era otra fuente importante de bienes y servicios, con talleres dedicados a la producción de textiles, cerámica, armas y herramientas. En Atenas, la cerámica alcanzó un nivel artístico notable, siendo una de las principales exportaciones de la ciudad. Los artesanos trabajaban en pequeños talleres familiares, a menudo con la ayuda de esclavos, y los productos eran distribuidos en los mercados locales o enviados al extranjero.
La moneda fue una innovación importante para facilitar las transacciones comerciales. Aunque inicialmente se utilizaba el trueque, las polis comenzaron a acuñar sus propias monedas alrededor del siglo VII a. C. Estas monedas, fabricadas principalmente en oro, plata y bronce, no solo facilitaron el comercio sino que también actuaron como un símbolo de identidad y poder político.
El trabajo esclavo era una parte integral de la economía griega. Los esclavos eran utilizados en casi todas las actividades económicas, desde la agricultura y la minería hasta el servicio doméstico y los talleres artesanales. Las minas de Laurión, cerca de Atenas, son un ejemplo destacado, donde los esclavos trabajaban en condiciones extremadamente duras para extraer plata, un recurso vital para la economía ateniense.
Además, la organización de la economía tenía una dimensión política significativa. Las instituciones de las polis regulaban aspectos clave, como los mercados y los impuestos, y se aseguraban de que los recursos esenciales estuvieran disponibles para la población, especialmente en tiempos de guerra. En Atenas, los ingresos del estado provenían de diversas fuentes, incluyendo los tributos de las ciudades miembros de la Liga de Delos, los impuestos sobre la propiedad y las tasas aduaneras.
En términos sociales, la economía griega estaba marcada por una fuerte división del trabajo basada en el género y la clase. Los ciudadanos varones participaban activamente en la agricultura, la política y el comercio, mientras que las mujeres estaban generalmente relegadas a la gestión del hogar y la producción textil. Por otro lado, la economía también reflejaba la desigualdad inherente a la sociedad griega, donde la riqueza y los medios de producción estaban concentrados en manos de una élite.
En conclusión, la economía de la antigua Grecia fue un sistema multifacético que combinaba agricultura, ganadería, comercio, artesanía y esclavitud para satisfacer las necesidades de sus sociedades. La geografía y los recursos naturales condicionaron los métodos de producción y los patrones de comercio, mientras que las instituciones políticas y sociales garantizaron su funcionamiento. A través de este sistema, las polis griegas lograron no solo la subsistencia de sus poblaciones, sino también la acumulación de recursos que hicieron posible el florecimiento cultural y político que caracteriza a la civilización griega.
Este texto es sólo a modo introductorio, para tratar estos temas es necesario trabajarlos de forma independiente en sucesivas entradas.
Artículos principales: Economía en la Antigua Grecia, Agricultura en la Antigua Grecia y Esclavitud en la Antigua Grecia.
Cultura de Grecia
La cultura griega ha evolucionado durante toda su historia, con sus inicios en las civilizaciones minoica y micénica continuando con la notable Grecia clásica, el surgir de la época helenística y por medio de la influencia del imperio romano y su sucesor, el imperio bizantino, en la Grecia oriental. El imperio otomano también tuvo una influencia considerable en la cultura griega, pero es la guerra de independencia griega la que revitaliza Grecia y propicia el nacimiento de una identidad individual dentro de su polifacética cultura a lo largo de su historia. («Cultura de Grecia». Guía Blog Grecia.) Se organizaba político-socialmente en ciudades-estado, llamadas polis, las principales de las cuales fueron Atenas, Esparta, Corinto y Tebas. (ver: «Cultura Griega – Información, historia, aportes y características». Concepto.)
Grecia es a menudo referida como la cuna de la civilización occidental, y la antigua Atenas fue considerada su centro. El Partenón de Atenas es el símbolo imperecedero de la cultura griega. Foto: A.Savin. Parthenon in Athens (Attica, Greece). CC BY-SA 3.0. Original file (3,588 × 2,124 pixels, file size: 5.43 MB).
A diferencia de otros sistemas esclavistas, los esclavos no eran tratados de manera infrahumana, sino que formaban un estamento inferior en la sociedad griega. Estaban al servicio de sus amos pero obtenían un pago por su trabajo (dádivas) y pudiendo formar una familia en relativa libertad.
Los aportes de la Antigua Grecia no son nada desdeñables, y abarcan un enorme conjunto de áreas:
- La invención de la democracia directa, específicamente en Atenas, si bien era una democracia para varones atenienses mayores de edad (excluyendo mujeres, esclavos y metecos).
- Creación de las Olimpíadas (y celebración continua durante siglos) las festividades deportivas en honor a los dioses del Olimpo que acarreaban una “paz olímpica” entre todas las ciudades griegas.
- La invención formal de la filosofía, vocablo acuñado por Pitágoras en el siglo VI a. C., y su práctica por parte de pensadores fundamentales para Occidente como Sócrates, Platón, Aristóteles o Demócrito. Muchos de ellos incursionaron en lo que hoy en día llamamos ciencias o matemáticas, legando también importantes conceptos como la Teoría atómica (Demócrito), diversos teoremas matemáticos (Tales de Mileto, Pitágoras, etc.), medicina (Hipócrates), la teoría de los cuatro humores (Empédocles), y un enorme etcétera.
- Variadas y valiosas tradiciones artísticas, de las cuales destaca sobre todo la literatura, cargada del contenido mitológico que su religión y que cultivaron en verso, ocupando un lugar destacado Homero (cultor de la épica: la Ilíada y la Odisea), Esopo (autor de numerosas fábulas), Aristófanes (autor de comedias) o los grandes dramaturgos griegos: Sófocles, Esquilo y Eurípides. También destacan Heródoto (geógrafo e historiador) y Hesíodo (poeta y filósofo).
- La vasta e importante mitología griega, en donde se reúnen los relatos fundacionales del mundo y de los dioses (cosmogonía y teogonía), los mitos sobre el ascenso de los Olímpicos al poder derrotando a sus predecesores titánicos, los mitos heroicos y un enorme conjunto de símbolos, relatos y personajes.
Filosofía
La palabra filosofía fue utilizada por primera vez por Pitágoras en el siglo VI a. C., quien ya mucho antes que los posteriores filósofos, tenía un recinto dedicado a la investigación y al saber, conocido hoy como la hermandad pitagórica. Allí se establecieron los fundamentos matemáticos que se utilizan hoy en día, se realizaban estudios sobre la astronomía, y todo cuanta ciencia requiriera fundamento o apertura. La filosofía griega se centraba en el papel de la razón y la investigación. Se destacan también Sócrates, Platón, y Aristóteles. En Tracia se destacaba Demócrito, considerado «el padre de la física».
La filosofía griega tiene una influencia fundamental en la filosofía y las ciencia modernas. Líneas de influencia claras y continuas se conducen desde la Antigua Grecia y los filósofos helenísticos, por los filósofos y científicos musulmanes medievales, por el Renacimiento y la Ilustración en Europa, hasta las ciencias seculares de nuestros días.
La filosofía griega es una de las contribuciones más significativas de la antigua Grecia al pensamiento universal y marca el inicio de la filosofía como disciplina racional, sistemática y autónoma. Surge en el contexto de una civilización que buscaba respuestas a las grandes preguntas sobre el universo, la existencia, la ética y el conocimiento. Este legado intelectual no solo influyó en el desarrollo del pensamiento occidental, sino que también moldeó las bases de muchas disciplinas modernas, incluyendo la ciencia, la política y la teología.
El término «filosofía» proviene del griego «φιλοσοφία» (philosophía), que significa «amor por la sabiduría». En su esencia, la filosofía griega se caracterizó por un enfoque crítico y racional para comprender el mundo y la existencia humana. En lugar de aceptar explicaciones basadas únicamente en mitos o creencias religiosas, los filósofos griegos buscaron principios universales y racionales que explicaran la naturaleza de la realidad, el origen del cosmos, y la conducta humana.
El desarrollo de la filosofía griega se puede dividir en tres grandes periodos: el periodo presocrático, el periodo clásico y el periodo helenístico. Cada uno de estos periodos representa un enfoque y una orientación distinta, aunque interconectada, hacia el pensamiento filosófico.
El periodo presocrático
Este periodo, que abarca desde el siglo VII hasta el V a. C., se centra en la exploración de la naturaleza (physis) y el origen del cosmos. Los filósofos presocráticos, como Tales de Mileto, Anaximandro y Heráclito, fueron los primeros en intentar explicar el mundo a través de principios racionales y no mediante relatos mitológicos. Tales, considerado el primer filósofo, propuso que el agua era el principio fundamental de todas las cosas. Heráclito, por su parte, introdujo la idea de que el cambio constante es la esencia de la realidad, mientras que Parménides argumentó que el ser es inmutable y eterno.
Estos primeros pensadores también introdujeron conceptos fundamentales como el «arjé», o principio originario, que buscaba identificar la sustancia primaria de la que está compuesto todo. Su enfoque sentó las bases de la cosmología, la metafísica y la física, disciplinas que más tarde serían ampliadas por otros pensadores.
El periodo clásico
Durante este periodo, que comprende los siglos V y IV a. C., la filosofía griega alcanzó su apogeo con figuras como Sócrates, Platón y Aristóteles. La atención se desplazó del estudio de la naturaleza al análisis de la ética, la política, la epistemología y la metafísica.
Sócrates revolucionó la filosofía al centrarse en la ética y el conocimiento humano. Su método socrático, basado en el diálogo y la indagación crítica, buscaba estimular el pensamiento reflexivo y cuestionar las creencias establecidas. Para Sócrates, el objetivo de la vida era alcanzar la virtud y el conocimiento.
Platón, discípulo de Sócrates, desarrolló una teoría filosófica que integraba metafísica, epistemología y ética. Su teoría de las Ideas o Formas postulaba que la realidad sensible es una copia imperfecta de un mundo ideal e inmutable. Platón también exploró temas políticos en su obra La República, donde describe su visión de una sociedad justa gobernada por filósofos-reyes.
Aristóteles, discípulo de Platón, rechazó la teoría de las Ideas y adoptó un enfoque más empírico y sistemático. Sus contribuciones abarcaron prácticamente todas las áreas del conocimiento, desde la lógica y la biología hasta la política y la ética. Aristóteles enfatizó la importancia de la observación y la experiencia para comprender la naturaleza, y su ética se centró en el concepto de la virtud como el camino hacia una vida plena y feliz.
El periodo helenístico
Tras la muerte de Aristóteles y la expansión del Imperio de Alejandro Magno, la filosofía griega se diversificó en varias escuelas que respondían a las inquietudes éticas y prácticas de la época. Las escuelas helenísticas más destacadas fueron el estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo.
El estoicismo, fundado por Zenón de Citio, promovía la idea de vivir en armonía con la naturaleza y aceptar el destino con serenidad. Los estoicos creían que la virtud y el autocontrol eran esenciales para alcanzar la felicidad. Por otro lado, el epicureísmo, desarrollado por Epicuro, buscaba la felicidad a través del placer moderado y la ausencia de dolor, enfocándose en la tranquilidad del alma y la amistad. El escepticismo, representado por Pirrón, enseñaba la suspensión del juicio y la búsqueda de la paz mental mediante la aceptación de la incertidumbre.
El impacto de la filosofía griega
La filosofía griega no solo definió el pensamiento antiguo, sino que también sentó las bases para el desarrollo del pensamiento occidental. Los temas abordados por los griegos —la naturaleza del conocimiento, la justicia, la ética, la política y la realidad— continúan siendo relevantes en la filosofía contemporánea. Además, su enfoque racional e investigativo inspiró el desarrollo de la ciencia y la lógica.
En conclusión, la filosofía griega es un corpus intelectual que combina un profundo amor por la sabiduría con una búsqueda sistemática de respuestas racionales a las preguntas fundamentales de la existencia. Desde los presocráticos hasta las escuelas helenísticas, los filósofos griegos construyeron un legado que sigue iluminando nuestro entendimiento del mundo y nuestra posición en él.
Literatura
La literatura griega es uno de los pilares fundamentales de la civilización occidental y constituye un legado que ha influido profundamente en la cultura, la filosofía, el arte y la narrativa de las generaciones posteriores. Este vasto corpus literario abarca una variedad de géneros, estilos y temáticas que reflejan la riqueza intelectual, artística y cultural de la antigua Grecia, desde sus primeros orígenes en la tradición oral hasta su consolidación escrita. Se caracteriza por su búsqueda de la excelencia estilística, su exploración de los valores humanos y su capacidad para abordar cuestiones universales que siguen resonando en la actualidad.
La literatura griega se desarrolla en tres grandes periodos: el arcaico, el clásico y el helenístico, cada uno con características propias y contribuciones destacadas. Durante el periodo arcaico, que abarca aproximadamente del siglo VIII al VI a. C., se consolidó la poesía épica como forma de expresión literaria predominante. Obras como la Ilíada y la Odisea, atribuidas a Homero, son los ejemplos más representativos de este género. La Ilíada narra los eventos del sitio de Troya, centrándose en el héroe Aquiles y los conflictos entre los dioses y los mortales, mientras que la Odisea relata las aventuras de Odiseo en su viaje de regreso a Ítaca tras la guerra de Troya. Estos poemas no solo son épicos en su contenido, sino que también establecieron un modelo de narrativa que mezcla mitología, historia y reflexión sobre la condición humana.
En el mismo periodo arcaico floreció la poesía lírica, una forma más personal e íntima de expresión poética. Poetas como Safo de Lesbos y Alceo exploraron temas como el amor, la amistad, la política y la naturaleza, utilizando el verso para expresar emociones individuales y reflexiones personales. Este género se diferenciaba de la épica no solo por su enfoque temático, sino también por el uso del acompañamiento musical, generalmente con la lira, lo que reforzaba su carácter emotivo y personal.
El periodo clásico, que se extiende del siglo V al IV a. C., es considerado la etapa dorada de la literatura griega. Durante este tiempo, se desarrollaron nuevos géneros literarios, como la tragedia, la comedia y la historiografía. La tragedia alcanzó su máxima expresión con dramaturgos como Esquilo, Sófocles y Eurípides. Esquilo es conocido por obras como La Orestíada, que explora temas de justicia, venganza y moralidad divina, mientras que Sófocles introdujo una mayor complejidad psicológica en sus personajes, como se ve en Edipo Rey y Antígona. Eurípides, por su parte, se destacó por su enfoque más humano y crítico hacia los dioses y las tradiciones, como se observa en Medea y Las Bacantes.
La comedia, representada por Aristófanes en la comedia antigua y Menandro en la comedia nueva, ofreció una perspectiva más ligera y satírica de la sociedad griega. Aristófanes, con obras como Las Nubes y Lisístrata, criticaba abiertamente la política y las costumbres de Atenas, mientras que Menandro se centraba en temas cotidianos y relaciones humanas, sentando las bases de la comedia romántica.
La historiografía también emergió durante este periodo como un género literario importante. Heródoto, conocido como el «Padre de la Historia», escribió una narrativa detallada de las guerras persas en su obra Historias, combinando investigación histórica con elementos míticos y culturales. Tucídides, en contraste, adoptó un enfoque más riguroso y analítico en su Historia de la Guerra del Peloponeso, enfatizando las causas políticas y sociales de los eventos históricos.
El periodo helenístico, que comienza tras la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C. y se extiende hasta la incorporación de Grecia al Imperio Romano, se caracteriza por una mayor diversificación y sofisticación literaria. Este periodo vio el auge de géneros como la poesía didáctica, representada por Hesíodo en sus obras Los trabajos y los días y La teogonía, que combinan enseñanzas prácticas con mitología. También florecieron la poesía bucólica y pastoril, con figuras como Teócrito y su descripción idealizada de la vida rural.
La literatura helenística se caracterizó por su cosmopolitismo y su enfoque en temas más individuales y menos heroicos. Poetas como Calímaco y Apolonio de Rodas exploraron temas mitológicos con un estilo más refinado y erudito. Apolonio, por ejemplo, escribió Las argonáuticas, una epopeya que narra las aventuras de Jasón y los argonautas en su búsqueda del vellocino de oro, pero con un enfoque más introspectivo y romántico que las epopeyas arcaicas.
En conclusión, la literatura griega es un testimonio del genio creativo y la profundidad intelectual de los antiguos griegos. Desde la épica y la lírica del periodo arcaico hasta los dramas y las historias del periodo clásico, y la diversidad estilística del periodo helenístico, esta literatura no solo reflejó las preocupaciones y aspiraciones de su tiempo, sino que también estableció los fundamentos de la narrativa, la poesía y el pensamiento crítico que han influido en la cultura mundial durante milenios. La literatura griega continúa siendo una fuente inagotable de inspiración y estudio, que ilumina tanto el pasado como los desafíos y preguntas del presente.
Se han destacado, entre otros, Homero, quien escribió la Ilíada y la Odisea, el poeta y fabulista Esopo, Los dramaturgos Sófocles y Aristófanes, cuyas obras se representaban en los teatros. Heródoto geógrafo e historiador.
Artículos principales: Literatura griega, Homero, Tragedia, Comedia griega y Teatro de la Antigua Grecia.
Ciencia y tecnología
La ciencia en la Antigua Grecia sentó las bases de la ciencia moderna.
La matemática de los griegos ,que es la base de todo conocimiento científico, fue cultivada por la escuela filosófica que acaudillaba Pitágoras. Destacándose tanto en geometría (recuérdese el famoso teorema de Pitágoras que permite resolver los triángulos rectángulos) como en aritmética, los números y las líneas ocuparon un lugar muy importante en sus especulaciones.
Antes del surgimiento de la medicina como ciencia, los griegos consideraban las enfermedades como un castigo de los dioses. El dios griego de la medicina era Asclepio y Apolo, y en sus templos la gente enferma les ofrecía sacrificios, pasando allí la noche con la esperanza de que al amanecer ya se hubiesen curado.
Muchas de las sustancias que usaban los antiguos egipcios en su farmacopea, fueron exportadas a Grecia y su influencia aumentó tras el establecimiento de una escuela de medicina griega en Alejandría, ciudad fundada por Alejandro Magno en Egipto tras liberarlos de Persia.
Hipócrates, el «padre de la Medicina», estableció su propia escuela de medicina en Cos y creó la Medicina Hipocrática. Una de las características de la medicina hipocrática es la teoría de los cuatro humores, que está relacionada con la teoría de los cuatro elementos (propuesta por Empédocles). También, Hipócrates y algunos contemporáneos acordaron que las enfermedades se encontraban en la sangre, por lo que empezó la práctica de extraer un poco de sangre de los brazos de los pacientes, pero en la mayoría de los casos se les recetaban diferentes hierbas. En todos los casos Hipócrates hablaba de los beneficios del agua (hidroterapia) y de las plantas.
La astronomía fue estudiada por los griegos desde tiempos antiguos. Ésta se suele dividir en dos períodos: Grecia Clásica y Helenística. Recibió importantes influencias de otras civilizaciones de la Antigüedad, y las que ejercieron mayor influencia fueron las provenientes de India y Babilonia. Durante la época helenística y el Imperio romano, muchos astrónomos trabajaron en el estudio de las tradiciones astronómicas clásicas, en la Biblioteca de Alejandría y en el Museion. Los calendarios de los antiguos griegos estaban basados en los ciclos lunares y solares. El calendario helénico incorporó esos ciclos, Un calendario lunisolar basado en ambos ciclos es difícil de aplicar, por lo que muchos astrónomos se dedicaron a la elaboración de un calendario basado en los eclipses.
Los antiguos griegos fueron los creadores de la lógica deductiva y el método axiomático, pero consideraban innecesaria e incluso degradante la comprobación experimental de las conclusiones. Incluso consideraban degradante para el filósofo de la época sugerir que las conclusiones obtenidas en un proceso mental lógico necesitaban ser confirmadas por la comprobación experimental. Esta manera de ver las cosas no variaría sustancialmente hasta mediados del siglo XVII, cuando gracias a figuras como Francis Bacon y René Descartes, los fundamentos experimentales, que son la base de la ciencia, llegan a ser filosóficamente respetables.
Herma doble de Heródoto y Tucídides, los fundadores de la historiografía griega, y de otras ciencias sociales, como la geografía y la etnografía. Foto: Gabor~commonswik. Erma a Doppio ritratto di Erodoto e Tucidide, facente parte della Collezione Farnese, oggi esposta nel Museo Archeologico Nazionale di Napoli (inv. 6239). In basso davanti al ritratto vi è incisa l’iscrizione greca dei nomi in caratteri capitali «Erodotos Toukidides». Dominio público.
Astronomía
Esta sección es un extracto de Astronomía de la Antigua Grecia
La astronomía griega recibió importantes influencias de otras civilizaciones de la Antigüedad, principalmente de la babilónica. Inicialmente, en la época arcaica, el interés de los griegos por los astros se debía a su utilidad para la orientación durante la navegación o para establecer pautas cronológicas. Posteriormente, a partir siglo IV a. C., los astrónomos se centraron en tratar de explicar matemáticamente los movimientos de los planetas, del sol y la luna, sobre lo que surgieron diversas teorías. Por otra parte, también realizaron catálogos de las constelaciones, cuyas formas asociaron a objetos y seres míticos. Durante la época helenística y el imperio romano, muchos astrónomos trabajaron en el estudio de las tradiciones astronómicas clásicas, en la Biblioteca de Alejandría y en el Museion.
Ilustración del sistema ptolemaico. Jan van Loon – National Library of Australia: nla.map-nk10241. Dominio público. Original file (7,046 × 5,893 pixels, file size: 4.84 MB, MIME)
El sistema ptolemaico, desarrollado por el astrónomo greco-egipcio Claudio Ptolomeo en el siglo II d. C., es un modelo geocéntrico que describe el universo con la Tierra en el centro. Este sistema fue expuesto en su obra Almagesto, que se convirtió en el texto astronómico de referencia durante más de mil años en Europa, el mundo islámico y otras regiones. El modelo busca explicar el movimiento de los planetas, las estrellas y otros cuerpos celestes desde la perspectiva de un observador terrestre, utilizando conceptos matemáticos complejos para ajustarse a las observaciones de la época.
Según el sistema ptolemaico, la Tierra es inmóvil y ocupa el centro del cosmos, alrededor del cual giran esferas concéntricas. Estas esferas contienen los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas fijas, en ese orden desde el centro hacia la periferia. Para explicar las irregularidades en los movimientos aparentes de los planetas, como los movimientos retrógrados (cuando los planetas parecen moverse hacia atrás en el cielo), Ptolomeo introdujo los conceptos de epiciclos y deferentes.
Un epiciclo es una pequeña órbita circular en la que se mueve un planeta, cuyo centro, a su vez, se desplaza a lo largo de una órbita más grande, llamada deferente, que está centrada aproximadamente en la Tierra. Además, Ptolomeo introdujo el concepto del ecuante, un punto imaginario fuera del centro de la deferente, desde el cual los movimientos aparentes del epiciclo se describen como uniformes. Este artificio matemático permitió ajustar el modelo a las observaciones astronómicas de su tiempo con una precisión razonable.
El sistema ptolemaico no se limitó a ser un modelo físico, sino que también tuvo un fuerte componente matemático y práctico, siendo usado para predecir fenómenos celestes, como eclipses y conjunciones planetarias. Aunque erróneo desde una perspectiva moderna, el sistema ptolemaico fue extremadamente influyente y se consideró el paradigma astronómico predominante hasta que fue reemplazado gradualmente por el sistema heliocéntrico de Nicolás Copérnico en el siglo XVI, perfeccionado posteriormente por Johannes Kepler y Galileo Galilei.
El sistema ptolemaico representa un hito en la historia de la astronomía por su enfoque meticuloso y por cómo combinó la tradición observacional babilónica y griega con una estructura matemática que influyó en la ciencia durante siglos, marcando un punto clave en la evolución del pensamiento astronómico.
Arte
El arte de la antigua Grecia se erige como uno de los pilares fundamentales de la civilización occidental, destacando por su búsqueda de la belleza ideal, el equilibrio, y la proporción armónica. Abarcando más de un milenio, desde el período geométrico (c. 900-700 a. C.) hasta el helenismo (323-31 a. C.), el arte griego refleja la evolución cultural, política y espiritual de las polis griegas. Este legado artístico es una síntesis de innovación técnica, expresividad y simbolismo, y ha influido profundamente en el arte y la estética de épocas posteriores.
En escultura, los griegos lograron un progreso sin precedentes en la representación naturalista del cuerpo humano. Desde las figuras rígidas e idealizadas del período arcaico, conocidas como kouroi y korai, hasta las obras maestras del clasicismo como el Discóbolo de Mirón o el Doríforo de Policleto, los artistas buscaron capturar la proporción perfecta y la armonía entre movimiento y reposo. En el período helenístico, la escultura adquirió una dimensión emocional más intensa, como se observa en el Laocoonte y sus hijos o la Victoria de Samotracia, destacando el dinamismo y el dramatismo.
En arquitectura, el desarrollo de los órdenes dórico, jónico y corintio definió los principios de la construcción monumental. Los templos, dedicados a las deidades del panteón griego, eran no solo lugares de culto, sino también expresiones de la grandeza cultural. Obras como el Partenón en la Acrópolis de Atenas, diseñado por Ictino y Calícrates bajo la supervisión de Fidias, encarnan el equilibrio geométrico y la excelencia técnica. Los teatros, como el de Epidauro, y las estructuras urbanas, como el ágora, también reflejan un enfoque funcional y estético en la organización del espacio público.
La pintura y la cerámica fueron formas esenciales de expresión artística, aunque gran parte de la pintura mural griega se ha perdido. La cerámica, con su evolución desde el estilo geométrico hasta las complejas escenas figurativas de las técnicas de figuras negras y rojas, proporciona una valiosa ventana a la mitología, la vida cotidiana y las costumbres de los griegos. Pintores como Exequias destacaron por su habilidad para combinar narrativa y diseño en obras de pequeño formato.
La literatura y la filosofía griegas también influyeron profundamente en su arte. Las epopeyas de Homero, las tragedias de Sófocles y Eurípides, y los ideales filosóficos de Platón y Aristóteles moldearon la concepción estética griega, que buscaba representar no solo lo visible, sino también la esencia y el alma de las cosas. Este enfoque trascendental hizo del arte griego un vehículo para explorar conceptos como la virtud, la belleza, la divinidad y la humanidad.
El arte griego, en su conjunto, se caracteriza por su racionalidad, innovación y humanidad. Cada obra, ya sea un templo, una escultura o un jarrón, no solo es un testimonio del ingenio técnico de sus creadores, sino también un reflejo de los valores culturales de una civilización que colocó al ser humano y su capacidad de comprensión en el centro de su universo. Esta síntesis de forma, función y filosofía asegura su relevancia y admiración incluso milenios después de su creación.
Mujer ejecutando el aulos (instrumento aerófono), flauta doble. CC BY 2.5
Religión y Mitología griega
La mitología griega es un conjunto vasto y complejo de relatos, mitos y tradiciones que formaron la base cultural, religiosa y filosófica de la antigua Grecia. Sus relatos explicaban el origen del cosmos, la naturaleza de los dioses, los héroes, y el mundo, ofreciendo respuestas a preguntas fundamentales de la existencia humana y dotando a la sociedad griega de un sistema simbólico compartido que consolidaba su identidad colectiva. Este corpus narrativo se transmitió principalmente en forma oral durante siglos antes de ser plasmado en obras literarias como las epopeyas de Homero (La Ilíada y La Odisea), las Teogonías de Hesíodo, y las tragedias y comedias de dramaturgos como Esquilo, Sófocles y Eurípides.
La Función de la Mitología Griega
La mitología griega cumplía múltiples funciones dentro de la sociedad antigua. En primer lugar, servía como explicación de fenómenos naturales y cósmicos en una época previa a los avances científicos. Los mitos del origen del mundo, como los narrados en la Teogonía de Hesíodo, buscaban explicar el nacimiento del universo, los dioses y la humanidad. Por ejemplo, el mito de Prometeo explica el origen del fuego como regalo divino al ser humano y, al mismo tiempo, establece la relación entre los dioses y los hombres como una de tensión y equilibrio.
En segundo lugar, la mitología tenía una función social y educativa. Los mitos transmitían valores, normas y principios éticos a las generaciones más jóvenes. Historias de héroes como Hércules, Teseo o Aquiles no solo entretenían, sino que también ilustraban conceptos como el heroísmo, la valentía, la astucia y las consecuencias de la desmesura (hybris). Este sistema narrativo proporcionaba un modelo de comportamiento ideal, enfatizando la importancia de respetar tanto a los dioses como a las leyes humanas.
Además, la mitología griega tenía un papel religioso crucial. Los mitos eran inseparables de los rituales, y las narrativas sobre los dioses justificaban la existencia de los cultos y festivales religiosos. Por ejemplo, los mitos de Deméter y Perséfone están íntimamente relacionados con los ritos de los Misterios Eleusinos, que ofrecían a los iniciados una promesa de renovación espiritual y esperanza en una vida después de la muerte.
Artículos principales: Dioses olímpicos y Mitología griega.
Estructura y Temáticas
La mitología griega está estructurada en varios niveles: los mitos cosmogónicos, que explican el origen del cosmos; los mitos teogónicos, que relatan la genealogía de los dioses; y los mitos heroicos, centrados en las hazañas de héroes semidivinos. En el centro de esta mitología se encuentra el panteón olímpico liderado por Zeus, que simboliza la jerarquía divina y la autoridad suprema. Los dioses griegos, aunque poderosos, son profundamente humanos en sus emociones y comportamientos, lo que los hace accesibles y comprensibles para los mortales.
Los héroes, por otro lado, actúan como intermediarios entre los dioses y los hombres, enfrentándose a desafíos épicos que reflejan tanto las aspiraciones como los temores de la humanidad. Historias como las de Jasón y los Argonautas, o la Guerra de Troya, ofrecen narrativas llenas de conflicto, amor, traición y redención, que trascienden el tiempo y siguen resonando en la cultura contemporánea.
El Paso del Mito al Logos
Uno de los aspectos más fascinantes de la cultura griega es el tránsito del mito al logos, es decir, de una explicación del mundo basada en relatos míticos a una fundamentada en la razón y el pensamiento crítico. Este cambio se produce en el contexto del surgimiento de la filosofía en el siglo VI a. C., especialmente con figuras como Tales de Mileto, Anaximandro y Heráclito. Mientras que los mitos explicaban el mundo a través de narrativas simbólicas y divinas, el logos buscaba explicaciones racionales, naturales y universales.
El paso del mito al logos no significó la desaparición de la mitología, sino su transformación. Los mitos comenzaron a reinterpretarse en términos filosóficos y éticos. Platón, por ejemplo, utilizó los mitos como herramientas pedagógicas en sus diálogos, mientras que Aristóteles los consideraba como una forma inicial de pensamiento que, aunque rudimentaria, contenía elementos de verdad.
Relevancia y Legado
La mitología griega no solo fue fundamental en su tiempo, sino que ha tenido un impacto duradero en la cultura occidental. Su influencia es evidente en el arte, la literatura, la filosofía, y hasta en el psicoanálisis moderno, donde figuras como Sigmund Freud y Carl Jung reinterpretaron los mitos griegos como expresiones del inconsciente colectivo.
En conclusión, la mitología griega representa una de las expresiones más ricas y complejas de la imaginación humana. Es a la vez un espejo de las aspiraciones y temores de la sociedad antigua y un fundamento para las ideas filosóficas y científicas que definieron la civilización occidental. El paso del mito al logos marca una evolución intelectual que no solo permitió a los griegos avanzar en el conocimiento del mundo, sino que también estableció los cimientos del pensamiento crítico y racional que seguimos valorando hoy en día.
La mitología griega se compone de relatos y escritos, normalmente en forma versificada, sobre los orígenes, la naturaleza del mundo, y la importancia de la tradición religiosa.
Los dioses griegos más importantes eran los doce olímpicos, así llamados por residir juntos en el monte Olimpo, citados abundantemente en la Ilíada, la Odisea, y la Teogonía:
- Zeus: el dios del cielo y el trueno; el de mayor rango y más poderoso, hermano de Poseidón, Hades y Hera, y padre de los restantes dioses olímpicos.
- Hera: la consorte y hermana de Zeus, reina de los dioses, la diosa del matrimonio y la fidelidad.
- Poseidón: el dios de los mares, de los océanos y de los terremotos, hermano de Zeus y Hades.
- Ares: el dios de la guerra, la crueldad y del asesinato.
- Hermes: el dios mensajero, también de la orientación, los viajeros, los pastores, los ladrones, el consuelo y las reuniones.
- Hefesto: el dios del fuego, la fragua, el trabajo manual, los artesanos y las armas.
- Afrodita: la diosa del amor, la belleza y la sensualidad.
- Atenea: la diosa de las artes, la sabiduría, la educación y la guerra; la protectora de los héroes.
- Apolo: el dios de la danza, las artes, la música, la arquería, la prudencia, la belleza masculina y la profecía.
- Artemisa: la diosa de la caza, los animales, la castidad y las amazonas.
- Deméter: la diosa de la tierra, las flores y las plantas, la comida y la agricultura.
- Dioniso: el dios más joven del panteón, dios del vino, la naturaleza en estado salvaje y la sexualidad abierta.
Otras deidades importantes eran:
- Hebe: la diosa de la juventud y la asistente de los dioses.
- Helios: el dios del sol.
- Selene: la diosa de la luna.
- Hades: el dios del inframundo y de los muertos, hermano de Poseidón y Zeus.
- Perséfone: la diosa del inframundo, hija de Deméter y esposa de Hades.
- Niké: la diosa de la victoria.
- Heracles: un héroe y un semidiós de fortaleza extraordinaria (Hércules).
- Caos: divinización de lo informe y lo impreciso.
- Hestia: la diosa del hogar y la familia.
- Dione: la madre de Afrodita.
Los padres de Zeus eran Crono y Rea, que también eran los padres de Poseidón, Hades, Deméter, Hestia y Hera.
Sexualidad
Artículos principales: Hetera y Prostitución en la Antigua Grecia.
Como no existían leyes que prohibiesen las distintas elecciones sexuales (ya que en su mitología tampoco había nada que lo prohíba), los ciudadanos de cada polis (ciudad) tenía derecho a elegir su camino sexual a su antojo,[cita requerida] en las polis existían leyes de edades mínimas, donde era importante que no ocurra en relaciones de parentesco, o de manera abusiva.
En Esparta, las mujeres casadas podían tener amantes varones, siempre y cuando fuese más apuesto, más fuerte y más joven que su esposo. En Grecia existían las hétere (ἑταῖραι), era el nombre que recibían en la Grecia Antigua las cortesanas (una combinación de dama de compañía y prostituta refinada). Eran mujeres independientes y de gran prestigio social. El colectivo estaba formado principalmente por antiguas esclavas y extranjeras, y eran célebres por su preparación para la danza y la música, así como por su aspecto físico. Existen evidencias de que pagaban impuestos, recibían educación, y podían participar en los simposios (συμπόσιον), siendo sus opiniones y creencias muy respetadas por los hombres.
Demóstenes, en su Contra Neera, escribió «Tenemos a las heteras para darnos placer, a las criadas para que se hagan cargo de nuestras necesidades corporales diarias y a las esposas para que nos den hijos legítimos y sean fieles centinelas de nuestras casas».
Otra cortesana, Arqueanasa, a quien Platón le escribió los siguientes versos: «Poseo a Arqueanasa Colofonia, sobre cuya rugosa y senil frente, acerbo amor se esconde ¡Míseros de vosotros que gozásteis su juventud primera! ¡Oh cuán activo ardor sufrir debisteis!». (86)
Prostitución
La prostitución fue, desde la Época Arcaica, una actividad común en la vida cotidiana de las ciudades griegas más importantes. Particularmente en las zonas portuarias, daba trabajo, de forma legal, a un número significativo de personas, constituyendo una actividad económica de primer nivel. Ejercida mayormente por mujeres de todas las edades, la clientela era generalmente masculina. Se atribuye a Solón la creación en Atenas de burdeles estatales a precios moderados.
Prostitución ritual
En cuanto a los templos sagrados, un aspecto universal del culto de Afrodita y sus predecesoras que muchos mitógrafos de los siglos XIX y XX han omitido (87) es la práctica de la prostitución religiosa en algunos santuarios y templos determinados. El eufemismo griego para estas prostitutas es hieródula, ‘sierva sagrada’. Esta costumbre fue una práctica inherente a los rituales dedicados a las antecesoras de Oriente Medio de Afrodita, la sumeria Inanna y la acadia Istar, cuyas meretrices de los templos eran ‘mujeres de Ishtar’, ishtarium. (88) Esta práctica ha sido documentada en Babilonia, Siria, en ciudades fenicias y en la colonia tiria de Cartago, y para la Afrodita helénica en Chipre, el centro de su culto, Citera, Corinto y Sicilia. (88) Afrodita es en todas partes la patrona de las heteras y cortesanas.
Cliente y una hetera (una bolsa de dinero está colgada en la pared). Kílix de figuras rojas. Col. particular, Múnich.
Wedding Painter – Angelika Dierichs, Erotik in der Kunst Griechenlands. Von Zabern, Mainz 1997 (Zaberns Bildbände zur Archäologie) ISBN 3-8053-2014-0 – original uploaded file: Sexual scene on a red-figure tondo of a kylix by the Wedding Painter.jpg
Customer and a prostitute (a money pouch is hanging on the wall), tondo of a red-figure kylix. Munich, private collection, ARV 923,29. Dominio Público.
Pederastia
Artículo principal: Pederastia en la Antigua Grecia
La pederastia griega (del griego παιδεραστία), idealizada por los griegos desde la época arcaica, era una relación entre un o una joven adolescente (εραστες, erastes, «amada», y ἐρώμενος, erōmenos, ‘amado’) y un hombre adulto que no pertenecía a su familia próxima (ἐραστής, erastēs, ‘amante’). Surgió como una tradición aristocrática educativa y de formación moral. Los griegos la consideraban por ello un elemento esencial de su cultura ya desde los tiempos de Homero. (89) Es importante señalar que la diferencia de edad entre erōmenos y erastēs es paralela a la que se daba entre los contrayentes del matrimonio en la antigua Grecia: un hombre en la treintena y una jovencita de entre quince y dieciocho años. (90) También cabe remarcar que el erómeno era un adolescente ya entrado en la pubertad y no un niño, como se entiende en el concepto actual de pederastia.
El término deriva de la combinación de dos vocablos griegos: παιδ- (raíz de παῖς, παιδός, ‘niño/niña’) y ἐραστής (erastēs, ‘amante’; cf. erotismo). En un sentido más amplio, la palabra se refiere al amor erótico entre adolescentes y hombres adultos. Los griegos consideraban normal que un hombre se sintiese atraído por la belleza de un o una joven, tal como refiriese Aristóteles, el Humano siente amor espontáneo ante aquello que percibe como visualmente bello». (91) (92) Sólo había controversia sobre la forma en que debía expresarse este deseo.
La pederastia estaba muy relacionada con la tradición atlética y artística de la desnudez en la gimnasia, hombres y mujeres realizaban el culto atlético de manera mixta, como así también realizaban las prácticas artísticas, como el teatro, la danza y la música.
Homosexualidad
Artículo principal: Homosexualidad en la Antigua Grecia
La relación homosexual se daba entre hombres adultos y chicos adolescentes, conocida como homo pederastia. Las relaciones entre hombres de edad equivalente eran más raras. Las relaciones entre mujeres en la sociedad podían reflejarse en pasajes de la mitología griega, dando por sabido que Afrodita, cuando no disponía de su amado Ares, tenía ocasionalmente relaciones con otras diosas, existen ejemplos tan antiguos como el de Safo de Lesbos. (93) Sobre la homosexualidad en los ejércitos de la antigua Grecia se menciona a la tropa sagrada tebana. Homero no describe una relación sexual entre dos hombres en ninguna de sus obras ni tampoco nada sobre Aquiles y Patroclo como pareja.
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- Thomas R. Martin: Ancient Greece from Prehistoric to Hellenistic Times (La Antigua Grecia desde los tiempos prehistóricos hasta el período helenístico), Yale University Press, 1996. ISBN 0-300-06956-1. Acompaña a las fuentes en línea del Proyecto Perseus
- Texto en inglés en Google Books; ed. del 2000.
Documental 2024: La Antigua Grecia – Cuna de la Civilización Occidental
El Viaje Filosófico 75,2 K suscriptores. 80.250 visualizaciones – 9 jun 2024
Sumérgete en la fascinante historia de la Antigua Grecia con nuestro documental en HD, donde exploramos el nacimiento de la democracia, la estructura de la polis y la vida del ciudadano griego. Este recorrido histórico no solo te llevará a los orígenes de la democracia ateniense, sino que también te ofrecerá una visión detallada de la organización social y política de la polis. A través de análisis exhaustivos y narrativas envolventes, este documental te invita a descubrir cómo surgió la democracia, los derechos y deberes de los ciudadanos y los desafíos que enfrentó este sistema político. Además, conocerás el legado cultural y histórico que la Antigua Grecia dejó en la civilización moderna, todo ello presentado con una calidad visual y sonora excepcional. No te pierdas la oportunidad de explorar la rica herencia de la democracia griega con una calidad de imagen y sonido que te transportará a la época clásica. ¡Dale play y descubre un capítulo esencial de la historia de la humanidad!