Descripción El Tríptico de la Anunciación, llamado también Tríptico de Mérode
La pieza es un tríptico con bisagras, o panel en tres partes. Probablemente fue un encargo para un uso privado, pues es pequeño. Los retratos de los donantes arrodillados están en el ala izquierda; la figura de la donante femenina, y el sirviente detrás de ella, parecen haber sido añadidos a la pintura después de acabarse a manos de otro artista, quizá cuando el donante se casó. Se les puede identificar como unos burgueses de la cercana Malinas que están documentados en Tournai en 1427, por el blasón en un vitral en la ventana del panel central.3 Miran a través de una puerta entreabierta que curiosamente aunque se abre hacia él no tiene continuidad en el panel central, como si el donante imaginara que abre la puerta y contempla la escena sacra. La tabla central muestra una Anunciación, o, estrictamente hablando, el momento anterior a la misma, pues María aún no es consciente de la presencia del ángel. Inusualmente para una representación medieval de este momento, la paloma que simboliza el Espíritu Santo no aparece. Es representado por la vela recién apagada (según algunos autores medievales, el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles «como un soplo de viento») y una diminuta figura del Niño Jesús, con la cruz, vuela hacia María en el rayo de luz que entra por un óculo lateral, representando su impregnación por Dios. Otra escena inusual, con san José trabajando como carpintero ocupa el ala derecha. Un rasgo igualmente infrecuente es que aunque María y José no se casaron hasta después de la Anunciación, aquí ellos están representados aparentemente viviendo juntos ya entonces.
La obra está en The Cloisters, un departamento del Museo Metropolitano de Arte en Nueva York. Hay otra versión de la tabla central en Bruselas, que puede representar la versión original de Campin. La obra era propiedad de las familias aristocráticas belgas Arenberg y Mérode antes de llegar al mercado del arte.
La iconografía contiene abundante simbolismo, aunque la extensión y naturaleza exacta son objeto de gran debate – Meyer Schapiro anticipó el estudio del simbolismo de la ratonera, y Erwin Panofsky más tarde lo amplió, o quizá lo desarrolló en exceso, el análisis de símbolos para cubrir muchos más detalles del mobiliario y de los ropajes. Debates similares existen para muchas pinturas de los primitivos flamencos, y muchos detalles vistos por vez primera aquí reaparecen en posteriores Anunciaciones de otros artistas.
Un rollo y un libro están junto a María, simbolizando el Antiguo y el Nuevo Testamento, y la parte que María y el Niño Jesús tienen en el cumplimiento de la profecía mesiánica. Las azucenas en el jarro de cerámica sobre la mesa representan la virginidad de María. Los remates en forma de león sobre el banco en sentido simbólico se refieren al Trono de la Sabiduría, o trono de Salomón – este rasgo se ve a menudo en otras pinturas, religiosas o seculares (como en el Matrimonio Arnolfini de van Eyck). Los instrumentos para lavarse en la parte posterior de la habitación, que son considerados inusuales para un interior doméstico, pueden estar relacionados con disposiciones similares de una piscina para el sacerdote oficiante lavarse las manos durante la Misa. Los 16 lados de la mesa pueden aludir a los 16 profetas hebreos principales; la mesa usualmente es considerada como un altar, y el arcángel Gabriel luce las vestimentas de un diácono. La pintura, como en la Anunciación de Van Eyck que estaba en Washington, es una de una serie que contiene complicado material simbólico relacionado con la Anunciación, la Misa y el sacramento de la Eucaristía.5 María se sienta en el suelo para mostrar su humildad, y las dobleces de su vestido, y la manera en que la luz juega con ellas, crearon una estrella, aludiendo probablemente a las muchas comparaciones teológicas de María con una estrella o a las estrellas. Como símbolo el cuenco de metal en el nicho del fondo, representa tanto la pureza y virginidad de María como la limpieza del acto cristiano del bautismo.
En el ala derecha, san José, que era carpintero, está construyendo una ratonera simbolizando la trampa de Cristo y la derrota del diablo, una metáfora usada en tres ocasiones por san Agustín: «La cruz del Señor fue la ratonera del diablo; el cebo por el que fue capturado fue la muerte del Señor». Desde un punto de vista alternativo, José estaría realizando equipamiento para elaborar vino usado en aquella época, que simboliza el vino eucarístico y la Pasión de Cristo. El simbolismo de la ratonera puede existir igualmente en el exterior de la ventana de José, donde las ratoneras se dice que son visibles a través de la ventana de la tienda, de nuevo simbolizando que el sacrificio de Jesús es usado como un cebo para capturar a Satanás. Este tema es mucho más raro, aunque existen algunos paralelos. Esta ala fue hecha después de la principal (el lienzo de María). Originalmente no estaba contemplada hacerla.
