Relieve caceria de leones del rey asirio. William C. Morey – Outlines of Greek History, pg. 40. Public Domain.
Asiria 𒀸𒋩 hace referencia a una antigua región de la Alta Mesopotamia que toma su nombre de la ciudad de Aššur —del mismo nombre que Assur, su deidad tutelar—, y es también el nombre del Estado —y posterior imperio— que formó entre el III y I milenio a. C. Dominaron Mesopotamia desde el 2500 -1800 a.C hasta el 609 a.C).
Fundada a orillas del río Tigris, Aššur era inicialmente una de las tantas ciudades acadias en la región. La tradición fecha su fundación en el siglo XXV a. C., aunque la mayor parte de su pasado está envuelto en misterio. Desde finales del siglo XXIV a. C., los asirios se convirtieron en súbditos de Sargón de Acad, quien unió a los pueblos semitas, acadios y sumerios bajo el Imperio acadio. (1) A partir de esa región se formó, en el II milenio a. C., el llamado Imperio Antiguo. También fue conocido como Subartu y, tras su declive, como Athura, Syria (en griego antiguo), Assyria (en latín) y Asuristán. En su momento de máxima expansión —en el siglo VII a. C., durante el Imperio neoasirio—, Asiria controlaba un territorio que hoy comprendería, parcial o totalmente, los países de Irak, Siria, Palestina, Israel, Jordania, Líbano, Turquía, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Chipre, Armenia, Azerbaiyán y Georgia.
Ugallu, Gran León, un espíritu protector frente a demonios malignos. De la puerta d, habitación S, Norte del palacio de Nínive, Iraq. 645-635 a. C. (British Museum, London.). Foto: Osama Shukir Muhammed Amin FRCP (Glasg). CC BY-SA 4.0. Original file (3,797 × 2,614 pixels, file size: 4.25 MB).
Mapa que muestra los dominios asirios. En rojo se muestra las capitales o ciudades más importantes como Nínive, Assur, o Nimrud que formaban el corazón del imperio. En naranja: la extensión máxima del imperio bajo el reinado de Assurbanipal (668-627 aC). Base map: © Sémhur / Wikimedia Commons / CC-BY-SA-3.0, or Free Art License obra derivada: Silviaanac. CC BY-SA 4.0.
Índice de temas tratados
Introducción sobre Asiria
Antecedentes y Resumen de acontecimientos
El redescubrimiento de Asiria
Geografía
Historia. Antecedentes históricos. Los comienzos de Asiria: La ciudad de Assur, una ciudad Estado. Assur en el III milenio a.C. Assur en el Imperio antiguo y medio. Assur en el periodo neoasirio y posterior. Los palacios reales: marcos del poder central. Una ciudad mercante.
Fases del imperio Asirio
El control del territorio Asirio. El poder real
La sociedad Asiria
El ejército Asirio
El control de los territorios sometidos. La organización de las provincias y de los reinos vasallos.
La industria
Las ciudades Asirias
El centro urbano de las ciudades Asiarias. Plantas esquemáticas de capitales neoasirias: Assur, Nimrud, Jorsabad, Dur-Sharrukin y Nínive
Las actividades y la sociedad urbanas
Los intercambios. Las modalidades de circulación de los productos. Los circuitos de intercambios
La cultura asiria
Lenguas y escritura en Asiria. Cuneiforme.
Religión. Ver: Mitología Asiria
Arte y urbanismo. Los relieves de los palacios Asirios. Escultura. Cerámica. Glíptica. Marfiles. Vestimentas y adornos.
Narrativa bíblica
Declive y caída
Legado de Asiria
Conferencia Fundación La March. Creadores de imperios | Assurbanipal.
Fotograma de Intolerancia (película). Bitzer – Intolerance, 1916 silent film. Public Domain. Original file (1,106 × 738 pixels, file size: 495 KB).
La asiriología —disciplina que estudia la Asiria antigua y más ampliamente la Mesopotamia antigua—, distingue tres fases en la historia asiria, sabiendo que antes de alrededor del siglo VII a. C. las fechas son aproximadas: el período paleoasirio, o imperio. antiguo del siglo XX a. C. a principios del siglo XIV a. C.; el imperio medio asirio, hasta el 911 a. C.; y el imperio Nuevo o neoasirio, hasta el 609 a. C. (Caída de Harrán), fecha del final del reino asirio.
Durante el primer período, Asiria se resume a la ciudad-Estado de Aššur, conocida principalmente por el dinamismo de sus mercaderes. El segundo período vio la expansión y primer apogeo del reino asirio, un poderoso estado territorial, que, sin embargo, se debilitó significativamente en el cambio del II al I Milenio a. C. El tercer período vio a Asiria convertirse gradualmente en un vasto imperio, gracias en particular a su formidable ejército. Fue este período por el que Asiria es más conocida, gracias a los descubrimientos del siglo XIX en las capitales sucesivas, Aššur, Kalkhu (Nimrud), Dur-Sharrukin (Jorsabad) y Nínive (destruida en 612 a. C.; sobre gran parte de sus ruinas se asienta Mosul). Fue también el poderío de este Imperio y de sus soberanos lo que permitió que la memoria de Asiría continuara a través de la tradición de la Biblia hebrea y de los autores griegos clásicos.
Leona herida. British Museum, Assyrian collections (Room 10, British Museum). Matt Neale from UK – British Museum, Assyrian collections (Room 10, British Museum) Uploaded by NotFromUtrecht. CC BY 2.0. Original file (2,500 × 1,674 pixels, file size: 710 KB).
La gran cantidad de documentación epigráfica y arqueológica recogida del período asirio durante casi dos siglos permite conocer muchos aspectos de este reino, que fue un componente esencial de la civilización mesopotámica antigua, al igual que el que se convirtió en su rival al sur, el reino de Babilonia. Esta fue la última fase del reino que, sin embargo, es con mucho la más conocida. Se puede dibujar una imagen importante de varios aspectos de la administración del reino, de las actividades económicas, de los componentes de la sociedad, de la cultura asiria, incluida la religión y el arte. Muchas áreas grises permanecen porque la documentación no se distribuye homogéneamente según los lugares, los períodos y los aspectos de la vida de los antiguos asirios, debido tanto a la desaparición de muchas fuentes desde la Antigüedad, como también porque que los descubrimientos se refieren principalmente al medio de las élites.
La región de Asiria cayó luego bajo el control sucesivo de los imperios medo, aqueménida, macedonio, seléucida, parto, romano y sasánida. Entre mediados del siglo II a. C. y finales del siglo III surgió un mosaico de pequeños reinos asirios independientes en la forma de Ashur, Adiabene, Osroene, Beth Nuhadra, Beth Garmai y Hatra. La conquista islámica árabe a mediados del siglo VII finalmente disolvió Asiria (Asuristán) como una entidad única, después de lo cual los restos del pueblo asirio (ya entonces cristianos) gradualmente se convirtieron en una minoría étnica, lingüística, cultural y religiosa en la tierra asiria, sobreviviendo hasta el día de hoy como un pueblo nativo de la región. (2) (3).
Emblema del dios Ashur, de un antiguo relieve asirio en Nimrud. Austen Henry Layard (1817–1894) – Austen Henry Layard (1867) Nineveh and its Remains. Dominio público. Creado en 1867. CC BY 4.0. Fuente.
Antecedentes
La etapa anterior de dominio de esta zona de Mesopotamia era el imperio Paleobabilónico, en especial debido a las conquistas y expansión de Hammurabi entre el 1800 y el 1600 a.C aproximadamente. Para entender cómo Asiria asumió el control, hay que observar el declive de Babilonia bajo la dinastía amorrita, de la cual el famoso Hammurabi (alrededor del 1792-1750 a.C.) fue su representante más destacado. Tras su reinado, la influencia de Babilonia comenzó a menguar debido a luchas internas y presiones externas, especialmente de pueblos vecinos como los casitas y los hurritas del reino de Mitanni. Esta situación abrió oportunidades para que otros reinos, incluido Asiria, ampliaran su control y consolidaran su poder.
Relieve de rey Asirio ejerciendo dominación de poder frente a sus enemigos. Fulcran Vigouroux, ed., Dictionnaire de la Bible, vol. 1 of 5 vols. (Paris: Letouzey et Ané, 1912). – Fulcran Vigouroux, ed., Dictionnaire de la Bible, vol. 1 of 5 vols. (Paris: Letouzey et Ané, 1912). Public Domain.
Aproximadamente en el 1800 a.C., el rey Shamshi-Adad I expandió el poder de Asiria y estableció un sistema administrativo avanzado en la ciudad de Assur, que le permitió unificar y controlar un territorio considerable. Esta expansión no fue necesariamente una conquista de Babilonia, sino un fortalecimiento de Asiria en el norte de Mesopotamia que le permitió consolidarse de forma independiente y crear un núcleo de poder que resistiera futuras amenazas.
Durante el Imperio Medio, los asirios enfrentaron el desafío de Mitanni, una potencia regional que dominó el norte de Mesopotamia. Con el tiempo, reyes asirios como Ashur-uballit I lograron derrotar a Mitanni y establecer el poderío asirio en la región. En paralelo, Babilonia pasó a ser gobernada por los casitas, un pueblo que mantuvo su dominio en el sur, mientras que Asiria fortalecía su presencia en el norte.
Entre el 900 y el 600 a C, durante el Imperio Nuevo, Asiria alcanzó su apogeo como una superpotencia. Reyes como Tiglat-Pileser III, Sargón II y Senaquerib llevaron a cabo campañas militares que les permitieron controlar vastas áreas, incluyendo Babilonia y otras regiones de Oriente Próximo, alcanzando incluso Egipto. Sin embargo, mantener un imperio tan extenso y diverso implicaba enfrentar constantes rebeliones, una presión económica considerable y conflictos internos.
Crisis y caída: Hacia el final del Imperio Nuevo, Asiria comenzó a debilitarse debido a estas presiones. Finalmente, una alianza entre los medos y los babilonios neobabilónicos, liderada por Nabopolasar (padre de Nabucodonosor II), aprovechó esta debilidad y lanzó ataques decisivos contra las ciudades asirias, incluyendo Nínive, que cayó en 612 a.C.
Con la caída de Asiria, los neobabilónicos, bajo el liderazgo de Nabopolasar y luego de Nabucodonosor II, establecieron un nuevo imperio que volvió a convertir a Babilonia en un centro cultural y de poder en Mesopotamia. Esta nueva dinastía babilónica consolidó el control en la región, marcando el fin de la hegemonía asiria y un renacimiento de Babilonia hasta la conquista persa en 539 a.C.
En resumen, Asiria logró imponerse en periodos donde otras potencias, como Babilonia y Mitanni, se debilitaban por luchas internas o invasiones, aprovechando la oportunidad para expandirse. Sin embargo, su dependencia en el control militar y la presión de mantener un vasto territorio eventualmente llevaron a su caída, permitiendo a los neobabilónicos resurgir como la potencia dominante en la región.
Drawing of coloured Cornice from Ninevah expedition Wellcome Images Keywords: Henry Layards; Archaeology. CC BY 4.0
Redescubrimiento de Asiria
La memoria de los asirios antes de las excavaciones del siglo XIX
La memoria del reino asirio perduró en la tradición occidental antes de las primeras excavaciones en los sitios de Asiria a través de varias fuentes antiguas. (4) El primer documento que se refiere al Imperio asirio es la Biblia, que proporcionaba información sobre la historia de las relaciones entre los reinos de Israel, y de Judá con Asiria, así como referencias a Nínive donde el profeta Jonás habría sido exiliado. De esas referencias surgió una visión negativa de Asiria, percibida como una potencia brutal y opresiva. Los escritores griegos clásicos también evocaron el reino asirio, como Heródoto, Jenofonte, Ctesias y Diodoro de Sicilia. Estos testimonios indirectos a menudo son vagos o confusos. A partir de esas fuentes, varios viajeros europeos ya habían intentado encontrar las capitales de la antigua Mesopotamia en los siglos XVII y XVIII. Las descripciones y los objetos que trajeron de sus peregrinaciones abrieron el camino para las primeras excavaciones en Asiria. (5)
La muerte de Sardanápalo, obra de Eugène Delacroix, 1827, que representa una leyenda de la antigua tradición griega informada por Ctesias, que fue un historiador y médico griego que nació alrededor del inicio de la segunda mitad del siglo V a. C. Es un cuadro de gran tamaño, obra de Eugène Delacroix. Se conserva en el Museo del Louvre de París, donde se exhibe con el título de Mort de Sardanapale. Sobre el mismo tema, el museo alberga igualmente un boceto previo (un pequeño cuadro de 81 x 100 cm.), y además Delacroix pintó en 1844 una réplica (aprox. 73 x 82 cm.) ahora en el Museo de Arte de Filadelfia.
Sardanápalo es un rey legendario de Nínive en Asiria que habría vivido de 661 a. C. al 631 a. C. Se creía que sería una mitologización de Asurbanipal, un rey muy belicoso; sin embargo es más probable la posibilidad de que Sardanápalo fuera Shamash-shum-ukin, el hermano de Asurbanipal; siendo este último el encargado de gobernar Babilonia. Sardanápalo conspira contra Assurbanipal y, para castigarlo, este rey asedió la ciudad (650 a. C.-648 a. C.). Cuando Sardanápalo intuye la derrota inminente, decide suicidarse con todas sus mujeres y sus caballos e incendiar su palacio y la ciudad, para evitar que el enemigo se apropie de sus bienes.
La escena representada por Luis Delacroix muestra el episodio dramático de la muerte del soberano, cuya capital es asediada sin alguna esperanza de libertad y que decide suicidarse. Delacroix sintió la necesidad de realizar algunas declaraciones cuando el lienzo fue expuesto por primera vez, y lo hizo en los siguientes términos:
Los rebeldes asediaron su palacio… Acostado en una magnífica cama, en la cima de una inmensa hoguera, Sardanápalo da la orden a sus eunucos y a los oficiales de palacio de degollar sus mujeres, sus pajes, hasta sus caballos y sus perros favoritos; ninguno de los objetos que habían servido a sus placeres debían sobrevivir.
Para no caer preso del enemigo, hizo instalar en su palacio una gigantesca hoguera en la cuál puso su oro, su plata y todas sus posesiones de monarca; se encerró con sus mujeres y sus eunucos en un espacio habilitado en medio de la hoguera, dejándose así quemar con su gente y su palacio.
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No es esta Muerte de Sardanápalo un lienzo perfilado. La pintura yuxtapuesta de los rayos de color que representan una forma únicamente cuando retrocedemos. El color domina, la luminosidad es brillante. Delacroix utiliza preferentemente colores cálidos, en particular pigmentos castaños y rojos; de ellos surgen, poco a poco, colores más claros como el blanco de las telas, de la túnica o de la piel del caballo, y los amarillos y anaranjados de los cuerpos de las mujeres.
Sobre un gran lecho está dispuesto Sardanápalo, impasible. A su alrededor, se arremolinan personas, animales y objetos, en una composición abigarrada en torno a distintos ejes que se entrecruzan.
Era su primera composición en diagonal. La luz marca una diagonal que va desde el monarca asirio, arriba en lo alto, hasta el hombre que está dando muerte a una mujer, abajo a la derecha, que pasa por la figura de una joven muerta y un hombre agonizante, ambos cuerpos blancos sobre el lecho de intenso color rojo. A los pies del lecho y delante de la figura de la mujer que va a ser asesinada, aparece una esclava circasiana, cuya piel es más oscura que el resto de los personajes.
Este cuadro supuso el triunfo definitivo de la escuela romántica en pintura. Más allá de la historia, este cuadro aparece como un manifiesto de la rivalidad entre la pintura romántica (representada por Delacroix) y el clasicismo o el neoclasicismo (representado por Ingres) ya que Delacroix pone delante de su obra esta relajación de las convenciones formales, que rechazan las clásicas: estas no son más que las formas y los sujetos que el artista pone en valor, además de la intensidad de los colores, de los contrastes y de la luz (La pugna del dibujo y del color entre Ingres y Delacroix).
La obra fue expuesta en el Salón de 1827, certamen donde Ingres expuso La apoteosis de Homero. Fue peor recibida aún que otra obra anterior de Delacroix, La matanza de Quíos (1824) expuesta dos años antes, que había sido un escándalo y promovió a Delacroix al rango de jefe de filas de la escuela romántica de pintura. El escándalo obedecía a que la perspectiva era muy poco convencional, la pincelada parecía demasiado libre y las figuras presentaban una anatomía distorsionada. El cuadro fue ignorado durante casi un siglo, hasta su compra para el Louvre en 1921. En 2023 ha sido sometido a una restauración, centrada en la eliminación de barnices oscurecidos.
La Muerte de Sardanápalo es ciertamente el lienzo más romántico de Delacroix. Sobre el mismo tema, Hector Berlioz escribió una cantata que le valió su primer éxito oficial.
- L. Cirlot (dir.), Museo del Louvre II, Col. «Museos del Mundo», Tomo 4, Espasa, 2007. ISBN 978-84-674-3807-9, pp. 26-27
- Maneyre-Dagen, N., Leer la pintura, Spes Editorial, S.L., 2005. ISBN 84-8332-598-5.
Los descubrimientos de las capitales asirias en el siglo XIX
Asiria cuenta el privilegio de ser la primera región del Antiguo Oriente Próximo en ser objeto de excavaciones, que fueron rápidamente coronadas por el éxito, lo que le valió dar el nombre a la disciplina relacionada con la historia de la Mesopotamia antigua, la asiriología.(6) El primer palacio descubierto fue en el sitio de Jorsabad, el antiguo Dur-Sharrukin, capital de Sargón II, desenterrado por el cónsul francés en Mosul, Paul-Émile Botta, desde 1843. El inglés Austen Henry Layard le siguió los pasos en Nimrud, el antiguo Kalkhu, y luego en el tell de Kuyunjik, el centro de la antigua Nínive. (7) Los descubrimientos de los impresionantes bajorrelieves de estos edificios tuvieron una cierta resonancia en el medio académico, y esos hallazgos tuvieron su lugar en varios museos europeos. Fue en ese momento cuando se descubrieron decenas de miles de tablillas cuneiformes que constituyen todavía la mayor parte de nuestras fuentes sobre el reino neoasirio, y que permitieron descifrar esa escritura y la lengua acadia. En 1903, fue el turno de los alemanes que excavaron la última capital asiria no descubierta, Aššur, en el tell de Qala’at Shergat, con métodos arqueológicos científicos, y no con los más rudimentarios e improvisados que se usaron antes. (8)
Grabado que representa las excavaciones de Layard en el sitio arqueológico de Nimrud. Foto: AndreasPraefcke. Dominio público.
El estudio de la documentación sobre Asiria
Las excavaciones de las capitales asirias continuaron durante la mayor parte del siglo XX, (9) mientras que se descubrieron nuevos sitios del antiguo reino asirio, especialmente en el oeste de la Asiria propiamente dicha, en el Djézireh, entre el Tigris y el Éufrates (Tell Rimah, Tell Ahmar, Arslan Tash).(10). En la parte siria de esta región era donde las excavaciones se concentran —ahora también suspendidas— porque la situación política de Irak dificulta las operaciones en ese país. (11) Los descubrimientos recientes se refieren especialmente al período medioasirio, por ejemplo en Tell Sheikh Hamad (12) o Tell Sabi Abyad. (13). En estos sitios, son los edificios administrativos (palacios reales o provinciales) y los templos los que se excavan primero, y pocas residencias se han descubierto en Asiria. Un caso especial entre los sitios que nos documentan sobre la asirios es Kültepe, que se encuentra en Turquía, lejos del centro de Asiria, donde fueron descubiertas desde 1924 las residencias que los comerciantes de Aššur instalados en el lugar al inicio de II milenio a. C. y que proporcionaron una abundante documentación cuneiforme. (14) Además de las operaciones de prospección en tierra, más recientemente se ha hecho uso de campañas de prospección satelitales. (15)
Tablillas cuneiformes de un fondo de archivos privado de una residencia de Aššur (siglo VIII), conservadas en un vaso (reproducción). Museo de Pérgamo de Berlín. Wolfgang Sauber – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0. Original file (1,712 × 2,560 pixels, file size: 1.46 MB.)
Las excavaciones realizadas en muchos de estos sitios, sobre todo en las grandes capitales, pero también en los centros administrativos provinciales, permitieron el descubrimiento de un gran número de tablillas de arcilla inscritas en cuneiforme que han permitido conocer muchos aspectos de la vida de los antiguos asirios. (16) Consisten en textos de prácticas, de lejos los más numerosos porque hay decenas de miles. Se trata de textos administrativos que registran las operaciones de una gran organización o familia, o de documentos jurídicos, como contratos de venta, de préstamo, de correspondencia, etc. Se distribuyen de forma desigual en el espacio y el tiempo, de modo que ciertos períodos, lugares y actividades determinados están bien documentados, como el comercio internacional asirio del siglo XIX a. C. (atestiguado en los archivos de Kültepe), mientras que de otros nada se sabe, como de las actividades agrícolas alrededor de Aššur en el mismo periodo. Los textos salidos de los círculos académicos, que se movían en el entorno de los palacios reales y de los templos, son muy abundantes en el período neoasirio gracias a los documentos de los palacios reales. Existen textos llamados «históricos» (crónicas, anales, inscripciones reales), así como textos conocidos como «bibliotecas», con información sobre la vida religiosa y los conocimientos científicos.
Toro alado androcéfalo del palacio de Dur Sharrukin en Asiria.
En la mitología mesopotámica, un lammasu, lamassu, lamasu, lamasus o shedu (en lengua acadia lamassu (femenino) o šêdu (masculino); en lengua hebrea שד, šed; en cuneiforme AN.KAL; en sumerio dlamma; en acadio kuribu; en babilonio-asirio karabu) es una divinidad protectora, un ser híbrido legendario, principalmente de la mitología asiria, que posee cuerpo de toro o león, alas de águila y cabeza de hombre.
Estos, sobre todo, grandes hombres-toro alados surgen en Asiria como elementos apotropaicos para guardar las puertas de las ciudades o palacios de sus monarcas (generalmente en parejas).
Además de benéficos y protectores para los que los poseyesen, estos toros androcéfalos alados infundían temor y respeto a los espíritus maléficos y a los enemigos. Existía una leyenda según la cual mataban a los que se aproximaban, excepto a los hombres puramente buenos.
Comprender que el imperio Asirio, sucede al imperio Babilónico en Mesopotamia. A partir del 609 a.c entran a dominar la zona los llamados Neobabilónicos. Entender los por qué de uno y otro dominio me ocuparé en este trabajo. Ver: Lammasu.
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Recientemente, el estudio de la historia asiria se ha dotado de una serie de publicaciones de textos procedentes de sitios asirios: las inscripciones reales han sido el tema de varios volúmenes de la serie Royal Inscriptions of Mesopotamia (17) y los textos de los archivos reales neoasirios de Nínive son publicados o republicados y estudiados en la serie State Archives of Assyria (SAA) del Neo-Assyrian Text Corpus Project de la Universidad de Helsinki. (18) Los textos de la época neoasiria también se publican en Internet a partir de los sitios Assyrian empire builders (19) y Knowledge and Power in the Neo-Assyrian Empire, (20) que presentan documentos ya traducidos por el proyecto SAA. También está The Geography of Knowledge in Assyria and Babylonia, (21) que trata de los archivos de las bibliotecas de Nimrud y Sultantepe.
Geografía
El territorio donde se asentaron los asirios era una extensa llanura aparentemente lisa pero interrumpida en algunas zonas por terrenos ondulados y por el afloramiento de algunas rocas grises. Tenían tierra fértil en las riberas de los ríos pero además consiguieron mantener huertos y sembrados gracias a un sistema de riego por canales que derivaba el agua de los cursos de agua. (22). Ocupaba el norte de la antigua Mesopotamia, en el valle del río Tigris, mientras Babilonia ocupaba la parte sur. Sus límites fueron: al norte, una extensión de terreno en terrazas hasta llegar a la región armenia; al sur, Caldea; al este, la región de Media y los montes Zagros; y al oeste, Siria y la llanura de Mesopotamia. (23).
El clima de la parte baja de esta región era (y es) seco y agobiante. En la comarca se producía cereal (sobre todo trigo); no había árboles. En los valles de los afluentes del Tigris crecían los bosques de nogales, plátanos, encinas y sicomoros. Durante tres meses había lluvia abundante y a veces incluso nieve en las montañas. En el zona se encontraban magníficas canteras de arenisca blanda, de alabastro fácil de trabajar y de extraer en lajas, y de mármol. En las montañas del noreste se encontraban minas de hierro, cobre, plomo y plata. Contaban con una abundante fauna de animales salvajes en las llanuras del desierto: leones, leopardos, avestruces, gacelas; y en las montañas se podían encontrase osos, gamos y rebecos. (22)
«Cabeza de una estatua de una adoradora femenina del Templo de Ishtar (conocida como Mulissu) en Nínive (probablemente), Irak. 700-625 a.C. Museo Británico. Caliza tallada.» Osama Shukir Muhammed Amin FRCP(Glasg). CC BY-SA 4.0. Original file (2,619 × 2,645 pixels, file size: 3.98 MB)
Este artefacto, que pertenece al período neoasirio, destaca por su detalle y representa las prácticas religiosas de la época, relacionadas con el culto a Ishtar, la diosa del amor, la guerra y la fertilidad.
Historia
Antecedentes históricos
Entre las cuencas fluviales de los ríos Éufrates y Tigris fueron apareciendo los primeros asentamientos de nómadas semíticos que conquistaron la región y desarrollaron una gran cultura. Hacia 3000 a. C. surgieron muchas poblaciones pequeñas que fueron evolucionando a ciudades estado, establecidas en una tierra fértil que con el tiempo se conocería como Mesopotamia. La historia de estas ciudades estado se desarrolló formando dos nuevos imperios: Babilonia en el sur y Asiria en el norte junto al río Tigris y en su centro la ciudad de Aššur. Durante el III milenio a. C. la región de Asia Occidental entró en la órbita de la civilización sumeria establecida en la llanura sur de Mesopotamia. Con los sumerios se inició la escritura sobre tablillas de barro que se cocían y se conservaban como un registro que comprendía diversos temas. Al crear la escritura los sumerios crearon el concepto de Historia. (24)
Oriente Próximo hacia 2300 a. C. Jolle de Wikipedia en catalán – Este archivo deriva de: Orientmitja2300aC.png. CC BY-SA 3.0. Original file (SVG file, nominally 12,037 × 7,087 pixels, file size: 927 KB).
Gracias a la escritura y a sus consecuencias, Sumeria adquirió un gran poder y las regiones del norte de Mesopotamia quedaron más atrasadas en cuanto a cultura y civilización y tuvieron que someterse a los sumerios. (25) Es posible que algunos colonos sumerios se desplazaran al norte del Tigris tras un hipotético desastre climatológico y que allí fundaran la ciudad de Aššur, que con el tiempo dará su nombre a toda la región. Fue entonces el nacimiento de Asiria. (26)
Con la llegada de nómadas acadios al sur de Mesopotamia y con el gobierno de su rey llamado Sargón ambos pueblos (sumerios y acadios) se fusionaron. Los acadios adoptaron la cultura sumeria dando lugar a una cultura sumerio-acadia. Después el prestigio de la lengua acadia empezó a tomar importancia mientras se iniciaba la decadencia de la lengua sumeria. (27)
Sargón I de Acad murió c. 2215 a. C.; llegó a dominar Sumeria, Acadia y Asiria. Su nieto Naram-Sin, llamado «rey de las cuatro partes del mundo» continuó la labor de su abuelo y llevó a su pueblo hasta lo más alto. Después de su muerte se fue sucediendo la llegada de los nómadas conquistadores, pueblos que habían estado siempre a la expectativa hasta encontrar el momento propicio de irrumpir y guerrear. (28)
Primero fueron los guti, llegados desde los montes Zagros; a estos les siguieron los elamitas hacia el año 2000 a. C.; y posteriormente, los semitas llamados amurro o amorreos, procedentes de Siria que conquistaron casi toda Mesopotamia, incluida Asiria. (29)
Muchos de los pueblos nómadas del norte de Mesopotamia, conquistadores, se fueron uniendo hacia el 1500 a. C. constituyendo el reino de Mitani (o Mitanni) que llegó a ser una gran potencia. (30) Incluso Asiria se vio obligada a rendirle tributo a pesar de que su vieja monarquía se seguía sosteniendo. Tal situación se prolongó hasta la llegada al trono asirio de Ashur-uballit I (1365 a. C.-133 a. C.) que invadió y saqueó la capital de Mitani en un momento de su historia en que ya se encontraba debilitado. Con este rey se inició la fuerza y el poderío de Asiria. (31) Entre 1318 y 1050 a. C. los asirios organizaron su propio imperio, el llamado en la historiografía «Imperio Asirio Medio». (32)
Illustración A. C. Weatherstone (1888–1929) – ‘Hutchinson’s History of the Nations’, 1915. Public Domain.
Los comienzos de Asiria: la ciudad de Aššur
El primer período de la historia asiria es el período llamado «paleoasirio» (antiguo asirio). (33) (34). A diferencia de períodos posteriores, no hubo entonces pujanza política o militar asiria. El reino se limitaba a la propia ciudad de Aššur y a sus alrededores, y es por esta razón que se le puede llamar «ciudad-estado». Sin embargo, aunque no desempeñó un papel político notable, tuvo un lugar especial en el Medio Oriente en ese momento debido al dinamismo de sus mercaderes.
La Lista real asiria, (35) un texto escrito a partir del siglo XVIII a. C., completada hasta el final del reino asirio y que supuestamente lista los reyes de ese estado desde sus orígenes, (36) comienza con la enumeración de «reyes que viven bajo la carpa», sugiriendo que los orígenes del estado asirio se encontrarían en el mundo nómada. De hecho, esta ascendencia parece ser una pura construcción historiográfica, incluyendo antepasados nómadas amorreos del rey Shamshiadad I de Ekallatum (que integró Assur en su reino en el siglo XVIII a. C.) junto a los reyes que realmente dirigieron Assur. Los orígenes de la realeza asiria son, por lo tanto, poco conocidos. Con toda probabilidad se desarrollaría en un entorno urbano, el de la ciudad de Aššur.
Assur, plano de las excavaciones arqueológicas. Jolle. CC BY 3.0.
Assur (o Ashur) fue la ciudad que dio origen al Imperio Asirio y actuó como capital religiosa, política y comercial durante gran parte de su historia. Situada a orillas del río Tigris en el actual Irak, fue un centro estratégico y cultural clave de Mesopotamia desde su fundación hasta su caída. Se estima que fue habitada desde el tercer milenio a.C. y comenzó como una ciudad-estado independiente antes de convertirse en el corazón del Reino Antiguo Asirio (c. 2500-2000 a.C.). La ciudad estaba dedicada al dios nacional Ashur, que simbolizaba el poder y la identidad del pueblo asirio. Assur fue considerada el hogar espiritual del dios Ashur, y su templo fue un lugar de culto fundamental. Aunque otras ciudades como Nínive y Kalhu fueron elegidas como capitales políticas durante el Imperio Neoasirio, Assur siempre mantuvo su estatus como centro religioso.
Su ubicación, cerca de rutas comerciales que conectaban Mesopotamia con Anatolia, la convirtió en un núcleo económico importante.
Su ubicación, cerca de rutas comerciales que conectaban Mesopotamia con Anatolia, la convirtió en un núcleo económico importante. Más tarde, bajo los reyes del Imperio Asirio, Assur se consolidó como un centro político y administrativo clave.
Reconstrucción artística de la ciudad de Assur durante el periodo intermedio Asirio. (SapraAshuraya.). CC BY-SA 4.0.
La ciudad tenía una muralla defensiva, templos dedicados a Ashur y otras deidades, y un ziggurat destacado, que simbolizaba su conexión con lo divino.
Fue un ejemplo del urbanismo mesopotámico avanzado, con un diseño planificado que incluía palacios, áreas residenciales y zonas comerciales.
En 614 a.C., Assur fue destruida por los medos en alianza con los babilonios durante la caída del Imperio Neoasirio.
Aunque siguió siendo habitada en menor medida, nunca recuperó su importancia anterior.
Fue inscrita como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003, aunque se encuentra en la lista de sitios en peligro debido a conflictos armados y saqueos.
Su historia y artefactos han contribuido significativamente al conocimiento moderno de la civilización mesopotámica.
«Estatuilla de marfil de un hombre asirio sin barba, parte de los llamados ‘marfiles de Nimrud’ (estilo asirio), proveniente del Pozo AJ en el Palacio Noroeste, ca. siglos IX al VII a.C. De Nimrud, Irak. Excavada por un equipo iraquí a mediados de la década de 1970. Museo de Irak, Bagdad.». Osama Shukir Muhammed Amin FRCP (Glasg). CC BY-SA 4.0. Original file (6,016 × 4,016 pixels, file size: 16.55 MB).
Una ciudad-estado
La ciudad de Aššur era un antiguo centro urbano, habitado al menos desde el comienzo del III milenio a. C.. (37). Aparece en las fuentes del Imperio acadio y de la Tercera Dinastía de Ur, que la dominaron temporalmente. Pero su posición excéntrica en relación con los principales centros políticos le permitió preservar su independencia, y su rey Puzur-Assur I recuperó su autonomía durante el colapso de la Dinastía III de reino de Ur alrededor de 2010 a. C., fundando luego una nueva dinastía. En la época amorrita (siglos XIX-XVII a. C.) aparece como una potencia política bastante débil, pero era ya una ciudad comercial muy importante, con un papel que se podría comparar con el de las repúblicas mercantiles de la Italia del Renacimiento.
Khorsabad head from Ninevah expedition. Wellcome Images Keywords: Henry Layards; Archaeology. Fuente. CC BY 4.0. Original file (2,783 × 3,955 pixels, file size: 1.79 MB).
El Estado del período paleoasirio tenía una organización particular. El título de rey (šarrum) estaba reservado para el único dios, Assur. (38). El gobernante que dirigía la ciudad era llamado «vicario del dios Ashu» (išši’ak aššur), ya que era considerado como su representante en la tierra, no debiendo su poder más que a la voluntad del dios. Todavía a veces se le llamaba «jefe» (waklum) o «grande» (rubā’um), (39) títulos que indican su papel de primus inter pares entre los notables de la ciudad. Debía compartir el poder con la oligarquía local representada por una institución importante, la «Ciudad» (ālum): el centro político de Asiria era de hecho el «Edificio de la Ciudad» o «Ayuntamiento» (bēt alim), y no el palacio real. Estas dos partes compartían el poder político y judicial, y las órdenes oficiales se proclamaban en nombre de ambas. La Ciudad se reunía en asamblea (puhrum), aparentemente frente al templo del dios Assur. (40) No se sabe si se trataba más específicamente de un grupo de notables, de ancianos (este término a menudo aparece en los textos), o incluso de todas las personas de la ciudad, y tampoco si había una o dos cámaras. La asamblea tenía, con el soberano, un papel de tribunal supremo de justicia, pero también de organismo que daba órdenes e instrucciones a los ciudadanos de Assur. (41) En asuntos económicos, el Ayuntamiento era el responsable de la recaudación de tasas y regalías, y de cobrar las deudas sobre las tasas no pagadas. Estas tareas fueron llevadas a cabo por una figura prominente, el līmum, designado por sorteo para un periodo de un año, que dirigía su propia oficina administrativa, la «Casa del līmum» (bīt līmim), asistido por inspectores (bērū). (42) Es él quien daba el nombre al año en el que desempeña esa función, por lo que a menudo se habla de él como «epónimo (del año)» (43).
Dirigente asirio con séquito. Azulejo vidriado, Palacio del Noroeste, Nimrud, 850-845 a.C. Foto: Gary Todd – This file has been extracted from another file. CC0. Original file (2,675 × 2,572 pixels, file size: 4.89 MB).
Aššur en el III milenio a. C.
Las excavaciones arqueológicas han demostrado que el lugar estaba ocupado, durante el período sumerio, antes del surgimiento del Imperio Asirio. Los restos más antiguos de la ciudad fueron descubiertos en los cimientos del templo de Ishtar y en el Antiguo Palacio. Durante el Imperio Acadio, la ciudad fue gobernada por reyes nativos de Acadia. Durante el llamado Renacimiento Sumerio, el gobierno de la ciudad fue desempeñado por un gobernador sumerio.
Aššur en el Imperio Asirio antiguo y medio
Tras el derrumbamiento del Imperio Ur, comenzaron a cobrar gran independencia las ciudades de la Alta Mesopotamia, siendo una de ellas Assur que se convirtió en un pequeño reino. Puzur-Assur I fue reconocido como rey y fundó una nueva dinastía, cerca del año 2000. Ilushuma fue su segundo sucesor quien realizó una expedición a Baja Mesopotamia aprovechando el caos de ésta. Al mismo tiempo que Assur iba creciendo, lo hacían también otras ciudades destacando como potencias como es el caso de Mari, Eshnunna y Simash.
En la época en que la dinastía neosumeria de Ur-III fue destruida por los elamitas, en el 2004 a. C., los príncipes locales, incluidos los de Aššur, se habían sacudido el yugo extranjero. Aššur se transformó rápidamente en un importante centro comercial, y las rutas comerciales comunicaban la ciudad con Anatolia, donde los mercaderes de Aššur establecieron colonias comerciales. Estas colonias se denominaban kârum, y comerciaban principalmente con lana y estaño (ver Kültepe). En la ciudad de Aššur se erigieron los primeros grandes templos, consagrados al dios local Aššur y a Adad. También las primeras fortificaciones se comenzaron en este período.
Aššur fue la capital del reino de Shamshi-Adad I (1813-1781 a. C.), quien extendió el poder e influencia de la ciudad hasta más allá del valle del Tigris. En esta época se construyó el Gran Palacio Real, y el templo de Aššur fue ampliado y se le añadió un ziggurat. Este reino llegó a su fin cuando el rey de Babilonia Hammurabi lo anexionó a sus dominios, tras la muerte de Shamshi-Adad. Se sabe que la actividad constructiva se reanudó unos pocos siglos después, durante el gobierno del rey autóctono Puzur-Aššur III, que volvió a fortificar la ciudad e incorporó los barrios del sur a las defensas principales. En el siglo XV a. C. se erigieron sendos templos a la diosa luna Sin (Nanna) y al dios sol o Šamaš (Shamash). Posteriormente, la ciudad fue subyugada por el reino de Mitanni.
Asiria recuperó su independencia en el siglo XIV a. C., y en los siglos siguientes se restauraron los antiguos templos y palacios de Aššur. Tukulti-Ninurta I (1244-1208 a. C.) empezó la construcción de un nuevo templo, consagrado a la diosa Ishtar. El templo de Anu-Adad fue construido durante el reinado de Tiglath-Pileser I (1115-1075 a. C.). El área amurallada de la ciudad creció en el Imperio Asirio Medio hasta ocupar una extensión de 120 hectáreas.
Drawing of Assyrian Warriors in Chariot, from Ninevah expedition Wellcome Images Keywords: Henry Layards; Archaeology. CC BY 4.0. Original file (4,026 × 3,060 pixels, file size: 2.41 MB).
Aššur en el período neoasirio y posteriormente
Durante el período neoasirio (912-612 a. C.), la residencia real se trasladó a otras ciudades de Asiria. Asurnasirpal II (883-859 a. C.) trasladó la capital de Aššur a Kalhu (Nimrud). La ciudad de Aššur, sin embargo, continuó siendo el centro religioso del imperio, gracias a su templo dedicado al dios nacional, Aššur. Durante el reinado de Senaquerib (705-682 a. C.), se construyó la Casa del Año Nuevo, akitu, y varias festividades se celebraron en la ciudad. Varios monarcas asirios fueron sepultados bajo el Antiguo Palacio. El final de los días gloriosos de Aššur llegó en 614 a. C., cuando la ciudad fue saqueada y destruida durante la conquista de Asiria por los medos.
Siglos más tarde, la ciudad volvió a ser ocupada, durante la época parta. En el norte de la ciudad se levantaron nuevos edificios de carácter administrativo, y en el sur un nuevo palacio. Sin embargo, la ciudad volvió a ser destruida por el rey sasánida Sapor I (241-272). Se conocen asentamientos en la ciudad desde los siglos XII y XIII, pero después solo fue habitada por beduinos nómadas. Los modernos asirios continúan reverenciando el lugar.
Plan schématique du site archéologique d’Assur / Qal’at Sharqat à l’époque assyrienne. Zunkir – Own work. CC BY-SA 4.0.
Los palacios reales
El más antiguo monumento de importancia en Aššur es el «Palacio Viejo», que ya estaba en pie en tiempos de Samsi-Addu, en el siglo XVIII a. C., y que fue posteriormente reconstruido por Arad-Nirari I y Aššurnasirpal II. Tiene una extensión de 1,2 hectáreas y está organizado en torno de patios centrales.
El «Palacio Nuevo» fue erigido más tarde en el noroeste de la ciudadela por Tukulti-Ninurta I (1244-1207 a. C.), y restaurado posteriormente por Senaquerib. En este edificio se han encontrado las tumbas de numerosos reyes asirios: Aššur-bel-kala I(1074-1056), Aššurnasirpal II (883-859), Shamshi-Adad V (824-811), y quizá también la del propio Senaquerib (705-681). Cuando este último reorganizó la ciudad, ordenó la construcción, más al sur, de un palacio secundario para uno de sus hijos. Se han hallado también las casas privadas de importantes nobles de la ciudad, así como tumbas de particulares acomodados.
«Museo del Cercano Oriente, Berlín».
Este museo es parte del conjunto de museos de la Isla de los Museos en Berlín y está dedicado a la arqueología y la historia de las antiguas culturas del Cercano Oriente. Contiene una de las colecciones más importantes del mundo sobre Mesopotamia, Anatolia, Siria y Persia, incluyendo artefactos de las civilizaciones sumeria, asiria, babilónica y hitita. Foto: Einsamer Schütze. CC BY-SA 3.0.
Una ciudad mercante
Véase también: Kültepe
La ciudad de Aššur era el hogar de una comunidad de comerciantes particularmente activa en el período paleoasirio, conocida principalmente por las más de 20 000 tablillas exhumadas en las residencias de su establecimiento comercial (karūm) situado en la ciudad de Kanesh (el actual sitio de Kültepe), en Capadocia. (44) Así se sabe que los comerciantes de Aššur mantuvieron una red comercial muy extensa, contando con varias factorías en Anatolia (entre ellas Hattusa, Purushkhanda, etc., además de Kanesh). (45) Este comercio floreció a lo largo del siglo XIX a. C., se detuvo al comienzo del siglo XVIII a. C., antes de reanudarse momentáneamente bajo el reinado de Shamshiadad I, y finalmente desaparecer cuando la ciudad de Kanesh fue incendiada, probablemente durante las guerras que enfrentaron a los reinos antiguos de Anatolia.
El comercio de los mercaderes asirios se desarrolló según un circuito comercial de larga distancia que involucraba a varias regiones del Medio Oriente y giraba en torno a las ciudades de Aššur y de Kanesh, el principal establecimiento comercial asirio en Anatolia. (46) Vendían en Anatolia el estaño procedente de la meseta iraní, del que se desconoce cómo se obtenía, y que se utilizaba para hacer bronce una vez aleado con el cobre de extracción local. Los comerciantes importaban también en Anatolia piezas de tela hechas por sus familias que se quedaban en Aššur (sobre todo mujeres) (47) o que eran importadas del sur de Mesopotamia. (48) Para este propósito organizaban caravanas varias veces al año, siguiendo rutas específicas, y obtenían ganancias significativas al vender los productos importados a cambio de plata o de oro. Para financiar el comercio, podían recurrir a préstamos comerciales a la gruesa ventura, o a asociaciones que involucraban a varios comerciantes por un corto o largo plazo. (49)
Los establecimientos de los comerciantes paleoasirios establecidos en los países extranjeros eran administrados por una autoridad especial, también llamada karūm (literalmente «barrio», el nombre del barrio comercial de las ciudades de ese período). El de Kanesh fue el más grande de Anatolia y dirigía a las otras factorías. (50) Disponía de un escriba en jefe y de archivos, así como de una asamblea que desempeñaba el mismo papel que la de la ciudad madre. Sus atribuciones eran esencialmente jurídicas, pero es seguro orientadas principalmente al comercio, para resolver disputas entre asirios expatriados. (51) Esto también aparece en su actividad diplomática, ya que el karūm aprobaba acuerdos comerciales (en forma de tratados internacionales, māmītum) con reinos extranjeros. (52) Permanecía siempre sujeto al poder central de Aššur, representado por el rey y por la Ciudad, que actuaban como instituciones jurídicas supremas, y se mantenían en contacto con los asentamientos asirios del exterior.
«Parte inferior de un relieve en el que los asirios celebran su captura de Madaktu, una ciudad importante de Susiana, con una especie de triunfo.»
- Perrot, Georges, 1832-1914; Chipiez, Charles, 1835-1901; Armstrong, Walter, Sir, 1850-1918 – P. 331 in: Perrot, G & C. Chipiez, 1884. A history of art in Chaldæa and Assyria. In two volumes. Translated and edited by W. Armstrong. Chapman and Hall Ltd., London. Enlace. Public Domain.
Este texto se refiere a una escena en un relieve asirio que documenta la conquista de Madaktu, una ciudad clave en la región de Susiana (parte del actual Irán), perteneciente al reino de Elam. Los asirios, conocidos por su habilidad artística en relieves, frecuentemente plasmaban eventos históricos importantes, como campañas militares, victorias y celebraciones triunfales, en palacios y monumentos.
Contexto:
Madaktu era una ciudad estratégica en Elam, y su captura marcó una victoria significativa en las campañas de Asiria contra este reino.
Los triunfos representados en los relieves asirios solían incluir procesiones, prisioneros y saqueos, destacando el poderío y la superioridad del imperio.
Dibujo en líneas de un peso asirio de león que perteneció al rey Salmanasar V (r. 727-722 a. C.). Las inscripciones del peso están en acadio (en el cuerpo) y en arameo (en la base).
Frederic Madden – History of Jewish coinage, and of money in the Old and New Testament, B. Quaritch. Assyrian Lion weight. Dominio público.
Fases del imperio Asirio
El dominio asirio en Mesopotamia, que abarcó desde aproximadamente el 2500 a.C. hasta el 609 a.C., es una de las épocas más significativas de la historia antigua. Este periodo vio el desarrollo de tres etapas principales: el Reino Antiguo, el Reino Medio y el Imperio Neoasirio, cada una marcada por cambios políticos, culturales y militares importantes. Aquí tienes una cronología orientativa y un resumen de los acontecimientos más relevantes.
Dividir la historia de Asiria en los períodos del Imperio Antiguo, Medio y Nuevo ayuda a comprender su desarrollo, sus fluctuaciones en poder y cultura, así como las adaptaciones que hicieron frente a contextos cambiantes. Esta periodización no es arbitraria; responde a cambios profundos en la estructura política, militar y cultural de Asiria.
1. Imperio Antiguo
(1800-1760 a.C.): Este periodo marca la primera consolidación de Asiria como un estado independiente y centralizado, con capital en la ciudad de Assur. La cronología comienza aproximadamente cuando Shamshi-Adad I unifica la región y establece un dominio que dura hasta su muerte. Durante su gobierno, Asiria desarrolló estructuras administrativas y de control que serían una base importante para épocas posteriores. Sin embargo, su muerte y la invasión de los amorreos pusieron fin a este periodo de unidad, creando un lapso de inestabilidad.
Se origina en la ciudad-estado de Assur, que era tanto un centro político como religioso dedicado al dios nacional, Ashur.
La posición geográfica estratégica de Assur la convirtió en un importante núcleo comercial, con rutas hacia Anatolia, Babilonia y el Levante. Karum Kanesh: Las relaciones comerciales con Anatolia se registran en tablillas cuneiformes, mostrando una red de comercio próspera. Dirigentes destacados: No se conocen reyes especialmente prominentes de esta época, pero el sistema de gobierno estaba basado en una oligarquía, en la que los comerciantes y sacerdotes tenían gran influencia.Artículo principal: Imperio Antiguo Asirio
Relieve en bajorrelieve en la entrada de un pequeño templo (Nimrud), de la expedición a Nínive. Imágenes de Wellcome. Palabras clave: Henry Layard; Arqueología. CC BY 4.0. Original file (4,100 × 2,637 pixels, file size: 2.31 MB.).
2. Imperio Medio
(1300-1000 a.C.): Después de un periodo de recuperación, Asiria volvió a fortalecerse bajo reyes como Ashur-uballit I, quien extendió su influencia al derrotar a Mitanni y establecer relaciones con Egipto y los hititas. Este periodo marca una Asiria que ya no solo busca estabilidad interna, sino expansión y dominación sobre otras tierras. Hacia el final del Imperio Medio, sin embargo, el poder asirio disminuye por factores como la presión de pueblos vecinos y conflictos internos.
Durante este periodo, Asiria estuvo en una posición fluctuante entre los poderes emergentes de Babilonia, los hititas y Mitanni. Asiria comenzó a consolidar su poder militar y territorial bajo reyes que establecieron una base más fuerte para la expansión posterior. Dirigentes destacados: Shamshi-Adad I (c. 1809-1776 a.C.): Unificó gran parte del norte de Mesopotamia, extendiendo la influencia asiria y creando una estructura administrativa eficiente. Tras su muerte, Asiria perdió temporalmente su independencia ante Mitanni.
Artículo principal: Imperio Asirio Medio
Atuendos de sumo sacerdote asirio (izquierda) y de rey (derecha).
The original uploader was Funkynusayri de Wikipedia en inglés. – Transferido desde en.wikipedia a Commons.
Costumes of an Assyrian High Priest and an Assyrian King. From «Zur Geschichte der Kostüme», 1880, a German book with expired copyright. Made available here: http://www.siue.edu/COSTUMES/history.html. Dominio público
3. Imperio Neoasirio
(c. 911 a.C. – 609 a.C.)
Este fue el periodo de mayor expansión y gloria de Asiria. Se convirtió en el primer imperio verdaderamente global, controlando vastas regiones desde Egipto hasta Irán. La política de deportaciones masivas y la administración centralizada fueron características clave del Imperio Neoasirio. Innovaciones militares como armas de hierro, arietes y estrategias de asedio les dieron una ventaja significativa.
A finales de este siglo, en 911 a. C. y bajo el mandato de Adad-nirari II, (911 a. C.-891 a. C.) Asiria anexionó para sí el estado arameo con todos sus principados creados en la Media Luna Fértil.74 Durante este periodo los asirios contaron con más suministros de hierro, lo que favoreció en gran medida la fabricación de armas y por tanto el fortalecimiento del ejército. El empleo del hierro fue acrecentando y cuando subió al trono el hijo de Adad-nirari llamado Tukultininurta II (891-883 a. C.) con la ayuda del ejército que estaba muy bien equipado con esas armas de hierro, consiguió una gran fama guerrera. Asiria fue desde entonces y durante dos siglos, el terror de sus enemigos. (73) (64).
Eventos destacados: Conquista de Babilonia, Elam, el Levante y Egipto. Desarrollo de la capital en Nínive, que se convirtió en un centro cultural y político.
Esta última fase es la de mayor expansión y esplendor de Asiria, conocida por sus grandes conquistas y su organización imperial avanzada. Con reyes como Tiglat-Pileser III y Asurbanipal, Asiria se convierte en el mayor imperio de su época, extendiendo su dominio hasta Egipto. Sin embargo, el peso de las conquistas y la dificultad de mantener el control sobre un vasto territorio llevaron al imperio a enfrentar constantes revueltas y, finalmente, a su caída frente a la coalición de babilonios y medos en 609 a.C.
Artículo principal: Imperio Neoasirio
Relieve en piedra de la caza del león de Ashurbanipal, c. 645-635 a. C.
Carole Raddato from FRANKFURT, Germany – Sculpted reliefs depicting Ashurbanipal, the last great Assyrian king, hunting lions, gypsum hall relief from the North Palace of Nineveh (Irak), c. 645-635 BC, British Museum. CC BY-SA 2.0. Original file (4,811 × 3,178 pixels, file size: 11.76 MB).
Tan importante como el uso el hierro fue para los asirios el cambio de táctica de guerra y asedio de ciudades. Hasta el momento era muy difícil tomar una ciudad por asalto y por eso el sistema preferido era aislar e impedir la admisión de alimentos lo cual suponía una larguísima espera y el consiguiente debilitamiento por ambas partes. El nuevo sistema de ataque consistió en la invención de nuevas máquinas pesadas y con ruedas, blindadas y protegidas y equipadas con arietes. Los soldados aprendieron su manejo y eran capaces de abrir grandes fisuras en las murallas dando paso a la entrada del resto del ejército. Los sitiados caían así en una trampa de la que no podían salir victoriosos, añadiendo además la imposibilidad de huir. A continuación se desataba el pillaje, el abuso, el saqueo y todo tipo de crueldades. Con Asurnasirpal II (883-859 a. C.), hijo del anterior se emplearon estos métodos de guerra con gran éxito. (75) Este rey reconstruyó la ciudad de Kalhu y la nombró su capital, en sustitución de la antigua Aššur. La arqueología llevada a cabo en este lugar ha dado un verdadero tesoro en inscripciones halladas en los monumentos, sobre el devenir de este rey. Se sabe de él entre otras cosas que sus campañas bélicas fueron numerosas, devastadoras y brutales. (76) (64).
Su sucesor fue su hijo Salmanasar III (858-824 a. C.) cuyo reinado duró treinta y cinco años a lo largo de los cuales llegó a realizar treinta y dos batallas. Venció a Siria e Israel que se habían aliado contra su enemiga Asiria y les obligó a pagar tributo. Existe como testimonio un obelisco negro encontrado en las ruinas de Calach; en él se representa a Jehú de Israel besando los pies de Salmanasar; también se encontraron unas placas de bronce batido que se conocen como Puertas de Balawat. (77) (78).
Emisario del rey Jehu u Oseas del antiguo y norteño Reino de Israel, o acaso uno de ellos, rinde tributo ante Salmanasar III. Reconstrucción del segundo registro del Obelisco Negro.
User Chaldean on en.wikipedia – Black Obelisk of Shalmaneser III-. King Jehu of Israel bows before Shalmaneser III of Assyria. With permission from zyworld.com. CC BY-SA 3.0.
Una característica del gobierno de este rey fue su política de deportaciones que consistió en exiliar a los líderes de las naciones sometidas y reemplazar a estos con repobladores llegados de otros lugares. (81) Este sistema hizo que quedara anulado el sentimiento de identidad y nacionalidad además del debilitamiento del individuo debido a la colonización forzada de pueblos conquistados en el imperio. (82) Las deportaciones trajeron consigo el fenómeno de las lenguas: los arameos exiliados llevaron consigo su propia lengua aramea que poco a poco sustituyó a la lengua acadia de la misma manera que un siglo atrás el acadio había sustituido al sumerio. (79)
Toros androcéfalos alados procedentes de una puerta del palacio de Kalkhu, Museo Metropolitano de Arte. From the gate of Nimrud. Rosemanios. (Flikr.com). CC BY 2.0. Original file (2,242 × 1,665 pixels, file size: 1.22 MB).
«Del siglo IX al VII a.C., los reyes de Asiria gobernaron un vasto imperio centrado en el norte de Irak. El gran rey asirio Ashurnasirpal II (r. 883–859 a.C.) emprendió un vasto programa de construcción en Nimrud, antigua Kalhu. Hasta convertirse en la capital bajo Ashurnasirpal, Nimrud no había sido más que una ciudad provincial. La nueva capital ocupaba un área de aproximadamente 900 acres, alrededor de la cual Ashurnasirpal construyó una muralla de ladrillo de barro de 120 pies de espesor, 42 pies de altura y cinco millas de largo. En la esquina suroeste de este recinto se encontraba la acrópolis, donde estaban los templos, palacios y oficinas administrativas del imperio. En 879 a.C., Ashurnasirpal celebró un festival para 69,574 personas para conmemorar la construcción de la nueva capital, y el evento fue documentado por una inscripción que decía: «…el feliz pueblo de todas las tierras junto con el pueblo de Kalhu—durante diez días los festejé, les ofrecí vino, baños y honores, y los envié de regreso a sus hogares en paz y alegría.»
Estas fases reflejan la evolución de Asiria de un reino emergente a un imperio expansionista y, finalmente, a una superpotencia que, aunque logró grandes avances, también experimentó las dificultades de mantener el control en un entorno cada vez más hostil y complejo.
Dirigentes destacados:
1. Adad-Nirari II (911-891 a.C.): Reconstruyó el poder asirio tras un periodo de declive.
2. Ashurnasirpal II (883-859 a.C.): Expandió el imperio hacia el oeste y trasladó la capital a Kalhu (Nimrud).
3. Tiglath-Pileser III (745-727 a.C.): Reorganizó el ejército, instituyó reformas administrativas y extendió el control sobre Babilonia.
4. Sargón II (722-705 a.C.): Consolidó las conquistas de Tiglath-Pileser y estableció una nueva capital en Dur-Sharrukin.
5. Senaquerib (705-681 a.C.): Reconstruyó Nínive y combatió a Babilonia y Egipto. Es famoso por el episodio bíblico del asedio de Jerusalén.
6. Asarhaddón (681-669 a.C.): Conquistó Egipto, extendiendo el imperio a su máxima expansión.
7. Asurbanipal (669-627 a.C.): Conocido por su biblioteca en Nínive, una de las colecciones más importantes de textos cuneiformes.
Asiria en torno al año 800 a. C. Enyavar, rowanwindwhistler. CC BY-SA 4.0 .
El control del territorio asirio
Desde el período medioasirio, Asiria se convirtió en un estado territorial que adquirió una importancia creciente, una evolución que culminó en el imperio de los Sargónidas al final del período neoasirio. Esto entrañó una afirmación de la figura real cuyo poder fue cada vez más absoluto a pesar de algunas debilidades recurrentes ligadas a las disputas dinásticas, y al desarrollo de un grupo que puede ser considerado como la «nobleza» asiria, que proporcionaba los cuadros de la administración y del ejército del reino. Este último fue también un elemento esencial del poder asirio, desde Assurnasirpal II hasta Senaquerib, la guerra tuvo un lugar central en la sociedad, y las grandes batallas fueron verdaderas calamidades que agotaron los recursos económicos y demográficos. (96) Si el reino aparece en relación con sus vasallos como un Estado depredador que se enriquecía sobre las espaldas de los dominados que eran tratados con dureza en caso de revuelta, el período neoasirio vio una temprana implementación de un estado imperial que buscaba integrar cada vez más a las regiones dominadas, lo que podría ir acompañado de un reequilibrio de las relaciones y permitir que las regiones dominadas florecieran en el marco del Imperio.
El rey Tiglatpileser III (745-727 a. C.) recibiendo el homenaje de sus súbditos. Bajorrelieve de Kalkhu. Instituto de Artes de Detroit. Sailko. CC BY 3.0. Original file (2,820 × 1,500 pixels, file size: 2.54 MB).
El poder real
Ideología y funciones reales
Según la tradición mesopotámica, el rey de Asiria era considerado el representante del dios Assur en la Tierra, indicado por su título «vicario» (iššiakku) y de «rey del país del dios Assur» (šar māt Daššur). (97) Por ello el texto considerado como el himno de la coronación de Asurbanipal proclamaba: «¡Assur es el rey!». (98) (99) El soberano también se consideraba el «sumo sacerdote» (šangû) del dios, lo que también implicaba que él era el administrador de sus dominios. (100) Durante el ritual de las fiestas del akītu, en el Año Nuevo, conocido tanto por un texto de la época de Tiglatpileser I como por diversas inscripciones reales, estaba estipulado que el deber del soberano terrenal era expandir las fronteras del país del dios Assur. Los países vecinos debían por lo tanto ser llevados a reconocer la supremacía del dios. El rey también debía participar en varias otras ceremonias religiosas.
Las cualidades físicas del rey: Asurbanipal ejecutando a un león durante una cacería real, según un bajorrelieve de Nínive. Original file (2,409 × 1,589 pixels, file size: 786 KB). User: Lavallen.
Para estar a la altura de su función, el rey debía desarrollar cualidades del guerrero, lo que explica por qué se destaca no solo en las historias e imágenes de las campañas, sino también en las cacerías reales. (101) Él era el jefe de los ejércitos, aunque no siempre lideraba a sus tropas en campaña. (102). También debía ser moralmente irreprochable, (101) seguir las decisiones de los dioses por adivinación, dirigirles sus plegarías, restaurar sus templos. El rey finalmente era el juez supremo del reino, a quien se supone que todos los súbditos podían apelar como último recurso. La «palabra del rey» (abat šarri) primaba sobre cualquier otra decisión. (98) Debía proteger a sus súbditos, garantizar que reinase la armonía entre ellos y contribuir a su bienestar material.
Un personaje en la charnela de los mundos divino y humano
Situado en la unión entre el mundo de los humanos y el de los dioses, el rey llevaba una vida muy ritualizada marcada por la naturaleza particular que le daba su posición. (103) A partir del período medioasirio, la vida de la corte real estaba muy codificada, el acceso al rey era limitado. Las audiencias y los banquetes seguían un desarrollo preciso. Pero lo más importante era el conjunto de rituales que marcaban la vida del rey, como vicario y sumo sacerdote del dios Assur. Dado que el rey no podía estar presente en todas las ceremonias que normalmente él debía dirigir, podía estar representado por su manto (kuzippu) o por un sacerdote delegado. Entre las ceremonias más importantes relacionadas con la realeza asiria, a menudo conocidas por textos fragmentarios, se conocen el bīt rimkī, un baño ritual de purificación, el tâkultu, comida ofrecida a los dioses, o la celebración de akītu del Año Nuevo. (104).
Además, en su toma de decisiones, el rey debía buscar constantemente el consejo y el acuerdo de los dioses, y también estar informado de los presagios con respecto a la situación de su reino o de su propia vida. (105) Con el fin de conocer la voluntad divina, estaba rodeado de adivinos, que se involucraban en rituales de adivinación, o bien observaban los presagios, en especial astrológicos, y se mantenían al tanto de las profecías de los profetas de ciertas deidades como Ishtar de Arbeles. Cuando se anunciaba un infortunio, se debían hacer rituales para burlarlos, que era el papel de los exorcistas y de los plañideros. Siguiendo el mismo principio, las figuras de los genios protectores que adornaban los palacios reales debían alejar al mal de la residencia real.
Cautivos prisioneros siendo empalados. Relieve encontrado en el palacio de Nínive. CC BY 4.0. Original file (3,846 × 3,018 pixels, file size: 2.16 MB).
El ritual más característico de los relacionados con la protección del rey era el del «sustituto real», que tenía su origen en un presagio funesto que anunciaba la muerte del soberano, a menudo un eclipse de sol o la luna, o la ocultación de un planeta asociado a una deidad específica. (106) Los exorcistas que llevaban a cabo el ritual a continuación utilizaban un método alternativo común en la magia de Mesopotamia: transferir el mal a una persona que era entronizada ficticiamente, mientras que el rey se convertía un «labrador», es decir, en un simple mortal. La transferencia se podía hacer en un individuo considerado irrelevante (prisionero, condenado, tonto) o bien en un rebelde o en una población insumisa que se trataba entonces de castigar o incluso en algunos casos en un dignatario que se consagraba al rey. Una vez que el sustituto desaparecía, el rey retomaba su lugar a salvo.
La afirmación creciente de la figura real
Si bien el rey asirio conservó a lo largo de la historia sus títulos de «vicario» y de «sumo sacerdote» del dios Assur, adquirió otros títulos que marcaban su creciente poder. Desde principios del período medioasirio, Ashur-uballit I se llamaba a sí mismo «gran rey» (šarru rabû), de la misma manera que otros grandes gobernantes de la época como los de Babilonia y los de los hititas a los que él buscaba igualar. (107). Arik-den-ili añadió el título de «rey poderoso» (šarru dannu) y Tukultininurta I, el de «rey de las cuatro regiones del mundo» (šar kibrat erbetti), y bajo sus sucesores aparece la frase «rey del universo» (šar kiššati), los dos últimos mostrando la ambición de dominar el mundo, la preeminencia sobre todos los otros soberanos. (97) La literatura y el arte producidos por el medio de la corte asiria tienden a elevar cada vez más a la figura real, a destacar sus hazañas, inflándolas e idealizándolas. Cada soberano asirio tuvo la ambición de exceder la gloria de sus predecesores por el tamaño de los monumentos que hizo construir y por los combates que promovió y los países que recorrió y sometió con sus ejércitos.
Durante el período neoasirio, el rey puede ser considerado como un monarca absoluto, muy alejado de los gobernantes paleoasirios que habían tenido que lidiar con la oligarquía de Assur. (108). Todos sus súbditos le debían obediencia, dependían de su voluntad y de sus favores, que eran la principal fuente de enriquecimiento en el reino. Los juramentos colectivos (adê) se podían organizar en varias ocasiones durante las cuales los súbditos del imperio reafirmaban su lealtad al soberano. En caso de traición, conspiración, rebelión, la sentencia era la muerte. En particular, se llevaron a cabo dos veces juramentos colectivos para proclamar la legitimidad de Asurbanipal como heredero del trono, porque era en las disputas de sucesión cuando la debilidad del poder real asirio era más visible.
Combate mitológico: el dios Assur, atacando a un monstruo. Marie-Lan Nguyen. Archivo:Sceau cylindre – Dieu poursuivant un dragon – 911-604 av. J. C. – Néo-assyrien – Irak (Mésopotamie) – Louvre. Dominio Público. Original file (1,330 × 710 pixels, file size: 778 KB).
La cuestión de la sucesión real
La sucesión dinástica fue el principal factor de inestabilidad en la cabeza del reino asirio. Durante mucho tiempo sin embargo los problemas graves fueron causados por la nobleza y las ciudades de Asiria, especialmente en los siglos IX y VIII a. C., pero aún se presentan después del reinado de Tiglatpileser III. (104) Esto explica la importancia de los juramentos de lealtad (adê) de los dignatarios bajo los Sargónidas. Los problemas sucesorios, por otro lado, fueron constantes e incluso aumentaron durante la historia del reino, especialmente durante el período neoasirio. Sin embargo, se trataba de disputas dinásticas, ya que los únicos casos probables de cambio de dinastía fueron observados en los últimos días del período medioasirio, especialmente con la llegada al poder en 1192 a. C. de Ninurta-apil-Ekur, hijo del «rey de los Hanigalbat» Ili-pada y no del anterior rey Ashur-nirari III. (109) A partir de entonces, los golpes de Estado llevaron al trono a príncipes de la misma familia real, incluso en los casos de Tiglatpileser III o Sargón II para los que ha habido durante mucho tiempo dudas. (110) Se respetaba al menos la sucesión dinástica.
«Patrón asirio de L’ornement Polychrome (1888) por Albert Racinet (1825-1893). Mejorado digitalmente a partir de nuestra edición original de 1888.» Rawpixel. CC BY-SA 4.0. Original file (1,667 × 2,500 pixels, file size: 4.07 MB).
Este patrón se refiere a una ilustración o diseño inspirado en el arte asirio, que fue catalogado y representado por Albert Racinet en su obra L’ornement Polychrome, una importante fuente de estudio sobre ornamentación histórica. Racinet fue un destacado artista y diseñador que se dedicó a recopilar y documentar patrones ornamentales de diferentes culturas, incluyendo la asiria.
Si es posible que la primogenitura fuera la regla de la sucesión teórica, (111) de hecho el nombramiento del sucesor dependió cada vez más de la voluntad del soberano en el período neoasirio. El príncipe heredero tenía un rango particular, especialmente bajo los Sargónidas. (112) Disponía de varios dominios, incluyendo los palacios llamados «casa de sucesión» (bīt redūt), de los que se conocen ejemplos en Tarbisu, cerca de Nínive, y en este último (el «palacio del norte»), donde dirigía una administración encargada de la recolección de información procedente de las regiones fronterizas del imperio. Era una forma de iniciarlo en sus futuros deberes como rey. Cuando su padre moría, él ascendía al trono. Un texto del período medioasirio, del que no se sabe sí todavía estaba de actualidad en el primer milenio, describe lo que parece ser una ceremonia de coronación (a menos que sea un ritual de la fiesta de Año Nuevo), de un desarrollo simple, y que tuvo lugar en Assur. (113) Está marcado por el simbolismo de la preeminencia del dios Assur, recordado por la repetición de la fórmula «¡Assur es rey!» por un sacerdote siguiendo al soberano. Culminaba con la coronación en sí, que se llevaba a cabo en el templo del gran dios frente a la estatua del que el futuro rey se inclinaba ante la promesa de extender las fronteras de su reino. A pesar de la designación sistemática de un sucesor, los problemas dinásticos fueron comunes. (114) Salmanasar III eligió a Shamshi-Adad V para sucederlo en 824 a. C., contra el anciano Assur-da»in-aplu, quien luego se rebeló. Tiglatpileser III y Sargón II ascendieron al trono después de eliminar al rey designado como heredero legítimo. Los problemas se acentuaron bajo los sargónidas, ya que los tres últimos herederos designados se convirtieron en reyes hicieron frente todos a guerras fratricidas, y que fueron los problemas sucesorios entre dos hijos de Asurbanipal los que condujeron en parte a la caída de Asiria.
Assurnasirpal II y un dignatario, bajorrelieve del palacio noroccidental de Kalkhu.
«El rey Ashur-nasir-pal II del Imperio Asirio se reúne con un alto funcionario durante una revisión de soldados y prisioneros de guerra. Está acompañado por un portador de parasol y observado por una deidad alada. Sostiene un arco y un par de flechas levantadas, simbolizando la victoria en la batalla. Del Palacio Noroeste en Nimrud, alrededor del 865-860 a.C.; actualmente en el Museo Británico.»
Este relieve asirio refleja la majestuosidad y el poder de Ashur-nasir-pal II, mostrando la estructura jerárquica y los elementos simbólicos de la realeza asiria. La presencia del parasol indica el estatus del rey como figura divina o semi-divina, mientras que las flechas y el arco son emblemas de su éxito militar. La deidad alada que lo vigila resalta la conexión entre los reyes asirios y los dioses, reforzando su autoridad sagrada.
Asurbanipal fue uno de los últimos grandes reyes del Imperio Asirio, gobernando entre 668 y 627 a.C. Su reinado se destacó por la expansión del imperio, consolidando el control sobre gran parte de Mesopotamia, incluyendo Egipto, donde logró una victoria significativa. Asurbanipal fue conocido no solo por sus campañas militares, sino también por su gran interés en la cultura y el conocimiento. Bajo su mandato, se creó la famosa biblioteca de Nínive, que contenía miles de tablillas cuneiformes con textos literarios, científicos, históricos y religiosos, muchos de los cuales han sido fundamentales para el estudio de la antigua Mesopotamia. Además, fue un monarca ilustrado que promovió las artes, dejando un legado monumental en esculturas y relieves que reflejan tanto su poder como su visión cultural. A pesar de estos logros, su reinado terminó con dificultades internas y la posterior caída del imperio asirio poco después de su muerte.
El entorno del rey
Los altos dignatarios y la administración real
El estudio de la administración del Imperio asirio se hace más complejo por el hecho de que los cargos que se conocen son de la administración central y de la administración palaciega, pero que a menudo irían acompañados de otros cargos de la administración provincial o militar desconocidos, y que las atribuciones precisas de cada cargo no siempre son bien conocidas.
Desde el punto de vista administrativo, el período medioasirio vio el fortalecimiento del poder real, que ya no era contrarrestado por las autoridades municipales, siendo Asiria entonces un verdadero estado territorial y no una mera ciudad-estado. El más alto dignatario era el «visir» (šukkallu), una especie de primer ministro, que tenía atribuciones militares, civiles y judiciales. (115) Al organizar las conquistas, la parte occidental del territorio se confió a un «gran visir» (šukkallu rabiu). La intendencia del palacio era administrada por el «alcalde del palacio» (rab ekalli). Otras funciones palaciegas se confiaban a los eunucos (ša rēši). El antiguo título de limmu subsiste, pero solo era honorario, y su titular, elegido entre los personajes más importantes del reino, daba siempre su nombre al año en el que ocupaba ese cargo según una tradición típicamente asiria. (43) Esto fue muy importante en la vida del reino ya que los actos administrativos se dataron de acuerdo con la fórmula «limmu + nombre del epónimo del año», y no por un recuento de los años de reinado del soberano como ocurría en Babilonia. Las listas de epónimos, a menudo incompletas, han permitido reconstruir su secuencia cronológica de una manera más o menos satisfactoria. (116).
Bajo los reyes neoasirios, se conocen varios grandes dignatarios. (117) El jefe de cocina (rab nuhhatimi) estaba a cargo de recibir los mensajes reales. También existía el visir (šukkallu), el gran copero (rab šaqē), el gran intendente (mašennu), el heraldo del palacio ((nāgiru ekalli), el jefe de los eunucos (rab rēšē) y el mayordomo del palacio (ša pān ekalli), que gestionaba la administración del palacio real. El gran general (turtanu) a menudo tenía un papel considerable. Este cargo también se desdoblaba para evitar que compitiera con el rey. En la época de los Sargónidas, el delfín, instalado en la Casa de sucesión (bīt redūti), ejercía cargos importantes, especialmente en la vigilancia de las fronteras.
Ilustración al color que muestra los diferentes atuendos de la época. by Albert Kretschmer, painters and costumer to the Royal Court Theatre, Berin, and Dr. Carl Rohrbach. – Costumes of All Nations (1882). Public Domain. Original file (1,852 × 2,496 pixels, file size: 2.91 MB).
Desde el comienzo del reino asirio, fue por lo tanto esta nobleza asiria, cuya base de fortuna era esencialmente territorial y después financiera, la que proporcionaba los cuadros administrativos estatales, funciones de las que derivaban su poder. (118) Un caso ejemplar es el de Urad-Sherua, que vivió a finales del siglo XIII a. C., miembro de una familia de altos dignatarios que, a su vez, heredó esos altos cargos, ligado por matrimonio con otras grandes familias y que fortaleció su riqueza al hacer préstamos y recibir donaciones de personas a quienes ayudó en sus asuntos jurídicos. (119) La separación entre asuntos públicos y privados, por lo tanto, no siempre estaba clara. Durante las fases de expansión (medioasirio y el inicio del periodo neoasirio), algunos personajes adquirieron un poder considerable en el reino, obteniendo cargos muy importantes y un dominio de tierras que iba con ellos.
Representaron luego una amenaza potencial para la autoridad real. Los casos más representativos son los de la dinastía de los «reyes del Hanigalbat» en el período medioasirio, uno de cuyos descendientes, Ninurta-apil-Ekur, finalmente acabó tomando el poder en Asiria, y el de Shamshi-ilu, gran general de Asiria en la primera mitad del siglo VIII a. C., que constituyó casi su propio reino alrededor de Til Barsip. (120).
Por otra parte, otro aspecto del entorno de la corte era el de ser cosmopolita, ya que incorporaba desde el medioasirio a antiguos dignatarios mitanios o casitas. Esta «internacionalización» fue aún más marcada en el periodo neoasirio, especialmente con la integración de elementos semíticos occidentales, principalmente arameos. A pesar de estos variados orígenes, el entorno de las élites gobernantes del Imperio asirio era relativamente homogéneo, identificándose por una cultura común fuertemente marcada por el servicio al Estado. (121)
Las fuentes de las capitales neoasirias también destacan las complejas relaciones entre los altos dignatarios y los reyes Sargónidas. Los primeros debían regularmente prestar a los segundos juramentos de fidelidad (adê). Su lugar tendía a depender completamente de la voluntad real. (122) Los soberanos se preocupaban tanto (si no más) por la lealtad de sus siervos como por sus habilidades, mientras que los segundos buscaban asegurarse la cercanía del rey para fortalecer o al menos mantener su posición y, en una lógica patrimonial, aumentar su riqueza y transmitir una buena situación a sus herederos, si era posible con un puesto equivalente al suyo en la corte. Esto fortalecía la competencia y la rivalidad dentro de la corte asiria. (123) Finalmente, el aspecto religioso del poder real implicaba que el soberano también tenía consejeros religiosos además de asesores políticos: adivinos, exorcistas y plañideros. (124) Los más importante de estos sacerdotes constituían un colegio que residía en la corte, encargado de organizar los principales rituales. (106) Su presencia en la corte aumentó bajo los últimos sargónidas, lo que no significa que se les deba considerar como un grupo que ejercía una gran influencia sobre el rey, ya que había varias facciones, y que las desgracias fueron habituales. (125).
«Jinetes árabes persiguen a un asirio derrotado.»
Esta frase describe una escena en la que guerreros árabes a caballo están en persecución de un enemigo asirio que ha sido vencido. Es posible que haga referencia a un relieve o una representación histórica que documente enfrentamientos entre estos grupos en la antigua Mesopotamia. Scan by ru:user:Кучумов Андрей. Dominio Público.
Las esposas reales y el harén
Como era tradición en el Oriente antiguo, el rey practicaba la poliginia. Sus esposas también eran hijas de reyes de igual rango (cuando las había) o de vasallos, de muchachas de nobles asirios o incluso de mujeres secuestradas durante las conquistas. Como resultado, el harén del rey crecía en proporción a su poder.
El harén real ocupaba una gran parte del sector privado de los palacios reales. Se regía por un conjunto de principios, que estaban codificadas en los edictos bajo Tiglatpileser I, llamado «edictos del harén», que en realidad concernían a muchos aspectos de la vida palaciega. (126). Por ellos se sabe que las esposas estaban clasificadas jerárquicamente. A la vanguardia estaban la reina madre, y las «esposas reales» (aššat šarri) entre las cuales el rey tenía una favorita, que a menudo era la madre del presunto heredero. Después se encontraban las esposas o concubinas que ocupaban una posición secundaria, en el primer lugar las llamadas «damas de palacio» (sinnišāti ša ekalli), y luego un conjunto de servidores. Los niños pequeños también estaban en el harén. Las reglas de los edictos del harén debían ser aplicadas por el alcalde o el mayordomo del palacio.
«The_Arab_guard.» Representación artística del aspecto del harén real. Georges Rochegrosse. Public Domain. Mayor resolución.
Las reglas del harén eran muy estrictas, y su objetivo era limitar el contacto de las mujeres del rey con el exterior, así que las querellas intestinas perturbaban el harén, excelente lugar para las intrigas. (127) A menudo, las reinas podían ver su posición amenazada por otras que buscaban obtener favores del rey. Las mujeres mayores a veces podían salir del harén e incluso viajaban lejos del palacio, mientras que las esposas secundarias estaban allí visiblemente recluidas en el período neoasirio, siendo las reglas de los edictos medioasirios menos restrictivas. (128) En cualquier caso, se trataba de evitar que tuvieran contacto físico con los otros miembros de la corte real. Las grandes esposas reales tenían a menudo sus propias tierras, a veces importantes, que administraban con su propio servicio administrativo, compuesto principalmente por eunucos. El harén también dependía en el período neoasirio de la autoridad del jefe de los eunucos. La riqueza de la que disponían las esposas reales también es perceptible en las tumbas de tres de ellas descubiertas bajo un palacio de Kalkhu (129) y que han entregado un material muy opulento, más notable ya que solo se trataba de esposas secundarias.
Algunas reinas habrían desempeñado un papel muy importante en la corte asiria, especialmente como reinas-madre. Los dos casos más conocidos son los de Sammuramat, madre de Adad-Nirari III, conocida en la posteridad con el nombre de Semíramis, y el de Zakutu, esposa de origen arameo de Senaquerib, que consiguió hacer de su hijo Esarhadón el heredero de su esposo real, antes de permitir que su nieto Asurbanipal asciendese al trono. (130).
Soldados Asirios. Scan by ru:user:Кучумов Андрей. Public Domain.
Los palacios reales: marcos del poder central
El escenario de la vida del rey, de su entorno y séquito y de la administración central del reino fue el palacio de la ciudad asiria que servía como capital bajo su reinado. El palacio asirio más antiguo fue el «Viejo Palacio» de la capital histórica, Assur, construido en tiempos paleoasirios.132 Este edificio se presenta siguiendo la misma planta que una residencia normal, solo que su tamaño confirma su función de residencia real. En el período medioasirio, Tukultininurta I hizo construir en Assur el «Nuevo Palacio», que se encuentra en la esquina noroeste de la ciudadela. No se pudo excavar, porque solo queda la terraza que servía para sus cimientos.
(132) Los asirios construían casi tanto como hacían la guerra, y eran grandes guerreros. Cada soberano asirio se quiso construir su propio palacio edificado para la gloria de Asur. En las paredes de estos palacios los escribas dejaban constancia de la historia de sus reyes mediante tablillas de arcilla, bajorrelieves, esculturas y pinturas. (Laroche, Lucienne (1971). De los sumerios a los sasánidas, pág. 71. Valencia, Mas-Ivars editores.).
Los dos grandes imperios, el caldeo o babilonio y el asirio, que fueron sucediéndose en la antigua región del Tigris y el Éufrates, dieron origen a dos civilizaciones también diferentes y sucesivas aunque en el arte estuvieron muy hermanadas por copiarse mutuamente las formas, heredadas de sumerios y acadios. El primer imperio tuvo al principio su asiento en diferentes ciudades de Caldea que si bien no guardaban unidad política, respetaron al fin la hegemonía de la célebre Babilonia y el segundo, en Asiria, siendo por último su capital la famosa Nínive. Destruida esta ciudad por el medo Ciaxares, renació el Imperio caldeo con Nabopolasar y tuvo su período más brillante con Nabucodonosor II, hijo de este para terminar con la toma de Babilonia por los persas. La arquitectura asirio-caldea estuvo muy lejos de alcanzar la perfección que tuvo la egipcia y a pesar de las repetidas excavaciones que se han sucedido, no se ha llegado a tener un conocimiento perfecto de ella debido a la debilidad de su material constructivo y en vista del estado lamentable de las ruinas. La época mejor conocida en el terreno arquitectónico es la del Imperio asirio, sobre todo, con la exploración de los palacios de Nimrud y Nínive.
Reconstrucción de un patio del palacio de Korshabad, ilustración de finales del siglo XIX. McLeod. Dominio público. Original file (2,033 × 1,232 pixels, file size: 1.3 MB).
El arte asirio imitó el caldeo o babilonio, tanto en edificios como en inscripciones, si bien en estas abandonó la lengua proto-caldea, usando la asiria y en aquellos construyó con más solidez, suntuosidad y perfección en el ornato. Aunque en Asiria, en el norte de Mesopotamia más montañoso que el llano sur, no escasean las canteras de piedra y de los montes próximos de Armenia se extraían buenas calizas y mármoles, los asirios construían con ladrillos y adobe a imitación de los caldeos y sólo echaban mano de la piedra para revestimientos de muros y para la base de los edificios, los cuales fueron principalmente templos, zigurats y palacios. Apenas se sabe nada de las tumbas en el imperio asirio y, no cabe duda de que no se preocupaban por ellas cuando no han dejado muestras relevantes. Las torres o zigurats se componían de siete plataformas con igual destino y significado que en el arte caldeo. Pero se diferenciaban de los babilonios en que no tenían escalinata exterior ni rampa (salvo la que servía para el terraplén inferior) franqueándose el acceso a las plataformas superiores por una escalera interior que partía de un vestíbulo con su puerta monumental situada al pie del edificio en una de sus caras. Había, además, otros templos menores para divinidades secundarias, ya en forma de pequeñas torres, ya como edículos o templetes con su frontón porticado al modo griego, aunque rudimentario.
An illustration from the Encyclopaedia Biblica, a 1903 publication which is now in the public domain. Fig. 24 for article «Music». Image of an Assyrian quartet – two lyres, a drum, and cymbals. no idea – see source.
Los palacios que en la arquitectura asiria ofrecen extraordinaria importancia, se elevan asimismo sobre amplias plataformas o terraplenes con planta rectangular prolongada y orientados como las torres. Encierran en su perímetro grandes patios, alrededor de los cuales se alzan los cuerpos del edificio divididos en diferentes salas de extraordinaria longitud cuyas paredes interiores más ricas y a veces incluso los pavimentos se cubrían hasta cierto punto con losas de alabastro, adornadas en los muros con relieves historiados e inscripciones y más arriba se revestían los muros con ladrillos esmaltados o azulejos que ostentaban hermosa pintura policromada. El bronce y el oro abundaban así mismo en estas decoraciones palatinas. Es lo más probable que no tuvieran los palacios más que un solo piso y que recibieran la luz por el techo abierto de los patios, mientras el de las salas techadas era plano y se adornaba con vigas de madera esculpida. Junto al palacio real se elevaba la torre-templo.
Aunque los asirios conocieron la bóveda, tanto falsa como verdadera (de medio cañón y apuntada) no dieron gran importancia a estos elementos arquitectónicos pero sí al arco de medio punto y al elíptico para las puertas monumentales. Tampoco hicieron frecuente el uso de las columnas a juzgar por los restos hallados y es probable que construyeran éstas de madera sobre zócalo redondo de piedra. Junto a las puertas principales de los palacios reales, tanto como para defender mágicamente la entrada como simbolizar el poder del soberano, había grandes figuras de esfinges aladas, a veces, de hasta cinco metros de altura, que por lo común tenían cabeza de hombre (androsfinges) con barba rizada, el cuerpo de toro o de león y las alas de águila, esfinges que, por otra parte, ya habían empezado a usarse en el arte caldeo primitivo. Entre los motivos ornamentales se hallan muy habitualmente almenas escalonadas, grecas, piñas, palmetas, flores, las acciones guerreras y las cacerías.
Las ruinas de las ciudades asirias más exploradas por los arqueólogos son las de Nínive, Nimrud o Kalhu (la Chale del Génesis) y Assur las cuales tenían altas murallas almenadas, defendidas por numerosas torres y encerraban magníficos palacios. Los más notables de entre dichos palacios, cuyas ruinas se han descubierto y estudiado son:
- el de Asurbanipal y el de Salmanasar II con su famoso Obelisco negro, ambos en Nimrud, siglo IX a. C.
- el de Asarhaddón, en la misma localidad, siglo VII a. C.
- el de Sargón II o Sarkín, en Kórsabad, siglo VIII a. C. Estaba decorado con veinticuatro pares de toros alados y unas dos mil losas de piedra esculpidas y colocadas por dentro y por fuera, a lo largo del muro.
- el de Senaquerib. Era un palacio semejante al de Sargón aunque no tan extenso.
otro de Asarhaddón, embellecidos este y el anterior por Asurbanipal (Sardanápalo II).
Murallas de Babilonia, reconstruidas, en el verano de 2004. Original file (1,712 × 1,368 pixels, file size: 467 KB). Foto: Radomil. CC BY-SA 3.0.
El arte del segundo imperio babilónico no se diferencia del asirio sino en el uso exclusivo del ladrillo de adobe, al carecer la región de piedra, para las construcciones y en que abunda más la decoración pictórica y de relieve en ladrillos esmaltados para revestimiento, en vez de los de mármol que se usaban en el arte asirio precedente. Los zigurats y las tumbas, sin embargo, seguían en la baja Caldea la forma ya descrita del primer Imperio.
«Lamassu de Nimrud en el Palacio Noroeste de Ashurnasirpal.»
Esta frase se refiere a las imponentes esculturas de los lamassu, figuras míticas con cuerpo de toro o león, alas y cabeza humana, que se encontraban en el Palacio Noroeste del rey Ashurnasirpal II en Nimrud (antigua Kalhu), Mesopotamia. Estas esculturas cumplían funciones tanto decorativas como protectoras, simbolizando la fuerza, la divinidad y la autoridad del rey. M.chohan.
El escenario de la vida del rey, de su entorno y séquito y de la administración central del reino fue el palacio de la ciudad asiria que servía como capital bajo su reinado. El palacio asirio más antiguo fue el «Viejo Palacio» de la capital histórica, Assur, construido en tiempos paleoasirios. (132) Este edificio se presenta siguiendo la misma planta que una residencia normal, solo que su tamaño confirma su función de residencia real. En el período medioasirio, Tukultininurta I hizo construir en Assur el «Nuevo Palacio», que se encuentra en la esquina noroeste de la ciudadela. No se pudo excavar, porque solo queda la terraza que servía para sus cimientos. (132)
En el período neoasirio, los reyes trasladaron repetidamente su palacio real, a veces manteniendo la misma capital, a veces cambiándola. (133) Los palacios reales se convirtieron en los principales monumentos erigidos por los asirios, conservándose relatos detallados de la construcción de varios de ellos. (134) Fueron las excavaciones de estos edificios, que se hicieron desde el siglo XIX, las que permitieron redescubrir y conocer la historia y el funcionamiento del Imperio asirio.
El primer gran palacio real del período neoasirio fue construido en Kalkhu por Assurnasirpal II. (135) Después de él, otros soberanos construyeron o restauraron sus palacios en la ciudadela de esta ciudad: Adad-Nirari III, Tiglatpileser III, Sargón II y Assarhaddon. Sargón II construyó un gran palacio en su capital, Dur-Sharrukin. Esta construcción fue rápidamente reemplazada por el gran «Palacio del Nordeste» construido por Senaquerib en la nueva capital asiria, Nínive. Es, sin duda, el mayor palacio real neoasirio. Asurbanipal, a su vez, restauró un palacio en la esquina opuesta de la ciudadela de Nínive. En la región de Khabur, en Til Barsip, se encontró un ejemplo de palacio provincial.
Los palacios reales neoasirios siguen todas el mismo esquema de planta. (136) Se entra por una puerta monumental que conduce a un primer patio alrededor del cual se organiza el espacio público palaciego (babānu): tiendas, talleres, oficinas de la administración palacial. La sala del trono separaba esta zona del área privada (bītānu), incluidos los apartamentos reales y el harén, también organizados alrededor de un gran espacio central. La decoración de los palacios reales consistía en largos bajorrelieves tallados sobre ortostatos. En Til Barsip, en el palacio provincial, habían sido reemplazados por frescos pintados. De una manera general, los temas tenían un objetivo idéntico: glorificar a la persona del rey. El complejo palaciego también podía incluir edificios religiosos, bibliotecas y jardines. (137)
EN NOIR & BLANC. Flikr.com. CC0. ASSYRIE et BABYLONIE – ASSYRIA and BABYLONIA Public domain book illustration from French encyclopedia Larousse du XXème siècle 1932. Original file (2,399 × 3,480 pixels, file size: 5.7 MB).
Los asirios: los hombres y sus actividades
La sociedad de la Asiria antigua estaba marcada por las importantes desigualdades que no se reflejan necesariamente en la terminología atestiguada en los textos que muestran sobre todo una concepción legal o administrativa de los grupos sociales. La mayoría de la población vivía de la agricultura, en un espacio de transición entre la zona donde las precipitaciones eran suficientes para cultivar cereales y donde no lo eran. La sociedad rural parece haber estado dominada por un gran número de dependientes sometidos a los grandes terratenientes salidos de la administración real, y se enfrentó en el periodo neoasirio al crecimiento de las grandes ciudades, entre ellas las capitales a veces creadas ex nihilo por los gobernantes, lo que podría haber tenido como consecuencia la desestabilización de las estructuras económicas y sociales de Asiria. Sea como fuere, parece que el estado jugó un papel cada vez más importante a lo largo del tiempo en la evolución de la economía y de la sociedad.
Estructuras y dinámicas sociales
Categorías sociales
Las Leyes asirias, el corpus de las leyes compiladas en el siglo XII a. C., pero que reflejaban un derecho más antiguo, proporcionan información sobre las categorías que componían la sociedad medioasiria tales como se percibían en un marco jurídico. (138) Se pueden cruzar con los documentos de la práctica del mismo período. Las personas podían ser clasificadas de diferentes maneras, dependiendo del grado de libertad que tenían, de su función económica e incluso de su origen geográfico. (139) Para retomar el criterio más simple, la sociedad asiria se dividía tradicionalmente entre los hombres libres (a’īlu), esclavos (ardu, que en realidad significa «servidor» en el sentido amplio y que en otros casos puede designar a personas libres) y una categoría intermedia de la gente llamada «asirios» (aššurāiu), cuya situación exacta está mal definida, pero que dispondrían de un estatus inferior al de la primera categoría y, probablemente, un menor grado de libertad. (140)
El término «asirio» todavía se usa en el período neoasirio, pero en cierto sentido significando la pertenencia al grupo de sujetos de Asiria. También se les llama mār aššur, literalmente «hijo de Assur». (141) Esto refleja una característica de este período, a saber, el hecho de que se designa a las personas del reino con palabras sin connotación legal específica: se habla de «pueblo» (nišê), de «individuos» (napšāti), o incluso de «tropas» (ṣābê). Estos términos vagos pueden significar tanto personas libres como no libres. La única cosa que parece importar es su vocación de servir a la administración. (142) Para este período, como para el anterior, es la posición en, y con respecto a, la administración real la que mejor determina el lugar en la sociedad. Además, esta terminología también era reflejo de la voluntad de acoger en el imperio a personas que no eran asirias en sentido étnico del término, pero que estaban ocupando un lugar creciente también, tanto en los centros urbanos y en los rurales del reino tras las numerosas deportaciones organizadas por los reyes neoasirios, que tendían a aumentar la diversidad etnolingüística de esta región, y a entrañar la «arameización» progresiva de la población de la Alta Mesopotamia. (143)
Músicos del rey Assurbanipal. Perrot, Georges, 1832-1914; Chipiez, Charles, 1835-1901; Armstrong, Walter, Sir, 1850-1918 – Perrot. Internet Archive: Details: A history of art in Chaldæa & Assyria. Enlace. Creado en 1984. Public Domain. Original file (1,244 × 850 pixels, file size: 335 KB).
Entre las personas que no eran asirias en un sentido étnico, una parte constituía un grupo que se distinguía por su estilo de vida: los nómadas o seminómadas, reagrupados en tribus y que evolucionaron especialmente en la zona de las estepas de la Jazira donde pastaban sus rebaños, mientras que otra parte del grupo podía establecerse en las aldeas para practicar la agricultura. Esta forma de vida es poco conocida por las fuentes de la época, que la documentan siempre de forma indirecta y probablemente sesgada, y que se reconstruye mediante los modelos actuales basados en las evidencias recientes sobre el seminomadismo en la Alta Mesopotamia, dejando así algo de incertidumbre. (144) Estas comunidades pudieron vivir en simbiosis con los grupos de sedentarios agrícolas a quienes les llevarían los productos ganaderos en los que estaban especializados, y algunas veces suministrarían una fuerza de trabajo suplementaria y también tropas auxiliares apreciadas por el ejército en razón de su movilidad y buen conocimiento de las regiones semidesérticas. Los nómadas, sin embargo, a menudo aparecen en las fuentes como alborotadores, saqueadores potenciales difíciles de entender. En el período medioasirio, los textos mencionan principalmente a los suteanos, los ya’ureanos del Éufrates medio, (145) y luego cada vez más al grupo de los ahlamu, que más tarde se asociaron con el de los arameos. (146) (147) El ejército neoasirio incluía cuerpos de grupos nómadas, como los itueenos, que servían para misiones de patrullaje. Después de la caída del imperio, fueron las tribus árabes las que se establecieron cada vez más en la región del Éufrates Medio, que a veces se denomina «Arabia» en los textos de los autores griegos. (146) (148)
Una sociedad patriarcal
La unidad básica de la sociedad asiria era el hogar, al frente del cual estaba el cabeza de familia, que era en la mayoría de los casos, un hombre. (150) Las Leyes asirias aseguraban su preeminencia en el seno del hogar en el período medioasirio. Disponía en algunos casos extremos, del derecho de prenda de los miembros de su familia durante un préstamo (esposa, hijos o esclavos), (151) o incluso de vender a sus hijos (especialmente a sus hijas) en caso de hambruna. (152) En el caso de crímenes cometidos por o contra un miembro de la familia, el jefe de la casa, a menudo tenía la facultad de ejecutar el castigo: si una mujer robaba un bien, el dueño de la casa lesionado podía cortarle la nariz a menos que su propio esposo le cortase la oreja. Se nota en este pasaje la severidad característica de este corpus de leyes. La mujer estaba sistemáticamente en una posición de inferioridad: si una mujer golpeaba a un hombre, la pena era una multa y veinte golpes, (153) mientras que el jefe de la familia podía golpear a su esposa o hija, sin exceder el límite de las penas prescritas por las leyes (por lo tanto, no podía decidir ejecutarla o mutilarla). (154)
Las Leyes asirias revelan mucho sobre la ley del matrimonio; (155) era negociado por los jefes de familia y daba lugar a intercambios de dotes y contradotes. Los asirios practicaban el levirato, es decir, una viuda podía verse obligada a casarse con el hermano de su difunto esposo. El marido podía disolver el matrimonio por su cuenta sin compensar necesariamente a la esposa repudiada. En la época neoasiria, a veces se preveía en los contratos matrimoniales que la esposa pudiese romper la unión por su propia cuenta. (156) Las propiedades personales de la esposa, incluyendo su dote, no eran de su libre disposición en teoría, ya que el marido las debía gestionar, aunque parece que en la práctica algunas esposas tenían un grado de autonomía en la gestión de sus bienes. Un hombre podía tomar dos o más esposas, incluso si debía establecer una jerarquía entre la primera y la segunda. Pero la poligamia está poco certificada fuera del círculo de las élites. En el Censo de Harran, del período neoasirio (ver abajo), las familias de dependientes rurales que se cuentan son de estructura nuclear, monógama y patriarcal. (157)
Las instituciones, el poder real y las evoluciones sociales en la era imperial
Al igual que las otras sociedades del Antiguo Oriente Próximo, la sociedad asiria estaba dominada por instituciones que A. Oppenheim describió como «grandes organizaciones». (158) Se trata concretamente de los palacios, organismos dependientes del poder real, de los cuales los más importantes eran los palacios reales y que también incluían palacios y templos provinciales, que han tenido tradicionalmente un papel más difuso en la Alta Mesopotamia que en la Baja Mesopotamia, y que están encuadrados muy de cerca por el poder real. Eran actores clave de la vida económica, que eran dueños de tierras, de talleres, que montaban expediciones comerciales, y empleaban a un personal diverso y numeroso (escribas administradores, trabajadores libres o no libres) retribuidos por las raciones o la asignación de tierras en beneficio. La administración del palacio se gestionaba en la época neoasiria por el alcalde o el mayordomo del palacio (ša pān ekalli). (159) El de los templos estaba a cargo de un sumo sacerdote (šangû) asistido por un escriba principal (ṭupšar bīt ili).(160) Los dominios de los altos dignatarios del reino, así como los de las mujeres que ocupaban los puestos más altos en la corte, se gestionaban de manera similar al de las grandes organizaciones, como se constata por ejemplo en la administración de la gran propiedad de Tell Sabi Abyad en el período medioasirio (ver abajo).161
En tal sistema, era el lugar en estas grandes organizaciones el que determinaba el lugar en la sociedad. Cada vez más, y especialmente en la época neoasiria y sobre todo en la de los Sargónidas, era el hecho de estar al servicio del rey lo que permitía hacerse rico lo más rápido y construirse un patrimonio importante. El rey asignaba así muchas tierras a personas que le habían prestado servicios o bien a los templos, y también concedía exenciones de las taxas y servidumbres. (162) Al considerar a más y más personas como meros sujetos al servicio del reino sin ninguna distinción legal precisa, el poder real hacía que la fortuna y el poder dependiesen cada vez más de las funciones y favores que les concedía. Cuanto más cerca se estaba del poder, mayor sería el rango en la sociedad. Como resultado, la élite de la sociedad asiria podría describirse como de «nobleza de cargo». (163)
El impacto del poder real en la sociedad era más amplio: a través de su política de deportaciones, la construcción de nuevas ciudades y el desarrollo de nuevos terruños rurales, contribuyó a cambiar la vida de sus súbditos de manera significativa. El peso de las movilizaciones para el ejército, de los impuestos y de las servidumbres también pudieron haber desempeñado un papel en la evolución de las sociedades, haciendo que los súbditos asirios que estuviesen sujetos a ellas fuesen más vulnerables. Los estratos sociales más bajos de la sociedad asiria parecen en cualquier caso experimentar un marcado debilitamiento demográfico al final del período imperial. (164) El estado económico y demográfico de la población asiria al final del imperio, sin embargo, debe determinarse con más certeza, y la responsabilidad de la política real en estos desarrollos es difícil de establecer porque las fuentes son demasiado limitadas.
Ilustración de 1911. Encyclopædia Britannica, 1911 – Encyclopædia Britannica Eleventh Edition, Vol. 2, Page 375. Public Domain.
El ejército asirio
Los asirios supieron organizar un gran ejército compuesto por infantería y caballería. Estaba nutrido por militares que se habían educado para la guerra y que se habían especializado en diversos grupos de buenos profesionales: soldados de infantería, arqueros, soldados con espadas (todos estos protegidos por un escudo, casco cónico, coraza de metal), caballeros con lanza y espada corta, zapadores, artilleros con sus máquinas de guerra (carros y arietes). El jefe máximo del ejército era el propio rey que mandaba al frente del Estado Mayor. (165)
Grabado del ejército asirio durante el reinado de Tiglatpileser II. (1889). Assyrian artist – William Henry Goodyear, A History of Art: For Classes, Art-Students, and Tourists in Europe, A. S. Barnes & Company, New York, 1889. Page 133. Scanned by Dave Pape. Dominio público.
Fue el primer ejército conocido que utilizó armas de hierro que tenían siempre preparadas para sus campañas y que eran muy numerosas. En las excavaciones se llegaron a encontrar en una sola habitación de un edificio de Sargón veinte toneladas de estas armas de hierro. (166)
La infantería estaba integrada por arqueros y piqueros que vestían protegiendo el cuerpo con una coraza hecha con trozos de cuero; la cabeza estaba defendida por un casco o yelmo de metal coronado por una cimera (se llama así a la cima del yelmo, generalmente adornada de plumas u otros ornamentos). El escudo era redondo. Empleaban como armas un arco curvado, flechas cortas, lanza y espada también corta. (167) (168) La caballería contaba con unos caballos de poca alzada y cola ancha. No usaban estribo, ni silla, aunque a veces ponían una manta especial sobre el animal. (169) Fue Assurnasirpal II (883-859 a. C.) el primero en introducir en el ejército la caballería que poco a poco fue sustituyendo a los carros, no solo por ser un caballo más fácil de manejar sino por cuestión económica.
«Soldado asirio con escudo de pie, soldado con escudo pequeño, arquero.» Se describe los tres tipos de soldados en el contexto del ejército asirio, conocidos por su organización militar avanzada y sus representaciones en el arte y las esculturas, como las encontradas en los palacios de Nimrud y Nínive. THE HISTORY OF COSTUME By Braun & Schneider. Link. Public Domain. Creado en 1850.
(170) Introdujo además dos máquinas de guerra, las torres de asedio y los arietes móviles. (171) Los guerreros más ricos peleaban sobre un carro de guerra de dos ruedas, tirado por dos o tres caballos que iban espléndidamente enjaezados. El carro era muy ligero y estaba cerrado por delante. (169) Empleaban también algunas máquinas de guerra como el ariete, que consistía en una viga gruesa que terminaba en una figura de cabeza de ser fantástico y monstruoso. Se daba a la viga un movimiento de vaivén para que la cabeza diese contra el pie de la muralla con el fin de abrir una perforación. Otra máquina era la torre cuadrada, hecha de madera y muy alta para poder dominar la muralla enemiga; los guerreros se trasladaban dentro de este artefacto, que se deslizaba sobre una plataforma con ruedas. Abrían galerías subterráneas que llegaban hasta los muros defensivos y trincheras que situaban frente a la fortaleza. (172) Cuando estaba bien definido el campamento militar lo rodeaban y protegían con un muro construido con tierra. En este recinto se organizaban las tiendas de tela sostenidas por un palo. Se saben todos estos detalles y más gracias a los bajorrelieves encontrados en las excavaciones, en los que se pueden ver escenas cotidianas: los soldados dentro de sus tiendas, un soldado preparándose la cama y otro que coloca objetos sobre una mesa. (169). a
Un gran ariete asirio de ruedas con una torrecilla de observación ataca las paredes derrumbadas de una ciudad sitiada, mientras que los arqueros de ambos lados intercambian flechas.
ChrisO (Trabajo propio). Dominio público.
A large wheeled Assyrian battering ram with an observation turret attacks the collapsing walls of a besieged city, while archers on both sides exchange arrows. From the North-West Palace at Nimrud, about 865-860 BC; now in the British Museum.
Cada año por primavera el rey al frente de su ejército emprendía una campaña guerrera que consistía en la invasión de un pequeño reino del entorno. Como primera medida procedían a talar los campos. Si los asirios salían triunfadores demostraban su fiereza y crueldad con una serie de actos que se convirtieron en costumbre por lo que los reyezuelos de estos pequeños reinos optaron por no pelear y en su lugar pagar un tributo. Por lo pronto decapitaban a los enemigos muertos y encadenaban a los prisioneros; algunos llevaban colgadas de su cuello las cabezas decapitadas de sus jefes. La mayoría de estos prisioneros se convertían en esclavos o sencillamente eran ejecutados. Una vez terminada la batalla campal los hombres asirios vencedores entraban en la capital y se dedicaban al pillaje en templos, palacios y casas. Reunían a los ciudadanos junto con los animales y los llevaban al paso de los prisioneros. Recogían el botín de enseres, incendiaban lo que quedaba de la ciudad y emprendían el regreso a casa. A su alrededor solo quedaban campos yermos y desolación. En Asiria repartían el botín entre el rey y los guerreros. (86)
Este gran ejército contribuyó a que entre los años 1318 a. C. y 1050 a. C., el Imperio asirio se convirtiera en el primer gran imperio militar de Mesopotamia. Con su gran profesionalidad consiguieron llegar hasta el lago Van en Armenia y por el oeste hasta el mar Mediterráneo.
Dibujo de soldado Asirio con lanza y escudo. Black-and-white illustration from The Historians’ History of the World Volume I page 469. Unknown author. Public Domain. Mayor resolución: 1,511 × 2,048 pixels.
El control de los territorios sometidos.
La organización de las provincias y de los reinos vasallosA partir del siglo XIV a. C. Asiria se convirtió en un potencia política que se constituyó en un vasto Estado territorial en pocas décadas, organizado de manera flexible alrededor de las provincias controladas de maneras más o menos directas, de reinos vasallos, a veces separados por regiones poco ocupadas. (173) El reino medioasirio fue un poder que operó aproximadamente según el modelo de los otros grandes reinos de la época, como el de los hititas, que dominaban varios reinos vasallos y se consideraban iguales entre ellos. J. N. Postgate ha señalado la división entre el centro del reino y sus periferias dominadas: el «país de Assur (el Dios)», llamado māt Daššur en los textos asirios, Asiria propiamente dicha, era el corazón del reino, más firmemente mantenido y dividido en provincias desde el principio, constituido alrededor de la capital, territorio que en la ideología política pertenecía al dios Assur, verdadero señor del reino cuyos temas deben participar en el culto, mientras que las regiones periféricas sometidas al «yugo de Asiria», eran reinos clientes de Asiria que debían pagarle un tributo. (174) Por lo tanto, se estaría en presencia de una forma de expansión en «mancha de aceite» a partir de un centro. Por su parte, M. Liverani ha propuesto considerar la expansión asiria como el establecimiento de una red compuesta por puntos de mando o puestos de avanzada que formaban «islotes» asirios en el territorio sometido, incluso con discontinuidades. (175).
Arquero asirio, 1200 a. C. La infantería asiria se dividía en dos, la infantería pesada y la infantería ligera. Ambas estaban integradas por piqueros y arqueros. Poniol – Own work. CC BY-SA 4.0.
El sistema de división provincial se estableció durante el período medioasirio, siguiendo principios que persistieron a partir de entonces. (176) Se crearon las provincias (pāhutu), administradas por los gobernadores (bēl pāhāti, más tarde también llamado šaknu). Su papel es bien conocido en el período neoasirio a través de la correspondencia entre muchos de estos personajes y los soberanos, descubierta en Nínive: se encargaban de la recaudación de impuestos y tributos, de los que conservaban una parte para sus propias necesidades y las de las tropas a su disposición, y enviaban el resto al poder central; y debían garantizar la seguridad de la provincia, informar al rey sobre lo que estaba sucediendo y también garantizar que las poblaciones deportadas estaban bien establecidas y, más ampliamente, que sus provincias estaban bien desarrolladas. Algunas veces, un cargo de la administración central entrañaba la administración de una provincia precisa. Las provincias se dividieron a su vez en distritos (halṣu), que también tenían sus administradores (hassihlu). Todo este sistema fue, sin duda, objeto de una vigilancia por parte del poder central, llevada a cabo por un dignatario llamado qēpu. A nivel local había otros agentes reales: los «alcaldes» (hāzānu) y los «inspectores» (rab ālāni) responsables de recaudar impuestos. Algunas ciudades tenían situaciones privilegiadas: el rey les había otorgado franquicias(zakūtu).(177). Este fue el caso de las grandes ciudades de Asiria, como Assur, de algunas en Babilonia como Nippur o Babilonia. El rey otorgaba este privilegio en agradecimiento por el apoyo que le habían dado esas ciudades durante las revueltas, o para evitar que se rebelasen.
Representación de los jardines reales de Nínive, a partir de un bajorrelieve del palacio de Senaquerib. Original file (1,008 × 633 pixels, file size: 81 KB). Peter Andersen. Dominio público.
Además de las provincias administradas directamente por los gobernadores asirios, había una serie de reinos vasallos. Sus reyes habían jurado lealtad al rey asirio (māmītu en el período medioasirio, adê en el período neoasirio), a cambio de su «protección». (178) Debían pagar un tributo. Muchos textos de tales tratados que datan del período neoasirio han sido descubiertos en las capitales asirias. (179).
Progresivamente las ambiciones de los reyes neoasirios se inclinaron hacia la dominación universal, por lo tanto hacia un proyecto «imperial». Fue a partir de Tiglatpileser III o de Sargón II cuando se puede hablar de un verdadero imperio: (180) con estos reyes, los estados vasallos estuvieron cada vez más controlados y a menudo se incorporaron al reino asirio, y se buscaba de una manera general un control más fuerte y más directo de los territorios sometidos. (181) Los asirios eliminaban a sus élites o las deportaban para reemplazarlas con un gobernador proasirio, incluso él mismo asirio. Una tendencia hacia la subdivisión de las provincias estaba tomando forma al mismo tiempo, una manera de evitar que algunos gobernadores obtuvieran demasiado poder. Los costos de administración de las provincias cruciales, incluidas las marcas fronterizas, eran confiadas a altos dignatarios que ocupaban cargos en la administración central. Al mismo tiempo, se estaba estableciendo una red de comunicación más eficiente a nivel del Imperio, que era esencial para garantizar la cohesión del proyecto imperial. (182).
La industria
Los pueblos de Oriente comenzaron a utilizar el bronce hacia el año 2000 a. C. Fabricaron sus armas con esta aleación, haciéndolas mucho más eficaces. Los hititas propagaron el hierro hacia el siglo X a. C., así es que los asirios en su época de apogeo del siglo VIII a. C. estaban ya bien abastecidos con las nuevas y destructoras armas hechas con este metal que eran más duraderas y proporcionaban mejores resultados. (166).
El algodón o árbol de la lana, se conocía en la India desde tiempos remotos. Fue introducido en Asiria por el rey Senaquerib (hijo de Sargón II), que reinó desde el 705 al 681 a. C. (166)
Las ciudades asirias.
Evolución de la urbanización en la Alta Mesopotamia asiria
El reino asirio se desarrolló a partir del siglo XIV a. C. al hacerse cargo del marco urbano desarrollado en períodos anteriores en la Alta Mesopotamia. Varias ciudades existentes se convirtieron en centros administrativos, como Nínive, Shibaniba (Tell Billa), Qattara (Tell Rimah), Dur-Katlimmu (Tell del Jeque Hamad), Harbe (Tell Chuera) y otras. El muy antiguo sitio de Tell Brak, ocupado un tiempo al comienzo del período medioasirio, fue abandonado poco después. Esta primera fase puede haber modificado la red urbana, pero no su organización general, jerarquizada entre centros administrativos, pueblos y aldeas. La capital de Asiria fue la ciudad de Aššur durante la mayor parte de este período. La innovación más significativa fue la nueva ciudad que se creó en suelo virgen Tukulti-Ninurta I (1233-1197 a. C.) para que fuese su capital, y que llamó Kar-Tukulti-Ninurta («Fuerte Tukulti-Ninurta»). (191) Esta tentativa no excedió la duración de su reinado, pero fue un precedente que quizá inspiró las creaciones urbanas del período neoasirio.
La crisis en la que se sumergió el reino asirio al final del milenio II a. C. cambió las estructuras del hábitat de la Alta Mesopotamia y muchas ciudades antiguas experimentaron un fuerte declive o incluso el abandono. Los arameos fundaron principados a partir de algunos sitios de la Alta Mesopotamia como Guzana (Tell Halaf). La fase de reconquista asiria que comenzó en el año 911 a. C. llevó a la creación de nuevos centros administrativos, en muchos casos en sitios más antiguos, como Zamahe (el nuevo nombre de Tell Rimah) o Hard-Katlimmu. Los asirios erigieron ahí varios palacios y probablemente también contribuyeron al desarrollo de otros sitios, como se ve en Til Barsip (Tell Ahmar) o Hadatu (Arslan Tash), y como era de esperar, en el centro religioso y comercial de Harrán que tomó una importancia creciente durante la última fase del reino. (192)
Ubicación de las principales ciudades asirias. Sémhur, Zunkir, rowanwindwhistler – Este archivo deriva de: Este archivo (1) (2). Map with the main cities of Assyria and Upper Mesopotamia during the medio-assyrian (ca. 1365-934 BC) and neo-assyrian period (ca. 934-609 BC). CC BY-SA 3.0.
El fenómeno más sorprendente de la urbanización de la Alta Mesopotamia durante el período neoasirio fue la creación de nuevas capitales por varios gobernantes en el corazón del país asirio. (183) Assurnasirpal II (883-859) trasladó la capital desde Aššur a Kalkhu (Nimrud), más al norte, una antigua ciudad secundaria que fue completamente rediseñada, con alrededor de 350 hectáreas y poblada con al menos 63 000 residentes. Alrededor de 713 a. C., Sargón II ordenó construir ex-nihilo, una ciudad amurallada que sería la nueva capital de Asiria, Dur Sharrukin (Jorsabad). El lugar, situado 15 km al noreste de Mosul y 20 km al norte de Nínive, tenía unas dimensiones aproximadas de 1760×1635 metros —la longitud de las murallas era de 16.280 unidades asirias, cifra que correspondía con el valor numérico del nombre de Sargón— y fue la capital más pequeña de Asiria. Pasó a ser la capital del reino en 717 a. C. Las obras de construcción duraron diez años. La ciudad se rodeó con una muralla defendida por 150 torres y contaba con ocho puertas. En el sector norte se edificó una ciudadela sobre una plataforma de entre 14 y 18 metros, que contenía un ziggurat y un grandioso templo con seis santuarios, además del palacio real, un complejo conjunto de patios, salones y almacenes, con más de doscientas dependencias.
Escribas Asirios. Unknown author – Hugo Rydén, Gunnar Stenhag, Dick Widing: Litteraturen genom tiderna. Kortfattad litteraturhistoria för gymnasieskolan. Stockholm 1982. Public Domain. Original file (1,073 × 1,468 pixels, file size: 1.16 MB).
Dur Sharrukin no tuvo tiempo de establecerse ya que el siguiente gobernante, Senaquerib, trasladó la capital a la antigua ciudad de Nínive, que fue renovada por completo y cuyo tamaño pasó de 150 a 750 hectáreas. Por tanto, se está en presencia de un fenómeno sin precedentes en la historia de Mesopotamia, a saber, las creaciones sucesivas de varias capitales, entre ellas alguna de la nada, pero que implicaban cada vez la planificación de un importante espacio urbano, el traslado de una población muy grande (se estima que la población de Nínive era de al menos 75 000, en comparación con los 15 000 de antes de la construcción), a menudo desplazada allí por la fuerza. Estos programas de construcción y la aparición de ciudades de un tamaño sin precedentes en una región previamente no urbanizada, habrían alterado su equilibrio: era necesario alimentar a los residentes de estas ciudades que no producían sus propios alimentos, (194) lo que creaba una demanda creciente de los campos vecinos cuya productividad se buscaba aumentar. (195) Es posible que esas ciudades hayan estado hipertrofiadas en comparación con la región donde se encontraban, y hayan creado un desequilibrio que contribuyó a debilitar los campos vecinos debido al crecimiento de las extracciones necesarias para alimentar a su población creciente. (196). La caída del imperio asirio puso fin a esta red urbana, fin que pudo ser debido a las matanzas y deportaciones posteriores al período de las guerras que llevaron a dicho fin, y/o bien a las consecuencias de la propia caída del imperio que ya no permitía el mantenimiento de tales aglomeraciones. Los centros urbanos conocidos durante los siglos posteriores al final del imperio son muy pocos, incluso en la escala de toda la Alta Mesopotamia: en Asiria misma no se encuentran en los textos más que menciones ciertas (pero raras) de Aššur y especialmente de Arbèles que se convirtió en el principal centro administrativo, pero excéntrico en comparación con el antiguo corazón del reino asirio. (197)
La urbanización no se reanudó con certeza hasta el siglo I a. C., bajo el dominio de los partos, antes del desarrollo de nuevos centros como Hatra. En Jazira, los principales centros conocidos para el período posasirio están en la región del valle del Jabur, Harrán y Nísibis, a las que se podría añadir Tapsaco en el Medio Éufrates sirio.
El espacio urbano de las ciudades asirias
El urbanismo asirio es difícil de estudiar dada la larga historia de las ciudades de la región y la complejidad de las estratigrafías. Las excavaciones se han centrado principalmente en los barrios centrales de las principales capitales, y casi ninguna en los espacios residenciales. En los últimos años, sin embargo, las excavaciones de la Alta Mesopotamia siria han aportado nuevos elementos al conocimiento de las ciudades del reino asirio, aunque nuevamente la documentación se refiere principalmente a edificios administrativos.
Tradicionalmente, el hábitat urbano de la Alta Mesopotamia, incluida Asiria, se organizaba alrededor de una ciudad alta situada en un tell (montículo, colina) que dominaba una extensión más reciente, la ciudad baja. (198) Cada una de estas dos partes generalmente estaba rodeada por una muralla. La ciudad de Aššur responde a este modelo: el centro político y religioso fue construido sobre un promontorio rocoso que domina el río Tigris, y que era llamado libbi āli, literalmente ‘el corazón de la ciudad’, mientras que el área predominantemente residencial se situaba debajo, al sur del viejo centro, aunque las dos no estaban separadas por una muralla, pero sí había una separación intraurbana que aislaba la «ciudad nueva» más reciente. (199) Nínive y Kalkhu también siguieron esta organización. Probablemente a partir del ejemplo de Aššur, la nueva ciudad de Kar-Tukulti-Ninurta, seguía el patrón de una división entre un centro político-religioso, lejos del resto de la ciudad, pero esta vez el límite entre los dos se materializaba en una muralla. No hay una distinción topográfica entre los dos ya que la ciudad está construida sobre un terreno llano. (200). Las nuevas capitales neoasirias Kalkhu, Dur Sharrukin y Nínive, confirman y amplían el triunfo de esta concepción del espacio urbano: el centro político y religioso se convierte en una verdadera ciudadela rodeada de murallas, que dominan al resto de la ciudad. (201). Hay uno o más palacios reales, residencias de las élites del reino y templos a menudo asociados con un ziggurat. (202) A diferencia de las ciudades tradicionales de Mesopotamia, el edificio principal es el palacio, el que recibe la mayor atención, y no los edificios religiosos. En estas ciudades incluso hay otra ciudadela bien distinta del centro, que constituye un arsenal (ekal mašarti), cuyo caso más conocido es el «fuerte Salmanazar» de Kalkhu. Con el desarrollo de esta última aparece otro elemento característico de las nuevas capitales asirias, precedido por experiencias en el período medioasirio: los jardines reales, a veces utilizados como verderos zoológicos reales, a los que el rey Senaquerib prestó gran atención en Nínive. (203).
Las excavaciones de Aššur descubrieron alrededor de ochenta casas del período neoasirio, mientras que solo alrededor de diez residencias han sido excavadas en el conjunto de los demás yacimientos asirios. (204) Se distinguen dos tipos de casas dependiendo de la organización de las habitaciones. El primero consiste en residencias con organización lineal, más pequeñas (78 m2 de planta de media), constituidas por una sucesión de salas alineadas, en número de cuatro a seis en promedio. El segundo tipo lo forman las casas con patio, más grandes (192 m2 de planta en media), que generalmente comprenden al menos una decena de estancias, dispuestas alrededor de un patio central que organiza la circulación interna. Los contratos de venta dan el nombre y la función de algunos de los espacios o salas de ciertas residencias, que no siempre son obvios de comprender: hay tiendas, áreas de recepción, talleres, salas de agua y habitaciones donde se duerme que probablemente estuvieron en una planta superior.205 Las prospecciones en la ciudad baja de Nínive, al norte del tell de Kuyunjik, revelaron la presencia de un barrio residencial de las élites, con casas construidas en torno a patios centrales, (206) así como amplias calles de las que se encuentra eco en los textos de Senaquerib que celebran la construcción de su capital, en los que se lo menciona recorriendo grandes avenidas, entre ellas una «vía real» de 31 m de anchura. (207)
Aššur
Irak. La ciudad de Aššur (también Ashshur, Ashur, Assur, Asur),1 situada en la orilla del Tigris, fue originariamente una colonia de Babilonia y posteriormente se convirtió en la primera capital de Asiria (hasta 879 a. C.), estado al cual dio nombre. Los primeros testimonios de su existencia datan del tercer milenio a. C. Fue tomada por los medos en 614 a. C., siendo completamente destruida. 35°27′24″N 43°15′45″E
Sus ruinas se encuentran actualmente en al-Charquāṭ (Irak). La Unesco declaró Aššur Patrimonio de la Humanidad en 2003 y la incluyó en la Lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro.
Historia: Aššur en el III milenio a. C.
Las excavaciones arqueológicas han demostrado que el lugar estaba ocupado, durante el período sumerio, antes del surgimiento del Imperio Asirio. Los restos más antiguos de la ciudad fueron descubiertos en los cimientos del templo de Ishtar y en el Antiguo Palacio. Durante el Imperio Acadio, la ciudad fue gobernada por reyes nativos de Acadia. Durante el llamado Renacimiento Sumerio, el gobierno de la ciudad fue desempeñado por un gobernador sumerio.
Aššur en el Imperio Asirio antiguo y medio
Tras el derrumbamiento del Imperio Ur, comenzaron a cobrar gran independencia las ciudades de la Alta Mesopotamia, siendo una de ellas Assur que se convirtió en un pequeño reino. Puzur-Assur I fue reconocido como rey y fundó una nueva dinastía, cerca del año 2000. Ilushuma fue su segundo sucesor quien realizó una expedición a Baja Mesopotamia aprovechando el caos de ésta. Al mismo tiempo que Assur iba creciendo, lo hacían también otras ciudades destacando como potencias como es el caso de Mari, Eshnunna y Simash.
En la época en que la dinastía neosumeria de Ur-III fue destruida por los elamitas, en el 2004 a. C., los príncipes locales, incluidos los de Aššur, se habían sacudido el yugo extranjero. Aššur se transformó rápidamente en un importante centro comercial, y las rutas comerciales comunicaban la ciudad con Anatolia, donde los mercaderes de Aššur establecieron colonias comerciales. Estas colonias se denominaban kârum, y comerciaban principalmente con lana y estaño (ver Kültepe). En la ciudad de Aššur se erigieron los primeros grandes templos, consagrados al dios local Aššur y a Adad. También las primeras fortificaciones se comenzaron en este período.
Plano arqueológico de la ciudad de Assur. Jolle. CC BY 3.0.
Aššur fue la capital del reino de Shamshi-Adad I (1813-1781 a. C.), quien extendió el poder e influencia de la ciudad hasta más allá del valle del Tigris. En esta época se construyó el Gran Palacio Real, y el templo de Aššur fue ampliado y se le añadió un ziggurat. Este reino llegó a su fin cuando el rey de Babilonia Hammurabi lo anexionó a sus dominios, tras la muerte de Shamshi-Adad. Se sabe que la actividad constructiva se reanudó unos pocos siglos después, durante el gobierno del rey autóctono Puzur-Aššur III, que volvió a fortificar la ciudad e incorporó los barrios del sur a las defensas principales. En el siglo XV a. C. se erigieron sendos templos a la diosa luna Sin (Nanna) y al dios sol o Šamaš (Shamash). Posteriormente, la ciudad fue subyugada por el reino de Mitanni.
Asiria recuperó su independencia en el siglo XIV a. C., y en los siglos siguientes se restauraron los antiguos templos y palacios de Aššur. Tukulti-Ninurta I (1244-1208 a. C.) empezó la construcción de un nuevo templo, consagrado a la diosa Ishtar. El templo de Anu-Adad fue construido durante el reinado de Tiglath-Pileser I (1115-1075 a. C.). El área amurallada de la ciudad creció en el Imperio Asirio Medio hasta ocupar una extensión de 120 hectáreas.
Soldados estadounidenses en las ruinas de Aššur. The U.S. Army – www.Army.mil. Dominio público.
Aššur en el período neoasirio y posteriormente
Durante el período neoasirio (912-612 a. C.), la residencia real se trasladó a otras ciudades de Asiria. Asurnasirpal II (883-859 a. C.) trasladó la capital de Aššur a Kalhu (Nimrud). La ciudad de Aššur, sin embargo, continuó siendo el centro religioso del imperio, gracias a su templo dedicado al dios nacional, Aššur. Durante el reinado de Senaquerib (705-682 a. C.), se construyó la Casa del Año Nuevo, akitu, y varias festividades se celebraron en la ciudad. Varios monarcas asirios fueron sepultados bajo el Antiguo Palacio. El final de los días gloriosos de Aššur llegó en 614 a. C., cuando la ciudad fue saqueada y destruida durante la conquista de Asiria por los medos.
Siglos más tarde, la ciudad volvió a ser ocupada, durante la época parta. En el norte de la ciudad se levantaron nuevos edificios de carácter administrativo, y en el sur un nuevo palacio. Sin embargo, la ciudad volvió a ser destruida por el rey sasánida Sapor I (241-272). Se conocen asentamientos en la ciudad desde los siglos XII y XIII, pero después solo fue habitada por beduinos nómadas. Los modernos asirios continúan reverenciando el lugar.
Aššur durante el período neoasirio: la Ciudad alta comprende el centro político-religioso en el norte, en la parte más alta del sitio. Foto: Zunkir. CC BY-SA 4.0.
Los palacios reales
El más antiguo monumento de importancia en Aššur es el «Palacio Viejo», que ya estaba en pie en tiempos de Samsi-Addu, en el siglo XVIII a. C., y que fue posteriormente reconstruido por Arad-Nirari I y Aššurnasirpal II. Tiene una extensión de 1,2 hectáreas y está organizado en torno de patios centrales.
El «Palacio Nuevo» fue erigido más tarde en el noroeste de la ciudadela por Tukulti-Ninurta I (1244-1207 a. C.), y restaurado posteriormente por Senaquerib. En este edificio se han encontrado las tumbas de numerosos reyes asirios: Aššur-bel-kala I (1074-1056), Aššurnasirpal II (883-859), Shamshi-Adad V (824-811), y quizá también la del propio Senaquerib (705-681). Cuando este último reorganizó la ciudad, ordenó la construcción, más al sur, de un palacio secundario para uno de sus hijos. Se han hallado también las casas privadas de importantes nobles de la ciudad, así como tumbas de particulares acomodados.
«Vajilla de lujo de varios sitios de la Alta Mesopotamia, inicios de la Edad de Bronce Tardía (c. 1500-1300 a.C.): Zunkir. CC BY-SA 4.0 .
- Izquierda: vaso fino y pintado para beber, de Assur.
- Centro: vaso fino y pintado para beber, de Tell Brak.
- Derecha: cuenco sobre pedestal de fayenza, de Tell Rimah.»
Esta descripción detalla piezas de cerámica y vajilla de alta calidad, reflejo del refinamiento cultural y técnico de la Alta Mesopotamia durante este período. La cerámica pintada y los objetos de fayenza evidencian la sofisticación en la manufactura y el uso de objetos decorativos y funcionales en contextos domésticos y ceremoniales.
Referencias
- «ASUR, ASIRIA – Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología». www.biblia.work. Consultado el 14 de enero de 2017.
Bibliografía
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Matthes, Olaf: «Zur Vorgeschichte der Ausgrabungen in Aššur 1898-1903/05», en MDOG 129; Berlín, 1997, págs. 9-27. ISSN 0342-118X
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Planta esquemática de la ciudadela del tell de Nimrud, con la ubicación de los principales edificios excavados. Zunkir-.. CC BY-SA 4.0.
Kalkhu (Nimrud)
Irak. Nimrud (conocida como Kalkhu por los asirios, y como Calaj o Kalakh en la Biblia) fue una de las capitales de Asiria, junto con Assur, Nínive y Dur Sharrukin. Estaba situada junto al río Tigris, a unos 30 km al sudeste de Mosul (en el actual Irak). Sus restos arqueológicos fueron dinamitados por el Estado Islámico en los primeros meses del 2015, haciéndola desaparecer. 36°05′53″N 43°19′44″E
La ciudad fue fundada por el rey Salmanasar I en el siglo XIII a. C. en la confluencia del Tigris con el río Pequeño Zab, como un pequeño centro administrativo sin gran importancia, hasta que el rey Asurnasirpal II decidió construir allí su nueva capital en el siglo IX a. C. La nueva ciudad se encontraba en la orilla este del Tigris, con lo que quedaba protegida de los ataques de los arameos procedentes del oeste, y al norte del Pequeño Zab, que la protegía por el sur.
(Ref: Ballesteros Arranz, Ernesto (2005). Mesopotamia, Persia y Asia menor. Historia universal del arte y la cultura (4). Hiares. p. 1. ISBN 8433314548.)
Para la construcción de la ciudad se utilizaron miles de trabajadores que tuvieron que nivelar una extensión de 360 hectáreas, construir una muralla de 7,5 km de largo y una altura de unos 15 metros, y un canal (al que se llamó «portador de la abundancia») procedente del río Zab, para irrigar la llanura de los alrededores. Según una célebre inscripción del rey hallada en las ruinas de la ciudad en 1951 conocida como la «estela del banquete», cuando finalizó la construcción en el año 879 a. C., se celebró un banquete que duró diez días y al que asistieron 47 000 invitados, 16 000 habitantes, 5000 invitados extranjeros, y 1500 dignatarios del estado.
«Una ilustración de la Encyclopaedia Biblica, una publicación de 1903 que ahora es de dominio público. Fig. 6 del artículo ‘Carro’. Imagen del carro estatal de Senaquerib. Tomada de un relieve de Nimrud que actualmente se encuentra en el Museo Británico.» Public Domain.
La descripción hace referencia a una imagen histórica del carro ceremonial del rey asirio Senaquerib, basada en un relieve hallado en Nimrud, uno de los principales sitios arqueológicos del antiguo Imperio Asirio. Estos carros no solo tenían funciones prácticas en batallas, sino que también eran símbolos de estatus y poder.
Salmanasar III, hijo de Asurnasirpal II, hizo construir el que se conocía como Gran Zigurat, ubicado junto al río Tigris.
La ciudad fue capital de Asiria hasta el año 710 a. C. en que Sargón II trasladó la capital a Dur Sharrukin, y sus sucesores a Nínive.
Se mantuvo como una de las principales ciudades asirias hasta el año 612 a. C. en que fue completamente destruida cuando Asiria sucumbió a la invasión de babilonios y medos.
Kalkhu (Nimrud) en el siglo VIII a. C.: centro político-religioso sobre el tell de Nimrud, y arsenal, el «fuerte Salmanazar» (tell ʿAzar),que domina la ciudad baja que se extiende hacia el norte. Zunkir, rowanwindwhistler. Este archivo deriva de este. CC BY-SA 4.0.
Arqueología de Nimrud
Los restos arqueológicos de Nimrud fueron excavados por Austen Henry Layard entre 1845 y 1851, quien identificó erróneamente la ciudad como la antigua Nínive. Las excavaciones fueron continuadas por Max Mallowan entre 1949 y 1957, y por David Oates entre 1958 y 1962. Layard extrajo una gran cantidad de esculturas de toros alados y relieves que hoy se encuentran en el Museo Británico, así como el «obelisco negro» de Salmanasar III, un bloque de alabastro oscuro terminado en escalones, como un zigurat en miniatura, con relieves en sus lados que conmemoran las victorias del rey.
La mayoría de las excavaciones se realizaron en el área palaciega de la ciudadela, una extensión de veinte hectáreas en el interior de la ciudad, rodeada de un muro de unos ocho metros de altura. Se identificó el palacio de Asurnasirpal II o «palacio del noroeste» para los arqueólogos, que se restauró y se convirtió en un museo (ahora destruido) con fines turísticos, el palacio de Salmanasar III y el de Tiglath-Pileser III. Los muros de las habitaciones de estos palacios, realizados en piedra, estaban cubiertos por relieves pintados de colores, disponiéndose enormes toros o leones alados con cabeza humana a los lados de las puertas de acceso cuya finalidad era proteger mágicamente los recintos de malos espíritus e influencias así como impresionar a los dignatarios extranjeros mostrando el poder de los reyes de Asiria.
También se identificaron templos dedicados a los dioses Ninurta, Enlil y Nabu. Nimrud simboliza el apogeo del poder asirio y su capacidad para organizar un imperio multicultural. Su legado arquitectónico y artístico es fundamental para entender la historia de Mesopotamia y el impacto de los asirios en la antigüedad.
Los restos arqueológicos y las ruinas de la ciudad fueron totalmente destruidos por los integristas religiosos del Estado Islámico en marzo de 2015.
- Ballesteros Arranz, Ernesto (2005). Mesopotamia, Persia y Asia menor. Historia universal del arte y la cultura (4). Hiares. p. 1. ISBN 8433314548.
- «El Estado Islámico arrasa la ciudad asiria de Nimrod en Irak». El País. 6 de marzo de 2015. Consultado el 7 de marzo de 2015.
- Imágenes de Nimrud. (en inglés)
- Fotografías de Nimrud en el sitio de la Universidad de Chicago.
- Imágenes de Nimrud de la National Geographic.
Tentativa de reconstitución de la ciudadela principal de Dur-Sharrukin con el palacio real de Sargón II y varios edificios religiosos. Charles Chipiez/scan by ru:user:Кучумов Андрей – Reprint of 1904 year edition by А. Ф. Маркс († 1904).Creado el: 1884. Dominio público. Original file (894 × 782 pixels, file size: 967 KB).
Dur Sharrukin
Dur Sharrukin (Dūr-Šarrukīn o Dūr-Šarrukēn, literalmente , «la fortaleza de Sargón» en asirio) fue una ciudad amurallada. Situada cerca de la actual aldea de Jorsabad (zona habitada por el pueblo asirio), en el norte del Irak, a unos 15 km de Mosul y a 20 km al norte de Nínive, fue una de las capitales de la antigua Asiria. Inaugurada en el 707 a. C. por el rey Sargón II (721-705 a. C.), la ciudad fue abandonada, parcialmente inacabada, a su muerte en el 705 a. C. en favor de la nueva capital, Nínive.
La ciudad tenía unas dimensiones aproximadas de 1760 × 1635 metros (fue la capital más pequeña de Asiria). La longitud de los muros era de 16280 unidades asirias, cifra que correspondía con el valor numérico del nombre de Sargón. Las tierras de alrededor se cultivaron con olivos, en un intento de paliar el déficit de aceite de Asiria. La ciudad fue colonizada en parte con prisioneros de guerra y deportados bajo control de oficiales asirios que debían asegurarse que estos eran suficientemente respetuosos con los dioses y el rey.
Su construcción, en un sitio casi desocupado, es una empresa enorme que movilizó los considerables recursos del imperio asirio durante unos diez años. Esta gran ciudad de forma cuadrangular está defendida por una gruesa muralla. Su principal conjunto monumental incluye un vasto palacio real, erigido en una terraza artificial, que comprende varios grandes patios y docenas de habitaciones, decoradas con esculturas monumentales y numerosos bajorrelieves que ilustran el poder que alcanzó el imperio a finales del siglo VII a. C.. Cerca, aislados en el mismo recinto interior del palacio, hay varios otros grandes edificios residenciales y administrativos y templos, que iban a formar el corazón del imperio. Otros edificios fueron erigidos en el sitio antes de que fuera abandonado, incluyendo un palacio que sirve como arsenal en otra terraza al otro lado del sitio.
La ciudad se rodeó con una muralla defendida por 150 torres y contaba con ocho puertas. En el sector norte se edificó una ciudadela sobre una plataforma de entre 14 y 18 metros, que contenía un ziggurat y un grandioso templo con seis santuarios, además del palacio real, un complejo conjunto de patios, salones y almacenes, con más de doscientas dependencias.
El palacio estaba totalmente revestido de mármol y relieves en piedra y bronce. La puerta principal del palacio estaba protegida por «el héroe del león» -posiblemente representación de Gilgamesh- entre parejas de toros antropomorfos alados (lamassu). El palacio se comunicaba con el templo de Nabu mediante un viaducto. Además había otras edificaciones religiosas dedicadas a los diferentes dioses y otras edificaciones civiles para residencia de dignatarios.
Sargón II reunido con un dignatario. Bajorrelieve en el muro del palacio de Sargon II en Dur Sharrukin, Asiria (actualmente Khorsabad, en Irak), ca. 716–713 A. C. Sargón II (reinó entre 722-705 a.C.) fue uno de los grandes monarcas del Imperio Neoasirio, conocido por consolidar el poder asirio y expandir significativamente sus dominios. Su reinado estuvo marcado por campañas militares decisivas, grandes proyectos arquitectónicos y su habilidad para manejar las tensiones internas del imperio.Sargón II subió al poder en circunstancias poco claras, posiblemente tras un golpe de estado contra su predecesor Salmanasar V. Adoptó el nombre de Sargón como referencia al gran rey acadio Sargón de Akkad, vinculándose simbólicamente a un linaje glorioso.
Campañas militares:
- Conquista de Samaria (722 a.C.): Completó la conquista de Israel, iniciada por Salmanasar V, y deportó a gran parte de la población, iniciando el fenómeno conocido como las «Diez tribus perdidas de Israel».
- Batalla de Raphia (720 a.C.): Derrotó una coalición de estados levantinos y egipcios.
- Victoria sobre Urartu (714 a.C.): Sargón llevó a cabo una famosa campaña contra el reino de Urartu, asegurando el control sobre el Cáucaso y debilitando a un enemigo tradicional de Asiria.
Sargón II construyó una nueva capital en Dur-Sharrukin («Fortaleza de Sargón»), cerca de la actual Khorsabad, como símbolo de su poder. La ciudad estaba decorada con impresionantes relieves y estatuas colosales, pero fue abandonada tras su muerte. Consolidó el control sobre las provincias asirias mediante reformas administrativas y fortaleció las rutas comerciales, lo que contribuyó a la estabilidad económica del imperio. Sargón II murió en batalla en 705 a.C. durante una campaña contra los cimerios en Anatolia. Su cuerpo nunca fue recuperado, un hecho considerado un mal augurio. Fue sucedido por su hijo Senaquerib.
Sargón II fue una figura clave en la expansión del Imperio Neoasirio y en la consolidación de su hegemonía en el Cercano Oriente. Su legado incluye importantes avances arquitectónicos y administrativos, así como su habilidad militar y diplomática para manejar un imperio vasto y diverso.
Sargón II reunido con un dignatario. Bajorrelieve en el muro del palacio de Sargon II en Dur Sharrukin, Asiria (actualmente Khorsabad, en Irak), ca. 716–713 A. C. Desconocido – Jastrow (2006). Dominio público. Original file (1,640 × 2,290 pixels, file size: 2.29 MB).
A la muerte de Sargón II, su hijo Senaquerib trasladó la capital a Nínive, más al sur.
Construido y luego despoblado, nunca ocupado por un asentamiento importante, el sitio de Jorsabad estaba notablemente bien conservado cuando se realizaron allí las primeras excavaciones en los decenios de 1840 y 1850. Es el primer sitio de la antigua Mesopotamia que ha sido objeto de varias campañas ambiciosas, dirigidas por los cónsules franceses establecidos en Mosul, que contribuyeron significativamente al redescubrimiento del Imperio asirio, aunque la ciudad nunca fue realmente como los otros dos sitios principales descubiertos al mismo tiempo, Nimrud (la antigua Kalkhu) y Quyunjik (Nínive). Muchas de las esculturas desenterradas en ese momento se encuentran ahora en el Museo del Louvre de París, donde fueron transportadas tras su redescubrimiento. Posteriores campañas de excavación, llevadas a cabo por equipos americanos de 1929 a 1935, han mejorado el conocimiento de este sitio con métodos arqueológicos más avanzados que los de los pioneros que lo redescubrieron.
Foto de la izquierda: Plano de Dur-Šarruken (Khorsabad) por el excavador francés Victor Place, reproducido en la obra de G. Loud, Khorsabad, Parte 1: Excavaciones en el Palacio y en una Puerta de la Ciudad (Oriental Institute Publications 38), Chicago: University of Chicago Press, 1936, p. 2. por Victor Place [1818-1875]. Este enlace. Dominio público.
Foto central: Plano de la edificación palacial. book author Clara Erskine Clement – A History of Art for Beginners and Students: Vol. 3, Architecture (1891) by Clara Erskine Clement. Dominio público.
Foto de la derecha: Palace of Sargon II in Dur-Sharrukin (reconstruction). Charles Chipiez/escaneado por ru: user: Кучумов Андрей – Escaneado del libro Historia universal (en cuatro tomos), El mundo antiguo, escrito por el profesor Óscar Jäger († 1910). Editorial «Spetsialnaya Literatura», San Petersburgo, 1997. ISBN 5-87685-085-3 (t. 1), tirada de 10,000 ejemplares. 824 páginas. Reimpresión de la edición de 1904 por A. F. Marks († 1904).
Construcción de Dur-Sharrukin
El sitio de Dur-Sharrukin forma parte de una tradición de construcción de nuevas capitales asirias, marcada por los precedentes de Kar-Tukulti-Ninurta y especialmente Kalkhu (Nimrud) antes y justo después de la de Nínive. La particularidad de Dur-Sharrukin es que fue creado en un sitio casi virgen, ocupado solo por una aldea, y en el que una capital asiria con todos sus atributos habituales (murallas, palacio real, templos, residencias de la élite, arsenal) pudo desarrollarse en unos diez años, del 717 al 706 a. C. La historia de la ciudad se paralizó prácticamente, ya que tan pronto como se terminaron las obras en el año 705 a. C., su fundador murió y su sucesor Senaquerib decidió trasladar la capital a Nínive. Por lo tanto, Dur-Sharrukin nunca fue la capital de Asiria, y fue poco ocupada en los años siguientes, antes de ser abandonada y caer en ruinas después de la caída del imperio en el 612 a. C.
La construcción de Dur-Sharrukin está bien documentada. Según la tradición de las inscripciones reales asirias, Sargón II hizo grabar un texto fundacional en cuatro tablillas, en oro, cobre, plata y magnesita, colocadas en una caja de alabastro descubierta en la época de las excavaciones de Victor Place. Incluyen el relato de la construcción, y concluyen con bendiciones para la ciudad y el rey, así como maldiciones contra aquellos que los ultrajen. Historias similares, a menudo con pocas variaciones, se encuentran en otros medios de comunicación, en particular las estatuas de toros androcéfalos alados. Estas fuentes oficiales se complementan con cartas de la correspondencia de Sargón II que fueron desenterradas en el palacio de Nínive (donde debieron ser trasladadas por su hijo Senaquerib cuando se instaló allí). Hay alrededor de 110 de ellos (para los que se pudieron identificar), y ofrecen una visión menos idealizada de la construcción de Dur-Sharrukin, exponiendo más aspectos de la tierra. Estas fuentes muestran que el monarca estaba muy involucrado en el sitio de construcción, y que los responsables se mantuvieron bajo constante presión para completar el proyecto lo más rápido posible.
- Novák, M. (2004). «From Ashur to Nineveh: The Assyrian Town-Planning Programme». Nineveh, Papers of the 49th Rencontre Assriologique Internationale, Part One. Iraq (en inglés) (66): 178-183.
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- Las inscripciones de Sargón II han sido publicadas en Fuchs, Andreas (1993). Die Inschriften Sargons II. aus Khorsabad (en alemán). Göttingen: Cuvillier verl. ISBN 978-3-930340-42-2..
- Parpola, Simo. The Construction of Dur Sharrukin in the Assyrian Royal Correspondance (en inglés). en Caubet, Annie (1995). «Khorsabad, le palais de Sargon II, roi d’Assyrie : actes du colloque organisé au musée du Louvre les 21 et 22 janvier 1994, La Documentation française, coll». Louvre conférences et colloques (en francés): 47-77. ISBN 2-11-003416-5.. Textos publicados en Parpola, Simo (1987). «The correspondance of Sargon II part I : Letters from Assyria and the West». States Archives of Assyria (en inglés) (Helsinki: Helsinki University Press) (1).
Abandono de la ciudad
Sargón II murió poco después de terminar las obras, durante una campaña en el país de Tabal, en Anatolia occidental. Su cuerpo no fue encontrado, por lo que no pudo ser enterrado según los ritos funerarios habituales, lo que implicaba, según la mentalidad de la época, que no descansaría en la otra vida. El hijo de Sargón, Senaquerib, eligió establecer su capital en Nínive (donde ya vivía) al comienzo de su reinado, emprendiendo una considerable obra de construcción. Es probable que la mayoría de la población que se había asentado en Dur-Sharrukin se trasladase a la nueva capital. A veces se ha intentado explicar esta elección por el hecho de que la ciudad de Sargón fue vista como maldita a imagen de su fundador. Esto ha sido confirmado por un texto de un gobernante asirio posterior, Asarhaddón, nieto de Sargón, que hace referencia a un pecado cometido por su abuelo, pero el estado fragmentario del documento no permite determinar el origen de este mal, que en realidad podría estar vinculado más bien a sus campañas militares en Babilonia.
En cualquier caso, Dur-Sharrukin, concebida y fundada con la ambición de ser una capital que reflejara el poder del imperio asirio, nunca lo fue o solo lo fue efímeramente, volviendo este estatus a Nínive, una ciudad con un pasado más venerable, la única a la que la antigua tradición (bíblica y griega) le reconoció el estatus de capital de Asiria aunque en realidad fuera hace menos de un siglo. Dur-Sharrukin siguió siendo un centro provincial de segunda categoría, probablemente nunca ocupado por una gran población, lo que explica por qué se han desenterrado allí pocos objetos de uso cotidiano. Probablemente fue abandonada a la caída del Imperio Asirio en 612 a. C.
Planificación urbana y arquitectura
Un plan cuidadosamente calculado
Creada a partir de la nada, a diferencia de las otras dos grandes obras urbanas de los gobernantes de la época neoasiria, Kalkhu y Nínive, Dur-Sharrukin se pensó desde el principio con todos los atributos de una capital asiria como la que se iba a idealizar en ese momento, sin tener en cuenta ninguna limitación topográfica. Es una vasta ciudad cuadrangular, casi una plaza perfecta (lo cual es atípico para una ciudad asiria), de unas 300 hectáreas rodeadas por una gruesa muralla. Según el texto fundacional de Sargón II, su perímetro «era de 16.283 grandes cubos, que es el valor de (su) nombre»: se trata obviamente de un cálculo numérico de tipo esotérico realizado a partir de los signos cuneiformes que componen el nombre del monarca, cuyo significado real se desconoce. Además, parece que toda la organización del sitio responde a relaciones geométricas precisas determinadas antes de la construcción: la intersección de las diagonales del recinto parece determinar una relación geométrica entre el palacio real, el arsenal y los edificios de la acrópolis; la ubicación de las puertas parece estar determinada por módulos geométricos a partir de tres de ellas, colocados a su vez según su distancia del punto central del espacio interior.
Plano esquemático de Jorsabad. Zunkir. CC BY-SA 4.0. Original file (SVG file, nominally 572 × 642 pixels).
La ciudad estaba formada, en su lado noroeste, por un vasto complejo que comprendía, en un recinto interior, el centro político y religioso de la ciudad, una especie de acrópolis: en una terraza, el palacio real y varios templos con un zigurat; abajo, otro templo y varias residencias principescas. En su lado sureste, la muralla también incluye otro grupo de edificios protegidos por su propio recinto, probablemente sirviendo como arsenal o palacio secundario. Este sector doble palacio-arenal se encuentra en cualquier caso en Kalkhu (que probablemente sirvió de modelo) y en Nínive, y por lo tanto se consideraba un elemento constitutivo de las capitales asirias. Cada uno de estos dos conjuntos estaba situado en una terraza elevada que reproducía la elevación de los tells en los que se erigieron sus homólogos en Kalkhu, permitiendo al poder imperial manifestar su supremacía en el espacio. Otro rasgo característico de las capitales asirias eran los parques que Sargón II había sacado de la tierra y que quería «a la imagen del Amanus.» Debían estar situados fuera de la ciudad, frente a la vista desde el palacio real. El interior de la ciudad, donde se excavaron algunos edificios, obviamente nunca estuvo muy ocupado. La topografía del lugar parece indicar que la ciudad estaba atravesada por canales, uno de los cuales atravesaba la mitad norte de la ciudad y otro que la unía por el lado este. Se desconoce el trazado de las calles principales de la ciudad; se supone que debían partir de las puertas principales y unirse al sector palaciego.
- Novák, M. (2004). «From Ashur to Nineveh: The Assyrian Town-Planning Programme». Iraq. Nineveh: Papers of the XLIXe Rencontre Assyriologique InternationaleLondon, 7-11 July 2003 (en inglés) (Londres) (66): 181-182.
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La muralla y las puertas
La muralla tiene una forma cuadrangular, casi cuadrada (aproximadamente 1750 × 1650 metros, con los lados opuestos que no son iguales). Las murallas consisten en grandes bloques de piedra caliza cortados y encerrados en una fachada de ladrillo de barro. Tenían unos 14 metros de espesor, y originalmente tenían unos 12 metros de altura. Las torres y bastiones están dispuestos a lo largo de las murallass, formando avances de unos pocos metros en ellas.
La muralla estaba atravesado por siete puertas (ocho en teoría, pero una se había integrado en el palacio real). Siguiendo una práctica común en la antigua Mesopotamia, estas puertas y las murallas (la acrópolis y las murallas de la ciudad) tenían nombres ceremoniales que invocaban a las deidades a las que estaban asignadas, para que estos dioses trajeran protección a la ciudad y así asegurar la prosperidad del imperio y el éxito de su rey. Así pues, dos grupos de dos puertas, las más cercanas al palacio, están asociados con deidades vinculadas a la realeza (Enlil y Ninlil, Anu e Ishtar), mientras que los otros dos grupos están asociados con las deidades de la sabiduría (Enki y Belet-ilani) y los exorcismos (Shamash y Adad).
- M. Sauvage, « La ville-forteresse de Khorsabad », en Dossier archéologie HS 4, 1994, p. 49
- Battini, L. (1998). [= http://www.ucl.ac.uk/sargon/downloads/battini_crra43_1996.pdf «Les portes urbaines de la capitale de Sargon II : étude sur la propagande royale à travers les données archéologiques et textuelles»] (pdf). En Prosecky (dir.), J., ed. Intellectual Life of the Ancient Near East. Papers Presented at the 43rd Rencontre Assyriologique Internationale (en inglés) (Praga): 41-55. Consultado el 11 de febrero de 2020.
El Patio de Jorsabad en el Louvre (agosto de 2007). M.chohan. Dominio público.
«Delante, detrás y a ambos lados, de cara a los cuatro vientos, abrí ocho puertas; llamé a las puertas de Shamash y Adad que dan al este, «Shamash es el que me hace triunfar» y «Adad es el que trae la abundancia»; llamé a las puertas de Enlil y Ninlil que dan al norte, «Enlil es el que pone los cimientos de mi ciudad» y «Ninlil es el que renueva la exuberancia»; Nombré las puertas de Anu e Ishtar, que dan al oeste, «Anu es la que vela por el éxito de mi trabajo» e «Ishtar es la que hace prosperar a su pueblo»; nombré las puertas de Enki y Belet-ilani, que dan al sur, «Enki es la que mantiene sus manantiales en buen estado» y «Belet-ilani es la que aumenta el crecimiento (de sus animales)». «Assur es el que sostiene el reinado del rey que lo construyó y protege a sus tropas» es el nombre de su muralla interior, «Ninurta refuerza los cimientos de la muralla para siempre» es el nombre de su muralla exterior».
Inscripción fundacional de Sargón II
La puerta n.º 3 (posiblemente la puerta de Shamash) fue estudiada por Victor Place. Con unas dimensiones de 67 × 49 metros, se organizó en torno a una serie de tres patios abiertos, a los que se entraba por puertas abovedadas. Estaba decorada con toros androcéfalos alados y genios (representados por bajorrelieves), que se pueden encontrar en el museo del Louvre. Esta puerta, cuyo pasaje no era muy amplio, se usaba para los peatones. Los carros tenían que pasar por otras puertas más sencillas, como la puerta n.º 7 explorada por los equipos de Chicago, que no tenía bajorrelieves; pero esta estaba claramente inacabada, porque el acceso estaba bloqueado.
- M. Sauvage, « La ville-forteresse de Khorsabad en Dossier archéologie HS 4, 1994, p. 49-50
- Albenda, 1986, p. 214.
Terraza del palacio
Es un grupo de edificios erigidos en una terraza de 12 metros de altura de más de 10 hectáreas, situados en la muralla, de la que sobresale, especialmente hacia el exterior. Este grupo de edificios estaba dominado por el palacio real, que ocupa la mayor parte del mismo, pero en el lado sur había un sector de templos. Así que es el poder real el que se manifiesta principalmente en el paisaje urbano. A este sector se accedía por una rampa hacia el sudeste, que conducía a un monumental triple portal con varios toros androcéfalos alados, desde el que se llegaba a un gran patio, el patio XV (103 × 91 metros). Fue desde este patio desde el que se organizó el tráfico hacia las diferentes partes de esta ciudad palaciega. (ver: C. Castel, « La demeure du roi », en Dossier archéologie HS 4, 1994, p. 52-54).
Plano de la acrópolis de Dur-Sharrukin. Zunkir. Este archivo deriva de: Localisation des temples de Dur-Sharrukin.jpg: Auteur Denis Drouillet Modifications : colorisation, nom des bâtiments. CC BY-SA 3.0. Original file (SVG file, nominally 4,602 × 2,634 pixels).
Arquitectura del palacio real
El palacio real («Palacio sin igual»», e-gal-gaba-ri-nu-tuku-a en sumerio, utilizado para los nombres ceremoniales) se dividió, al igual que otros palacios asirios tardíos, en dos grupos: un sector oficial, el babanu, para las actividades administrativas y la vida pública de la corte; y un sector privado, bītanu, que servía de residencia a la familia real, cuyo acceso estaba estrictamente controlado.
- (Ref: Bachelot, L. (mayo de 1992). «Les palais assyriens : vue d’ensemble. Fastes des palais assyriens : Au nouvel empire». Les dossiers d’archéologie (en francés) (171): 10-17.Castel, C. (mayo de 1992). «L’organisation de l’espace dans les palais néo-assyriens». Les dossiers d’archéologie (en francés) (171): 18-19.).
Unidades principales de la terraza del palacio: gran patio (XV), patio principal (VIII), sala del trono (VII), patio de la zona privada (VI), apartamentos reales (A), edificio aislado (quizás bit-hilani) (BH). Principales unidades de los templos de las terrazas: patios principales (XXX, XXVII, XXXI), templo Sîn (1), capilla Adad (2), capilla Enki (3), templo Shamash (4), capilla Ninurta (5), templo Ningal (6), zigurat (Z).
Zunkir – Este archivo deriva de: Localisation des temples de Dur-Sharrukin.jpg: Auteur Denis Drouillet. CC BY-SA 3.0.
Decoración del palacio real
La decoración del Palacio Real de Dur-Sharrukin es testigo de la elaborada investigación y el alto nivel de maestría alcanzado por sus maestros constructores y artistas, incluida la capacidad de trabajar de manera concertada para combinar la arquitectura y el arte. Para ello, utilizaron diversas formas de arte: la escultura sobre todo, pero también la pintura, los ladrillos vidriados de color y, en el momento de su construcción, los muebles de madera, marfil y otros materiales preciosos, lo cual está poco atestiguado aquí a diferencia de Nimrud y Arslan Tash, todo ello acompañado de inscripciones en piedra, que son omnipresentes en las esculturas. Estos talentos se pusieron al servicio de un programa religioso y político dedicado a la gloria de Sargón II y su imperio, representando complejas escenas narrativas a escala monumental.
Las esculturas que adornan las paredes del palacio Dur-Sharrukin son uno de los mejores logros del arte asirio. Son testigos de una notable integración en la organización espacial del palacio. Las puertas exteriores e interiores estaban custodiadas por estatuas monumentales de toros androcéfalos alados (y no de leones androcéfalos, como los encontrados en Nimrud), que tenían una función protectora: representan a genios a los que los textos asirios se refieren como šēdu, lamassu o aladlammu. Estaban dispuestos en pares simétricos a ambos lados de las vías de acceso y soportaban la bóveda de las puertas. La entrada al patio XV, el salón del trono y el patio III tenían dos pares, porque se consideraban los puntos más importantes del palacio. Como ya se ha mencionado, su ejecución en bloques de una sola piedra y su transporte a la ciudad desde las canteras fue muy seguido por el rey, que obviamente tomó un interés especial en estas estatuas. Todos están hechos en las mismas proporciones, con la misma ejecución: cabeza humana, cuerpo en altorrelieve con barba, alas y piel finamente tallada. Sin embargo, las dimensiones varían: entre 3,5 y 5,8 metros de alto y alrededor de 1,3 metros de ancho.
La eficacia mágica de los toros alados se vio reforzada por la presencia de bajorrelieves con una función simbólica, que representaban genios alados, genios con cabeza de pájaro y también héroes domando a un león, árboles estilizados. Las esculturas que representaban al soberano acompañado de dignatarios se asociaban a menudo con ellos.
Sobre la imagen de los palacios neoasirios y su simbolismo, véase Sence, G. (2014). Les bas-reliefs des palais assyriens, Portraits de rois du Ier millénaire av. J.-C. (en francés). Rennes.
Benoit, 2003, p. 395.
Albenda, 1986, pp. 226-230
Tributarios conduciendo caballos, tal vez de Media o del país de Mushki. Bajorrelieve del corredor 10. Daderot. CC0. Original file (4,665 × 3,276 pixels, file size: 10.27 MB). (Oriental Institute Museum, University of Chicago.)
Los bajorrelieves de este tipo se tallaron en ortostatos de alabastro yesoso, originalmente coloreados (algunos han conservado rastros de pigmentos). Se encontraron en varias salas y patios del palacio, respondiendo a un preciso programa iconográfico, político y religioso desarrollado a menudo a lo largo de varios metros de altura. En algunos casos se dividen en dos registros de 1,20 m separados por bandas inscritas de unos 60 cm, y el conjunto se eleva hasta una altura de 3 metros. Entre las escenas narrativas representadas se encuentran las del patio VIII o Patio de Honor, que pretenden simbolizar la dominación de Asiria sobre los pueblos del imperio, incluyendo una serie que muestra barcos que transportan madera, comúnmente identificada como procedente de Fenicia y que, por lo tanto, llevan cedros del Líbano (posiblemente para la construcción del palacio). El corredor 10 muestra a los afluentes trayendo regalos, incluyendo caballos. Las victorias y el poder de Sargón II se recuerdan así a los visitantes que han venido a rendirle homenaje. En la misma línea, entre los bajorrelieves que se han perdido se encuentran relatos de guerra, como el saqueo del templo de Musasir que tuvo lugar en el año 714. Las escenas de caza reflejan la misma ideología guerrera y la afirmación de la dominación del rey sobre las fuerzas del mundo salvaje. Las escenas de la entrada del palacio (fachada L), junto con las esculturas de genios y toros alados, representaban una procesión de dignatarios y sirvientes que llevaban tesoros para el rey, representados acompañados por el príncipe heredero.
León alado androcéfalo de Nimrud. Gryffindor. Original en el Museo de Berlín. Dominio público. Original file (1,948 × 2,104 pixels, file size: 1.97 MB).
Las estatuas y bajorrelieves contienen numerosas inscripciones conmemorativas relacionadas con la construcción de la ciudad y los éxitos militares de Sargón II. Están grabadas en la cara de las esculturas, visibles para la gente del palacio, pero también en su reverso, probablemente para ser leídas por los poderes invisibles cuya bendición fue invocada para el rey y el palacio.
En las paredes que contienen los bajorrelieves también se han encontrado pinturas sobre ladrillos, generalmente situadas encima de las esculturas y que se encuentran en estado fragmentario; es el caso, por ejemplo, de la sala XII, identificada como baño, donde los frisos están compuestos por pequeños (unos diez centímetros) motivos hexagonales y circulares, así como por rosetas; en el salón del trono también se han encontrado motivos lineales, y es posible que los fragmentos hayan representado figuras, pero demasiado deteriorados para ser exactos. Ladrillos de color decoraban las puertas, bóvedas y ventanas, añadiendo a la riqueza de la decoración del palacio.
Referencias:
- Villard, P. (mayo de 1992). «Texte et image dans les bas-reliefs dans Fastes des palais assyriens : Au nouvel empire». Les dossiers d’archéologie (en francés) (171): 32-37.
- Albenda, P. (2005). Ornamental Wall Painting in the Art of the Assyrian Empire (en inglés). Leyde y Boston. pp. 21-24.
Genio alado dando una bendición., delante un árbol sagrado. Bajorrelieve del edificio aislado (bit hilani ?) de la terraza del palacio. Marie-Lan Nguyen (2006). Genie with a poppy flower. Relief from the Palace of king Sargon II at Dur Sharrukin in Assyria (now Khorsabad in Iraq), 716–713 BC. Dominio público. Original file (1,280 × 1,800 pixels, file size: 1.47 MB).
Las estatuas y bajorrelieves contienen numerosas inscripciones conmemorativas relacionadas con la construcción de la ciudad y los éxitos militares de Sargón II. Están grabadas en la cara de las esculturas, visibles para la gente del palacio, pero también en su reverso, probablemente para ser leídas por los poderes invisibles cuya bendición fue invocada para el rey y el palacio.
En las paredes que contienen los bajorrelieves también se han encontrado pinturas sobre ladrillos, generalmente situadas encima de las esculturas y que se encuentran en estado fragmentario; es el caso, por ejemplo, de la sala XII, identificada como baño, donde los frisos están compuestos por pequeños (unos diez centímetros) motivos hexagonales y circulares, así como por rosetas; en el salón del trono también se han encontrado motivos lineales, y es posible que los fragmentos hayan representado figuras, pero demasiado deteriorados para ser exactos. Ladrillos de color decoraban las puertas, bóvedas y ventanas, añadiendo a la riqueza de la decoración del palacio.
- Villard, P. (mayo de 1992). «Texte et image dans les bas-reliefs dans Fastes des palais assyriens : Au nouvel empire». Les dossiers d’archéologie (en francés) (171): 32-37.
- Albenda, P. (2005). Ornamental Wall Painting in the Art of the Assyrian Empire (en inglés). Leyde y Boston. pp. 21-24.
Templos de la terraza palacial
Los templos de la terraza palacial, que Victor Place había identificado como un «harén» pero cuya verdadera naturaleza ha sido probada por las excavaciones americanas, ocupan su flanco sur. Consisten en seis santuarios agrupados alrededor de tres patios y tres edificios principales. La circulación se organizó en torno al patio más grande, el patio XXX, al que se accedía desde el palacio a través de salas conectadas al patio XV. El patio XXX conducía a otros dos patios, el XXXI al sur y el XXVII al oeste, desde los que se accedía a las distintas salas de los santuarios. Se abrió el patio XXVII sobre los lugares de culto de Sîn, Shamash, Adad, Ninurta y Enki. Los dos primeros tenían varias habitaciones y una disposición característica de un templo: una ante-celda barlongada que se abría a una celda oblonga con un podio al fondo, enmarcada por habitaciones laterales y largos pasillos. Las otras tres eran capillas bastante aisladas: el templo de Ninurta solo tiene una habitación anexa, las de Adad y Enki ninguna. El patio XXXI conducía al templo de Ningal, de aspecto similar en apariencia a los de Sin y Shamash.
Se había erigido un zigurat lejos de este complejo hacia el oeste y explorado por Place, quien lo identificó como un observatorio. Según sus planos, que fueron criticados,tenía una base cuadrada con 43 metros de lado y una elevación helicoidal, con pisos de unos 6 metros de altura, cada uno de ellos coloreado en un color particular (blanco, negro, rojo y azul para los cuatro que se conservaban en ese momento).
- J. Margueron, « Sanctuaires sémitiques », dans Supplément au Dictionnaire de la Bible fasc. 64 B-65, 1991, col. 1200 (en francés).
- L. Battini, « À propos des temples de Sin, Shamash et Ningal à Dur-Sharrukin : Analyse d’un dispositif planimétrique typique des temples, utilisé en Mésopotamie aux IIe et I.er mill. avant J.-C. », dans P. Butterlin, M. Lebeau et P. Béatrice (dir.), Les espaces syro-mésopotamiens, Dimensions de l’expérience humaine au Proche-Orient ancien, Volume d’hommage offert à Jean-Claude Margueron, Turnhout, 2006, pp.169-176 (en francés).
- J. Margueron, « Le palais de Sargon : réflexions préliminaires à une étude architecturale », en Fontan (dir.), 1994, p. 190-193. Contra (en alemán) A. Kose, « Die Wendelrampe der Ziqqurrat von Dur-Šarrukin: keine Phantasie vom Zeichentisch », denBaghdader Mitteilungen 30, 1999, pp. 115-137.
Los templos de la terraza palacial, según los registros de las excavaciones de Victor Place. The original uploader was Denis Drouillet de Wikipedia en francés. CC BY-SA 3.0.
Los otros edificios de la ciudadela
El sector inferior de la acrópolis artificial, rodeado por una muralla interior que protege un área de unos 650 × 300 metros, incluye cuatro pequeños palacios y el templo de Nabu. Su posición bajo el área del palacio real indica arquitectónicamente la dependencia de los dignatarios que residían allí del soberano. Estos edificios fueron explorados durante las excavaciones americanas.
Estatua de una deidad protectora con un vaso que mana, proveniente del templo de Nabu. Museo del Instituto Oriental de Chicago. CC0. Original file (3,648 × 5,472 pixels, file size: 10.71 MB)-.
Daderot – Trabajo propio
Exhibit in the Oriental Institute Museum, University of Chicago, Chicago, Illinois, USA. This work is old enough so that it is in the public domain. Photography was permitted in the museum without restriction.
Nabu (en siríaco clásico: ܢܒܘ) es el dios que guía la escritura, adorado por los babilonios como el hijo de Marduk y de su esposa Zarpanitum, y como el nieto de Enki. La esposa de Nabu fue Tasmetu.
Originalmente, Nabu fue una deidad semítica occidental, introducida por los amorreos en Mesopotamia, probablemente al mismo tiempo que Marduk. Mientras que Marduk se convirtió en la divinidad principal de Babilonia, Nabu residía en la cercana Borsippa, en su templo de E-zida. Fue llamado primero «escriba y ministro de Marduk», y luego asimilado como el hijo bienamado de Marduk. Durante el Festival de Año Nuevo de Babilonia, la estatua de culto de Nabu era transportada de Borsippa a Babilonia junto con la de su padre Marduk.
A Nabu se le asigna el puesto de patrón de los escribas, tomado de la Diosa Nisaba de la mitología caldea. Sus símbolos son la tablilla con los útiles de escritura. Lleva un gorro con cuernos y está en pie con las manos juntas, en el gesto sacerdotal antiguo. Cabalga sobre un dragón alado (mušhuššu) que inicialmente fue de Marduk.
Su poder sobre la existencia humana es inmenso, porque Nabu es quien escribe el destino de cada persona, tal y como los dioses han decidido, en las tablillas de los registros sagrados. Por tanto, tiene el poder de aumentar o disminuir según su voluntad la duración de la vida de las personas.
Pequeños palacios
Los cuatro pequeños edificios palaciales, los edificios J, K, L y M en nombre de los excavadores, situados al pie de la terraza palaciega, siguen un plan modelado en el del palacio real y estaban destinados a altos dignatarios del imperio asirio. K y L, que han sido objeto de más excavaciones, son bien conocidos, mientras que los otros dos han sido poco exploradas y por lo tanto siguen siendo muy poco conocidos.
El Palacio L es el más grande, organizado alrededor de dos patios descentrados. Una inscripción que se ha descubierto allí indica que era la residencia del visir Sîn-aha-usur, el hermano de Sargón II. La parte norte del edificio estaba dedicada a la administración de esta figura. Un espacio al sur del edificio, originalmente cobijado bajo un pórtico y con suelo pavimentado, puede haber servido como mercado.
El palacio K está situado cerca del palacio. Sus dimensiones son 140 × 110 metros y está organizado alrededor de dos patios, que parecen articular una separación de espacio entre la administración y las viviendas, como en el palacio real. Su ocupante es desconocido. En la zona de recepción del centro del patio se han colocado pinturas murales, que originalmente debían elevarse unos 12 metros, divididas en seis registros. Los frisos consisten en motivos geométricos, rosetas y animales. Una escena representaba al soberano rindiendo homenaje a una deidad, y otras representaban genios similares a los de los bajorrelieves del palacio real
- L. Bachelot, « Les petits palais de Dour Sharroukin », en Dossier archéologie HS 4, 1994, p. 57-58
- Albenda, P. Ornamental Wall Painting in the Art of the Assyrian Empire (en inglés). Leyde y Boston, 2005. pp. 24-25.
- Robson, E. (2015). «Nabu, god of wisdom». Nimrud: Materialities of Assyrian Knowledge Production, The Nimrud Project at Oracc.org (en inglés). Consultado el 11 de febrero de 2020..
- L. Bachelot, « Le temple de Nabou », dans Dossier archéologie HS 4, 1994, p. 61.
Entrance gateway, Palace of Khorsabad. Illustration from 1911 Encyclopædia Britannica, article Architecture. Encyclopædia Britannica, 1911. Public Domain.
Templo de Nabu
El templo de Nabu (edificio H) es el mayor templo aislado excavado en Dur-Sharrukin. Está dedicado a una de las deidades de la sabiduría, una de las más veneradas bajo los últimos gobernantes neoasirios, y específicamente por Sargón II. Se encuentra justo al sur de la terraza del palacio en su plataforma de 5 metros de altura, cerca de la rampa que lleva a la puerta del palacio. Con unas dimensiones de 132 × 85 metros y 45 habitaciones, se organiza en torno a dos patios sucesivos. Las habitaciones adyacentes incluyen alojamiento y áreas administrativas. La celda del templo está precedida por un vestíbulo. Su suelo está pavimentado, y tiene un podio y un nicho que se suponía que albergaba la estatua de culto de su dios principal. Está junto a otra habitación que iba a ser la celda de su padre, Tasmetu. Algunas de las paredes interiores fueron pintadas, otras exteriores fueron decoradas con ladrillos vidriados.
Palacio F
Construido como el palacio sobre la muralla, de la que sobresale tanto por dentro como por fuera, y en una terraza elevada de 770 m², el Palacio F fue parcialmente explorado por equipos de la Universidad de Chicago. Se ha propuesto que sea el palacio del príncipe heredero, pero es probable que haya un arsenal (ekal māšarti, «palacio de la revista (militar)»), por analogía con edificios similares que también fueron aislados por una muralla en Kalkhu y Nínive. Incluía un palacio real al que se entraba por el noreste hacia un gran patio. Este patio se abría por un lado a través de una monumental puerta de tres entradas al salón del trono, y por otro lado a través de una puerta porticada a un área organizada alrededor de una gran terraza en la que se había erigido una unidad con varias salas de recepción.
Edificios de la ciudad baja
Ha habido pocas excavaciones en la parte baja de la ciudad. El edificio G, cerca del centro de la ciudad, fue explorado durante las excavaciones francesas. El edificio Z, una gran residencia palaciega, fue parcialmente excavado por el equipo americano. El equipo iraquí, el último en investigar el lugar, descubrió un templo cerca de la acrópolis, dedicado a las deidades llamadas Sebitti.
- Albenda, P. Ornamental Wall Painting in the Art of the Assyrian Empire (en inglés). Leyde y Boston, 2005. pp. 24-25.
- Robson, E. (2015). «Nabu, god of wisdom». Nimrud: Materialities of Assyrian Knowledge Production, The Nimrud Project at Oracc.org (en inglés). Consultado el 11 de febrero de 2020..
- L. Bachelot, « Le temple de Nabou », dans Dossier archéologie HS 4, 1994, p. 61
- Frame, 1997, pp. 296-297.
- M. Sauvage, « La ville-forteresse de Khorsabad », en Dossier archéologie HS 4, 1994, p. 48
- Frame, 1997, p. 297.
Bibliografía
Introducciones sobre Dur-Sharrukin
- Frame, Grant (1997). «Khorsabad». En Meyers (dir.), Eric M., ed. Oxford Encyclopaedia of Archaeology in the Ancient Near East (en inglés) 3. Oxford y Nueva York: Oxford University Press. pp. 295-298. OEANE.
- Battini, Laura; Villard, Pierre (2001). «Dûr-Šarrukîn». En Joannès (dir.), F., ed. Dictionnaire de la civilisation mésopotamienne (en francés) (París): 248-251. DICO.
- Benoit, Agnès (2003). Art et archéologie : les civilisations du Proche-Orient ancien. Manuels de l’école du Louvre (en francés). París: Réunion des musées nationaux et du Grand Palais des Champs-Élysées. pp. 391-401. BEN.
- Albenda, Pauline (2003). «Dur-Sharrukin, the royal city of Sargon II, King of Assyria». Bulletin of the Canadian Society for Mesopotamian Studies (en inglés) 38: 5-13. ALB2. Consultado el 11 de febrero de 2020.
- Blocher, Felix (1997). «Eine Hauptstadt zieht um». Das Altertum (en alemán) (43): 21-43. BLO.
Informes de excavaciones
- Paul-Émile Botta y Eugène Flandin, Monument de Ninive, en 5 volúmenes, París, (1849-1850) (en francés).
- Victor Place y Félix Thomas, Ninive et l’Assyrie, en 3 volúmenes, París, (1867-1970) (en francés).
- Frankfort, Henri; Loud, Gordon; Jacobsen, Thorkild (1936). «Khorsabad I : Excavations in the Palace and at the City Gate». Oriental Institute Publications (en inglés) (Chicago) (38).
- Loud, Gordon; Altman, Charles B. (1938). «Khorsabad II : the Citadel and the Town». Oriental Institute Publications (en inglés) (Chicago) (40).
- Safar, Fuad (1957). «The Temple of Sibitti at Khorsabad». Sumer (en inglés) (13): 219-221. SAF.
Estudios sobre Jorsabad
- Fontan, Élisabeth; Chevalier, Nicole (1994). De Khorsabad à Paris: la découverte des Assyriens. Notes et documents des Musées de France (en francés). Réunion des musées nationaux. ISBN 2-7118-2864-6. PAR.
- Caubet, Annie (1995). Khorsabad, le palais de Sargon II, roi d’Assyrie. Louvre conférences et colloques (en francés). actes du colloque organisé au musée du Louvre les 21 et 22 janvier 1994. La Documentation française. ISBN 2-11-003416-5. COL.
- Albenda, Pauline (1986). The Palace of Sargon, King of Assyria: Monumental wall reliefs at Dur-Sharrukin, from original drawings made at the time of their discovery in 1843-1844 by Botta and Flandin. Synthèse C.N.R.S. (en inglés y francés) (22). París: Éditions Recherche sur les civilisations. ALB.
- Khorsabad: Capitale de Sargon II. Les dossiers d’archéologie hors-série n°4 (en francés). Dijon. 1994. DA.
Textos
- Lackenbacher, Sylvie (1990). Le palais sans rival : Le récit de construction en Assyrie (en francés). París: La Découverte. ISBN 2-7071-1972-5. LAC.
- Fuchs, Andreas (1993). Die Inschriften Sargons II. aus Khorsabad (en alemán). Göttingen: Cuvillier verl. ISBN 978-3-930340-42-2. FUC.
- Parpola, Simo (1987). «Letters from Assyria and the West». The correspondance of Sargon II part I. States Archives of Assyria (en inglés) (Helsinki: Helsinki University Press) (1). SAA1.
Esta obra contiene una traducción total derivada de «Dur-Sharrukin» de Wikipedia en francés, concretamente de esta versión, publicada por sus editores bajo la Licencia de documentación libre de GNU y la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Murallas de Nínive. Entada Norte. en:User:Fredarch. CC BY-SA 3.0.
Nínive
Nínive (acadio: 𒌷𒉌𒉡𒀀 Ninua, siríaco:ܢܝܼܢܘܹܐ Nīnwē, hebreo: נינוה Nynwe, árabe:نَيْنَوَىٰ Naynawā) fue la capital y ciudad más grande del Imperio neoasirio, dentro de la actual Mosul en Irak, descrita en el Libro de Jonás como «ciudad grande sobremanera, de tres días de recorrido». Se encuentra en la orilla oriental del Tigris, se extendía a lo largo de 5 kilómetros, con una anchura media de 2 kilómetros, desde el río hasta las colinas del este. Toda esta área es, en la actualidad, una inmensa zona de ruinas.
Esta ciudad asiria fue una de las cuatro capitales del imperio, junto a Assur, Dur Sharrukin y Nimrud, y llegó a ser la más grande del mundo durante aproximadamente cincuenta años hasta el año 612 a. C. cuando, después de un amargo período de guerra civil, fue saqueada por una coalición de sus antiguos pueblos súbditos, incluidos los babilonios, medos, persas, escitas y cimerios.
Situada en la confluencia de los ríos Tigris y Josr, Nínive fue un importante punto de paso de las rutas comerciales que cruzaban el Tigris. Ocupaba una posición central en las rutas entre el Mediterráneo y el Índico, uniendo así Oriente y Occidente, recibiendo influencias y riqueza de muchos lugares. Llegó a convertirse en una de las más grandes ciudades de la Antigüedad.
Las ruinas de Nínive se encuentran en las inmediaciones de la actual Mosul, en Irak, que quedó en ruinas debido a la ocupación del Estado Islámico. Nínive fue construida en su momento por el personaje bíblico Nemrod o Ninus, quien se la dedicó a Semiramis, para honrarla por su alianza y conquistar Medio Oriente y Egipto, y tenía como iconos leones a su entrada, que eran el símbolo con que se describía a sí misma en aquellos años, por su fiereza y crueldad hacia sus enemigos.
- «نينوى». أطلس الحكمة (en árabe). 26 de abril de 2021. Consultado el 27 de abril de 2021.
- Jonás 3:3
- «Auge y decadencia de Nínive: la joya de la corona del antiguo Imperio asirio». Consultado el 8 de marzo de 2019.
Plano simplificado de Nínive en el siglo VII a. C. Fredarch (talk) – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
Nínive se menciona en varios textos de la Antigüedad, que fueron leídos en siglos posteriores y han conservado el recuerdo del Imperio asirio y de su última capital. Es mencionada por varios escritores griegos y romanos que la recordaron como la capital del gran imperio asirio, pero la describen poco en comparación con Babilonia, y luego cayó en el olvido y fue referida como un campo de ruinas por Luciano de Samosata. Existe cierta confusión en cuanto a su ubicación exacta: Ctesias de Cnido la confunde con Babilonia situándola en el Éufrates, otros autores (Estrabón, Plinio el Viejo, Ptolomeo) la sitúan en el Tigris pero unas veces en la orilla izquierda y otras en la derecha, lo que demuestra el hecho de que a menudo están informados de forma imprecisa. Los relatos sobre Nínive de los antiguos autores griegos y romanos se basan generalmente en lo que Ctesias relató en su Historia del Imperio Asirio. Nínive debe su nombre a su fundador, el legendario gobernante Nino, primer rey asirio y conquistador de muchas tierras. El otro gran momento de la historia de la ciudad fue su destrucción por los medos y los babilonios llevaron al tirano Sardanápalo al suicidio prendiendo fuego a su palacio tras entrar en la ciudad provocando una inundación. Este relato se basa aparentemente en una confusión entre la caída de Babilonia en 648 a. C. y la de Nínive en 612 a. C..
En la Biblia hebrea y cristiana, Nínive fue fundada por Nimrod. Como los asirios habían dominado los reinos de Israel y Judá, su imagen era negativa. Los libros de Nahum y Sofonías profetizan y describen su destrucción. El Libro de Jonás está ambientado en Nínive: Jonás consigue, muy a su pesar, que esta gran ciudad de pecadores haga penitencia. Como este texto fue escrito mucho después de la caída de la ciudad, no contiene datos históricos fiables sobre ella. La historia de Jonás en Nínive tuvo un gran éxito, repitiéndose en los Evangelios de Mateo y Lucas; se convirtió en el texto con el que más se asocia Nínive en la tradición judía, cristiana y luego musulmana. De hecho, una comunidad cristiana local erigió en la colina un lugar de culto dedicado a Jonás, que más tarde tomó el nombre del profeta, Nebi Yunus.
Más cerca del lugar, los autores árabes medievales mencionan la ubicación de la antigua Nínive. Las historias que cuentan sobre su pasado están tomadas de autores griegos y sobre todo de la Biblia, ya que para ellos esta ciudad es sobre todo el lugar al que llegó Jonás (Yunus) en su misión de conversión. La ubicación de Nínive es bien conocida por los geógrafos medievales (Ibn Hawqal y Al-Maqdisi, por ejemplo), gracias a la mezquita que se alza en lo que hoy es Nebi Yunus (entonces llamada Tall al-Tawba, la Colina del Arrepentimiento). Según la leyenda local, el pez gigante que llevó a Yunus hasta allí está enterrado en el lugar. Sobre esta base, algunos viajeros europeos medievales y modernos (Benjamin de Tudèle en el XII, Carsten Niebuhr en el XVIII) pudieron localizar las ruinas de Nínive.
- «نينوى». أطلس الحكمة (en árabe). 26 de abril de 2021. Consultado el 27 de abril de 2021.
- Jonás 3:3
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Impresión artística de los palacios asirios de «Los monumentos de Nínive» por Sir Austen Henry Layard, 1853. – British Museum. Artist’s impression of Assyrian palaces, from a sketch by James Fergusson (1808–1886). Dominio público. Original file (1,960 × 1,153 pixels, file size: 2.68 MB).
Arqueología de Nínive
En la actualidad, el emplazamiento de Nínive se encuentra señalado por dos grandes montículos, llamados Kouyunjik y Nebi Yunus («Profeta Jonás») así como por los restos de su muralla (una circunferencia de unos 12 km). El primer montículo (Kouyunjik) ha sido explorado en profundidad. Sin embargo, en el otro montículo no se han hecho demasiadas excavaciones debido a la presencia de un santuario musulmán dedicado al profeta Jonás en ese lugar.
En el siglo XIX, el cónsul francés en Mosul empezó a buscar en los grandes montículos que había en la otra orilla del río. Los trabajadores árabes que empleó en esas excavaciones, para su sorpresa, llegaron a una edificación en el montículo de Khorsabad. Investigaciones posteriores del edificio demostraron que se trataba del palacio real de Sargón II, en el cual se exploró en profundidad en busca de esculturas y otras reliquias.
En 1847 el joven aventurero británico sir Austen Henry Layard exploró las ruinas con método científico. En el montículo Kouyunjik redescubrió el palacio de Senaquerib, que tenía 71 habitaciones y magníficos bajorrelieves. También desenterró el palacio y la famosa biblioteca de Asurbanipal que contenía 22 000 tablillas. El estudio de la arqueología de Nínive reveló el poder y la gloria de la antigua Asiria durante los reinados de Esarhaddon (681-669 a. C.) y Asurbanipal (669-626 a. C.). En esta primera excavación, el alcalde de Kuyunyik envió una carta a los arqueólogos que intervinieron.
Los trabajos de exploración los siguieron Botta, George Smith y otros, en los montículos de Nebi Yunus, Nimrud, Kouyunjik y Khorsabad, y numerosos objetos asirios fueron exhumados y trasladados a museos europeos. Se descubrieron multitud de palacios, con sus decoraciones y losas esculpidas, revelando la vida y costumbres de este antiguo pueblo, sus formas de guerra y paz, de religión, el estilo de su arquitectura y la grandeza de sus monarcas. Las calles de la ciudad han sido exploradas y se han descifrado las inscripciones en los ladrillos, tablillas y figuras esculpidas. Con ello, los secretos de su historia han podido ser revelados.
Complejo Kukunjik. Zunkir. Plano del tell de Quyunjiq, en Nínive, con los principales edificios marcados en rojo y los contornos del tell en naranja. Adaptado de R. Campbell Thompson, «The Buildings on Quyunjiq, the Larger Mound of Nineveh», en Iraq, Vol. 1, No. 1, 1934, p. 97, y J. Malcolm Russell, Sennacherib’s Palace Without Rival at Nineveh, Chicago, The University of Chicago Press, 1991, fig. 44. CC BY-SA 4.0.
El más importante de los descubrimientos fue la biblioteca de Asurbanipal. Contenía unas diez mil tablillas en escritura cuneiforme en las que se describía la historia, leyes y religión de Asiria. Esto hace que sea uno de los mayores tesoros de la literatura del mundo antiguo. La biblioteca contenía también antiguos documentos acadios, que son los documentos existentes más antiguos jamás encontrados, probablemente de la época de Sargón de Acad.
En algunas de las tablillas se hace mención al posible uso de algo similar al Tornillo de Arquímedes para elevar agua, junto a otras tablillas que mencionan jardines. Eso llevaría a la hipótesis de Nínive como un posible emplazamiento de los míticos Jardines colgantes de Babilonia.
- Layard, Austen Henry (1853). «XX». Discoveries in the Ruins of Nineveh and Babylon: With Travels in Armenia, Kurdistan and the Desert: Being the Result of a Second Expedition Undertaken for the Trustees of the British Museum (en inglés). Londres: G.P. Putnam and Company. p. 401.
- Liverani, Mario (2008). El antiguo Oriente: historia, sociedad y economía (Juan Vivanco, trad.) (3ª edición). Barcelona: Editorial Crítica. p. 8. ISBN 9788498923926.
- Oxford English Dictionary (en inglés) (3ra edición). Oxford: Oxford University Press. 2013.
La Puerta Mashki, perteneciente al Imperio Asirio, data aproximadamente del año 618 a. C. y se encontraba en la ciudad de Nínive, en la actual Irak. Esta puerta formaba parte de las murallas que protegían la ciudad y era una de las varias puertas monumentales del complejo de Nínive, que incluía importantes obras arquitectónicas y escultóricas.
Lamentablemente, fue destruida en 2016 por el grupo extremista ISIS, como parte de una campaña sistemática de demolición de patrimonio cultural en Irak y Siria. La destrucción de la puerta, junto con otros sitios históricos, representó una pérdida irreparable para la historia y la arqueología mundial. Desde entonces, ha habido iniciativas para documentar, preservar y, en algunos casos, reconstruir los restos de estos importantes sitios históricos. Mohamed albaroodi91. CC BY-SA 4.0
Devenir de Nínive
Nínive es mencionada por primera vez alrededor de 1800 a. C. como una ciudad con un templo dedicado a la diosa Ishtar, en buena parte responsable de la temprana importancia que adquirió la ciudad. Nínive también se menciona en la Biblia, como una ciudad edificada por Asur, que se separó del rey Nimrod, bisnieto de Noé, en el Génesis 10:7-11.
No hay demasiadas evidencias para decir que Nínive fuera totalmente reconstruida por los reyes asirios durante el segundo milenio a. C. Cuando el rey Senaquerib convirtió a Ninua, o Nínive en la capital del reino de Asiria a finales del siglo VIII a. C. (antes lo fue brevemente Dur Sharrukin), esta ya era un antiguo asentamiento. Los nombres de monarcas posteriores como Salmanasar I o Tiglath-Pileser I han aparecido en la acrópolis. Ambos fueron activos constructores en Assur, el primero de ellos fundó además Nimrud. Nínive tuvo que esperar hasta los neoasirios, después de la época del rey Asurnasirpal II, para alcanzar un desarrollo urbanístico mucho mayor. A partir de entonces, sucesivos monarcas mantuvieron y fundaron nuevos palacios, así como templos dedicados a Sin, Nergal, Inanna, Shamash, Ishtar y Nabu de Borsippa.
Fue el rey Senaquerib el que hizo de Nínive una ciudad realmente magnífica (700 a. C.). Diseñó amplias calles y plazas y construyó el famoso «palacio sin rival», de unos 200 por 210 metros, cuya planta ha sido reconstruida en gran parte. Este palacio tenía unas 80 habitaciones, muchas de ellas repletas de bajorrelieves en sus paredes. Gran parte de las tablillas de Nínive se encontraron aquí. Algunas de las principales entradas estaban flanqueadas por toros alados con cabeza humana. En ese tiempo el área total de Nínive ocupaba unos 7 km² y 15 grandes puertas permitían el paso de sus murallas. Un elaborado sistema de 18 canales llevaba el agua desde las colinas hasta Nínive. Se han encontrado también algunas partes de un magnífico acueducto erigido por el mismo rey en Jerwan, a unos 40 km de distancia.
El esplendor de Nínive fue efímero. Alrededor del 633 a. C. el Imperio asirio empezó a dar muestras de debilidad y los medos atacaron Nínive. Estos volvieron a atacar, esta vez junto a Babilonia y Susa, en 625 a. C.
En 612 a. C., nuevamente, babilonios y medos se volvieron a aliar para el asalto de la ciudad. El asedio duró tres meses, durante los cuales se emplearon todo tipo de tácticas, como desviar el curso del río Khosr o atacar a la vez por varios flancos para debilitar la defensa asiria. El ataque final se produjo por el cauce ya seco del río. Nínive cayó y fue arrasada hasta los cimientos. En los registros egipcios consta que el faraón Psamético I defendió la ciudad como aliado de los asirios, pero fue inevitable su caída. El imperio asirio llegó a su final cuando babilonios y medos se repartieron sus provincias.
Después de gobernar durante más de seis siglos, desde el Cáucaso y el Caspio hasta el Golfo Pérsico, y más allá del Tigris hasta Asia Menor y Egipto, la ciudad desapareció como si hubiese sido únicamente un sueño.
Anteriormente a las excavaciones del siglo XIX, los conocimientos sobre el gran Imperio asirio y su magnífica capital eran casi nulos. Vagos indicios conservados en la Biblia llevaban a los estudiosos occidentales a pensar en su poder y grandiosidad, pero definitivamente se sabía muy poco sobre Nínive. Otras grandes ciudades abandonadas, como Palmira, Persépolis o Tebas, dejaron tras de sí ruinas visibles que marcaban sus emplazamientos y mostraban su antiguo esplendor, pero de la imperial Nínive, incluso su extensión era una mera conjetura.
En la época del historiador griego Heródoto (400 a. C.), Nínive ya era parte del pasado. Cuando el historiador Jenofonte pasó por el lugar, en su obra Anábasis se ve que incluso el nombre de la ciudad había sido olvidado. Había desaparecido de la vista y nadie sabía de su importancia. Nunca más se levantó de sus ruinas.
En 2015, en un ataque terrorista por parte de integristas islámicos, se destruyeron o desfiguraron grandes estatuas del cercano lugar arqueológico de Hatra, declarado patrimonio mundial, así como artefactos únicos procedentes de varias excavaciones de la provincia de Nínive que se encontraban en el Museo de Mosul.
Las actividades y la sociedad urbanas
Las grandes ciudades asirias fueron el escenario de actividades específicas. Mientras que la mayoría de la población rural parece haber vivido en un régimen semi-autárquico, la de las ciudades participaría en los circuitos de intercambios más vastos, animados principalmente por el palacio. (208) Los campesinos tenían que entrar en contacto con las ciudades y los palacios provinciales principalmente para obtener artículos raros, incluido el metal, y para pagar sus impuestos. (209) Estos gravámenes y tributos drenaron muchos productos, incluidos los más lujosos, hacia los principales centros administrativos, en primer lugar hacia la capital. Del mismo modo, el comercio de larga distancia se utilizaba principalmente para llevar productos de lujo a las ciudades (ver más abajo).
El desarrollo de las instituciones palaciegas en las ciudades condujo a la instalación en estas de una población conformada por administradores, sirvientes palaciegos, comerciantes y numerosos artesanos. (194) Se estima que el personal de los palacios de Nínive en el reinado de Asurbanipal ascendía a 13 000 personas divididas entre sirvientes, cortesanos, escribas de la administración, sacerdotes o guardias. (210)
Los artesanos generalmente estaban empleados por el palacio. En el periodo neoasirio, trabajaban de acuerdo con el sistema llamado iškâru: el palacio suministraba la materia prima al artesano, que luego le devolvía el producto terminado. Los palacios concentraban los principales talleres de las ciudades, que a menudo eran de un tamaño reducido. (211) Se pudo identificar un barrio artesanal de ceramistas y herreros después de la prospección al noreste de Nínive, en particular gracias a los numerosos restos hallados de fragmentos de cerámica y hornos de cerámica, (212) pero todavía no se ha excavado ningún taller en una ciudad asiria. Se sabe por los textos que los arsenales militares en las capitales incluían talleres donde se fabricaban y reparaban las armas y el equipamiento militar. Los templos también empleaban artesanos, como el de Assur, en la ciudad del mismo nombre, que tenía un taller especializado en el trabajo de objetos para el culto, llamado bīt mummê. (213) Un estudio concerniente a un grupo de orfebres de este santuario sugirió la hipótesis de que podrían haber estado organizados en «gremios», un tipo de institución cuya existencia en la antigua Mesopotamia aún se debate. (214)
Los intercambios
Las modalidades de circulación de los productosLos movimientos de los productos de los que se tiene información en el período medio, y especialmente neoesirio, son, por encima de todo, de los gravámenes forzosos, resultantes de un equilibrio de poder: se trataría, pues, de intercambios no libres. Tomaron la forma de un tributo recaudado por el poder real asirio en tiempos de paz, o después de una guerra, y que se redirigían hacia el centro de Asiria. (215) El tributo era evaluado de acuerdo con las especialidades y las potencialidades de la región que debía pagarlo, lo que explica por qué cruza los circuitos comerciales. Concernía sobre todo a productos estratégicos como los árboles, y servía como una demostración de prestigio para el poder real.
Los intercambios libres, comerciales, están mal documentados en estos períodos, en comparación con los miles de tablillas paleoasirias de la correspondencia comercial de Kültepe. Los palacios y santuarios montaban expediciones comerciales. (216) El poder real podía detentar monopolios en el comercio de bienes estratégicos, como el del hierro o de los caballos. Las instituciones usaban a los mercaderes (tamkāru) en las expediciones que organizaban. (217) Estos comerciantes, cuyo estatuto exacto es debatido, también podían realizar actividades privadas, pero están poco documentadas, y no se puede saber cuál era la participación respectiva en el comercio de las grandes organizaciones y del comercio privado. Dependiendo del producto en cuestión, los actores y las modalidades de intercambio podían variar: para los cedros, solo el Estado parece haber estado capacitado para organizar la tala y el transporte del producto como parte del tributo; el palacio también parece ser el único en demandar el marfil; pero la mayoría de los productos podían transitar por los circuitos comerciales. Además, los movimientos de productos de larga distancia estaban reservados para una élite pequeña, independientemente de los medios por los que transitasen, y era a menudo el palacio o su entorno el que los captaba, con la posibilidad de redistribuirlos. Por lo tanto, la institución jugaba un papel importante en los intercambios locales, especialmente en la ciudad, porque el campo probablemente evolucionara hacia una situación de autarquía, salvo para obtener las herramientas necesarias que tenía que proporcionar el entorno del palacio. (218).
Figura histórica del rey asirio Asurbanipal, producida por el artista e historiador George S. Stuart y fotografiada por Peter d’Aprix.
Esta imagen, proveniente del archivo de la Galería de Figuras Históricas® de George S. Stuart (http://www.galleryhistoricalfigures.com), está disponible para todos los usos con la atribución adecuada. Cualquier derivado debe ser compartido de la misma manera. El contribuyente mharrsch es el webmaster del sitio de la galería. CC BY-SA 2.5.
Asurbanipal fue el último gran rey del Imperio Asirio, gobernando desde el 669 a.C. hasta su muerte en 627 a.C. Es conocido por sus conquistas militares, su ambición por expandir el imperio y su interés en la cultura, particularmente por ser un gran mecenas de las artes y las ciencias. Durante su reinado, Asurbanipal logró importantes victorias sobre los elamitas y otros pueblos, consolidando el poder asirio.
Además, Asurbanipal es célebre por haber acumulado una vasta biblioteca en su palacio de Nínive, que contenía miles de tablillas cuneiformes y textos sumerios, babilónicos y asirios. Su legado cultural ha sido esencial para la preservación del conocimiento de la época. Sin embargo, a pesar de sus logros, el reinado de Asurbanipal también marcó el inicio de la decadencia del imperio asirio, que terminaría cayendo poco después de su muerte.
Los circuitos de intercambios
Varios pueblos estaba muy activos en los intercambios de larga distancia en el milenio I a. C., en primer lugar los fenicios, y luego cada vez más los árabes, que establecieron rutas de caravanas a través de las áreas desérticas de Siria y de Arabia gracias a los dromedarios que lograban domesticar. Pero poco a poco casi todas las regiones se involucraron en el comercio de larga distancia, aunque los intercambios locales y regionales serían mayores en volumen pero están menos documentados. Muchos productos transitaron por las carreteras del Medio Oriente asirio, y solo se pueden saber algunos de los más importantes. (219) Entre las maderas, el cedro de las montañas del Líbano o de Siria era muy apreciado por el poder real y se importaban también la madera del ciprés o del boj. Se intercambiaron varios metales: cobre, estaño, oro, plata, hierro. Se debate su procedencia original: el estaño llegaría de Uzbekistán o de Irán; el oro, de Egipto o quizás de la India. Pero, de hecho, las regiones donde esos metales se intercambiaban mucho no eran aquellas de las que se extraían: el aprovisionamiento de estaño se hacía mucho en el Levante o en la Alta Mesopotamia. La cornalina, el lapislázuli y el alumbre eran apreciados por las instituciones y las élites. El marfil llegaría de los elefantes africanos, pero cada vez más de la India, y cada vez menos del elefante sirio que estaba desapareciendo ya en el milenio I a. C. Las áreas donde Asiria se abastecía de caballos estaban en el Irán actual, entre los medos, los persas, en Elam, o en Urartu, en Anatolia y el norte de Siria. Diferentes textiles, teñidos o no, también circularon. Entre los productos alimenticios, el vino se comercializaba a larga distancia, pero la mayoría de los productos perecederos transitaron más bien a nivel local o incluso regional.
«L. Fougerat: La peletería y la vestimenta de pieles en la antigüedad. Béranger, París 1914. Numerosas ilustraciones basadas en documentos auténticos por P. Savigny.» (Dominio Público).
Este es el título de un trabajo de investigación sobre el uso de pieles y pelajes en la vestimenta de las sociedades antiguas, acompañado de ilustraciones basadas en documentos históricos auténticos, probablemente para mostrar cómo estas prácticas eran parte de la vida cotidiana en diferentes culturas antiguas.
La cultura asiria
Asiria es parte de la antigua civilización mesopotámica, de la que ocupa la parte norte, y que domina en su totalidad durante los últimos días del período neoasirio. Se encuentran así en ella dos las características de esa civilización: la escritura cuneiforme, escrita en un dialecto del acadio, y una religión politeísta, pero dominada por la deidad tutelar del reino, el dios Assur: la práctica religiosa tenía lugar sobre todo en los lugares de culto urbanos bajo el patrocinio de los soberanos, y en la que los sacerdotes eran los principales eruditos, que disponían de bibliotecas que catalogaban gran parte del conocimiento de la antigua Mesopotamia. La cultura asiria presenta sin embargo algunas especificidades, en particular debidas a la herencia de las tradiciones de la Alta Mesopotamia —que eran distintas de las de la Baja Mesopotamia a pesar de la abrumadora influencia de esta última en todos los períodos—, y también a los préstamos crecientes de los pueblos sometidos por el reino asirio. Nada refleja mejor esta particularidad que el arte neoasirio, ilustración del poderío del reino, de las influencias exteriores que asimila, pero también de su capacidad de innovación.
La cultura de Asiria, que floreció en Mesopotamia entre los siglos XXV a.C. y VII a.C., es conocida por su impresionante poder militar, su arquitectura monumental y su contribución a la administración y la escritura. Asiria fue una de las civilizaciones más poderosas de la antigüedad, con un ejército altamente organizado y disciplinado. Sus conquistas se extendieron desde el noreste de Mesopotamia hasta Egipto y Anatolia. Los asirios son conocidos por sus tácticas de guerra, que incluían el uso de carros de guerra y el terror psicológico, así como por la devastación de las ciudades conquistadas.
Los asirios eran también conocidos por su arte monumental, en particular por sus relieves y esculturas. En palacios como los de Nínive y Kalhu (Nimrud), se encontraron enormes estatuas de animales míticos como los lamassu (toros alados con cabeza humana), que servían como guardianes simbólicos de las ciudades. Las murallas y puertas de estas ciudades estaban decoradas con escenas de victorias militares y cacerías de animales salvajes, que servían para reafirmar la autoridad del rey.
La escritura cuneiforme fue una de las grandes aportaciones de los asirios, utilizada principalmente para registrar leyes, victorias y transacciones comerciales. Asurbanipal, uno de los reyes más famosos de Asiria, es conocido por haber establecido una biblioteca en Nínive, que contenía miles de tablillas de arcilla con textos de diversas disciplinas, incluidos mitos, literatura épica (como la Epopeya de Gilgamesh), y ciencias. La religión asiria estaba centrada en un panteón de dioses, siendo el dios principal Ashur, quien representaba tanto la figura divina como la fuerza imperial de la nación. Las ciudades-estado asirias tenían templos dedicados a sus deidades, y los reyes eran considerados como representantes de los dioses en la Tierra, responsables de mantener el orden cósmico a través de sus conquistas y la construcción de templos.
Aunque Asiria es más conocida por su poder militar y político, también hubo avances en astronomía y matemáticas, especialmente en la observación de las estrellas y la creación de calendarios. Además, los asirios desarrollaron avanzados sistemas de canalización y sistemas hidráulicos para la agricultura.
En resumen, la cultura asiria fue una civilización altamente organizada, con un enfoque en la expansión territorial, la preservación de su poder a través de la cultura material y el control del conocimiento, mientras que su legado perdura hoy en los artefactos y textos descubiertos en sitios arqueológicos.
Oates, Joan. Babylon: A History. Thames & Hudson, 2003.
Dalley, Stephanie. The Legacy of the Assyrians. Oxford University Press, 2005.
Sanders, Donald. The Assyrian Empire: A Historical Interpretation. Cambridge University Press, 1987.
Lenguas y escrituras
La escritura cuneiforme en AsiriaArtículo principal: Cuneiforme
La escritura practicada en Asiria desde el comienzo del milenio II a. C. es la escritura cuneiforme, como en el resto de Mesopotamia y en el norte de Siria en ese momento. Su nombre deriva del hecho de que generalmente está inscrita con la ayuda de un cálamo de caña, cuyo extremo estaba biselado, sobre una tablilla de arcilla, lo que dejaba caracteres compuestos de incisiones en forma de «cuñas» (en latín, cuneus, de ahí su nombre). Esta escritura se transponía en otros soportes, en especial en piedra, que se utilizó para muchas inscripciones reales, o incluso en tablillas de cera cuyo contenido se ha perdido, ya que este material no sobrevive al paso del tiempo, pero del que hay constancia de su existencia por los restos de marcos hechos de materiales no perecederos. (220) Aunque estaba reservada para un pequeño segmento de la población, la práctica de la escritura y su comprensión no se limitaba a una sola élite, y más personas de lo que comúnmente se cree podían usarla. (221).
Inscripción real en cuneiforme sobre piedra, del período neoasirio con una grafía muy regularizada. Autor: Loveless. CC BY-SA 3.0.
La escritura cuneiforme es un sistema que combina fonogramas —signos que representan sonidos, generalmente una sílaba: [i], [tu], [šar], etc.— y logogramas —signos que significan algo—, que generalmente se califican de ideogramas —signos que significan una idea, incluso si son más que eso porque también se encuentran pictogramas que representan cosas concretas—.
Los logogramas son un legado de la era remota (en el milenio III a. C.) donde el sistema cuneiforme se usaba para señalar sobre todo el sumerio, un idioma que nunca se habló en Asiria, pero cuyos fundamentos debían ser dominados por la mayoría de los escribas que querían usar la escritura cuneiforme. Cada región que practicaba este sistema de escritura desarrolló sus propios hábitos en el valor otorgado a los signos, habiendo definido un corpus de signos comunes más o menos extendido, y una forma especial de representarlos, incluso si eso modificaba el sistema. También hay cambios en función del tiempo: el corpus del período paleoasirio es limitado en número (150 a 200), sobre todo porque tiene muy pocos ideogramas, favoreciendo la escritura fonética, y con signos sobrecargado de cuñas, (222) mientras que el período neoasirio muestra un número de signos creciente (unos 300) (223) con una grafía ya regularizada considerablemente.(224).
«Escritura cuneiforme asiria sobre la cabeza del rey.»
Este fragmento se refiere a una inscripción en escritura cuneiforme, que es un sistema de escritura usado por los antiguos sumerios, acadios, babilonios y asirios, comúnmente encontrada en monumentos, estelas o relieves que representan a reyes o figuras importantes de la antigüedad. La inscripción generalmente incluía detalles sobre los logros o las hazañas del rey, y a menudo se ubicaba sobre o cerca de la figura del monarca, como una forma de destacar su importancia y los eventos históricos asociados con su reinado. Autor: Austen Henry Layard 1817-1894 – aus Layards Buch «Discoveries Niniveh and Babylon». Public Domain.
La lengua asiria
Artículos principales: Idioma acadio e Idioma asirio.
La gran mayoría de los textos cuneiformes exhumados en Asiria transcriben la lengua «asiria», que es un dialecto del acadio, término con el que se designa la lengua del grupo occidental de las lenguas semíticas habladas en Mesopotamia en la Antigüedad. (225) La lengua asiria en general se opone al dialecto que se encuentra en las tablillas de la mitad meridional de Mesopotamia en la misma época, llamado «babilonio», siendo ambos conocidos por los textos de los milenios II y I a. C. Se distinguen tres fases de la lengua asiria, que corresponden a las tres principales fases de su historia: la paleoasiria o antiguo asirio (siglos XX-XVIII a. C.), la medioasiria (siglos XIV-XII a. C.) y la neoasiria (siglos X-VII a. C.). Si retoma las estructuras generales del acadio, la lengua asiria se diferencia de la babilonia en varios puntos: el subjuntivo está marcado por el sufijo -ni en lugar de -u, el wa- inicial se vuelve más y más como en u-, como en wardu/urdu (‘sirviente’), algunos aspectos gramaticales no se conjugan de la misma manera, etc. (226) El dialecto neoasirio estuvo cada vez más marcado por la influencia del arameo, lo que anticipa el hecho de que los asirios se estaban convirtiendo gradualmente en hablantes del arameo. En la mayoría de los textos literarios, los asirios utilizan sin embargo el «babilonio estándar», forma literaria del acadio desarrollado en Babilonia. (224)
Bajorrelieve neoasirio representando un escriba escribiendo en asirio cuneiforme sobre una tablilla de arcilla y otro escribiendo en arameo alfabético sobre un papiro o pergamino.
Desconocido – Marie-Lan Nguyen (User:Jastrow), 2007
Campaigning in southern Iraq: soldiers piling up booty. Stone, Assyria artwork, ca. 640-620 BC. From the South-West Palace in Nineveh, room XXVIII, panels 7-9. CC BY 2.5. Original file (2,800 × 2,000 pixels, file size: 3.4 MB).
La arameización de los asirios en el milenio I a. C.
Los primeros arameos aparecen en Jazira y en Asiria hacia el final del milenio II a. C., y constituyen una parte notable de la población de esas regiones al comienzo del milenio I a. C. Una vez que los reinos arameos fueron definitivamente eliminados después del reinado de Sargón II a fines del siglo VIII a. C., esa población se integró gradualmente: la administración real incluyó a más y más arameos, y hasta tenían miembros en la familia real con la reina Naqi’a (‘Zakutu’ en acadio); mientras, las deportaciones llevaban un mayor número de arameos a la Alta Mesopotamia y a la misma Asiria. Es de este fenómeno del que da testimonio El relato de Ahikar, un relato arameo escrito en el siglo VI a. C. y que narra los problemas de un arameo en la corte de Asarhaddón. Los resultados de esta evolución fueron la adopción gradual del arameo como la lingua franca del imperio, y el uso creciente de su escritura alfabética en la administración junto con la escritua cuneiforme tradicional asiria, como ilustran varias representaciones de dos escribas escribiendo uno en escritura cuneiforme en una tablilla y el otro en arameo en un pergamino. Puesto que el arameo era escrito en un material perecedero, esos registros han desaparecido, aunque se conocen algunas inscripciones en arameo en tabletas de arcilla. En el siglo VII a. C. se puede considerar que la lengua aramea ya estaba en una posición dominante: se llama a esta evolución «arameización» del Imperio. (227) Todo esto contribuyó a una homogeneización cultural del imperio asirio, dado que el arameo era el único idioma que tenía hablantes en cada parte del territorio dominado por los asirios. Esto explica por qué el arameo es subsecuentemente el lenguaje administrativo del Imperio persa aqueménida. Después de la caída del imperio asirio, Asiria se convirtió en un país donde la población hablaba en su mayoría o totalmente en arameo, lo que es el origen del hecho de que los aramófonos de la Alta Mesopotamia fuesen nombrados desde la Antigüedad «asirios» o «sirios» (hoy siríacos), derivando estos dos términos claramente de la palabra acadia aššurāiu utilizada para designar a los habitantes de Asiria. (228)
Religión
Artículo principal: Mitología asiria
Los dioses eran muy numerosos en todo el territorio de Asiria. Eran muy parecidos a los hombres en muchos aspectos, pero tenían una autoridad ilimitada. Era común a todos los pueblos de esta región el temor a los dioses. Asiria estaba llena de grandes templos donde los sacerdotes ofrecían sacrificios. Había siempre una construcción mayor, un templo que sobrepasaba en altura a los demás, con forma de torre escalonada; es lo que se conoce como zigurat. La religión en general en toda Asiria no era como la de Egipto, optimista y con esperanza en el más allá; por el contrario se vivía con un temor permanente y miedo a los espíritus malignos, y la muerte era muy temida pues el espíritu del hombre se marchaba a una penumbra eterna donde de ningún modo era feliz. (229)
En Asiria el dios principal era Assur, que dio nombre a la región, a la tribu y a una ciudad. El símbolo de Assur era el árbol de la vida, pues él era el dios de la vida vegetal. Más tarde cuando Asiria fue ya un imperio militar, Assur se convirtió en un dios guerrero y se le identificó con el Sol. Su símbolo fue entonces un disco con alas, el mismo que tenían los hititas y que a su vez habían recibido de Egipto. La diosa principal era Ishtar, diosa del amor, de la guerra y la fecundidad. Se le daban las advocaciones de «Primera entre los dioses», «Señora de los pueblos», y «Reina del cielo y la tierra» entre otras.
En la ciudad asiria de Nínive se encontraron unas listas pertenecientes a la biblioteca de Asurbanipal en que se podían contar hasta 2500 nombres de divinidades, entre las que había pequeñas deidades locales. Los dioses mayores que se adoraban en las ciudades eran: Anu dios del cielo, Enlil señor de los vientos y tempestades, Ea señor de las aguas. El dios-sol Shamash era señor de la luz que asegura la vida y permite juzgar las acciones humanas con claridad. Era por tanto el dios de la justicia. Marduk era un dios de Babilonia, pero fue adoptado y adorado en toda Mesopotamia. Llegó a ser un dios universal, dueño del mundo y primero entre los dioses.
Existían además unas criaturas al servicio de los dioses: los genios y los demonios que podían ser tanto benefactores como maléficos. Su misión era proteger o castigar a los hombres. Estos demonios cuando castigaban lo hacían de manera cruel y atormentadora. Podían golpear a los hombres convirtiéndose en fantasmas, hombres de la noche, devoradores de niños, etc.
Las principales deidades adoradas en Asiria fueron:
Adad (Hadad) – tormenta y dios de la lluvia. Adad (o Hadad) era el dios de la tormenta, la lluvia y los relámpagos en la mitología asiria y babilónica, y desempeñaba un papel crucial en la agricultura y la prosperidad de las tierras mesopotámicas. Como divinidad del clima, Adad tenía el poder de controlar las lluvias benéficas y las tormentas destructivas, lo que lo hacía fundamental para la vida económica y espiritual de las civilizaciones que lo veneraban. Adad también era conocido como «el rugidor» debido al trueno, y a menudo se lo representaba portando un rayo y montado en un toro, animal que simbolizaba fuerza y fertilidad. Aunque inicialmente asociado con Enlil (el dios del viento), Adad se convirtió en una figura más prominente en las religiones mesopotámicas posteriores. Su principal centro de culto estaba en la ciudad de Karkemish y su influencia se extendió desde Asiria hasta Siria. También compartía rasgos con Baal, otra deidad de la tormenta venerada en las culturas semíticas occidentales. Adad era crucial para la agricultura, ya que las lluvias controladas por él determinaban las cosechas en una región donde la irrigación era clave. Sin embargo, cuando estaba enojado o no era adecuadamente venerado, podía desatar tormentas y sequías devastadoras. En la Epopeya de Gilgamesh: Se menciona que Adad desata la tormenta en el diluvio universal. Adad no solo simbolizaba la lluvia y la fertilidad, sino también el poder destructivo del clima, mostrando cómo las fuerzas naturales se veneraban y temían en igual medida en la antigua Mesopotamia. Fue adorado aproximadamente del 3500 a. C. al 1750 a. C. en la antigua Mesopotamia. En 1772 a. C. Hammurabi construyó un trono para hacer culto a Adad
Anu o An – dios de los cielos y del cielo, señor de las constelaciones y padre de los dioses. El nombre deriva de sumero-acadio/ano, que significa cielo; Es considerado el padre de los grandes dioses. En las historias es mencionado como un padre, creador y dios, y se cree que era el ser supremo. (231). Anu (o An) es una de las deidades más antiguas y fundamentales del panteón mesopotámico. Era considerado el dios del cielo y el padre de los dioses en las culturas sumeria, acadia, babilónica y asiria. Su nombre significa literalmente «cielo», y su dominio abarcaba todo lo relacionado con las esferas celestiales y cósmicas. Su principal lugar de culto estaba en Uruk, en el templo llamado Éanna, que compartía con Inanna (o Ishtar), la diosa del amor y la guerra. En la Epopeya de Gilgamesh: Anu aparece como una figura importante en el conflicto entre Gilgamesh e Ishtar, enviando al Toro Celestial como castigo.
Dagan o Dagón – dios de la fertilidad. es una deidad importante en la antigua religión mesopotámica y semítica occidental, conocida principalmente como el dios de la agricultura, los cereales y la fertilidad. Su culto se originó en la región del Levante y se extendió a lo largo de Mesopotamia, incluyendo Asiria y Babilonia. Aunque no era específicamente una deidad exclusivamente asiria, su veneración fue adoptada y adaptada por los asirios como parte de su panteón.
Enki o Ea – dios del Abzu, artesanías, agua, inteligencia, travesura y creación y gobernante divino de la Tierra y sus humanos. Era representado como un hombre barbado con agua y peces fluyendo desde sus hombros, simbolizando su conexión con las aguas subterráneas y la fertilidad. Considerado el dios más sabio del panteón, Enki era el maestro de la magia, la escritura, el arte y las ciencias. Participó en muchos relatos mitológicos donde utiliza su ingenio para resolver problemas. Por ejemplo, en la Epopeya de Atrahasis, instruye a Atrahasis para construir un arca y salvarse del diluvio enviado por los dioses. Gobernaba las aguas dulces subterráneas que sustentaban la vida y eran esenciales para la agricultura.
Imagen del dios enki, portando sus simbolos caracteristicos el ave, la cabra y las corrientes de agua. Dominio Público.
Ereshkigal – diosa de Irkalla, el Inframundo. Ereshkigal es la diosa del inframundo en la mitología sumeria-acadia. Gobierna el inframundo junto a su consorte Nergal. Es hija de Anu y hermana de la diosa Ishtar, y era antaño una diosa celestial. Sin embargo, fue raptada por el dragón Kur y llevada al inframundo, donde pasó a ser la reina.
Mito sobre Nergal y Ereshkigal
Cuenta la leyenda que un día los dioses querían celebrar un banquete, pero para que se mantuviera el orden cósmico, los celestes (dioses del cielo), no podían bajar al Inframundo, ni los dioses del inframundo podían subir al cielo. Se decidió enviar a un mensajero para invitar a Ereshkigal, que no asistiría pero si enviaría un representante, que tomaría la comida divina que a ella le correspondía.
Ereshkigal eligió a Namtar, su ministro, para que estuviera en la celebración como su representante. Namtar, subió por la larga escalera al cielo y se presentó ante los dioses. Como representante de la gran diosa del mundo subterráneo los demás dioses se pusieron de pie ante él, y luego se arrodillaron para mostrarle su respeto. Sin embargo Nergal, se quedó sentado, pues Namtar, no era de su agrado.
Esto fue tomado como una ofensa, y Nergal debía ser castigado. Enki decidió defenderlo y Nergal, fue enviado al inframundo, para pedir a la diosa un perdón. Sin embargo, antes de partir, Enki le llamó y le dijo que no aceptara un asiento en el Mundo de los Muertos, ni comiera de sus alimentos ni tomara de sus bebidas, no se lavara los pies y, lo más importante, que se resistiera a la tentación de unirse con Ereshkigal, aun siendo ella tan hermosa.
Acompañado por siete escorpiones, representaciones de plagas, y cargando un trono hecho de madera, como presente para la diosa, Nergal llegó hasta el Inframundo, pasó por sus siete puertas y se presentó ante Ereshkigal. La diosa se sintió atraída por Nergal y le ofreció un asiento, que el dios rehusó. Luego le trajeron comida y bebida, pero también las rechazó. Luego se le ofreció lavarle los pies, pero también se negó. Entonces, Ereshkigal fue a bañarse y permitió que Nergal viera un instante su cuerpo; él quiso resistirse, pero cuando la bella diosa se dejó ver nuevamente, cedió.
Se amaron durante seis días, y el séptimo Nergal se levantó, alejándose sigilosamente de Ereshkigal, que estaba dormida, y atravesó las siete puertas del Inframundo para regresar al cielo. Cuando Ereshkigal despertó, descubrió la ausencia de su amante, y Namtar le informó sobre su partida. Al oír esta noticia, Ereshkigal, cayó de su trono y lloró con desesperación. Su fiel ministro se ofreció entonces para subir hasta el cielo y traer de vuelta a Nergal.
Namtar le busca pero no le reconoce, ya que Enki, con un conjuro había cambiado su apariencia. Namtar regresa con las manos vacías, diciendo que no había visto a Nergal, sino a un dios menor sin corona y que pestañeaba constantemente, lo cual era indigno de un dios importante. Ereshkigal se dio cuenta del truco, y enfurecida decidió amenazarles con enviar a todos los habitantes de su reino a la tierra, hasta que el número de los muertos superara al de los vivos.
Nergal se levantó y volvió al mundo inferior, rompió las siete puertas y llegó a los salones de Ereshkigal. La tomó por los cabellos y la alzó de su trono con furia, para decapitarla. Pero Ereshkigal le confesó su amor, y le ofreció compartir el mundo de los muertos como su consorte. Nergal aceptó, y desde entonces gobernaron juntos el inframundo.
Pato Literato: Divulgación Literaria (7 de junio de 2024), Los Reyes del Inframundo: Nergal y Ereshkigal [Mesopotamia].
Relieve La Reina de la Noche, que data del Antiguo Período Babilónico y se cree que representa a Ereshkigal o Ishtar. (1800 a.C). Ver mayor resolución: 1,536 × 2,048 pixels. Foto: Gennadii Saus i Segura. CC BY-SA 4.0.
Ishtar o Inanna /Astarte – Ishtar (en la tradición acadia y asiria) o Inanna (en la sumeria) es una de las diosas más prominentes de la antigua Mesopotamia. A menudo asociada con la fertilidad, el amor, la sexualidad y la guerra, su culto se extendió a través de múltiples civilizaciones, y su influencia perduró durante milenios. Inanna era su nombre sumerio, asociado con la mitología y cultura sumeria temprana. Se llamó Ishtar que fue un nombre acadio y asirio-babilónico. Pasó a denominarse Astarte, el cual es el equivalente en las culturas semíticas del Levante, asociada también con la fertilidad y la guerra.era considerada una diosa de la fertilidad y el deseo sexual. Promovía la procreación y era invocada para bendecir matrimonios y cultivos. También representaba el amor apasionado, pero no necesariamente el amor romántico. Se asociaba con la guerra y la violencia. Era una diosa de la batalla, invocada para asegurar la victoria militar. Ishtar/Inanna influyó en el desarrollo de otras deidades relacionadas con la fertilidad y el amor, como Afrodita en Grecia y Venus en Roma.
Astarté (en fenicio 𐤏𐤔𐤕𐤓𐤕 [ˁštrt] /ʾAshtarti/) es la asimilación fenicia-cananea de una diosa mesopotámica que los sumerios conocían como Inanna, los acadios, asirios y babilonios como Ishtar y los israelitas como Astarot.
Representaba el culto a la madre naturaleza, a la vida y a la fertilidad, así como la exaltación del amor y los placeres carnales. Con el tiempo, se tornó también en diosa de la guerra y recibió cultos sanguinarios y sexuales de sus devotos. Su culto se expandió con su faceta de Tanit, venerada especialmente en la ciudad de Cartago.
Estatuilla mesopotámica representando a Ishtar o posiblemente Astarté, siglo III-siglo II a. C. Marie-Lan Nguyen. Original file (1,150 × 2,750 pixels, file size: 2.21 MB). Museo del Louvre. Dominio Público.
Marduk – deidad patrona de Babilonia que finalmente llegó a ser considerada como la cabeza del panteón babilónico. Marduk es una de las principales deidades del panteón mesopotámico y, eventualmente, se convirtió en el dios supremo de Babilonia. Su ascenso al poder refleja tanto la evolución religiosa como la expansión política de la ciudad-estado de Babilonia en la antigua Mesopotamia. Marduk significa algo así como «hijo del sol». También se le conocía como Bel, que significa «Señor» en acadio. Se le otorgaron 50 nombres sagrados en el poema épico Enuma Elish, reflejando su poder y supremacía. Asociado con la justicia, el orden, la creación y la autoridad suprema. Representado como un dios guerrero y protector de la humanidad. Su símbolo principal era un dragón-serpiente conocido como el Mušḫuššu o «dragón-serpiente furiosa». A menudo se le representaba con un cetro y una daga o arma, símbolos de autoridad y poder. Originalmente, Marduk era un dios menor asociado con Babilonia, una ciudad secundaria en comparación con Ur, Uruk o Nippur. Con la llegada del rey Hammurabi (1792–1750 a.C.), Babilonia ascendió a la prominencia política, y Marduk comenzó a ser adorado como el dios principal. En los periodos posteriores, especialmente durante el reinado de Nabucodonosor II (siglo VI a.C.), Marduk se consolidó como la deidad suprema de Mesopotamia.
Marduk y su dragón, de un sello cilíndrico babilónico. Cuando esta ciudad se convirtió en el centro político de los estados unificados del valle de Éufrates en los tiempos de Hammurabi (siglo XVII a. C.), se levantó como cabeza del panteón de dioses babilónicos. Franz Heinrich Weißbach. Dominio público.
Nabu – dios de la sabiduría y la escritura.
Nabu (en siríaco clásico: ܢܒܘ) es el dios que guía la escritura, adorado por los babilonios como el hijo de Marduk y de su esposa Zarpanitum, y como el nieto de Enki. La esposa de Nabu fue Tasmetu.
Originalmente, Nabu fue una deidad semítica occidental, introducida por los amorreos en Mesopotamia, probablemente al mismo tiempo que Marduk. Mientras que Marduk se convirtió en la divinidad principal de Babilonia, Nabu residía en la cercana Borsippa, en su templo de E-zida. Fue llamado primero «escriba y ministro de Marduk», y luego asimilado como el hijo bienamado de Marduk. Durante el Festival de Año Nuevo de Babilonia, la estatua de culto de Nabu era transportada de Borsippa a Babilonia junto con la de su padre Marduk.
A Nabu se le asigna el puesto de patrón de los escribas, tomado de la Diosa Nisaba de la mitología caldea. Sus símbolos son la tablilla con los útiles de escritura. Lleva un gorro con cuernos y está en pie con las manos juntas, en el gesto sacerdotal antiguo. Cabalga sobre un dragón alado (mušhuššu) que inicialmente fue de Marduk.
Su poder sobre la existencia humana es inmenso, porque Nabu es quien escribe el destino de cada persona, tal y como los dioses han decidido, en las tablillas de los registros sagrados. Por tanto, tiene el poder de aumentar o disminuir según su voluntad la duración de la vida de las personas.
Nanshe – diosa de la profecía, la fertilidad y la pesca. En la mitología mesopotámica, Nanše o Nanshe fue diosa de los sueños y las profecías.Habitual con la práctica del arte de la oniromancia, podía interpretar sueños e intuir el futuro de las personas. Debido a su alta categoría como profetisa, se le consideraba capaz de ver el futuro de los seres humanos y de las deidades. Según las fuentes, Zaqar, el mensajero de los dioses, enviaba mensajes divinos a través de los sueños de Nanshe.
Diosa de pie, probablemente Nanshe. La acompañan dos gansos y sostiene un jarrón en la mano. Dos corrientes de agua y peces saliendo del barco. Detrás de la diosa (placa de terracota) se encuentran dos estrellas de seis puntas y dos discos solares. Tercera Dinastía de Ur. Desconocido – University Museum of Pennsylvania. Dominio público.
Los manantiales del inframundo estaban asociados con la profecía, y Nanshe tenía una conexión especial con los mismos. Al menos una vez al año, Nanshe también participaba como juez de los actos de cada persona.
Enseñó la habilidad de la interpretación de los sueños a los sacerdotes babilonios, los cuales aprendieron esto después de pasar por una prueba simbólica de muerte y resurrección. Se dice que protegía a los huérfanos, a las viudas y a los pobres. Su escriba jefa era Nidaba (cada composición escrita por un escriba terminaba con la oración «Alabada sea Nanshe»), su consorte era Haia, era hija de Enki y matrona de Enlil. Se la identifica con Lagash y su centro de culto era Sirar.,
Heimann, Sandra Bart (29 de septiembre de 2016). The Biography of Goddess Inanna; Indomitable Queen of Heaven, Earth and Almost Everything: Her Story Is Womens Story (en inglés). Balboa Press. p. 554. ISBN 9781504358231.
Leick, Gwendolyn (1991). A Dictionary of Ancient Near Eastern Mythology. Londres y Nueva York: Routledge. p. 199. ISBN 9780415198110.
Loar, Julie (2013). Diosas para Cada Día: La Sabiduría de lo Divino Femenino. Editorial Kairós. p. 459. ISBN 9788499881423.
Michael, Jordan. Enciclopedia de los dioses.
Nergal – dios de la plaga, la guerra y el sol en su capacidad destructiva; más tarde marido de Ereshkigal. Nergal, Nirgal o Erra es el dios sumerio-babilonio del inframundo y señor de los muertos, siendo también considerado como el aspecto siniestro del dios del sol Utu. Gobierna el inframundo junto a su consorte, Ereshkigal. Aparece como hijo de Enlil y Ninlil, y según la leyenda, fue engendrado cuando Enlil fue confinado a pasar una temporada en el inframundo por violar a Ninlil. Cuando Ninlil va a preguntar por Enlil (a la ciudad del inframundo). Asociado a la guerra y señor de las plagas y la enfermedad, solía aparecer portando una maza, una daga, hacha de guerra o arco y acompañado de escorpiones. Como otros dioses, se le asociaban toros y leones, como símbolo de su fuerza y poder. Se considera que las divinidades menores con orejas de toro que aparecen en el arte babilonio representarían a miembros de su séquito. Los estandartes de guerra también lo acompañaban, y los ejércitos asirios en particular, siempre se acompañaban de estos emblemas durante sus campañas.
Ninhursag o Mami, Belet-Ili, Ki, Ninmah, Nintu, o Aruru – diosa de la tierra y diosa madre.
Ninlil – diosa del aire; consorte de Enlil.
Ninurta – campeón de los dioses, el epítome del vigor juvenil y dios de la agricultura.
Nisroch – dios de la agricultura; algunas otras religiones también lo consideran el ángel o demonio caído. (231)
Nusku – el mensajero de los dioses. «La descendencia del abismo, la creación de Êa» y «la semejanza de su padre, el primogénito de Bel». Nusku también fue considerado un gran comandante, consejero de los dioses y protector de los dioses en el cielo. Los reyes asirios mencionan a Nusku muchas veces, especialmente antes de las guerras; Nusku no tenía miedo en la batalla.
Shamash o Utu – dios del sol, árbitro de la justicia y mecenas de los viajeros.
Sin o Nanna – dios de la luna. Considerado como el príncipe de los dioses. Descrito como dueño de un cuerpo perfecto: todo, desde la barba hasta los cuernos, era perfecto. Se cree que el nombre proviene de «Zu-ena» pero fue cambiado en algún momento. Zu-ena significa «señor del conocimiento». El pecado también se menciona en otras religiones en Babilonia.
Tammuz o Dumuzi – dios de la comida y la vegetación.
Tiamat – el principio femenino, el mar, representación de las potencialidades del caos prístino. Tiamat es la deidad primordial del «mar salado» perteneciente a la mitología babilónica, también asociada a un monstruo primordial del caos mencionada en el poema épico Enûma Elish. Ti significa vida y ama, madre. Respecto a su apariencia, esta diosa suele ser identificada con la apariencia de una gigantesca serpiente o dragón marino.
El medio alfabetizado
Entre las decenas de miles de tablillas descubiertas a mediados del siglo XIX en los sitios de las capitales asirias, los textos literarios y científicos rápidamente atrajeron mucho atención, y es a través de ellos que un segmento importante de la cultura de la élite de la antigua Mesopotamia ha llegado a nuestros días. Estos documentos concentraban en verdad los conocimientos adquiridos durante los milenios anteriores a lo largo del «país de los dos ríos», especialmente en su parte sur cuyos grandes centros intelectuales tuvieron que ser excavados más tarde (Nippur, Ur, Babilonia, Sippar, etc.). La definición de obras llamadas «literarias» plantea un problema porque tal noción realmente no existía en la antigua Mesopotamia. (232) Debido al predominio numérico de textos técnicos y científicos, serán estudiados junto con los himnos, la mitología y las epopeyas.
Primera tablilla del Poema del diluvio universal (Epopeya de Atrahasis) (British Museum). Popolon. Dominio público.
La Epopeya de Atrahasis es un antiguo poema mesopotámico que relata la historia de un diluvio universal y se considera una de las versiones más antiguas del mito del diluvio que más tarde se integraría en otras tradiciones, como la bíblica. Fue escrito en acadio y data aproximadamente del siglo XVIII a.C.. El texto se encuentra preservado principalmente en varias tablillas de arcilla, descubiertas en Nínive, y está asociado con la literatura sumeria y babilónica.
La epopeya de Atrahasis narra cómo los dioses, cansados del bullicio y el trabajo pesado de los seres humanos, deciden enviar un diluvio para destruirlos. Atrahasis, el héroe de la historia, es advertido por el dios Enki y construye un barco para salvarse, junto con su familia y los animales. Este relato es significativo por la aparición de una serie de elementos comunes en otros mitos de diluvio, como el hecho de que los dioses se sienten molestos por la humanidad, la construcción de un barco y la supervivencia a través del diluvio.
- La relación entre humanos y dioses: En el mito, los humanos son creados por los dioses para realizar el trabajo físico que ellos mismos no querían hacer, pero debido a la sobrecarga de trabajo, los humanos se vuelven ruidosos y desobedientes.
- El diluvio: Al igual que en otros mitos del diluvio, el diluvio universal enviado por los dioses es una forma de castigo y renovación.
- La salvación: Atrahasis, con la ayuda del dios Enki, es el único humano que sobrevive al diluvio, lo que refleja el tema de la intervención divina a favor de los justos.
Contexto histórico:
La Epopeya de Atrahasis es importante no solo por su contenido, sino también porque ofrece una visión sobre las creencias religiosas y las prácticas de la antigua Mesopotamia, especialmente sobre la relación de los humanos con los dioses y la naturaleza cíclica de la vida y la muerte. Se ha sugerido que este relato sirvió como un medio para explicar fenómenos naturales, como las inundaciones, y también como una reflexión sobre el origen y destino de la humanidad.
Fuentes y enlaces:
The Epic of Atrahasis, traducción y estudio académico disponible en diversas publicaciones sobre la literatura mesopotámica.
The Oxford Companion to World Mythology, por David Leeming.
Especialistas y bibliotecasLas obras exhumadas en los sitios asirios fueron producidas principalmente por un grupo de personas que se puede llamar «letrados» (o alfabetizados, eruditos o sabios). Se trata de personas que habrían recibido una formación básica de escriba (ṭupšarru) para dominar el cuneiforme y sus diferentes lenguas, completada a continuación con la realización de estudios adicionales que podrían incluir una especialización particular. En concreto, esos especialistas llegaban todos del mundo de los sacerdotes de los templos, donde probablemente recibieron una buena parte de su educación superior, que también podría ser proporcionada en las dependencias del palacio. Los «letrados» asirios se convirtieron así en especialistas en hepatoscopia (barû), en astrólogos (ṭupšar enūma anu enlil), en lamentantes (kalû), en exorcistas (āšipu) o incluso en especialistas en medicina (asû). (233) Los que se conocen mejor se desempeñaron en el entorno real, en el que se encargaban de la interpretación para los soberanos de las fuerzas sobrenaturales y de las voluntades divinas que presidían el destino del reino, y a los que protegían por procesos mágicos. Los letrados disponían de fondos de textos que se podrían considerar como «bibliotecas». Se pueden distinguir varios tipos de estos corpus de textos:
- las bibliotecas de palacio representadas en Asiria por la «Biblioteca de Asurbanipal» de Nínive, (234) en realidad compuesta de tres fondos distintos, de los cuales dos estaban realmente situados en un palacio, y que había empezado a ser constituida antes del reinado al que se atribuye normalmente, aunque Asurbanipal jugó un papel decisivo en engrandecerla organizando la confiscación o la copia de numerosas tablillas contenidas en otras bibliotecas de Mesopotamia;
- las bibliotecas de los templos, constituidas en los templos del dios de la sabiduría, Nabu, donde se encontraron numerosas tablillas que formarían un depósito votivo al dios mismo, incluso si no tenían un papel real de biblioteca, y de las cuales se conoce un caso en Kalkhu (235) y otro en Nínive (incluida en la Biblioteca de Asurbanipal); (236).
- las bibliotecas «privadas» encontradas en las residencias de los sacerdotes, que tal vez se puedan considerar más como colecciones de manuscritos, (237) y de las que se sabe de algunos ejemplos en Aššur con las tablillas del exorcista Kisir-Assur, y en Sultantepe (en la región del Khabur cerca de Harran) en la residencia del sacerdote Qurdi-Nergal. (238)
El contenido de las obras «literarias»
Artículo principal: Literatura asirio-babilónica
Los textos de las bibliotecas constituyen una fuente esencial del actual conocimiento sobre las prácticas científicas y religiosas de la antigua Mesopotamia. Los textos técnicos para el uso de especialistas estaban divididos en dos grandes categorías: las listas lexicales —obras lexicográficas que podían tomar el aspecto de los diccionarios bilingües o trilingües— y las colecciones constituidas por párrafos que servían tanto para la medicina y el exorcismo, como para la adivinación o el derecho. (239) En la segunda categoría, destacan las compilaciones de presagios adivinatorios (alrededor de una cuarta parte de los textos de la biblioteca de Asurbanipal), que servían tanto para la práctica de la hepatoscopia (tablillas de la serie llamada Bārûtu) como de la astrología (serie Enūma anu enlil), o incluso de la oniromancia, los «manuales» de exorcismo, los textos que describían rituales, oraciones y cantos para entonar en las ceremonias por los sacerdotes-lamentadores, las colecciones medicinales, las observaciones astronómicas, los problemas matemáticos, etc. Por último, los textos literarios más famosos, como la Epopeya de Gilgamesh —descifrada por primera vez gracias a su versión de Nínive—, son solo una pequeña minoría del contenido de las bibliotecas de palacio o de los templos. (240) Esto confirma el hecho de que esos fondos de textos se constituyeron con un propósito esencialmente religioso, especialmente para poder asegurar las relaciones entre el rey y el mundo divino gracias a un grupo de sacerdotes suficientemente bien formado para poder cumplir con esa tarea juzgada crucial para la supervivencia del reino.
Arte y urbanismo
Artículo principal: Arte asirio
Los asirios cultivaron la belleza de sus ciudades y dentro de ellas consiguieron que sus palacios estuvieran decorados y labrados con delicados y elegantes relieves. La azulejería de vidrio policromado tuvo una primordial calidad, así como las grandes esculturas. Pusieron así mismo mucho cuidado en la construcción de muebles que a menudo decoraban con marfiles. (81)
Dentro del conjunto del arte mesopotámico se pueden diferenciar dos etapas principales: Una caldea, más meridional y continuada luego con Babilonia; y otra Asiria (localizada al norte de Mesopotamia).
El arte asirio (escultura, arquitectura, pintura y cerámica) se conoce a través de las excavaciones y posteriores estudios hechos en Nínive (Mossul) y otras ciudades del norte de Mesopotamia, que formaron parte de la civilización del pueblo asirio. Los arqueólogos que trabajaron en Mesopotamia estudiaron antes las antigüedades asirias que las babilónicas por razones de simple facilidad. Les era más sencillo acceder y seguir el rastro de las excavaciones de la ciudad de Nínive, donde se conservaban los cimientos en piedra casi intactos que en Babilonia, donde abundaba el adobe muy destruido por el paso de los siglos. Después de los estudios exhaustivos de los palacios, templos y trazados de las ciudades asirias fue más fácil para ellos seguir un plan practicado de antemano en ciudades mesopotámicas demolidas y casi totalmente destruidas. (241)
Sargón II construyó al nordeste de Nínive su residencia llamada Dur-Sarrukín donde vivían 80 000 personas. La ciudad estuvo protegida por una muralla de cinco km de extensión a lo largo del río Tigris. Los palacios eran grandes edificios con triple entrada guardada por toros con cabeza humana, de alabastro. El frente estaba decorado con azulejos esmaltados en colores y los zócalos mostraban las hazañas guerreras o de caza. En cuanto a la representación de figuras de animales salvajes, los asirios demostraron ser unos verdaderos artistas. (86).
Los verdaderos creadores del arte mesopotámico fueron los antiguos sumerios (pueblo del que tan solo se sabe que su origen no es ni semita (ni siquiera pertenecen a la macrofamilia afroasiática) ni tampoco indoeuropeo ni elamo-drávida (grupo, este último, al que pertenecían los elamitas, por ejemplo)), quienes poblaron estas tierras hacia el año 4000 a. C. El estilo de estas gentes fue asimilado después (desde el año 3000 al 1500 a. C.) por el pueblo semita de los acadios que también llegó a habitar esta región y se fundió con los habitantes anteriores y fue asimilado igualmente por los babilonios. Entre los siglos XI y VII a. C. el estilo sumerio adquiere pleno desarrollo con la civilización asiria y la neobabilónica. (242)
León herido, relieve del palacio de Nínive. Desconocido – Capillon. Datación: 645–635 BC. Dominio público. Original file (1,600 × 1,200 pixels, file size: 743 KB).
En la encrucijada de influencias del sur y del norte de Mesopotamia, pero también de las procedentes de Siria o de Anatolia, el arte asirio ha conocido un periodo muy floreciente bajo el efecto del crecimiento del poder real durante el período neoasirio, que comenzó a patrocinar realizaciones cada vez más grandiosas en sus capitales, sobre todo para el palacio real y para los cortesanos que vivían allí. Debido a que estos fueron los lugares de poder que más se han excavado, nuestra visión del arte asirio es parcial e ignora el arte profano. Además, se conocen muy pocos logros artísticos de los períodos paleo y medioasirios porque solo el sitio de Aššur presenta una importante documentación arqueológica para este período, (243) mientras que en Kültepe la cultura material de las residencias de los mercaderes asirios es del tipo anatolio, y solo sus sellos cilíndricos pueden caracterizarse como asirios. (244) El arte asirio del que se puede hablar es, por lo tanto, el de un arte imperial, esencialmente al servicio del poder, marcado por las influencias cosmopolitas que se nutrieron de las tradiciones de las diferentes regiones del imperio de donde provendrían probablemente algunos de los artesanos con obras conocidas, cuando no serían sino simples importaciones de las elites asirias que desarrollaron el gusto por algunos productos exóticos como los marfiles sirio-fenicios.
Los relieves de los palacios asirios
Los mayores logros arquitectónicos de los monarcas asirios fueron, con mucho, sus palacios reales, que servían como símbolo de su dominación, de pretensión universal. Los bajorrelieves que decoraban muchas salas, pasillos y patios de estos edificios derivan de la misma lógica. (245) Se trata de decoraciones realizadas sobre placas calcáreas yesíferas o de mármol local (conocido como «de Mosul»), llamados «ortostatos» y fijados a la base de los muros construidos con ladrillos de arcilla. Probablemente tuvieron su origen en los bajorrelieves de los palacios sirios del milenio ii a. C. o incluso en los realizadas en los reinos del sureste de Anatolia en el comienzo del milenio II a. C., ejemplo de la capacidad de Asiria de captar las tradiciones de los países a los que sometía, sin dejar por ello de tener motivos iconográficos de origen mesopotámico. (246) Los bajorrelieves asirios más antiguos conocidos son los del palacio noroccidental de Assurnasirpal II en Kalkhu (Nimrud), de mediados del siglo IX a. C. Su apogeo se encuentra entre el final de los siglos VIII y VII a. C. en el palacio de Sargón II en Dur-Sharrukin (Jorsabad) y los de Senaquerib y de Asurbanipal en Nínive.
Asurbanipal a caballo clavando una lanza en la cabeza de un león. Bajorrelieve de alabastro del Palacio del Norte en Nínive, Museo Británico. Osama Shukir Muhammed Amin FRCP(Glasg). CC BY-SA 4.0. Original file (6,016 × 3,787 pixels, file size: 17.43 MB).
Los temas de estos bajorrelieves son ante todo los destacados logros militares del rey que los encargó, al igual que hacen por escrito los Anales reales, un género literario que se desarrolla en paralelo. (247) Esto servía tanto para conmemorar la gloria del rey y para preservar su memoria, como también para despertar el temor de los embajadores extranjeros que llegaban a visitar el palacio.
Assurnasirpal II hizo así realizar bajorrelieves conmemorativos de sus victorias en Siria en su sala del trono, (248) mientras que desde Sargón II cada sala del palacio conmemoraba una campaña completa, una práctica que se refleja en el palacio de Nínive, con ejemplos espectaculares del asedio de Laquis por Senaquerib (sala n.º XXXVI del «palacio suroeste») y de la campaña de Elam de Asurbanipal (sala n.º XXXIII del mismo edificio). Las leyendas escritas completan estas representaciones. Los temas evolucionaron también, lo que refleja una cierta inventiva por parte de los artistas, ya que retomaban los temas de textos e imágenes de glorificación real existentes desde hacía milenios en Mesopotamia. Así, en los palacios de Nínive, Senaquerib hizo representar la escultura y el encaminamiento de los toros androcéfalos alados desde su palacio, en conmemoración de su trabajo como constructor. Los bajorrelieves de su reinado prestan especial atención a los paisajes. Por su parte, Asurbanipal hizo representar un ciclo de esculturas sobre las cacerías durante las cuales él vencía en especial a leones, simbolizando su papel como rey que dominaba las fuerzas de la naturaleza salvaje portadoras del caos. (249) Aunque los bajorrelieves aún representan siempre a los personajes de perfil, los artistas podían usar recursos como las líneas oblicuas que dinamizaban el ataque contra Lakish o los muchos vacíos que muestran la libertad espacial de los animales durante las cacerías de Asurbanipal.
Escena de caza de leones del rey Assurnasirpal II, palacio noroeste de Kalkhu, Museo Británico. Ealdgyth. CC BY-SA 3.0. Original file (3,651 × 1,665 pixels, file size: 5.45 MB).
Otra parte de los bajorrelieves de los palacios asirios tenía una función sagrada y religiosa además de la arquitectónica; así, las representaciones de los genios protectores, en primer lugar los toros y los leones androcéfalos alados colocados en las puertas de varias salas de los palacios, y que también tenían la función arquitectónica de sostener la bóveda que sobresalía por encima de la puerta. Llamados lamassu o šêdu, son las esculturas colosales más impresionantes de los palacios asirios. Su cabeza está hecha en busto redondo, mientras que el resto de su cuerpo estaba en alto relieve. Los otros personajes protectores esculpidos de los palacios asirios eran los genios alados en bajorrelieves, los apkallu, generalmente con cabeza humana pero a veces con cabeza de ave y portando objetos sagrados. (250)
Escultura Asiria
La escultura asiria es la escultura de los antiguos estados asirios, especialmente del Imperio neoasirio de 911 a 612 a. C., que gobernó el actual Irak, Siria y gran parte de Irán. Constituye una fase del arte de Mesopotamia, que se diferencia en particular por el uso mucho mayor de la piedra y el alabastro para la escultura de gran tamaño.
Las obras más conocidas son los enormes lamassus que custodian las entradas y los relieves palaciegos asirios sobre finas losas de alabastro, que originalmente se pintaban, al menos en parte, y se fijaban en la pared alrededor de las salas principales de los palacios. La mayoría de ellos se encuentran en museos de Europa o América, tras un agitado periodo de excavaciones entre 1842 y 1855, que hizo que el arte asirio pasara de ser casi completamente desconocido a ser objeto de varios libros de gran éxito de ventas, e imitado en caricaturas políticas.
Los relieves de los palacios contienen escenas en bajorrelieve que glorifican al rey, mostrándolo en la guerra, en la caza y desempeñando otras funciones reales.
Otros tipos de arte que se conservan son muchos sellos cilíndricos, algunos relieves en roca, relieves y estatuas de templos y tiras de bronce en relieve utilizadas en grandes puertas. En Nimrud se descubrió un grupo de dieciséis pesas de bronce con forma de león y con inscripciones bilingües en caracteres cuneiformes y fenicios. Los marfiles de Nimrud, un importante grupo de pequeñas placas que decoraban los muebles, se encontraron en un almacén del palacio cerca de los relieves, pero procedían de los alrededores del Mediterráneo, y relativamente pocos se hicieron localmente en estilo asirio. Ver fuente: Escultura Asiria.
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«Genio alado», Nimrud c. 870 a. C., con una inscripción que le atraviesa el vientre. Original file (2,056 × 3,060 pixels, file size: 1.64 MB). Foto: Rufus46. CC BY-SA 3.0.
Genio alado es el término convencional para un motivo recurrente en la iconografía de la escultura asiria. Los genios alados suelen ser figuras masculinas con barba que lucen alas de aves. Los genios son un rasgo que reaparece en el antiguo arte asirio, y se muestran de forma más destacada en palacios o lugares de la realeza. Los dos lugares más notables donde existieron los genios fueron el palacio Kalhu de Asurnasirpal II y el palacio Dur Sharrukin de Sargón II.
Los asirios aprendieron el arte de la escultura y bajorrelieve del pueblo hitita. Se han encontrado pocas estatuas, debido a la mala calidad de los materiales. La piedra en Asiria es buena para cortar en lajas delgadas y para bajorrelieves pero mala para estatuas. Por eso lo más abundante son los bajorrelieves hechos de alabastro o caliza blanda.
Los escultores asirios supieron representar con una gran perfección los animales salvajes, realizando relieves de escenas de caza de gran realismo. Uno de los trabajos más apreciados en este campo es el que se conserva en el Museo Británico y que representa un león y una leona moribundos; forma parte de una escena de caza del palacio encontrado en Nínive y atribuido a Asurbanipal (año 668 a. C.). En ese mismo palacio se encontraron escenas de batallas, de prisioneros, de la vida cotidiana del ejército, etc.
El tema de los relieves es casi siempre profano. Además de las escenas de guerra abundan las de caza (el rey caza leones y otros animales salvajes). Las escenas que muestran la vida placentera de dentro del palacio se representan en las paredes interiores. En el palacio de Korshabad se encontraron más de 2000 metros de bajorrelieves con una calidad artística muy desigual debido a los diferentes artesanos que trabajaron en ellos en un tiempo límite. Por lo general el dibujo es torpe, como de niño pequeño. Los hombres son más altos que los caballos e incluso más que las fortalezas; los peces son del tamaño de un barco, los buitres son tan grandes como el cadáver que están devorando. La idea de perspectiva es también bastante incipiente. En general el artista agranda los personajes que le interesan y así el rey es más alto que nadie y los asirios son más grandes que sus enemigos. La cabeza está dispuesta de perfil en la mayoría de los casos, aunque la persona esté de frente. Las caras son inexpresivas. Al lado de estos relieves descritos pueden contemplarse otros salidos de las manos de verdaderos artistas que supieron plasmar a la perfección las barbas, el pelo rizado, los bordados de los mantos y las franjas de los vestidos del rey y sus servidores.
Estatua de Salmanasar III en el Museo de Irak, c. 858-824 a.C. Encontrada fragmentada en la esquina sureste de la muralla de la ciudad de Nimrud (Mesopotamia, Irak), al pie de la acrópolis en 1956 por un campesino. Foto: Osama Shukir Muhammed Amin FRCP(Glasg). CC BY-SA 4.0. Original file (6,016 × 4,016 pixels, file size: 16.4 MB)
Las esculturas de bulto redondo también fueron verdaderas obras de arte. Algunas eran enormes y estaban colocadas en las puertas de los palacios, como guardianes del recinto. Eran figuras de seres mitológicos antropomórficos, esfinges aladas y con cabezas humanas, grifos y leones.
El carácter propiamente asirio se manifiesta en grandes figuras de adorno de edificios en series de relieves. La escultura monumental de las puertas de palacios la constituyen principalmente toros antropomorfos o leones de 4 o 5 metros de altura. Hasta 26 pares de ellos había en el famoso Palacio que Sargón construyó en Khorsabad. Los toros alados asirios tienen los músculos muy acusados. En la portada principal del palacio de Sargón figuraba entre dos toros alados una gigantesca estatua de Gilgamesh -el Hércules asirio- ahogando un león. Los numerosísimos relieves que decoran los palacios asirios, Nínive y Khorsabad, serían obras de muchos artistas. Además del vivo interés histórico-descriptivo que ofrecen por los temas, son admirables como obras de arte. El rey centra moralmente todos los asuntos, ya de hazañas guerreras, ya de fomento urbano, ya de caza. Estas marcan el punto álgido de la perfección del arte asirio. Las figuras de animales heridos que aparecen en tales relieves están representadas con una vida y un sentido del dolor insuperable.
Ràfols, Josep Francesc Ràfols (2000). «El arte en Mesopotamia y Persia». En Joan Campas, ed. Arte asirio. Optima. p. 60. ISBN 84 – 89693 – 63 – 3.
Cabeza de mujer en terracota. De Assur, Iraq. Fin de siglo VIII a.C. Museo de Pérgamo (Berlín). Osama Shukir Muhammed Amin FRCP (Glasg). CC BY-SA 4.0. Original file (2,953 × 3,371 pixels, file size: 7.14 MB).
Monumentos. El palacio del rey
El monumento más importante en el arte asirio es el palacio, morada del rey. El rey es el personaje más importante del pueblo asirio, es el dominador y el caudillo, por tanto su casa debe ser construida con magnificencia.
Los palacios asirios estaban compuestos por tres grupos de dependencias: el palacio, propiamente dicho, con la residencia del rey, departamento de recepción, numerosas estancias y corredores (serrallo); las habitaciones reservadas a la familia (harem), y las dependencias de servicio alrededor del patio central (khan). En las salas de recepción, la parte baja de los muros se revestía de un zócalo de alabastro esculpido y posiblemente policromado, siendo tal vez lisa la porción más alta del muro. El ejemplar más completo de palacio que se ha descubierto es el de Korshabad. Será el modelo de los palacios romanos en la época en que el Imperio se orientaliza y será el modelo que tomarán los bizantinos y los árabes de la Edad Media.
El otro gran monumento es el templo. Eran edificios en forma de torre, los llamados zigurat, con mucha altura. Estaban ubicados en los recintos de los palacios, formando parte de ellos. Los patios tenían forma cuadrada, pero las salas cubiertas eran largas y angostas en exceso; los muros eran de enorme grosor, a propósito para el contrarresto de bóveda, sistema constructivo frecuentemente empleado por los asirios, en arcos de entrada, ya a los palacios, ya a los recintos de las ciudades. Y no solo usaron la bóveda de cañón seguida, sino también la cúpula, tanto semiesférica como de perfil más o menos parabólico, como lo atestigua el paisaje con mansiones representado en un relieve de Kuyunjik. Las puertas de entrada a los recintos asirios estaban construidas por arcos, semicirculares y aureolados muy decorativamente de manera bien a propósito al oficio ornamental de la cerámica vidriada. Las azoteas de las obras asirias estaban sostenidas por bóvedas de ladrillo. El templo-torre del palacio de Sargón II tenía 43 metros de lado y cada uno de los pisos medía 6 metros sobre la altura normal de 5 metros.
Emplearon también como decoración los escritos en letra cuneiforme. En las grandes superficies horizontales de los muros de los palacios se hallaban las placas donde se relataban las crónicas de batallas, victorias y cacerías. El tema del árbol de la vida aparece en los sellos cilíndricos y en algunas pinturas murales. Se han encontrado también decoraciones vegetales muy estilizadas.
Estela del rey Asurbanipal II. (Museo Británico). Mohmmd Abd. CC BY-SA 4.0. Original file (2,604 × 3,480 pixels, file size: 1.44 MB).
La Escultura Asiria: Un Arte al Servicio del Poder
La escultura asiria, una de las expresiones artísticas más sobresalientes de la antigua Mesopotamia, refleja el poder, la religión y la vida cotidiana de los imperios asirios (ca. 2500-609 a.C.). Este arte monumental está íntimamente ligado a la política expansionista de los reyes asirios y a su intención de mostrar fuerza, dominio y la protección divina de sus deidades.
Contexto Histórico
Períodos del Imperio Asirio:
- Imperio Asirio Antiguo (ca. 2025–1378 a.C.): Desarrollo inicial con influencias sumerias y acadias.
- Imperio Asirio Medio (ca. 1378–934 a.C.): Consolidación del poder y crecimiento cultural.
- Imperio Neoasirio (934–609 a.C.): Época de mayor esplendor; florecen las grandes esculturas y relieves monumentales.
Centros principales: Las ciudades de Assur, Nimrud (Kalhu), Nínive y Dur-Sharrukin (actual Jorsabad) albergaron las principales obras escultóricas.
Ver Nota: La circunstancia de que la ciudad de Nínive conservase sus cimientos de piedra casi intactos (al contrario que Babilonia cuyos muros de adobe casi desaparecieron con el paso de los siglos) determinaría que la experiencia de los palacios, templos y trazados de las ciudades asirias, permitiese a los arqueólogos imaginar ciudades mesopotámicas casi totalmente destruidas.
Bibliografía
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Entrada con animales fantásticos protectores a la entrada del palacio de Nimrud, zona norte. Unknown artist – Own work, Photo by Szilas in the British Museum. CC BY-SA 4.0. Original file (2,592 × 3,888 pixels, file size: 12.52 MB).
La Cerámica Asiria: Una Mirada a la Cultura y la Técnica del Antiguo Oriente Próximo
La cerámica asiria, aunque menos conocida que su escultura monumental, fue una parte esencial de la vida cotidiana y religiosa en el imperio asirio. Su evolución, estilos y técnicas reflejan tanto la herencia cultural de Mesopotamia como las innovaciones prácticas y artísticas que acompañaron el desarrollo de este imperio.
La cerámica asiria es la producida en la Antigüedad en la región de «Assyria», en la amplia zona de Oriente Medio nombrada por la desaparecida Aššur), hoy ocupada por Irán, Irak, Líbano y Siria y Turquía, con precedentes directos en la cultura hitita y continuidad histórico-cultural en la cerámica babilónica.
Los diversos apartados de obra alfarera asiria, enmarcados como parte del arte de Mesopotamia (8000 a. C. — 300 d. C.) asumen y sintetizan las culturas del norte y el sur mesopotámico: desde el periodo Hassuna-Samarra (en el paso del Neolítico al Calcolítico) -que tiene ya alfarería documentada-; pasando por Nínive (periodos Gawra y Uruk), el imperio Acadio, la Tercera dinastía de Ur, y ya en el ámbito geográfico y cultural de «Assyria» (a partir de 2000 a. C.) los tres periodos Asirios. En síntesis con las culturas cerámicas de los medos, los macedonios y los seleucidas –que ponen el telón al arte mesopotámico antiguo–, es quizá lo más destacado la evolución suntuaria de la obra vidriada decorativa en construcciones arquitectónicas con ladrillos vidriados, tanto en la Susa del periodo Aqueménida, al norte, como las del periodo neobabilónico en el sur, de las que resultan ejemplares el panel de 12,40 metros de altura que estuvo en el salón del trono del Palacio de Nabucodonosor II, y los murales cerámicos con toros y leones de la Vía de las Procesiones (Museo del Louvre) y de la Puerta de Istar (Museo de Pérgamo en Berlín), aunque ya fuera del contexto histórico nominal de la historia, la cultura y el arte específicamente asirios.
También hay que tener en cuenta la Cultura de Halaf con yacimientos en Tell Halaf (en el noreste de la actual Siria), con el empleo de refinamiento de la pasta de cerámica (barro de calidad) y perfeccionamiento de hornos que lograban alcanzar elevadas temperaturas. Los temas son geométricos, de animales y flores.
Jarra de cerámica. datada en el siglo VII-VIII a.C. This file was donated to Wikimedia Commons as part of a project by the Metropolitan Museum of Art. See the Image and Data Resources Open Access Policy. CC0. Original file (604 × 800 pixels, file size: 50 KB).
Recipiente vidriado traído de Asiria. Urek Meniashvili. CC BY-SA 3.0. Original file (3,338 × 3,032 pixels, file size: 6.11 MB).
Vasija de cerámica vidriada, del siglo X al VII a.C. Procedente de una tumba en Assur, Irak. Museo de Pérgamo, Berlín, Alemania. Autor foto: Osama Shukir Muhammed Amin FRCP(Glasg). CC BY-SA 4.0. Original file (3,588 × 4,923 pixels, file size: 14.78 MB).
Vasija de cerámica vidriada, del siglo X al VII a.C. Procedente de una tumba en Assur, Irak. Museo de Pérgamo, Berlín, Alemania. Autor foto: Osama Shukir Muhammed Amin FRCP(Glasg). CC BY-SA 4.0. Original file (3,562 × 2,855 pixels, file size: 8.5 MB).
Pintura
Los bajorrelieves de los palacios asirios estuvieron pintados, pero han perdido todos sus colores a lo largo de los siglos. Sin embargo, se han encontrado algunos ejemplos de muros pintados en yacimientos medioasirios (Kar-Tukulti-Ninurta) y especialmente neoasirios, como Aššur o Kalkhu. Pero la serie más impresionante de pinturas asirias se encontró en el palacio provincial de Til Barsip en la década de 1930.259 Fechadas en los siglos VIII-VII a. C., una gran parte se ha degradado y ha desaparecido, y solo se conocen a partir de las copias realizadas en el momento de su excavación. El estilo y el tema eran los mismos que los de los bajorrelieves de los grandes palacios reales: el friso más largo (de veintidós metros de largo), en los aposentos reales, representa una escena de audiencia presidida por el rey Tiglatpileser III frente al cual aparecen guerreros y dignatarios. También había frisos más pequeños con motivos geométricos o rosetas, palmetas, flores, a veces decoradas con animales o genios. Posiblemente se utilizó pintura para la decoración en vez de escultura sobre ortostatos por ser un sistema más barato de ornamentación.
Fragmento de ladrillo vidriado en el que aparecen representados rey Assurnasirpal II y sus guerreros. Kalkhu, Museo Británico. Osama Shukir Muhammed Amin FRCP (Glasg). CC BY-SA 4.0. Original file (2,848 × 4,288 pixels, file size: 8.69 MB).
Glíptica
Al igual que en otros períodos de la historia de la antigua Mesopotamia, los asirios usaron mayoritariamente el sello cilíndrico para sellar y autenticar las tablillas y otras piezas de arcilla colocadas en objetos o puertas. Muchos particulares lo tenían, incluso para el dios Assur mismo, cuyo sello estaba adherido a las tablillas del tratado de paz, recordando así su condición de verdadero rey de Asiria. Estos cilindros estaban tallados en diferentes tipos de piedra, y la decoración y las inscripciones grabadas en ellos podían transferirse una y otra vez a la arcilla. El repertorio iconográfico de estos sellos es variado. El surgimiento de un arte de la glíptica propiamente asirio se hizo en el periodo medioasirio bajo influencias llegadas de varios lugares.
El estilo neoasirio es muy similar al de Babilonia del mismo período hasta el punto de ser difíciles de discernir. (260) Pero los temas no necesariamente recuerdan los grabados en bajorrelieves de los palacios o de los objetos de marfil. Muchos sellos cilíndricos representan escenas de caza, dirigidas por un arquero triunfante sobre presas salvajes. Desde el período medioasirio, la glíptica de este país gustaba de representar animales salvajes o imaginarios luchando o en círculo, en un estilo muy animado, y, a veces con muchos detalles. Otros temas habituales eran de inspiración religiosa: hay escenas de culto rendido a una deidad, a veces sentada en un trono en la más pura tradición de Mesopotamia, pero también se encuentran escenas mitológicas que representan una lucha de la deidad, o incluso escenas de veneración de un árbol sagrado por genios similares a los de los bajorrelieves palaciegos.
Combate mitológico: héroe amaestrando a dos demonios alados. Photograph by Rama, Wikimedia Commons, Cc-by-sa-2.0-fr. Seal: Hero fighting two female winged deamons, with a tree of life under a star and a crescent of moon. CC BY-SA 2.0 fr. Original file (3,500 × 3,500 pixels, file size: 1.13 MB).
Banquete religioso. Desconocido – Jastrow (2005). Banquet scene. Serpentine cylinder seal and impression, Neo-Assyrian Period. Dominio público.
Marfiles
Muchos objetos de marfil tallado se han encontrado en las grandes capitales asirias del período medioasirio en las tumbas de Aššur, (261) y especialmente en Nimrud del siglo VII a. C., (262) así como en la «construcción de los marfiles» del palacio provincial de Arslan Tash, la antigua Hadatu. (263) El marfil procedía de dientes de hipopótamo o de colmillos de elefante. Los objetos presentan en su mayoría características artísticas propias de Siria y de Fenicia, ya sea por su estilo o por los temas representados. Así que se trataría de realizaciones de artistas de esos países, que pueden haber trabajado en los talleres reales de Asiria, o haber sido importados o saqueados, lo que parece probable por los objetos de Nimrud encontrados especialmente en las salas de almacén del arsenal. Los objetos de marfil son de varios tipos: elementos de mobiliario sobre todo, pero también cajas de maquillaje y placas decorativas. Se atestigua un arte de marfil de estilo estrictamente asirio, cuyo repertorio iconográfico es similar al de los bajorrelieves palaciegos o glípticos, pero en menor cantidad en el corpus de Nimrud.
Elemento de mobiliario en marfil de estilo fenicio que representa a un hombre asido por la garganta por una leona, Nimrud, Museo Británico. Prioryman. CC BY-SA 3.0. Original file (929 × 930 pixels, file size: 527 KB.).
Vestimentas y adornos
La mayor parte de nuestro conocimiento sobre las joyas y las vestimentas usadas por los antiguos asirios proviene de las representaciones de estos en los bajorrelieves de palacios o en estelas y estatuas, ya que los objetos de metales preciosos en general han sido reciclados desde la Antigüedad, mientras que aquellos de materias perecederas, especialmente los tejidos, han desaparecido; se pueden completar mediante las fuentes textuales, sabiendo que los términos que hacen referencia a las diferentes tipos de prendas de vestir son difíciles de relacionar con los de las representaciones figurativas. (264) Las vestimentas y adornos más preciosos estaban destinados al rey, a su familia, y a los cortesanos, así como a las estatuas de los dioses entronizados en los templos. Las grandes ceremonias y festivales religiosos fueron una oportunidad para vestirse de la manera más lujosa posible. (265) El tipo de material textil más utilizado por los antiguos asirios fue, con mucho, la lana de oveja, el más fácilmente accesible, luego vino el pelo de cabra, el lino, el algodón que se introdujo bajo los sargónidas y también el biso hecho a partir de las fibras secretadas por moluscos.(266) De acuerdo con el método de tejido, se obtenía un material de calidad variable, que luego podía ser blanqueado o teñido con diferentes productos, incluyendo el alumbre y la púrpura extraída del murex pescado en Fenicia, que tuvo un gran éxito en la Corte asiria. (267) El atuendo (generalmente masculino) que se muestra en los bajorrelieves de los palacios neoasirios consta típicamente de una prenda interior que es una especie de túnica de manga corta, cubierta por una especie de abrigo o chal con bandas designado por el término genérico de kusîtu. Los bajorrelieves muestran que las franjas de la ropa fueron objeto de gran atención: están decoradas con bandas, rosetas que son quizás símbolos de la diosa Ishtar, así como escenas con figuras. (268)
«La muchacha y el león». Georges Rochegrosse. Public Domain.
El lujo de la ropa se realzaba con joyas y otros adornos igualmente suntuosos, en oro, plata, piedras y tejidos preciosos coloreados o incluso en vidrio. Los personajes representados en los bajorrelieves a menudo usan brazaletes, que pueden adornarse con una roseta, pendientes o collares que a veces llevan símbolos divinos, así como tiaras, coronas y turbantes decorados. Algunas armas y otros objetos ceremoniales podrían unirse a estos adornos. Esta documentación ha sido felizmente completada por varios descubrimientos en las tumbas. Primero, algunas tumbas paleo y medioasirias de Aššur con ricas joyas de oro y piedras preciosas o peinetas incisas y alfileres decorados. (269) Pero el hallazgo más notable fue realizado por arqueólogos iraquíes en el sitio de Kalkhu (Nimrud) en 1988-1989: se trata del descubrimiento de un grupo de sepulturas de varias reinas secundarias de la segunda mitad del siglo VIII a. C. que habrían escapado al pillaje. (270) Se han encontrado una notable cantidad de objetos de oro (más de 50 kg en total) y en piedras preciosas (lapislázuli, cornalina, ágata, amatista), incluidos collares, pendientes y una corona de oro. Se pueden agregar jarrones en piedra y en bronce. Lo que es más notable, más allá de esta opulencia, tanto más sorprendente ya que se trataría de reinas de segunda rango, es la calidad de la ejecución y la belleza de los objetos que combinan materiales de diferentes colores para obtener una apariencia visual armoniosa.
Finalmente, una descripción de la apariencia de los cortesanos asirios sería incompleta si no se mencionara el uso que hacían de diferentes perfumes de esencias de varias plantas (cedro, ciprés, mirra) y de productos cosméticos, siendo el más a menudo citado en los textos el gulhu, el khôl, que servía para perfilar y destacar el contorno de los ojos. (271)
Collar en oro y lapislázuli encontrado en una tumba de Assur, siglos XIV-XIII a. C., Vorderasiatisches Museum de Berlín. Miguel Hermoso Cuesta. CC BY-SA 4.0. Original file (5,043 × 2,307 pixels, file size: 5.28 MB).
Narrativa bíblica
La palabra «Asiria» (heb. Ashshûr, se cree que significa Asur, hijo de Sem o Asiria y su pueblo dependiendo del contexto y ciertas traducciones vierten la palabra «Ashur» o «Asirios») aparece por primera vez en la Biblia en el libro de Génesis con referencia al Tigris que salía del río de Edén entre otros. (272) Después del diluvio del tiempo de Noe, Nimrod llegó a ser poderoso y salió de Sinar hacia Asiria y «Construyó las ciudades de Nínive, Rejobot Ir, Cala y Resén, la gran ciudad que está entre Nínive y Cala.» (273). En años posteriores, los hijos de Ismael se establecieron en dirección a «Asiria». (274).
Se cree que alrededor del año 738 a. C., Pul, rey de Asiria vino contra la tierra de Israel por lo cual Menajem pagó un tributo de mil talentos de plata. En años posteriores, el rey Acaz de Judá pagó a Tiglat-Pileser plata, oro y regalos a cambio de protección contra los ejércitos invasores de Rezín, rey de Aram, y Peka, rey del norte de Israel. (275) Tiglat-Pileser estuvo de acuerdo y capturó a Damasco, tomando varios territorios de Israel y llevando a cada una de sus poblaciones al exilio. El rey Oseas inicialmente acordó pagar tributo a Asiria. Sin embargo, más tarde cambió de parecer y conspiró con Egipto. Con el tiempo fue arrestado y confinado por Salmanasar, rey de Asiria. Salmanasar luego invadió toda la tierra de Samaria y exilió al pueblo de Israel a Asiria. (276)
Los asirios invadieron el territorio de Judá por primera vez bajo el rey Senaquerib. y el rey Ezequías de Jerusalén oró a Dios por ayuda. Por lo tanto Isaías profetizó que el rey de Asiria no entraría en Jerusalén y posteriormente el ángel de Dios hirió a 185.000 en el campamento asirio. (277).
Varios libros proféticos de la biblia hacen referencia a Asiria. (278), (279).
Declive y caída (609 a.C.)
El Imperio Neoasirio comenzó a desmoronarse tras la muerte de Asurbanipal, debido a conflictos internos y coaliciones enemigas externas. Babilonios y medos se aliaron para destruir Asiria. En el 612 a.C., Nínive fue saqueada, marcando el colapso definitivo del imperio.
Legado de Asiria
Cultural: Los asirios dejaron contribuciones en arte, arquitectura y literatura, como los relieves de sus palacios y la Biblioteca de Asurbanipal.
Militar: Su innovación en tácticas militares y la integración de estrategias organizadas sentaron bases para imperios posteriores.
Administrativo: Las técnicas de gobernanza asiria influyeron en estructuras de poder de imperios futuros como el aqueménida.
Creadores de imperios (I) | Assurbanipal · La March
A través de la figura de Assurbanipal, el último de los grandes reyes asirios, el catedrático de Arqueología Fernando Quesada Sanz describe la cosmovisión y estructura de este imperio mesopotámico. Asiria se caracterizaba por una sociedad jerarquizada, en la que el rey tenía naturaleza divina y la guerra era considerada como un mandato de la divinidad, por un complejo sistema burocrático y diplomático y, en especial, por un sofisticado poder militar, con un ejército permanente –“el ejercito asirio es el inventor de la caballería” indica el conferenciante–. La época del imperio neo-asirio, ubicada entre los siglos IX-VII a. C., es reconocible por sus ciudades-palacios, como el caso de Nínive –en la actual Mosul, en Irak–, y por la iconografía de sus relieves, donde predominan las narraciones de campañas bélicas.#mesopotamia #imperios #fundacionmarch #lamarch ¡Suscríbete al canal oficial de YouTube de La March! https://www.youtube.com/@lamarch?sub_… Más sobre Creadores de imperios en • Creadores de imperios https://www.march.es/es/madrid/confer… 7 de noviembre de 2019 Fundación Juan March, Madrid
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- Michel, 2001 constituye una síntesis reciente sobre el tema, con la traducción de numerosos textos de la correspondencia de los mercaderes paleoasirios.
- Michel, 2001, p. 95-114
- Michel, 2001, p. 171-231 para una presentación del circuito de intercambio. Varios trabajos fundamentales describen el funcionamiento del comercio paleo-asirio: P. Garelli, Les Assyriens en Cappadoce, Estambul, 1963; (en inglés) M. T. Larsen, Old Assyrian Caravan Procedures, Estambul, 1967; (en inglés) K. R. Veenhof, Aspects of Old-Assyrian Trade and Its Terminology, Leyde, 1972; (en inglés) J. G. Dercksen, The Old Assyrian Copper Trade in Anatolia, Estambul, 1996.
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- Fales, 2001, p. 50-51
- Ver por ejemplo (en inglés) H. Francfort, Kingship and the Gods, Chicago, 1948, p. 243-248.
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- L. Battini et P. Villard, «Aššur (ville)», en Joannès (dir.), 2001, p. 101
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§ A53 : Si une femme avorte son fœtus de son propre fait et qu’on prouve les charges pesant sur elle et qu’on établit sa culpabilité, elle sera empalée, on ne l’enterrera pas. Si elle meurt des conséquences de l’avortement de son fœtus, elle sera empalée, elle ne sera pas enterrée. ») - Radner, 2003, p. 894
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- Joannès, 2000, p. 44-45
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- Para una discusión de la naturaleza de la «literatura» mesopotámica, véase en particular (en inglés) J. Goodnick-Westenholz, «In the Shadow of the Muses: A View of Akkadian Literature», en Journal of the American Oriental Society 119/1, 1999,p. 81-83 ; Charpin, 2008, p. 199-201
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- Pijoán, 1931, p. 201.
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- Ver especialmente (en inglés) P. O. Harper, E. Klengel-Brandt, J. Aruz et K. Benzel (dir.), Assyrian origins: Discoveries at Ashur on the Tigris, New-York, 1995
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- Ver por ejemplo los comentarios de (en inglés) B. Teissier, Ancient Near Eastern Cylinder Seals from the Marcopoli Collection, Berkeley, 1984, p. 33-44.
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- Ibid., p. 123-124
- Ibid., p. 123-126. No se sabe si estos motivos eran textiles multicolores bordados o partes metálicas cosidas en la tela como ha propuesto (en inglés) A. L. Oppenheim «The Golden Garments of the Gods», en Journal of Near Eastern Studies 8/3, 1949, p. 172-193.
- Harper, Klengel-Brandt y Aruz (dir.), 1995, p. 44-47 et sq. et 81-82 et sq.
- Huot, 2004, p. 166-168;Aruz y al. (dir.), 2014, p. 125-131
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El bajorrelieve del combate entre el león y el toro en Persépolis es un símbolo que ha sido interpretado de diversas maneras, incluyendo como un emblema del Nowruz (el Día del Año Nuevo persa). Durante el equinoccio de primavera, el poder del toro (que personifica la Tierra) y el del león (que personifica el Sol) se consideran iguales, simbolizando el equilibrio entre ambas fuerzas. Foto: Ipaat de Wikipedia en inglés. CC BY-SA 3.0. Original file (2,500 × 1,523 pixels, file size: 3.16 MB).
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