[…] Muchos de los milagros contienen uno o varios conflictos entre distintos personajes: Virgen y demonios se disputan las almas de los fieles pecadores, ángeles y diablos disputan, como disputan obispos y monjas, clérigos ignorantes frente a superiores intransigentes, judíos y cristianos… El diálogo es vehículo privilegiado para presentar estos episodios y es la única manera posible de caracterizar mediante el lenguaje a esos personajes en conflicto: sólo la reproducción directa del discurso permite la variación estilística de los registros hablados, es decir, permite la observancia de lo que se llamará el decoro dramático en las preceptivas áureas.
En los Milagros de la Virgen se produce constantemente. Sin poder analizar este aspecto, recordaré algún caso particularmente notable como el milagro del clérigo ignorante.Los diálogos de este milagro noveno enfrentan al obispo con su clérigo y luego con la Virgen. En el primer diálogo el obispo reprende y el clérigo responde humilde; el texto narrado implica datos cinésicos, al describir la palidez y el susto del clérigo expresado en el gesto. El siguiente diálogo invierte la situación: el reprendido es ahora el obispo, por una Virgen de la que se aportan también detalles para-lingüísticos relativos a su discurso: «Díxoli brabamientre» (229 a).Cuando aumentan los personajes aumentan las posibilidades de situaciones dialogadas.En el milagro de la abadesa encinta, otro ejemplo interesante, se producen diversos diálogos entre la abadesa, las monjas, el Obispo, los clérigos de su séquito, la Virgen… De nuevo se añaden detalles cinésicos y prosémicos análogos a las didascalias explícitas del teatro: la abadesa «Devatióse en tierra delante el altar, / cató a la imagen, empecé de plorar» (518 a, b), «Levantóse el obispo ond estava posado, / fo para l’abbadessa sañoso e irado» (560, a, b)… El Obispo se dirige fieramente a la monja en estilo directo (549), aunque en el diálogo subsiguiente se usan los verbos dicendi introductorios (550—551). La acción avanza por medio de los diálogos con las monjas y clérigos que deben confirmar la preñez de la abadesa. En estilo directo se ponen las palabras airadas con que el obispo expulsa a las monjas revolvedoras, etc. No es menos significativo el hecho de que en la fuente latina no se hallen rastros de esta utilización del diálogo, aportación de Berceo, pues, perfectamente programada, que dramatiza la narración «hasta el límite casi de la plasticidad de la escena teatral» (Giménez Resano).
Dimensiones peculiares tiene también esta técnica en el Duelo de la Virgen. El asunto se introduce en tres coplas iniciales, que dan paso a la oración de San Bernardo (5—6) y al diálogo entre la Virgen y el Santo, quien le ruega un relato de la Pasión. Este relato en boca de la Virgen es el núcleo del poema (estrofas 15—201).Ya en la estrofa 23 empieza el discurso directo. Germán Orduna indica que «a medida que la historia avanza este recurso de actualización se enriquece con la vivida descripción que la Virgen hace del suplicio de Cristo», con gran atención a los detalles gestuales. Los sucesos posteriores á la sepultura «son relatados como si acontecieran ante los ojos del lector y en ese clima se produce el momento de creación más extraño y comentado del Duelo: en boca de la Virgen se actualizan los cantos de vela de los soldados y judíos».Los planos de la actualización se logran mediante la alternancia de la voz del autor, con el diálogo de San Bernardo y la Virgen, y la voz de la Virgen actualizando las secuencias de la historia de la Pasión, en cuyo centro se coloca el diálogo de Cristo en la Cruz con su Madre. Citando a Orduna de nuevo estos planos, más la cantiga de los veladores ante el sepulcro «crean la ilusión de una acción teatral o representable» que algunos críticos consideran una acción dramática incipiente, de la que podría proceder el ciclo teatral de la Pasión. En todo caso la cántica «Eya velar» se puede interpretar como trozo de dramatización de la liturgia mediante el canto alterno.Habría que decir, no obstante, que en muchas de estas escenas plásticas a que me he referido tenemos una visualidad estática, más propia de las artes como la pintura o escultura que del teatro propiamente dicho. Sin embargo la calidad visual y la atención al detalle gráfico no dejan de apuntar en alguna medida a esta concepción dramatizada.[…]ELEMENTOS DE DRAMATICIDAD EN LA OBRA DE GONZALO DE BERCEO
IGNACIO ARELLANOUniversidad de Navarra
(Meeting of nuns at Port Royal des Champs (Port Royal des Champs) in a conference in solitude. Anonymous painting of the 18th century. Port royal, musee des Granges – Meeting of religious sisters at “Port Royal des Champs””. Nons’ assembly of the Abbey of P)- French School).