Grupo de tres figuras cicládicas. Foto: Smial. CC BY-SA 2.5.
La civilización cicládica (también conocida como cultura cicládica o periodo cicládico) es una cultura arqueológica de la Edad de Cobre y de Bronce de las islas Cícladas, en el mar Egeo, que abarca aproximadamente el periodo del 3300 a. C. al 2100 a. C.
La cicládica forma parte de la civilización egea o, en plural, civilizaciones egeas, que son denominaciones historiográficas para la designación de un grupo de civilizaciones prehelénicas (es decir, anteriores a la civilización griega) que se desarrollaron en la protohistoria en torno al mar Egeo. Además de la cicládica, pertenecen a este grupo las civilizaciones minoica (isla de Creta) y la micénica (Grecia continental europea —particularmente el Peloponeso—). También se ha especulado de una cuarta civilización, la luvita.
Esta civilización es conocida por los ídolos o estatuillas de mármol, la mayoría femeninos. Muchas de estas figurillas han sido halladas en las excavaciones oficiales pero, sobre todo en los inicios del siglo XX, bastantes de ellas fueron saqueadas en excavaciones ilegales para satisfacer al creciente mercado de antigüedades cicládicas.
Civilización Cicládica
+ La civilización Cicládica (también conocida como cultura cicládica o periodo cicládico) es una cultura arqueológica de la Edad de Cobre y de Bronce de las islas Cícladas, en el mar Egeo, que abarca aproximadamente el periodo del 3300 a. C. al 2100 a. C.
+ Medio geográfico: Las islas Cícladas
+ Neolítico en las Cícladas
+ La civilización cicládica. Periodización.
- 1- La cultura Grotta-Pelos.
- 2- La Cultura de Keros-Siros.
- 3- Fase de Filakopí.
+ El megaron y las escrituras primitivas: el jeroglífico cretense y el Lineal A y B.
+ Prácticas religiosas de la época de Filakopí Cicládico.
+ Origen de los habitantes de las Cícladas.
+ Las ciudades de los vivos.
+ Los muros defensivos.
+ Las ciudades de los muertos.
+ Las prácticas religiosas de la civilización Cicládica
+ Estructura social y economía.
+ Referencias bibliográficas.
+ Enlaces externos.
Medio geográfico: Las islas Cícladas
Las Cícladas (en griego: Κυκλάδες Kykládes) son islas griegas situadas en la parte sur del mar Egeo. El archipiélago contiene alrededor de 2200 islas, islotes y rocas, de las cuales solo 33 islas están habitadas. Según los griegos antiguos estas formaban un círculo (κύκλος / kyklos en griego) alrededor de la isla sagrada de Delos, de donde decían nació el dios griego Apolo y la diosa Artemis. Las islas más conocidas son, de norte a sur y de este a oeste: Andros, Tinos, Miconos, Naxos, Amorgos, Siros, Paros y Antíparos, Ios, Santorini (antigua Tera), Ánafe, Ceos, Citnos, Serifos, Sifnos, Folégandros y Síkinos, Milos y Kímolos; a ellos se suman las islas de las Cícladas menores: Iraklia, Shinusa, Kufonisia, Keros y Donusa, así como Makrónisos entre Ceos y el Ática, Giaros, que se encuentra antes de Andros, y Políegos al este de Kímolos y Therasia, antes de Santorini. A veces también se les llamaba por el nombre genérico de Archipiélago.
Entre las circunstancias geográficas favorables para que aquí surgiera una notable civilización en la Edad del Bronce Antigua puede citarse su posición como una especie de puente en el Mediterráneo oriental, la riqueza del subsuelo y la relativa suavidad de su clima.
View of Andros island’s main town Chora, Greece, Cyclades. Phso2 – Trabajo propio. Dominio Público.
Mapa localizador de las Cycladas prefectura (Νομός Κυκλάδων) en Grecia. Gráfico: Pitichinaccio – Trabajo propio. Dominio Público.
37°00′00″N 25°10′00″E Ubicación administrativa País Grecia
Vista turística de Míconos. photographer: Heiko Gorski. CC BY-SA 3.0.
Historia de las Islas Cícladas
Precedente Neolítico
Los más antiguos vestigios de actividad (pero no necesariamente de ocupación) en las Cícladas no fueron descubiertos en las propias islas, sino en el continente, en la Argólida, en la cueva Franchthi. La investigación descubrió, en una capa que data del 11 milenio a. C., restos de obsidiana procedentes de Milos. Por tanto esa isla volcánica fue explotada y quizá habitada, aunque no necesariamente de forma permanente. Sus habitantes fueron capaces de navegar y comerciar a través de una distancia de al menos 150 km.
Un asentamiento permanente en las islas solo podría ser establecido por una población sedentaria que dispusiera de agricultura y ganadería, lo que le haría aprovechar las pocas llanuras fértiles. Debido a su geografía, los cazadores-recolectores habrían tenido mayores dificultades. En el sitio de Maroula, en Citnos, fue hallado un fragmento de hueso que ha sido fechado, mediante Carbono-14, entre 7500 y 6500 a. C. Los más antiguos lugares habitados se encontraban en el islote de Sáliagos, entre Paros y Antíparos, Kefala en Ceos, y quizás el más antiguo de los estratos de Grotta en Naxos. Estos se remontan al quinto milenio a. C.
En Sáliagos (que en ese momento estaba unida a sus dos vecinas, Paros y Antíparos), se hallaron casas de piedra sin mortero, así como estatuillas. Los hallazgos de las excavaciones de la necrópolis de Kefala permiten estimar el número de habitantes entre cuarenta y cinco y ochenta. El estudios de los esqueletos ha revelado deformidades óseas, especialmente en las vértebras. Estas se han atribuido a enfermedades artríticas, que afligen a las sociedades sedentarias. La osteoporosis, otro signo de un estilo de vida sedentario, está presente, pero de manera menos habitual que en el continente durante el mismo período. La esperanza de vida se ha estimado en torno a veinte años, con un máximo de veintiocho a treinta y cinco. Las mujeres tendían a vivir menos que los hombres.
- Fitton, Cycladic Art., p. 22-23.
- Kenneth Honea, “Prehistoric Remains on the Island of Kythnos”, American Journal of Archaeology, vol. 79, no. 3, July 1975.
- Guide Bleu. Îles grecques., p. 202.
- Les Civilisations égéennes., p. 142.
Parece haber existido una división sexual del trabajo. Las tareas de las mujeres incluían ocuparse de los niños, de la cosecha, algunos trabajos agrícolas, la cría de animales, el hilado (se han encontrado torteras en tumbas de mujeres), la cestería y la alfarería. Los varones se ocupaban de las tareas más rudas como los trabajos agrícolas más pesados, la caza, la pesca, y trabajar materiales como la piedra, el hueso, la madera y el metal.8 Esta división sexual del trabajo llevó a una diferenciación social: las tumbas más ricas, en cista, son las que pertenecen a varones. La cerámica se realizaba sin torno, modelada a mano; se decoraba utilizando pinceles, mientras que las incisiones las hacían con las uñas de las manos. Los vasos fueron cocidos en hoyos o muelas, es decir, sin usar hornos. Por eso se llegaba a bajas temperaturas, de 700-800 °C. En Naxos se han hallado pequeños objetos de metal. La explotación de minas de plata en Sifnos puede fecharse en este período.Sus recursos naturales y su potencial papel en el comercio como escala de viajes le han permitido ser poblada desde el Neolítico. Gracias a esto, experimentaron un brillante florecimiento cultural en el 3er milenio a. C.: la Civilización cicládica. Posteriormente, los minoicos y los micénicos ejercieron su influencia. Las Cícladas alcanzaron un nuevo apogeo durante el período Arcaico (del VIII al siglo VI a. C.) En época clásica, los persas intentaron dominarlas durante sus intentos de conquistar Grecia. Después entraron en la órbita de Atenas con la formación de la liga de Delos. Luego los reinos Helenísticos se disputaron su dominio mientras Delos se convertía en una gran potencia comercial.
Piedras de obsidiana encontradas en Salíagos, del periodo neolítico (hacia 4000-3000 a. C.). Se exponen en el Museo Arqueológico de Paros. Zde – CC BY-SA 4.0.
La obsidiana, llamada a veces vidrio volcánico, es un tipo de roca ígnea —roca volcánica perteneciente al grupo de los silicatos—, con una composición química de silicatos alumínicos y un gran porcentaje (70 % o mayor) de óxidos silícicos. Su composición es parecida al granito y la riolita. La obsidiana es un vidrio (un sólido amorfo), porque no posee una estructura química bien definida (cristalina), por lo que a menudo se la clasifica como un mineraloide y no como mineral.
La civilización cicládica
A finales del siglo XIX, el arqueólogo griego Christos Tsountas sugirió que en las Cícladas se desarrolló una particular cultura durante el 3er milenio a. C. que denominó Civilización cicládica. Es famosa por sus ídolos de mármol, que se han encontrado incluso en lugares tan alejados como Portugal o la desembocadura del Danubio, lo que demuestra su dinamismo.
Las raíces de la civilización cicládica se hunden en tiempos remotos. Quizá en el 7000 a. C. Prueba de ello es la difusión de la obsidiana de Milo. De esta isla provienen numerosos objetos cortantes de obsidiana encontrados en diferentes asentamientos prehistóricos del Mediterráneo oriental, especialmente en la costa turca y en Tesalia (Grecia), aunque esto solo demuestra una frecuentación de la zona, que no supone necesariamente la existencia en ella de una base establecida de civilización. De hecho, los primeros indicios de comunidades organizadas en las Cícladas no van más allá del 5000 a. C. Y todavía en el Neolítico final, es decir, en la segunda mitad del cuarto milenio a. C., el grado de desarrollo de estas comunidades cicládicas parece limitado, sobre todo si lo comparamos con el de los centros del Oriente más inmediato: Anatolia, Siria, Canaán. Se trataría, según los datos que tenemos, de pequeñas aldeas de pescadores o de agricultores muy pobres.
Una característica cultural neolítica que amalgama elementos anatolios y del continente griego en el Egeo occidental antes del 4000 a. C., basada en el trigo (triticum dicoccum) y cebada silvestre, ovejas y cabras, cerdos, y atunes que fueron arponeados desde pequeños barcos (Rutter). Sitios excavados como Sáliagos y Kefala (en Ceos) muestran signos de trabajo del cobre. Cada una de las pequeñas islas Cícladas mantienen no más de unos pocos miles de habitantes, aunque los modelos de barcos del cicládico final muestran que cincuenta remeros pudieron ser reunidos de comunidades dispersas (Rutter).Esta cultura es anterior a la civilización minoica que se desarrolló en Creta. En sus inicios, la civilización minoica fue influenciada por la cicládica: Creta importaba Estatuillas cicládicas y los artesanos locales imitaron las técnicas cicládicas; los hallazgos arqueológicos que apoyan esta idea han sido encontrados en Agia Fotiá, Cnosos y Arjanes. Del mismo modo, en las excavaciones de la necrópolis de Agios Kosmas en el Ática se han descubierto objetos que demuestra una fuerte influencia de las Cícladas, debido a que un alto porcentaje de su población era de las islas Cícladas, o quizá a una colonia procedente de las islas.
Cabeza de una figura femenina perteneciente a la cultura Keros-Siros, periodo Cicládico Temprano II (2700-2300 a. C.) Museo del Louvre. Jastrow.
La Cultura de Keros-Siros, que se ubica cronológicamente entre 2700 y 2300 a. C., es a menudo considerada como el apogeo de la civilización cicládica. Obtiene su nombre de las pequeñas islas de Keros y Siros, del archipiélago de las Cícladas. Gracias, en parte, a la abundancia de objetos descubiertos en las tumbas, esta cultura es más conocida que la de Grotta-Pelos y la de Filacopí. Los asentamientos eran más grandes, estaban mejor organizados, incluso mejor planificados y mejor construidos. Estaban emplazados a orillas del mar. Los isleños obtenían una parte de sus alimentos, pero también eran comerciantes que navegaban.
Edad de los Metales; Edad del Cobre y del Bronce
En el periodo Calcolítico, aproximadamente entre el 3300 a. C. y el 2100 a. C., aquella civilización se expresó con notable originalidad. Y ello a pesar de que la facilidad de comunicación con las zonas ribereñas del Mediterráneo ofrecía a los habitantes de estas islas la posibilidad de absorber toda clase de influjos culturales foráneos.
El desarrollo de las actividades marineras y el cultivo de la vid son el resorte que dispara la transformación de las estructuras económicas, sociales y culturales de los isleños. Sus productos llegan a Grecia y a diversas regiones del Mediterráneo oriental. Hablaríamos de un verdadero despegue económico, que origina diferencias sociales. Y todo esto en paz, pues los asentamientos, situados mayoritariamente en las costas, no están fortificados. Lo serán más tarde, cuando las Cícladas caigan en la órbita de Creta, más poderosa y organizada. Estaremos entonces hacia el final del bronce Antiguo, es decir, en torno al año 2100 a. C.
Con respecto a los sistemas de datación usados para la civilización cicládica, hay autores que prefieren un sistema que tenga como eje las diferentes culturas y otros que emplean uno basado en el sistema tripartito de periodos ideado por Arthur Evans. No obstante, hay diferentes propuestas acerca de las fechas entre las que estarían comprendidos los diferentes periodos y culturas.
Tradicionalmente la civilización cicládica se divide en tres grandes períodos:
- Periodo Cicládico Temprano I (EC I; 3300-2800 a. C.), en el que se desarrolló la cultura Grotta-Pelos.
- Periodo Cicládico Temprano II (EC II; 2800-2300 a. C.), ocupado en gran medida por la cultura Keros-Siros, que a menudo se considera el apogeo de la civilización de las Cícladas.
- Periodo Cicládico Temprano III (EC III; 2300-2100 a. C.), que incluyó la cultura Filakopí I
El estudio de los esqueletos encontrados en las tumbas, siempre en cistas, muestra una evolución desde el Neolítico. La osteoporosis se volvió menos frecuente aunque las enfermedades artríticas seguían estando presentes. Por lo tanto, la dieta mejoró, y con ello la esperanza de vida progresó: los hombres vivían hasta los cuarenta o cuarenta y cinco años, pero las mujeres solo llegaban a los treinta. La división sexual del trabajo seguía siendo la misma que se identificó para el Neolítico: las mujeres se ocupaban de pequeñas tareas domésticas y agrícolas, mientras que los hombres se encargaban de las tareas más rudas y la artesanía. Su agricultura, como en otros lugares de la cuenca mediterránea, se basaba en el grano (principalmente la cebada, que necesita menos agua que el trigo), vides y olivos. La cría de animales se realizaba con cabras y ovejas, así como cerdos, pero muy pocos bovinos, debido a que su crianza estaba poco desarrollada en las islas. La pesca complementaba su dieta; aprovechaban la migración regular del atún. En esta época la madera era más abundante que la que tienen ahora las islas, lo cual permitió lo construcción de armazones para las casas y barcos.
En el Cicládico antiguo I floreció la cultura Grotta-Pelos. Es un periodo en el que la explotación de metales y los contactos con otras áreas del Egeo eran aún limitados, pero el relativamente gran número de necrópolis que se conocen indica un aumento de los asentamientos permanentes. Además aparecieron las características estatuillas cicládicas de mármol, inicialmente de tipo llamado «caja de violín», muy esquemáticas, y a finales del periodo también se realizaron otras estatuillas más naturalistas.
La cultura de Grotta-Pelos corresponde al periodo del Cicládico Antiguo I (CA I) (3200 – 2800 a. C.) y se centra en el sitio arqueológico de Grotta, en la isla de Naxos, a las afueras de la capital actual de la isla, y en el sitio de Pelos, en la isla de Milo, ambas islas de las Cícladas. Además, se han descubierto otros asentamientos pertenecientes al mismo periodo cronológico en las islas de Paros, Antíparos, Amorgós (sitio de Kapros) y en otros lugares de Naxos. (Fitton, p. 26).
Los asentamientos son poco conocidos: la mayoría de las casas, probablemente construidas con materiales perecederos como el adobe, han desaparecido. Del final del periodo se han hallado casas rectangulares, con una o dos habitaciones, con muros de piedra y arcilla. Los enterramientos se realizaban en sencillas tumbas de cista y se conocen numerosas necrópolis que indican un aumento de asentamientos permanentes y permiten evaluar su tamaño. Se trataba de pequeñas aldeas agrícolas. En las tumbas se han encontrado vasos de cerámica y de mármol, así como estatuillas de mármol, a menudo muy esquemáticas con forma de caja de violín, aunque ya a finales del periodo aparecen figurillas más naturalistas como las de «tipo Plastiras». La cerámica estaba hecha a mano (el torno de alfarero se introdujo desde Oriente en el Cicládico Antiguo III). La caja cilíndrica (pixis) era la forma principal de cerámica.
En los asentamientos de esta cultura también se explotaban metales como el cobre. Con respecto a los contactos con otras áreas del Egeo, se estima que eran escasos. Historia de las Cícladas, en la página oficial del Museo de Arte Cicládico de Atenas (en griego).
El Cicládico antiguo II es el periodo de apogeo de la civilización cicládica, en el que se desarrolló la metalurgia, se intensificaron los contactos con otras áreas del Egeo, aumentaron los asentamientos y se diversificaron los tipos de enterramientos. Además, aparecieron nuevas formas de cerámica y las estatuillas de mármol antropomórficas alcanzaron su mayor nivel de perfección.
En el Cicládico antiguo III, sin embargo, se aprecia una disminución del número de asentamientos mientras que en el arte de las estatuillas se volvió a las formas esquemáticas del periodo inicial. Aparecieron nuevas formas en la cerámica y la orfebrería, quizá procedentes de Asia Menor. Posiblemente se trató de una época de desastres y perturbaciones que llegó a todas las áreas del Egeo.
Después del 2100 a. C., cuando la altamente organizada cultura palaciega de Creta surgió, las islas declinaron, con la excepción de Delos, que conservó su arcaica reputación como santuario durante el periodo de la civilización clásica griega (ver liga de Delos). Y más tarde cae bajo la cada vez más predominante influencia política y artística del continente griego.
Figurilla de mujer embarazada (tercer milenio a. C.).Desconocido – User:Bibi Saint-Pol, own work, 2007-02-09. D. Público. Ver mayor resolución.
La Cultura de Keros-Siros, que se ubica cronológicamente entre 2700 y 2300 a. C., es a menudo considerada como el apogeo de la civilización cicládica. Obtiene su nombre de las pequeñas islas de Keros y Siros, del archipiélago de las Cícladas. Gracias, en parte, a la abundancia de objetos descubiertos en las tumbas, esta cultura es más conocida que la de Grotta-Pelos y la de Filacopí. Los asentamientos eran más grandes, estaban mejor organizados, incluso mejor planificados y mejor construidos. Estaban emplazados a orillas del mar. Los isleños obtenían una parte de sus alimentos, pero también eran comerciantes que navegaban.
Las llanuras litorales ofrecían agua potable y posibilidades agrícolas. Se conocen algunos establecimientos humanos en lugares fortificados en las alturas (Kastrí en Siros, Panormo en Naxos o la cima del monte Cintos en Delos), aunque a veces las casas se construyeron fuera de las murallas. La metalurgia estaba muy extendida. La cerámica y la escultura estaban muy desarrolladas e inspiraban a las culturas vecinas.
El asentamiento era muy diferente a los que había entonces en Creta: sin palacios monumentales, pero con casas de piedra con vigas de madera y tejados de ramaje. Las necrópolis se construyeron en las proximidades de los pueblos. Las tumbas eran bastante similares a las de la Cultura Grotta-Pelos, pero su tamaño era mayor, sirviendo en ocasiones como sepulturas múltiples, en varios pisos.4 En cambio, los objetos hallados en las tumbas difieren del periodo precedente mencionado.
Los célebres ídolos cicládicos han sido con frecuencia encontrados en estas sepulturas, aunque no exclusivamente. Además, únicamente una pequeña parte de ellas contenían ídolos de mármol. Las ofrendas funerarias eran variadas: estatuillas cicládicas, pero también vasos de mármol, joyas de bronce o de plata, artículos de tocador, tubos que contenían pigmentos. En Amorgós, a finales del periodo, aparecieron armas en las sepulturas.
La cerámica Keros-Siros fue muy abundante, con formas cada más variadas, y por vez primera con decoraciones pintadas, y no únicamente incisas. La forma más extendida era la llamada «salsera», forma típicamente cicládica en su origen y que influenció notablemente las cerámicas del continente. Fue también la época en que las «sartenes» (cuya función permanece siendo un misterio) poseían una decoración muy elaborada. Los vasos zoomorfos eran asimismo característicos de este periodo.
Los ídolos cicládicos Keros-Siros son considerados como el tipo «canónico», cuyas convenciones evolucionaron poco en cinco siglos. Sin embargo hay excepciones: el Tañedor de lira, grupos y algunas figuras masculinas. El tipo canónico consistía en una figura femenina estilizada y geométrica, los brazos plegados sobre el vientre, el derecho sobre el izquierdo. Numerosas hipótesis se han hecho sobre su significado: muñeca (pero no se han encontrado en tumbas infantiles), sustituta de esposa para los hombres solteros, objetos de culto o señas de estatus social. Ninguna hipótesis ha podido aún ser descartada o aceptada.
- Guide Bleu. Îles grecques. Hachette, 1998. ISBN 2012426409.
- J. Lesley Fitton, Cycladic Art. British Museum Press, 1989. ISBN 0714121606.
- Phlippe Bruneau, Michèle Brunet, Alexandre Farnoux, Jean-Charles Moretti, Délos. Île sacrée et ville cosmopolite. CNRS Éditions, 1996. ISBN 2271054230.
Fase de Filakopí
Filakopí (en griego, Φυλακωπή) es un sitio arqueológico de la isla de Milo (antigua Melos), en el archipiélago de las Cícladas. Es uno de los más importantes del mundo egeo para el periodo del Bronce Antiguo. Desarrollada desde el 2.300 a.C al 2.100 A.C.
Ocupado ya hacia 3300 a. C., Filakopí perteneció inicialmente a la civilización cicládica pero sufrió la influencia de la civilización minoica, y después de la civilización micénica. El asentamiento fue abandonado al final de la Edad del Bronce. Los vestigios más importantes son los muros ciclópeos, el megaron y el santuario. Una de las actividades más destacadas del lugar era la explotación de obsidiana.
El análisis estratigráfico del yacimiento realizado por los primeros excavadores permitió distinguir en Filakopí una primera fase pre-urbana y cuatro fases urbanas posteriores. La primera fase urbana, Filakopí I, suele asignarse al periodo comprendido entre 2300 y 2000 a. C. Estaba constituida por espacios habitacionales rectangulares. Entre las tumbas, predominaban las cistas aunque también se han hallado tumbas excavadas en roca.
Por otra parte, la historiografía distingue entre los diversos ámbitos de cultura cicládica la llamada «cultura Filakopí», que corresponde al periodo cicládico antiguo III y a la fase inicial del cicládico medio I, comprendido aproximadamente entre los años 2050/2000 y 1900/1850 a. C. En ella, las estatuillas cicládicas van desapareciendo progresivamente y consisten principalmente en pequeñas figuras esquemáticas que representan, en forma parecida a una cruz, la figura humana sin rasgos faciales ni articulaciones. En cambio, la cerámica experimentó un notable progreso y se encuentran variadas formas.
En la fase conocida como Filakopí II, que corresponde al periodo cicládico medio (2000-1600 a. C.) ya era el principal asentamiento de la isla de Melos. La ciudad contaba con una doble muralla. La muralla exterior, más débil, estaba hecha de tierra reforzada con algunas piedras, mientras la interior la formaban tierra y piedras pequeñas en la parte inferior y bloques ciclópeos encima. Estaban separadas por una distancia de tres metros y en ciertos lugares se unían mediante muros transversales. Además, un sector tenía una puerta secreta protegida por un muro.
Tras una destrucción provocada probablemente por la erupción del volcán de Tera, nace la nueva fase de la ciudad: Filakopí III, que comprende aproximadamente el periodo entre los años 1600 y 1400 a. C. Le sigue una cuarta fase, Filakopí IV, que es la correspondiente al periodo micénico y que incluye el periodo comprendido entre 1400 y 1100 a. C.
El megaron y las escrituras primitivas: el jeroglífico cretense y el Lineal A y B.
El llamado megaron, del que se estima que tenía una función similar a los palacios micénicos, se construyó sobre una primitiva mansión en la que se encontró un fragmento de una tablilla de lineal A fechada en torno al 1650 a. C. Otro hallazgo destacado fue un molde de piedra para una doble hacha que posiblemente estuvo en uso en torno al 1500 a. C.
El lineal A es una escritura de la civilización minoica de Creta. Se empleó del siglo XIX al XV a. C. para escribir el idioma minoico. Esta escritura se denomina «lineal» porque se compone de signos que, aunque derivados de ideogramas, ya no son reconocibles como representaciones de objetos, sino que consisten en líneas agrupadas en formaciones abstractas. La escritura solo ha podido ser descifrada en una pequeña parte.
Tablilla de Hagia Triada, Creta, c. Siglo XV a. C. Lineal A. Zde – Trabajo propio. CC BY-SA 4.0.
La inscripción más antigua que se ha encontrado de lineal A pertenece al periodo minoico medio IIA y fue hallada en el palacio de Cnoso. Se han encontrado también algunas del minoico medio IIB en el palacio de Festo. En estos periodos coexistió con otro tipo de escritura: el jeroglífico cretense. En el minoico medio III, quizá debido a algún tipo de cambio político en la isla, se dejó de emplear el jeroglífico cretense y el lineal A pasó a ser la única escritura de la isla hasta el periodo minoico tardío IB, momento en el que, con la llegada de los micénicos a la isla, empezó a emplearse el lineal B.
- Carvajal, Guillermo (18 de noviembre de 2019). «El lingüista y arqueólogo que está a punto de descifrar la escritura Lineal A de la civilización minoica». La Brújula Verde. Consultado el 21 de noviembre de 2019.
- Tomas, Helena (2018). «La escritura lineal A». Arqueología e historia (Madrid: Desperta Ferro Ediciones) (17): 46-49. ISSN 2387-1237. Consultado el 17 de diciembre de 2018.
- Miguel Valério: La escritura lineal A: avances en los estudios de desciframiento
- Jean-Pierre Olivier: Las escrituras egeas:«jeroglífica» cretense, lineal A, lineal B, chiprominoicas y escrituras silábicas chipriotas del I milenio antes de nuestra era, p.18, en Faventia Supplementa 1. Actas del Simposio Internacional: 55 Años de Micenología (1952-2007)
- Mosterín, Jesús (1993). Teoría de la escritura. Icaria Editorial. ISBN 978-84-7426-199-8.
- Cross, Frank M (1992). La invención del desarrollo del alfabeto, en W. SENNER (ed.) Los orígenes de la escritura, Siglo XXI, Madrid 1992, pp. 76-88.
Mientras coexistieron el lineal A y el jeroglífico cretense, el primero se usó principalmente en el sur de Creta, mientras el segundo se halla principalmente en la parte norte de Creta central y en la Creta nororiental. Esto ha llevado a sugerir que en esta época había una división política en la isla que propició la escisión en dos tipos de escrituras de una escritura anterior común. Sin embargo, se dan casos de la aparición de ambas escrituras en los mismos periodos en algunos lugares.
Luego, en el minoico tardío IB, el lineal A ya aparece en toda la isla de Creta además de en otros lugares fuera de la isla, como Samotracia, Tera, Ceos, Milos o Mileto. El lugar donde se han hallado más documentos en lineal A es Hagia Triada.
Tipos de signos
El corpus del lineal A consta de algo más de 1500 inscripciones que incluyen algo más de 7500 signos. Se conocen 97 silabogramas, aunque se ha sugerido que algunos de ellos pueden ser formas mal identificadas, puesto que solo aparecen documentados una vez. Muchos de ellos tienen paralelos con el Lineal B. Además, se emplean diversos signos de cifras, que son casi idénticos que los del lineal B y otros que representan medidas siguiendo un sistema —diferente al del lineal B— de fracciones alícuotas. También se emplean logogramas, que representan productos, y que a menudo están asociados con grupos de sílabas. A veces se usan monogramas, que son signos compuestos por dos o tres silabogramas, para representar productos.
Funciones
Muchos de los documentos hallados en lineal A tenían una función administrativa. Estos se han hallado en palacios y en otros edificios donde se ejercía una función de control económico y de personas. Son de dos tipos: tablillas de arcilla y nódulos. Las tablillas de arcilla con la escritura lineal A se utilizaban para registrar transacciones comerciales de bienes como alimentos, ganado, cerámica y textiles, aunque también pueden contener listas de personas. En cambio las de nódulos pueden presentarse en diversos formatos y pueden tener una inscripción de un único signo o un sello impreso. Algunos tienen un orificio que probablemente servía para que colgase de algo, quizá de rollos de papiro. Se distinguen nódulos con orificio único, nódulos con doble orificio, nódulos de base plana, discos circulares, los llamados «noduli» y sellos directos sobre objetos.
La escritura en tablillas de barro no es muy práctica, es muy poco adecuada para el grabado de líneas como las empleadas en el lineal A. De ello se deduce que se escribía principalmente sobre otros materiales que han desaparecido, como el papiro o el pergamino. Las tablillas de barro han sobrevivido gracias al incendio de los edificios en los que se encontraban los archivos, con lo que el barro se coció y se han conservado el material y los textos.
Por otra parte, algunos textos de lineal A están asociados a contextos religiosos. Estos se han hallado en santuarios de altura, en cuevas o en tumbas, sobre diversos soportes como tablas de piedra usadas para libaciones, copas, hachas, figurillas y otros objetos votivos. Las más comunes de este tipo son las halladas sobre tablas de piedra que aparecen fuertemente dañadas quizá debido a que durante algún ritual religioso se hubieran roto deliberadamente.
Inscripción en lineal A sobre una tablilla del siglo XV a. C. Siren-Com – Trabajo propio. CC BY-SA 3.0.
Lengua e intentos de desciframiento
Se ha llamado a la lengua escrita con este sistema minoica o eteocretense, lengua que es desconocida. Aunque no se ha podido incluir en ninguna familia de lenguas, se ha deducido el valor fonético de muchos de los signos por medio de la comparación con el lineal B. Mediante comparación con el lineal B también se ha deducido el significado de tres palabras (KU-RO= total; PO-TO-KU-RO= total absoluto y KI-RO= déficit). La gran cantidad de logogramas permite también hacer estimaciones sobre el contenido de los textos encontrados. Se estima que muchas palabras son nombres de lugares y de personas. Por otra parte, en contextos votivos se encuentra a menudo la palabra «ja-sa-sa-ra-me» o su variante «a-sa-sa-ra», a la que se quizá atribuyera una función mágica o fuera la denominación de una divinidad. También se ha tratado de comprender el significado de algunas palabras relacionándolas etimológicamente con palabras de otro idioma conocido de la zona del Mediterráneo Oriental, como el hitita, el luvita, el palaíta, el griego, el idioma fenicio y otras lenguas semíticas, sin que se hayan logrado resultados concluyentes.
Prácticas religiosas de la época de Filakopí Cicládico
Desde la Edad del Bronce Antigua, los hallazgos de figurillas cicládicas de brazos cruzados muestran que en Filakopí se seguían unas prácticas religiosas similares a las de otros asentamientos cicládicos. A partir del 1700 a. C. se aprecia una influencia procedente de Creta, como muestran las pinturas al fresco. Más tarde, hacia el 1400 a. C., se construyó el santuario. En él se hallaron numerosos restos de figurillas votivas de terracota y otras ofrendas. Una de las figurillas más destacadas es la denominada «dama de Filakopí», que puede datarse en torno al 1350 a. C. Hacia el 1120 a. C. el santuario fue abandonado.
La «dama de Filakopí», perteneciente a la fase micénica del asentamiento. Se expone en el Museo Arqueológico de Milos. Zde. CC BY-SA 4.0.
Fresco de un pez volador hallado en Filakopí, Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Dominio Público. Autor desconocido.
Máscara facial de oro del periodo micénico de Filakopí, Museo Arqueológico de Milos. Zde. CC BY-SA 4.0.
Figurilla cicládica de la fase Filakopí I., Museo de Prehistoria de Thera. Olaf Tausch -. CC BY 3.0.
Múltiple Pyxis (o Kernos?), Hecho de piedra, de esteatita. Proviene de la isla cicládica de Milos (Melos), de la Edad del Bronce Temprana (EC II), alrededor del 2500 a.C. Consiste en siete recipientes cilíndricos conectados alrededor de un «patio trasero». Se trata de lugares de culto, y las paredes están decoradas con espirales. Staatliche Antikensammlungen Münche. Zde . CC BY-SA 3.0.
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Dejando ya la fase de Filakopí y regresando al tema de la propia civilización en torno a las Islas Cícladas, hay que advertir, de entrada, que aún quedan muchos puntos oscuros, muchos datos por codificar, muchas hipótesis no probadas. El estudio del Cicládico ha sido laborioso, complejo y aún no puede darse por concluido.
El historiador griego Tucídides había escrito en el siglo V a. C.: «Minos (…) dominó las Cícladas y fue el colonizador de gran parte de ellas, después de haber expulsado a los carios«.
Fueron estas palabras las que llamaron la atención del arqueólogo Ludwig Ross quien, en el segundo tercio del siglo XIX, aventuró la hipótesis de que en las sepulturas prehistóricas visitadas por él en Paros, Naxos, Amorgos y Tera (Santorini), donde se habían hallado ídolos y vasos de mármol, estaba la confirmación de la presencia de los carios en el archipiélago: un pueblo de piratas originario de la región costera del Asia Menor entre las antiguas Lidia, Licia y Frigia.
Por los mismos años del siglo XIX en que Ludwig Ross, con los textos de Tucídides en la mano, atribuía a los carios las tumbas del Cicládico, en Filakopí, en la isla de Milo, aparecían nuevas tumbas intactas colmadas de cerámica que luego se dispersaron por los museos de Europa. Veinte años después, en torno a 1850-60, el arqueólogo Papadopoulos exploró la necrópolis de Jalandrianí en la isla de Siros y formuló la hipótesis de que aquellas tumbas eran de época romana y guardaban los restos de los condenados por delitos políticos, a quienes Roma expatriaba y confinaba en los islotes de aquel archipiélago. No deben extrañarnos estas suposiciones erróneas, puesto que en aquella época no había forma de cotejar críticamente los materiales que proporcionaban las excavaciones.
Hacia 1860 comienza la exploración de los asentamientos prehistóricos de la isla de Santorini. Pero aún no puede hablarse de investigaciones científicas, susceptibles de configurar un cuadro fiable de la civilización que los hallazgos van delineando.
En los últimos años del siglo la actividad exploratoria es muy intensa, rica en observaciones que aún tienen validez. En gran parte la lleva a cabo Christos Tsountas, quien investigó lugares de enterramiento en varias islas en 1898-99, sobre todo en Amorgos, Despotikó, Paros, Antíparos, Sifnos y Siros, y acuñó el término de «civilización cicládica».
Pero las primeras excavaciones verdaderas son las que en 1896 dirige la Escuela Británica de Atenas, en Filakopí, en la isla de Milo. Las excavaciones incluyeron el análisis estratigráfico del terreno y proporcionaron resultados fiables. En concreto en la isla de Milo pudo reconocerse la presencia de tres ciudades superpuestas, precedidas por una fase aún más antigua (preurbana). Y sobre todo se comprobó que estas diversas fases podían ser relacionadas con los estilos de cerámica.
A partir de entonces, el interés se quedó a la zaga, pero se reanimó a mediados del siglo XX, cuando coleccionistas comenzaron a pujar por las tallas de corte modernista que se parecían tanto a la escultura de Jean Arp o de Constantin Brancusi. Los sitios arqueológicos fueron saqueados y surgió un activo comercio de falsificaciones. El contexto de muchas de estas figurillas cicládicas ha sido así destruido. Otros intrigantes y misteriosos objetos son las sartenes cicládicas. La arqueología ha revelado las líneas generales de esta cultura agrícola y marinera.
Una de las características sartenes cicládicas expuesta en el Museo Arqueológico de Siros (2700-2300 a. C.). Zde . CC BY-SA 4.0. Las sartenes cicládicas son objetos de cerámica hallados en estratos arqueológicos del período Cicládico inicial II de las islas del Egeo y del Heládico inicial I y II del Egeo. De uso discutido, su morfología oscila entre el plato, la bandeja y la sartén, es probable que fueran objetos de prestigio. Su decoración es muy elaborada. Se han encontrado por todo el Egeo, normalmente en tumbas, aunque se trata de hallazgos funerarios muy raros, aspecto que no ayuda a deducir su uso.
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Estas «sartenes» tienen un diámetro de 20-28 centímetros, borde elevado y mango. Sin embargo, toda la decoración suele estar en el borde exterior y en la base, bien impresa o incisa. Los mangos varían mucho, sobre todo en el continente. Algunos piensan que el término «mango» es engañoso, porque en muchos ejemplares esta parte es más decorativa que utilitaria.
Se distinguen dos tipos de «sartenes». El llamado «tipo Kampos» es del Cicládico inicial: el lado liso está decorado con líneas incisas que enmarcan espirales; el mango rectangular tiene un travesaño, el área circular principal está decorada normalmente con espirales incisas en torno a una estrella central. El otro es el «tipo Siros», con un lado cóncavo sin decoración y un mango doble; el área circular principal está decorada con círculos o espirales concéntricos impresos, a menudo acompañados de dibujos incisos de barcos largos o lo que a menudo se interpreta como genitales femeninos.
Los dibujos habituales de las sartenes cicládicas incluyen:
estrellas grandes con círculos o bandas en su interior
motivos triangulares en filas
círculos concéntricos
motivos con forma de rueda
muchas espirales pequeñas agrupadas
barcos (con estandartes de pez)
“Sartén” cicládica con decoración en espiral. Cicládico inicial I–II (ca. 2700 a. C.). Marie-Lan Nguyen y un autor más . Dominio público.
Usos propuestos de las sartenes cicládicas
Varían mucho, pero algunas de las teorías más extendidas son:
- platos
- utensilios de cocina
- espejos
- tambores o instrumentos de percusión
- objetos religiosos o rituales
vasos de libacionesLa interpretación como «plato» es bastante neutral, porque un plato puede ser desde un objeto decorativo hasta uno religioso. Es muy improbable que sean utensilios de cocina, porque no hay señales de fuego en ellos, y porque normalmente se encuentran en tumbas. La interpretación como «tambor» no es verosímil, porque se esperaría que un tambor tuviera agujeros en torno al borde para atar en ellos el parche. Además, con el mango de muchos de los ejemplares hallados sería muy difícil para un intérprete sujetar el tambor.
Es mucho más interesante la interpretación como espejos. Su decoración es compatible con este tipo de objeto. Los espejos metálicos prehistóricos tienen a menudo la parte trasera decorada. La cerámica no es reflectante, pero se ha sugerido que, rellenos de agua o aceite, estos objetos podrían funcionar como espejo. Un estudio experimental concluyó que el mejor reflejo se conseguía con aceite de oliva oscuro.
La debilidad de la explicación religioso-ritual reside en que se trata del recurso habitual de los viejos arqueólogos para explicar cualquier cosa cuya explicación no es obvia. Sin embargo, dado que se han encontrado en un contexto funerario, aunque tuvieran un uso en la vida diaria, podrían tener un significado religioso profundo.
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Origen de los habitantes de las Cícladas
Otro tema de encendidos debates fue el del origen de los primeros habitantes de las Cícladas.
Hasta los 50 del siglo XX, la ausencia de huellas de asentamientos neolíticos en las islas daba pie a suponer que estas no estaban habitadas en aquel periodo; por lo tanto, su poblamiento se situaba en torno al 2600 a. C. Pero ¿de dónde procedían aquellos primeros habitantes de las Cícladas? Casi todos los investigadores coincidían en afirmar que se trataba de grupos heterogéneos llegados de Anatolia en el curso de migraciones sucesivas, y muchos señalaban que uno de los centros de procedencia, entre el 2800 y el 2300 a. C., fue Troya. En cualquier caso parecía cierto que, en el momento de llegar a las islas, aquellos grupos poseían ya una civilización propia y definida, que después evolucionó de manera autónoma.
Era la única hipótesis posible, dado que las demás carecían de base. Faltaban por completo las informaciones históricas, y las breves noticias de Tucídides, que es necesario repetir, vivió en el siglo V a. C., hacían referencia a una época más avanzada, concretamente a la expansión cretense por el archipiélago. Según menciona el historiador, en aquel tiempo las islas estaban habitadas por los carios, cuyas armas hallaron los atenienses en más de la mitad de las tumbas que descubrieron en el curso de la purificación de la isla de Delos.
Pero las excavaciones efectuadas en los 60 suministraron nuevos elementos que echaron por tierra gran parte de las precedentes hipótesis.
Ídolo cicládico conservado en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Fue posible determinar que las Cícladas estaban ya habitadas, por lo menos, en los últimos tiempos del Neolítico Medio y en el Neolítico Final; es decir hacia el 5000 a. C. Así lo demostraban los hallazgos habidos en Saliagos, un islote entre las islas de Paros y Antíparos, entre 1964 y 1965, así como las excavaciones que en 1963 se llevaron a cabo en Kefala, en la isla de Ceos.
Los descubrimientos de Saliagos fueron muy interesantes. Eran restos de habitaciones de planta rectangular, sobre fundamentos de piedra, cerradas por un muro perimetral. En ellas aparecieron cerámicas de formas geométricas, cuya superficie oscura estaba decorada con motivos en blanco opaco, rectilíneos o curvos. Estos elementos configuraban la que, a partir de entonces, se llamó cultura de Saliagos, que englobó otros hallazgos de las mismas características en Vouni (isla de Antíparos), Agriliá (Milo) —no confundir con otro yacimiento arqueológico cicládico llamado también Agriliá en la isla de Kufonisi— y Mavri Spilia (Miconos). Los materiales fueron sometidos a pruebas de datación mediante el carbono 14 (14C), según las cuales, y en relación con las excavaciones de Emporió X en la isla de Quíos, pudo determinarse que esta cultura floreció en torno al 4900 a. C. A ella se asociaron también puntas de obsidiana y pequeñas figuras tanto esquemáticas como naturalistas.
Por las mismas fechas, el arqueólogo Caskey halló en Kefala una necrópolis con tumbas redondas, ovaladas y rectangulares. En general estaban realizadas con pequeños muros de piedra inclinados hacia el centro, aunque algunas se habían excavado parcialmente en la roca; las había individuales y múltiples. Entre los escombros salieron a la luz numerosas cerámicas de color oscuro, algunas rojizas y otras de color rojo brillante. Había jarras de cuello largo y fino, tazas, una especie de cazo de extravagante forma, una estatuilla obscena de terracota, etc. Dado que estos objetos, y especialmente la cerámica oscura, mostraban características afines a la de otros hallazgos producidos en el Ática y en las Cícladas noroccidentales, se asignó a esta cultura la denominación de Ática-Kefala. Sabemos que se desarrolló hacia el 3500 a. C.
En definitiva, tanto sobre el origen como sobre la lengua de los cicládicos no se ha podido establecer nada seguro, aunque se ha sugerido que hay una alta probabilidad de que pertenecieran a una rama no indoeuropea. Los descubrimientos arqueológicos obligaron a revisar las conclusiones de quienes atribuían un origen exclusivamente anatólico a la civilización cicládica. Uno de los principales argumentos en que se apoyaban era la presencia de tumbas de cista, pero el hecho de que este tipo de tumbas aparezca ya en la necrópolis de Kefala sugiere una continuidad local. Sin duda hay ciertas analogías entre la civilización cicládica y la anatólica, pero ello no demuestra que haya sido Anatolia el hogar originario de aquella. Algunas de sus formas parecen de origen local; otras podrían estar ligadas al continente griego.
Las ciudades de los vivos
Disponemos de datos procedentes de excavaciones de asentamientos y viviendas aisladas, pero no siempre son del todo fiables por las dificultades que entraña la datación.
Los hábitats tenían un cierto urbanismo con una disposición de las casas en calles. Las viviendas, generalmente divididas en dos habitaciones, eran de piedra y se encuentran ejemplos de paredes curvas y rectas. Carecían de ladrillos, tejas y revestimientos y los suelos estaban formados por la propia tierra. Estas circunstancias hacen que, una vez destruidos, sean difícilmente detectables arqueológicamente.
Grupo de tres figuras cicládicas. Smial. CC BY-SA 2.5.
Los muros defensivos
Algunos de los asentamientos, como Jalandrianí (Siros), Pánormos (Naxos) y Markianí (Amorgos) contaban con fortificaciones.
En Jalandrianí se trata propiamente de una acrópolis, tres de cuyos lados están defendidos por un precipicio. Bastó con fortificar el cuarto lado mediante una muralla doble, semielíptica, de cerca de 60 m. Del muro externo, el más débil, quedan un par de hileras de piedras. En su centro se abre una puerta dispuesta oblicuamente respecto al muro. La muralla interior, de sillares pequeños, está reforzada por 5 torres. Los accesos eran dos, situados junto a la segunda torre y entre la tercera y la cuarta, y obligaban también a los agresores a un largo recorrido al descubierto.
Las ciudades de los muertos
Las tumbas cicládicas más habituales son de tipo de cista. Se excavan a poca profundidad en las pendientes de las colinas, a veces hasta la orilla del mar y tienen forma trapezoidal, con los lados revestidos de piedras planas. La cobertura es también de piedras sin tallar, mientras que el piso es de piedra, guijarros o sencillamente tierra apisonada. Sus dimensiones son reducidas. No más 1,20 m de longitud. Otra característica es la presencia de algunas tumbas múltiples, probablemente de miembros de una misma familia, en las que se superponen las sepulturas.
Reconstrucción de una tumba de cista. José-Manuel Benito Álvarez – Trabajo propio. (Repetido).
En el Cicládico Antiguo I se dan casi exclusivamente tumbas en cista y están también presentes en los periodos cicládicos posteriores pero, además, en la fase II del Cicládico Antiguo aparecen las llamadas «tumbas de saledizo» en Siros y, en la fase III, las tumbas excavadas en roca, halladas principalmente en la isla de Melos. Por último, también hay algunas tumbas infantiles en pithoi.
Pithos o pitos, del griego antiguo πίθος (el plural es píthoi), es una vasija grande habitualmente de forma ovoide y panzuda,( Ver nota: Antonio Caro, en su Diccionario de términos define pithos como tinaja grande y ovoidal empleada en Grecia para contener grano, aceite o vino y opcionalmente para usos funerarios.), aunque también se han encontrado con forma de barril, esférica, piriforme, ovoide elongada, y con boca ancha o estrecha.
Se utilizaban para conservar virtualmente cualquier cosa pero, sobre todo, cereales y aceite. Del tipo tinaja y fabricados con una decoración tosca o sin ella, los pitos podían alcanzar una altura superior a la humana. Como recipiente tipo tuvieron su continuación en el dolium de la alfarería romana. Típicos del periodo minoico, se hallaron en abundancia entre los restos del Palacio de Cnosos, pero también en el yacimiento arqueológico submarino del pecio de Uluburun, lo que parece certificar su uso en el transporte de mercancías.
Pithos también es el nombre dado a las vasijas cerámicas de gran tamaño utilizadas por los fenicios y púnicos para el almacenaje y transporte de mercancías. Son de forma esférica u ovoide, con boca ancha, y pueden llevar de dos a cuatro asas, geminadas y de sección circular.
Pithos del yacimiento minoico de Cnosos. Zeph at nl.wikipedia. CC BY 2.5.
Vasija tartesia hallada en Gades y datada en el siglo vi a. C. Gades es el nombre latino de la actual ciudad de Cádiz. Los griegos la llamaron Διδύμη (Didýme). Considerada siempre como una isla, fue descrita por autores como Pomponio Mela (Chorografía, libro III) o Plinio el Viejo1 (libro IV de su Naturalis Historia). García y Bellido hace el siguiente comentario: «Gades era en la antigüedad una isla, y aún lo es todavía, aunque no sea perceptible el hecho. Por esto, tanto Plinio como Estrabón y Mela hablan de ella al describir las islas que circundan los continentes». La ciudad contaba con dos centros urbanos, uno en las islas y otro en el continente, ahí el nombre de Διδύμη (en griego antiguo, διδύμη, didýme, significa ‘melliza’).
Su decoración es variada, e incluye desde bandas pintadas con engobe rojo, enmarcadas en líneas negras, a simples líneas horizontales en negro. Tanto el tipo de decoración como su forma se difundieron rápidamente entre los poblados indígenas mediterráneos.
También se utilizaron las de tamaño grande en las necrópolis para depositar dentro los cadáveres en un tipo de inhumación más antigua que la posterior cremación y colocación de las cenizas y fragmentos óseos en urnas cinerarias; así por ejemplo, en la cultura ibérica de El Argar se utilizaron, durante su fase B (1500-1300 a. C.), en enterramientos.
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- «Enterramiento en pithos». Tesauros. Consultado el 21 de abril de 2021.
Las «tumbas de saledizo» están documentadas únicamente en la isla de Siros. Se trata de pequeñas tumbas con cámara, con paredes de piedra en seco cuyas hiladas van aproximándose hacia el interior hasta formar una falsa bóveda, que en su parte superior se cierra con una gran lastra cuyo peso da solidez al conjunto. Como detalle curioso hay que observar que estas tumbas tienen una abertura que comunica con el exterior y cuya función no está clara.10 Sus dimensiones no permiten el paso de un cuerpo. Posiblemente se destinaba a ciertos ritos funerarios. A propósito de tales ritos recordemos que en las tumbas de cista el cuerpo del difunto, o los cuerpos cuando eran varios, se disponía recostado sobre el lado derecho, las rodillas dobladas hacia el pecho y el antebrazo llevado hacia la cabeza. De ahí las reducidas dimensiones del enterramiento.
Muy posiblemente esta variedad tenga relación con el aumento de contactos con diferentes áreas del Egeo que tuvieron lugar en estos periodos. De hecho, en algunas áreas externas a las Cícladas como Ano Kufonisi, Agia Fotiá —en Creta—, Yaso —en Anatolia—, Tsepi, Hagios Kosmás —en el Ática— y Manika —en Eubea— se hallan tumbas con objetos y usos de la cultura cicládica.
Las prácticas religiosas de la civilización Cicládica
La escasez de hallazgos arqueológicos hace que sepamos muy poco de las prácticas religiosas de los pueblos cicládicos. Mientras que en Creta se han encontrado numerosos lugares de culto, en las Cícladas tan solo conocemos uno. En el puerto de Minoa, en la isla de Amorgos, bajo una gran peña, se han hallado fragmentos de cerámica y algunos vasos enteros. Parece que en tiempos remotos existió allí una gruta o quebrada. Cerca, en otra quebrada, se han hallado también muchos restos cerámicos. Las excavaciones dirigidas por Tsountas en esta misma zona revelaron la existencia de fosas semejantes repletas de añicos. En una de ellas el mismo arqueólogo descubrió, además, cierto número de vasos más o menos completos, alguna pieza en forma de huso y trozos de obsidiana. Muchos vasos contenían astillas de hueso, a menudo ennegrecidas y calcinadas, dientes de oveja, cabra o buey.
El descubrimiento de estos depósitos de vasos bajo las rocas o en anfractuosidades del terreno, por un lado, y la completa ausencia de necrópolis en los alrededores, por otro, sugieren que nos hallamos ante un lugar sagrado al aire libre donde probablemente se celebrasen ritos con ofrendas, objetos votivos y sacrificios de animales. Las cenizas, mezcladas con los huesos y los exvotos, se depositaban finalmente en la quebrada de modo que quedaran en estrecho contacto con la roca, que simbolizaría a la Diosa Madre.
Un exvoto es un tipo de ofrenda votiva hecha a un dios o dioses. Estas ofrendas se depositan en santuarios o lugares de culto y pueden consistir en figurillas o dibujos que representan personas o animales, armas, alimentos, etc. Se obsequia en cumplimiento de una promesa, ya sea en gratitud o devoción, del latín ex voto suscepto que significa «de la promesa cumplida». El ofrecimiento de exvotos tiene su origen en las civilizaciones egipcias y mesopotámicas.
En España destacan los procedentes de excavaciones iberas del siglo III a. C., encontradas en el sur y el sureste peninsular, los exvotos iberos suelen tratarse de figuras que representan guerreros, jinetes, animales e incluso deidades, normalmente elaboradas en bronce.
Exvoto ibero en el Museo Arqueológico Nacional). Proyectos DIASPORA y REMAN3D from España. CC BY 2.0.
Kernos cicládico expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Cerno, querno o kernos (en griego antiguo κέρνος o κέρχνος, plural kernoi) era un vaso de ofrendas (vasija ritual) compuesto de varios opérculos o «cotiliscos» unidos entre sí, que servían de recipientes para mezclar en el cuerpo del vaso los distintos líquidos usados en la ofrenda. Las excavaciones arqueológicas los han encontrado en todo el mundo mediterráneo, desde Grecia hasta Levante. Los más antiguos se remontan a la civilización cicládica, alrededor de 2300-2200 a. C.
Ateneo, en el Banquete de los eruditos, da una descripción del cerno y de los tipos de ofrendas que podía reunir:
Está también el kernos, vaso de arcilla que contiene varias pequeñas cavidades o cotilos aglutinados: en esos cotilos hay adormideras blancas, trigo, cebada, guisantes, plumas de ángel, garbanzos, lentejas; quien llevaba este vaso podía comer de todo, como si llevara la esperanza, según dice Amonio en el libro 3, De los altares y de los sacrificios.
Algunas pinturas decorando diversos vasos griegos demuestran que en la celebración de los Misterios de Eleusis, las sacerdotisas solían llevar ‘quernos’ con lamparillas sobre la cabeza.
Cerno del periodo Cicládico Antiguo III-Cicládico Medio II (h. 2000 a. C.), descubierto en una tumba de Milo y conservado en el Museo del Louvre (Sèvres 3552). Marie-Lan Nguyen y un autor más . Dominio Público.
Kernos cicládico expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Zde – Trabajo propio. CC BY-SA 4.0.
Estructura social y economía
Del hecho de que la mayor parte de objetos provengan de un número reducido de tumbas, en tanto que en la mayoría de éstas solo hayan aparecido uno o dos por término medio, cabe deducir que el pueblo cicládico había pasado ya de la sociedad diferenciada, en el que destacaban determinados grupos y personas. Había «ricos» o «notables» que se podían permitir un ajuar funerario acorde con su rango, en tanto que los «pobres» debían contentarse con un ídolo, una vasija o un sencillo adorno. Esta hipótesis viene corroborada por otro indicio, como es el de la aparición en las tumbas de objetos ya usados: vasijas con evidentes huellas de composturas, píxides con tapaderas que no les corresponden, etc. De eso han deducido algunos estudiosos que las familias pobres compraban para sus difuntos un ajuar literalmente de «segunda mano».
Esto es, en suma, lo que revelan las necesidades acerca de la estructura social de aquellas gentes. Algunos otros hallazgos se refieren a la vida económica. Es posible afirmar que se trataba de un pueblo de agricultores —los suelos volcánicos de algunas islas hacían que el cultivo de la vid fuera propicio, y en los valles interiores se cultivaba trigo y cebada—, pastores y artesanos. Además, obtenían mármol —en Naxos y Paros—, obsidiana —en Melos—, oro —en Sifnos— y galena argentífera —en Naxos y Ceos— de la que se obtenían plomo y plata. Mediante estos y otros elementos minerales, los artesanos producían herramientas, joyas, estatuillas, vasijas y, en una fase del Cicládico Antiguo más avanzada, armas.13
Sin duda, otras actividades eran la pesca y en la navegación. Que practicaban la primera lo prueban tanto el descubrimiento de algunos anzuelos de bronce, como la decoración de ciertos vasos de terracota en que aparecen hombres portando un pez en cada mano. En cuanto a la navegación, hay decoraciones en las llamadas sartenes cicládicas en las que aparecen representadas naves variadas, propulsadas a vela o mediante remos, algunas seguramente simples barcos de pesca y otras de mayor envergadura,14 algunas quizá capaces de servir para las más audaces exploraciones. De hecho, parece que los marinos de las Cícladas no se limitaron a comerciar con la vecina Creta, el Peloponeso y Anatolia, sino que llegaron hasta la costa dálmata, Cerdeña y, por lo menos durante el Bronce Medio, a partir del 2000 a. C., hasta las Baleares y el sur de Francia, ya que en todos estos lugares han aparecido objetos de elaboración cicládica.
Por desgracia aquel pueblo que poseía nociones de numeración no dejó documentos escritos que permitan caracterizarlo con mayor precisión.
Referencias bibliográficas:
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- Entrevista a Panayiota Sotirakopoulou, en mediterraneoantiguo.blogspot.com (en inglés)
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- Hay autores que también citan entre las murallas cicládicas la imponente muralla de Filakopí, en Melos. Esta corresponde, sin embargo, a la fase de Filakopí II, cuya cronología se sitúa hacia 2000-1600 a. C., en la que la civilización minoica ya adquirió la hegemonía sobre la cicládica.
- Oihane González Herrero, El desarrollo cultural de las Islas Cícladas durante el Bronce Antiguo a través del mundo funerario, pp.18, 20.
- María Isabel Rodríguez López, El arte cicládico, p. 6.
- Oihane González Herrero, El desarrollo cultural de las Islas Cícladas durante el Bronce Antiguo a través del mundo funerario, pp.21,22.
- María Isabel Rodríguez López, El arte cicládico, p. 4, ISBN 84-9822-112-9.
- Luis García Iglesias, Los orígenes del pueblo griego, p.38.
- VV.AA. (1988). Los grandes descubrimientos de la arqueología. Barcelona: Planeta-De Agostini. pp. 21-41. ISBN 84-395-0687-2.
Enlaces externos
- El Neolítico en las Cícladas
- Las Cícladas
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- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Arte de la Antigua Grecia.
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Figuras femeninas. Zde – Trabajo propio. CC BY-SA 4.0.
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