«Los únicos males futuros que deben, con razón, alarmarnos, son aquellos cuya llegada y cuyo momento son seguros. Pero hay muy pocos que se encuentren en este caso, porque los males son: o simplemente posibles o a lo sumo verosímiles, o bien son ciertos, pero es dudosa la época de su llegada. Si uno se preocupa de las dos especies de desgracias, no se tiene ya un solo momento de reposo. Por consiguiente, a fin de no perder la tranquilidad de nuestra vida, por males cuya existencia o cuya época son indecisas, debemos habituarnos a considerar los unos como si nunca debiesen suceder, y los otros, como si no debiesen ocurrir con seguridad inmediatamente»
Arthur Schopenhauer