Los acontecimientos y los actos de esta historia |de la filosofía] no son de aquellos en los que imprimen su sello y dejan su contenido, fundamentalmente, la personalidad y el carácter individual —como ocurre en la historia política, en la que el individuo ocupa el puesto que corresponde a su modo especial de ser, a su genio, a sus pasiones, a la energía o a la debilidad de su carácter, en una palabra: lo que hace de él este individuo—. Aquí [en la historia de la filosofía] las creaciones son tanto mejores cuanto menos imputables son, por sus méritos o su responsabilidad, al individuo, cuanto más corresponden al pensamiento libre, al carácter general del hombre como hombre, cuanto más se ve tras ellas, como sujeto creador, vacío de personalidad, al pensamiento mismo.
Friedrich Hegel,Introducción a las lecciones sobre la historia de la filosofía.