Retratado por Joaquín Sorolla en 1918.
«Hacen bien, ¡qué diablos! La física sirve para muchas cosas, mientras que la filosofía no sirve para nada. Ya lo dijo conste, un filósofo, el patrón de los filósofos, Aristóteles. Precisamente por eso soy yo filósofo: porque no sirve para nada serlo. La notoria inutilidad de la filosofía es acaso el síntoma más favorable para que veamos en ella el verdadero conocimiento. Una cosa que sirve es una cosa que sirve para otra, y en esa medida es servil. La filosofía, que es la vida auténtica, la vida poseyéndose a sí misma, no es útil para nada ajeno a ella misma. En ella, el hombre es solo siervo de sí mismo, lo cual quiere decir que solo en ella el hombre es señor de sí mismo. Mas, por supuesto, la cosa no tiene importancia. Queda usted en entera libertad de elegir entre estas dos cosas: o ser filósofo o ser sonámbulo.“
«Yo soy yo y mi circunstancia».
Con la frase «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo», aparecida en Meditaciones del Quijote, Ortega insiste en lo que está en torno al hombre, todo lo que lo rodea, no solo lo inmediato, sino también lo remoto; no solo lo físico, sino también lo histórico, lo espiritual. El hombre, según Ortega, es el problema de la vida, y entiende por vida algo concreto, incomparable, único: «la vida es lo individual»; es decir, yo en el mundo; y ese mundo no es propiamente una cosa o una suma de ellas, sino un escenario, porque la vida es tragedia o drama, algo que el hombre hace y le pasa con las cosas. Vivir es tratar con el mundo, dirigirse a él, actuar en él, ocuparse de él. En otros términos, la realidad circundante «forma la otra mitad de mi persona». Y la reimpresión de lo circundante es el destino radical y concreto de la persona humana.
El hombre es un ser que se encuentra inmerso, sumergido en una circunstancia (o naturaleza), la cual le presenta distintas concepciones de su estado físico y mental. Por tanto, deja al hombre la misión de satisfacerlas. En el cumplimiento de tal tarea, agrega Ortega, es que el hombre crea la técnica, que, según este autor, podemos definir como «la reforma que el hombre impone a la naturaleza en vista de la satisfacción de sus necesidades». Ortega y Gasset definía al hombre como un «ser compuesto de realidades circunstanciales creadas por la opacidad en la forma de pensar y en el sedentarismo como fuente inspiradora de las culturas neopensantes incapaces de olvidar la tirantez que usurpa el conjunto de la sabiduría»
¿Para qué sirve la filosofía?
La filosofía, desde su surgimiento en la antigua Grecia hasta la actualidad, ha desempeñado un papel crucial en la organización del pensamiento humano. Su utilidad no radica únicamente en la acumulación de conocimientos abstractos o especulativos, sino en su capacidad para cuestionar, fundamentar y dar coherencia a los saberes y las prácticas humanas. En este sentido, la filosofía sirve para reflexionar sobre los problemas fundamentales de la existencia humana, la moral, la política, la epistemología y la metafísica, proporcionando las bases para otras disciplinas y para una vida crítica y autónoma.
En un sentido práctico, la filosofía nos permite cuestionar las estructuras de poder, los valores sociales y las creencias populares. Nos invita a reflexionar sobre nuestro lugar en el mundo, nuestras relaciones con los demás y el sentido de nuestras acciones. A través de la reflexión filosófica, las personas pueden tomar decisiones más conscientes, fundamentadas y éticas, lo que tiene repercusiones tanto a nivel individual como colectivo.
«Yo soy yo y mis circunstancias» de Ortega y Gasset
La frase «Yo soy yo y mis circunstancias» es uno de los pensamientos más conocidos de José Ortega y Gasset y refleja su concepción de la identidad humana y la relación entre el individuo y su entorno. Para Ortega, el ser humano no es una entidad aislada, sino que su existencia está profundamente conectada con el contexto social, histórico y cultural en el que se encuentra. Esta frase expresa la idea de que la identidad humana no se puede comprender de manera descontextualizada, sino que debe ser entendida a partir de las circunstancias que la rodean.
Explicación de la frase:
- «Yo soy yo»: Esta parte hace referencia a la singularidad del individuo, a su capacidad para ser consciente de sí mismo y de sus propias decisiones. El ser humano es, en última instancia, un ser autónomo que tiene la capacidad de reflexionar sobre su existencia, hacer elecciones y desarrollar un proyecto de vida.
- «y mis circunstancias»: Aquí Ortega subraya que el individuo no se define de forma aislada. Su ser está condicionado por el contexto en el que vive: sus circunstancias históricas, sociales, culturales, económicas y políticas. El individuo es parte de un tiempo y un espacio específicos, y estas circunstancias influyen profundamente en sus pensamientos, comportamientos y decisiones.
En conjunto, Ortega y Gasset nos invita a reflexionar sobre la interdependencia entre el individuo y el mundo en el que se encuentra, sugiriendo que la verdadera comprensión de la identidad humana solo se puede dar si se tiene en cuenta tanto la autonomía del individuo como las limitaciones y posibilidades que le ofrece su entorno.
Resumen de las ideas principales de Ortega y Gasset
José Ortega y Gasset (1883-1955) fue uno de los filósofos más importantes de la España contemporánea y es conocido por su enfoque existencialista y su crítica a la sociedad moderna. Su pensamiento está marcado por la reflexión sobre la crisis de la civilización europea, especialmente a lo largo de los años de entreguerras, en los que la sociedad española experimentaba una profunda transformación.
Las ideas más importantes de Ortega y Gasset incluyen:
- La idea del «hombre como proyecto»: Ortega creía que el ser humano es un proyecto inacabado, siempre en proceso de realización. El hombre no tiene una esencia predeterminada, sino que se constituye a sí mismo a través de sus decisiones y acciones.
- El concepto de «circunstancias»: Esta es una de las ideas clave de su pensamiento. Ortega subraya que el ser humano no puede entenderse sin tener en cuenta su entorno y las circunstancias en las que vive. El individuo está condicionado por la sociedad, la historia y la cultura en las que se encuentra, pero, al mismo tiempo, es capaz de actuar sobre ellas y transformarlas.
- El perspectivismo: Ortega sostiene que todo conocimiento es desde una perspectiva concreta, ya que no existe un conocimiento absoluto y universal. El ser humano es limitado por su experiencia y su punto de vista, por lo que no puede alcanzar una visión total de la realidad. Este enfoque se opone a las ideas de un conocimiento objetivo e impersonal.
- La crítica al «masivo» y la idea del «hombre selecto»: Ortega critica el fenómeno de la masa en la sociedad moderna. Para él, la masa es una masa amorfa e irracional que se caracteriza por su conformismo y falta de reflexión crítica. El «hombre selecto» es aquel individuo que, a través de su reflexión y acción, se distingue y participa activamente en el progreso y la transformación de la sociedad.
- La vida como «razón de ser»: Ortega propone que la vida humana no tiene un propósito dado, sino que debe ser construida por cada individuo. La existencia humana no tiene un sentido intrínseco, y es tarea de cada persona encontrar su propio propósito en un mundo que no ofrece respuestas definitivas.
Contexto histórico de Ortega y Gasset
Ortega y Gasset vivió en una época de grandes transformaciones, tanto en España como en Europa. Nació en 1883, un periodo de gran agitación política, social y económica. En el contexto europeo, los comienzos del siglo XX estuvieron marcados por el surgimiento de nuevas corrientes filosóficas, como el existencialismo, el relativismo y el pragmatismo, que influyeron profundamente en su pensamiento.
En España, Ortega fue testigo de la crisis de la monarquía y la inestabilidad política que antecedieron a la dictadura de Primo de Rivera y, posteriormente, a la Guerra Civil Española. A través de su obra, Ortega expresó su preocupación por la falta de progreso de España, su distanciamiento de las tendencias culturales y científicas europeas y la decadencia de la tradición política española.
Ortega también fue un firme defensor de la regeneración política y cultural de España, pero creía que esta regeneración debía venir de un profundo cambio en la forma de pensar y entender la historia y la cultura españolas.
Principales obras de Ortega y Gasset
- «La rebelión de las masas» (1930): Obra en la que Ortega aborda el problema del ascenso de la masa y su papel en la política y la cultura contemporáneas. En ella, analiza los efectos de la democracia de masas y la falta de liderazgo intelectual en las sociedades modernas.
- «Meditaciones del Quijote» (1914): En esta obra, Ortega reflexiona sobre la obra de Cervantes, utilizando el personaje de Don Quijote como una metáfora de la lucha entre la razón y el mundo moderno.
- «El tema de nuestro tiempo» (1923): Aquí Ortega aborda los problemas filosóficos y culturales de su época, con una reflexión sobre el papel de la filosofía en un mundo cambiante.
- «La idea de principio en Leibniz» (1917): Una obra en la que Ortega aborda la filosofía de Leibniz y examina los principios fundamentales del pensamiento moderno.
Conclusión
José Ortega y Gasset es un pensador crucial para comprender la evolución del pensamiento en el siglo XX, especialmente en el ámbito de la filosofía existencialista y la crítica cultural. Su reflexión sobre el individuo, las circunstancias que lo rodean y su relación con la sociedad ofrece una visión profundamente crítica sobre la modernidad, la democracia y la identidad humana. A través de su obra, Ortega continúa siendo una figura central en el debate filosófico contemporáneo sobre el ser humano y su lugar en el mundo.